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Buen Niño por ReyraMoller

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Un adolescente iba de un lado al otro, corriendo cada vez que escuchaba su nombre.

—¡Valentín!
Apresuro el paso por el largo corredor, usó sus manos para detenerse frente a la puerta de su hermanita.

— ¿que pasa, ana?
La hermosa niña rubia de 8 años estaba metiendo cuadernos desprolijamente en su mochila rosa.

— yo no te llamé, pero ya que estás aquí ayúdame — la pequeña estaba a punto de romper su mochila 
por la presión.

— ana, no. Hoy es miércoles, solo tienes lengua, matemática y arte, saca lo demás.
La pequeña refunfuñó y sin ganas saco varios cuadernos que nada tenían que ver con la escuela. Él, al notarlo la reprendió.

— ¿otra vez? La escuela es para estudiar, la casa para dibujar. Si tu maestra me vuelve a llamar por que estuviste dibujando en su clase, te voy a sacar tus cuadernos por una semana — La niña protesto pero aún así acató la orden.
El adolescente volvió a correr pero esta vez hacia la cocina donde el desayuno se chamuscaba, 
sacó las tostadas del horno sin los guantes, quemandose una mano.

— mierda!

— eso no se dice! — una pequeña cabecita castaña salio de debajo de la mesa sosteniendo un autito 
en cada mano, el niño mas pequeño de la casa, con apenas 4 años.

— Sebastian, ¿Que haces debajo de la mesa? ¡Es peligroso, te puedo pisar... Y todavía no te cambiaste! 
El niño huyó entre risas, mientras que una voz insistente seguía gritando a todo pulmón «valentin!».
Como si su vida dependiera de ello, el mencionado dejo las tostadas para volver a dar largas zancadas hasta la tercera habitación donde un par de mellizos, desordenaban los cajones tirando toda su ropa al suelo.

— Carola, Julian!
Al escuchar sus nombres los niños se detuvieron de inmediato y voltearon a ver en dirección a la puerta.

— me tomó toda la tarde de ayer ordenar esos cajones ¿Por que están tirándolo todo? 
Los niños compartieron miradas cómplices, finalmente la niña habló.

— no encontramos mi mochila por ningún lado.
La mala cara del adolescente no cedía, es mas era todavía peor.

—esta sobre la mesa, la cosí en la noche, guarden todo como estaba... No, lo guardaran despues, ya es tarde y haganme un favor, apuren a su hermano que hace media hora que esta encerrado en el baño 
Los niños asintieron y salieron corriendo.
Valentin, agotado volvió a la cocina, se sentó por primera vez en toda la mañana y disfruto del silencio por un segundo, luego miro el reloj de la pared y gruño una pequeña maldición. Ya hacia mucho tiempo desde que el reloj se convirtió en su peor enemigo.

— el desayuno!!! Vengan a comer, enanos!
Una estampida de niños llegó a la cocina, de entre las 5 sillas infantiles solo 4 estaban ocupadas, valentin se levantó y fue hasta el baño, abrió la puerta súbitamente y se encontró con el hermanito faltante, 10 años de malos modales estaban frente al espejo peinándose, llenándose la cabeza con gel.

—¿se puede saber cuando vas a ir a desayunar?
El niño irreverente ignoro a su hermano mayor y siguió peinándose — cris, Deja tu pelo y ve a desayunar — El niño comenzó a tararear una canción restandole importancia a la orden — Cris... Cristian Sancho Pérez!

El niño, enfureció al escuchar su segundo nombre, odiaba con toda su alma que dijeran su nombre completo, dejo el peine y el gel estrepitosamente sobre el 
lavabo.

— deja de molestarme ¿Quieres? No eres quien para darme ordenes, tu no eres mamá! 
Los demás niños en la cocina pudieron escuchar todo y temían lo peor.
Valentin estaba rabioso, levanto a cristian, abrió la ducha y lo colocó debajo del chorro de agua helada, le lavó la cabeza con rapidez y brusquedad, sin importarle las numerosas quejas del 
pequeño, apago la ducha, y lo llevo a cuestas a la cocina y lo dejo caer estrepitosamente sobre su 
silla. Dió la vuelta para llegar a su asiento y comió velozmente todas las tostadas que pudo, apenas tomo algunos sorbos de jugo cuando se interrumpió para hablar.

— no soy mamá, pero estoy seguro de que ella odiaría que me hablaras así.
El niño no dijo ni una sola palabra mas. 
Luego de terminar de comer, valentin puso un par de rebanadas de pan extra en el horno, acto seguido se dirigió a la ultima puerta y la abrió lentamente. A dentro todo estaba sumergido en las tinieblas. Se aproximo a la cama, tocó con suavidad el hombro del sujeto dormido y le hablo en 
susurros.

