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Aprendiendo a amar por aisaka-san

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Despertó exaltado, se sintió caer dentro de un vacío abismal que casi lo sofoca. La gran inhalación que dio fue lo que terminó por despertarlo. Aun así no recuerdo exactamente porque se sintió de ese modo, como si estuviera perdiendo una batalla que significaba demasiado para él.

 

Miró su habitación, no había nada que destacara en ella pues, el día anterior se lo pasó en cama todo el tiempo siendo atendido por Aiga y Drum que no dejaban de gritar y jugar el uno con el otro. Eso solo terminó causándole más dolor de cabeza aunque su preocupación y atenciones lo habían confortado y ayudado en muchas maneras.

 

Hablando de ese par, los buscó con la mirada por todos lados en la habitación. Encontró a Drum recostado en la cama de al lado, con medio cuerpo colgando del borde mientras se sostenía de una manera físicamente imposible con las piernas; de Aiga no había ningún rastro.

 

Bostezó y se estiró un poco en la cama, sorpresivamente se sentía mucho mejor que el día anterior aunque quizás la ligera congestión en la nariz debía atenderse un poco más.

 

A pesar de ello se armó de una actitud muy buena, o por lo menos esta le duró cuando se bañó y vistió. Estaba a punto de salir de su habitación cuando recordó fugazmente las habladurías en las que se vio envuelto hace un par de días.

 

Unos brazos rodeándolo por la espalda lo sorprendieron tanto que solo se paralizó, sin saber cómo reaccionar solo se dejo hacer.

 

—¡Valt! —escuchó que pronunciaron su nombre, recordó que Drum seguía acompañándolo así que soltó un suspiro aliviado—. ¿Qué pasa? —preguntó el pequeño, confundido por la extraña reacción recibida.

 

—Oh, no es nada, solo me sorprendiste Drum. —respondió Aoi con una sonrisa ladeada al pequeño niño rubio quien solo lo observó confundido—. ¿Podrías soltarme Drum? Quiero ir a comer algo.

 

El menor asintió y sus brazos aflojaron su agarre alrededor de Valt, este le respondió con un "gracias" y salió de la habitación, claro que con la atención de Drum quien decidió que era buena idea ir tras la leyenda del Beyblade.

 

Una vez que ambos chicos recorrían los pasillos, no fue de extrañarse que Valt empezará a sentirse tenso por llamar la atención de cualquier persona que lo rodeará. No es que nunca llamará la atención, todo lo contrario pues siempre solía atraer a los nuevos talentos como Drum alguna vez fue. La diferencia radicaba en qué sabía que en está ocasión llamaría la atención por un falso escándalo y no por sus logros bien reconocidos.

 

Pero, para sorpresa suya, nadie volteó a mirarlo cuando atravesó los pasillos, ni cuando llegó al comedor atiborrado de personas. Ni siquiera Ange, quien siempre se enteraba de todo lo que sucedía en BC Sol, pareció notar su presencia pues su mirada yacía perdida en la nada, parecía sumergida dentro de sus propios pensamientos.

 

Valt se extrañó ante ello por lo que ofreció a Drum ir a desayunar en una mesa apartada de las demás, donde su conversación pudiera ser lo más privada posible.

 

—¿No notas algo extraño? —cuestionó Aoi a Koryu quien lo observó atento pero a la vez confundido.

 

—¿Extraño? ¿A qué te refieres? —respondió el rubio a la vez que rotaba su mirada entre Valt y los huevos estrellados en su plato.

 

—¿En serio no lo notas? Todos parecen tensos y nerviosos. —dijo señalando a los presentes en el comedor mientras Drum se giraba a verlos con más atención—. Cuando salí de la habitación creí que harían un escándalo alrededor de mí después de lo que supuestamente pasó con Shasa, pero nadie volteó a mirarme y siguieron con lo suyo. No me malentiendas, no me siento mal porque nadie me mire a punto de juzgarme ni nada de eso, pero parece que pasó algo peor como para que nadie me hiciera caso, ¿no crees?

