Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Mi dulce señor por zandaleesol

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo: Este fics se desarrolla en un Universo Alterno, casi todos los hechos acaecidos en los libros han sido cambiados para darle sentido a la historia, sin embargo, muchos de los personajes, no todos, conservan las características con las que nacieron de la pluma de Rowling, todo lo demás es fruto de mi imaginación.
Título: Mi dulce señor

Pareja: Harry/Lucius

Disclaimer: Los personajes de esta historia pertenecen a J.K. Rowling. Sólo los tomo prestados para divertirme y espero que también para entretener a los lectores, no percibo ningún beneficio económico.

Advertencias: AU. Mpreg. Violación.


El Valor Que No Se Ve


Hay días en los que la vida se llena de porqués
La esperanza se preocupa por quererlos resolver
Desconfías de la gente, del amor y piensas que
No es posible que se sufra más que tú

Y esos días tú te rindes al mundo en torno a ti
Para no sentir el miedo del valor que no se ve
Y te sientes tan perdido que ya no puedes más
Sin la fuerza que te da la vida

Busca la salida, un mañana que
Cure las heridas que hay dentro de ti
Lucha por vivir, con ese valor que no se ve

Equivocarse nunca importa, vuélvelo a intentar
Si una puerta se te cierra, otra puerta se abrirá
Lo que en realidad importa es no renunciar jamás
Pues tal vez estés a un sólo paso

Busca una salida, un mañana que
Dé una nueva vida a todo el mundo que
Luchará con fe, con ese valor que no se ve

Por todos ellos échale valor
Por quien lo pierde y lo va buscando
Por los que se sienten tan mal como tú
Por esos que esperan sin desesperar, como tú

Busca una salida, un mañana que
Dé una nueva vida a todo el mundo que
Sólo por dolor no se pierda en el camino

No te rindas nunca, busca en tu interior
Busca la salida al mañana que
Vuelves a tener dentro del valor que no se ve.




Capítulo 1: El final cercano


Las últimas noticias que le llegaban eran alarmantes. Voldemort y sus seguidores habían atacado un pequeño pueblo muggle la pasada noche. Aquella situación era cada vez más frecuente. Ya no se conformaba con agredir a las familias de magos, sino que a cualquiera. Lo único que le movía era su deseo de sembrar el caos por cada lugar que pisaba. Sentado en su despacho se preguntaba cuánto tiempo más podrían resistir. Hacía siete años que luchaban en una guerra abierta y declarada contra el mago tenebroso y su ejército. Estaba cansado, pues la misma cantidad de años él detentaba el cargo de Jefe de Aurores. Durante esos años vio morir a muchos amigos, compañeros, también se había llevado muchas decepciones al ver que personas a las que siempre había creído nobles resultaron ser aliadas de Voldemort. De esa manera se dividía el mundo mágico, dos bandos muy definidos ya nadie era neutral en esos tiempos.


Sin embargo, la tristeza más profunda que guardaba en su corazón era la de haber visto a su hijo, unirse a las filas de Voldemort. El odio y desprecio que su esposa siempre inculcó al muchacho fue en definitiva lo que lo impulsó a ingresar a las filas de los Mortífagos. Draco fue un niño excesivamente mimado por su madre, su error haberlo permitido. Narcisa a través de los años alentó aquellas ideas rancias de la pureza de la sangre en su hijo, hacía un año que el chico había escapado de la escuela para unirse a Voldemort, no volvió a tener noticias de él, pero naturalmente no ignoraba que su hijo estaba directamente involucrado en esos ataques que se producían casi a diario en el último año. Draco ya había cumplido diecisiete años, si en alguna de las incursiones que hacían los Aurores era atrapado, sería enviado a Azkaban de por vida y él debería ser testigo de aquello sin poder hacer nada a favor del muchacho. Cada mañana al despertar se preguntaba si ese sería el día en cuestión en que le traerían la terrible noticia de que su hijo había sido capturado o estaba muerto.


La entrada abrupta de Arthur Weasley lo sacó de golpe de sus pensamientos, el hombre se veía visiblemente nervioso.


-Arthur ¿Qué sucedió? ¿Me traes alguna noticia?

-Esto va de mal en peor Lucius. Lamentablemente aún no sabemos nada hemos investigado ante la más mínima alerta, pero aún no tenemos pistas que sean creíbles.

