Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Road to inverse por shiki1221

[Reviews - 12]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

 

Cap 2: Charasuke

Intentó abrir los ojos sintiéndose cansado e impedido de lo mismo. El cuerpo aun le dolía y le sorprendía sufrir menos de lo esperado. Lo último que recordaba era estar al borde de la muerte. Ahora se sentía adolorido, pero era soportable en comparación. Se forzó un par de veces a abrir sus párpados notando cierta textura sobre sus ojos. No fue difícil identificar que se trataba de una tela. Intentó usar sus brazos para retirar aquel estorbo de su rostro sintiendo como los tenía “pegados” al cuerpo. Se removió un par de veces hasta darse cuenta que aquello impidiéndole moverse era una especie de camisa de fuerza. Podría intentar un jutsu de escape, mas no sentía su chakra. Teorizó que la causa podría ser el gasto del mismo durante la batalla con aquel extraño sujeto, pero ¿por qué estaba allí? ¿Dónde era “allí” exactamente? Y lo más importante ¿dónde estaba…?

―¡Menma! ―gritó Charasuke forcejeando con mayor fuerza al no oír ninguna respuesta―. ¡Menma!

―¡Oye deja de gritar así! ―ordenó una voz femenina cercana a su posición.

El moreno dejó de moverse para tranquilizarse al darse cuenta de que estaba comportándose como un pez fuera del agua. Era básico como shinobi el mantener la calma en cualquier situación y analizar sus posibilidades, pero era difícil pensar con la cabeza fría estando inhibido de sus facultades como ninja. Comenzó a respirar de manera agitada. En su mente intentaba repasar lo aprendido para esas situaciones, pero no ser capaz ni siquiera de mover sus brazos o piernas lo llenaba de impotencia. Hacia el esfuerzo. Su mente daba ordenes que su cuerpo era incapaz de obedecer. Se sentía asustado, pero como buen ninja, ―o el ninja decente que se pretendía ser―, debía mantenerse calmo. Gimoteó un poco producto de la sensación de ahogo causada por su propia ansiedad, hasta que una voz lo trajo de regreso a la realidad.

―¡¿Estás despierto?! ―preguntó una voz femenina sonando algo ansiosa y a la vez preocupada―. ¿Eres tú, Sasuke-kun? ―cuestionó con cierto tono leve de molestia.

―Sí, mi nombre es Sasuke ―confirmó el moreno sintiéndose extrañado de oír una voz incapaz de identificar―. ¿Cómo sabes mi nombre? ―interrogó el moreno sin entender.

―No, no puedes ser Sasuke-kun ―dijo repentinamente sonando decepcionada―. Tu chakra es menos oscuro y frío, pero tu voz es muy similar a la suya.

―Te digo que mi nombre es Uchiha Sasuke, pero no sé quién eres, gatita ―comentó con coquetería.

―¿Có-cómo me dijiste? ―tartamudeo la fémina aun aturdida por lo inesperadas que resultaron esas palabras.

―Gatita ―repitió sin miramientos mientras sonreía en su sitio sintiéndose un poco más tranquilo al saberse en compañía de alguien más―. Es que tienes una voz tan angelical que puedo apostar a que eres una hermosa señorita ―expresó Uchiha casi canturreando sus palabras.

―Definitivamente tú no eres Sasuke ―declaró la joven agradeciendo no tener al otro de frente o podría contemplar su sonrojo―. Ah por cierto mi nombre es Karin. Así que no me digas “gatita” ―ordenó acomodándose los lentes.

La pelirroja había sido trasladada a una celda en Konoha. Fue escoltada por unos anbus y puesta en ese sitio a la espera de que se celebrara una reunión de los altos mandos en la que se decidiría su destino. Estando allí no era capaz de medir el tiempo exacto. No estaba segura si habían pasado horas o días, pero en algún punto vinieron unos anbus llevando al Uchiha atado. Lo vio inconsciente siendo arrastrado con la camisa de fuerza y unas vendas llenas de sellos cubriendo sus ojos. Lo colocaron en una celda contigua a la suya. En otras circunstancias seguramente los habrían puesto varios metros alejados, pero en las condiciones en las que se encontraba la aldea, no contaban con el espacio ni el personal para tener dos criminales peligrosos siendo custodiados por ninjas débiles y menos siendo pocos. A juzgar por su apariencia se trataba de Sasuke. Empero, el chakra que emanaba no era el mismo. Se sentía más cálido, más… puro. La dosis de oscuridad que ella recordaba era muy diferente a la que sentía en esos momentos. Por ello quiso confirmar sus sospechas hablando con él, pero era aún más confuso que antes. Sus características físicas y voz eran iguales, pero su manera de hablar y su aura eran distintas.

