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Ojos Cerrados por lizergchan

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Disclaimer: Los personajes de Marvel no me pertenecen, sino a Marver Estudios, Disney y a Stan Lee. Este fic lo hice sólo y únicamente como diversión. Créditos a los autores de las imágenes de portada en turno.

Personajes: Tony Stark/Steve Roger (pasado), Tony Stark/Stephen Strange, Bucky/Steve Rogers.

Aclaraciones y advertencia: Romance, angustia, omegaverse, mpreg, violación a menores, y lo que se me vaya ocurriendo, kesesesese.

 

Resumen: Morgan testigo de un hecho atroz. Le cuenta a Stephen lo que vio, y esto desata una pesadilla que podría destruir la tranquilidad y la sanidad mental, de más de un miembro de la familia Stark-Strange.

Beta Reader:

 

—d

 

 OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoO

 

 

 

 

Ojos Cerrados

 

 

Capítulo 1.- Presentimiento

 

Tony Stark, un alfa, dueño de una de las empresas más importantes a nivel mundial, estaba casado con Stephen Strange, neurocirujano reconocido como el mejor en su rama, omega. Llevaban ya, seis años enlazados y tenían tres hijos: Peter, Morgan y la pequeña Donna; si bien, el omega no era “la madre” de los primeros, si los amaba como si lo fueran.

Anteriormente, Tony estuvo casado con el omega Steve Rogers. Fue un matrimonio tortuoso que culminó en un horrible divorcio, de eso hace ya 10 años y ambos habían formado una amena relación de amistad, aunque principalmente por los niños.

Ahora Steve tenia un solido matrimonio de casi nueve años con James Barnes, su mejor amigo, con quién produjo un pequeño que ya contaba con 7 años.

 

 

Stephen piensa que algo está mal al observar a Peter por el retrovisor de la camioneta familiar que conduce en ese momento. El niño está sentado en el asiento trasero. No puede evitar notar la tensión en el cuerpo del adolescente normalmente hiperactivo y alegre. Su cuerpo rígido, la mirada perdida en el paisaje urbano de New York, un comportamiento que había iniciado desde que subieron al coche y que ya comenzaba a ponerlo nervioso.

 

En contraste, Morga, de 10 años jugaba con su Tablet, mientras la pequeña Donna de uno, dormía en su silla entre sus dos hermanos mayores. Las dos niñas, ajenas a lo que sea que tuviera el adolescente de 14 años.

 

—¿Estés bien? —dijo Stephen cuando el auto se detuvo en una luz roja.

—¿Hm? —Peter salió de su letargo y observa a Stephen. —Sí —responde en voz baja. Sonríe, pero no es suficiente para calmar al adulto —Solo estoy cansado.

 

Stephen frunce el ceño; todos sus sentidos le gritan que algo está mal, incluso su omega está inquieto, siente que su cachorro mayor está herido y no sabe cómo ayudarle. Se obliga a aceptar la respuesta, tratando de convencerse que seguro está exagerando a causa de su celo tan próximo, lo que lo hace actuar un poco… paranoico.

 

Aprieta el volante. Le da una ultima mirada al niño y emprende la marcha del auto cuando el semáforo cambia a verde. El resto del viaje se hace en silencio.

 

Con su destino a unos pocos minutos, Stephen no puede evitar pensar que su hijo está mintiendo, pero no sabe cómo sacarle la verdad.

El auto se detiene frente a la casa de Steve y James. La vivienda se encontraba en un barrio acomodado; poseía cinco habitaciones, cochera, un jardín delantero y otro trasero, era un pequeño palacio que de ninguna manera, Rogers o Barnes podrían permitirse; por supuesto, había sido obra de Tony, quien no deseaba que sus hijos pasaran el fin de semana en una caja de zapatos, mientras visitaban a su papá omega.

