La luz del estudio se encontraba encendida.
—¿Entonces regresarás?
—Si. No puedo negarme. Es necesario que yo esté allá.
—Ya veo... ¿Ya leíste mi informé?
—De hecho apenas voy a leerlo. No he tenido tiempo.
—...
—¿Qué sucede Tetsuya-san?— preguntó a su viejo amigo. Aunque estuvieran hablando por Skype conocía esa mirada.
—Lee el informe.
Asintió. Cada año, en esa misma fecha, pedida un informe de la persona que amaba. Abrió el archivo y comenzó a leer.
Una lágrima surco su mejilla, después otras se unieron —E-Esto es...
—Verdad... Perdió a su esposa e hijo hace 6 meses.
—Dios...— leyó otra vez. Habían fallecido a causa de un accidentado automovilístico —. ¿Cómo está?
—Mal. Está en depresión... nuevamente. Midorima hace todo lo posible por sacarlo de esa situación pero...
Alzó la mirada y observó los ojos azules —¿PERO? QUÉ SUCEDE KUROKO?
—Es Kagami— soltó un suspiro —. Van dos veces que ha intentado suicidarse.
—Dios mío.
—Tienes que hacer algo.
Frunció el ceño —¿Qué puedo hacer yo?
—Decirle la verdad. Toda la verdad.
—Sabes que no puedo.
—Tienes que.
—No. Él me odia.
—Te ama...
Otra vez con eso —Kuroko. Si me amará no se hubiese casado con ella, y hubiese tenido a la nena.
—Sabes que su padre...
—Kuroko. Tú y yo sabes la verdad. Se casó porque quiso. La ama. Ella es el amor de su vida. Yo mismo lo escuché de su boca.
—Kōki-san... Tú lo amas. Dile la verdad.
—Por supuesto que lo amo. Lo sigo amando como el primer día. No dudes de mi amor. Tú mejor que nadie sabe todo.
—Lo sé. Pero él tambien tiene que saberlo. Está en su derecho. Mas ahora. Necesita una razón para vivir.
—yo...
—¿Quieres cargar con esa culpa?
Por supuesto que no. No quería que se suicidará. Si decirle la verdad lo salvaba, le diría la verdad. A esas alturas ya no le importaba.
—Vas a tener que...
—Ya tengo todo planeado. No tienes nada de que preocuparte. Elije el día y él te verá.
—Bien. Nos vemos en un mes.
—En un mes.
Eso fue lo último que escuchó de su viejo amigo.
Se limpió las lágrimas y cerró los ojos.
Era su graduación.
Todos se encontraba reunidos gracias a la gran organización de Momoi y Mibuchi.
Kōki miraba atentamente su teléfono cada que podía. Allí estaba recibiendo información vital.
—Kōki. ¿Qué sucede?
Miró al pelirrojo y su corazón dolió. Se acercó a él y le beso. Todo su amor lo invirtió en ese beso —Tenemos que hablar.
—Claro.
Ambos se dirigieron al pasillo. Kōki había elegido ese lugar porque había testigos de lo que iba hacer.
—¿Kōki?
Tomó todo el valor —Terminemos...
—¿QUÉ? KOKI QUE TONTERÍA ESTÁS...
—No es ninguna tontería. La verdad es que ya no puedo seguir con esto. No puedo seguir engañandote.
—¿De qué estás hablando?
—La verdad es que... No... No te amo.
—...
Apretó su puño y miró fijamente al pelirrojo —No puedo seguir contigo. Yo... Estaba contigo por tu dinero. Tú padre siempre tuvo la razón.
—Estas mintiendo.
—Sabes que no lo estoy haciendo. No te estoy mintiendo. No te amo. No más. Por eso no puedo seguir contigo.
—Entonces tu...
—Te busqué por tu dinero. Por tu fama. Jamás te ame. Yo...— se sostuvo la mejilla, el pelirrojo acababa de darle una bofetada. Jamás le había levantado la mano.
—Todo... Todo este tiempo mi padre tuvo razón.
—Si.
—Te odio Koki Furihata. Jamás vuelvas acércate a mi.
Kōki observó al pelirrojo alejarse. Sus amigos lo miraba boquiabiertos.
—Furihata-kun ¿Qué fue eso?
Ignoró al peliazul y a los demás cuando su teléfono comenzó a sonar. Respondió al ver el número de su madre.
Sus manos temblaron —¿si?
—Kōki...
—Mamá... — sollozó escuchando la voz de su madre —. ¿Estás bien? Te han hecho algo.
—Estoy bien cariño. Me ha dejado libre. Dijo que no nos quiere cerca de su hijo. Lo siento tanto Kōki. Siento que mamá no sea tan fuerte para protegerte de Akahi Masaomi.
—Gracias a Dios está bien mamá. No importa. Qué tú estés bien es lo que importa. Akashi se arrepentirá de esto. Te lo juro mamá.
Aquella conversación no pasó desaparecida para sus amigos. Puesto que de sus nervios Koki había puesto el alta voz.
Esa tarde, Kōki dió explicaciones a esas personas que consideraban hermanos.
—Tienes que decirle a Akashi— Aomine golpeó la pared.
—No puedo. Si lo llega a saber, mi madre y yo pagaremos las consecuencias. Y ahora no solo tengo que cuidar a mi madre y de mí.
—¿Qué quieres decir? — preguntaron.
—Tengo tres meses de gestación...
__________
Exaltado abrió los ojos. La puerta había sido abierta.
—Hora de ir casa, hermano.
—Voy.
—¿Llorando nuevamente?
—Recuerdos... Su esposa e hijo fallecieron.
—Kōki...
—Se ha intentado suicidar.
—...
—Le diré la verdad. Si eso lo salva. Se lo diré.
—¿Qué vas a hacer con Akashi Masaomi?
—Eso ya lo tengo listo. Por eso voy a viajar a Japón.
—Nuestros padres no te dejarán ir solo.
—Lo sé. Pero eso no importa. Es hora de la revancha.