-Esa gente ha hecho cosas miserables, pero esto no se compara con nada a lo que nos hemos enfrentado antes.

-Están desesperados, recurrirán a cualquier cosa para lograr lo que desean, poco a poco los vamos cercando, estas son acciones desesperadas.

-Todos esos niños… ¡Por Merlín! Espero que estén con vida -dijo el hombre rubio, comenzando a pasearse por el despacho.

-Quiero confiar en que no los matarán, sólo los utilizan para conseguir sus objetivos -dijo Arthur-. Estamos en un callejón sin salida Lucius.

-Sí, pienso lo mismo, si no aceptamos sus demandas matarán a todos esos niños y la verdad temo que lo hagan igualmente aunque aceptemos.

-Esta guerra ha convertido nuestro mundo en lo más desquiciante que pueda imaginar.

-Cualquier guerra convierte al mundo en un caos Arthur, no importa donde ocurra -dijo Lucius -, la guerra es lo peor que puede sucederle a las personas ya sean magos o muggles, no importa.

-Eso lo sé, pero ni siquiera deseo pensar en la posibilidad en que no los encontremos con vida.

-Yo había esperado que pronto propusieran un intercambio ¿Para qué dilatar más el asunto? -dijo Lucius sentándose otra vez.

-Sólo espero que no los lastimen, sería una infamia si lo hicieran.

-Me gustaría pensar que no sucederá Arthur, ojala tomaran en cuenta que sólo son un par de niños y dos muchachos que ni siquiera han acabado la escuela.

-Quizá los más pequeños tengan suerte, pero no me atrevo a pesar lo que pudiera sucederles a Harry y a Neville, ellos ya no son pequeños.

-Para serte sincero Arthur aunque ellos ya son mayores de edad igualmente deben estar muy asustados… cualquiera lo estaría en esas circunstancias.

-Hoy estuve con la señora Longbottom, pobre mujer, lo único que le queda es su nieto, si le sucede algo malo…

-Lo imagino y ese otro chico Potter, que ya perdió a sus padres hace siete años… ahora esto.

-Sí, siete años… cuando esta guerra recién se inició.

-Demasiados años ha durado esto -dijo el hombre rubio dando un suspiro de cansancio se reclinó en su silla y se quedó en silencio, pensando en esos chicos y sólo esperando que la suerte les acompañara y pudieran sobrevivir hasta el momento en que ellos consiguieran saber la ubicación del escondite de Voldemort.


~*~*~*~*~*


La oscuridad en aquella celda era absoluta. Harry sabía que junto a él, su amigo Neville tenía abrazado a uno de los pequeños de apenas once años, tal como él mismo abrazaba a otro que estuvo llorando sin parar durante horas. Ya no tenía noción de cuánto tiempo habían pasado en ese lugar. Tenía miedo de que jamás los encontraran, se preguntaba temeroso que pasaría con ellos, pero sobre todo temía por los niños pequeños. Bastó un minuto de descuido para que los tomaran como rehenes, no sabía que opinaría Neville, pero él estaba seguro de que eran acciones desesperadas.


Fue un tremendo error salir de Hogwarts, pero qué otra cosa podían hacer, aquellos chicos traviesos de primer año se escaparon a Hogsmeade a través del pasadizo secreto que había bajo el Sauce Boxeador. Neville y él debieron seguirlos. Resultado final, los mortífagos que se ocultaban en la Casa de los Gritos, tuvieron cuatro presas fáciles de atrapar. Ahora no tenía idea en qué lugar se encontraban. A Neville y a él los habían llevado ahí a través de la Aparición, los más pequeños con un traslador.


-Harry…


La voz de Neville sonaba atemorizada.


-Sí Neville.

-¿Qué haremos?

-Me temo que no podemos hacer nada, sólo esperar que esto termine pronto.

-¿Crees que nos mataran?


Harry tardó un segundo en responder, estaba seguro de que el final de sus vidas era inminente. Aquellos mortífagos no los atraparon para utilizarlos en negociaciones futuras, ya no había tiempo para eso, estaban siendo cercados por los aurores y por lo miembros de la Orden. Con acciones como esas sólo pretendían hacer daño, todo el que fuera posible para minar el ánimo de sus adversarios.