 

Drum se removió incómodo en su asiento, bajó la mirada y se concentró por completo en la comida mientras comenzaba a picarla con un tenedor, completamente lleno de nerviosismo.

 

—Oh, ¿En serio? No, claro que no, seguro ya estás imaginando cosas Valt. Después de todo no podrían juzgarte todo el tiempo por algo que ya pasó. Seguro todos se enteraron que fue una broma pesada de Shasa. —justificó el pequeño Drum sin dirigirle ni un solo momento la mirada a Valt, en cambio este lo miraba atentamente, analizando sus palabras una por una.

 

—Debo salir un momento.

 

Pronunció Aoi mientras se ponía de pie y se alejaba de Drum, este intentó pedirle que no se fuera pero resultó ser inútil pues Valt lo ignoró.

 

Quizás caminar afuera ayudaría a Valt a despejarse un poco de todo. Estaba muy confundido acerca de todo lo que había pasado alrededor de Shu.

 

Primero lo que pasó con Shu y Nika, luego el tener que enfrentarlo de nuevo aquí en España y está vez verlo ser tan cercano a Aiga, después con Cristina y para colmo, Shasa va y lo mete en un enorme problema con todos.

 

Ya se estaba cansando de todo esto, de todo el drama que estaba arrastrando consigo mismo y no tenía ni la menor idea de cómo zafarse de todo esto.

 

¿Estaba enojado? Por supuesto que sí.

 

¿Con quién? ¿Consigo mismo? ¿Con Shasa? ¿O quizás con Shu?

 

Ya no lo sabía, ahí era donde sus ideas empezaban a discernir unas con las otras. Tal vez si estaba enojado consigo mismo por dejarse llevar por sus sentimientos y darle importancia de más a personas que probablemente no lo merecían. Claro que estaba molesto con Shasa por armar tan terrible treta en su contra sin razón aparente.

 

Probablemente estaba enfadado con Shu por no aclarar nada con él, por tener a tantas personas detrás suyo. Quizás su enojo lo lideraba él al ser tan poco claro sobre sus sentimientos, al casi no hablarle, al no buscarlo un poco más. Se sentía tan desplazado, olvidado, dejado de lado y aun así, cada vez que lo veía no podía evitar que su corazón se acelerara o que su respiración se agitara.

 

Se sentía tan idiota por sentirse así que nuevamente, su enojo regresaba hacia el mismo.

 

<<Sería mejor dejarlo ir.>>

 

Fue el pensamiento que cruzó por su mente, se detuvo en seco al darse cuenta que no fue nadie sino a él mismo a quien se le ocurrió hacer tal cosa.

 

No le gustaba la idea, no le agradaba, odiaba que el pensamiento no dejará de repetirse una y otra vez en su cabeza y que cada vez que sonaba, parecía ser lo más correcto.

 

Podía ser lo mejor, para todos.

 

Así tal vez dejaría de celar involuntariamente a Shu, podría empezar a preocuparse menos por sí mismo y quizás hasta podría abrirle las puertas a más personas en su vida.

 

Podría ser que Shasa intentaba llamar su atención seriamente como pareja y por eso hizo lo que hizo, ¿no es así?

 

Quizás si intentaba algo con ella, dejaría de pensar tanto en Shu.

 

Aunque sonara cruel y algo irracional, el pensamiento parecía cada vez más certero en su mente, se convencía más y más que podría ser lo mejor; lo correcto para dejar de lado la encrucijada en la que se encontraba.

 

Escuchó un sonido de chapoteo a sus espaldas, confundido se dio la vuelta para mirar de qué se trataba pero se arrepintió rápidamente de esto, por lo que nuevamente regresó su mirada hacia el frente, una risilla se dejó escuchar.

 

—Lo-Lo siento, n-no sabia que estabas aquí. —tartamudeó avergonzado, los nervios lo invadieron y su primer instinto de correr se vio opacado por la incredulidad de saber que lo que estaba pasando era real.

