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Una cuestión de pelos por Orseth

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                Draco Malfoy, estudiante de cuarto año del colegio Hogwarts de magia y hechicería despertó esa mañana del domingo a eso de las 9:00 am.

            -Mmm… -bostezó mientras levantaba las mantas movido más que nada por la urgencia de vaciar su vejiga; se puso sus pantuflas y se dirigió al baño medio adormilado, hizo lo que tenía que hacer y luego fue al lavabo a lavarse las manos y mientras el agua se llevaba los restos de jabón alzó la vista para mirarse al espejo.

            -¿¡Qué diablos?!... –jadeó Blaise despertando de golpe por el tremendo alarido que también despertó a los otros dos ocupantes de la habitación.

            Blaise, Crabbe y Goyle corrieron descalzos al baño a ver qué había pasado.

            -¿¡Qué es esto, qué me han hecho?! –gritó Draco mirándose horrorizado al espejo mientras Blaise entrecerraba los ojos tratando de descubrir que era aquello que el rubio miraba.

            Fue cuando Draco se quitó las manos de la cabeza que pudo ver a lo que se refería y entonces los tres mirones estallaron en carcajadas haciéndolo enfurecer.

            -¡Imbéciles! ¿¡Quién fue?!... ¡Y mis ojos, tengo un ojo de otro color!

            -¡Draco… tienes orejas de gato! –exclamó Blaise sin dejar de reír.

            -Y creo que también cola –añadió Crabbe señalándole el trasero.

            Sobresaltado se tocó rápidamente el trasero para descubrir con espanto que había un bulto bajo el pantalón de su pijama, así que rápidamente se lo bajó para descubrir que en efecto bajo su calzoncillo escapaba una larga y esponjosa cola blanca.

            -¡Dios mío!... –gimió asustado viendo el peludo apéndice moverse en su mano- ¡tengo una cola!

            Su gesto afligido fue ignorado por completo por aquellos tres que salieron de ahí para reírse a sus anchas… con Blaise de plano tumbado en la cama.

            -¿¡Quién fue, quien de ustedes fue?! –Exclamó siguiéndolos- ¡no es para nada gracioso y les advierto que les va a pesar!

            Como ninguno le hacía caso, fue a su buró al lado de la cama y sacó su varita para dirigirse de nuevo al baño en donde plantado frente al espejo se dio un golpecito en la testa diciendo:

            -Finite Incantatem… Finite Incantatem ¡Finite Incantatem, no desaparecen!

            Se giró furioso y salió de ahí para plantarse frente a la cama de Blaise.

            -Fuiste tú, así que te doy cinco segundos para que me digas como me las quito.

            -Hey, hey ¿y por qué dices que fui yo? –exclamó entre indignado y divertido al mismo tiempo.

            -Porque estos dos no tienen el suficiente seso para hacer algo así, así que obviamente fuiste tú.

            -¿Y yo porqué tendría que hacer algo así? –respondió limpiándose las lagrimas que habían escapado de su ataque de risa.

            -¡Yo no sé, quítamelas ya!

            -¡Pues yo no fui! –Exclamó frunciendo el ceño comenzando a enojarse- investiga bien antes de hablar a lo tonto.

            Draco se quedó callado mirando a su amigo, con su expresión de enojo cambiando poco a poco a una de confusión y desconcierto al asimilar en un instante que ninguno de sus amigos había sido.

            -¿Y entonces?

            -¿No funciono la varita? –pregunto Goyle.

            -¿Acaso no viste que ya lo intenté torpe?

            -Pues entonces yo no sé.

            -Pero entonces… -dijo angustiado agarrándose una blanca oreja- sino fueron ustedes… ¿Quién fue?

            -¿Y por qué? –completó Blaise recargándose en un codo.

            -¿Cómo que porqué?

            -Sí, le has de haber hecho algo a alguien para que te gastaran esta broma.

            -¡Yo no le he hecho absolutamente nada a nadie!

