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Mi gran error. por Ckarlos1997

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Notas del capitulo:

 El mundo aveces, es demasiado pequeño, casi nos podemos pisar los talones unos a otros.

Al salir del baño Joaquín aún seguía en la cama, boca abajo y con una almohada en la cabeza, supuse que era resaca, así que siendo aun mas idiota fui a la cocina por un vaso de jugo y al botiquín por unas aspirinas, me senté en la cama y le hable despacio -Joaquín, toma, te traje algo para tu resaca- el levanto la cabeza y me recibió el jugo y la aspirina -Gracias Ariel, eres el mejor- se tomo el vaso de jugo sin dejar ni una gota y luego se paró, comenzó a buscar sus pantalones y ropa interior – Gracias por dejarme dormir aquí, de verdad me salvaste, de no ser por ti hubiese dormido en la calle. Ahora es mejor que me vaya, mis padres deben estar preocupados- comenzó a vestirse y justo antes de bajarse los pantalones para ponerse su ropa interior cerré los ojos y me tape con una frazada la cara, él rio por mi acción y me aviso cuando ya estaba vestido, se acerco a mi y me beso la mejilla izquierda – Para hacerte el rudo en la disco eres muy tierno, me gusta eso. Oye, antes de irme ¿me das tu número? – creo que ahí fue cuando el destino me dio una segunda oportunidad, un chance mas para poder rechazarlo y alejarlo de mi vida, para no traer mas problemas a mi ya acomplejada mente. Pero como al parecer mi cerebro no es mas que un adorno en mi interior, tome su teléfono y luego de que él me lo desbloqueara anote mi numero y se lo entregue, el me llamo y dejo su numero guardado en mi teléfono como “Joaco”. Lo acompañe a la puerta y luego de besarme la frente se fue.

Quede dubitativo en el sofá de mi casa, pensando en que fue lo que había sucedido, pensando en que se cruzó en mi estúpida mente para traer a un casi desconocido a dormir conmigo, prestarle ropa y despertarlo con un maldito jugo y una aspirina, también pensaba en que el que debió hacer eso era el imbécil con el que tuvo sexo en los baños, y por algún motivo pensar en eso me ponía histérico, me enfurecía y me alteraba, me ponía celoso.

 

Luego de darle el número comenzó una relación extraña, era como si fuéramos amigos de toda la vida, nos agregamos a Facebook, nos seguimos en Instagram y hablábamos todos los días por WhatsApp, conocí al que creía era el verdadero Joaquín, compartíamos algo mas que solo gustos, compartíamos historial médico. Ansiedad, depresión, pastillas, cortes, suicido, drogas, fiestas y un sinfín de temas conversábamos a diario, ambos teníamos más de un intento de suicidio en el cuerpo, y a ambos nos doparon y trataron especialistas. En Joaquín encontré a alguien que me comprendía, alguien que no me juzgaba, que me daba su apoyo y me escuchaba, me conto sus historias, sus problemas, sueños y deseos, entre conversación y conversación sucedió, nos volvimos inseparables, pero en un punto dejo de ser algo lindo a ser algo enfermo. Me volví dependiente a Joaquín, a estar con él, a hablar con él, a dormir con él. Comenzó a venir más a mi casa, al menos una vez a la semana dormíamos juntos, pero siempre como amigos, nunca en ese momento paso nada, solo dormíamos abrazados y pasábamos la mañana juntos en la cama hablando, viendo una película o cada uno en su teléfono mostrándole videos al otro.

 Joaquín comenzó a salir conmigo y mis amigos, y lo que me sorprendió fue que Christopher lo conocía, lo conocía y nunca me dijo nada, cuando lo lleve al grupo ellos se saludaron como viejos amigos, lo que, en parte, nos dejó a todos un poco extrañados - ¿Ustedes se conocen? – pregunto Will al ver mi cara de sorpresa, que por el pellizco que me dio mi amigo en el brazo debió ser como la  de un conejo encandilado por las luces de un camión en la carretera – Si, nos conocimos en un trabajo que tuve cuando era más joven – Christopher era el más viejo del grupo, tenía 25, media un metro ochenta, tenia una espalda ancha y brazos marcados, era trigueño, lo que acompañado de su cabello gris y ojos verde le daba un look de chico rudo y sexy – Que genial, mejor aún, así Joaquín no se siente tan solo- reí y con una sola mirada Will entendió que debía ayudarme a zanjar el tema antes de perder el control – Vamos por un trago y a bailar ¿Qué les parece? Que, para conversar y fumar, mejor me quedo en mi departamento- todos reímos y asentimos y yo internamente agradecí tener un amigo que me apoyara.

