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TODO CAMBIA por reydelosPK2

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Notas del capitulo:

85 Años una vida... Qué harias tú si tú marido desaparece y regresa 85 años después. ¿Odiarlo? quizas... lo seguirias amando. quizas ya lo habrias olvidado...

 

85 AÑOS.

Alzo la cabeza cuando escucho aquella voz imponente exigiéndole levantarse e identificarse. Le pareció tan extraño. No era la primera vez que llegaba a Shin Makoku, por lo general siempre en algún cumulo de agua (fuente, piscina, laguna, mar…etc.), pero esta vez… tierra firme.

Miro atento a su alrededor y noto que estaba en una bosquecillo, alzo la mirada tratando de identificar a los extraños que al verlo con más detenimiento bajaban  las lanzas y se miraban mutuamente los unos a los otros murmurando “Imposible…”. Yuuri pudo ver en sus ojos la mezcla de incredibilidad, confusión, enfado… muchas cosas y no muy positivas.

Con mayor curiosidad al levantarse elevo la mirada y noto su castillo Pacto de sangre no lejos de su ubicación, eso lo relajo, pero nuevamente mirar a los soldados que daban media vuelta mirando a su jefe de escuadra caminar en dirección suya con esa mirada seria, basto para que se tensara. Fuera de su primera llegada  a Shin Makoku jamás lo recibieron de esta manera, siempre lo esperaba Conrad, Wolfram… alguien conocido y estimado, pero esta vez no fue así.

-¡Levántate!- ordeno el soldado de cabellera café con expresión seria, su rostro maduro mostraba pequeñas cicatrices en su mejilla derecha y su frente- Queda detenido por impostor- indico tomando sus manos para atarlas con una cuerda y jalar empezando la marcha a Pacto de Sangre.

Poner resistencia sería lo lógico, pero supuso que debía ocurrir algún error, después de todo él era el rey, llegando con los suyos estos aclararían las cosas. Sí, sí. Una vez en su castillo todo sería como debe ser, después de todo no se fue por mucho tiempo, que eran dos semanas, lo peor que podía pasar era que Wolfram presentara su típica escena de celos y reproches por abandonarlo, mas no se podía evitar debía visitar a su familia en la tierra por lo menos en navidad y aclararles que su hijo tardaría en nacer… Tardaría casi 4 años en nacer, una eternidad a comparación de los humanos, pero los demonios son criaturas especiales de tantos misterios y tan longevos que su gestación es cinco veces al humana, quizás debió sospecharlo desde el principio, no es lógico que un chico guaperas como Wolfram tuviera 85 años y aun aparentara 16 años en tiempo humano.  Y tan emocionado que se puso después de aceptar tal acontecimiento irreal, para verse frustrado ante la ridícula espera. Quizás no debió decirle a sus padres que serían abuelos tan pronto quizás no debió echar la casa por la ventana cuando compro los juguetes, las ropitas para él bebe, la cuna y tantas otras cosas…  Wolfram debió informarle con más detalle sobre el asunto, pero en qué momento si al verlo por las noches lo único que se le ocurría era saltarle encima deseoso de poseerlo… quizás debió sospechar al no ver su vientre abultarse. Bueno eso ya quedaba en el pasado. Aunque había otro detalle… Era cierto que el viaje atreves de los dos mundos se tornaba complejo desde que Shinou había partido y Murata decidía quedarse en la tierra como un simple humano al ver que la paz reinaba en Shin Makoku, él no era necesario. Por eso no podía llevar al rubio consigo como en el pasado, apenas él podía viajar, pero Wolfram parecía nunca entenderlo y tacharlo de infiel y traidor, Ahora peor con su reciente embarazo que lo alteraba por cien. Yuuri Shibuya con 25 años humanos manifestaba una apariencia de 18 años destacando ser mitad Mazoku y comenzar a envejecer lentamente, pero aun así Wolfram seguía ganándole, pues nunca pasaba de aparentar sus eternos 16, supuso que igual que su madre sería un problema. Conrad comento como su padre murió viejo y desgastado mientras Cheri seguía cual modelo de pasarela. Incluso Gwendal siendo  hijo mayor de Cheri parecía ser su hermano mayor incluso su padre. Frunció el ceño frustrado ante tal idea, a este paso parecería un pedófilo y no era justo considerando que Wolfram tenía más de 96 años actualmente. Si la vida fuera justa Wolfram sería el pedófilo. Gran misterio que los Mazokus fueran tan longevos, pero tardaran tanto en madurar pues aun con 96 años Wolfram seguía con una mentalidad de un humano 16. Berrinchudo, orgullosos, cariñoso… en fin un adolescente con las emociones encendidas.

Despertó de su análisis al llegar a su reino, aun en su situación de preso, se mostraba calmado pues seguro estaba que todo se resolvería. Lentamente la realidad emergió sustituyendo su ignorancia y esperanza con la cruda verdad:

Miro con asombro su pueblo, ya no era un pueblo, era una ciudad, es decir el número de casa se habían triplicado o más, y ya no eran casas de una sola planta, ahora edificaciones de tres e incluso cuatro plantas, como ver una imitación de ciudad pequeña del mundo humano. Miro asombrado los postes de luz eléctrica y parpadeo con asombro: ya había electricidad. Miro a la gente que lentamente se comenzaba a aglomerar a ver al imitador. Todos parecían asombrados, curiosos y molestos.

