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El único por Ale Moriarty

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Notas del fanfic:

Advertencias: Posible Ooc. AU.


Anime/Manga: Junjou Romántica


Pareja: Terrorista (Miyagi x Shinobu)


Palabras: 1583 –OS-

Notas del capitulo:

Notas: Este es un fanfic hecho como regalo de cumpleaños para mi amiga veggy, la temática la escogió ella y pues la maldigo por ello (¿?) se nota que en serio querías ponérmela difícil cabrona :v, pero aun así te amo ¡Feliz cumpleaños Veggy!

El único

[En un Japón que yace en medio de un apocalipsis zombi, Miyagi intenta sobrevivir cuando es salvado por un chico testarudo que clama que es el destino haberlo salvado ¿qué sucederá con estos dos?]

Japón se había convertido en una ciudad de escombros y miseria, los muertos vivientes rondaban por las calles ya que eran producto de varios experimentos que se salieron de las manos, muchos eran infectados y se volvían monstruos.

Miyagi Yoh se había ocultado en una biblioteca, no había hallado sobrevivientes como él en al menos cinco días, esto era una catástrofe, incluso pensaba seriamente en dejarse morder por los zombis… pero no quería dejar los libros atrás ¡no había terminado la saga nueva de libros que compró (robó) recientemente!

El mayor escuchó una ventana rompiéndose y noto como los monstruos entraban con torpeza por ella.

— ¡Mierda! —exclamó sin delicadeza saliendo a toda prisa, pero en medio de su carrera por la vida, cuando salió de la biblioteca termino tropezando con un tablón de madera y se fue de bruces al suelo.

¿Moriré de esta forma tan patética? Maldición…” cerró los ojos con algo de miedo y entonces espero a que el muerto viviente hiciera su trabajo, pero en su lugar escuchó un disparo y el cuerpo del zombi se desplomo encima de él (con los sesos cayéndole encima).

— ¡Ah ¿qué sucedió?! —grito paranoico mientras se removía la carne muerta y frente a él aparecía una persona con una máscara de gas que le daba una apariencia temible.

— ¿Quién eres? —le preguntó el extraño y Miyagi solo le miro asustado ¿le iba a matar? Después de todo traía cargando un rifle, una metralleta en la espalda y pistolas por donde sea que se le viera.

—Miyagi Yoh…

—Yo soy Shinobu Takatsuki—lo saludó mientras le extendía la mano para ayudarlo a levantarse, el ex profesor se apoyó en él y al fin se alzó del mugriento suelo.

—Shinobu ¿por qué tú…?

—Es el destino

— ¿Eh?

—Hoy encontré una revista sobre horóscopos anuales y me dijo que exactamente en este mes, y en este día… encontraría al amor de mi vida después de salvarlo de una desgracia…

— Pero ¡qué dices! ¡Deja de inventarte cosas!

—De acuerdo, mentí, no me dijo que lo salvaría pero que llegaría a mi vida por accidente y tú Miyagi…—dio unos pasos más cerca del hombre hasta quedar a pocos centímetros de distancia y en eso se sacó la máscara donde el adulto pudo observar que su salvador era un menor de edad, uno realmente lindo—Eres mi persona destinada, mi persona única en este mundo.

—¡Oye niño deja de decir disparates! ¿Acaso fuiste mordido por un zombi?

—Yo te protegeré de cualquiera que osé robarte de mi lado…

— ¡Me estás escuchando tan siquiera!

— Seremos una hermosa familia… hasta he encontrado un refugio he hice una cama lo suficientemente grande para los dos, si quieres un perro puedo conseguirlo creo que los perros zombis son hermosos…

— ¡De qué hablas! ¡No podemos tener zombis a nuestro alrededor!

—Bueno… será difícil encontrar un perro que no haya sido contagiado, pero por ti lo buscaré—sonrió e hizo una seña de “todo cool” con el pulgar arriba, confundiendo a más no poder a Miyagi.

¿De dónde salió este mocoso anormal?” pensó desorbitado mirándolo con una mueca incrédula.

—Bueno… ya que te encontré te guiaré a nuestra nueva casa—dijo serio el chico mientras empezaba a caminar—Sígueme…

— ¡No te seguiré a ningún lado!

—Oh bueno, en nuestro refugio tengo comida caliente, una cama donde podemos estar cómodos, miles de balas por si nos molestan y… más libros de los que traes encima—le comento persuasivo viendo la bolsa que tenía todas sus novelas favoritas y que Yoh aun sujetaba como si fuera la cura contra la infección.

— ¡Oh! ¡Entonces que esperas Shinobu-chin! Guíame a ese paraíso.

—Claro Yoh.

— ¡Hey! ¡Soy mayor que tú! ¡Háblame con respeto!

— ¿Aun es rápido para decirnos por nuestro nombre? De acuerdo, comenzaré con decirte Miyagi…

Y entonces el adulto decidió rendirse, ese chico era realmente denso. Pero al menos tendría un lugar donde sobrevivir.

.

.

.

Y así pasaron los días… Miyagi comenzó a vivir en el refugio de Shinobu y se empezó a acostumbrar a la personalidad “extraña” del menor. Cuando Shinobu descubrió sobre el cariño que le tenía el profesor al repollo pues se empeñó en buscar esa verdura hasta en los supermercados abandonados para cocinarle todos los días lo mismo.

Cuando Yoh menciono su obsesión por su novelista favorita al día siguiente Shinobu le consiguió más libros junto a una cabeza de zombi como prueba de su “destinado amor”, es obvio que Miyagi le pidió que botara la cosa lejos.

