Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Il Cielo Arcobaleno por Mr Rogers Stark

[Reviews - 29]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

IL CIELO ARCOBALENO

Disclaimer: Los personajes pertenecen al anime Katekyo Hitman Reborn!, una creación única de Akira Amano. Todo contenido de los personajes originales ha sido extraído de la serie y el manga. La idea de la publicación es una historia original que no persigue ningún fin de lucro, igualmente las modificaciones y cambios a las características de los personajes.

Título: Il Cielo Arcobaleno

Aclaraciones:

—Diálogos—

Pensamiento de los personajes—

Intervenciones y aclaraciones

—»Comunicación telefónica u otros«—

« Recuerdos »

[…] Aclaraciones del autor

Advertencias: Posible OOC. Relación homosexual. Mafia. Lenguaje vulgar.

Notas:

0. El desarrollo de este fic puede ser tomado como un universo alterno, por lo que todo lo en este se desarrolle, no estará alterando ninguna circunstancia previamente desarrollada en el manga o anime.

1. Sawada Tsunayoshi nunca paso por el proceso de sellado de llamas a manos de Nono Vongola. Por el contrario, el sellado de llamas se considera una práctica prohibida, debido a las consecuencias que pueden acarrear a una persona. Dichas consecuencias serán desarrolladas más adelante.

2. Los Arcobaleno poseen sus formas adultas, sin embargo, son incapaces de seguir envejeciendo. Han quedado congelados en sus formas pre-maldición. Dicha situación no sujeta a los herederos de sangre del Sky Arcobaleno, a menos que se trate de una transferencia de título.

3. Los Sky Arcobaleno no sufren de una vida más corta, sin embargo, sí sufren del corazón. Lo que no solo implica enfermedades cardiacas.

4. Ningún Arcobaleno puede separarse o sacarse las cadenas que llevan los Pacificadores. De intentarlo, esto resultaría en su muerte inmediata. Estos pueden ser escondidos bajo su ropa u otros haberes.

5. En este mundo alterno existe algo llamado armonización, no es algo que se haya explorado demasiado en la serie o el manga, tal vez ni siquiera exista, pero daré una breve explicación. La armonización existe entre un Cielo y sus elementos, más no entre los elementos. Es un lazo del Cielo hacia ellos, como un hilo rojo del destino sin la parte de ser amantes, es una conexión que va de ambos lados. Del cielo hacia el resto de los usuarios y de ellos hacia su Cielo.

Se tratará como la conexión más fuerte y duradera dentro de la mafia, elementos armonizados tienden a caer en la depresión o soledad cuando pierden a su Cielo. Por otro lado, muchos de ellos suelen ponerse ansiosos luego de estar lejos de su Cielo por demasiado tiempo, así como mostrar tendencias protectoras y posesivas hacia su Cielo, salvo entre elementos armonizados con el mismo Cielo.

Y un Cielo vacío, es decir, no armonizado con ningún elemento, suelen tener una vida más corta. Esto solo ocurre si dicho suelo tiene sus llamas activas. Para las personas normales, estas conexiones o faltas de ellas no afectaran su vida.

6. En el mundo de la mafia de este mundo alterno los Cielos, al igual que en la serie, son escasos. Sin embargo, son altamente ansiados, muchos de ellos buscados casi desesperadamente. Algunos con el propósito de protegerlos y cuidarlos, mientras que otros solo desean utilizarlos como supuestos líderes, dada su influencia en las personas, para manipulaciones a gran escala.

Notas del capitulo:

Debo demasiadas continuaciones de otros fics, pero he decidido solo escribir lo que mi cabeza tenga ganas y dejar que las cosas fluyan a su forma. Esta obra es la primera que logro dar forma luego de un gran tramo de bloqueo de escritor, y pretendo aprovechar cualquier oportunidad para poder seguir escribiendo, por más mínimo que fuera.

No tengo en planes que esta obra tenga demasiados capítulos, pero eso está por verse. Este primer capítulo es corto, pero puede tomarse como una introducción.

Arco I. Capítulo I, Heritage.

[—]

"La herencia de mis padres en mí es como un gigantesco tumor canceroso; todo lo que sufre por su causa, mi miseria, mi tormento y mi desesperación, soy yo."

De vidas ajenas, Emmanuel Carrère

[—]

Despertó en medio de un sobresalto, con la respiración agitada y el sudor frio corriendo por su cuerpo. Su vista desenfocada y la confusión somnolienta retraso su capacidad de reacción, evitando su reconocimiento del entorno. No fue hasta que pudo sentarse en su cama, recuperando una respiración más uniforme, que reconoció su propio departamento en la oscuridad de la noche. Sin peligros, sin intrusos o ruidos que pudieran haber despertado su hyper intuición de forma tan magistral. Como una alarma rápida, apenas un sobresalto que no le dio tiempo a buscar la fuente del problema, antes de dejarlo en la nada, mirando hacia la pared frente a su cama.