Yuuri noto esas miradas y sintió más temor, nada era como recordaba pero era imposible, solo habían pasado dos semanas, entonces por que parecía que una vida. De la nada aceleraba el paso adelantándose a los soldados que también aceleraban el paso, mirando al prisionero de cabellera negra y ojos negros desesperado por llegar al castillo, el soldado que sujetaba las cuerdas quiso detenerlo, pero contradiciendo su apariencia el moreno tenía una fuerza fuera de lo normal. Dentro él jefe de escuadra tuvo un muy mal presentimiento, como si llevarlo ante su rey fuera el peor error de su carrera militar, mas era su obligación.

Hacia 85 años que el Maou Yuuri Shibuya como llego se marchó, sin aviso alguno. En sus años mozos el soldado pudo verle desde lejos, era un rey algo perezoso a simple vista, descuidado y confiado. Termino asombrando a todos pues derroto al Soushu y sus acciones traían paz a varios conflictos en diversos territorios, el pueblo comenzaba a amarlo y cuando se fue, el pueblo con el tiempo comenzó a olvidarlo y los conflictos entre especies renacían. Nuevas guerras emergieron entre humanos, Mazokus e híbridos. Una guerra política entre los nobles por ocupar el puesto del Maou como nuevo rey de Shin Makoku y esposo de su consorte abandonado que paso a ser el nuevo Maou. Si, muchas cosas pasaron: 85 años es mucho tiempo, incluso el primogénito del actual rey legítimo (Wolfram) ya era un hombre y acababa de ocupar el trono aunque aún faltaba el acto oficial como mucho era llamado el rey sustituto.

Yuuri se vio a si mismo puesto frente un gran salón, escucho de un soldado que era el salón del juicio y de audiencia. Frente suyo vio dos tronos, uno más grande que el otro.  Bajando varios escalones al lado derecho una tribuna para unas diez o quince personas, en el izquierdo se apilaban los soldados reforzando una entrada cuyo suelo estaba alfombrado de color rojo.

“¿Quién decoro el salón de baile?” se cuestionó Yuuri sintiéndose Alicia en el país de las maravillas, supuso que vería a la reina roja salir de aquella entrada gritando: ¡córtenle la cabeza!, y a su pesar la reina roja se convertía en Wolfram que de seguro estaría furioso por su ausencia. Quizás ya había nacido su hijo… negó con la cabeza asustado… eso era mucho tiempo y era ridículo pues solo estuvo en la tierra por dos semanas.

Trato de divisar a alguien familiar entre el público que lentamente entraban por la puerta principal pero no los encontró, ni siquiera las sirvientas, siguió su búsqueda y el sonar de una trompeta le detuvo y su mirada se posó en dirección de la entrada custodiada por los soldados.

Con paso firme hacia acto de presencia un joven de apariencia humana de 17 años vistiendo un traje negro, con una capa roja de terciopelo,  en su cintura un cinturón de color dorado que sujetaba a Morfin, cosa que despertó más preguntas que respuestas en Yuuri que no dejaba de verlo asombrado, pues ver su cara termino de aturdirle. Dios era como ver a su hermano gemelo. Era idéntico a él cuando llego por primera vez a Shin Makoku, pero su tez de piel más clara y tenía una cicatriz en el ojo izquierdo que curiosamente era de color verde esmeralda. Arqueo las cejas, que comenzaron a temblar al igual que todo su cuerpo. El peso de la verdad que su genética le gritaba la ver al muchacho fue la primera reaccionar, mientras su raciocinio seguía negando.

El recién llegado al cual todos llamaron su majestad, Miro fijamente a Yuuri. Al inicio mostro la misma cara de sorpresa que todos pusieron con el acusado, pero se repuso y volvió a poner su semblante serio y frunció el ceño mirándole con desprecio.

-¿Quién eres y que quieres en mi reino?-Pregunto autoritario

-…- Yuuri no pudo decir nada solo seguir mirándolo asombrado

-¡Responde!-ordeno elevando la voz

-Yuuri Shibuya-repuso tornado su semblante serio al igual que el disque rey, pues no le agradaba nada de lo que tenía en frente. Fuera de ver a su “gemelo” aquellas heridas en su cara le desagradaban y enfurecía. Comenzaba a sentirse oprimido-EL Maou  y rey de Shin Makoku- aclaro tajante, dando a entender que reclamaba lo que era suyo, aunque esa no era su intención lo que deseaba reclamar el hogar que dejo momentáneamente y ahora no reconocía.

¿Alguien podía despertarlo de esta pesadilla?

-¡Yuuram!-Se oyó una voz proveniente desde los pasillos, donde un rubio peleaba con unos soldados que le impedían el paso- Diles que me dejen pasar lo los rostizare- amenazaba furioso.

Hacia solo minutos entraba al despacho del rey un guardia irrumpiendo los arreglos de la coronación y la revisión de la documentación necesaria para que al fin Yuuram fuera el Rey legítimo. El soldado entro y murmuro en el oído de Yuuram y este salió cerrando la puerta con llave y dando órdenes a los soldados de no dejar salir a su madre. Sorprendido Wolfram trato de seguirlo y al pillar la puerta cerrada paso de la preocupación a la ira y sin hacerse esperar mando a volar aquella puerta con un león de fuego y prosiguió su persecución.

La voz era conocida para muchos, e incluso para Yuuri que volvía a mirar extraño, claro que reconocía esa voz pero perdía su aniñado tono y se había tornado más varonil. El destello de una llamas de fuego basto para que el pelinegro que se sentaba en el trono y hacía llamar rey bajara la cabeza y se frotara la cien pensando en lo que se le venía encima.

