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TA'RA por Eira Baker

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Notas del fanfic:

Hello, it's meee! Volví con mis resumenes súper mediocres y cortos :D y otra vez con un fic medio largo que inicialmente se suponía que solo sería de mil palabras ;-; aaaah (se va a shorar al rincón). 

Emmm en este fic habrá humor medio turbio (? Creo... Oh! Por cierto~!! Por casualidades de la vida note que recibí un comentario~ y lo agradezco de todo corazón :3 corrí como Heidi por mi jardín *-* y le cante a los pajaritos (? Jsjsjsjs gracias a esas dos personitas por tomarse la molestia de hacerlo <3 (de diferentes fics) y una de ellas tenía una duda sobre algo que dije, y quería mejor resolver esa duda que me preguntó por aquí para que todos lo sepan (? En el manga de Death note, cuando Mello y Near se reúnen luego de mucho tiempo -tres años (?) después de la noticia de la muerte de L- (capítulo 76 me parece), Near ahí le dice: "Bienvenido, Mello", pero al principio los creadores de Death note querían que dijera: "Bienvenido a casa, Mello", pero decidieron cambiarlo porque sabían que su amor secreto no sería tan secreto y querían seguir manteniéndolo en secreto (? Es que su bonito amor no es apto para nuestros simples ojos mortales uwu (? Para que quede claro, aviso que ya lo último es lo que yo creo xD sepan que para mí es canon y no me importa lo que me digan los demás hum! 

Por cierto, Selcouth significa: desconocido, raro, extraño y sin embargo maravilloso. 

Notas del capitulo:

Ay, esto originalmente se iba a llamar: "La verdadera razón", pero luego ví una imagen muy bonita que decía "TA'RA" y me gustó mucho *-* y perdonen las equivocaciones :'u enserio suelo quedarme dormida mientras lo voy revisando y corrigiendo... Y tal vez a veces apretó cosas sin querer y elimino partes :'D jejeje soy un caso perdido :'c 

Death note no me pertenece... todavía... 

Oigan, el día de ayer estaba dibujando a Mello y Near, y mi mamá los miro y dijo: "Ay, que bonitos son! Me pasas una imagen de ellos para ponerlo como foto de perfil??" Jsjsjsjsjs mi mamá dijo que ellos son bonitos!!! >< y a ella normalmente no le gustan esas cosas! Aaah, me siento feliz porque le pregunté si le parece que hacen linda pareja y me dijo que si <3 

Okey, basta de mi blablabla, disfruten del fic~

 

TA'RA.

 

Mello sabía que no podía trabajar con Near. Y también era consciente del motivo detrás de su negativa al hacer equipo con él. Lo que le dijo a Roger cuando los citó en su oficina no fue del todo falso, tenía algo de verdad. Pero la causa más importante del porqué no podía trabajar con Near era porque… le haría daño. Él lastimaría a Near.

 

Desde hace un par de años comenzó a tener sueños extraños, sueños perversos y locos que lo hacían despertar sobresaltado, con el cuerpo temblando y sudando; su respiración entrecortada y su corazón latiendo deprisa; y una erección. 

 

Mello tenía sueños húmedos con Near. Y no eran simples sueños húmedos de ellos dos teniendo relaciones.

 

Lo que él soñaba era una total depravación...

 

Soñaba que entraba al baño privado de Near mientras el niño se estaba bañando y lo follaba ahí, a la fuerza, debajo de las gotas de agua tibia cayendo sobre sus cuerpos desnudos; siempre fuerte y sin consideración. Los gritos y el llanto de Near solo lo calentaban más. Otro sueño era en dónde entraba a su salón de clases y, delante de todos, desnudaba a Near y lo obligaba a acostarse en su pupitre, haciéndolo suyo sin importarle la presencia de los demás niños, siempre rudo, siempre violento; abriendo sus delgadas piernas y empujando lo más fuerte que podía dentro Near, haciéndolo gritar de agonía mientras se movía con empujones ásperos y dolorosos para el pequeño niño genio. 

 

Era lo mismo cada maldita noche.