Hasta que noto el peso extra en su cuello.

Bajando la mirada pudo observar, lo que supuso, fue el causante de su reacción. Un pacificador. No uno cualquiera, por lo que una mirada detallada pudo demostrar. Un jodido Pacificador Arcobaleno colgaba inocentemente de su cuello, como si siempre hubiera estado ahí, como si no hubiera aparecido de la nada en medio de una noche que pretendía ser tranquila. ¿Qué se supone que había pasado? ¿Por qué tenía en su posesión aquel maldito objeto? No era alguien poco ilustrado en el tema, habiendo absorbido tanta información como le era posible –y accesible– para no verse golpear la pared de la ignorancia, y sabía que ese chupete debía estar en manos de otro poseedor.

¿O no?

[—]

—Gracias por venir tan pronto, Tío Reborn— agradeció en saludo al hombre que entraba a la pequeña sala de reuniones improvisada.

El asesino asintió en reconocimiento, sin decir palabra hasta que el hombre que lo escolto hubiera salido de la sala, dejándolo a él, la niña y su escolta principal. Volvió su mirada a la muchacha nuevamente, notando las vestimentas propias de la cabeza de la Famiglia Giglio Nero en tan pequeño cuerpo: —Parecía urgente en tu mensaje— respondió al momento de tomar asiento, con un mensaje claro de abordar el tema sin vueltas.

—Si— asintió, bajando la mirada por instantes, guardando silencio por momentos —. No tengo el Pacificador del Sky Arcobaleno— finalmente declaro, alzando la mirada con la determinación que cubría pobremente la incertidumbre y la culpa.

Nadie dijo nada, Reborn apenas había analizado el aspecto de la muchacha buscando el pacificador sin resultados, aceptando finalmente la realidad. Inverosímil, si llegaban a preguntarle. Yuni era la hija de Aria, nieta de Luce, se suponía que –por herencia– el pacificador le debía ser entregado para su custodia. Tal como una famiglia, el título de líder debía ser pasado al siguiente en línea de sangre, ¿o existía un portador más prometedor que Yuni? ¿Más poderoso? ¿Con llamas más puras de las que Yuni puede o podrá producir en su vida? No era algo que ningún Arcobaleno hubiera pensado con anterioridad, nadie había dado un segundo pensamiento a la idea de un Cielo desconocido siendo elegido por sobre el que habían esperado.

¿Estaría ese Cielo libre o en armonía con otros elementos?

—¿Tío Reborn?—

—Estaré avisando al resto, será bueno estar atento por si ese Cielo aparece— finalmente respondió, sin una expresión descifrable en su rostro, nada que pudiera dejar ver los pensamientos que corrían desbocados por su mente —. Nadie sabe lo que ese hombre puede estar pensando, por lo que sabemos, cualquiera puede estar en posesión del pacificador del cielo—

Con inseguridad, tal vez conteniéndose para no agregar más, la niña solo asintió. Con un saludo rápido, la reunión había terminado con el asesino saliendo de la propiedad, debatiéndose en las posibilidades de mandar un mensaje al resto de sus compañeros.

Un nuevo Sky Arcobaleno. ¿En dónde se suponía que debía iniciar a buscar?

[—]

La reunión entre los Arcobaleno no fue hasta un mes después de recibida la noticia.

En una de las laderas de Monte Cristallo, sumergida en el bosque, a no más de 400 metros del lago rodearte del monte, estaba una cabaña que fungía como base para los Arcobaleno. Una propiedad de dos plantas, con las instalaciones necesarias para su comodidad en la planta inferior y habitaciones individuales en la superior. Aunque no era un lugar que hubieran usado por demasiado tiempo, se había convertido fácilmente en un punto clave para reuniones, un punto seguro en donde ser emboscados era imposible. No solo por el hecho del desconocimiento general de esa ubicación, sino también por las fuertes ilusiones presentadas por Viper a sus alrededores para confundir a los viajeros y aventureros.

La reunión empezó apenas estuvieron todos presentes, sin nadie verdaderamente dispuesto a hablar del elefante en la habitación.

—Entonces, ¿nos quedamos mirando entre nosotros o alguien dirá algo al respecto?— corto finalmente Reborn, sentado desde su lugar con los brazos cruzados, harto de las miradas ir y venir entre todos los presentes.

