Allí me encontraba yo en medio de un alboroto que parecía perder total importancia; todos los movimientos a mi alrededor iban a pasar a segundo plano y digo a mi alrededor ya que yo no me había movilizado ni un centímetro permanecía estática cual piedra de 30 toneladas pegada al suelo, y quizá por fuera no podía moverme pero por dentro todo mi organismo estaba en extremo revuelo, mi mente, mi corazón queriéndose salir y mi estómago que parecía no aguantar más presión; el comienzo de lo que sería una constante guerra con mi interior. Mis ojos se dedicaron a realizar un análisis completo de ella; estaba distraída mirando mi teléfono hasta que por alguna razón levante mi mirada desde el suelo viendo acercarse unas converse negras algo decoloradas, unos tobillos pálidos que se dejaban ver por el dobladillo del jean ajustado que llevaba de un color azul bastante oscuro, unas piernas tonificadas pero delgadas dando pasos firmes y sacándome de la línea de tiempo real para ver todo en cámara lenta, sus caderas hicieron daño a alguna parte de mi pecho o sólo mi corazón se detuvo al verlas moverse de un lado hacia el otro en cada paso, otra vez al finalizar sus jeans a la altura de su ombligo dejaba al descubierto su piel algo bronceada y su pequeña cintura que aseguro podía quitarle el sueño a cualquiera, una camisa gris sin mangas y lo suficientemente corta para permitir tener visión de su abdomen plano, su cabello parecía más oscuro a lo que recordaba, era un rubio ceniza ahora pareciendo más caoba, caía sobre sus hombros solo unos centímetros, también se lo habrá cortado, justo cuando mi mirada llegaba a su rostro su paso se detuvo elevando los brazos y dejando una valija parada en el medio del aeropuerto y mi vista fue obstruida por el cuerpo tres veces más grande de mi padre, luego también se acercaba mi madre a lo que yo sólo me quedé en seco viendo como todo sucedía, viendo como mis padres alegres recibían a mi hermana y yo no podía moverme, su mirada y la mía se encontraron, sus ojos miel se clavaron en los míos, viéndome desde arriba del hombro de mi padre; provocando en mí una tensión que no puedo explicar en palabras, sus ojos estaban fijos en los míos y yo no sabía que significaba eso, no podía pensar solo sentía que me estaba por dar un colapso, esos ojos eran magia, brillaban como faros y sus pestañas arqueadas los acompañaban elegantes, sus cejas perfectamente formadas en una mirada tan penetrante que me quede hipnotizada; mi rostro no pudo evitar mostrar una sonrisa de lado bastante idiota hasta que pude pensar un segundo en lo extraño que eso se veía y que estaba parada sin reaccionar cuando mi hermana a la que no veía hace tres años había regresado, así que en una lucha contra mi cuerpo decidí acercarme lo más natural posible, evitando que mis órganos revolucionándose se notasen por fuera, desvié mi mirada para quedar mirando una mejilla suya así no volver a cruzar su mirada si no quería que mi sistema nervioso estallara, sentí un calor apoderarse de mi al sentir su perfume y dos segundos después sentir todo ese hermoso cuerpo chocarse con el mío en un abrazo que me hacía sentir un dolor en el pecho indescriptible, escuche su voz decir que me extrañó y me apretaba con fuerza, su olor entro hasta mi alma y su voz resonó en mi cabeza como un eco varias veces, mis brazos seguían inmóviles sin tocarla.
-Sabes que no soy muy fan del contacto físico.- fue lo único que atine a decir.
-Lo sé pero esta debería ser una excepción.- terminó de decir muy cerca de mi oído y yo quedé en algo así como en un estado de coma cerebral, mientras se separaba de mí para mi mala suerte nuestras miradas volvieron a cruzarse, haciendo que trate de todas las formas de detener mi cara de idiota o que entre en algún transe más profundo aun pero no puedo asegurar si habré hecho algún gesto. Me quedé medio perdida en la mirada de Scarlett mi hermana mayor, que me confirmaba que todo este tiempo en el que no estuvo y llegué a creer que solo fueron mis hormonas en la pubertad las que me tenían así de “fascinada” con ella era una farsa. Mi hermana era tan hermosamente perfecta que ni su propia sangre se podría resistir.
Sus ojos eran tan intensos que me sofocaban y no dejó de mirarme así hasta que nuestros padres nos llamaron para al fin irnos.
