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Un Omega parecido a una flor. (Traducción finalizada) por yuniwalker

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Sintió como si el olor de rosas en el viento estuviera esparciéndose desde la ventana abierta, así que Natsume Kamizen dejó de organizar su equipaje para echar un vistazo. Mayo estaba a punto de terminar y con ello, el verano estaba invadiendo la ciudad universitaria del norte de Inglaterra.

Y a Natsume le gustaba demasiado esta temporada.

Esto se debía, principalmente, a que florecía la rosa favorita de su benefactor, Kotoku Kamiyoshi. (Aunque al final, no pudo verlo ni una sola vez) Hubiera sido divertido si hubiesen logrado caminar juntos por los jardines alrededor de la zona o si tan siquiera hubiesen quedado para ir a comer, pero Kotoku llegaba a Inglaterra solo una vez cada cuatro años así que, por lógica, fue un tanto imposible de realizar. Después de todo, había sido una estadía corta, sin tiempo para pensar en más que en trabajar. No sé podía evitar porque era una persona ocupada, pero lamentó pensar que en cuatro días más ya no estarían en comunicación 

Natsume se acercó a la ventana: A excepción de las conferencias, pasaba la mayor parte de su tiempo en la biblioteca o en su habitación y rara vez salía a jugar con sus compañeros, por lo que esta vista desde el segundo piso del dormitorio era lo más familiar que tenía. Sin embargo, a diferencia de un cuarto que tenía poca luz, el exterior era increíblemente deslumbrante. Tenía una pared de ladrillos marrones, un camino blanco que dirigía a las puertas, hierbas verdes y macizos de flores alineadas por todas direcciones. Había bancos de color verde oscuro bajo los árboles coníferos que daban una silueta en ángulo cuando se ocultaba el sol así que, aquí y allá, los estudiantes parecieron tener muchas opciones para relajarse a su manera. 

"¡Oye, Natsume!"

Cuando volvió los ojos hacia la llamada, un hombre, que era amigo del profesor con el que siempre salía a comer, estaba parado en la puerta agitando la mano. Era Matt. Con un cuerpo grande y cabello color pajizo, podía decirse que era bien parecido y sobre todo, amigable con él. Más aún, porque era conocido que le costaba mucho interactuar con las personas. 

"Natsume, ¿Es cierto que no asistirás a la ceremonia de graduación?"

"Sí. Regresaré a Japón la semana que viene".

"No tienes que apresurarte tanto, hombre. Es un desperdicio". Dijo. "Ya terminaste la universidad, y a menos que quieras estudiar algo más, es la última ceremonia de graduación de toda tu vida."

"Pero mucha gente no asistirá."

En el Reino Unido, una ceremonia de graduación era bastante tardada porque abarcaba desde el día en que terminaban las clases hasta casi dos semanas después. Por esa razón, muchos estudiantes regresaban a su ciudad natal o a su propio país sin esperar la ceremonia.

"Así es, pero sigue siendo un desperdicio. Ya pareces completamente preparado para regresar a Japón... Dime ¿No se siente solo Natsume? ¿No te gustaría estar con más personas?"

"No es que no me sienta solo, por supuesto. Es solo..."

"Tienes una expresión muy cool en la cara, tanto que nunca parece como si estuvieras triste. Pero yo sé que sí. ¿Por qué no pasas más tiempo conmigo o con los chicos?"

Matt se puso de pie y tomó la mano de Natsume. Apretando su agarre para que no tuviera ni la más mínima posibilidad de escapar. Y eso solo lo había puesto instintivamente más asustado. Matt no era un Alfa, pero si era un Beta. Actualmente existían otras categoría de género además del ya conocido "hombre y mujer". Fue a finales del siglo XIX cuando se pudo controlar y saber aún más de esta extraña diferencia, aunque ya se conocía vagamente desde hacía muchísimo tiempo. En este segundo género, las personas se podían dividir en Alfa, Beta y Omega, siendo el de la diferencia más obvia que un Alfa tenía un "poder" más significativo y un Omega podía concebir independientemente del género.  Además, un Omega tenía un "período de celo" una vez cada pocos meses, y se decía que solo el Alfa respondía a su olor. El ciclo de calor, que solía durar de tres a cinco días, desaparecía por si solo y, lamentablemente, durante ese tiempo un Omega también se volvía bastante sensible al aroma de un Alfa. Debido a la influencia de las feromonas, un Omega a menudo se asociaba con un Alfa y de hecho, hasta se casaban. Las feromonas no tenían ningún efecto sobre los Beta, pero un omega seguía siendo un objetivo natural. Los volvían mascotas o los ocupaban para explotarlos sexualmente. Sin embargo, en los tiempos modernos, los Alfa y Beta solían ser cautelosos al tocar a un Omega. Era ilegal comportarse de manera discriminatoria o faltarles al respeto y sabía que Matt no dudaba en tocarlo porque le resulta familiar como un amigo.

Natsume trabajó duro para relajar su cuerpo. Matt tenía una cara alegre:

"Al menos ven a la fiesta de despedida. Podemos pasar un poco más de tiempo juntos y... Por supuesto, sé que a Natsume no le gusta mucho cuando hay gente de más pero, créeme cuando te digo que será agradable."

Matt giró su brazo alrededor del hombro de Natsume y volteó su cuerpo hacia el espejo en la pared. Le dijo "¡Mira todo lo que desperdicias!" y sonrió como si fuera muy obvio: El color de sus ojos, que eran un poco más brillantes que su cabello, eran castaños y hermosos. Las líneas de sus mejillas eran suaves y tenían un ligero enrojecimiento y además, sus labios color cereza parecían lo suficientemente gorditos como para ser reales. Su cuerpo tenía un olor a miel dulce y era delgado porque después de todo, era un omega. Matt le dijo a Natsume, quien estaba completamente disgustado como para darse la vuelta:

"A veces me gustaría que pudieras reír un poco. No quería decírtelo tan bruscamente pero, hay una chica que es amiga mía y que quiere conocerte."