-Neville, en la escuela nos prepararon para esto… para…

-¿Para morir de esta manera? No quiero ser torturado como mis padres, no quiero.

-La verdad no creo que tengan tiempo para hacer eso, nos matarán rápidamente.

-No quiero morir -sollozó Neville.


En la oscuridad Harry abrazó a su amigo e intentó tranquilizarlo.


-Quizá tengamos una oportunidad -dijo Harry, intentando sonar convincente.


Unos ruidos en la puerta alertó a los dos jóvenes. También provocó que los niños que se habían dormido despertaran de golpe y, asustados intentaban ocultarse tras los mayores. La luz de una varita iluminó la celda, el que entró era un hombre de aspecto repugnante, tenía el rostro surcado por cicatrices que contribuían a resaltar su aspecto siniestro.


-¡Ah qué bien! Aquí están nuestros visitantes.


Harry y Neville ya se habían puesto en pie y con sus cuerpos intentaban proteger a los niños más pequeños que se ocultaban tras ellos. No era el momento para mostrar miedo, a lo menos era lo que pensaba Harry, si debía morir lo haría con dignidad, no suplicando ni mostrando el pánico que sentía. Aunque su miedo en no era tanto por sí mismo como por su amigo y los dos chicos de once años que estaban con ellos. Había visto morir a muchos de los que le importaban, sus padres fueron los primeros de tantos, no soportaría ver morir a su amigo, haría lo necesario para mantenerlo con vida, era su responsabilidad.


-¡Quien lo hubiese imaginado! El mismísimo Harry Potter, recuerdo a tus padres… el auror y su esposa la sangresucia.

-¡Cállese miserable! Mi padre murió luchando como un hombre, usted es sólo un cobarde.

-¡Vaya! Muy valiente, eres digno hijo de tu padre jamás suplicó y, tú eres Longbottom, tus padres a diferencia de los de Potter si suplicaron ¿Lo harás tú también?


Neville pareció recuperar el aplomo con las palabras de aquel sujeto.


-Primero muerto que suplicarte a ti bastardo miserable.


Como respuesta a esas palabras Neville recibió algo parecido a un latigazo que le abrió una herida en la mejilla, sin embargo, no se quejó aunque le dolió horrores.


-Eso es sólo una pequeña muestra de lo que te espera chico, personalmente me encargaré de torturarte como lo hice con tus amados padres ¿Quién de ustedes se encargará de Potter? -preguntó el hombre, mirando a los dos que estaban tras de él con las cabezas cubiertas por capuchas.


El más bajo de los dos se adelantó, quitándose la capucha para mostrar su rostro.


-Será un placer encargarme de Potter -dijo muchacho cuyos ojos negros brillaban acerados.


Harry lo reconoció enseguida, su apellido era Nott. Le resultaba imposible olvidarlo, pues había desertado de la escuela hacía un año en compañía de Draco Malfoy, el hijo del Jefe de los aurores. Pero además Harry lo recordaba especialmente pues el muchacho alumno de Slytherin, desde siempre le había hostigado, en sus primeros años de escuela intentó que Harry lo aceptara como amigo, pero al verse rechazado constantemente terminó por odiarlo.


-Bien Nott, tu padre estaría orgulloso, es una pena que lo mataran, pero tú sabrás cobrarte por eso.

-Por supuesto que lo haré -dijo el muchacho con ojos que centellaban de forma extraña.


Harry sin querer mostrar temor delante de esos tres, presentía que las cosas empeorarían para ellos, pero simplemente no podía darles el placer de mostrarse asustado.


-Con nosotros hagan lo que quieran, pero dejen ir a los pequeños.


Dos de ellos rieron ante las palabras de Harry, sin embargo, el tercero que aún permanecía más atrás guardaba silencio, con el rostro oculto por la capucha.


-Tú no das las órdenes aquí mocoso yo decido que haré contigo y estos tres.

-Esto está llegando a su fin, ustedes lo saben, no tardan en llegar los aurores… no vale la pena que…

-¡Cállate! Cuando los aurores lleguen tú ya estarás muerto -respondió el hombre de rostro surcado por cicatrices -. Escuchaste Malfoy, tu «papi» está por llegar.


Harry recién comprendió quien era el tercer hombre que se mantenía apartado.


-Será un placer darle la bienvenida.


