Dos jóvenes reían en la azotea de aquel edificio, disfrutando de la vista entre charla y bromas. Llevaban alrededor de tres años de amistad y nunca se cansaban de esa pequeña costumbre de ir cada sábado por la noche a ese lugar.
— Y bueno... ¿Qué dice tu marca? ¿anda viejo, que dice? - preguntó el mayor de los dos, llevaba tres años conociendo al contrario y aun no conocía su marca de soulmate.
— "Ten más cuidado hijo de..." no es lo que esperaría al conocer a mi alma gemela pero bueno, es lo que hay — soltó una corta risa — ¿y la tuya?
— "tranquilo mocoso, no estoy en servicio" aun no imagino porque alguien me diría algo así — miró la frase con confusión.
— Me sorprende que tu cleptomanía no te diera una pista, seguro es un policía... o algo peor — bromeo.
— Me hieres Kurt, deje el crimen hace mucho — dijo con falsa ofensa
— ¿y eso es?
— ¿hace cuanto estamos aquí?
— Entonces dejaste el crimen hace 3 horas, todo un ejemplo a seguir mein freund — comenzó a aplaudir — el ultimo Twinkie de la caja es tuyo.
— ¡Gracias! ¡gracias! Es todo un honor.
Ambos jóvenes volvieron a reír, cruzando miradas por un corto tiempo. Para Peter no había nadie que pudiera seguir sus idioteces mejor que Wagner, se entendían a la perfección, no entendía cómo es que el destino no los escogió como mate.
Ambos estaban destinados a personas distintas por lo que cualquier intento de una relación solo terminaría en desgracia. Para ambos estaba bien ser solo amigos, disfrutar de su compañía sin importar los sentimientos entre ambos fueran correspondidos o no, quererse como algo mas aun que su soulmate fuera alguien diferente no era algo que les preocupara en lo absoluto. ¿La diferencia? Peter no quería quedarse solo como eso, a él no le importaba tener a alguien ya destinado.
— Kurt...he estado pensando — dijo una vez tomo valor — Se que sonara raro pero... ¿Quisieras salir conmigo?
— Claro, ¿a dónde quieres salir?
— No me entiendes, me refiero con salir a ser pareja. Sé que no somos almas gemelas pero creo me gustaría intentar algo contigo. Hasta que encontremos nuestro compañero, no importa cuánto dure, quiero intentarlo. Solo necesito saber si tú quieres lo mismo...
El silencio del momento carcomió al mayor, nunca sabría que estuvo pensando Wagner en esos segundos de silencio pero si noto no se esperaba esa pregunta. No era normal que alguien tuviera una pareja ajena a su soultmate, todos esperaban por encontrar la suya y no dudaría el azebache quisiera hacer lo mismo.
— Fue...fue una tontería, No tienes que contestar yo solo — un beso le impidió continuar, Kurt lo había besado y no lo podía creer aun — ¿eso es un sí?
— Y aun lo preguntas — negó con su cabeza antes de volver a besarlo.
— eso definitivamente fue un sí. — dijo antes de sonreírle y atraparlo en un abrazo que no tardo en ser correspondido.
Todo parecía tan lindo en esos momentos e incluso en el tiempo posterior a eso, pero más temprano que tarde la realidad que evadieron por tanto tiempo llego. Logan Howlett había llegado a la vida de Peter, un hombre de no más de 40 años que conoció cuando su cleptomanía le llevo a un gran problema un día.
Lo había salvado de unos tipos que lo perseguían, jalándolo de repente dentro de un callejón y tapando su boca para que no hiciera ruido. Creyó se trataba de un acosador, estaba dispuesto a tirarle un golpe pero en cuanto Peter vio la placa supo estaba jodido y no dudo en moverse para que querer soltarse solo logrando descubrir su boca, soltando un "No importa lo que te digan esos tipos yo no lo robe" que fue respondido con las mismas exactas palabras que tenía en su brazo: "Tranquilo mocoso, no estoy en servicio". Fue en ese momento donde aquellos ojos verdes se toparon con los miel que el destino fue sellado.
La ruptura no paso en el momento en que Peter le contó esa historia, incluso diría el quería ignorar el tema. "Me quedare contigo, así que no debes preocuparte" fue lo que le dijo al ver el rostro de preocupación y desconcierto de su pareja, "te creo" fueron las únicas palabras escucho del azul en toda esa noche mientras mientras este se esforzaba por regalarle una sonrisa y evitaba ceder a derramar una lagrimas.
Desde aquel día la presencia del señor Howlett en la vida de Peter había aumentado, aun que Maximoff diría no se sentían atraídos y solo eran amigos él notaba las mirabas, los toques discretos, el cómo pasaban menos tiempo juntos, pero sobre todo esas risas y sonrisas con tanta felicidad y brillo que nadie más que el castaño producía en Maximoff. Al ver todos esos comportamientos que nunca entendería por que él quiso quedarse con el más tiempo pese a encontrar a su alma gemela, o quizá lo sabía y buscaba ignorarlo. Wagner solo tenía seguro que nunca encadenaría al albino a una relación con él si el otro ya había encontrado a su pareja.