- ¡¿Qué pasa contigo?!-  Finalmente aparecía en el lugar un rubio - Es de mala educación dejar a tu madre hablando solo, encerrarme y mandar a tus hombres a detenerme- reprendía sin prestar atención al resto. No le importaba lo que dijeran esta vez, Yuuram debía respetarlo y daría a hacerse respetar aunque armara  todo un espectáculo y abochornara a su hijo, basta de mantener las apariencias o dejar pasar el mal sabor de boca que su hijo le hacía pasar desde que se sentaba en el trono- Por muy rey que seas no dejare que me faltes al respeto, no hay nada más impor…- reclamaba dejando de verle y buscando al razón por la cual su hijo le había dejado de lado y al notar el motivo quedo mudo mirando y reconociendo a Yuuri.

Yuuram maldecía que su madre manejara el elemento fuego, mejor dicho odiaba que controlara la magia, que supiera luchar, si fuera por el preferiría que su madre solo fuera una dulce ama de casa que no se mete en este tipo de cosas y lo espera con la cena y una ducha caliente, pero no… Pese a encerrarlo con llave no le costó nada tumbar la puerta, pese a que les ordenó a sus guardias impedir que viniera al salón de audiencias, allí estaba reduciéndoles y entrando reclamando sus faltas como siempre. Se sentía viejo, pese a solo tener 81 años de edad, lo cual en apariencia humana era 16 años. Dirigió su mirada al molesto sujeto y sintió el deseo de quemarlo vivo, después de todo pese a tener la apariencia del su padre había heredado el elemento fuego como su fuente de magia.

-Mamá- llamo el menor a Wolfram mas este parecía no escucharlo.  

Yuuri quien le miro entrar quedo sorprendido al verlo, es decir estaba feliz de verle pero ese tampoco era el Wolfram  que recordaba, este era más alto, como si tuviera uno 20 años, su corazón saltó anunciándole que era el mismo Wolfram aunque al ver su cara y aquel parche en su ojo derecho le molesto. Bajo ese parche eran visible rastros de cicatrices de quemaduras. Trago en seco ¿Qué había pasado?

-¿Yuuri…?-Llamo el rubio mirándole con asombro y poniéndose tan pálido por la impresión de sentir que miraba un fantasma.

-¿Wolfram?-cuestiono Yuuri mirándolo aun con rareza, encogiendo sus ojos como  si necesitara lentes para reconocerle. Yuuram chasqueo los dedos, suficiente su madre acababa de confirmar sus sospechas y su enfado guiaban sus acciones.

-¡Guardias!- repuso Yuuram- llévenselo a los calabozos. Al amanecer será ejecutado- miro a Yuuri que giraba a verle y notaba esa mirada cargada de odio. Los soldados nuevamente jalaban la cuerda y Yuuri por el jalón caía al suelo. Wolfram miraba incrédulo aquello, quizás por esa caída terminaba de despertar de su asombro.

-¡ALTO!-Ordeno y los soldados se detuvieron

-¡LLÉVENSELO!- Yuuram comenzaban a contradecirse las ordenes de su madre, los soldados miraban a ambos monarcas, no sabían a quién obedecer. El menor noto lo que acontecía y renegó más, aun su madre tenía poder, aún era reconocido por los soldados como el rey verdadero, como deseaba que llegara el día de su coronación oficial y así dejar en claro que solo el reinaba todo Shin Makoku- Madre- Llamo Yuuram a Wolfram señalándole el trono adjunto al suyo que era el de menor tamaño, trono correspondiente al consorte real, trono que su hijo ocupo durante su infancia y abandono al cumplir los 75 pasando a ocupar el trono más grande, el del rey y Wolfram regreso a ocupar el del consorte en este caso el de la madre del rey. Era una indirecta sobre su lugar en el reino, pues ya no era considerado como el monarca ahora que su hijo era un adulto y el único heredero al trono. Nada faltaba para su  coronación oficial. Entonces Wolfram sería solo su madre, alguien que no tendría peso directo  en las decisiones del reino pues como regente de la tierra Bielefeld solo sería eso, un simple noble bajo sus mandatos.

-Yuuram-Wolfram bajo el tono de su voz y miro a su hijo neutralmente, debía acudir a la lógica, supuso que ahora mismo Yuuram deseaba era ver muerto a Yuuri… 85 años de abandono son 85 años. Suficiente para no escuchar excusas- no puedes condenar a una persona sin un juicio. No es justo- repuso severo

-Soy el rey, el actual soberano de Shin Makoku, mi palabra es la ley- alego el menor mirando severamente a su madre dando a entender que aunque estuviera en desacuerdo no dejaría que su madre sobrepasara su autoridad o lo influenciara, menos por ese hombre.

-Aun no lo eres, no hasta la coronación oficial. Yo soy el rey y como rey designo un juicio- finalmente Wolfram imponía su derecho como rey, después de todo fue el esposo de Yuuri el Maou y fue nombrado así por los nobles y varios aplaudieron tal decisión, que mejor que la madre del hijo del legítimo rey para gobernar y cuidar del reino que heredaría el hijo del Maou-Yuuram- nuevamente Wolfram llamo a su hijo entre el bullicio que se había formado por tales eventos, era extraño ver a ambos discutir, más extraño ver a Wolfram imponerse como legitimo rey antes su hijo des de que este cumpliera los 70 años. Yuuram no hizo y furioso solo se levantó del trono mayor y se retiró a su habitación cual niño caprichoso.

-¡Wolfram!- se oía el llamado desesperado de Yuuri al sentir las cuerdas jalas sus manos.

Wolfram giro y miro a Yuuri ser llevado a la prisión temporalmente hasta que llegaran los tribunales y pudieran iniciar el juicio, había ganado, pero no se sentía victorioso.  Apretó los puños y siguió a su hijo, comprendía su proceder, debía hablar con él en privado y conversarían como lo que eran madre eh hijo.