 

Por eso tenía que irse. Estar junto a Near y trabajar con él sería malo para ambos. Mello no lo resistiría. Él haría realidad esos sueños. Y Near lo odiaría. A pesar de todo y de lo que demostraba, él no quería que Near llegará a odiarlo o maldecir su existencia. Le tenía aprecio a ese enano sabelotodo y no quería ganarse su desprecio, y mucho menos arrebatarle su inocencia y pureza. 

 

Para él, Near era como un precioso ángel que debía seguir manteniéndose así. Un ser puro, casto e intocable, con ese aire de ingenuidad y pureza que tanto le fascinaba y gustaba. 

 

Pero había algo que aterrorizaba su corazón...

 

¿Y si en su tiempo ausente Near decidía tener un amante?

 

Mierda que no lo soportaría. 

 

La simple idea le provocaba un terrible sabor amargo en la boca y un intenso dolor estomacal. No quería que Near se fijará en cualquier persona que de seguro no le llegaría ni a los talones de los pies. 

 

El pensamiento de que alguien más pudiera tener al pequeño albino lo enfermaba enormemente y su interior rugía con ferocidad, muy dispuesto a asesinar a cualquiera que se atreviera a acercarse al niño pálido. 

 

Nadie debía… Nadie debía contaminar a Near. 

 

No permitiría que cualquier fulano posará sus asquerosas y repugnantes manos en Near, en ese niño albino que fue la única persona que logró tener su corazón sin necesidad de hacer algo; simplemente bastó con mostrarse tal cual es. 

 

La única solución que hallaba era hacer que Near odiara los toques íntimos. 

 

Antes de irse, tenía que hacer que Near odiara el contacto físico más de lo que ya lo hacía por ser tan arisco y reservado.

 

Si Near lo odiaba, entonces jamás dejaría que alguien se le acercará con esas intenciones. Si lo hacía, Near no permitiría que alguien lo tocará con sus inmundas manos. 

 

Eso estaría bien, ¿no?

 

Entre mantener a Near protegido de los demás o ganarse su desprecio por siempre…

 

Preferiría mil veces tener su odio si eso servía para que él no sea contaminado por nadie. 

 

[...]

 

Mello se infiltró en la habitación de Near en medio de la noche y vio la pequeña figura del albino acostado en la cama, respirando suavemente por sus rosados y afelpados labios entreabiertos, con su pecho subiendo y bajando con cada respiración. Lo que más sobresalía del pequeño niño era su pulcra cabellera blanca y suave. Se veía tan bonito y precioso. Sus mejillas se ruborizan al ver el angelical rostro del albino dormido.

 

Se acercó algo vacilante y se subió a la cama, colocándose encima suyo.

 

—Near —lo llamó en voz alta, agarrando uno de sus pequeños hombros y sacudiéndolo para despertarlo. Miro enternecido como su bello amado hacía un pequeño ruido con sus suaves labios y se movía ligeramente. 

 

Mello lo sacudió una vez más y un suave quejido salió de los labios de Near al sentir un peso que le impedía moverse con libertad, abrió perezosamente los ojos; quedando anonadado al ver a Mello sentado en su regazo. 

 

—Mello… ¿qué haces en mi habitación? —preguntó Near exaltado, removiendose inquieto por el pesado cuerpo encima suyo. 

 

Mello lo inmovilizó en la cama, colocando sus manos en cada hombro del menor, apretandolo contra el colchón. 

 

—Near… yo me iré —hablo tajante, manteniendo su mirada conectada a la del niño delicado. 

 

—¿A dónde? —preguntó suavemente, con sus ojos brillando levemente de dolor. A Near realmente le gustaría que trabajarán juntos. Sabía que por separados no eran fuertes, pero juntos podrían lograr grandes cosas y serían imparables. Pero Mello se rehusó a trabajar con él y ciertamente le dolía el desprecio del chico mayor, de la persona a la cual más admiraba y por quién sentía un sentimiento muy fuerte. 

 

Algo se agitó dentro de Mello al ver esos grisáceos ojos tristes. Tragó saliva y entrecerró su mirada azulada. 

 

—Lejos, es lo único que debes saber. Tu ganas, Near, serás L. 

