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Caótica adolescencia por minima

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Bueno, ¿por dónde comenzar esta nueva aventura? No empezaremos con explosiones o experimentos fallidos, ni con invasiones alienígenas o monstruos atacando la ciudad, lo haremos con algo mucho más aterrador.

Un examen sorpresa de matemáticas.

-Les quedan quince minutos muchachos, tic tac tic tac- el tan “amable y comprensible” maestro se paseaba entre las bancas de sus estudiantes repitiendo estas palabras una y otra vez poniendo aún más nerviosos a los ya de por si asustados y desesperados estudiantes que no se habían esperado el examen.

Johnny no era la excepción del nerviosismo que se vivía en el salón en esos momentos, más con aquel comportamiento tan fastidioso del maestro durante todo el examen, prefería mil veces al profesor Teacherman, que aunque era muy gruñón y cascarrabias, no hacia eso durante los exámenes.

Pero el profesor Teacherman se había enfermado y ahora tenían a este fastidio de profesor sustituto, que en un principio pensaron que iba a ser uno de esos inexpertos maestros que llevarían la clase con tranquilidad, pero resulto todo lo contrario, parecía que el profesor Russell quería compensar su juventud con un comportamiento estricto rayando con lo fastidioso en varias ocasiones, como en esos momentos que había decidido aplicar examen sorpresa y se la había pasado todo el tiempo de este poniendo nerviosos a sus estudiantes.

Johnny que no era ningún as en los estudios o en los exámenes era uno de los que más estaban sufriendo con esta clase de prueba, de reojo podía ver que Bumpers y algunos de sus compañeros estaban igual o más nerviosos que él, incluso Sissy parecía tener problemas a la hora de contestar el examen no porque no fuera lista, sino porque se le dificultaba concentrarse con todo el ruido que estaba haciendo el maestro diciendo los minutos que faltaban para terminar el examen, su constante tictac y su andar entre las filas de alumnos ponían los nervios de punta a todos.

Jamás pensó llegar a decir esto, pero Johnny extrañaba a su profesor Teacherman. Prefería sus gritos y sermones, al menos estos eran antes o después de un examen cuando ya había calificado las pruebas.

-Tic tac tic tac ya va siendo hora de que bajen sus lápices y entreguen sus hojas-

-Pero falta cinco minutos, ¡cinco minutos!- uno de los estudiantes dijo con desesperación señalando el reloj colgado arriba del pizarrón del salón, y efectivamente faltaban cinco minutos.

-Si no pudieron contestar el examen en toda esta hora, entonces en cinco minutos no serán capaces de terminar de contestarlo, pero utilicen esos cinco minutos si quieren, no harán la gran diferencia-

Si la mitad del salón ya lo odiaba por su actitud, ahora la otra mitad ya lo terminaba de detestar por ese último comentario.

Johnny no era la excepción en estar infeliz con este nuevo profesor substituto, ya detestaba al maestro desde que el primer día llego con su actitud de estirado y dejo montañas de tarea desde el comienzo.

-Tic tac- y seguía hablando.

De verdad ese profesor era un verdadero dolor de cabeza.

Y como el profesor dijo, el tiempo acabo más rápido de lo que los estudiantes deseaban.

Johnny no creía pasar este examen, y siendo sinceros esta vez no era por no ser un genio como sus hermanas o un flojo a la hora de estudiar, sino por el tan “amigable” comportamiento de su profesor sustituto, estos problemas ya los habían visto docenas de veces con su profesor, pero con los nervios que daba este sustituto era difícil concentrarse.

Cuando el último examen fue entregado y la campana dejo de sonar ya todos los alumnos habían salido del salón, ninguno soportaba a ese tipo.

Johnny anhelaba llegar a casa y quitarse de la mente las horas de clase y el examen con una tarde de videojuegos y caricaturas.

Cuando iba caminando hacia su casillero escuchaba a sus otros compañeros quejándose como él lo hacía en su mente.

-Ese maestro es insufrible-

-¿Quién rayos lo contrato?-

-¿Por qué rayos tenía que andarse paseando entre los pupitres?-

-Deja eso, era demasiado ruidoso-

-Es el diablo, el mismo diablo-

Concordaba con la mayoría de estos comentarios.