Nadie había querido mencionar demasiado sobre el nuevo y desconocido Cielo Arcobaleno, cada uno había tenido su tiempo para pensarlo profundamente antes de llegar a la reunión. Veintiséis días, para ser exactos y si se tomaba a consideración el tiempo de llegada de la correspondencia, mucho más tiempo del que alguien normal podría llegar a necesitar para digerir la información y asimilarla. Pero no estaban hablando de algo sencillo, no era solo una adhesión más al equipo que no cambiaría en nada la dinámica. Aunque esa era una opción, si se tenía en cuenta que no solían cruzarse demasiado entre ellos mismos.

Pero existía otra posibilidad que todos, en algún momento habían considerado y nunca exteriorizado, que estaba latente y que crecía como un gran elefante blanco en una de las esquinas de la sala.

La armonización con un Cielo.

Verde finalmente suspiro: —No hay información de él o ella, ni siquiera parece haberse mostrado en público o alguno de nosotros, por lo que sé. Se podría suponer que no quiere ser encontrado— y tampoco armonizado, era la implicación silenciosa de la declaración.

Y más de uno se tragó la no desilusión de un Cielo ya armonizado o cerrado a la posibilidad.

—Pero— Skull se detuvo, por momentos nervioso de ser el centro de cinco miradas —, él puede ¿no saber encontrarnos? Es decir, no todos éramos de la mafia al iniciar esto. ¿Y si es un civil ahora? Podría no estar en una buena posición ahora, con el pacificador— termino en una voz cada vez más baja, como si la posibilidad fuera diluyéndose en una imposibilidad. Todos tenían en claro que un Cielo era algo ansiado dentro de la mafia, y cualquiera que presentara indicios de esa llama era tomado por las famiglias para ser utilizados como títeres.

—¿Siguieres una búsqueda?— cuestiono Fon, antes de pasar su mirada al resto de los presentes.

—Eso tomaría demasiado tiempo, kora—

—Sin contar que buscar a una sola persona, en el mundo, resulta imposible sin algo más que un pacificador— completo Reborn, lanzando una mirada a la única persona que no había dicho nada en la reunión —. ¿Pretendes preguntar a cada Cielo si tiene un pacificador?— casi se burló, aunque su expresión carecía completamente de diversión.

—¿Viper no podría localizarlo?— probo Fon, desviando su mirada al mencionado, al igual que todos los presentes.

El hombre, silencioso y casi sumergido en sus pensamientos, apenas reacciono al enderezarse en su lugar: —¿Qué están dispuestos a pagar por la información?— rebatió con simpleza, como si el tema realmente no fuera de su interés y la localización no lo beneficiara de algún modo. No lo haría, conocer a ese Cielo no le daría ninguna ganancia, se repitió como una mantra.

Colonello bufo, antes de que Reborn respondiera: —¿Cuánto quieres?—

Y si antes las miradas mostraban interés en el ilusionista, volvieron con sorpresa y curiosidad al usuario del sol, quien solo se encogió de hombros como si estar dispuesto a pagar por la información no fuera algo nuevo para él.

—¿Quieren buscarlo? Bien. No estaré vagando sin al menos algo en lo que basarme, aunque tenga que pagar por esto. Además, lo que le paguemos hubiera sido gastado en la búsqueda— expuso su lógica, recibiendo pocos asentimientos de entendimiento.

—Entonces, ¿Viper?— incentivo Verde, dándole una mirada expectante al hombre, para evitar que se zafara del asunto.

El mencionado suspiro con resignación –después de todo había esperado una negativa–, encogiéndose de hombros mientras buscaba un rollo de papel entre su ropa, del cual corto un trozo lo suficientemente amplio como para cubrir parte de su rostro. Un murmullo ininteligible fue dicho antes de que estornudara sobre el papel, observando como lentamente se mostraba una ubicación.

—Palermo, Italia—

Cerca de un minuto, el silencio se mantuvo en la habitación, la mayoría de ellos esperando que el ilusionista continuara.

—Me deberás un favor— continuo el hombre, con un gesto hacia el asesino, dando por finalizado su rastreo.

—¿Eso es todo, kora? ¿Palermo, Italia? ¿No tienes una ciudad? ¿Una calle, kora?— y la molestia se expresó en el ceño fruncido del rubio, esperando algo más que una ubicación tan amplia como lo era Palermo.

—No soy un rastreador— replico, alzando apenas la mirada, o al menos eso parecida —. Puedo ser más específico si estuviera en su misma ciudad, dado que esta en Palermo y nosotros al otro lado de Italia, no puedo ser demasiado específico— explico, con una mueca que demostraba su molestia por ser increpado tan agresivamente —. Al menos no deberán buscar por todo el mundo—

—Tiene su punto— convino Fon, con la mirada puesta sobre la mesa, corriendo por sus pensamientos —. Al menos ahora tenemos por dónde empezar a buscar, es algo, ¿no?— pregunto, alzando la vista para ver las diferentes expresiones de sus compañeros.