 

Por su lado, Shasa lo miraba desde el estanque que se formaba gracias al desembocamiento de una cascada no muy lejana. Juraba que este encuentro con Valt no estaba planeado, ella solo quería refrescarse un momento ahí. La situación era tan conveniente para ella que hasta le parecía trágicamente divertido.

 

Free le dio indicaciones futuras para seducir a Valt, aun no entendía bien el contexto de la situación pero, después de lo que sucedió el día anterior entre el rubio y Shu, le daba una idea de su razonamiento.

 

Así que está vez pensó que era mejor adelantarse al rubio, está vez actuará por cuenta propia.

 

—Hace tiempo que no te veo, Valt. —empezó Shasa la plática, notó claramente cuando Valt se sobresaltó al escucharla.

 

—Lo sé, ha pasado un tiempo. —respondió el chico con nerviosismo, Shasa sonrió ampliamente.

 

Un pequeño lapso de silencio ocurrió entre ambos, lapso en el cual Valt intentó darse ánimos para marcharse lo más rápido posible de ahí y en el que una idea aún más atrevida pasó por la mente de Shasa.

 

Por otro lado, el día de Shu había comenzado de una forma completamente diferente. Primero, el dolor de su cabeza y sus manos lo sorprendió, pero al mirar a un Aiga quien lo observaba seriamente en una silla junto a su cama, fue capaz de recordar todo lo sucedido el día anterior.

 

Bufó con cansancio, dejó caer su cabeza sobre la almohada y cerró los ojos, sabía que Aiga estaba ahí porque buscaba explicaciones, pero honestamente no tenía muchas ganas de darle alguna.

 

—Bien, si tú idea de poder reconectar con Valt era pelearte con su mejor amigo del BC Sol y hacer un escándalo mayor que el de él, entonces déjame informarte que lo lograste.

 

El tono sarcástico de Aiga solo logró incrementar el dolor de cabeza del albino. Terminó por darle la espalda a Aiga pero este no cedió y se posicionó nuevamente frente a él.

 

—Oye, no intentes evadir esto porque no vas a lograrlo.

 

Shu le dio una seria mirada que fácilmente transmitían sus deseos de que Aiga se largara de ahí inmediatamente y lo dejara en paz, pero esas cosas no tenían mucha relevancia para el castaño; después de todo era muy bueno ignorando órdenes.

 

Cuando supo que no tenía otra opción más que hablar del tema, fue después de que Aiga trajera un desayuno ligero para ambos. Aprovecho esos momentos en los que el castaño fue por los alimentos para poder bañarse y relajarse un momento en la ducha; al salir se arregló y vendó torpemente su cabeza y sus nudillos de ambas manos.

 

Al desayunar junto a Aiga supo que no tenía caso huir de la situación pues, no solo debía, también quería contarle a alguien lo que en realidad pasó el día anterior. Dejó su plato de lado para hablar del tema.

 

—Ayer me encontré con Free en medio de su entrenamiento.

 

Al escucharlo, Aiga también dejó de lado su plato vacío y puso toda su atención sobre Shu. No tuvo que decir nada para que Shu continuará con su relato.

 

Para Shu era como escenificar la situación en su mente, claramente recordaba darse la vuelta para dejar a Free a solas cuando este dijo algo que sonaba sumamente irreal.

 

—Así que es divertido andar por ahí jugando con los sentimientos de los demás, ¿no es así?

 

Shu se quedó congelado en su lugar, esas palabras le parecían estúpidas pero el hecho de que las dijera alguien como Free fue lo que lo terminó sorprendiendo. Al darse la media vuelta pudo ver como el rubio le dirigía una mirada seria, en realidad no estaba bromeando para nada.

 

—¿De qué hablas? —preguntó con la misma seriedad que el rubio, no iba a dejarse amedrentar tan fácil.

 

Free ladeó la cabeza como usualmente hacía, a Shu le parecía como un animal examinando a su presa. Pero todos los años en los que Shu fue intimidado no estaban desperdiciados en el olvido, él sabía perfectamente cómo lidiar con diferentes tipos de amenazas.