El mal humor de los alumnos de su clase era casi palpable en el aire, pero llegando como si alguien le llamara como el sol que llega cada mañana venia alguien que con su carácter relajado y su presencia llamaba inmediatamente la atención y distraía a las personas de lo que sea que estaban pensando despejando de esta manera esa nube de mal humor que estaba en el aire. Y no se podía esperar menos de uno de los chicos más populares de la escuela, Gil Nexdor.

Con su sonrisa en su rostro, con su atractivo físico que atraía tanto a chicas y chicos, para muchos el chico perfecto, para otros la fuente de sus fantasías, un buen ejemplar de macho alfa para admirar. Para Johnny era su simpático vecino.

-Hey pequeño bro- saludo casual el rubio mayor estando al lado del chico cabello de llama.

-Hey Gil, ¿Qué cuentas?-

-Disfrutando la hora de salida, ¿y tú?-

-Saliendo de un horrendo examen sorpresa, el profesor suplemente es insoportable-

-¿Enserio? lo siento mucho por ti, los exámenes en general son una pesadilla-

-Ni que lo digas viejo-

Si fuera otro adolecente de preparatoria no cruzaría palabra con un chico de la secundaria de la misma escuela, fuera vecino de este o no. Gil era diferente, normalmente si un adolecente se volvía mayor consideraría como niños sin importancia a los chicos de la edad de Johnny y los ignoraría, pero Gil no lo hacía, y si dicho adolecente se presentaba como un alfa afloraría un nuevo carácter más presumido y orgulloso por el simple hecho de sacar la lotería a la hora de la revelación genética según ellos, pero tampoco hiso eso.

Gil a pesar de ser un alfa era relajado, amigable con todo el mundo, era popular pero no era presumido o hacia menos a las demás personas por ello. Y por eso todo el mundo amaba a Gil.

Aunque su físico también ayudaba mucho.

-¿Ya vas para tú casa?-

-Si yo…-

Pero antes de que Johnny le terminara de responder el rubio mayor fue rápidamente rodeado por varios chicos y chicas tratando de llamar su atención o invitándolo para la próxima fiesta que se haría, pasaba muy seguido ese tipo de cosas si se trataba de Gil.

Johnny no se sintió ofendido por ser abruptamente interrumpido, ya sabía que si de por si la adolescencia traía una revolución de hormonas, al sufrir su revelación esto se volvía doblemente potente, como animales embrutecidos tratarían de ganar el favor o visto bueno del alfa a quien admiraban o a la posible pareja a la cual se sentían atraídos, solo esperaba no terminar con el cerebro tan hecho papilla por las hormonas cuando le llegara a él dicho momento.

Tenía 13 años y aún no tenía mucha atracción por el sexo opuesto o cualquier tipo de sexo.

Con un gesto se despidió del chico mayor quien le dio un leve asentimiento de cabeza en respuesta.

Sacando su patineta del casillero junto a su casco se dirigió a la salida para ir a rumbo a su casa.

¿Cuánto podía durar un resfriado? Realmente esperaba que el profesor Teacherman volviera pronto.

El trayecto no fue nada fuera de lo ordinario, hasta pensó que tomar el autobús escolar para su casa hubiera sido más interesante, pero un espacio pequeño con adolecentes malhumorados por un reciente examen sorpresa no era un escenario nada agradable, estaba seguro que Bumpers se desquitaría con el primer pobre diablo que se cruzara en su camino y con su suerte el pudiera haber sido ese chivo expiatorio.

El chico estaba más irritable después de descubrir su género secundario, pensó que sería un alfa, cosa que a nadie sorprendería con la complexión física que tenía, pero en su lugar fue un beta, pero en esta lotería de la vida nadie sabe lo que obtendrá, ni siquiera sus hermanas al ser las personas más listas que conocían sabían a ciencia cierta aun descifrar el gen al 100% que definía el segundo genero de un individuo.

