Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

EXPERIMENTO 27 por Xzafira

[Reviews - 4]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

OtaYuri

Notas del capitulo:

Este es mi primer fic de YOI, al principio pensés en que fuera un one shot pero está quedando demasiado largo. Espero les guste, por si les interesa estoy buscando una beta para este  y otros fics

– Comenzando el experimento 27…

Abrió sus ojos con lentitud, viéndose rodeado de un extraño líquido que distorsionaba todo a su alrededor y poco a poco iba bajando hasta que se vio libre de él, en poco tiempo pudo distinguirse dentro de unas paredes transparentes y circulares.

– El X-27 se encuentra consciente...

Luego no supo más, sus ojos se cerraron.

 

 

Despertó sobre una superficie suave en medio de la noche, tenía una pequeña cosita peluda sobre su pecho y un libro abierto en su abdomen. Se levantó dejando que la pequeña cosa cayera sobre el suelo y maullara de dolor antes de salir corriendo. Él, al verla correr de su presencia, se sintió culpable por el pobre animal. 
Giró su vista hacia el lugar donde estaba, encontrándose en un departamento con las luces apagadas y la calefacción puesta. “Es invierno” se dijo a sí mismo.

Caminó perezosamente por la estancia, recorriendo cada lugar del pequeño piso. Claro que conocía todo, hasta el más mínimo rincón cubierto de polvillo que no había limpiado porque era muy perezoso para ello; pero aunque su mente estaba inundada de recuerdos en ese lugar, él se sentía como un extraño invadiendo un espacio que no era suyo.

Escuchó la puerta abrirse y unas llaves tintineando. Su mente le reveló recuerdos de sí mismo corriendo hasta la puerta para recibir al recién llegado. Sin embargo, no hizo más que caminar hacia él.

— Beka… - susurró, el hombre que recién había llegado prendió las luces aturdiendo un poco su mente y lastimando sus sensibles ojos — Beka… mierda … mis ojos — cubrió estos con su brazo, lo cual no le dejó ver que el otro se acercó a él y solo se percató cuando se vio envuelto en sus brazos.

— Estoy en casa… Yura — le dijo en una suave voz anhelante.

Otra vez su mente le reveló imágenes y esta vez cargadas de emociones que hicieron mella en su corazón, pero otra vez no los sintió como propios.

Alejó su mano de su rostro para posar su mirada  sobre el otro hombre reconociéndolo inmediatamente como su prometido, Otabek Altin, con quien llevaba ya 6 años de relación. Sin embargo, no era exactamente como estaba en sus recuerdos. Este Otabek se veía más pálido, demacrado, con unos cuantos kilos menos y unas ojeras muy pronunciadas. Elevó sus manos hacia el rostro de su novio, envolviéndolo en sus delicadas manos, antes de darle un corto beso como bienvenida, tal cual le decía su mente que era lo habitual.

— Te ves pálido — se alejó de él sin mirarlo y se encaminó hacia la pequeña cocina del lugar para hacer el café de su Beka — ¿Has tenido mucho trabajo? Deberías pedir una semana de descanso — prendió la cafetera y puso agua a calentar en la cocina justo cuando sintió los brazos del moreno rodear su cintura y ocultar su rostro en sus desordenados  y largo cabellos rubios donde lo escuchó inspirar con fuerza. “A Beka le gusta el aroma de mi cabello” pensó.

—Te extrañé Yura… — sus recuerdos se confundieron un poco, eso no era un hábito y por lo tanto no sabía cómo reaccionar ante ello. Se quedó estático por unos segundos antes de decidirse a salir de sus brazos como tratando de huír, pero al verlo se arrepintió, pues parecía como si le hubiera dolido tal actitud.

—Vamos a cenar Beka — sonrió forzadamente y luego se dejó llevar por lo que su mente decía que debía de hacer. 

Se vio después sobre el sofá poco después, con su cabeza sobre el pecho de su novio mientras veían una película en el enorme televisor de la sala. Otabek quiso ponerla en la habitación, pero Yuri se quejó e hizo un berrinche porque, según el libro de Fen - Shui que él había leído para decorar el departamento cuando decidieron mudarse juntos, no deberían haber superficies reflejantes en la habitación. Así que se vieron obligados a adquirir un suave y cómodo sofá para pasar el rato como en ese momento.

— Mamá llamó para saber cuando será la boda, dice que necesita hacer la reserva del local y empezar a contratar el catering — Yuri miró a su novio por un momento, sabía que los padres de ambos querían una boda por todo lo alto, después de todo, uno de los más altos rangos de la armada se iba a casar y seguramente iba a salir en todos los titulares del país.