 

—Tú sabes. —respondió el rubio con simpleza.

 

Se alejó un poco, caminando hacia el interior de BC Sol, Shu estaba confundido por sus acciones pero tenía el presentimiento de que deseaba hablar sobre Valt. Si se trataba de eso, entonces era un tema que le interesaba.

 

Caminaron hasta llegar a una sala vacía, al parecer solía ser un sitio donde mejoraban y adaptaban piezas de beys. Las herramientas en la mesa y el polvo sobre las cajas metálicas delataba que la persona que trabajaba en esas cosas ya no estaba más ahí.

 

Así que era un buen lugar para poder hablar a solas con Free.

 

El rubio se sentó descaradamente sobre la mesa, Shu se quedó de pie, mirándolo expectante a saber lo que el rubio quería decirle.

 

—Yo suelo ser una persona que deja que los demás hagan lo que quieran. A decir verdad, no me interesa si alguien llega aquí con grandes esperanzas de crecer y se decepciona unos cuantos días después y nos abandona; tampoco me importa si a alguien no le llama la atención lo que hacemos aquí, en el beyblade. Después de todo, todos somos libres de hacer lo que deseemos.

 

El rubio sonrió momentáneamente, Shu pensó que quizás recordaba los viejos tiempos y algunos nuevos. Luego, su sonrisa pasó a ser una expresión neutral que helaba hasta los huesos si sostenías la mirada lo suficientemente.

 

—Pero cuando una persona me importa lo suficiente, no puedo permanecer tan indiferente. Hay algo en mi que me obliga a actuar, a hacer algo pero no estoy muy seguro de que podría ser, quizás quiero ayudar a mis amigos y acompañarlos a superar lo que los atormenta o tal vez… quiero verlos caer. Es extraño, ¿no crees?

 

—¿Qué? —preguntó Shu más que confundido, la actitud tan errante de Free era muy rebuscada para su gusto.

 

—Cuando Valt llegó al BC Sol después de tanto tiempo estaba, ¿Cómo decirlo? Dolido. Me contó algo sobre una persona que conoció en Japón y terminó volviéndose alguien especial para él pero al final de todo lo lastimó mucho. ¿Te haces una idea de quién podría estar hablando?

 

Shu sintió una punzada en el corazón, Free había dado en un punto sensible para él. No podría perdonarse la forma en la que le habló a Valt la última vez que se vieron en Japón.

 

—Veo que sí. —comentó el rubio con una sonrisa burlona—. Luego, esta persona vuelve repentinamente a su vida pero esta vez parece ir detrás de alguien más, de un antiguo pretendiente de Valt y justo frente a sus ojos. Eso sin mencionar como también llama la atención de muchas chicas, entre ellas, la dueña del equipo para el que Valt compite.

 

—¿A qué quieres llegar con esto? —preguntó el albino fastidiado, Free le sonrió casi como un loco.

 

—¿Qué no lo ves? Para ser una persona que pregonaba ser tan importante para Valt, lo lastimas tanto como puedes. No se hablan desde que llegaron y apenas lo ves salir con alguien más, lo rechazas como si fuera vil basura. Pero en cambio, tú puedes ir por todos lados con quién se te dé la gana. —El rubio bajó de la mesa y se posicionó frente al de ojos rojos—. ¿A qué juegas? ¿Es divertido lastimar a las personas que te importan? ¿O acaso él no te importa tanto en primer lugar?

 

—Cállate. —ordenó Shu en un susurro bajo pero amenazante, Free no hizo caso alguno y continuó.

 

—Quizás es porque es divertido ilusionar a las personas y luego dejarlas caer en una pila de basura. —Se posicionó detrás del albino, susurrando detrás de su oreja—. Podría intentarlo también yo y ver qué es lo divertido en todo el asunto. Llevar a ese lindo e inocente chico al límite para hacerlo añicos entre mis manos. ¿Qué importa de todas formas? Valt es tan ingenuo que siempre seguirá confiando en las personas, solo es un idiota que confía sin importar lo que le hagan los demás, siempre ha sido y siempre será así.

