Volvía a abrir los ojos luego de una larga noche.
Ojala…pudiese decir que había tenido una horrible pesadilla, pero era (a su mala suerte) uno de los sueños más felices y plenos que había tenido en mucho tiempo.
Dios, algo estaba severamente mal con el.
Dio una pequeña vuelta en la cama para acurrucarse una vez más, era domingo asique no tenía nada importante que hacer, solo sentirse más confundido que ayer. ¿De dónde se sacaba esas historias? Su subconsciente le hacía una horrible broma y es que aun con todo no podía evitar sentir una inmensa paz con el solo recuerdo.
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El sueño había comenzado como algo tan simple, algo muy usual…una chica interesada en su persona y él haciendo lo imposible por evitarla de manera discreta…o no tan discreta, evitándola con la mirada o frases cortantes antes de entrar a una biblioteca, perderse en los pasillos y así del resto de la gente, era algo que hacía usualmente. No es que odiara a las mujeres pero sus métodos de seducción o interés le resultaban tan extraños. Algo en todo eso no lo hacía sentir completamente cómodo.
-Sasuke… ¿buscas algo en especial?
Se giró para un rostro conocido, Sai no trabajaba en ese lugar para que estuviera ahí pero poco se le podía pedir a su sueño tener algún apego a la realidad.
-No, estoy bien – volvió a girarse en busca de algún título que llamara su atención.
Encontró uno sobre historia universal y se dirigió a alguna mesa con buena vista, lo más alejada posible del resto del mundo, apreciaba su espacio y con ello el silencio, pero fue imposible desviar su rostro a veces hacia el paisaje. La gente en un ir y venir interminable en la calle, algunas apresuradas, familias, grupos de amigos o personas en solitario.
Los envidiaba y a la vez no ¿Tener un panorama independiente si era día de semana o descanso? Si a tanta gente se le hacía interesante era porque algo bueno debía tener. Pero él no era de muchos amigos, asique una tarde en casa o con su hermano lo llenaba completamente.
Pero ahí estaba.
Ese chico tan extraño, tonto, impulsivo…tan gritón como siempre.
No pudo evitar resoplar al observarlo, se la pasaba en las nubes como siempre. Sentado en un paradero de autobús y los audífonos puestos, a saber qué tipo de música escuchaba. Parecía algo con buen ritmo por el movimiento de sus manos contra sus rodillas.
Naruto era alguien tan…fuera de lo común.
Ignorarlo no era una opción, lo odiaras o no y en su caso…no tenía idea.
Aun no encontraba la manera de consolidar sus pensamientos en una sola dirección con ese sujeto. Le hacían gracia sus frases o ideas cuando estaban en clase, sobre todo con la facilidad en que se metía en problemas…y con eso lo arrastraba a él y a Sakura como fuese.
Competían por tonterías y lo hacía enojar como nadie. Algunos los tachaban de enemigos por los constantes gritos entre ellos u obscenidades que se decían, pero la verdad? Es que nadie sacaba ese lado de él, nadie conseguía que tuviera que aguantarse no reír o que sus emociones se desbordaran al punto de gruñir.
Su comportamiento con el era completamente infantil.
Su hermano más de una vez lo había visto en esas situaciones y parecía… ¿feliz? No necesitaba una expresión, solo ver los ojos de Itachi y parecía apoyar esa amistad que tenía con el rubio. Le había dicho una vez que recordara que tenía 15 no 25 y era bueno verlo comportarse como tal.
Él no estaba tan seguro…
Pero su hora de lectura no podía seguir así, 15 minutos y no había leído una sola palabra por estar pensando en la persona a unos metros, mejor era llevárselo a casa. Se dirigió al mesón para poder comprarlo y salir de la tienda de una vez.
Fue instantáneo, salir por la puerta y el tintineo de la campana en ella había llamado la atención del rubio, sus mirada se encontraron unos segundos…a su parecer fueron bastante largos. Antes de que Naruto demostrara su madures sacándole la lengua.
No tuvo de otra, debía cruzar la calle para decirle una par de cosas a la cara.
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La escena se había cortado para dar paso a otra escena de ese sueño tan extraño.
Había visto más de una vez a Naruto charlar bastante con un niño, buscando enseñarle cosas ya sean útiles o no, pero Konohamaru lo seguía como un cachorro a cada paso. Fuese un juego infantil o no.
Esta vez él lo estaba acompañando, el niño parecía tener un problema con un examen que se avecinaba muy difícil y Naruto no era el mejor profesor del mundo, Sasuke si.
Se había pasado todo el día explicando lo que el niño no entendía y aunque no tenía una respuesta lógica de porque hacia eso, le había gustado. Tenía a esos dos bastante feliz de poder entender de una vez lo que significaban las matemáticas.
¿Su recompensa?