— papá, el desayuno ya esta listo ¿Vas a comer?
El hombre comenzó a moverse y a quitar las mantas que tenia en sima. Era un señor bastante bajito y regordete, apenas llevaba un par de calzoncillos y unas medias. Se vistió rápidamente y se sentó en la mesa, esta vez todos estaban en silencio, solo los adultos hablaban.

— ¿esta noche te toca doble turno?
El padre partió una tostada y asintió con la cabeza.

— estaba pensando en pedir un adelanto para poder pagarle a los usureros, el plazo vence mañana.
Los niños dejaron la mesa para lavarse los dientes y dejar que hablaran en privado.

—no puedes seguir así, no estas durmiendo nada, te vas a enfermar.

— no hay otra alternativa, no sabes lo despiadados que pueden llegar a ser, temo por ti y tus hermanos.
Valentin apretó los puños y golpeo la mesa.

— si tan solo pudiera trabajar...

—eres un niño, deberías preocuparte solo por la escuela, este es un problema en el que yo me metí 
y lo voy a solucionar, además tu ya me ayudas mucho, solo dios sabes lo mucho que te has esforzado para mantener esta casa a flote, tu nos cuidas a todos.
Al padre se le escaparon algunas lágrimas al recordar a su esposa, al mismo tiempo el timbre sonó 
y alerto a los niños. Valentin abrió la puerta y se sorprendió muchísimo.
Del otro lado habia un hombre muy musculoso, parecía mas un orangután vistiendo un traje barato, verdaderamente inspiraba pavor, el adolescente trago saliva. Intento cerrarle la puerta en la cara 
pero una de las manotas del hombre se interpuso, abrió la puerta de par en par y empujo al adolescente al interior de la casa.

— busco a Gustavo Perez.
El padre se levantó y se acercó a la puerta.

— soy yo, por favor no toque a mi hijo... ¿Que necesita?
El gorila empujo a valentin nuevamente y habló con tono burlón.

—se te acabaron las vidas, gato. Este es el último día.

— no puede ser, es un error, el último día es mañana.
El hombre se rasco la barbilla con impaciencia.

— ¿Que te parece? mi jefe se cansó de vos y tus escusas, lo quiere todo para hoy.
El padre no sabia que hacer ¿de donde sacarían tanto dinero? Valentin se unió a la discusión.

—por favor señor, no hay manera de que tengamos el dinero aquí y ahora. Denos hasta mañana para juntar por lo menos la mitad.
La montaña de músculos volvió a empujar a Valentin.

— ¿Quien te dijo que podías hablar, putita?
Se rio a carcajadas.

— escuchame una cosa, perez, mejor callá a tu hijo o sino me lo llevo y lo pongo a trabajar de chupa pijas en una esquina ¿Que te parece? — esta vez se dirigió a valentin — ¿escuchaste, campeon? ¿Queres trabajar? ¿Sabes lo rapido que podes conseguir la guita para tu familia? en seguida te vas a acostumbrar a que te rompan el culo. 
El padre estaba indignado, se posicionó en frente de su hijo, protegiéndolo.

— la deuda es mia, deja a mi hijo en paz... Sobre la deuda ¿quien me garantiza que te envió tu jefe? Esto es muy sospechoso.

— yo te lo garantizo y si no me crees, te cuelgo de aquel árbol con tus propios intestinos.

— quizá no haga falta, zorrilla!
Todos en la casa voltearon a ver a la voz grave que provenía de la puerta de entrada. Un hombre aseado y prolijo, robusto, toda una montaña de músculos incluso peor que el anterior, vestía un traje oscuro, se veía costoso y hecho a la medida, estaba sonriendo con un cigarrillo entre sus dientes, rondaba los treinta pero era muy atractivo, era como un modelo profesional.
Caminó presuntuosamente hasta zorrilla, a su lado aquel impresionante gorrilla se veía como un cachorro. El jefe era por demás alto, parecía rondar los dos metros, llevaba una descuidada y bestial barba de días que combinaba perfectamente con su alma.

— así que yo te envié ¿No? Me pregunto ¿que mas te habré ordenado hacer?
Este señor tenia una sonrisa escalofriante, era sexy pero definitivamente daba pavor.

— jefe, esto es un error, no piense mal de mi, ellos son los Perez, le deben algunos meses y no quería que escaparan sin pagarle por eso llegue un día antes, es verdad que usé su nombre sin permiso pero no le estoy robando. Se lo juro, jefe.
Zorrilla estaba totalmente nervioso, se tiro al suelo a suplicar, mientras tanto su jefe le daba una tranquila calada a su cigarrillo, meditando lo que seguiría.