 

Near guardó silencio por unos segundos, sin apartar su mirada de la del chico rubio.

 

—Mello debe comprender que no deseo tomar ese puesto si no es con él. 

 

Mello abrió sus ojos sorprendido. 

 

—No puedo creer que digas eso —bajó la mirada y se mordió el labio —. ¡Tienes que ser L!

 

—No quiero. 

 

Realmente Mello tenía ganas de golpear ese bonito rostro de porcelana que ahora mismo le observaba con una expresión estoica, pero se aferró al poco autocontrol que tenía y se inclinó más cerca del menor. Antes de poder hablar Near lo interrumpió:

 

—Sin ti… para mí nada tendría sentido —su mirada grisácea se volvió vacía y distante —. Si no estás tú… ¿por qué me importaría tener un puesto que sé que no lo gane de manera justa? 

 

—Mira que eres necio… —hablo casi con rencor. 

 

—Quédate —suplico suavemente, levantando su mano para acariciar dulcemente el rostro del más alto. Mello usó toda su fuerza de voluntad para no estremecerse por el delicado tacto de la pequeña mano del niño en su mejilla—. Quédate conmigo… Trabajemos juntos, Mello —insistió, mirándolo suplicante con sus enormes y puros ojos grises. 

 

Mello rehuyó la mirada. 

 

—No podemos. 

 

—¿Por qué? 

 

—Te haré daño. Voy a lastimarte mucho, Near… 

 

—No tengo miedo —hablo con firmeza —. Cualquier cosa que llegue a suceder, lo afrontaré. Sé que puedo. No te tengo miedo, Mello. 

 

—¿Ah sí? —su voz adquirió un tono helado, acercándose sigilosamente a él —. ¿Quieres que te demuestre lo que soy capaz de hacerte? —gruño. 

 

Mello se inclinó más cerca del niño y las mejillas de éste se tiñeron de rojo intenso al notar la proximidad en la cual estaban. 

 

—M-Mello… ¿Qu-?

 

—¿Quieres ver… lo que puedo hacer contigo? —lo interrumpió, bajando el tono de su voz, sonando sensual. 

 

Repentinamente lo sujeto de sus rizos suaves y ondulados, chocando sus labios contra los suyos en un beso demandante y desesperado. 

 

Mello mantuvo los ojos entreabiertos, notando que su acción había hecho sonrojar hasta las orejas al albino. 

 

Near sintió unos fuegos artificiales en su estómago; los labios delgados y rosados de Mello se sentían tan bien contra los suyos, encajaban perfectamente y lo hacían temblar como gelatina por la agradable sensación que le ocasionaba. 

 

¿Pero por qué lo besaba? ¿Era una especie de juego? ¿Una broma?

 

—¡M-Mello! —grito Near, muerto de la pena y alejando torpemente al muchacho de cabellos rubios —. ¿P-por qué me besaste? 

 

Mello aprecio el rostro sonrojado del niño albino, gustándole por lo bien que se veía así, tan hermoso y adorable. Sin apartar la mirada de él, fue deslizando sus manos por la cintura pequeña del menor. 

 

—Tendremos sexo —soltó de golpe, con ojos fríos, intentando que no notará lo mucho que lo afectaba. 

 

—¿E-eh? —Near solo pudo decir eso, estando sorprendido y apretando nervioso la ropa del rubio entre sus manos.

 

—Tu y yo… vamos a tener sexo… y veremos si luego de eso sigues conservando ese estúpido deseo de que trabajemos juntos. 

 

Near estaba perplejo y sus mejillas se calentaron. 

 

—Mello, eso no es… 

 

Mello no quiso seguir hablando más y tiró los pantalones de Near hacia abajo, con fuerza. Near chilló e intentó volverlos a colocar en su lugar, pero el chico mayor se lo impidió, agarrándolo por sus frágiles muñecas con una sola mano por encima de su cabeza. 

 

Clavo sus dientes en la blanca y pura piel de Near, mordiendo fuertemente, frotando su lengua con fuerza en ese lugar para hacer más notoria la marca. 

 

Near cerró los ojos, mordiéndose los labios para no gritar, intentando escapar de aquella realidad, pero los toques de Mello le imposibilitaron hacer como que nada estaba pasando.

