La habitación estaba completamente oscura, no era capaz de distinguir sus propios pies, solo sabía que estaba atada a una silla sin la oportunidad de mover alguno de sus músculos, se encontraba inmovilizada con una especie de droga que inhibía su habilidad motora, no obstante, sentía todo a la perfección, como el helado aire frío que erizaba su piel.
De pronto, las luces se encendieron cegándola por completo, cuando se acostumbró a la deslumbrante luz quedó atónita e incrédula con la presencia frente a ella.
-¡¿Tú?! ¿Cómo pudiste?- Cuestionó entre decepcionada y colérica.
-Fue fácil.- Respondió arrogante.
-¿Cómo fuiste capaz?- Volvió a interrogar.
-Se lo merecía, por su culpa tú y yo nos separamos, me hiciste a un lado; él ocasionó todo, se interpuso en mis planes y eso fue lo que obtuvo.- Soltó con desdén.
-¿Y sólo por eso lo mataste? ¿Fue debido a un capricho tuyo? Te debiste de haber dado cuenta que yo no te amo a ti, nunca lo hice y nunca lo haré, en cambio a...- Sus palabras fueron cortadas por el fuerte golpe que recibió en la mejilla derecha.
-¡Cállate!- Vociferó con furia.
-Te duele escuchar la verdad, ¿no es así?- Preguntó sin tacto, logrando provocar a su atacante.
Aunque no estaba en condiciones de contradecir a la otra persona, pues ella se encontraba indefensa y a expensas de... lo hizo; si no podría defenderse físicamente, lo haría con palabras, las cuales a veces resultaban ser más hirientes y filosas que un cuchillo.
Con lo que no contaba era que recibiría innumerables golpes debido a su "rebeldía", fue golpeada brutalmente en cada parte de su cuerpo, sobre todo en su cara.
Al final, la persona que la agredió terminó jadeante por el esfuerzo realizado.
Se alejó un poco con una sonrisa escalofriante en su rostro.
Jamás había visto aquella faceta malvada y sin escrúpulos en nadie, realmente no creía que existiera una persona tan cruel como para ejecutar ese tipo de actos inhumanos.
-¿Algo que agregar?- Preguntó burlonamente mientras preparaba su revólver.
Estaba cansada, los golpes la habían debilitado, si tan sólo no estuviera atada otra cosa hubiera sido, podría haber dado pelea y su atacante no saldría ileso, eso era seguro.
Sabía que sería su fin, no tenía escapatoria, se encontraba demasiado vulnerable, si no la mataban las balas, lo harían los golpes, los cuales seguramente le habían provocado varias contusiones y quizá algunas hemorragias internas.
Sin embargo, se armó de valor y con la frente en alto le retó.
-Pagarás todo lo que has hecho, te descubrirán y te atraparán. No existe crimen perfecto.- Dijo con una sonrisa triunfal, a pesar de que su rostro dolía horrores.
Sus palabras no lograron inmutar a su receptor.
-No lo creo, y si eso pasa, yo ya estaré muy lejos de aquí.- Una sonrisa ladina se formó en sus labios.
Lo siguiente que se escuchó fue un disparo, seguido de otro y finalmente pasos alejándose de aquella escena.
Todo apuntaba a que había ganado.