 Esa noche bailaron juntos, y algo en mi hizo corto circuito, Joaquín tenia la maldita costumbre de bailar muy pegado, algo que al parecer a Christopher no le disgustaba para nada, mis celos de dispararon cuando sus caras se rozaron y ambos salieron. Sali a fumar un cigarro, necesitaba pensar, calmarme, ¡me estaba convirtiendo en un maldito loco! Estaba pensando cuando Will me toco el hombro. -Calma esos celos, son muy evidentes- me puse rojo y mi característica risa falsa salió - ¿Yo nervioso? Para nada, si solo somos amigos – volví a reír falsamente, para ser sincero ni yo me lo creía, y Will no era idiota - ¿Me tomas por idiota? Te gusta ese tipo, ni si quiera entiendo el por qué, pero se te ve a kilómetros, pones cara de estúpido, siempre sonríes y la cara se te ilumina cuando estas al lado de él – trague saliva y mire a Will a los ojos – Me estoy volviendo loco, ellos se conocer, y al parecer se llevan bastante bien, igual no debo preocuparme, el Joaco es hetero- Will me miro como si hubiese dicho la locura mas grande la vida - ¿Heterosexual? ¿Ese tipo? Yo una vez lo vi prácticamente sobre un tipo en uno de los sofás del segundo piso y tu lo viste salir del baño con otro hombre, ¿eres idiota o solo imbécil? – Will tenia razón, era muy gay, pero prometí no juzgarlo y así lo haría – Si el se define como heterosexual, ¿Quién soy yo para contradecirlo? – Will me miro extrañado y luego rodo los ojos -Mejor vamos a bailar, antes que sigas diciendo más cosas que me producen ganas de golpearte y arrancarte esos mechones rosas –

 

 Todo comenzó a marchar bien, o al menos así se veía en mi mente, las semanas pasaron y hasta Will parecía aceptar a Joaquín, mientras, nosotros nos acercábamos cada vez más y más. Joaquín me llamaba todas las noches que no iba a mi casa y hablábamos por horas, cambiábamos el mundo, lo arreglábamos o lo destruíamos, conocimos todo del otro, desde gustos en comida, hasta gustos en el sexo. En un par de semanas cumpliría los 21, y organice una pequeña fiesta en mi casa un día después de mi cumpleaños, Will y Christopher no pudieron asistir, pero al menos Will había pasado todo el día de mi cumpleaños conmigo. La fiesta comenzó y a su vez comenzó a pasar el alcohol, con Joaquín comenzamos a tomar una botella de licor fuerte solo y entre conversación y conversación la botella se vació, y las náuseas comenzaron. Terminamos juntos en el baño vomitando y estuvimos así un par de minutos o al menos eso creí yo. Creo que el tiempo fue el necesario para que el nuevo rumor estallara, “Joaquín y Ariel había tenido sexo en el baño de la casa” y así comenzó el rumor que me traería más de un problema.

 Al despertar el día siguiente mi cabeza parecía querer explotar, No quedaba nadie en casa, solo botellas vacías, platos a medias y vasos por todos lados, volví a la habitación y escondí mi cabeza entre las sabanas, no quería limpiar nada, no quería nada con nadie. Mi teléfono tenia otro plan, los mensajes comenzaron a llegar y su estridente sonido me retumbaba en el cráneo. ¿Tuviste sexo con Joaquín en el baño? ¿Se lo chupaste? ¡Eres un peligro en el baño!, esos fueron lo mensajes que leí de Javiera, - ¿Qué? No, tu me viste, estaba mal, solo estaba vomitando- respondí en un mensaje de audio. “Lo sé, pero estuvieron casi una hora en los baños, vamos, dime la verdad” -Si hubiese pasado te lo diría, pero no, aunque en un momento las ganas no me faltaron, pero no paso absolutamente nada- y con esa semi confesión cerré el tema con Javiera y me dispuse a dormir un poco más.