 

Las mejillas de Near se sonrojaron aún más, avergonzado cuando Mello agarró los bordes de su ropa interior. Su corazón latió con fuerza en el momento en el cual Mello tiró de ellos hacia abajo, dejándolo sin prenda alguna por debajo de la cintura. 

 

—Detente, Mello... ¡Basta! 

 

Pero el chico mayor no lo escuchó, y más bien desabotono la camisa del niño, recorriendo con su lengua cada centímetro de su pecho descubierto, bajando por su vientre hasta morder su cadera. 

 

Near jadeo y fue volteado violentamente hasta quedar boca abajo en el colchón, provocando que su corazón latiera con mayor intensidad.

 

Mello se quedó apreciando la blancura de la piel delicada de Near, sus bellas y largas piernas, y el trasero perfectamente pequeño y redondo del chico. No lo resistió y acarició con cuidado las nalgas de Near, masajeandolas suavemente y depositando pequeños besos en ellas. 

 

—N-no... Suéltame... —las mejillas de Near se pusieron más coloradas y se removió inquieto.

 

—¿Todavía no me tienes miedo? 

 

—No… 

 

Near pegó un pequeño grito cuando sintió las manos de Mello en cada una de sus mejillas y cómo las iba extendiendo hasta dejar expuesto su pequeño agujero rosado. 

 

—D-detente, Mello… Tu no quieres hacer esto… Y-yo no lo quiero así… basta, por favor. 

 

Las protestas de Near solo iban incentivando a Mello. 

 

—No quiero hacerlo así, Mello —suplico Near entre gemidos bajos al sentir como Mello acariciaba su trasero. 

 

—¿Es tu primera vez, Near? ¿Soy el primero en verte así? —susurro lujuriosamente, mordiendo el glúteo del niño. 

 

—No es divertido, déjame ir… ¡Mmh! —Near tembló violentamente, apretando una almohada entre sus manos. 

 

—Eres tan débil. Cualquiera podría aprovecharse de ti... —Mello pasó la lengua por la pequeña abertura y Near gimió en voz baja, estremeciéndose —. Pero yo seré el único que te tendrá… Eres mío. Solo mío —introdujo su lengua, saboreandolo. 

 

Near tragó saliva, no pudiendo seguir hablando sin que un gemido lascivo abandonará sus labios. La sensación era extraña y ligeramente incómoda. Respiró profundo y apretó la almohada con más fuerza mientras iba sintiendo la lengua de Mello introducirse más profundo dentro suyo.

 

Temblando y luciendo perdido, no puso resistencia cuando Mello volvió a girarlo, acomodando sus piernas; abriéndolas de par en par y empujandolas para que estuvieran tocando su pecho, dejando su pequeño agujero expuesto. 

 

El sonido de Mello desabrochando sus pantalones fue lo que hizo brincar a su corazón y hacerlo latir desenfrenado. 

 

Mello se inclinó para apoyar sus labios contra los de Near. 

 

—D-detente… ¡No! —Near no dejo de patear y retorcerse, intentando liberarse a pesar de los gruñidos de advertencia de Mello.

 

—No luches, Near… será peor —hablo Mello con una ronca y fría voz. 

 

Repentinamente Mello penetró uno de sus dedos en Near, ocasionándole un quejido de dolor y un sollozo.

 

—Estás muy apretado… Apenas puedo mover mi dedo —hablo Mello, completamente maravillado por aquellas cálidas y rosadas paredes que apretaban muy bien su dígito. 

 

Near tragó saliva y se mantuvo quieto, aguantando las lágrimas, temiendo moverse mientras una parte de Mello estaba dentro suyo. Él no quería hacerlo de ese modo, no era el momento ni el lugar para que tuvieran coito, ¿pero cómo podría detenerlo? 

 

Los minutos pasaron y Mello ya había insertado dos dedos más, deleitándose con los húmedos ruidos de succión que se escuchaba con cada movimiento, sin darle tiempo a Near de acostumbrarse.

 

Un pequeño grito de dolor escapó de los labios del niño albino cuando Mello separó los dedos en su interior, provocando que unas lágrimas corrieran libremente por sus mejillas sonrojadas. 