―Oye, ¿sigues ahí, koneko-chan? ―preguntó sacándola de sus pensamientos.

―Qué no me digas así ―regañó resoplando con la nariz sintiendo sus mejillas ardiendo.

―Es que suenas muy adorable al enojarte ―dijo el moreno desde el otro lado de la pared―. Y apuesto a que tu rostro lo es aún más ―comentó con una sonrisa que ella no fue capaz de observar.

―I-idiota ―dijo de manera entrecortada mientras oía que las puertas se abrían dando paso al hombre que la había cargado camino a Konoha.

Kakashi había ingresado escoltado de dos anbu mientras los carceleros estaban atentos a cualquier posible intento de escape. Atrás de Hatake iba el encargado de los interrogatorios, Ibiki Morino. Estaba listo para comenzar a sacarle información fuera por las buenas o por las malas. Y conociendo el orgullo y la terquedad del último de los Uchiha no dudaban que tendrían que recurrir a lo segundo. Caminaron a paso lento hasta la celda retirando los sellos que pusieron por precaución en la puerta. Al ingresar acomodaron al moreno de manera que quedara sentado frente a ellos. Charasuke sintió el cambio de posición y se inquietó un poco. La poca estabilidad conseguida hablando con aquella extraña chica se estaba perdiendo demasiado rápido.

―Muy bien, Sasuke tenemos muchas preguntas que hacerte ―dijo Kakashi mientras lo observaba con seriedad.

―¿Kakashi-sensei? ―preguntó el menor al reconocer la voz de su maestro―. ¿Kakashi-sensei es usted? ¿Qué demonios está sucediendo? ―interrogó deprisa―. ¿Por qué me han atado? Y aún más importante ¿dónde está Menma?

―¿Qué? ―Fue todo lo que salió de los labios del ninja copia. Estaba haciendo muchas preguntas repentinamente―. ¿Quién es Menma? ―cuestionó siendo un nombre que no oía desde…

―¡Menma! ¡Uzumaki Menma! ―exclamó el moreno removiéndose en su sitio―. Mi compañero de equipo, el jinchuriki del zorro de nueve colas ―explicó sonando cada vez más irritado―. Un tipo extraño con una máscara lo secuestró y usted está aquí perdiendo el tiempo con fantasías pervertidas y medio pedófilas ―acusó perdiendo los estribos.

―¡Más respeto al Hokage! ―ordenó Ibiki sujetándolo por el cabello con fuerza antes de azotarlo contra la pared.

―Lo tendría si no estuviera atando a su alumno menor de edad en una situación que francamente parece un secuestro ―se quejó tras el golpe―. En cuanto salga de aquí me aseguraré que mi clan sepa lo que hiciste, viejo verde ―amenazó moviendo la cabeza intentando sacarse esa mano de encima.

―Espera, Ibiki ―ordenó Hatake al ver las intenciones del otro de volver a golpearlo contra la pared―. Creo que no es Sasuke. Al menos no el que conocemos ―explicó el de cabello plateado mientras se acercaba al menor y le retiraba los vendajes de los ojos.

―¿Cómo que no soy Sasuke? ―interrogó el dueño del sharingan mientras hacía un puchero ofendido al ver a su maestro―. Yo soy Uchiha Sasuke, el conquistador de las bellas koneko-chans ―canturreó coquetamente.

―Escucha, niño ―llamó Kakashi captando la atención del otro―. Voy a dejarte salir de aquí para que vengas a hablar con unas personas ―explicó soltando un gran suspiro.