Yuuri por más que llamo a Wolfram no obtuvo respuestas, miro incrédulo como era ignorado por quien en un pasado vivía por él y vigilaba cada expresión, palabra, gesto ya sea para regañarle, animarle o jugarle. Sintió la cuerdas jalarlo nuevamente  y fue depositado en una celda.

Wolfram rápido como pudo camino detrás de su hijo y le vio entrar a su recamara, la cual alguna vez fue la recamara real que Wolfram ocupo con Yuuri, miro la puerta cerrarse y puso un pie para evitarlo. Su hijo no se zafaría de esta conversación y si la puerta del despacho no pudo con él, esta tampoco podría.

Con una sonrisa maliciosa abría nuevamente esa puerta y miraba  a su hijo

-Tenemos que hablar- exigió ya molesto de ser menos preciado por su hijo, el poder se le estaba subiendo a la cabeza y a su parecer se convertía en un dictador.

-¿De verdad es él?-Interrogo Yuuram dándole la espalda a su madre mientras se aflojaba el cinturón.

-eso parece- Wolfram relajo su semblante al notar que su hijo volvía a hablarle tenuemente y abandonaba ese tono distante y autoritario que usaba en público

-¿Cómo que eso parece?-Le reprocho sacándose su capa y arrojando con esta a morfin sobre la cama, mientras él se tiraba sobre uno de los sofás y elevaba los pies de forma relajada para pasar a frotarse la cien manifestando su dolor de cabeza- mamá, es blanco o es negro, no hay intermedios- reprocho al rubio

-ya lo sé- Wolfram tomando asiento en el otro sofá- es él, pero no ha cambiado-explicaba- sigue igual a cuando se fue, es como si el tiempo no hubiera pasado por su persona, por eso…

-No. no. no y no- amenazo Yuuram negando también con el dedo en dirección de la cara de su madre al notar la apertura que temía- nada justifica su abandono, no me importa oír sus escusas. En primer lugar el jamás debió dejar su reino-Contra atacaba. Si bien sabía que en el pasado su madre babeaba por su padre al grado de humillarse con un compromiso que nunca avanzaba por más de 10 años y por acto de suerte se consumó y él fue el resultado que los obligo a casarse.

-Ya te explique que él no nació en este mundo, también se debía a otro mundo, a su familia de crianza

-No importa-Yuuram se levantaba y apuntaba a su madre en la nariz, presionándola con sutileza- El gobernaba este mundo y un gobernante jamás abandona su reino- reprochaba el joven

-no tiene ni un poquito de curiosidad- escarbaba Wolfram buscando una posibilidad de excusa en el corazón de su terco hijo mientras retiraba esa maldita mano tentado a doblarle el dedo, odiaba que su hijo le apuntara.

-No- repuso sin duda- en el juicio le daré a elegir: regresar a su mundo o podrirse en la prisión del reino que abandono

-Yuuram no puedes hacer eso, el no cometió un crimen-Acuso Wolfram sin poder retener más esa mano que se liberaba.

-¿Como que no cometió un crimen?- sujeto los hombros de su madre y encaro miradas- ¡NOS ABANDONÓ! – Exploto, para luego tratar de contenerse, no era su madre quien debía soportar sus reclamos. Dejo de apretar los hombros de Wolfram que hacia sentado sobre el oro sofá y de cuclillas se apoyó sobre las rodillas de su madre mirándolo desde abajo y tomo sus manos como si suplicara-  Dejo a su familia a su suerte, su reino, sabiendo que sin él otros reinos tratarían de atacarnos, nos hizo ver débiles…- elevo su mano y la poso sobre el parche del ojo de Wolfram -Olvidas todo lo que pasamos. No me digas que las guerras se te olvidaron mamá…- reprochaba sutilmente

-Aun así- remarcaba Wolfram - Merece un juicio justo. No puedes simplemente omitir un castigo sin oportunidad a defenderse, va contra las normas del código penal que tú mismo ayudaste a escribir.  

-soy el rey, puedo pasarme las normas por…

-¡Yuuram!- Wolfram acariciaba la cabellera de su hijo cuya cabeza ya se hallaba sobre sus piernas como cuando era niño.

-Qué complicado eres mamá- Se levantó mirando a su madre, su rostro bello cual ángel parecía jamás perder su belleza con los años, sin importar que lo hirieran y lo ensuciaras su madre seguía siendo lo más bello que jamás conoció y el idiota de su padre nunca valoro, no podía entregar tal tesoro a alguien que no lo merecía. Acerco su cara a la de su madre y sujeto su mentón, varios criticaban ese tipo de comportamiento, parecía que el príncipe sufría de complejo de Edipo y mientras más crecía más notorio era sus acciones indebidas contra su madre.

Cerca de sus labio se detuvo y sintió sus respiración y elevo su mentón hasta besar su frente- Mañana partirás a Bielefeld- concluyo y Wolfram le miró con esa expresión de incredibilidad nuevamente lo dejo noqueado con sus decisiones-No me mires así mamá, sabes que solo venias de visita, ahora que eres regente de Bielefeld no es bueno que dejes tus tierras solas por mucho tiempo. Si te quedas aquí terminaran acusándome de incesto…- susurro reconociendo que de no ser su hijo se le lanzaría sin reparo alguno y es que su madre lo era todo y solo una persona llegaba  a ser tolerable a su parecer, más esa persona también estaba castigada por llevarle la contra y ponerse a favor de su madre.