Vagos gestos de asentimiento, gruñidos y murmullos fueron la respuesta afirmativa. Tenían algo para empezar, una ubicación, amplia, pero era mejor que recorrer diferentes países sin nada claro. Por lo que sabían, ese nuevo Cielo podría ser solo un simple civil con una habilidad y llamas latentes, sin conocimientos o entendimientos de la posición en la que estaba o ser ya un líder con elementos armonizados. Algunos de ellos, con pensamientos más realistas y poco guiados por la ilusión, descartaban las posibilidades de un Cielo completamente solo. Eran criaturas, personas, que atraían, robaban miradas y cariños con demasiada facilidad. ¿Realmente estaban haciendo esto? ¿Buscar un Cielo que, tal vez, no estuviera interesado en tenerlos como algo más que compañeros?

Como Arcobaleno, estaban obligados a proteger a su Cielo, era algo instintivo, con lo que era imposible luchar. Los Pacificadores habían arraigado ese instinto con el propósito de evitar perder al Cielo más pronto de lo que era necesario. Pero cuando se reunieron, cuando fueron elegidos por aquel hombre, este nunca pensó en permitirles la armonización. Luce fue un buen Cielo, fiel a su naturaleza los había tratado con amabilidad y sonrisas sinceras, pero no los necesitaba. Ella había tenido guardianes, elementos armonizados a su alrededor que la habían protegido, que la habían acompañado hasta que simplemente desapareció. Nunca necesito de los Arcobaleno como guardianes. Aria tampoco los necesito, y aunque las causas de su muerte habían sido su salud decayendo, ella había armonizado con miembros de su propia famiglia. Entonces, ¿qué esperanzas podrían tener de que este nuevo Cielo estuviera libre o los estuviera esperando como guardianes?

Sin embargo, aun debían saber algo de él o ella. Solo, asegurarse de que estuviera a salvo y no se verían en el problema de haberlo perdido sin siquiera conocerlo.

—¿Lo buscaremos?— pregunto finalmente Skull, con una nota de expectativa a la posibilidad. Del grupo, tal vez, era el que más interesado podría estar en la idea de un Cielo libre. A pesar de ser una Nube, siempre buscando vagar de un lado a otro, no negaba que la idea de tener un hogar era atractiva. Tener lo que otros no pueden explicar más que como una agradable calidez en el pecho.

Tomo un minuto, antes de que la sala se llenara de gruñidos, asentimientos y murmullos afirmativos para que la realidad finalmente se estableciera.

Irían a buscar a su Cielo.

[—]

Llevo su mano hasta su pecho, jugando con la cadena que lo había acompañado las últimas ocho semanas, perdido en una cantidad de pensamientos imposibles de poner en palabras. En algún momento de las primeras dos semanas había tenía un pequeño colapso de desconcierto, terror e incredulidad. Incapaz de comprender cómo es que el pacificador llego alrededor de su cuello, haciendo una investigación exhaustiva hasta descubrir que Giglio Nero Novena había muerto por razones no dichas, y su hija de solo 10 años –¡10 años por todo lo sacro!– había tomado el cargo de Giglio Nero Decimo. Paso unos días hasta que pudiera entender, y aceptar, que la niña no había tenido el suficiente poder para conservar el pacificador y había buscado un portador más apto.

Pero entender y aceptar tal situación le había tomado casi tres semanas completas, incrédulo ante la idea de que su poder sobre las llamas pudiera ser merecedor del título Arcobaleno. ¡Se trataban de las personas más poderosas del mundo de la mafia! ¿Cómo, por todo lo sagrado, había terminado él incluido en esa lista? Y no es que no supiera defenderse, tenía un buen control y manejo de sus llamas, la fuera suficiente para protegerse y proteger a sus amigos, pero aún era algo nuevo el título que ahora ostentaba.

Sky Arcobaleno.

¿Debería buscar al resto de los Arcobalenos? Existían tantos rumores alrededor de todos ellos, algunos aterradores, otros increíbles y algunos rayando lo imposible, pero todos ellos coincidían en que se trataban de las personas más talentosas. No tenía problemas de autoestima, pero hasta él se preguntaba si era buena idea. Acababan de perder a su Cielo, ¿sería bueno que él se metiera? Tal vez ni siquiera estuviera interesados en conocerlo siquiera.

Buongiorno, ¿qué puedo servirles?—

Dejando atrás sus pensamientos, una hermosa sonrisa se extendió por sus labios para dar bienvenida a los nuevos clientes que se acercaban a la barra de la pequeña cafetería que poseía. Tal vez, en una semana más, pudiera tomarse unas pequeñas vacaciones para buscar al resto de los Arcobaleno.

Si es que decidía buscarlos.

Notas finales:

Final del Capítulo I del Arco I.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).