 

—Near… Mi Near… Mi dulce niño —susurra el rubio mientras repartía besos por el tierno rostro del albino; en su barbilla, mejillas, nariz, párpados y frente, apretando la delgada cintura desnuda del chiquillo con una mano.

 

Luego de un tiempo, un gemido brotó de los labios del chico menor, frustrandose consigo mismo por comenzar a sentir un calor intenso recorrer su cuerpo, comenzando a gustarle como Mello iba moviendo sus dedos cada vez con más intensidad, ocasionando que sus caderas se movieran en sincronía, deseoso de que le meta más profundo aquellos dígitos que lo hacían sentir malditamente bien. 

 

—Si pudieras verte, Near —jadeo con dureza, besándolo pausadamente en los labios —. Eres hermoso… —el pequeño de ojos grises sintió que el calor subía con más intensidad a su rostro por el cumplido. 

 

Mello sacó sus dedos y se acostó encima del albino, ambos notando como el corazón del contrario latía con fuerza.

 

Near abrió enormemente los ojos al sentir algo duro y extremadamente caliente frotándose contra su entrada. 

 

—Para, no —esas palabras salieron rápido de sus labios, sonando silenciosas y asustadas por la presión que sintió en ese lugar —. Así no… 

 

Mello acortó la distancia que los separaba y lo besó con necesidad, emitiendo un gemido contra los labios del menor al estar por fin dentro de Near. El placer que recorría su cuerpo era intenso, haciendo que quisiera mover locamente sus caderas. 

 

Near sollozo adolorido por la brutal intromisión a su cuerpo y pateó sus piernas infelizmente, intentando alejar al chico mayor. 

 

Un movimiento de su pelvis provocó que Near se mordiera el labio inferior con fuerza, soportando que Mello comenzará a moverse, saliendo y entrando dentro de su cuerpo con embestidas que poco a poco comenzaron a tomar más velocidad, haciéndose más rápidas e intensas.

 

Dentro de la habitación de Near solo podía escucharse el sonido de unos cuerpos chocando acompañados de unos gruñidos masculinos. 

 

Near no podía más, quería gritar, y es que jamás pensó que dolería tanto. Mello lo mantenía abrazado entre sus fuertes brazos, apegándose completamente a él para aumentar la rapidez en sus embestidas.

 

Quiso aguantar por Mello… pero ya no podía más.

 

Cuando Mello deslizó su miembro palpitante y húmedo hasta que solo la punta estuvo dentro, y luego balanceó sus caderas hacia adelante, penetrandolo hasta el fondo de una sola estocada… Ya no pudo reprimirse más. 

 

Mello se congeló al escuchar el grito de Near. 

 

Un grito de genuino dolor.

 

Soltó al niño y se incorporó apoyándose en el colchón con las palmas de sus manos. 

 

Lo miro… 

 

Near tenía el rostro bañado en lágrimas, mejillas sonrojadas por el llanto, y sus ojos brillando dolidos y luciendo cristalinos, soltando débiles sollozos.

 

Se estremeció.

 

Una ola de náuseas invadió el cuerpo de Mello. ¿Qué mierda estaba haciendo? 

 

Se alejó del cuerpo de Near como si quemara, sacando su erecto miembro del interior del niño albino. 

 

En ese momento algo se agitó con fuerzas dentro de él...

 

Fue en ese momento que la simple idea de imaginar sus fluidos viscosos llenos de lujuria dentro de Near le resultó algo totalmente asqueroso. 

 

Se suponía que Near debía continuar siendo un niño hermoso e inmaculado; cómo un hermoso ángel. 

 

¿Qué mierda estaba haciendo?

 

—¿M-Mello? —llamó tímidamente el niño pequeño, tirando de las sábanas para cubrir su desnudez, ligeramente aliviado de ya no sentirlo dentro de su cuerpo pero preocupado por la expresión aterrorizada del chico. 

 

—Y-yo… lo siento, Near… Lo siento...

 

Near separó los labios para hablar pero Mello huyó de la habitación sin escuchar lo que diría, sintiendo mucho asco hacia sí mismo. 