 

Shu no lo soportó más y se dio la media vuelta para propinar un golpe a Free, pero este lo detuvo rápidamente.

 

—Vaya, al parecer eres celoso con tus muñecos de turno. —comentó el rubio en un tono divertido, después se acercó un poco más al albino quien no cedía en su fuerza—. Pero descuida, solo lo usaré una vez. Se ve que sabe mover esas caderas.

 

Después de ese comentario, todo se tornó borroso para Shu. Recordaba haber golpeado y ser golpeado por Free pero no más, la furia del momento lo cegó.

 

—Normalmente no soy así, de hecho nunca me había peleado a este nivel. Estoy acostumbrado a que hablen mal de mí pero que hablara así de Valt, creo que me hizo perder los estribos. —comentó Shu al terminar su relato, miró al suelo un tanto arrepentido por lo que había hecho.

 

Por otro lado, Aiga escuchaba atentamente lo ocurrido.

 

—Vaya, nunca me hubiera imaginado que Free fuera capaz de decir algo como eso. —dijo impresionado, pues honestamente esperaba muchas cosas de Free pero no está.

 

—Dímelo a mí, apenas lo conozco. Fue muy sorprendente que me hablara así.

 

Shu pensaba seriamente en las palabras de Free pero también lo hacía en su propia situación, si Valt se enteraba de esto no terminaría por quedar bien frente a él, justo como Aiga mencionó antes.

 

—¿Y ahora qué hacemos? —preguntó Aiga al albino, al parecer sus pensamientos coincidían en las mismas deducciones.

 

—Creo que es momento de terminar con esto.

 

El castaño se sorprendió, pero Shu se apresuró en aclarar a lo que se refería.

 

—No habló sobre terminar lo que estoy sintiendo por Valt, se que después de lo de Shasa me sentí muy mal y casi renuncié a él, ¿pero que tal si todo es un malentendido? Solo quiero terminar con está distancia entre nosotros. —respiró profundo antes de continuar—. Se que Valt se enfadara conmigo si se entera sobre lo que sucedió con Free, pero lo que ese rubio idiota me dijo me hizo entender que podría estar dando una imagen equivocada de mi ante Valt. Tengo que hablar con él pronto y aclarar las cosas entre los dos, ya sea que él quiera escucharme o no.

 

Aiga lo miró impresionado, parpadeó repetidamente incrédulo ante lo que acababa de escuchar. Sin embargo, terminó sonriendo sinceramente feliz por su compañero.

 

—Vaya, no me esperaba eso de ti, Kurenai. Creo que de verdad si has cambiado un poco.

 

—Bueno, ya era momento de demostrarlo ¿No crees? —dijo el albino brindándole una sonrisa. Se puso de pie y salió de la habitación, dejando atrás a Aiga quien le deseaba éxito.

 

El albino inevitablemente llamó la atención de todos, los vendajes en su cabeza y en sus nudillos recordaban a quien lo viera los acontecimientos del día anterior. Pero a pesar de ello, Shu no les hizo mucho caso, pues su atención estaba enfocada en encontrar a una persona.

 

Al llegar al comedor, barrió con la mirada el lugar hasta que encontró a alguien que podría ayudarle.

 

Jugando con su tenedor en un plato casi vacío, Drum parecía estar sumergido en sus pensamientos, algo bastante inusual en él según tenía entendido.

 

Se acercó rápidamente y no perdió ni un solo segundo en preguntar.

 

—¿A dónde fue Valt?

 

Su cuestionamiento pareció exaltar al rubio, pues dejó caer su tenedor y casi se va de espaldas. Al reconocerlo respondió en automático.

 

—Sa-salio, lo vi marcharse al bosque.

 

Y aunque Drum hubiera deseado no decirle sobre Valt, ya era irremediable. El albino no tardó en ir hacia la dirección indicada; Drum solo esperaba que el estado anímico de ambos los llevará a tener una conversación decente.