Admitía que era raro, pero le gustaba estar pegado a su madre, recibir sus mimos, sus regaños, sus golpes, sus miradas, sentir su respiración, que lo votara de la cama de una patada… etc. Apenas si acepto que su madre se marchara a Bielefeld pero era lo mejor para reinar con libertad y pese a amar a su madre amaba más el poder pues con el poder podría protegerlo y controlarlo.

-no iré a Bielefeld- remarco Wolfram molesto, la razón de su visita a Pacto de sangre era simple: Los rumores de la conducta de su hijo, era verdad que era joven y como nuevo rey debía aprender mucho, pero no había nadie quien le guiara o mejor dicho su hijo se había desecho de todos los que trataron de educarlo como rey. Según el no necesitaba de nadie para ser rey. Era preocupante. El único sobreviviente era Aldebarán e incluso este no bastaba pues siempre terminaba dando su brazo a torcer con las ocurrencias de su hijo y ahora mismo estaba castigado recorriendo las fronteras, analizo, que no se suponía que hoy regresaba… supuso que llegaría al caer la noche. Valla cara que pondría al saber lo que acontecía.

-Madre te recuerdo que yo soy el actual soberano y como tal tu deber es obedecer mis mandatos

-Hijo mío te recuerdo que aún no es oficial. Aún falta el acto de coronación y hasta que eso no ocurra yo soy quien gobierna- repuso serio

-sí, pero yo he estado como rey desde la muerte de Waltorana y tu como regente de las tierras Bielefeld

-Tu tío Waltorana. Ten respeto- corrigió molesto, esa manía de su hijo de llamar a todo cual desconocidos le molestaba- además si te deje a cargo del reino fue por que debía solucionar los problemas de Bielefeld con los poblados vecinos.

-eso mismo madre, debes solucionar los problemas de tus tierras, no tienes por qué estar aquí. Te llamare cuando acordemos la fecha de coronación

-No marchare hasta no aclarar este asunto. Así que mejor resígnate- Wolfram se mostró decidido, su hijo que ya no era un niño, todo lo contrario ahora mismo era un hombre,  que pese a ser parecido al Yuuri enclenque del que se enamoró, no era inocente o de buen corazón. No significaba que fuera malo, solo que era severo y terco cuando decidía algo y siempre quería tener la razón. Creció en un mundo conflictivo y vio la muerte desde muy temprano, era lógico que tuviera tal conducta.

 -Madre no te atrevas a desobedecer mi mandato, yo soy…- Wolfram elevo una mano y la puso sobre los labios de su hijo y miro fijamente.

-Eres mi hijo y sabes que te quiero más que a nada en este mundo. Pero también soy quien vela por este reino y por ello debo ser neutro y decirte que comienzas a errar tu camino, no me obligues a imponerme, aunque los nobles decidieron que era hora que gobernaras y yo rigiera Bielefeld, todavía puedo quitarte esa corona. Si quieres ser un rey compórtate como uno- concluyo soltando su mano y dándole la espalda para salir de esa habitación. Yuuram no dijo nada solo miro a su madre perderse detrás de la puerta al cerrarse.

Wolfram sintió su corazón dolido, más sabia que debía hacer. Camino a paso firme, en algo Yuuram tenía razón, no era momento de ser débil y dejarse llevar. Todo era blanco o negro, 85 años… Ya no era el mismo que Yuuri conoció.

Los guardias miraron al rubio caminar en dirección de las celdas, algunos desearon detenerle, pues entendían las ordenes de su rey, mas ellos no eran quien para detener al verdadero gobernante de Shin Makoku, mas no falto el soldado que abandonaba filas para correr al despacho del rey y delatar lo acontecido.

Yuuri por su parte miraba incrédulo los barrotes, todo lo que ocurría era como una pesadilla, algo irreal. Escucho del soldado que habían pasado 85 años desde que él se marchó. 85 años… repuso asustado. Una vida. ¿Qué paso en tanto tiempo? ¿Quién era ese chico? Aunque supo la respuesta a la segunda pregunta no dejaba de darle miedo aceptarla. Es decir Wolfram y el eran padres y su hijo lo odiaba.

-Mi hijo…-  susurro al aire abriendo sus ojos a más no poder comprendiendo que estuvo ausente en toda su infancia, su adolescencia… tantas cosas que había perdido. No dudo que  lo odiara a muerte. Prácticamente era el hombre que los abandono. ¿Pero qué paso? ¿Por qué fallo en su viaje? Era verdad que el tiempo en ambos mundos variaba pero no creyó que fuera tanto, no era normal. Abría sus ojos ante otra revelación ¿Eso significaba que nunca más regresaría a la tierra pues de hacerlo al volver quizás no encontraría a Wolfram o lo que quedaba de lo que ya consideraba su familia…? Puso sus manos sobre su nuca y rasco su cuero cabelludo.

Cielos, Wolfram había crecido y madurado, ya no era el niño bonito que aparentaba 15 o 16 años, ahora mismo ya parecía un joven de 20 y su misma personalidad parecía diferente, ni siquiera se dignó a gritarle o reclamarle su abandono como típicamente haría, ni trato de agredirle, prácticamente lo ignoro. Miro el suelo agobiado ¿Cuándo lo vería? ¿Cómo le explicaría? ¿Le creería? ¿Le perdonaría? Se cuestionaba como si mentalmente le llamara, el rubio hacia acto de presencia dentro de los pasillos de las celdas y caminaba sigilosamente a la que contenía al moreno, le miró fijamente en esta celda, parecía tan confundido y aturdido que se jalaba el pelo y miraba el suelo desesperado. Se apoyó sobre los barrotes dándole la espalda pensando cómo hablarle… Debía gritarle, hablarle con frialdad, directamente irse a los golpes… no lo supo, quizás por eso no deseaba verlo porque no sabía cómo reaccionar ante Yuuri, no después de tanto tiempo.