"¿Qué...?"

"Actúas asustado porque eres Omega, y lo entiendo. Pero todo esto de la discriminación se a penado bruscamente desde hace cincuenta años, mucho antes de que naciéramos. Arthur, en la Facultad de Ciencias Políticas, es un Omega también y parece divertirse todos los días con sus amigos Alfas. Además ¿Ubicas a Billy y Claire? son Omega y van a ir. Estas reuniones son normales en el Reino Unido. Además, ya lo sabes. ¡Natsume nunca ha tenido un mal momento en la universidad!"

"Sí, eso es verdad"

Las "normas de sociedad", iniciadas por un millonario estadounidense hace unos cincuenta años, fueron el catalizador para la mejora en el maltrato de los Omega. Desde entonces, cada sitio público pareció convertirse en un lugar común para los Omega. Además de que ahora, como para darles un "seguro de vida" ellos vivían bajo el patrocinio de un Alfa rico. Natsume había sido absorbido por una familia importante, propietaria de una de las empresas más grandes de Japón, y se había quedado bajo el cargo del joven  Kotoku. También fue una suerte que lo recomendaran para ir a una universidad en Inglaterra. Hoy en día, había Omegas que demostraban sus habilidades en diversos campos como el entretenimiento, el arte y las grandes empresas. Comparado con el pasado, probablemente estaba en una época bendecida y feliz, sin embargo, Natsume pensaba que eso no significaba que no tuviera que defenderse. Todavía se decía a menudo que los Omegas eran los culpables cuando ocurrían fallas y por otro lado, también sabía que esta no era la forma correcta para negarse a interactuar con la gente. También entendía que Matt y Kotoku lo invitaban y lo recomendaban para varias actividades porque les preocupaba su torpeza. 

"... ¿Matt estará siempre conmigo?"

A Matt se le iluminó la cara tan pronto como lo dijo. 

"Claro. Será en la casa "señorial aristocrática" así que parece ser algo muy lujoso. Todos nuestros compañeros están invitados a participar así que, como hay tantos, no te vas a destacar incluso si comes en silencio en una esquina. Estoy seguro de que vas a poder disfrutarlo".

Matt, desesperado por hacerlo decir que sí, comenzó a enlistar todas las cosas buenas y a decirle que estaba en buenas manos. Normalmente se negaría, pero ahora pareció asentir un poco. 

"Entonces yo... Supongo que estará bien si es solo una vez."

"¿Verdad que sí? ¡Entonces te pasaré a buscar a las 6 en punto para que nos arreglemos!"

Y cuando el hombre salió de la habitación, con un guiño muy descuidado, Natsume reanudó la limpieza en la habitación y soltó un suspiro que podía parecer exagerado. La mayor parte de lo que había estado usando durante su estadía en la universidad iba a ser donado o eliminado. Sin embargo, existían pocas pertenencias personales además de sus libretas de estudio.  Natsume tenía tres reglas que decidió seguir cuando entró al patrocinio de Kotoku y una de ellas era no desperdiciar dinero. La otra era mantener el número de personas en su circulo social al mínimo y por supuesto, el romance estaba fuera de discusión. Claro, esta última regla, que Kotoku no conocía, se implementó durante cuatro años como autodefensa para no verse involucrado en problemas terriblemente triviales. Gracias a eso, nunca le llamaron la atención sus compañeros o intentó ponerse a ligar. Tenía una expresión dura y ocultaba su estado de alerta cuando estaba con otra persona, por lo que incluso decían que no parecía un Omega. Fue una buena evaluación para Natsume porque si pudiera, no sería un Omega en absoluto. Quería deshacerse de su género y convertirse en alguien más. Por eso, cuando regresara a Japón, pareció estar completamente dispuesto a dedicar el resto de su vida en ocultar lo que era. Kotoku lo estaba ayudando con eso. Se suponía que iba a tener una vida miserable y aburrida pero, gracias a él, estaba viviendo una existencia que era más feliz que el de la población Omega general.
Kotoku básicamente lo había criado. El señor Kotoku no era solo un guardián, sino familia. Porque era una persona sincera y amable que le salvó la vida. Tanto así, que lo más importante para Natsume era Kotoku.

Natsume sacó su teléfono celular y le mandó un mensaje a Kotoku. Le reportaba la situación una o dos veces por semana y Kotoku respondía con palabras increíblemente amables.

[No regreses tan rápido, ve y disfruta de Inglaterra por un tiempo. Hay muchas fiestas de despedida en esta época del año y es la última oportunidad que tienes para hacer amigos. Creo que es una buena idea echar un vistazo. Cuando regreses, quiero que me cuentes una historia de tus recuerdos]

[Sí, Kotoku-sama]

Con una respuesta muy sencilla, Natsume finalmente cerró los ojos. El aroma de las rosas pareció volver a flotar y para ser honesto, se sentía un poco solo cuando pensaba que era la última vez que olía el corto y hermoso verano tan de cerca. Le gustaba muchísimo esta ciudad. Era cómodo, estudiar, era divertido y pasaba un tiempo bastante significativo. Además, tener una nueva visión de la vida debería ayudar al trabajo de Kotoko cuando estuvieran juntos.

El alivio de que finalmente pudiera devolverle a Kotoku algo de lo que le había dado cuando regresara a Japón, lo hizo fuerte.


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