 

 

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Cuatro meses antes…

 

 

            -Oh Draco… -Draco ondulaba su cadera mientras le besaba el cuello al tiempo que unas piernas le rodeaban el cuerpo- ¿me amas Draco, me amas?

            -Ajá… -balbuceó el susodicho hundiéndose una y otra vez sintiendo que estaba al punto del orgasmo.

            -Pero dímelo.

            -¡Ah! –jadeó llegando al límite y corriéndose dentro de ella para luego dejarse caer a un lado con la respiración entrecortada.

            -¿Ya? –pregunto Chloe  una chica de Hufflepuff  de cuarto año y por lo tanto de la misma edad que él.

            -Sí –respondio con los ojos cerrados y quitándose el preservativo.

            Chloe cerró las piernas y miró el techo del salón en desuso en el que estaban, la poca luz que daba la vela que tenían en el piso a un metro de ellos bastaba para ver el rostro de Draco que brillaba por el sudor; esa había sido su primera vez y ni siquiera había llegado al orgasmo pero su corazón latió emocionado al ver atractivo chico rubio que yacía a su lado en la manta que habían puesto en el suelo; esperaba que en cualquier momento él la mirara y le dijera el tan esperado “te amo” y que la abrazara, pero él solo suspiró y se secó el sudor de la frente con el torso de la mano.

            -Draco.

            -¿mmm? –respondio mirándola.

            Chloe se había girado por completo para mirarlo mientras le ponía una mano en el hombro.

            -Dime que me amas.

            -Claro que te quiero Chloe, eso ya lo sabes, eres la chica más bonita de todo el mundo mágico.

            Chloe rió feliz y le dio un beso en los labios.

            -Yo te amo.

            -Lo sé, pero ahora apurémonos que ya casi es la hora de la cena –respondio levantándose y comenzando a vestirse.

            Negar que sintió decepción al oír aquello hubiera sido mentirse a sí misma, pues esperaba algo mas en esa su primera vez, sin embargo no quiso parecer una chica cursi por lo que también se levantó e hizo lo mismo.

 

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            -¿Dónde andabas? –pregunto Blaise cuando lo vio llegar al comedor.

            -Luego te cuento.

            Cuando terminaron de cenar, no esperaron a Crabbe ni  a Goyle, ni siquiera a Pansy  sino que se fueron de inmediato a su casa.

            -¿Ya me vas a contar? –pregunto Blaise impaciente parado a media habitación.

            Draco camino muy ufano y sonriente, con las manos atrás hasta plantársele en frente y mostrarle en actitud triunfante algo que llevaba entre los dedos; Blaise frunció el ceño viendo aquello hasta que cayó en cuenta que significaba el pequeño sobre de un preservativo abierto.

            -¡Lo usaste! –exclamó sorprendido- ¿¡de verdad lo usaste?!

            -¡Sí! –Respondio emocionado- ¡Ya no soy virgen!

            -¡Ah desgraciado, me ganaste!

            -Sí, ya soy todo un hombre –dijo caminando hasta su cama y dejándose caer en ella con los brazos atrás de su cabeza.

            -¿Con Chloe?

            -Sí.

            -¿Y qué tal estuvo? –Pregunto sentándose presuroso a un lado de él- ¿cómo se siente?

            -No tengo porqué contarte mis cosas –exclamó dándose su importancia.

            -No la jodas Draco, quedamos en compartir la información sin importar quien lo hiciera primero.

            Draco sonrió sabiendo que era cierto y que solo deseaba impacientar a Blaise, así que se sentó en flor de loto frente a su amigo.

            -También era la primera vez de ella, así que tampoco sabía muy bien que hacer pero yo me deje llevar y al final salió bien.

            -¿Pero bien cómo?

            -Pues bien, tendrías que hacerlo tú para saber que se siente.

            Blaise resopló contrariado por la falta de información pero aun así continuó preguntando.

            -¿Y tuviste problemas para colocarte el condón, no te dio nervios?

            -No, ya me lo había puesto muchas veces al hacerme pajas para practicar y no parecer un tonto.

