Luces tenues, música moderada, bullicio soportable y la hermosa compañía de un vaso ancho de whisky y un fuerte habano. Era el ambiente idealizado por Logan. No necesitaba nada más y menos en esa particular noche, ya que no estaba de ánimos para regresar al hotel de mala muerte que rentaba y su trabajo había sido finalizado con éxito esa misma tarde, por lo tanto no tenía nada mejor que hacer que gastar el dinero recientemente ganado en lo que disfrutaba.
Una despampanante mujer de pocas ropas y labios rojos se le acercó sonriente, moviendo sus caderas de un lado a otro.
- ¿Quieres compañía, cariño? -Ofreció inclinado su cuerpo para dejar a la vista su generoso escote y susurrarle con más facilidad al oído. -Tal vez me puedes ofrecer un trago. - No desperdiciaba momento para insinuarse y eso molestaba al hombre que estaba de pocas pulgas.
- Tal vez pueda invitarte a que te largues. -Respondió haciendo énfasis en la última palabra sin siquiera mirar a la modesta mujer. Ésta dejó escapar un insulto antes de alejarse con sensualidad. Logan arrugó la nariz y sintió picor cuando el perfume exageradamente dulce lo alcanzó y para resolver el problema, le dio una larga pitada al habano y exterminar con el humo el olor.
Cuando sus pensamientos tomaron rumbo a la idea de irse a descansar, sintió una palmada en la espalda y soltando un gruñido se giró para encarar a la persona que lo había tocado. Al voltear para su sorpresa se encontró con un rostro familiar.
- Charles...- El nombrado asintió y se sentó junto a Logan.
- Hola viejo amigo. -Dijo y apartando la vista de él, hizo señas al camarero para que le sirviera un trago de lo mismo que estaba bebiendo el hombre a su lado. -Cuanto tiempo sin verte. Han pasado ya 5 años desde el accidente.
- No lo hagas Charles. No quiero hablar de eso. Pierdes tu tiempo si viniste para eso. - De un trago terminó lo que había en su vaso y lo apoyó con algo de rudeza sobre la barra de madera. No era lo que esperaba escuchar luego de tanto tiempo.
- Está bien. No pretendo molestarte. Sólo quería saludar. -Logan lo miró con incredulidad elevando una ceja sin poder evitarlo.
- ¿Qué quieres, Charles? -Preguntó asperamente. Sabía que algo más había tras esas palabras y aunque sentía un alivio y alegría infinitos por ver al que fue su único amigo bien, desconfiaba de la razón de su inesperado encuentro.
- Fue difícil encontrarte. -Soltó con un suspiro.
- No lo suficiente, sino no estarías aquí. - Lo miró y formó una mueca en sus labios.
- Tienes un punto. - Bebió y se sentó de lado para estar de frente al cuerpo de Logan. - Tengo un trabajo para ti.
- No me interesa. -Respondió antes de que el otro pudiera seguir hablando.
- Te necesito Logan. No te lo pediría si no fuera porque considero que eres el único que puede hacerlo. Tus habilidades,... ninguno de mis hombres han conseguido asercarse a lo que tu eres. -Notó que el otro, que se negaba a mirarlo a la cara, también negaba con sutileza la cabeza. De entre sus prendas sacó un sobre de papel madera marrón claro y lo puso sobre la barra. -Serás muy bien recompensado. -Y con sus finos dedos empujó con suavudad el gordo sobre lo más serca del brazo de Logan. Éste miró el sobre y luego a Charles.
- ¿Piensas que me puedes comprar? Como amigo, debo decir que me conoses muy poco entonces.
- Lo sé. Y también sé que estás teniendo problemas financieros, Logan. Con éste trabajo podrás vivir tranquilo. - El aludido lo fulminó con la mirada. Había tocado un nervio sensible. -Entonces hazlo como último favor, por nuestra amistad. - El rostro de Logan se suavisó un poco.
- Ese no era el acuerdo. - Dijo con algo de resignacion.
- Lo sé. Y lo siento por forsarte a esto. -Ambos suspiraron, cada uno a su manera. Sacudiendo la cabeza y chequeando la lengua, Logan agarró el sobre y sintió el grosor, que era considerable, para meterlo entre su chaqueta. No por agarrar el dinero, sino para ocultarlo de los ojos ajenos que miraban con mucha curiosidad.
- Bien. Pero que quede constancia en algún lado de que esto, sea lo que sea, será mi último trabajo. Respetaras luego el acuerdo que hicimos. -Charles asintió con una sonrisa en sus labios totalmente complacido.
- ¡Por supuesto! -Sin más que decir, dejó algo de dinero y una tarjeta. -Yo invito. Y en la tarjeta encontraras la nueva dirección de mi oficina. Te espero mañana a las 9hs. Te daré los detalles, los recursos y comunicación. -Logan se puso de pie también y Charles lo abrazó. - Lo del sobre es un adelanto. El 5%. -Cuando se separó se miraron a los ojos. -Realmente es un gusto volver a verte Logan. Sería mentira decir que no te he extrañado.
- Lo mismo digo, Charles. -Viendo que su amigo se iba dejándolo sólo nuevamente, se sentó y pidió otro trago. Uno doble ahora, lo necesitaría para poder calmar la ola de pensamientos, recuerdos y sentimientos encontrados que lo comenzaban a atormentar. No era justo que su amigo apareciera de esa forma, y aunque lo inundaba la felicidad de verlo saludable, la culpa y el horror del tiempo pasado lo cubrió. No estaba listo para volver. No quería. Pero ya no tenía opción, a Charles le debía la mismísima vida.
Terminaría el trabajo lo más rápido posible y desaparecería para siempre. Aunque está vez de forma definitiva.
Su habano se había apagado, así que lo guardó y consumió el licor con ganas, como si fuera agua. Esperaba que fuera suficiente para ayudarlo a consiliar el sueño cuando su cabeza descansara sobre la almohada.
Se levantó del asiento y salió del bar en dirección al hotel. Estaba seguro que mañana sería un día extremadamente largo y debía tener toda la fuerza que fuera posible.
Aún no sabía, ni era consiente de todo lo que le esperaba por delante.
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