―¡Estás loco, Kakashi! ―exclamó Ibiki sorprendido por aquella resolución tan poco lógica. Sin embargo, al recordar que estaba refiriéndose al Hokage se retractó en su manera de hablar―. Disculpe. Quiero decir, ¿no le parece demasiado precipitado hacer eso, Hokage-sama? ―preguntó más formalmente mostrando el respeto que debía mantener por la diferencia de rangos.

―Sé lo que hago quítenle las ataduras de inmediato y asegúrense que nadie se entere de que lo he liberado ―instruyó con seriedad.

Los ninjas presentes temieron que Hatake estuviera teniendo un momento de debilidad por quien fue su alumno. Esperaban que no estuviera pensando en liberar a su, muy peligroso, ex alumno. Pese a no estar de acuerdo con aquella manera de actuar, dado su estatus como Hokage, estaban forzados a obedecer incluso sus instrucciones más absurdas. Sólo les restaba esperar que los consejeros intervinieran y pusieran un poco de sentido común que al ninja copia parecía faltarle. Una vez libre de sus ataduras, Uchiha se estiró intentando recobrar la sensibilidad de sus extremidades. Sin dejarle terminar sus estiramientos, Kakashi lo sujetó de la muñeca y lo sacó de allí guiándolo de manera discreta donde se suponía estaban las oficinas provisionales del Hokage. Entretanto, ordenó a un anbu mandar a llamar al equipo siete con uno de los ninjas que lo escoltaron.

No fue difícil hallar al escandaloso ninja número uno en sorprender a la gente. Uzumaki se había reunido con sus amigos y compañeros, pues entre sus tantos gritos había conseguido averiguar que fueron Shino y Neji los primeros en encontrarlo. Como era de esperar, comenzó a hacer múltiples preguntas. Incluso Kiba y Rock Lee no entendían cómo era posible. Si bien ellos no estuvieron presentes al momento de la confrontación de los miembros del equipo siete, bien sabían que se habían encontrado con Sasuke. Les parecía imposible que pudiera estar allí de buenas a primeras, siendo que según las palabras de Kakashi, aquel akatsuki dijo que Sasuke era importante para sus planes o algo así les dio a entender.

―¡Responde! ―gritó Naruto sujetando el cuello de la ropa de Neji―. ¿Es verdad que Sasuke fue encarcelado? ―interrogó zarandeándolo de manera violenta.

―Ya te dije que nosotros tampoco entendemos qué sucede ―respondió el otro sujetando sus manos para alejarlo de su ropa.

―Tenía los niveles de chakra muy bajos como para ser un henge no jutsu, además también se le practicaron análisis de sangre para realizarle la transfusión y todo coincide ―explicó Shino enumerando los análisis médicos que supo se le hicieron a Uchiha―. Es todo lo que sabemos, tampoco se nos ha compartido mucha más información.

―¡Pero ustedes estuvieron con él! ―reclamó el blondo con las venas marcándose en su rostro de la ira que sentía en esos momentos.

―Son ninjas sensoriales, ¿no hay manera de que hayan sido engañados por un impostor? ―preguntó desesperado pensando en esa posibilidad rogando que fuera sólo un error.

―Fue examinado por experimentados ninjas médicos ―intervino Nara separando a Naruto de los demás―. No te estamos engañando. Por lo que sabemos se trata de Sasuke y el por qué está aquí en Konoha lo sabremos cuando termine el interrogatorio.

El jinchuriki tras haber tenido aquel encuentro en el puente tenía una fuerte resolución de morir en una batalla uno a uno con Uchiha si no conseguía salvarlo. Empero, su voluntad comenzaba a menguar nuevamente como momentos antes de ir a aquel puente. ¿Por qué nunca entendía los pensamientos de Sasuke? Cuando al fin creyó entenderlo otra vez hacia algo totalmente inesperado. No sabía que podía hacer para detenerlo, ayudarlo o algo por el estilo. Sakura no paraba de llorar desconsolada al pensar que Sasuke sería ejecutado. Una oportunidad como la que se había presentado no sería desperdiciada por los altos mandos de la aldea. Aun con Kakashi a cargo, era difícil saber si tendría el suficiente poder de convencimiento como para impedir que se le hiciera pagar por sus crímenes.