            -Entonces ya no solo son novios, sino amantes –declaro Blaise como todo un adulto.

            -¿Novios? Claro que no, nunca hemos sido novios.

            -Pero sales con ella, te agasajas con ella y con lo de hoy, pues… -concluyó alzándose de hombros.

            -¿Acaso alguna vez te hable de ella como mi novia?

            -No, pero yo lo deduje.

            -Es cierto que nos vemos pero siempre a escondidas, no quiero una novia formal que me quite la posibilidad de probar el menú de Hogwarts.

            -Oye pero ¿ella ya sabe eso?

            -¿Cómo?

            -Sí, si yo lo pensé con mayor razón ella.

            -Pues… no lo sé, supongo, nunca le pedí que fuera mi novia, solo tonteábamos hasta que se dio el primer beso y luego las manoseadas y después de tres meses por fin tuvimos sexo.

            -¿Y ahora?

            -¿Cómo que y ahora?

            -Tal vez ella crea que ya van más en serio.   

            -Pues está equivocada si cree que porque ya tuvimos sexo estoy obligado a algo.

 

 

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            -Oh Evangeline, ahora somos más que novios –exclamó Chloe emocionada a su mejor amiga ocultas en su cama con las cortinillas cerradas y un hechizo silenciador para el exterior.

            -¡No puedo creer que hayas tenido sexo! –Dijo Evangeline con las manos en la boca- ¡Y con Draco Malfoy!

            -¡Sí! –respondio con pequeños grititos que fueron imitados por su amiga que la tomo emocionada de las manos.

            -Pero cuéntame ¿te dolió, como la tenía, fue lindo? ¡Cuéntame!

            Chloe rio ante la avalancha de preguntas y después con actitud ensoñadora comenzó a contarle.

            -Es tan guapo y su cuerpo es tan… ¡oh Eva, es tan perfecto, su cuerpo es perfecto!

            -¿Pero donde fue?

            Ante esa pregunta Chloe dejo de sonreír un poco para responder.

            -En un salón en desuso del quinto piso.

            -¿En un salón?

           

 

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            -Claro, no pensarías que la llevaría a un hotel de lujo ¿verdad?

            -Pues no –respondio Blaise encogiéndose de hombros- para empezar no los dejarían entrar ¿y no le importó?

            -Claro que no.

 

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            -Yo esperaba otro lugar –confesó con resignación- no un salón lleno de polvo.

            -¿Y por qué no le dijiste que mejor en otro lado?

            -Es que ya lo habíamos planeado… es decir, él ya me lo había propuesto y cuando acepte yo creí que él había preparado el lugar.

           

 

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            -Por supuesto que lo prepare Blaise ¿Quién crees que soy?

            -¿Qué usaron?

            -Una manta en el suelo, no necesitaba más.

            -¿Y tampoco le molestó?

            -Claro que no.

 

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            -El suelo estaba muy duro pero bueno, ya estábamos ahí.

            -Y dime… -pregunto pícara- ¿cómo la tenía?

            -¡Eva!

            -No seas así, cuéntame.

            -Bueno… -dijo sonrojada- la verdad solo los había visto en imágenes, ya sabes… pero ver uno de verdad…

            Evangeline chillo emocionada mientras Chloe reía y continuaba su relato.

            -Era lindo.

            -¿Era grande?

            -Pues no se que sea grande, no puedo comparar lo que no he visto antes pero puedo decir que era bonito.

            -Y… ¿te dolió?

            -Pues sí, la verdad sí.

            -Pero valió la pena me imagino… ¿llegaste al orgasmo?

            -¡Eva! –exclamó avergonzada.

            -¿Qué? Es normal que pregunte eso.

            Chloe suspiro e hizo una mueca para luego responder:

            -Pues no, solo me dolía cada que me lo metía.

 

 

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            -Por supuesto que le encantó Blaise ¿con quién crees que hablas?

            -Perdón señor experto que incluso le apena comprar condones en la tienda.

            -Eso no es cierto.

            -Claro que si, los que tenemos se los robé a mi mamá.