En la actualidad podía haber exámenes físicos o de sangre, pero el gen se mantenía latente hasta la adolescencia activando todos los cambios secundarios de una persona con respecto a su segundo género siendo hombre o mujer, algunos cambios más drásticos que otros, como si la adolescencia no fuera un periodo traumático para cualquiera desarrollabas glándulas de olor, cambio en partes de tus órganos reproductivos y algunas veces desarrollas instintos que ni sabias que tenías.

¿A quién rayos se le ocurrió hacer la vida tan complicada?

Oh bueno, no se preocuparía por eso hasta que llegara el momento, aunque estaba casi seguro que sería un beta como el resto de su familia. Aunque no se quejaría si terminaba siendo un alfa.

Pero las cosas no siempre resultan como uno espera, después de todo esta parte de la vida es como una ruleta rusa.

Nunca sabes al final que te tocara hasta que te toque.

-¿Me trajiste algo?- pregunto Duke una vez verlo pasar por la puerta de su casa.

-No pase por la tienda pero más tarde podríamos ir por algo- Johnny se dirigió a la sala arrojando a un lado su mochila, casco y patineta para luego tumbarse en el sofá “hoy fue horrible, el profesor sustituto nos puso un examen sorpresa de matemáticas y no paro de fastidiar cuando lo estábamos haciendo-

-Una ventaja más de ser un perro, no tenemos que lidiar con esas cosas o ir a la escuela- se burló Duke.

-Pero si visitas al veterinario- contrataco a su mejor amigo ganando una mirada malhumorada del can parlante -¿y donde esta papá?- pregunto decidiendo cambiar de tema, después de todo al llegar no vio el auto de su padre en la entrada y el de su madre tampoco, aunque ella casi siempre estaba en la oficina trabajando.

-Al parecer vio que había una súper oferta en el supermercado de carne, ¿adivina que cenaremos hoy?-

-Pastel de carne-

A veces le preocupaba lo obsesionado que estaba su padre con esa receta, probablemente si por este fuera cenarían todos los días el mismo plato. Lo peor de todo era que no era su mejor platillo y cada dos por tres intentaba cambiar un poco la receta para variar sin resultados realmente mejorables.

-Juguemos videojuegos entonces-

Los videojuegos siempre mejoraban su humor aun en los días mas pesados.

Haciendo una parada rápida a la cocina para tomar un refresco, ambos amigos subieron a la habitación de Johnny para una tarde para llenar sus cerebros con acción y violencia absurda.

Pasando por el corredor del segundo piso podía escuchar a sus hermanas discutiendo sobre un nuevo experimento, bien podría ser el nuevo proyecto de ciencias de la escuela o la nueva invención para llamar la atención de Gil el vecino.

Poco le importaba en ese momento.

Aún recuerda el leve pánico que inundo la casa por parte de sus padres cuando las chicas entraron en la adolescencia hace un par de años, después de todo la edad entre los 12 y 18 años era la época en que la mayoría de la gente empezaba a presentar su segundo género, siendo las féminas las que se presentaban más temprano que los varones, y sus padres querían estar preparados para lo que fuera, ya que de por si los cambios de humor y hormonas estaban a tope en la adolescencia, con la llegada de la presentación del segundo genero era como poner dinamita a la ecuación.

Aunque sus padres eran betas, había casos que los hijos podían adquirir un género completamente diferente al de ambos padres, quizás heredado de sus abuelos o un antepasado anterior a estos, justo este dato lo supo por las gemelas que habían estudiado con profundidad el tema no para la tranquilidad de sus padres o por una tarea escolar, sino por su interés personal que genero podría interesarle más a Gil o aprovechar más las características del cual heredaran para llamar su atención.

Con esta información sus padres fueron por folletos en el centro de salud más cercano, repasaron los datos de los géneros alfa y omega en la adolescencia e incluso abrieron una pequeña cuenta de ahorros por los posibles imprevistos que llegaran a aparecer, para al final suspirar de alivio cuando las gemelas se presentaron como betas.

De nuevo, la biología era como una ruleta rusa.