Al parecer había sido una comida en un puesto pequeño a la noche, agradecía que por una vez no fuese ramen. Ninguno contaba con mucho dinero pero había ayudado a una charla mucho más tranquila de las usuales entre ellos, anécdotas y gustos.
Las peleas si o si iban con ellos pero todo habían cambiado un poco. Una sensación amistosa y curiosa comenzaba a entrar en su corazón y no lograba apartarla del todo. Tenía ganas de saber más, escuchar un poco más.
Sería mejor retirarse a su casa por esta vez, definitivamente estaba ya afectándole la torpeza de su compañero.
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Cada escena en su cabeza era seguida de otra sin frenar en ningún momento.
Un trabajo juntos en la escuela.
Una junto en el parque cerca de su hogar, se balanceaban en los columpios con tranquilidad mientras el moreno lo regañaba por haber sacado una mala calificación y el rubio se reía nervioso.
El rubio empujándolo para ir a comer su platillo favorito.
Una película.
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Se vio a si mismo caminando por un muelle y es que era uno de sus lugares favoritos en el mundo, el mar, la tranquilidad, rayos de sol entre el cielo usualmente nublado. La humedad en el aire sin llegar a ser frio el ambiente. Era un pueblito que estaba bastante apartado de la civilización, nada de edificios muy altos. El ruido exagerado o demasiadas personas por la calle.
La casa de verano de sus padres se encontraba a unos metros de la playa y es que había pasado muchos momentos de su infancia en ese lugar. El recuerdo de su madre llevándole de la mano para recoger conchas de mar o su hermano en un castillo de arena, había muchas fotografías de esos momentos.
-Creo que no mentías…parece un sueño.
Una voz a su lado lo acompañaba, para su sorpresa el rubio se veía más alto, más adulto…una versión madura de su amigo, quizá los 30. Tenía un rostro ya no tan aniñado como antes pero se veía tan tranquilo, a ratos se le escapaba una sonrisa.
-¿Ahora me crees?
Tuvo que arreglar su cabello oscuro por un momento, el viento estaba más fuerte por un instante. Su cabello también había cambiado, era más largo. Quizá el también había envejecido.
-Por ahora si hehe…quiero ver esa playa más de cerca ¡vamos! – señalo su camino antes de adelantarse unos pasos, pero se giró en su dirección para tenderle una mano y no había dudado en tomarla con total confianza.
Estaba en su propio cuerpo corresponder a ese gesto y al beso que siguió tras ello, como si ya la costumbre de años los hubiese amansado por completo y era tan natural como cualquier cosa en el mundo.
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Su cabeza iba a estallar.
¿Por qué?
¿Por qué el sueño debía terminar ahí? Tenía tantas preguntas como miedos a las respuestas.
¿Qué le costaba haber soñado con superhéroes? O ninjas en un mundo paralelo donde usualmente él era el casi villano?! Ese sueño le gustaba, sobre todo por esos poderes tan raros que tenían todos!
Pero no…
Debía imaginar una historia de amor por completo y sin siquiera tener un final!
Espera…
¿Quería realmente saber cómo terminaba eso?
Las películas de amor usualmente luego terminaban en….sexo.
Ahora otro pensamiento más aterrador que un beso cruzaba su cabeza.
-Sasuke – toco a la puerta.
-¡no tengo hambre!
-padre se va a enojar si…ho – se apoyó en el umbral para ver la posición de su hermanito, no sabía si estaba enojado o muy avergonzado, su rostro completamente rojo y la podre almohada que estrujaba entre sus brazos – ocurrió…algo?
-qué? N-no…no, claro que no – rio. Aclarando su garganta en busca de algo de compostura por su parte – tonterías.
-una…chica?
-…no – desvió la mirada, su hermano no podía ir de metiche ahora, entendía que era su hermano pequeño y le preocupaba. Eso lo respetaba pero no tocaría un tema así con el.
-un…chico?
Se congelo por unos segundos, no sabía si era porque su hermano pensaba en esa posibilidad o el don que tenía para adivinar cada cosa que le ocurría, para cuando giraba su cabeza en busca de su hermano este ya se marchaba para cerrar la puerta, avisando en voz alta que Sasuke dormiría un poco más.
Definitivamente su rostro debía ser un tomate en ese momento ¿Sería muy difícil enterrarse en el jardín?
Se preparó para levantarse y una ducha lo relajaría de una vez, a medida que pasaba el tiempo como siempre el sueño se iba borrando de sus recuerdos. Los detalles, los lugares y todo volvía a su normalidad.
Su móvil vibrando llamo su atención, tomándolo enseguida para ver quien lo buscaba tan temprano. Al parecer Sai quería ir a ver una nueva biblioteca en el centro de la ciudad.
Tal vez sería buena idea para distraerse.