— ¿estás bromeando no? — pregunto Maximoff, no creía lo que el chico azul acababa de decirle.
— No, creo deberíamos terminar — dijo tomando camino a la puerta.
— ¿Quieres darme una razón? — dijo siguiéndolo — ¿aun que se aún porque de todo esto?
— ¿Un por qué? — hizo una leve pausa — ¿Qué tan idiota me crees? Puedo notar todo, como poco a poco pasamos menos tiempo solos, las miradas que se dan, como cambia el tono de voz que utilizas cuando lo mencionas, esas frases insinuantes. No soy tonto Peter... No necesito estés conmigo por lastima.
— No estoy contigo por lastima, nunca te haría algo así. Quería siguieras a mi lado porque eres importante para mí y creí podía ir en contra de mi marca pero creo que poco a poco me fue ganando, nunca quise hacerte sentir mal a propósito.
— Lo sé, sé que no quería herir a propósito
— Quédate, por favor — pidió tomándolo del brazo
— Me gustaría, pero lo siento, Peter... esto ya no va a funcionar, por más que quiera no lo hará — dijo más calmado, intentando retener sus lágrimas mientras daba un último abrazo — Me diste los mejores días de vida hasta ahora, siempre agradeceré haber sido tu pareja aun que fuera solo por un tiempo...Te amo, Peter. Espero Logan y tu sean felices.
Fue lo último que dijo antes de salir con sus cosas del pequeño departamento llevaban un par de meses compartiendo.
Al caminar por las calles en dirección a la estación de trenes no pudo evitar unas cuantas lágrimas se escaparan de sus ojos, los recuerdos juntos tenían más peso de lo que le gustaría. Pero no era momento de dejar sus sentimientos le ganan, no en un lugar tan público y cuando necesita llegar a la ciudad donde su hermana Anna Marie le permitió quedare unos días mientras encuentra un lugar donde vivir.
Pero aun con todo eso su atención no estaba al cien porcierto ya que tan metido en sus cosas estaba que no pudo esquivar a un joven de alas que intentaba pasar entre la gente de la, en ese momento, demasiado transitada estación.
— Ten más cuidado hijo de... — alzo la voz aquel chico que con quien había chocado, deteniendo su hablar en cuanto se dio la vuelta y pudo verlo el chico tenía los ojos llorosos y se encontraba mirandolo fijamente — ¿acaso tengo algo en la cara?
El chico de mechones azules miraba con sus mejillas húmedas al chico de ojos verdes y cabellos dorados. El llanto había parado en cuanto se dio cuenta que frente a él se encontraba su soulmate, intento hablar pero su voz no salió, el negar mientras limpiaba rápidamente sus lágrimas fue lo único que pudo hacer. Se sentía patético por tener que mostrarse tan frágil en su primer encuentro.
— Solo no es un buen día — dijo por lo bajo — pero bueno, no puede ser tan malo si me he topado con un ángel... ya sabes, por tus alas, pareces uno — dijo con nerviosismo, la sonrisa que el de ojos verdes tenía solo lo empeoro.
Ambos se habían ya dado cuenta de la situación y debían de admitir que era un poco mas difícil de aceptarlo de lo que creyeron en un principio.
— Soy Warren Wothington —dijo después de unos segundos de silencio entre ambos, dándole su mano para formalizar la situación — ¿tendrás tiempo para un café?
Si al rubio le hubieran dicho que ese chico azul era su mate quizá hubiera sido un poco más amable. Pero no había sido su día tampoco por lo que lo hubiera visto difícil de igual forma. Al menos nada impedía arreglara las cosas.
— Kurt Wagner — estrecho su mano. Tuvo que pensarlo bien, si bien el otro era su pareja destinada no estaba listo para enfrentar lo que esto significaba.
Pero que se hubieran encontrado no significaba tuvieran que tener algo de inmediato, podían tomarse las cosas con calma, conocerse y ser amigos. En estos momentos lo que más necesitaba era un amigo y un café sonaba bastante bien para comenzar bien su nueva amistad.
— Por supuesto, será un placer Warren — fue su respuesta antes de ir a una pequeña cafetería cerca del la estación.
Era gracioso como un simple ida por café se alargo más de lo planeado entre minutos de platica amena, un paseo rápido por las calles y una visita improvisada a un hostal por la inesperada lluvia torrencial que azoto la ciudad una vez el sol comenzó a ocultarse casi por completo. Quizá el haber hecho todo eso no parecía la mejor idea teniendo encuentra que se suponía su hermana lo estaría esperando, pero para Kurt ya no importaba si la estación estaba a punto de cerrar o si el último tren que partía para aquel rumbo acababa de salir hace apenas unos minutos. Era en ese justo momento en que charlando animadamente con Warren sentía una calidez que le aseguraba que valió la pena el posponer el viaje con su hermana para el día siguiente, o quizá un poco más de tiempo.