Harry no pudo evitar mirar asombrado al muchacho, a pesar de que mantenía aún oculto el rostro, sin embargo su voz no había perdido esa particular forma de arrastrar las palabras.


-Y con toda seguridad él se alegrará mucho de verte… después de tanto tiempo -dijo el hombre con cicatrices.

-No más que yo de verlo a él.


El hombre rio de forma desagradable.


-Malfoy, encárgate de los dos pequeños… tú Nott te encargas de Potter, yo me haré cargo de Longbottom.


Harry instintivamente se puso delante de Neville y de los dos chicos de once años.


-Déjelos, por favor…

-¿Potter pidiendo por favor? Hmm… me temo que no es suficiente ¡Malfoy! llévatelos de una vez.


El muchacho rubio se adelantó para tomar a los dos chicos, pero Harry intentó impedírselo, como represalia recibió un Crucio que lo hizo caer al suelo. Neville intentó socorrerlo, pero Nott puso su varita en la garganta del muchacho.


-Quédate quieto Longbottom -advirtió Nott.

-Potter… haz otra estupidez y mataré a los dos mocosos -amenazó el hombre mayor.


Harry en el suelo intentaba recuperar la respiración, comprendía que era inútil hacer algo, no tenía más opción que aceptar lo que le imponían, sino le harían daño a Neville y los dos chicos, aunque quizá lo hicieran de todas formas. Pero mientras estuviera en sus manos evitarlo haría lo posible sin importar que sucediera con él.


-¿Qué hago con estos dos? -preguntó Malfoy.

-Lo que tú quieras, me da igual, siempre y cuando acaben muertos. Sólo son unos miserables sangre sucia -dijo el hombre con cicatrices en el rostro.

-Esta bien -dijo Malfoy mientras arrastraba a los dos pequeños de once años fuera de la celda.


Harry en silencio trataba de contener las lágrimas, mientras que Neville intentó moverse para impedirlo, pero sólo recibió un Crucio de parte del hombre mayor.


-Levántate idiota, tú vendrás conmigo Longbottom, vas a saber por fin que sintieron tus padres antes de morir.

-Te juro que si no te matan los aurores lo haré yo con mis propias manos -dijo Harry con todo el odio del que era capaz.

-¿De verdad Potter? Pero que miedo debo sentir entonces. Nott puedes encargarte de Potter, dale una buena lección así se volverá más humilde.

-Será un placer -dijo el chico de ojos negros.


~*~*~*~*~*


En la oficina de aurores se llevaba a cabo una reunión muy importante para afinar los detalles de la última incursión que harían esa noche. Ya habían localizado el escondite Voldemort y sus seguidores, no tenían tiempo para ningún plan más elaborado, lo único que deseaba el jefe de aurores, era tener tiempo para rescatar a los cuatro estudiantes que permanecían en poder de los mortífagos.


-Dumbledore, esta noche el trabajo de la Orden del Fénix, será más importante que nunca, necesitaremos que todos hagan su mejor esfuerzo para terminar con esta maldita guerra de una vez.

-Sabes Lucius que tienes mi apoyo irrestricto. Todos los miembros de la Orden han dado todo durante estos siete años, si todo sale bien esta misma noche Voldemort dejara de existir. Ustedes hagan lo suyo, yo me encargaré de ese miserable -dijo Dumbledore con voz segura.

-Ojala pudiera matarlo yo mismo, así vengaría la muerte de Lily y James -dijo Sirius con tono sombrío.

-Todos comprendemos tus sentimientos, Sirius -concedió Lucius -, pero me temo que el único que realmente puede enfrentarlo es Dumbledore. Nosotros debemos encargarnos de los demás mortífagos. Darán batalla hasta el final, aunque contemos con el factor sorpresa, eso no lo duden.

-Por supuesto que no tenemos dudas sobre eso, a pesar del cerco que les hemos tendido sin que se den cuenta, intentarán matar a todos los que se les crucen por delante, aunque estoy seguro de que muchos huirán en cuanto se den cuenta de que hemos descubierto su escondite-aportó Remus desde un rincón.

-Espero que Harry aún esté con vida -dijo Sirius-. Sólo pido que no sea demasiado tarde, juré a sus padres que cuidaría de él y no cumplí.