 

[...]

 

Mello agarró su bolso y comenzó a llenarlo con todo lo que necesitaba; en su mayoría ropa y barras de chocolate, su cepillo de dientes, toallas, peine y demás cosas pequeñas. 

 

Se colocó su chaqueta y se colgó el bolso al hombro, caminando en silencio por última vez por los pasillos del orfanato. 

 

—No hay marcha atrás… —murmuró mientras salía al frío exterior. Avanzo a pasos lentos hacia la salida, pero se detuvo unos instantes para voltear a ver hacia la habitación del chico que quería con todo su corazón —. Esto es lo mejor… Adiós, Near… 

 

Siguió caminando, atravesando la reja con pasos seguros pero su corazón sintiéndose disconforme. 

 

—Mello —la repentina voz a su derecha paralizó al rubio, quien volteo el rostro y quedó sorprendido al ver la pequeña figura de Near fuera del establecimiento, apoyado de espaldas contra uno de los muros —. No te vayas, por favor... 

 

La suave voz de Near lo detuvo unos segundos, pero reanudó su andar poco después, no podía hacerle caso a Near. 

 

—Mello, no te vayas —repitió suplicante una vez más, avanzando hacia Mello y sujetando con fuerza su brazo —. No me dejes… N-no lo hagas, te lo suplico… 

 

Mello tragó saliva al escuchar como la voz de Near se rompía, pero no lo miro, se mantuvo dándole la espalda. 

 

El mayor no respondió o siquiera sé escuchó algún sonido venir de él, por lo tanto Near continuó hablando: 

 

—M-mello... Yo... yo no quiero... que tú te vayas... —logro decir con dificultad por su llanto. 

 

Mello se mordió el labio y, no soportando escucharlo llorar, se acercó a besar al niño albino, suavemente, tomándose su tiempo para grabar en su memoria el sabor y la textura de los labios de su pequeño amor. 

 

Al menos quería irse con el recuerdo de sus dulces besos. 

 

—Ya viste lo que pasó —susurró al separarse —. No podré detenerme, Near. Seguiré queriendo hacerte mío.

 

—No me importa. Hazlo —hablo con una mirada seria; mostrándose decidido, temerario y audaz.

 

—No sabes lo que dices, no es bueno. 

 

—Solo sé que quiero a Mello a mi lado. Si tengo que soportar que me estrujes en la cama para tenerte, entonces que así sea —hablo con determinación. 

 

Mello suspiró. No comprendía porque Near quería continuar estando a su lado después de lo que le hizo. 

 

¿Acaso él…?

 

—¿Me amas? —preguntó finalmente, llegando a la conclusión de que Near siente algo hacia su persona por esa insistencia suya. 

 

—¿Tú me amas, Mello? 

 

Los ojos grises se clavaron en el suelo, en espera de una respuesta… tenía miedo de lo que podría escuchar, pero tenía que saber si Mello sería sincero en su respuesta o si le mentiría. 

 

Mello guardó silencio por unos instantes pero luego se animó a decir lo que siempre quiso decirle. 

 

—Eres la única persona que hace latir mi corazón —confesó, bajando la mirada —. Desde siempre… tú eres su único dueño.

 

Los ojos de Near se llenaron de lágrimas de felicidad y sus pómulos se tornaron rosas. 

 

—Te estabas tardando —musito Near con una leve risa —. Si me amas… entonces quédate conmigo, no me dejes solo.

 

El rubio negó con la cabeza. 

 

—No funcionará. Entiende, Near... 

 

—No lo sabremos a menos que lo intentemos… Mello, no tienes que dejarme... Podemos estar juntos... —la voz quebrada de Near suplico, aferrándose a las ropas del rubio —. Yo podría irme contigo.

 

—Soy egoísta… —Mello intentó zafarse del agarre pero Near no cedió —. Si te quedas conmigo… No voy a querer que estés con nadie más, Near, voy a quererte solo para mí...

 

Al escuchar aquellas palabras una suave sonrisa adorna las facciones infantiles y tiernas del albino. 