―Equipo siete ―llamó el ninja encargado de transmitir el mensaje―. El Hokage solicita su presencia en la oficina provisional que se le asignó ―explicó de manera concisa.

―¿Por qué? ―preguntó Haruno mientras hipaba un poco por el llanto.

―Es sobre Sasuke, ¿cierto? ―Quiso confirmar el rubio dando un paso al frente sin mostrar ningún rastro de duda al respecto.

―Exactamente, así que por favor vengan los tres ―avisó el anbu antes de desaparecer delante de ellos.

Al oír que dijo tres, en lugar de dos, Sai también se incluyo para ir donde el de cabello plateado. Supuso que se debía a que él era el reemplazo de Sasuke. Dependiendo qué se decidiera hacer con el mencionado se determinaría su propio futuro en el equipo. Además estaba relacionado al recientemente fallecido Danzou. Intuyó que querían detalles acerca del líder de anbu de raíz. Puede que no supiera mucho, pero cualquier información era mejor que ninguna. Sin perder el tiempo, los tres se encaminaron donde los esperaba su maestro. En lo que esa conversación se llevaba a cabo, Hatake guiaba al moreno a través de la aldea. Había muchas personas heridas, otros perdidos sin saber que hacer tras perder sus casas, sus pertenencias y fuentes de trabajo. Todo estaba acabado y sería un trabajo titánico reconstruir todo lo que habían perdido por culpa de Pain. Lo único que no tuvieron que lamentar fue la perdida de vidas humanas y eso por aquel jutsu de resurrección.

―¿Qué ha sucedido con la aldea, Kakashi-sensei? ―preguntó Charasuke sin poder ocultar su preocupación y sorpresa.

El mayor había actuado deprisa para evitar que fueran vistos. Le colocó encima una capa y una máscara anbu para hacerlo pasar por uno y moverse por la aldea sin ser percibido. El menor no pudo objetar nada y casi sin darse cuenta estaba disfrazado siguiendo a Hatake camino a un sitio que no conocía. Sólo esperaba obtener respuestas de su maestro. Mientras el adulto sólo rogaba llegar sin llamar la atención. Nadie estaría tranquilo si se sabía que el peligroso criminal clase S, Uchiha Sasuke andaba campante por la aldea recientemente destrozada. Empero, el moreno había conseguido vislumbrar un poco del panorama notándolo destruido. No veía la aldea en tan mal estado desde la vez en que Menma había perdido el control de Kurama. Temió lo peor al pensar en ello y los comentarios dispersos acerca de un enorme zorro demonio de ocho colas, no ayudaban precisamente.

―En cuanto lleguemos a un lugar apartado hablaremos extensamente, ¿de acuerdo? ―preguntó Kakashi mientras seguía caminando deprisa vigilando que el otro lo siguiera―. Ten un poco de paciencia ―pidió en un tono bastante amable.

―De acuerdo, pero hay que darnos prisa. Menma corre peligro ―repitió notándose la urgencia en sus palabras por ir tras su ex compañero de equipo.

Llegaron a una casa de madera construida por Yamato usando uno de sus jutsus del elemento madera. No era tan lujoso o espaciado como las oficinas de la torre del Hokage, pero provisionalmente servía para que se organizaran el Hokage y los consejeros. Ese lugar por el momento se encontraba vacío, pues todos estaban ocupados en otras tareas. Nada más llegar Kakashi guio al menor hacia donde se encontraban las sillas para que se quedara allí a esperar. Obedientemente Charasuke se sentó. Pues aún estaba demasiado confundido y perdido respecto a lo sucedido con su aldea. Se temió lo peor. Ese enmascarado seguramente había hecho que Menma liberara al zorro y atacara nuevamente a Konoha. No le extrañaría si eso era lo que había sucedido. Después de todo era lo más acorde a aquellos comentarios sobre que el jinchuriki era una amenaza. Permanecieron en silencio cada uno en sus propios asuntos hasta que llegaron los miembros del team 7.

―No puedo creer que Sasuke-kun esté en la aldea ―dijo Sakura yendo junto a sus compañeros rumbo a donde los esperaban.