Después Takatsuki llegó con un pequeño perro como regalo por su primer mes viviendo juntos y le dijo a Miyagi que lo nombraran Bashou como el nombre de su autor favorito, el profesor se enojó y termino lanzándole el platillo de repollo que el adolescente le cocinó.

Pero a pesar de la actitud evasiva y a la defensiva del hombre mayor… poco a poco se iba haciendo inmune a los encantos de ese mocoso que intentaba actuar como adulto.

Y sin proponérselo, comenzó a notar cada uno de sus encantos…

Cada día los platillos de repollo eran más comestibles que el día anterior.

El menor se empeñaba en platicar de las cosas favoritas de Miyagi, aunque tuvieran más de una década de diferencia.

Si algo le molestaba a Yoh, Takatsuki se encargaba de eliminar la fuente de su desagrado (eso no aplicaba a situaciones que lo involucraban)

Y luego Miyagi se dio cuenta que cuando el chico sonreía, hacia un berrinche, se ponía caprichoso y aparentaba ser maduro… todo eso lo hacía lucir terriblemente lindo.

¡Pero qué demonios estoy pensando!” pensaba avergonzándose cuando lo observaba dormir.

Era imposible, no podía ver de forma amorosa a un niñato y menos a alguien tan obstinado como Shinobu.

¡IMPOSIBLE!

.

.

.

Y entonces, la paz se vio afectada un día, los muertos vivientes descubrieron su refugio y Shinobu despertó alarmado a Miyagi.

—Es momento de que huyamos, son demasiados—dijo alterado sacudiendo al mayor—quédate detrás de mí, te protegeré sin importar qué…

Yoh sintió como un leve rubor subía a sus mejillas al ver tan confiado a aquel que consideraba un “mocoso”. Escaparon por una de las ventanas de su guarida.

Corrieron para huir de los zombis y entonces cuando llegaron al centro de la ciudad al menor no se le ocurrió otra idea más que…

—Tendré que usar una granada

— ¡¿Una qué?! ¡¿Cómo demonios conseguiste una?!

—Aléjate Miyagi… está cosa es muy potente—dijo sacando el seguro de una antes de que Miyagi lo hiciera cambiar de opinión

—¡Shinobu-chin estás loco! —bramó asustado y entonces el castaño la lanzó, después la explosión llegó, escombros salieron volando y Takatsuki fue corriendo a abrazar a Miyagi para protegerlo de ser golpeado.

Ambos terminaron en el suelo y el mayor sintió como el peso de Shinobu quedaba encima de su cuerpo, la cabeza le dolía ya que se la había golpeado contra el suelo.

Reaccionó minutos después y comenzó a agitar al menor, pero este no respondía, un temor se apoderó de su corazón.

— ¡SHINOBU! ¡SHINOBU! ¡TAKATSUKI! —le dijo por su nombre, pero este no contesto y entonces se ahogó del miedo.

¿Qué haría en un mundo sin aquel mocoso?

Era mejor morir.

Era doloroso saber que ya no lo tendría… y entonces las lágrimas llegaron a sus ojos.

Ya no vería su rostro sonriendo, enojado, haciendo una rabieta o lloroso por no conseguir lo que quería.

Ya no comería aquellos platos asquerosos que cada día mejoraban.

Ya no jugarían juntos con aquel perro que era el integrante de su “familia”.

Ya no podría contar anécdotas de sus momentos de adolescencia ni escucharía preguntas sobre su vida.

Ya no podría decirle que…

—Me gustas Shinobu… en serio me gustas mucho… no importa que seas menor de edad… me gustas mucho así que no mueras por favor—lo abrazó con fuerza dejando que las lágrimas se desbordaran de sus ojos.

—Vaya Miyagi… sí que tardaste mucho

Escuchó esa voz burlona y se despegó del menor para ver como este sonreía y lágrimas comenzaban a desbordarse también de sus ojos.

—En serio que te tardaste mucho… maldito viejo ¿por qué amo a alguien como tú? —dijo con fingida molestia mientras ocultaba su rostro en el pecho de Yoh y seguía llorando.

El hombre mayor sonrió cálidamente y en lugar de regañarlo solo paseó sus dedos por el castaño cabello. Ah, en definitiva, este niño que fingía ser maduro… era el indicado para él.

En ese mundo desastroso, donde tenían que proteger su vida… no le importaba si él y Shinobu eran los únicos sobrevivientes, Miyagi ya había encontrado a la única persona con la que quería pasar el resto de sus días.

Su único amor.

—Entonces ¿eso significa que ya podemos tener sexo? —dijo el menor separándose de los brazos del ex profesor quien se atraganto ante tal sugerencia.

Shinobu Takatsuki era realmente interesante… nunca se aburriría.

—En verdad eres un niño—se quejó

—Y tú un anciano, no sé cómo me gustas tanto…—se quejó también.

—Oh… no te preocupes, puedes dejar de amar a este viejo entonces…—contrataco

— ¡NADIE AMARÍA A UN VIEJO COMO TÚ ASÍ QUE SOLO ACEPTA TU DERROTA MIYAGI!

— ¡COMO SI ALGUIEN PUDIERA AMAR A UN MOCOSO IDIOTA COMO TÚ!

— ¡TÚ ACEPTASTE QUE TE GUSTO!

— ¡ME GOLPEE LA CABEZA! ¡FUE ESO! ¡NO PENSABA EN LO QUE DECÍA!

— ¡MALDITO ANCIANO!

— ¡JODIDO MOCOSO!

Ah. Sus días estarían llenos de peleas estúpidas, pero al menos se tendrían el uno al otro, hasta el fin de sus días.

Fin.

Notas finales:

Me gustaría leer sus comentarios♥


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