-Sera mejor que tengas una buena excusa o juro que seré yo quien termine asesinándote aquí ya hora- Yuuri se congelo al escuchar una voz que le despertó de sus pensamientos. Elevo la mirada vio al rubio. Wolfram estaba parado detrás de los barrotes de su celda dándole la espalda. Tan diferente a la cálida o furiosa bienvenida que siempre le mostraba al legar a casa

-No lo sé- repuso confundido, poniendo sus manos sobre su cabellera negra y sucumbiendo al pánico- solo mache a ver a mis padres por dos semanas y al regresar… - dijo con voz quebrada-85 años- concluyo aterrado

Wolfram noto el temblor en su timbre de voz, no le mentía. Suspiro decepcionado. No los había abandonado como siempre creyó, no se había retractado y huido al ver que no sería capaz de seguir con la parodia de su matrimonio.

Recordar ahora que por años se aferró a esperarlo creyendo que quizás Yuuri tenía dudas de su matrimonio y su rol como papá y necesitaba  tiempo para despejar su mente… Años, después se convenció de si… Los abandono. Ahora saber la verdad, ver que el tiempo no paso sobre su persona… no le satisfacía. No tenía a quien culpar por sus malos momentos… no había a quien odiar y atacar para desahogar su cólera.

-Ya veo- repuso Wolfram sin verse muy afectado por su confesión, esto fuera de calmar a Yuuri lo hundió más en la desesperación, elevando la mirada para verlo. Esos ojos verdes que lo miraron con un amor paciente y que parecía eterno, ahora mismo ni se dignaban a verlo, solo le daba la espalda y su voz… no estallaba en gritos y reclamos, parecía lejana a emociones. Cual reencuentro con un amigo de infancia que te traer memorias gratas, más al hablar con él no es el mismo, el sentimiento que antes los unió no era el mismo solo un abismo entre ambos.

-¡Wolfram!-llamo cual grito desesperado tratado de avivar algún rastro de su amor. Es decir si esta era su realidad al menos deseaba que su relación con el rubio siguiera, si había perdido a su hijo por una ausencia que no planifico no deseaba perder a su esposo.

-Es tu hijo…- dijo Wolfram despertando de su retardo al oír su llamado, sinceramente era como no estar presente, como ver una película donde pese a ser uno de los protagonistas no eres capaz de hacer nada. No quiso verle, no quiso nuevamente remover esos sentimientos que declaro muertos hacia tantos años atrás- debo advertirte que tendrás un juicio por traición, al desaparecer es como si hubieras traicionado a tu reino y de esa forma robado el poder del Maou- explicaba Wolfram con la espalda apoyada sobre los barrotes, escuchando el rechinar de las cadenas de Yuuri que no le dejaban alcanzarlo, hasta que se quedaba en silencio y le hacían entender que el moreno se rendía en su afán de alcanzarlo- trata de sonar convincente ante el tribunal, yo atestiguare a tu favor  pues no me cabe duda de que dices la verdad- concluyo y Yuuri inmóvil soltó una risa de alivio

-Entonces tú me crees- dijo lastimero

-Claro-afirmo Wolfram convencido- Yuuri tu eres pésimo para mentir, además mírate- Dio la vuelta para verle y señalarle- no has cambiado nada, el tiempo no ha pasado sobre ti. Aun siendo un hibrido 85 años implican cambios que no se pueden evitar, pero tú no has cambiado nada. Incluso yo que soy un demonio puro he cambiado.

-¿Aun… Me amas…?-Interrogo aprovechando que al fin el rubio se dignaba a darle la cara. Le miró fijamente,  ese ojos esmeralda aun visible confronto  los ónix de Yuuri y el silencio largo gobernó entre ambos, como su el tiempo y el espacio dejaran de existir. Miedo, incertidumbre… reinaron en ese nuevo espacio entre ambos.

85 años ausentes daban a entender tantas cosas erróneas. Como que lo había abandonado y eso duele, le duele a toda persona que ama apasionadamente como el rubio lo amaba. Le miró fijamente, no le agradaba esa larga pausa y esa expresión de lastima, tampoco ese parche sobre su ojo derecho, deseo preguntar tantas cosas pero no podía no sin saber la respuesta a esa pregunta.

Un suspiro salió de los labios del rubio cargado de melancolía.

-Siéntete orgulloso enclenque- repuso calmado y alegre de insultarle de esa forma, hacia cuanto no llamaba enclenque a alguien- fuiste la persona a quien ame y por quien hice tantas locuras…-rio para lentamente elevar la mirada y apagar esa sonrisa sutil, confrontando los ojos negros del moreno, para que mentir- Lo siento…- sentencio y Yuuri sintió que su corazón dejo de latir.

-¡Wolfram!-Le llamo al ver que el rubio se marchaba. Su mayor temor se hacía realidad. Era su peor pesadilla. Perder a su familia y ni siquiera perderlos por la fatídica muerte. Era injusto. Muy injusto, él no tenía la culpa de lo ocurrido, no merecía esto.

 

Recuerdos 1

Nacimiento

 

Todos se pusieron detrás de esa puerta angustiados esperando el nacimiento. Wolfram como cualesquiera sintieron tristeza, lo que más deseaban es que Yuuri llegara al nacimiento de su hijo o el funeral del rubio. La resignación fue impuesta por los dolores de parto pese a las suplicas del rubio que le pedía esperar un poco más no espero, la vida se abre paso sin importarle nada, cual rio debe seguir su curso.