―Ni yo tampoco. Esto podría ser una trampa ―comentó Sai temiendo que sus compañeros se dejaran llevar por sus sentimientos hacia el último Uchiha y bajaran la guardia de buenas a primeras.

―Eso no es lo que importa en estos momentos ttebayo ―expresó Naruto entrando de manera estrepitosa a donde estaba Kakashi.

―¿Qué sucede, Kakashi-sensei? ―cuestionó Haruno entrando a la casa junto a Sai y Naruto, mientras el anbu se retiraba del sitio tras un gesto de cabeza de parte de Hatake.

―Sí, es extraño que nos llamara tan repentinamente ―dijo Sai mientras miraba con curiosidad que un anbu se encontrara sentado. Siendo lo normal que permanecieran de pie detrás del Hokage.

―¡Menma! ―gritó el enmascarado corriendo hacia el rubio a gran velocidad. Sin embargo, antes de llegar a tocarlo se detuvo abruptamente―. No, no eres Menma ―susurró notándose una gran decepción en su voz.

―¿Qué? ―preguntó Uzumaki extrañado mientras torcía la cabeza en claro gesto de confusión―. Nadie me llama así desde que…

―Esa voz ―murmuró la kunoichi antes de arrancarle la máscara de un sólo tirón revelando la identidad del Uchiha bajo la misma.

―Siempre tan ruda conmigo, Sakura-chan ―canturreó el moreno haciendo aparecer una rosa en su mano.

―¿Sasuke-kun? ―interrogó Sai completamente perdido respecto a esa manera tan extraña de actuar.

Si bien era cierto que como miembro del equipo siete también fue llamado a esa reunión privada, tenía que admitir para sí mismo que lo más probable era que no se lo llamara a él. Y tenía razón. El ninja copia quería hablar con sus alumnos, pero al no especificar aquel anbu también incluyó a Sai. No es que intencionalmente quisiera hacerlo sentir un sobrante o un simple sustituto. Es sólo que a efectos prácticos, eran Naruto y Sakura los que podrían sacarle de dudas. Tenía cierta explicación relativamente lógica, pero le parecía imposible. Pese a los estudios de Ibiki y de los Yamanaka a la mente del prisionero mientras estuvo inconsciente no encontraban nada coherente. No existían memorias acerca de la masacre del clan Uchiha, de la guerra, de Orochimaru. Nada de lo que sabían acerca de Sasuke concordaba. Apenas si coincidía que era un Uchiha, con un clan poseedor del kekkei genkai del sharingan.

―¿Qué haces aquí, Sai? ―preguntó Charasuke con una sonrisa―. ¿No deberías estar pintando algún paisaje raro? ―cuestionó mirándolo fijamente antes de torcer una mueca incómoda al caer en cuenta de algo―. Lo siento, con la aldea así dudo que haya algo que puedas pintar ―expresó con culpa.

El anbu de raíz se sorprendió mucho por aquella manera de hablar y aún más por aquellos gestos tan expresivos atípicos del Sasuke que él conoció en la guarida de Orochimaru. Por su parte, los otros miembros del equipo siete estaban tardando un poco en procesar lo que veían, pero aun recordaban aquel tsukyomi infinito experimental realizado por Tobi. Sabían de una dimensión paralela donde la historia estaba completamente cambiada, pero jamás esperaron ser alcanzados por personas de aquel sitio. Es decir, estaban al tanto que lo realizado en ellos fue una prueba antes de ejecutar su plan maestro, ―palabras del propio Akatsuki―, pero tener a la otra versión de Sasuke allí era irreal. Hasta estaban meditando si no se trataría de una trampa del enemigo para hacerlos bajar la guardia. Observaron minuciosamente al chico parado delante de ellos, sintiendo lo mismo que aquella primera vez en topárselo. Era Sasuke, lo sentían y lo veían como tal, pero era diferente. Su aura, su manera de mirarlos, la forma de hablar y hasta cómo se paraba distaba del otro.