            -Bueno, bueno como sea –dijo haciendo un gesto despectivo con la mano- claro que le gustó.

            -Entonces se corrió también ¿no?

            -Claro… supongo.

            -¿Supones?

            -Sí… es más, estoy seguro.

 

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            -Draco ¿nos vemos después de la cena? –pregunto Chloe cuando el rubio paso a su lado rumbo al comedor.

            -Claro, en el salón de siempre.

            -Yo pensaba en otro lugar… como en mi sala común.

            -¿Tú sala común? –Repitió deteniéndose junto a ella cuidando que nadie los viera- ¿y porqué ahí?

            -¿Y por qué no?

            -Yo no me meto a las casas de otros.

            -Pero no tiene nada de malo, no está prohibido.

            -¿Qué tiene de malo el salón?

            -¿Y por qué siempre nos vemos ahí?

            -Creí que ya estabas en el comedor –dijo Blaise llegando en ese momento con Pansy.

            -Sí, ya voy para allá.

            Blaise vio a Chloe y supo que había llegado en medio de una conversación, así que solo se alzo de hombros y decidió seguir su camino al comedor.

            -¿Sigue con esa chica? –preguntó Pansy.

            -Eso parece.

            -Creí que ya se había aburrido.

            -No falta mucho.

            -¿Y entonces Draco? –preguntó Chloe.

            -¡Oh mira, ahí viene Potter! –exclamó Draco sin siquiera responder a su pregunta.

            Harry Potter, el famoso niño que vivió venia a los lejos con su pequeño grupo de amigos que pasaron junto a ellos sin prestarles atención.

            -No deberían dejar estudiar aquí a los maricas ¿no lo crees Blaise? –dijo entonces en voz alta aunque Blaise ya hubiera caminado un par de metros notando que Harry se detenía tan solo un segundo mientras apretaba los puños y seguía su camino.

            Y es que desde hacía unos meses se había corrido el rumor de la sexualidad de Harry, que si miraba mucho los penes de sus compañeros en las duchas, que si le lanzaba ojitos a alguno que otro compañero y demás… lo cierto era que Harry en verdad estaba en un viaje de autodescubrimiento como típico adolescente y para su desconcierto había descubierto que en verdad le llamaban más la atención los penes que los pechos de las chicas y no había faltado quien lo descubriera lanzando miradas furtivas a los miembros de su equipo; estaba confundido y desconcertado pues  el criterio cerrado del mundo mágico no ayudaban en nada.

            -No hagas caso Harry –dijo Hermione tomándole un brazo- Malfoy es un idiota.

            -Sí compañero, aunque seas raro sabes que tienes mi apoyo.

            -¡Ron! –Exclamó Hermione escandalizada- ¡Harry no es raro!

            -Bueno… lo siento, no quise decir eso –respondio apenado- Harry amigo, lo que quise decir es…

            -Ya lo sé –interrumpió el moreno entre comprensivo y fastidiado al mismo tiempo.

            Sabia que sus amigos lo apoyaban, pero incluso a Ron le había sido un tanto difícil ver a Harry con los mismos ojos pues al igual que la mayoría de la sociedad estaba educado con un criterio cerrado en cuanto a algunos temas se trataba.

            -Escucha amigo, me expresé mal –dijo Ron poniéndosele enfrente deteniendo su camino- sabes que soy algo torpe a veces, pero me da igual si te gustan los centauros o lo que sea, siempre serás el mismo para mí.

            En lugar de enojarse por el comparativo, Harry no pudo evitar sonreír, por lo que con más ánimos siguió su camino al comedor.

 

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            Después de cenar y de haber tenido una rápida sesión de sexo, Draco platicaba recostado a un lado de Chloe.

            -Ese Potter sí que es una desgracia para el mundo mágico, mira que además de ser un idiota es un jodido marica.

            -Bueno, pero a fin de cuentas muy su rollo ¿no?