 

Stephen aparca el auto. Peter se tensa, pero esta vez no se percata. Morgan se apresura a quitarse el cinturón

 

—Te quiero papi —dice la niña antes de besar la mejilla de Strange. Toma sus cosas y se apresura a bajarse del coche, tan rápido como un torbellino; le pide que no corra, pero la niña está demasiado emocionada y no le presta atención. Se apresura al pórtico, donde Steve y James se encuentran vigilando al niño de cuatro años que juega con un cachorro de Golden.

 

Stephen libera a Donna de su silla; la bebé ya se ha despertado minutos atrás y se entretiene mordiendo su peluche favorito, una araña que Peter le regaló hace unos meses. No sale del auto, mira a su hijo mayor.

 

—Oye —Strange apoya una mano en el hombro del niño, éste gira y lo mira.

 

Algo está mal.

 

Por unos segundos, Stephen cree ver angustia en los ojos de su hijo, pero esto desaparece tan rápido que lo hace pensar que solo fue una ilusión. Peter le sonríe.

 

—Me dirás si algo te molesta, ¿verdad?, sabes que puedes hablar conmigo de cualquier cosa.

 

Peter traga dolorosamente, como si estuviera a punto de desvelar un terrible crimen, pero las palabras mueren antes de si quiera ser formadas. James está parado al lado de la puerta abierta, una vez capta la atención, sonríe.

 

—Hola Strange, Peter —habla con jovialidad. —¿Necesitan ayuda?

—No —responde el niño, hostil, toma su bolso y empuja al hombre para salir del auto y apresurarse a la casa.

 

Stephen esta sorprendido y consternado; Peter siempre es amable, jamás lo ha escuchado ser grosero, mucho menos con Barnes, con quien tenía una relación de respeto, a pesar de que él fue responsable del divorcio de Tony y Steve.

 

Una ráfaga de rabia se cruza en el gesto de James que se centra en la figura de Peter alejándose. A Stephen no le gusta, en especial si esta dirigida a su hijo.

 

Toma a Donna y sale del auto, la acomoda en su cadera; se interpone en el rango de visión de James; puede ser un omega, pero es alto para el promedio de su casta, aunque no tanto como Barnes, pero eso no impedirá que proteja a sus cachorros si el alfa pretende lastimarlos.

 

—Adolescentes —el tono del alfa buscaba ser casual, como el de un padre amoroso hablando con otro sobre lo mucho que les entretenían las travesuras inocentes de sus hijos —. Donna está mas grande cada día… ¡crecen tan rápido!

—Sí —Stephen afianza el agarre en la bebé.

—Que bueno que puedo hablar contigo —dijo mientras le hacía gestos a Donna que lo observaba con el ceño fruncido. —¿Podrías recoger a los chicos mas temprano el domingo? Vamos a celebrar una cena de cumpleaños con mis padres y ya sabes lo que piensan de Peter y Morgan.

 

El tono de Barnes puede estar tratando de ser ligero, casual, pero todo lo que logra es hacer que quiera estrangularlo, si no fuera por su juramento hipocrático, a estas alturas ya lo habría asesinado.

 

Eran sus hijos, no le gustaba que se refieran a ellos como si fueran invitados no deseados. Stephen quiere creer que James, de alguna forma (aunque retorcida), se preocupa por los chicos, aunque no los ve como parte de su manada, al menos ya no, tal vez lo hizo cuando Tony y Steve se divorciaron y la lucha por la custodia se llevaba a cabo. Morgan tendría la edad de Donna en ese momento

 

Cuando Morgan nació, Steve y James estaban seguros de que Barnes era el padre biológico, después de todo, Rogers había estado engañando a su esposo desde antes de quedar embarazado, pero gracias a Dios, el examen de ADN demostró que la niña era de Tony.

Stephen aun recordaba lo terriblemente duro que resultó todo ese proceso para Tony y Peter, el engaño de Steve los había destrozado en más de un sentido.

 

James y Steve se conocieron Afganistán; ambos eran del mismo batallón. Eran pocos los omegas enviados a esa zona de conflicto, mucho menos si tenían cachorros menores a 4 años, como era su caso, pues Peter había nacido a penas 6 meses atrás, sin embargo, Rogers logró obtener el rango de capitán.