Charasuke había permanecido en silencio al darse cuenta que habló muy pronto. Aún tenía en la cabeza que los destrozos de Konoha se debían a Menma. Y eso sólo alimentaba su sentimiento de culpa. Si hubiera sido más hábil y más fuerte lo habría podido detener al enmascarado y nada de eso estaría sucediendo. Si habían muertos, no tendría cara para poder seguir defendiendo a Menma. Sus familiares eran un asunto complicado y prefirió siempre mantener sus opiniones acerca del joven de ojos azules para él mismo. Así que desconocía si lo apoyaban o no en seguir alegando por el jinchuriki. Por otra parte sabía bien la postura de sus compañeros de generación y del resto de la aldea en general. No esperaba que se tomaran a bien una broma en esos momentos, pero los nervios lo estaban llevando a hablar sin siquiera detenerse a pensarlo.

―Chicos seguramente ya han oído los rumores de que apresaron a Uchiha Sasuke ―habló Kakashi captando la atención de los presentes mientras señalaba con el dedo al mencionado.

―Y pronto habrán rumores de que no sólo te gusta meterle dedos en el ano a niños de doce años diciendo que es un “jutsu”, sino también que atas a tus alumnos y los azotas en lo oscurito ―gruñó Charasuke cruzándose de brazos con fastidio.

―Kakashi-sensei siempre ha sido un tipo muy raro ―dijo Uzumaki viendo mal al ninja copia.

―Como les decía… ―remarcó Kakashi para retomar la atención del equipo siete―. Cuando lo apresamos investigamos sus recuerdos tras penetrar en su mente…

―Como me hayan penetrado otra cosa, te demando ―interrumpió nuevamente Uchiha haciendo puchero.

―¿Puedes dejar de interrumpir? ―preguntó Kakashi controlándose para no gritar, ya que estaba perdiendo los nervios con tanta intromisión de parte del otro―. Dijiste estar muy apurado por rescatar a Menma, pero no estás colaborando.

―¡Debo ir a salvarlo ahora mismo y tú estás aquí haciéndome perder el tiempo! ―gritó el azabache haciendo relucir su sharingan unos breves segundos.

―¿Puedo preguntar qué está sucediendo aquí? ―cuestionó Sai alzando una mano para pedir la palabra al ver tanta tensión entre los otros.

―Verás, Sai ―habló el de cabellos plateados tras colocarse a espaldas de Charasuke para taparle la boca con una de sus manos y así evitar que volviera a interrumpir―. Hace algún tiempo, Sakura y Naruto fueron emboscados por ese akatsuki, Tobi. Fueron transportados a otra dimensión en la que todo era diferente ―explicó brevemente mientras evitaba que el menor que tenía con la boca tapada se le soltara.

―Así es ―confirmó el rubio mirando a su compañero―. En esa dimensión mis padres estaban vivos, Kiba odiaba a los perros y amaba a los gatos, Shino odiaba a los insectos, Hinata era muy ruda y Sasuke no se había ido de la aldea ―relató agachando un poco la mirada con tristeza.

―Aunque era un mujeriego infiel que le regalaba rosas a todas por igual shannaro ―reclamó Haruno al recordar la decepción que sufrió por aquello.

―¡No soy mujeriego! ―reclamó Uchiha tras morder con fuerza la mano del mayor para poder hablar―. Es sólo que tengo demasiado amor para repartir y sería muy injusto no compartirlo entre todas las hermosas koneko-chans ―dijo con una sonrisa llena de orgullo mientras jugaba con una rosa en su mano.

―¿De dónde sacaste la rosa? ―preguntó Sai viéndolo impresionado de no haber visto cuando la consiguió. Considerando que estuvo prisionero dudaba que hubiera ido a una florería de camino allí.

―Es mi secreto ―respondió el dueño del sharingan guiñando un ojo como siempre solía hacer antes de cambiar de expresión a una más seria―. ¿Otra dimensión? ―preguntó curioso mientras reflexionaba un poco―. O sea que ¿no son el equipo siete que conozco? ―preguntó antes de mirar fijamente al blondo―. Bueno, en tu caso es obvio que no eres Menma.

―¡¿Qué quieres decir con eso?! ―interrogó ofuscado el aludido mientras se arremangaba la ropa listo para pelear.