 

Shu caminó rápidamente entre las personas hasta que salió del BC Sol, para su fortuna no había rastro alguno de Free así que continuó su camino con la poca calma y paciencia que le quedaba.

 

Estaba muy nervioso pero también emocionado por lo que iba a hacer, finalmente daría un salto de fe y se enfrentaría a Valt cara a cara. El simple hecho de pensar en verlo de frente, en aclararlo todo con él y quizás volver a reconectar hacían a sus manos temblar ligeramente.

 

Busco un buen rato hasta que se detuvo cuando escuchó la voz de la persona que precisamente buscaba con desespero.

 

—¿Cómo dices?

 

Oír su voz lo alegraba un poco, pero el tono en el que hizo aquella pregunta era alarmante; por lo que decidió esperar un poco antes de revelar su presencia.

 

—Juro que no te arrepentirás. —esa voz le pareció familiar a Shu, pero no reconocía a la persona con la que hablaba Valt.

 

—Pero yo… no estoy seguro de querer hacerlo.

 

El tono bajo, nervioso e indeciso en la voz de Valt, prendió una alarma en la cabeza de Shu. Rápidamente se acercó a ver qué sucedía, no dejaría a nadie que obligará a Valt hacer algo que no deseara.

 

Pero grande fue su sorpresa al encontrarse al Aoi con el rostro enrojecido, de frente con la misma chica de las fotos, Shasa Guten. Nada sería extraño de no ser por el hecho de que ella usaba un bikini muy ajustado mientras le quitaba la camisa a Valt.

 

Ambos voltearon a verlo y aunque no estaba seguro de que tipo de expresión hizo, solo pudo ver cómo ambos se sorprendieron al verse descubiertos. Especialmente Valt quien pareció hasta perder dos tonos de piel por lo pálido que se puso cuando sus miradas chocaron.

 

—N-No quería interrumpirlos. —balbuceó el albino impactado, solo decía lo primero que se le venía a la mente—. Ya me iba.

 

—No Shu, ¡No es lo que parece!

 

Pero la voz de Valt no alcanzó al albino, ya que este salió corriendo en la misma dirección por la que llegó.

 

Con desespero, Valt rápidamente se vistió.

 

Shasa estaba más que arrepentida por lo que sucedió, pensó que invitar a Valt a nadar con ella sería suficiente para satisfacer las enfermas peticiones de Free pero las cosas escalaron más de lo que ella pudiera haber controlado. Escuchó algunos sollozos ahogados y maldiciones que Valt soltaba en voz baja y prefirió callar, sabía que si decía algo solo empeoraría las cosas.

 

El Aoi corrió rápidamente hacia donde creyó que Shu había ido pero no lo encontró, mientras más horas pasaba buscándolo por todos lados, más doloroso sentía el nudo en su garganta y era menos capaz de contener su llanto.

 

Y aunque también buscó a Aiga para quizás, dar con el paradero de Shu, tampoco pudo encontrarlo.

 

Al caer la noche nuevamente regresó al bosque, se sentó a los pies de un árbol gigante, preguntándose cómo pudo empeorar aún más la situación y está vez, solo se encontraba culpable a sí mismo.

 

Notas finales:

Hola a todos!

Si, lo sé, he tardado demasiado en esta actualización y a decir verdad, me siento muy mal por ello, asi que lo primero que quiero hacer es disculparme con todos ustedes

La ultima vez que actualice esta historia estaba pasando por varios problemas que terminaron por poner una pausa indefinida tanto a mi inspiración como a mi motivacion de continuar escribiendo en general. Esto no es una excusa, solo quiero que entiendan que no fue un simple capricho mio el dejarlos sin la continuacion por tanto tiempo.

Últimamente me he sentido algo mal, pero creo que eso me ayuda a escribir por lo que de ahi, salio este capitulo.

No quiero prometer una pronta actualizacion, pues no se si la tendre pronto. Eso no significa que no dejare de esforzarme en escribir y tener algo para ustedes, solo pido algo de paciencia a los antiguos lectores como a los nuevos.

Espero les haya gustado el capitulo, nos leemos!

 


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