Steve y James se hicieron amigos con mucha facilidad. Cuando Barnes perdió el brazo a causa de una bala y tuvo que regresar a casa, Rogers lo hizo con él; pidió a Tony a Stephen que le ayudaran con una prótesis que le permitiera tener una vida tan normal como fuese posible.

James fue bien recibido por Tony y su familia. María lo trataba como a otro hijo, incluso Howard le ofreció trabajo cuándo no pudo encontrar ninguno.

 

Y pagó la amabilidad de los Stark con traición…

 

Barnes no solo se metió en los pantalones de un omega casado; fue aun mas lejos como testificar a favor de Steve cuando él se encontraba luchando por la custodia, aún peor que eso, mintió diciendo que Tony era, no solo un mal esposo, si no que también un pésimo padre, aunque de nada le sirvió, pues el alfa obtuvo la custodia completa de sus hijos.

Steve era quien en verdad no estaba en condiciones de ser madre, al menos no a tiempo completo, de hecho, no estaba en condiciones de ser nada en realidad; fue dado de baja por problemas psicológicos. Al parecer, los horrores de la guerra hicieron mella en él.

Con la ayuda de un especialista, pudo encontrar un equilibrio y él y Tony terminaron haciendo un arreglo informal donde Steve podría tener a los niños los fines de semana.

Stephen reconoce que James se había preocupado por los niños en su momento; cuándo no tenía hijos propios y su empeño por tomar el lugar de Tony era más que evidente, pero una vez nació su cachorro, cambió por completo.

 

Ahora tenía un hijo biológico que era su prioridad y Peter y Morgan quedaron relegados; la mayoría comprendería el punto del alfa, pero no Stephen. No podía entender o aceptar la distinción entre un cachorro u otro, él tenía a Donna, fruto de su vientre, pero eso no hacía que amara menos a sus hijos mayores.

 

Peter y Morgan no eran juguetes que podías dejar en una esquina una vez te aburrías. Eran niños que tanto James como Stephen vieron crecer y que, si bien no eran su sangre, merecían el mismo amor que les daban a los propios.

Strange jamás dejaría a sus cachorros mayores, ¡nunca! Eran sus hijos, tanto como lo eran de Tony, e incluso si ellos terminaban, jamás los dejaría de lado, pelearía con uñas y dientes por su bienestar.

James, por otro lado, no era tan franco con su favoritismo, aunque si era lo suficientemente cuidadoso para incluir a Peter y a Morgan la mayoría de las veces, era en momentos como estos en que todo buen intento se iba por el caño y a Stephen le entraban ganas de darle un buen sermón.

 

—Claro —dijo el omega con una sonrisa falsa. Acomoda a Donna que se removía intentando liberarse para ir con sus hermanos. Por supuesto, Stephen no se lo permitió, tenían una agenda que cumplir.

—Perfecto —James levantó el peluche que la niña dejó caer en su lucha y se lo entrega a Strange —. Gracias, nos vemos el domingo.

 

Stephen se despide, vuelve a acomodar a su hija en la silla de seguridad. Mira de nuevo la casa; observa a Morgan y a Peter, éste último parece tener dificultades para entrar, frunce el ceño y se prepara para ir por su cachorro, pero el teléfono lo detiene. Una llamada del hospital, hay un paciente que necesita de su pronta atención; se muerde el labio. A penas tendrá tiempo de llevar a Donna con Tony.

Piensa en ignorar el llamado, pero se contiene, se dice que es solo su imaginación y que ir por Peter, solo hará que sienta que no puede confiar en él. Sube al auto y lo pone en marcha, algo le pasa a su hijo y lo averiguará pronto.

Ignorando a su omega que grita por ir al encuentro de su cachorro; pone en marcha el auto y se aleja.

Solo espera que su decisión fuese la correcta.

 

Continuará…

 

 

Bueno, este es el primer capítulo y ya sé, con qué ovarios hago otro fic sin terminar ninguno de los que tengo pendientes y no tengo respuesta a eso, en fin, espero les guste y nos leemos en el siguiente.

 

 


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