―Pues la verdad ―contestó relajado encogiéndose de hombros con desinterés―. Menma siempre está serio, cruzado de brazos, mirándote como si quisiera matarte ―describió mientras alzaba las manos como si se trataran de garras―. “Ponte a entrenar gruño eres un Uchiha gruño gruño” ―imitó de manera burlona.

Al haberlo hecho acompañado no sólo de gestos y sonidos sino también de ese dialogo tan raro, el rubio no pudo evitar soltar una risa pequeña al imaginarlo. Además de que era tan extraño ver a “Sasuke” hacer una imitación de cómo normalmente actuaba el propio Sasuke que él conocía en esa dimensión. La kunoichi había arrugado la cara al oír como se refería a las chicas. Aun no se olvidaba de cómo le había regalado aquella rosa prometiéndole protegerla, sólo para momentos después estar repitiendo esa misma acción con otras chicas como si nada. Ese Sasuke era sólo un mujeriego que había jugado con sus sentimientos. Se sintió estúpida al haber caído en sus juegos. Ya no sabía cuál Sasuke era peor: si el que rechazaba todo contacto humano o el que no tenía reparos a la hora de socializar con otras chicas.

―Como les decía ―interrumpió Kakashi tosiendo adrede para atraer la atención de los presentes―. Creo que estás en la dimensión equivocada, Sasuke ―dijo lo último algo dudoso de llamarlo así, ya que le generaba conflicto decirle así pese a saber que era su nombre.

―Entonces, ¿Menma no destruyó la aldea? ―preguntó con seriedad y algo de alivio.

―No ―negó Hatake quitándole un gran peso de encima al menor―. Esto que viste fue el resultado de una lucha contra un akatsuki llamado Pain. No tiene nada que ver con la llegada de ti y ese tal Menma ―explicó despejando por completo sus dudas.

―No entiendo por qué ese enmascarado secuestró a un jinchuriki ―confesó el moreno poniéndose pensativo―. Akatsuki es una organización pacifista que actúa en nombre de la Quinta, ¿por qué irían por él?

―En esta dimensión todo es al revés ―explicó Naruto viéndolo con seriedad―. Aunque en tu dimensión ellos son buenos, aquí son una organización criminal que secuestra jinchurikis.

―¿Y para qué hacen eso? ―interrogó Uchiha preocupado.

Estaba muy sorprendido por oír que se encontraba en otra dimensión. No lo creería si no fuera porqué había visto el mangekyo sharingan en el ojo del secuestrador. Reconoció que se trataba de un miembro de su propio clan. Según sabía aquellos ojos eran capaces de conceder a su portador un poder sin igual. Entre las cosas que estaban escritas en los pergaminos antiguos de su clan se decía que cada mangekyo tenía una habilidad especial que se poseía según el individuo. Entre ellas aparecían las llamas negras de nombre Amaterasu, mejoría en el genjutsu, pero saltar entre dimensiones era algo más allá de su imaginación. Aun así debía aceptar ese hecho rápido para pasar a lo importante. Si los miembros de akatsuki era los malos y todo estaba cambiado como habían mencionado, ¿qué papel jugaba el resto de su familia en esa dimensión?

―Les extraen el bijuu en su interior y el jinchuriki muere ―respondió Sai, siendo el que menos tacto tenía para ese tipo de situaciones.

―Pero, ¿por qué Menma? ―cuestionó desesperado el moreno mientras se acercaba a grandes pasos a su interlocutor―. ¿Por qué cruzar de dimensiones para buscarlo a él?

―Eso no lo sabemos ―respondió Hatake soltando un largo suspiro―. De hecho, por ti acabamos de enterarnos de que consiguieron otro jinchuriki del kyubi ―confesó masajeándose la frente.