            -¿Muy su rollo?... en primera siempre se ufanó de ser quien era y mira con que sorpresa salió, además el muy cínico ni lo niega, aunque claro no podría, es más que evidente que es un marica, que horror, si sus padres vivieran se volverían a morir, creo que a fin de cuentas les hicieron un favor matándolos.

            -¿Hablas en serio? –pregunto ella viéndolo.

            -Claro ¿te imaginas la vergüenza que es para unos padres el tener un hijo homosexual? ¿Qué dirían los tuyos si les sales con que eres lesbiana?

            Chloe ya no respondio, con esa última pregunta entendía el punto de Draco pues sus padres al igual que muchos estaban en contra de una sexualidad distinta a la convencional aunque dentro de sus puertas cada quien hiciera lo que le viniera en gana con sus vidas, como en todas las sociedades.

            -Mi padre pensó en enviarme a Durmstrang antes que a Hogwarts, conoce al director y es que ya sabes lo que piensa de Dumbledore, a ése le gustan demasiado los sangre impura... En cambio, en Durmstrang no admiten a ese tipo de chusma ¿te imaginas a un homosexual en Durmstrang? Nunca se permitiría eso, pero a mi madre no le gustaba la idea de que yo fuera a un colegio tan lejos, mi padre dice que en Durmstrang tienen una actitud mucho más sensata que en Hogwarts con respecto a las buenas costumbres.

            -Cambiando de tema… mañana es sábado ¿vamos a Hogsmeade?

            -¿Y para qué?

            -Pues no sé, a “Las tres escobas” por ejemplo a tomar una cerveza de mantequilla.

            -No puedo, tengo mucha tarea.

            -Pero Draco…

            -Qué.

            -¿Por qué nunca quieres salir conmigo?

            -¿Por qué dices eso? Claro que hemos salido juntos.

            -Pero nunca frente a los demás, siempre a escondidas.

            -Ya te dije que mi padrino me tiene bien vigilado respecto a eso.

            -Pero el profesor Snape debe entender que es normal tener novia a nuestra edad.

            -No importa, él tiene el pedido de mi papá de tenerme bien checadito en ese asunto, dice que debo enfocarme a los estudios para que la sangre sucia de Granger no me gane en calificaciones, además linda tu sabes que te quiero ¿no?… pero no discutamos, mejor ocupémonos de otros asuntos –concluyo sonriendo al tiempo que la besaba.

 

 

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            -Ya llevas con él casi cuatro meses y yo no veo que te trate como a su novia –dijo Evangeline mientras hacían la tarea en la biblioteca- incluso platica mas con Parkinson que contigo.

            -Es por el profesor Snape, le pasaría el chisme a su papá.

            -Bueno, si tú lo dices.

            Chloe se quedó callada por unos instantes hasta que por fin no pudo más.

            -Tienes razón, yo se que tienes razón… es como si me escondiera y cuando acabamos de tener sexo se la pasa hablando de Harry Potter.

            -¿Harry Potter?

            -Sí, es un homofóbico hasta el tuétano, digo yo entiendo que ser gay no es correcto pero tampoco es como que me interese a quien le da las nalgas Harry Potter.

            -Pues mis tías son muggles y paso mucho tiempo con ellas, en el mundo muggle no es tan grave ser gay… digo, siempre hay prejuicios como en todos lados pero no es tan marcado como aquí; pero en Draco no me sorprende que tenga esa mentalidad, su familia está en el libro de “Los sagrados veintiocho” no me sorprende que sea tan purista.

            -Cómo sea, eso no me interesa… no me trata como su novia oficial –concluyo exhalando un suspiro mientras recargaba su barbilla en su palma.

            -¿Tú crees que te verdad te quiere?

            Ante esa pregunta no pudo evitar una pequeña sonrisa.

            -Bueno… eso si me lo dice,  dice que me quiere.

            -Y tú caes redonda como una moneda ¿no?

            -Es que lo amo… además Evangeline, tiene unos ojos tan lindos… tiene motitas azules en ese color gris, además camina muy sensual y huele delicioso.

