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El samurai y el noble por darkwinter

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En tiempos pasados, el clan Asakura era uno de los clanes mas respetados de la región, la familia conformada por los abuelos, los padres y sus dos hijos gemelos vivían sus cómodas y pacificas vidas todos los días, sin embargo un augurio de guerra se hizo notar por parte de otras regiones, antes de que pudieran darse cuenta los combates empezaron viéndose en la obligación de mandar a sus hombres a la batalla, ninguno regreso, ante esta situación debían encontrar a un guerrero que destacara, no para que luchara en el campo de batalla si no para que los protegieran y entonces oyeron sobre un samurái conocido como el “dios de la muerte”, interesados en aquel individuo, el padre de familia Mikihisa Asakura se dio la tarea de buscarlo y traerlo, por la situación se aislaron permaneciendo neutrales para mantenerse seguros. El viento otoñal destacaba ese día, los gemelos habían acabado sus estudios correspondientes de ese día saliendo al patio a estirar las piernas.

-Pronto será invierno que emoción-comento Yoh recostado sobre un árbol.

-Si que emoción, ya quiero que se me congelen las manos y los pies-dijo con sarcasmo Hao.

-¿Crees que papa vuelva pronto?

-Si es que sigue vivo.

-¡HAO!

Se levanto yendo con el pelilargo pellizcándole la mejilla.

-Vas a pagar por eso-en un instante Hao perseguía a su igual por todo el patio hasta que consiguió atraparlo saltando sobre el sometiéndolo en el piso.

-Para, déjame ir-trataba de escapar sin éxito.

-Ah no, te atrape ahora no te dejare escapar-le comenzó hacer cosquillas, entre risas el menor forcejeaba intentando liberarse siendo interrumpidos por su madre que los llamaba, su padre había vuelto y no solo eso, encontró al samurái. En el salón principal ya todos se encontraban reunidos y frente a ellos estaba Amidamaru, el temible samurái que contaban las historias podía acabar con cientos de hombres el solo, Yoh no podía explicarlo, pero aquel hombre de semblante serio le llamaba la atención, en un momento sus miradas se cruzaron a lo que reacciono viendo a otro lado.

-Yoh ¿Qué tal si nos colamos en la cocina y agarramos algunos dulces?-propuso su hermano con una traviesa sonrisa en su rostro.

-Adelántate yo iré a saludar a papa- se separaron, Yoh caminaba a toda prisa para reencontrarse con su padre cuando su paso se vio interrumpido al chocar con alguien cayendo al piso, ese alguien fue Amidamaru que lo ayudo a levantarse siguiendo su camino sin quitar su expresión seria.

-Gra..gracias- sus padres charlaban hasta que vieron llegar a Yoh.

-Yoh paso mucho tiempo ven-lo invito a acercarse.

-¿Dónde está Hao?

-Ya sabes, haciendo alguna travesura tal vez.

-Hay tu hermano, dile que por nada se le ocurra meterse con Amidamaru, fue bastante costoso convencerlo de que nos sirviera.

-Lo hare créeme, pero me da impresión que es muy serio.

-Y no lo culpo, el estar en tantos campos de batalla lo volvieron así.

Continuaron platicando hasta que el sol empezó a ocultarse, de camino a su cuarto que compartía con Hao ubico donde se hospedaba el samurái, quería ir a ser amigable con él, sin embargo, no hallaba el valor, quería creer que conociéndolo mejor no seria tan serio. Esa noche, daba vueltas sobre su Futon recordando el intercambio de miradas que tuvieron.

-¿Qué pasa?, de tantas vueltas que das yo tampoco puedo dormir.

-Lo siento.

-¿Qué tienes?

-Nada, solo no tengo sueño.

-Vamos, tu siempre eres él se duerme primero.

-Es que…tengo curiosidad de saber sobre él.

-¿Y qué querrías saber ? ¿es por que lo viste a los ojos?

-¿Te diste cuenta?

-Claro no soy ciego, ahora a dormir.

Su charla termino, se acomodó en una posición consiguiendo dormir, el día siguiente transcurrió sin novedad solo con la diferencia de ver Amidamaru montando guardia en diferentes puntos, realmente deseaba acercársele y saludarlo, tal vez platicar, ya si no le seguía la corriente, bueno cada quien por su lado. Lo intentaría, fue sigilosamente a donde se encontraba, se quedo paralizado por unos instantes, se estaba acobardando a últimos segundos, pero no, debía intentarlo.

-Hola-se le acerco nervioso.

-Hola-le devolvió el saludo volviendo a lo suyo.

-Lo de la otra vez…lo siento, no me fije-hizo una reverencia de disculpa tratando de calmar su nerviosismo.

-No tiene de que disculparse, joven amo-después de eso se quedaron en silencio, Yoh pensaba rápidamente en como seguir con la plática.

-Es muy tranquilo aquí-comento el samurái

-Si, lo único que rompe la paz es mi hermano haciendo alguna maldad.

-Si no fuera por el diferente largo de su cabello, no sabría distinguir quien es quien.

Todo marchaba bien, poco a poco se abría a la conversación, hablando de cosas triviales, ambos se hallaban cómodos con la presencia del otro, a Yoh le alegraba, ya que podría decirse que ahora tenia a un amigo con quien pasar el tiempo. Yoh y Amidamaru continuaban conversando

animadamente sin notar que Hao lo observaba desde la distancia. Llego la hora de despedirse, el pelicorto se marchaba a cenar con su familia contento hasta que en su camino se topó con su igual.

-Veo que te hiciste amigo del samurái- dijo con su típica sonrisa.

-Si, no es mal sujeto.

-Estas seguro, recuerda que es conocido como el “dios de la muerte”, que tal si está fingiendo.

-Claro que no, el peleo en varios combates...

-Y ¿Cómo sabes que no los disfruto?, solo te digo que tengas cuidado

Se quedo callado, no sabia como responder a eso, aun así, el tenia la seguridad de que Amidamaru no era mala persona, tal vez tendía a ser ingenuo, pero probaría que no se equivocaba. Al día siguiente, acompaño Amidamaru mientras patrullaba la zona.

-Oye¿ te puedo preguntar una cosa?- el samurái continuaba caminando asintiendo.

- ¿Por qué luchabas? -se detuvo por la pregunta viendo al joven.

-Por odio- respondió siguiendo caminando.

-Lo odia todo y mate por venganza-agrego, esto a Yoh le causo un ligero escalofrió, quiso preguntar cuando vio a su hermano haciéndole señas.

-Me voy, te veo mas al rato- se marchó dirigiéndose con su hermano.

-Vamos, el abuelo nos mando a llamar- el menor asintió tomando la delantera, antes de irse miro con un claro desprecio a Amidamaru dándole la espalda. Después de los estudios Yoh volvió con el samurái dejando solos a sus abuelo y gemelo.

-Parece que Yoh y Amidamaru se volvieron cercanos- comento tomando un sorbo de su te.

-¿Eso esta bien?- cuestiono el peli largo.

-No tengo ningún problema, Yoh tiende a llevarse bien con todos.

-Abuelo, ¿no se supone que somos nobles?, no deberíamos socializar con insignificantes.

-Hao, si somos nobles, pero también personas igual que ellos, si bien somos diferentes en riquezas, no significa que despreciemos a otro.

No tenia caso protestar, al final su abuelo le ganaba con su sabiduría, a pesar de ello, no solo despreciaba aquel hombre por ser inferior si no que parecía que el y su amado hermano estaban creando un vínculo, algo que no le gustaba para nada.

 


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