Charasuke no entendía lo que estaba sucediendo en ese sitio. Si en dos ocasiones ese akatsuki fue a buscar a Menma, era porque algo necesitaba de él. De ser el bijuu dentro suyo le parecía ilógico que se hayan aliado anteriormente. Pues con los secuestros cometidos por el Uzumaki para conseguir jutsus más poderosos había incrementado sus habilidades. Aun si lo pensaba como una alianza con el objetivo de traicionar al joven de ojos azules cuando bajara la guardia, poco sentido tenía. Su compañero no era alguien ingenuo que confiara en las personas de buenas a primeras. De hecho, desde hacía mucho tiempo era muy receloso con quienes estaban involucrados en su vida. Nunca bajaba la guardia, ni siquiera cuando él estaba cerca. Tendría que pedirle ayuda a su clan de esa dimensión. Si conservaban aunque fuera una ínfima parte de la esencia de aquellos que conocía de su dimensión, le prestarían una mano por ser del mismo clan.

―¿Y mi clan? ―preguntó impaciente mirando al maestro de cabellos plateados―. ¿Dónde están los Uchiha? Ellos pueden ayudar mucho en esta misión, ya que… ―explicó queriendo decir algo que había notado en su enfrentamiento, mas fue interrumpido por Naruto.

―Están muertos ―habló de manera seria y apenada por decírselo de forma tan abrupta―. Lamento decírtelo así, pero es mejor que lo sepas. En esta dimensión el único Uchiha con vida es Sasuke, es decir el tú de esta dimensión ―explicó el blondo con la mirada fija en el suelo.

―¡Pero, ¿cómo?! ¿Por qué? ¿Cuándo? ―interrogó de manera atropellada entendiendo cada vez menos del asunto.

―Creo que lo mejor es que te lo diga yo mismo antes de que akatsuki o alguien más peligroso se te acerque ―intervino Hatake tomando aire profundamente temiendo la reacción del menor ante lo que iba a contarle―. Hace poco nos enteramos de que ese enmascarado, Tobi, le dijo a Sasuke que los altos mandos de Konoha ordenaron a Itachi exterminar su propio clan. ―Hizo una pausa analizando las expresiones del otro.

El joven de cabellos oscuros oyó atentamente cada una de las palabras dichas por el otro. ¿Los altos mandos ordenando matar a su propia gente era algo tan…?

―Normal ―dijo Charasuke externando únicamente su último pensamiento―. Así que aquí también Konoha es una aldea podrida ―soltó de manera despectiva, pero modulando su voz para no alzarla al nivel de gritos.

―¿Perdón? ―preguntó Haruno ofendida por aquellas palabras de su parte.

No era tanto problema las palabras soltadas, pues realmente no eran tan significativas o agresivas. El problema radicaba en lo frescas que tenía las palabras del Uchiha de su propia dimensión. En ese reencuentro en el cual intentó matarla de manera fría y expresó su deseo por acabar con la aldea. Los demás presentes tampoco podían dejar de ver eso como una especie de señal del parecido entre Sasuke. Podían ser de diferentes dimensiones, pero ambos Uchiha guardaban un peligroso parecido que iba más allá de su apariencia. Naruto se sintió un poco culpable de ver con alerta a Charasuke, siendo alguien que jamás le hizo nada personalmente. Sin embargo, una vocecilla en el fondo de su cabeza le decía que no debía ser tan ciego como lo fue años atrás cuando perdió a su mejor amigo por no saber ver las señales de alarma.

―No tiene caso que oculte esto siendo que el rubio y Sakura-chan ya saben lo que sucedió ―dijo señalando a los mencionados con una seña de su dedo pulgar―. ¿Recuerdan que Menma atacó Konoha? ―preguntó con seriedad.

―Sí, incluso me secuestró para tenderle una trampa a Naruto ―complementó Haruno mostrándose enojada de tan sólo recordar lo que les hizo.

―Menma fue declarado un ninja criminal de clase S, ya era un desertor, pero tras unírsele a aquel enmascarado, tratar de matar a la quinta Hokage, secuestrar ninjas de fuertes kekkei genkai, entre otras cosas ―habló casi sin respirar antes de detenerse unos momentos―. Se llegó a la conclusión de que era mejor ejecutarlo.

―¡¿Cómo?! ―exclamaron los demás sorprendidos por aquello.

―Se impidió dicha ejecución y Menma se “reintegró” en la aldea, pero no me sorprende que Konoha se deshaga de lo que le molesta ―finalizó antes de que todo el lugar se sumiera en un muy incómodo silencio.

 

CONTINUARÁ…

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).