 

—Pero Mello… ¿Cómo voy a estar con alguien más si yo solo te amo a ti? Si yo solo tengo ojos para ti… —dejó escapar algunas lágrimas, avergonzado —. No me apartes de tu lado, no lo soportaría… Estar sin ti… me estarías matando, Mello, entiende… 

 

El rubio se acercó al niño de apariencia angelical hasta que estuvo solo a unos pocos centímetros de distancia. 

 

—También a mí… —confesó a pocos centímetros de los labios del más bajito —. Yo mismo me estoy muriendo por dentro al dejarte… 

 

Mello agarró suavemente el mentón de Near y lo hizo alzar la mirada. La expresión de Near se suavizó y ambos fueron cerrando los ojos mientras iban acercando sus rostros, fundiéndose en un beso lento, calmado y cariñoso, repleto de amor y deseo. 

 

Sus corazones latieron con fuerza mientras ambos compartían ese beso apasionado y dulce. 

 

—¿Me llevarás contigo? —preguntó Near una vez que finalizaron el beso, pero sin apartarse, rozando sus labios delicadamente. 

 

Mello se mordió el labio, sintiendo un caos en su interior. 

 

—Igual, lo que sea que contestes no me importa. Da la casualidad de que yo tampoco quiero el puesto y me gustaría ir a conocer el mundo y oh, sorpresa —Near abrió sus ojitos, pestañeando y poniendo una expresión de asombro —, estás eligiendo el mismo camino que yo iba a tomar… —lo miró con cierta diversión en su mirada y sus labios finos y rosados se curvaron hacia arriba en una traviesa sonrisa —. Esto si que es una casualidad… 

 

—Near...

 

—Mello, si o si me tienes que dejar ir contigo… Deseas lo mismo que yo... que esté junto a ti —hizo notar —. Abandona ese estúpido miedo que te impide llevarme porque yo no pienso renunciar, yo no pienso perderte… porque te amo y no volveré a tener miedo de lo que pueda pasar… Ahora que sé que me amas… 

 

Mello lo miró unos instantes y luego bajó la vista con una mueca de ansiedad.

 

—No comprendes que lo único que quiero es protegerte, Near. 

 

—No necesito que me protejas… te necesito a ti… 

 

Mello entrecerró los ojos con duda y Near lo miraba insistentemente. 

 

Luego de un rato Mello asintió débilmente con la cabeza. 

 

La sonrisa que apareció en el rostro de Near fue la más hermosa que vio en su vida. 

 

[...]

 

Se dirigieron a un motel y pidieron una habitación, Mello se encargó de todo mediante su encanto, carisma y maravillosa apariencia para engañar a la mujer de la recepción, quien le entregó la llave luego de que Mello le mintiera y le contará una historia bastante convincente para poder registrarse en ese establecimiento. 

 

Mello metió la llave en la puerta de su habitación con algo de dificultad, ya que la cerradura era algo vieja.

 

Al entrar, Mello observó el lugar e hizo una mueca de desagrado, se veía bastante sucio. Era un departamento pequeño con tan solo una habitación y un muy pequeño baño con solo lo básico. 

 

Estuvo a punto de ir a pedir un cambio, pero Near simplemente entró al cuarto y corrió hacia la cama, acostándose cómodamente de espaldas, sin quejarse del horrible lugar, más bien se le veía contento y emocionado. Mello arrugó ligeramente la nariz y casi lo agarra de la muñeca para sacarlo de esa desagradable cama que venga a saber cuántos se acostaron en ella, pero la tierna mirada de su pareja lo detuvo y simplemente suspiro, dejando los bolsos en el suelo y la mochila repleta de juguetes de Near en la mesita de luz. 

 

Enserio le dió mucho asco ver a su pareja acostarse en esa sucia cama usada pero no tenía que ponerse quisquilloso, eso sería temporal. Near y él conseguirían algo mejor con el tiempo. 

 

Casi se le para el corazón cuando vio a una enorme y gorda cucaracha salir por debajo de la cama. 

 

Near fue quien lo mató sin problemas y Mello puso una cara de horror.

 

—Al menos no era una voladora… —exclamó Near, tirándolo a un bote de basura con una expresión indiferente. 