— Aún no lo sé Beka, deberíamos programarlo para el próximo año, tal vez septiembre, donde hay menos calor pero sin llegar a congelarnos las pelotas — Otabek le sonrió y despeinó un poco antes de prestarle atención otra vez a la película — No quiero algo grande Beka, que sea algo más… privado — pero el otro dejó el tema ahí y solo cortó la conversación con un ligero asentimiento.

Después tomaron una rápida ducha antes de acostarse en la suave y enorme cama de su habitación. Aquella cama de la que también tenía recuerdos, pero otra vez el sentimiento de estar fuera de lugar lo invadió, aunque fue olvidado cuando el moreno lo atrajo a su cuerpo para besarlo apasionadamente.

*

Días después, esos pensamientos de no pertenencia se iban desvaneciendo, su vida se hizo tal cual la recordaba. Despertaba y preparaba café mientras su novio se duchaba, desayunaban juntos antes de que Beka vaya a trabajar en ese sexy uniforme militar. Luego, una vez solo, limpiaba un poco el apartamento para luego hablar con su suegra y su mamá por Skype para ir viendo fechas convenientes para la boda y discutían sobre si iba a ir la prensa  o no mientras acariciaba a su gata; se alistaba para ir al trabajo de su prometido y le esperaba en su oficina hablando con su secretaria que también estaba por casarse.

— Entonces… ¿Ya elegiste tu vestido para la boda, Claire? — preguntó Yuri a la muchacha, ella le sonrió dulcemente antes de negar.

—Tenía planeado uno rojo, según me dijo el señor Altin, será con una temática un poco extravagante, ¿verdad? ¿Ya decidieron la fecha?

Yuri estaba por preguntar lo mismo y alardear un poco sobre la boda estilo Alice en Wonderland que deseaba y quejarse de cómo las madres de ambos no lo aceptaban porque no era propio de alguien con tan alto rango como Otabek. Pero su novio escogió ese preciso momento para salir de su oficina para acompañarlo a comer. Como era de esperarse Claire también se puso de pie para leer las cosas pendientes que tenía por hacer a su vuelta.

Ahí surgió una de las primeras cosas que le hizo darse cuenta que algo iba un poco mal, la mujer traía una marcada barriga de embarazo que no concordaba con sus recuerdos. Debía tener por lo menos 6 meses de gestación. Algo confundido, recorrió la silueta de ella de pies a cabeza y su mirada se detuvo en su mano izquierda, donde ya no reposaba el anillo de compromiso; sino que ahora un anillo un poco más sobrio de plata envolvía la base de su dedo anular.

“Ya se ha casado pensó.

Otabek se dio cuenta de la confusión que generó en él aquella situación  y procedió a sacarlo rápidamente.

Luego de eso, su mente se turbó un poco y empezó a observar con más detalle ciertas cosas y a preguntarse el por qué de aquellas.

Se dio cuenta de que su gata solía rechazarlo  y ponerse agresiva a veces, al principio pensó que era por la comida o que ella estaba enfermando; pero no tardó en relacionarlo con “eso” extraño que pasaba en su entorno.

La siguiente cosa que notó fue una semana después de aquel incidente con la secretaria de su novio, mientras terminaba de ducharse. Yuri nunca tuvo buena memoria, olvidaba las cosas con mucha facilidad y siempre era distraído. Pero en ese momento, cuando enjugaba su cuerpo, notó que ciertas marcas, como lunares y cicatrices, no estaban. En especial esa que tenía en la rodilla, una cicatriz grande y profunda producto de su adolescencia estúpida y extrovertida.

Así, día a día, descubría nuevos cambios y empezaba a ponerse paranoico.

Un mes después despertó sobresaltado, debido a un mal sueño. Otra vez se había dormido en el sofá esperando a Beka, tuvo cuidado con la gata que nuevamente dormía sobre su pecho, la dejó sobre el piso y se estiró antes de mirar el reloj y percatarse que su novio estaba por llegar. Puso a funcionar la cafetera, llenó la tetera con agua para luego ponerla al fuego y, mientras dormitaba apoyado en la encimera, recordó vagamente la pesadilla.

Comenzando el experimento 27…

—Yura… — se sobresaltó al escuchar la voz de su novio, abrió los ojos reconociendo todo a su alrededor. La cafetera ya había terminado su labor y la tetera que había puesto estaba silvando furiosamente — Yura, amor ¿Estás bien?

Parpadeó un par de veces antes de ponerse en alerta e ir a apagar la cocina y luego acercarse a su Beka para darle un beso rápido, antes de que escapara fue envuelto en los fuertes brazos del mayor.