  Al despertar de nuevo a media tarde, me levante a tomar un vaso de agua y luego de responder los molestos mensajes de Javiera y su insistencia en saber detalles de un hecho que no sucedió, revise un mensaje de Christopher donde me decía que nos juntáramos esa noche – Dale, ¿Dónde vamos? ¿le avisaste a los chicos? – Respondí en un mensaje de audio con una voz de ultratumba pero buen ánimo. Su respuesta fue certera, y supe que algo había pasado, “Solo los dos en el bar de siempre a las 9”. No respondió más mensajes, y mi nerviosismo me hizo no poder calmarme, pase el resto de la tarde pensando en que quería hablar, y el por qué debíamos estar solos para hacerlo, tome un café y comí algo ligero para la resaca. A eso de las 7 comencé el proceso de arreglarme, tome un baño, me seque y planche el cabello, me vestí casual, unos jeans negros rajado, una camiseta blanca hasta los muslos con el estampado de una cruz en negro, zapatillas Vans negras con blanco y mi chaqueta de cuero con tachas, peine mi cabello en una coleta alta, tome mi teléfono, dinero, mis llaves y me fui, eran las 8:15.

Un cuarto para las 9 me encontraba sentado en el bar, esperando, ya había pedido un trago, si algo pasaba al menos ya tenia alcohol en el cuerpo para poder soportarlo. A eso de las 9 y cinco llego Chris, vestía una camiseta sin mangas con agujeros muy holgados para los brazos y el cuello cortado en v, un short de mezclilla gastada y zapatillas de vestir azules. Se sentó frente a mi con una mirada que no pude descifrar – Hola, llegaste antes – dijo aun mirándome directamente -Si, estaba nervioso, quería saber que es eso que hizo que nos juntáramos solos- no tuvo ningún filtro, fue directo y muy serio - ¿Tuviste sexo con Joaquín en tu cumpleaños? - no sé qué cara habré puesto, pero en sus ojos vi que no una muy linda - ¿Para eso me citaste? ¿Para una ridiculez que invento un idiota? Pudiste preguntar por teléfono, no era necesario tanto misterio, ¡no tuve sexo con Joaquín¡, no, no y ¡no!, ya basta. Solo lo acompañe al baño y ambos vomitamos, bebimos demasiado. ¿Quién te llego con el maldito rumor? – me miro preocupado, asustado, tal vez no creyó que me molestara tanto, pero la verdad es que estuve nervioso toda la tarde por algo que no valía la pena – No importa quien fue, te creo, se que no me mentirías, por lo mismo debo ser sincero contigo. Ese tipo es una mierda Ariel, no te merece, no merece que alguien como tu se enamore de él. Lo conozco, me fui de fiesta con el un par de veces cuando éramos más jóvenes y no es de fiar, es un puto – Me tomo la mano y me miro directo- Ariel prométeme que te alejaras de él- mire a Chris, el era mi amigo, un buen amigo, de confianza, no me mentiría con algo así, pero no podría prometer algo tan a la ligera – Tratare de controlar lo que siento, de verdad que lo intentare – Chris se levanto y se sentó a mi lado para abrazarme – No quiero que te dañen, menos un idiota como ese, enserio – miles de preguntas se agolparon, pero no era el momento, ni el lugar. Y tal vez, solo tal vez, yo no quería escuchar la respuesta a mis dudas, ya había idealizado a Joaquín y ahora debía luchar para ver lo que según la gente que me rodeaba, yo no veía. Chris se pidió su primer mojito, yo el tercero, y así seguimos conversando de otros temas menos relevantes, pero no podía sacarme sus palabras de la cabeza, “es un puto”.

Notas finales:

Voy actualizando casa dosmil palabras, para que sean capitulos con contenido.


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