El sudor recorría su cuerpo tres años de gestación (Equivalentes a un bebe de 6 mesinos) y de la nada comenzaban los dolores de parto. Empapado en sudor y el dolor que sentía vivamente que creyó no lograrlo. A diferencia del mundo humano aun en Shin Makoku los partos eran naturales y aun cuando existía la cesárea esta era el último recurso pues era un orgullo que un hijo naciera de forma natural, esto era símbolo de fuerza y fertilidad, en especial en las familias nobles.

Un último alarido de dolor estremeció los oídos de la médico que al fin pudo ver esa pequeña cabeza con cabellera oscura salir a la luz y de esa boquita empezar un llanto feroz que conmocionaba a los familiares que podían oír al niño y comenzaban a festejar, más la cara de la médico se puso seria y entrego el niño a una enfermera para rápidamente tratar de reanimar a la madre, la hemorragia se salía de control y el Mazoku de fuego por más fuerte que pareciera ser solo era un simple doncel y en su naturaleza los partos eran tan riesgosos que la mitad terminaba muertos.

“Debí practicar una cesárea” se recrimino la médico, más el rubio no lo deseaba, quizás por vanidad, orgullo de mantener la tradición de los nobles, quizás porque estaba orgullosos de gritar al mundo que ese era hijo del Maou y suyo, un niño con un gran linaje que sin duda no se vería ridiculizado por nacer por cesare, no arruinaría el pedigrí de su primogénito, simplemente su hijo seria perfecto. Gisela miraba las consecuencias de obedecer al consorte de su monarca quien ocupaba el puesto de Maou temporalmente en ausencia de Yuuri.

“¿Y será que regresa?”

Se cuestionó ya controlada la hemorragia. Aquel bello demonio de fuego que conoció desde pequeño, ese niño insoportable y cabeza dura que sufrió un cambio de 180 grado por causa del Maou, ahora mismo estaba tan huesudo, indefenso ante la gran carga que era la ausencia de su esposo, su embarazo, el reino… tantos miedos y no podía gritarlos, se había inhibido de hacerlo, a cada pregunta la misma respuesta y excusa:

“claro que regresara, seguro se presentó un inconveniente”

¿Cómo dar a conocer sus miedos si se sentía el único capaz de asegurar el regreso del Maou?

¿Cómo buscar consuelo a sus noches de llanto clandestino si debía sonreír todos los días para aparentar seguridad?  

¿Cómo quejarse del dolor o debilidad por alimentar con su propia energía a su feto, si debía mostrar fortaleza para dirigir el reino?

Muchos confiaban en el Maou, pero no estaban seguros de su regreso, quizás su poder nuevamente flaqueaba, quizás solo los abandono, quizás ocurrió un accidente, quizás el tiempo pasaba de diversa forma en ambos mundos, no sería la primer vez… mil dudas y una sola verdad para ellos: dos años y tres meses de su ausencia.

-¡¿Como esta?!- gritaba desesperada una madre al no saber nada de su hijo y eso que escucharon al bebe llorar hacia mucho, pero nadie salía de esa habitación, nadie hasta ese momento. La enfermera entrego al bebe a Cheri y miro a los presentes con tristeza

-su estado aun es reservado… el parto se complicó- concluyo la enfermera, sin dar más datos para abandonarlos en la angustia y entrar nuevamente a la habitación. Los presentes se miraron y miraron al bebe que era el heredero al trono, pues aun que Yuuri estuviera ausente seguía siendo el Maou, rey verdadero de Shin Makoku, por tanto este era el legítimo heredero al trono. Pero si la madre moría (Wolfram), lo más seguro era que el niño también compartiera su destino, después de todo dependía de su madre por un año para sobrevivir. Año en el cual la madre lo alimentaba con su magia, habían rumores de que de vez en vez él bebe aceptaba la magia de su padre ante la muerte de la madre, pero ahora… Ni siquiera Yuuri estaba presente para ayudar.

Si los embarazos de los donceles demonios eran complicados, la madre necesitaba a su pareja para alimentar al niño durante la gestación mediante las relaciones sexuales en cuyos actos por naturaleza el seme cedía parte de su magia a ese nuevo ser, pues la madre debía acumular tanta magia como fuera posible para alimentar al niño al nacer por el año de abstinencia. En ausencia de Yuuri, Wolfram cedió su energía para que este su hijo se desarrollara. Mes tras mes, comenzaba a debilitarse, sin importar cuanto comiera, o descansara… el desgaste mágico era enorme.  

Nadie podía culpar a Yuuri, el no conocía mucho sobre estas cosas, apenas si aceptaba que el rubio estuviese embarazado, recordaron como el moreno se quedó en Shin Makoku durante nueve meses pero no notaba cambios en Wolfram, eso lo aterro y pregunto si acaso había sufrido la pérdida del niño. Wolfram se mató de risa por un buen rato y negaba ante un confundido Yuuri.

“Enclenque…” llamaba conteniendo su risa “Es un demonio, su tiempo de gestación es cinco veces el de un humano… ¿olvidaste que somos longevos?”

Yuuri frunció el ceño molesto, esto era una locura. Primero Wolfram le salía con que esperaba un hijo y ahora debía esperar más de tres años para que naciera. De pura rabia simplemente tomo sus cosas y marcho al mundo humano, claro que no era una pelea, solo que deseaba visitar a su familia y aclararles que debían esperarse unos añitos más para conocer a su nieto, y con lo emocionados que estaban todos.

Nadie informo al moreno que los constantes encuentros sexuales entre Wolfram y él, no era solo la extraña atracción que Yuuri desarrollo al comprender sus sentimientos por el rubio, no. era algo más instintivo para garantizar el saludable desarrollo de él bebe. No lo creyeron necesario, se veían felices, y Yuuri de seguro no tardaría mucho. Ya pasaban 16 meses y el Maou no regresaba, llego la hora del parto y el Maou no apareció.