— supongamos que te creo... ¿Has conseguido mi dinero?

— no tienen nada jefe, son unos muertos de hambre, Jamas podrán pagarle.
Aquel hombre dio un rápido vistazo al interior, toda la casa no era mucho mas que propia de una familia clase baja.

— perez, el plazo es hasta mañana ¿Como planeas pagarme?
El padre tembló, esta vez no habría escapatoria.

— yo tenia pensado pedir un adelanto en el trabajo para poder darle aunque sea la mitad...
El hombre dió otra calada, el humo salia lentamente por su boca mientras sus ojos examinaban a cada niño que el adolescente escondía detrás de el.

— ¿y que mas?
El padre guardo silencio, repasaba todas sus opciones mentalmente, parecía a punto de tener un paro cardíaco por el tremendo estrés que la situación le producía. El orangután volvió a intentar ganarse la simpatía de su jefe, le proporciono lo que para el eran las mejores opciones.

—¿Lo ve? No le mentí, son unos muertos de hambre... yo creo que aun así podríamos sacar buen dinero, podemos vender los órganos del padre en el mercado negro... Los niños son algo atractivos, puede ponerlos a trabajar y en poco tiempo cubrirán la deuda.
Al escuchar esa frase, valentin se aferró a los niños y a los intrusos les dedico su peor cara, se olvidó completamente del miedo que lo avasallaba hasta hace tan poco.

— ¿Mis hermanos? sobre mi cadáver.
El jefe levanto una ceja interrogante, incrédulo ante tal situación, camino con pasos lentos y amenazantes hacia Valentín. Se inclino para quedar justo frente a el y probar la valentia del hermano mayor, a este ultimo le temblaban las rodillas y sus manos se aferraban fuertemente a sus hermanitos, pero sus ojos eran un mundo diferente, impávidos e inquebrantables. El hombre capturó el mentón del adolescente para obligarlo a no retroceder.

— dime tu nombre.
Valentín sentía que su corazón estaba a punto de escapar de su cuerpo, sin embargo conservo la poca valentia que le quedaba y logro entonar su nombre en aquel desastre que tenia por cabeza.

— Valentin, Valentin Perez

— valentin... — repitió aquel hombre como si fuera un eco y no despego su vista de los ojos del adolescente — interesante.

Valentin se sonrojo ante semejante declaración. El gorilla no desaprovechó la oportunidad.

—¿verda que si, jefe? Lo dije antes, creo que el haría buen dinero, tiene una muy buena boca para hacer mamadas, es algo escuálido pero tiene buen culo, estoy seguro de que puede venderlo a un gran precio al extranjero, allá les gustan los niños así. 
Un escalofrío recorría el cuerpo de Valentín por la escalofriante idea, por el contrario, el jefe puso una mueca de desagrado, levanto el brazo y aun sin ver el objetivo tiró del gatillo.
una bala atravesó el cráneo del gorrilla, un orificio entre ceja y ceja del que brotaba un chorro de sangre ininterrumpido, los niños gritaron y se tiraron al suelo junto con Valentín quien a pesar de todo seguía 
cubriéndolos, los niños lloraron tempestuosamente.

— era una bestia asquerosa, se merecía morir... ¡¿Pueden parar de llorar?! — luego del grito, los niños se forzaron a callar, se tapaban la boca y temblaban esperando lo peor — supongo que esta mejor... Se me ocurre que quizá puedo hacer una excepción, Extenderé el plazo de la deuda y bajaré los intereses... Pero a cambió quiero a valentin.
El silencio se adueñó por completo de la casa. El padre creyó no haber escuchado bien.

— ¿que?

— dije que quiero que tu hijo trabaje para mi y el resto de tus hijos estará a salvo. Es ganar, ganar ¿No crees? Gana unos pesos mas, ayuda a pagar la deuda y como va a vivir conmigo vos tenés uno menos que mantener ¿no te parece una idea genial? hoy estoy de un excelente humor, que generoso que soy... ¿Y bien? ¿Lo tomas o lo dejas?
El jefe era impaciente por naturaleza, las actitudes del padre lo exasperaban, mientras, el regordete 
hombre estaba verdaderamente indignado.

— jamas, ni por todo el dinero del mu...

— no te lo pregunte a ti, ¿Valentin, lo harás o no?
El adolescente no lo dudo ni por un instante.

— ¡si!
Su padre aun sorprendido se negó con todas sus fuerzas.

— no hijo, no pienso consentir algo así..

— no voy discutir esto, es mi decisión y dije que si.... — se dirigió a el jefe con los ojos llenos de decisión — ¿Cuando empiezo?

— ¡ahora mismo!

 

Notas finales:

Seguime en wattpad, buscame "Reyra Moller"


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