-No fue tu culpa Sirius, nadie imaginaba que podía suceder algo así –le respondió Dumbledore -. En ese caso yo debo sentir más culpa que tú, se supone que son mis alumnos, debí protegerlos.

-Sólo pido que aún este vivo -repuso Sirius con pesar.

-Harry es fuerte, estoy seguro de que resistirá… sólo han pasado dos días, no creo que pretendan matar a esos chicos con tanta rapidez, Lucius lo ha dicho, contamos con el factor sorpresa. Voldemort está seguro de que su hechizo de ocultación aún sirve -recordó Arthur Weasley.

-Con esos criminales nunca se sabe -terció Ojoloco Moody.

-Lo último que debemos hacer es dejarnos vencer por la desesperanza -apuntó Lucius -. Tenemos mucho a nuestro favor, creíamos que sería imposible lograr que ese mortífago nos revelara el escondite de su amo y ya ven, Dumbledore lo consiguió, no es que tengamos la guerra ganada, pero hemos logrado mucho.

-Es cierto, además ellos han tenido varias bajas en los últimos meses, no creo que estén con el mejor de los ánimos -concordó Remus.

-Lucius hay un asunto que creo que debemos discutir antes de partir-intervino Ojoloco Moody.

-¿De qué se trata Ojoloco?

-Bien, ¿qué pasará si alguno de nosotros se topa con tu hijo?

-No entiendo a qué te refieres -dijo Lucius.

-Es un mortífago, pero no deja de ser tu hijo –recordó el auror.

-No puedo pedirles que le den un trato especial por ser mi hijo. Esto es una guerra y él está en el bando de Voldemort. Es un adulto. Cuando escapó para unirse a los mortífagos sabía lo que hacía. Deben actuar con él como harían con cualquier criminal, intentar apresarlo como es nuestra prioridad para con todos ellos, si no se puede…

-Es difícil discutir sobre lo que debemos hacer, cuando estemos ahí todo será diferente a verlo desde aquí -interrumpió Arthur Weasley.

-Es cierto, será mejor que se preparen, partiremos en tres horas. Arthur nos reuniremos en tu casa justo a las doce de la noche. Tienen tiempo para hacer preparativos o cualquier cosa que deseen en estas dos horas.

-Bien, yo regreso a la escuela para hacerle las últimas advertencias a los alumnos, no estamos seguros de cómo resultará esto al final -dijo Dumbledore

-Por el bien del mundo mágico debe salir bien -advirtió Lucius.


Nadie dijo más, todos los magos reunidos en la oficina salieron, el único que se quedó fue Arthur.


-¿Estás seguro de que soportaras lo qué le ocurra a tu hijo?-preguntó el hombre pelirrojo.

-Siempre supe que Draco acabaría de esta manera, no me asombró demasiado cuando escapó para unirse a las filas de Voldemort.

-Yo lo sé, pero los hijos son los hijos y por más errores que cometan no se puede evitar amarlos.

-Es cierto, a pesar de todo yo quiero a mi hijo, me dolerá mucho el final que tenga, cualquiera que sea.

-¿Y si se arrepintiera?

-Eso no serviría de mucho, en caso de que sobreviva a la incursión que haremos.

-Si se da el caso estoy seguro que todos harán lo posible para capturarlo vivo.

-Ve con tu familia Arthur. Seguramente Molly y tus hijos desean estar contigo antes de que comience la batalla, que no sabemos cómo terminará para muchos de nosotros.


Arthur miró con cierta tristeza a su amigo, por lo menos él tenía una familia, Lucius estaba sólo. Lo único que le quedaba en el mundo era su hijo, pero el chico había decepcionado en grande a su padre al escapar de la escuela para unirse a las filas de aquel fanático de la sangre pura. Si tenían suerte, esa misma madrugada acabarían con él, pero nadie sabía quién sobreviviría a ese final que esperaban desde hacía siete años.


En gran parte fue la esperanza la que los motivó a luchar sin tregua. Ahora que estaban a unas horas de terminar con esos largos años de horror, una inquieta zozobra rondaba el corazón de todos, pero Arthur sabía que en el de Lucius, además de la incertidumbre también rondaba el miedo a perder lo único que le quedaba en el mundo, su hijo, que aunque el chico lo hubiese decepcionado profundamente, no dejaba de amarlo.


~**~

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).