Casi dos días demoraron para lograr estabilizarlo, y un día más para finalmente ver al rubio abrir sus ojos al oír el llanto de un niño que no dejaba de llorar afónico por el hambre.

Daba lastima su estado. Del galante príncipe caprichoso solo quedaba un esquelético rubio, con ojeras pronunciadas, los labios secos… ese niño había drenado casi toda su fuerza y ese parto al ser natural casi se había llevado su vida, y aun así, allí estaba el pequeño exigiendo más, más de su madre pues deseaba vivir aunque su madre debiera morir.

Los ojos del rubio se posaron sobre los de su madre que tenía una ojeras que arruinaban su belleza, en sus manos sujetaban al bebe, adjunto su madre sus hermanos y sus amigos, todos con cierto grado de cansancio, cada uno había puesto su grano de arena para cuidar al menor y a la madre, pero todos se sentían unos inútiles al saber que no podía hacer nada para ayudarlos más que esperar.

-Mi hijo…- susurro el rubio con los labios secos extendiendo una mano, comprendía la situación pese a que nadie se la había informado, bastaba con oír a su hijo para que el instinto materno diera rienda suelta a una fuerza que motivaba al rubio a despertar y seguir viviendo un poco más, solo para alimentar al pequeño.

Pusieron al niño en brazo con duda, sabían que el niño drenaría la poca magia que le quedaba al rubio, la médico miro a la enfermera asintiendo listas para hacer lo que habían hecho hasta la fecha usar su magia para restablecer a Wolfram. Wolfram abrazo al infante con delicadeza y comenzó a alimentarlo por medio del tacto, sintió como su energía era drenada y simplemente volvió a quedar inconsciente.

El niño casi afónico dejo de llorar cuando sintió a su madre y rápidamente comenzó a alimentarse sin medida, después de todo su ser le exija alimento para seguir subsistiendo, para desarrollar su fuerza, para crecer. Tanta hambre tenía que sus manitas se aferraron a los mechones dorados de su madre cuando nuevamente era apartado de ese ser que le dio la vida.

Todos siguieron mirándose mutuamente, creyendo que a este paso la historia de la actual familia real terminaría en tragedia. Rogaron a Shinou que trajera a Yuuri de regreso, más el primer rey nunca respondió.

Fue un milagro que todos festejaron que ambos siguieran con vida por más de dos meses, el rubio seguía delicado por las constantes perdidas de energía paro ya estaba despierto. Su tío Waltorana había acudido a su auxilio pues su magia pertenecía al mismo elemento que el de su sobrino querido: fuego. Si, el rubio mayor quien dirigía las tierras Bielefeld fue la solución para restablecer al Wolfram cediéndole parte de su magia, Pero la felicidad era temporal, lentamente sentían la presión de los nobles, del pueblo que después de festejar el nacimiento del primogénito del Maou hacia la misma pregunta:

¿Cuándo regresara el Maou?

A diferencia de las anteriores veces Wolfram mirándoles fijamente… no supo responder. Por primera vez su voz solo se apagó y camino recto dejando a todos asombrados ante tal reacción, con su hijo en manos se encerró en su habitación. Al día siguen solicito a Gwendal que invocara a los diez nobles.

Wolfram miro a  su pequeño fijamente, Cual burla del destino su hijo era la viva imagen de su padre… una gruesa lagrima rodo por su mejilla y dejo al niño en su cuna para ver por la ventana y contemplar el reino de  Shin Makoku. Un largo suspiro salió de sus labios comprendiendo su camino.

En la reunión de los diez nobles Wolfram dio a conocer sus intenciones y sus profundos miedos y esperanzas vestidas de una propuesta elegante.

“El Maou quizás regrese o quizás no” Comenzó sorprendiendo a más de uno, aquellas palabras eran indiferentes como si no fuera asunto suyo, aunque su apariencia aun delicada por todo lo vivido diera a entender que de todos él era el más afectado por la ausencia del Maou “Es su hijo y el mío… Como rey es su derecho y mi linaje lo respalda y me respalda” concluyo en tono autoritario. Todos miraron al rubio que no bajo la cabeza o mostro duda en su petición “Son testigos que hasta la fecha pese a todo… he hecho un buen trabajo como monarca” concluyo en tono suave, casi de súplica, pero sin serlo.

-secundo la noción- repuso Waltorana severo como siempre, ahora que su sobrino se encontraba estable no dudo que fuera apto para tal puesto. La verdad esta reunión nacía por el temor de la muerte del consorte y el hijo del Maou ¿Quién gobernaría? Pero ahora que se halla repuesto era la mejor opción para tal cargo. Así no se levantarían conflictos éntrelos grupos que era fieles al Maou y negarían que fuera remplazado. Así garantizarían la paz.

Todos se miraron y murmuraron, mas Gwendal comenzó a hablar

-apoyo la noción, Wolfram es la madre del actual primogénito del Maou, en caso de que este regrese no habrá problema para restituirle en su puesto. Además está el hecho de que quizás sea el heredero del poder del Maou, después de todo la unión del Maou y lord Bielefeld fue destinada por el mismo Shinou- aclaro otro noble.

-El remplazo del rey- susurro Lord von Spitzberg Stoffel.

Pese a que algunos no se mostraron muy convencidos todos aprobaron la noción.

Wolfram Von Bielefeld pasaba de ser el remplazo del Maou a ser el legítimo gobernantes hasta que el primogénito del Maou cumpliera los 80 años.

 


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