Pasaron las horas hasta llegada una hora antes de la cena y luego recordó que tenía tarea que hacer, no es que sea el chico más responsable pero ya había olvidado hacer la tarea un par de veces la semana pasada y el nuevo maestro sustituto lo castigo con detención sin escuchar escusas o ponerle el doble como lo haría su maestro original.

Entendía que se suponía que la tarea era importante, pero incluso el irascible profesor Teachman era más tolerante con sus alumnos, él no era el mejor ejemplo como para tener tolerancia, pero incluso Sissy salió afectada por el nuevo profesor, ¡Sissy Blakely! La de asistencia perfecta, promedio impecable y la casi mascota del profesor, solo por su “aspecto”, o es la conclusión que llegaron sus compañeros de salón al haber escuchado algunos comentarios que dijo el hombre en los pasillos, que según él las chicas que lucían como “pandilleras” no eran nada bueno.

Sissy no olvido su tarea, solo no se tardó en encontrarla en su mochila cuando el profesor la pidió, y eso gano opinión del hombre una detención por falta de puntualidad y preparación cuando un maestro pide las cosas, en especial cuando le “contesto groseramente” (más bien la chica trato de argumentar tan maduramente como una chica de 13 puede) al profesor porque realmente no había olvidado la tarea. El hombre estaba inflado de poder docente.

-¿Dónde deje la mochila?-

-En alguna parte entre la sala y la entrada, eso creo-

-Ug que pereza, ¿Qué tal si mi mejor amigo me hace el favor de traer mi mochila?-

-Estoy tan cómodo como tú, además yo no tengo que hacer la tarea- dijo Dukey acomodándose mejor en su asiento.

-La tarea debería ser ilegal-

-Ya que vas abajo tráeme un poco más de soda mejor amigo-

Con un pequeño gruñido el chico de cabello de llama salió de su habitación a buscar su mochila y sus endiablados deberes escolares, en el camino se encontró con las gemelas Test con ropas realmente llamativas.

-¿Qué hacen ahora? ¿Van a un concurso de disfraces?-

-Que gracioso Johnny, vamos afuera para que nos vea Gil-

-¿No habían echo antes?-

-Esta vez utilizamos un programa de inteligencia artificial que recopila los conocimientos de grandes diseñadores y que está en tendencia entre los jóvenes, es a prueba de fallas. Gil nos notara esta vez-

-Claro, yo voy por mi mochila-

-¿Aun sigue ese profesor sustituto?-

-Parece una eternidad el tiempo que se está quedando, ¿en serio no pueden darme algo para deshacerme de él o curar la gripe del señor Teachman?-

-Ya dijimos que no y no, uno porque papá nos castigaría por meses si descubre que te ayudamos a desacerté de un profesor que no te agrada-

-Y dos, porque es realmente difícil tratar con los virus y crear una cura perfecta, un mal cálculo y podríamos empeorar la enfermedad o crear una plaga que pondría en riesgo la humanidad-



-¿Lo dicen por la vez que intentaron experimentar con la viruela y media ciudad terminaron convertidos en zombis?-

-¡Que no eran zombis!, solo una reacción inesperada que afecto los efectos cognitivos y motriz de la gente, y fue completamente reversible-

-Papá aun duerme con un bate de béisbol al lado de la cama-

-Y nos castigó por meses sin laboratorio después de eso-

-Y por eso volviendo a responder a tu pregunta, ¡No y No!-

Con esto dicho las gemelas corrieron para la entrada e ir a esperar el regreso de su guapo vecino.

Johnny suspiro, tal parece que tendría que soportar algunos días más a ese profesor sustituto.
Notas finales: El fic de dinámica alfa/beta/omega que nadie pidió pero se me ocurrió escribir… Llega la pubertad para nuestro joven protagonista, y con ello los cambios que se experimentan enesta, pero si de por si tener que sufrir los cambios de voz, el acné y que tu cuerpo en general se ponga en tu contra, Johnny Test tiene que pasar por descubrir cuál es su segundo género, y como eso no es lo suficientemente difícil de vivir para cualquier adolecente, tendrá que vivir una nueva aventura con un nuevo tipo de villanos mucho más peligrosos para él y su integridad física.

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