            Evangeline sonrió ante la emotiva descripción de Chloe y no pudo evitar sonreír también.

            -Bueno, eso te lo concedo, cada que pasa a mi lado deja una estela de delicioso aroma a colonia, no como otros apestosos que creo que ni se lavan la cola.

            -Además ha aprendido a hacer algunas cosillas cuando tenemos sexo que ya incluso tuve mi primer orgasmo… -dijo riendo emocionada y hablando más bajo- ¡oh Eva, lo amo tanto!

 

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            -¡Hoy llegan los colegios para el torneo de los tres magos! –exclamó Goyle emocionado entrando a la habitación.     

            -¡Es cierto! –Respondió Crabbe- ¡Vámonos ya o no veremos cómo llegan!

            Pansy ya los esperaba en la sala común y los cinco Slytherin se dirigieron rápidamente a tomar un buen lugar para ver llegar a los colegios participantes; impresionados vieron llegar el carruaje del colegio Beauxbatons, así como el barco de Durmstrang, pero fue a la hora de la cena en donde el espectáculo fue mejor.

            -¡Oh por Merlín! –exclamó Blaise al ver entrar al comedor a las chicas del colegio Beauxbatons.

            -¡Son preciosas! –completo Draco estirando el cuello como ganso para poder ver mejor al grupo de hermosas jovencitas.

            -¡Es Viktor Krum! –Chilló Pansy emocionada cuando fue el turno de Durmstrang- ¡Esta guapísimo!

            El colegio fue un hervidero de emociones adolescentes con tan singular grupo de visitantes.

 

 

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            -Y lo mejor de todo es que van a estar aquí todo el ciclo escolar –dijo Draco abotonando su pijama.

            -¿Y tú que te emocionas si ya tienes novia? –respondio Blaise acomodándose bajo las mantas.

            -¿Quién, yo?

 

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            -Ya tiene una semana y no hemos podido vernos.

            -¿Y? tengo mucha tarea –respondio Draco camino a la biblioteca seguido de Blaise, quien disimuladamente se quedaba atrás- nos hemos atrasado en algunas clases ¡Oh mira, ahí viene Potter! -Chloe rodó los ojos ante la mención del moreno- o sea todavía de que es raro y le roba protagonismo a Diggory, se pasea muy ufano el muy cínico… ¡eh Potter! no te basta con ser el niño que vivió para ser un marica ¿verdad? Tenías que poner tu nombre en la copa; al menos Weasley ya se dio cuenta y ni pela ¿eh?

            -Vete al diablo Malfoy –respondio Harry alejándose junto a Hermione quien solo le lanzo ojos de pistola a Draco.

            -Bueno como te decía Chloe, hay que ponernos al corriente.

            -Pero Draco…

            -Escucha te busco después ¿sí? De verdad que tengo mucho que estudiar y tú deberías hacer lo mismo.

            Y sin más la dejo en la entrada de la biblioteca.

 

 

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            -No le hagas caso Harry, Malfoy es un idiota.

            -Ya lo sé –respondio desanimado- pero tiene razón.

            -¿Qué? –exclamó escandalizada.

            -Todos piensan eso.

            -Qué cosa.

            -Qué puse mi nombre en el cáliz para tener protagonismo… y que soy raro.

            -No eres raro Harry, lo sabes –dijo molesta.

            -Pues no, pero… a veces así me siento, como si no bastara mi complicada vida resulta que mi sexualidad es diferente.

            -El mundo mágico es muy cerrado, por eso sientes más la presión, pero en el muggle no es así, incluso el matrimonio es válido, ahí tienes a Elton John.

            -Sí pero Elton John no tiene catorce años ni vive aquí, ni es Harry Potter.

            -Has enfrentado muchas cosas y has salido victorioso y esta es una más ¿tu realmente crees que eres el único gay en un colegio con más de un centenar de jóvenes? Lo que pasa es que temen mostrarse debido a la presión social.

            -Será el sereno, siento que mi vida apesta.

            -No apesta Harry, tu actitud es la que apesta.

 

 

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