Trate de no sonar cortante en el camino en el auto pero todo parecía importarme poco solo trataba de controlar mi torbellino interno y no preste mucha atención a todas las preguntas y respuestas que formulaban mis padres a mi hermana; ella estaba en el asiento trasero junto a mí en la camioneta, inundando todo el sector con su aroma, con su energía, su sencillez que la hacía aún más fantástica porque cualquiera sabía que ella era todo menos sencilla y ordinaria pero siempre demostraba lo contrario y te hacía sentir cómodo.
No podía entender lo que me estaba pasando exactamente pero tampoco me atormentaba como lo hacía antes, ya pase por todo tipo de rechazo conmigo misma cuando era más pequeña y ahora ya solo me sentía una chica con la peor de las suertes pero ya que podía hacer? Vivir enojada con mi cabeza, con mi corazón que se volvía loco cuando de mi hermana se trataba, intenté dejar de sentir esto por mucho tiempo, pero no estaba en mis posibilidades, tampoco haría nada para concretar mis fantasías, aunque esto de tenerla en carne y hueso tan cerca me haga pensar que no iba a ser nada fácil, mi sentido común todavía funcionaba y esto que me pasaba estaba mal de cualquier lado que lo analice. Desde que recuerdo siempre me sentí demasiado bien con Scar; ella es dos años mayor tiene actualmente 19, cumplirá 20 dentro de poco, igual que yo 18 unos meses después. Cuando éramos pequeñas teníamos muchas actividades extra después del instituto que ya nos abarcaba todo el día, no nos veíamos mucho más que para cenar o algún fin de semana familiar; nuestros padres se dedicaron a priorizaron nuestra formación, Scar siempre tuvo un lado más artístico, desde pintar hasta el baile que es en lo que se desarrolló estos tres años en el extranjero, yo quizá soy un poco más de lo deportivo de varios deportes me he quedado con el tenis, porque no me gusta mucho eso de depender de un equipo, prefiero el individualismo, soy buena sí, varias veces me he ido por temporada a competir, y como este diversos motivos por el cual Scar y yo no fuimos las típicas hermanas que crecieron unidas y también mi justificación para que yo entienda el por qué la veo como una mujer tan atractiva y no como una molesta hermana. Por eso entrando en mi adolescencia ella comenzó a resultar el motivo por el cual yo vivía enojada y me revelaba contra todo lo que podía tratando de evitar que se notase que todas mis hormonas alteradas se multiplicaban por ella. Cuando yo tenía 12 y Scar 15, fueron dos meses pero nos fuimos de campamento juntas; pasar tiempo con ella y conocerla mucho más que en todos los años anteriores conviviendo en el mismo hogar; fue maravilloso, desde ese entonces su manera de ver el mundo, su belleza su pasión y positividad me dejaron fascinada por ella. Y luego de eso entender que era mi hermana y que era mucho más que imposible desató la ira de la pubertad y rebeldía que describía antes; verla poco, o casi nada me enfurecía pero pensándolo bien quizá era lo mejor, y así fueron las cosas hasta el próximo año en donde Scar hizo este viaje que me la arrebató por tres largos años en donde llegué a pensar que todo se volvería solo un mal recuerdo y podría estar en paz pero aquí estoy…
-Cris… Cristie!- ese grito de parte de mi hermana me sacó de mis pensamientos.-Parece que no te alegras en que haya vuelto, y eso no es nada agradable, estas demasiado dispersa.- Ya habíamos llegado a casa y no había caído en cuenta en absoluto, solo seguía clavada en la ventana sin moverme. Mis padres estaban bajando las maletas y Scarlett estaba apoyada en la puerta agachándose para hacerme reaccionar.
-Lo siento, estoy como en shock por verte después de tanto tiempo; no lo tomes a mal- Creo que realmente esto va a resultar más difícil de lo que creía. Scar me vuelve a mirar de esa forma, como queriéndose meter en mi alma y me extiende su mano.
-Vamos, ahora vas a tener que acostumbrarte a pasar tiempo conmigo no te parece?- Solo extendí mi mano para salir del auto, me ayudó a levantarme sin soltar mi mano. No sé por qué me hacía sentir que estaba jugando conmigo.
-Y tu conmigo.- le dije cerca del oído y le di un beso en la mejilla, y sin mirarla fui directo a ayudar a mis padres a bajar todo ya no miré hacia Scarlett de nuevo, me estaba sacando la cordura y no debía ser de ese modo, recién era el primer día y yo sentía que no resistiría más.
Desearía despertar mañana y que todo fuese más fácil…