— Me tienes preocupado — acunó su rostro en una de sus grandes manos y lo miró fijamente a los ojos, con esa mirada que podía ver su alma y no lo dejaba mentir.

— Sí… sí Beka estoy bien, solo tuve una pesadilla… aún me siento un poco inquieto por ella — y no mentía, al parecer eso calmó un poco al moreno, pero antes de que pregunte más, decidió cambiar de tema — Le dije a tu mamá que ya decidimos la fecha para la boda. Se puso como loca, según ella le dimos muy poco tiempo para organizarla — dejó otro beso más en los labios del otro antes de apartarse para servir el café y calentar la cena — el fin de semana iremos a ver los trajes así que vamos a estar algo ocupados. Dile a Claire que no programe nada ese día.

Otabek no lo dejó tranquilo desde ese momento, a pesar de no haber preguntado cual había sido la pesadilla, Yuri presentía que sabía todo sobre ella. Sin embargo, el rubio trató de actuar normalmente, quejándose de ciertas cosas de las que normalmente se quejaba y siendo el novio cariñoso que recordaba ser. Pero a medida que pasaban los días otra vez ese sentimiento de ser un usurpador viviendo una vida que no era la suya volvió a él  y fue incrementándose día tras día hasta invadirlo completamente.

La tarde del sábado, mientras esperaba a que su novio saliera de la reunión que tenía con el comité de investigación para ir a comer antes de dirigirse a ver los trajes para la boda, se dedicó a entrar a Instagram, con la cuenta que recordaba, para hurgar un poco en su pasado. Su perfil lo recibió con una bonita foto de él sacando la lengua de forma divertida, la habían  tomado en sus últimas vacaciones en la playa. Decidió ver desde las más antiguas hasta las más recientes. Cada foto le hacía rememorar hermosos momentos, desde que era un adolescente tonto buscando llamar la atención en el ballet, sus tatuajes; la primera foto con Beka, donde lo presentaba como su mejor amigo hace ya 7 años, luego le siguieron fotos tontas de ellos dos jugueteando por la ciudad y paseando en la motocicleta que el moreno solía tener. Estaba la foto de la partida de Otabek a la milicia, de su primera visita a Beka aún como amigos donde le tomó una foto porque creyó que se veía guapo en uniforme aunque se disgustó mucho cuando vio que le habían obligado a raparse al cero. Vio también la fotografía del día donde Otabek le declaró su amor y se volvieron una pareja. Así muchas más que conmemoraban esos dulces momentos de ambos que los habían llevado a ese punto de querer unir sus vidas para siempre. Poco a poco empezó a subir hasta llegar a unas más recientes, que realmente no recordaba haber publicado “¿Acaso Beka las puso?” Negó para sí mismo, Otabek era un increible médico y muy buen militar pero no era nada bueno en cuanto a las redes sociales y tendencias; por eso era que Yuri solía manejar ciertas cosas como las relaciones públicas y la prensa “Es un nerd”.

La puerta de la oficina se abrió. Salió primero el ministro de defensas Feltsman, a quien saludo con educación, porque ya no era un adolescentes estúpido, ahora se iba a casar; seguido estaba el Mayor Leroy, encargado de la subdivisión de investigación genética, y por último su novio, general de la división de investigación. No podía sentirse más feliz de ver hasta donde había llegado.

— Otabek nos dijo que ya han decidido una fecha para la boda, mi esposa estará feliz de escucharlo — le dijo el ministro, Yuri solo forzó una sonrisa.

Claro que no le iba a agradar a su esposa, después de todo esa mujer aún tenía esperanza de hacer que su hija enamore a su Beka. Hasta había tratado de hacer un escándalo en la prensa porque un soldado gay había ascendido tan alto. Felizmente el país entero había alzado la voz censurando a la mujer  y no quedó otra más que saliera a disculparse.

— Estoy seguro que sí — sonrió con malicia y recibió una dura mirada de Otabek, ¡Oh, pero ya la semillita del mal había sido sembrada! — Les enviaremos la invitación cuando las tengamos listas, estoy seguro que su hija Arianne estará feliz de asistir — su mano fue tomada sutilmente por Otabek y la apretó ligeramente, obviamente quería armar un poco de drama, ya que esa niña llevaba enamorada de Beka desde siempre.

— ¡Oh! ella no podrá asistir, a menos que sea en verano, está estudiando el post-grado en Francia — Yuri quiso gruñir molesto porque no vería el corazón de esa odiosa mocosa rompiéndose. Pero entonces se dio cuenta, hasta donde sabía, a Ari aún le faltaban dos años para acabar su carrera. Pero si ya estaba haciendo el post-grado, debía de haber acabado ya.

