“A la orilla del mar”
Por LaMueRtHeSitHa
Naruto y Sasuke pertenecen a Kishimoto, yo sólo hago este fic por diversión.
Este fic está concursando para la #CopaFanficker del grupo Shhh… SasuNaru NaruSasu.
Esta historia comienza con un pirata de cabello pajizo por la sal y con zafiros que la luz de los atardeceres habían iluminado por más de veinte años. Pero esta ocasión era especial. Su mirar pasó del interminable mar a los rompeolas apilados de forma caprichosa y única, haciéndole sacar una sonrisa. Recordando como en ese mismo lugar, diez años atrás, cuando era “Naruto, el pescador”. Sus ojos brillaron impresionados por lo que había atrapado por accidente. Entre sus redes había un tritón de gallardo rostro, escamas añiles tornasol similares a su cabello y con piel perlada.
De estos seres del mar su madre, Q.E.P.D., le había contado una verdad universal: “Nunca te enamores de ellas”. Sus corazones abisales les impedían amar, además de que harían cualquier cosa con tal ser libres. La segunda verdad era que pagaban mucho por ellos y más si estaban vivos.
El pescador lo ocultó dentro de su baño en lo que conseguía un comprador. Manteniendo distancia lo más posible con el hombre-pez, de nombre Sasuke, evitando así que intentara seducirle, pero en lugar de eso discutían cada dos por tres.
—Sólo las sirenas son las lindas, tú eres peor que una astilla en el dedo, de veras. —le recriminó el pescador.
—Tú eres el que te alteras por cualquier comentario. Se nota que eres virgen.
—Eso no tiene nada… digo, ¿tú qué sabes? —exclamó el chico avergonzado y él otro le contestó con una mirada sugerente.
—Lo sé tan bien —recargándose sobre la bañera para estar más cerca. —que conozco la forma exacta de cómo hacerte volver hombre con sólo hablarte. —le tomó de su camisa para que en su cercanía chocaran sus respiraciones.
La tensión fue tal que un ligerísimo vaho salió de la boca de Naruto. Sasuke se dispuso a besarle, pero tan sólo iba a ser correspondido, le lanzó un chorro de agua a la cara. El tritón se burló y Naruto le maldijo.
Deseó con fuerzas que ese comprador llegara pronto para por fin deshacerse de él. Mas cuál iba a ser su sorpresa al sentir un vacío desolador por su ausencia. Naruto dio un trago ardiente que le aclaró sus latidos. Eso no había sido un simple encanto, eso era verdadero amor por el tritón. Amor que lo llevó a devolver a los mercenarios el oro junto con sus pobres propiedades con tal de ver a Sasuke, mas fue en vano. Ahora tenía que suplicarle al emperador. Algo que sonó imposible para él, pero no para el pirata de renombre al servicio del emperador en el que se convirtió. Sin embargo, este no cedió ni por el motín de diez embarcaciones.
—Te propongo un trato: si él decide irse contigo, hasta te lo regalo. —manifestó el anciano inhalando su áspero habano.
Al encontrarse de nuevo Naruto le sonrió con galantería, pero Sasuke le respondió con desprecio. Durante todo ese tiempo le había guardado rencor por haberlo vendido. El pirata reconoció su error y pidió perdón, pero esto no hizo más que agravar la situación.
—Ahora quieres volver a comprarme. ¡No soy una propiedad, Naruto! —Sasuke no quería creer mentiras que le lastimara.
Dicen que la verdad absoluta de las ninfas del mar era que no se podían enamorar, pero esto era porque en su arrogancia no se permitían caer en algo tan tonto como el amor. Aunque también es cierto que los hechos dicen más que las palabras.
Entonces Naruto, junto con sus aliados rufianes, atacaron el palacio aun sabiendo que salir por la puerta principal era imposible. El caos gobernó junto con los disparos, espadas y cañones; y en un momento de desconcierto el pirata tomó a Sasuke como rehén, ordenando a los guardias bajar sus armas. Él se fue introduciendo al lago artificial del tritón para después dar una señal que hizo que se detonaran las bombas que destruyeron las compuertas que conectaban al mar. Al instante, por la presión, fueron succionados. Sasuke se aferró al rubio para protegerlo con su cuerpo dentro de los torbellinos oscuros.
En el mar Sasuke lo llevó a la orilla y lo salvó dándole respiración de boca a boca. Cuando Naruto sacó el agua que había tragado el tritón sonrió aliviado. El de mirada azulina al volver a la realidad le apuntó.
—Vete. —ordenó el pirata.
—Tonto, está toda mojada. No va a disparar. —contestó sin que su sonrisa desapareciera.
—¡Que te vayas! —gritó con furia.
Sasuke, no sabiendo el porqué, se alejó con temor. Se introdujo al mar sin dejar de voltear en cada tramo a Naruto. Tantos años estuvo peleando por su amor para de un momento a otro dejarlo en libertad sin más. En su opinión era un idiota.
Entonces comprendió que con ese acto valeroso Naruto había intentado conseguir su perdón y su amor. Su corazón por primera vez latió desbordando pasión y devoción haciéndole reconocer que estaba enamorado del pirata.
Volteó a ver por última vez, pero Naruto ya no estaba en la playa. Después de eso le agradeció cada día de su longeva vida por haberle regresado su libertad.