Le dirigió una mirada de duda a su prometido que al mismo tiempo desvió sus ojos desesperados hacia el otro chico presente.

— Otabek me ofreció ser el padrino de su boda Yuri — Leroy retomó el tema de su matrimonio haciéndole olvidar, por un momento, las dudas que poco a poco estaban consumiendolo — estaré tan feliz de verlos cumpliendo su sueño par de tortolos — Jean era uno de los pocos amigos que Otabek tenía, pero era del completo desagrado del rubio. No es que sea mala persona, pero su forma histriónica y narcisista de ser lo exasperaba demasiado — hablaré con la mamá de Otabek para ver sobre la decoración y los vestidos de las damas de honor, escogí un smoking azul eléctrico para mí y un vestido....

¡Ah no! eso jamás, nadie más que él ( y un poquito Beka) se dedicarían a ver ese tipo de cosas. Iba a ser su gran día, ningún payaso les iba a arruinar el momento más hermoso (y costoso) de sus vidas, aunque tuviera que atropellar al idiota de JJ unos días antes para impedirlo.

— Tú te vas a quedar fuera de la planificación, no vas a hablar con nadie y vas a usar el traje que nosotros escojamos para ti. ¡Y de ser posible vete a alguna guerra antes de la boda y muere ahí pedazo de…! — miró al ministro que lo veía divertido y a su prometido que estaba rojo de vergüenza con la mirada atónita; sí, había hecho una escena frente al jefe de su novio “Mierda, Yuri” pensó y seguro que Beka estaba pensando lo mismo — pedazo de buen amigo, deja todo en mis manos, yo sé como quiero esta boda ¿Verdad Beka amor? — hizo su carita de niño inocente a la que el moreno solo asintió.

— Bueno muchachos yo me retiro, mi esposa debe estar esperándome para comer — todos se despidieron del ministro y luego Yuri obligó a gritos, amenazas y empujones a Jean a salir de ahí.

Se encerraron un momento en la oficina de Beka, que aunque era amplia, Yuri siempre quiso decorarla para que sea más cálida  y que cumpliera las reglas del Fen-Shui que lo obsesionaban. En el centro estaba el escritorio del moreno y en una esquina de este, el portarretratos de dos cuerpos, en uno estaba la foto de ambos sobre la motocicleta que Beka había tenido que vender luego de ascender de rango, y en la otra, la foto familiar que se habían tomado hace tres años en navidad con toda la familia Altin. Yuri tomó el objeto y recorrió cada uno de los rostros.

— Deberíamos a ir a ver a tus padres antes de la boda, podemos ir en navidad, estoy seguro que les agradará vernos — se subió al mueble y de inmediato el pelinegro se situó entre sus piernas y le quitó el retrato dejándolo sobre su lugar, Yuri pensó que ahí venía el regaño monumental — Beka, perdón… me dejé llevar, no quería hacerte quedar mal con Yakov… pero sabes que ese tipo me irrita… — calló de pronto cuando sus labios fueron sellados con los de su futuro esposo.

— Te extrañé tanto Yura… no te imaginas cuanto, mi amor — el moreno reposó su cabeza en su hombro ocultándose así de la mirada atónita del rubio.

Yuri buscó qué decir, pero realmente las palabras no salían de su boca, sentía su garganta seca y su cuerpo se tensó cuando sintió la piel de su cuello ser humedecida por lo que él suponía eran lágrimas. Pensó que el otro actuaba extraño, en sus recuerdos solo había una vez en las que Beka había llorado y esa fue cuando habían tenido una fuerte pelea que casi los lleva a separarse. Beka había llorado de alivio al verlo regresar a casa sano y salvo después de casi dos días desaparecido y le pidió perdón de muchas maneras, tiempo después le propuso matrimonio.

—Beka… - rió nervioso — si nos vimos esta mañana… vamos a comer ya, muero de hambre… — palmeó levemente la fornida espalda del contrario y revolvió su corta cabellera — tenemos cita con la modista después.

El militar se levantó y dejó un beso tierno en la mejilla de su prometido antes de tomarlo por la cintura y ayudarlo a bajar del escritorio. Aún tenía un leve caminito húmedo recorriendo su mejilla que limpió sutilmente.

— Vamos de una vez Yura… quiero llegar a casa, hay una serie que quiero ver — su tono volvió a ser el mismo de siempre y su conversación muy normal. Era el Beka que él conocía.

— Sí, vámonos...

 

Notas finales:

les gusto? 

espero que sí


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).