 

Mello quiso largarse a llorar pero se contuvo lo mejor que pudo, sentándose al borde del colchón.

 

No podían irse a otro sitio más cómodo y desperdiciar lo poco que tenían, debían soportarlo y vivir en ese pequeño departamento de ese horrible lugar lleno de delincuentes. 

 

Definitivamente no dejaría salir a Near por nada del mundo, se lo comerían vivo. 

 

Near se fijó en el semblante algo triste de Mello y se acercó a él, abrazándolo suavemente por detrás, apoyando su frente contra la espalda del chico mayor. 

 

—Estoy bien, Mello... Este lugar es perfecto para mí... Porque estás tú…

 

Mello sonrió suavemente y apartó los brazos de Near de su cuerpo para poder girar y voltear a verlo. 

 

—¿No te arrepientes?

 

—No, te eligió a ti por sobretodo, Mello —los ojos grisáceos lo contemplaron con adoración y cariño —. Eres lo más importante que tengo, que me ames es lo único que quiero y necesito. 

 

Mello sonrió débilmente, aún no estaba seguro de si hizo lo correcto al traer a Near consigo, pero estaría mintiendo si dijera que no se sentía feliz al tenerlo a su lado. 

 

—Uh, Mello… —Near puso expresión acongojada —, soy garrapata necesitada. 

 

El chico mayor arqueo una ceja. 

 

—¿Qué significa eso?

 

—Que tengo hambre.

 

[...]

 

Mello agarró el plato lleno de empanadas de jamón y queso; y se lo dió a Near, quien lo tomó y le hizo un espacio al rubio en la cama. El chico mayor se subió arriba del colchón con las piernas abiertas para que Near se acomodará entre ellas. 

 

Near sonrió suavemente, gateando hasta estar entre las piernas de Mello, acurrucándose contra el pecho del rubio con sus rodillas apretadas contra su pecho, acomodándose en los brazos del chico; ambos comiendo lo que previamente Mello fue a comprar. 

 

Luego de acabar de comer, ambos se acurrucaron debajo de la manta y estuvieron simplemente contemplándose. 

 

Near no se sentía para nada mal, todo lo contrario, estaba feliz por estar con Mello. No le importaba el lugar ni las carencias que iban a sufrir, porque siempre y cuando Mello estuviera a su lado, él se daba por bien servido. 

 

—Por la mañana… —Near se acercó a besarlo suavemente —, quiero que hagamos el amor —al ver qué Mello iba a negarse continuó; —. Mello, deja de torturarte con lo que pasó. Era mi primera vez y aunque hubieras sido delicado, de todas maneras me hubiera dolido… No dejes que me quedé con esa experiencia, por favor. 

 

—Eres persistente —Mello suspiro, acariciando con sus dedos los labios del niño —. Si lo hacemos… y sientes que te duele, me lo dirás al momento. 

 

Near sonrió. 

 

—De acuerdo… 

 

Ambos se abrazaron y durmieron, conciliando fácilmente el sueño al sentirse muy cómodos con el calor del otro.

 

[...]

 

Near gimió cuando sintió las manos de Mello despojándolo de sus prendas.

 

Mello se deshizo de sus propias ropas ansioso y encarceló el cuerpo desnudo del pequeño entre sus brazos y piernas, robándole el aliento en un fogoso y voraz beso, en dónde bebía de su dulce saliva y se adueñaba de sus suspiros y quejidos. 

 

Near estaba acostado en la cama, completamente desnudo de la cintura para abajo. Solo llevaba puesta su camisa, que Mello había subido para dejar a la vista sus bonitos y rosados pezones.

 

Con los segundos que pasaban, la ola de calor que burbujeaba bajo su piel de alabastro no se iba, más bien iba aumentando. 

 

Mello agarró las muñecas de Near, presionandolas arriba de su cabeza con una sola mano y lo besó abruptamente, con la pasión en su más alto grado de expresión. 

 

Las mejillas del muchacho albino se pusieron coloradas al sentir como Mello iba preparando su entrada. 

 

Un dedo, movimiento lento; un segundo dedo, penetraciones más rápidas y separación de los dígitos; un tercer dedo, penetración más profunda. 

 

Un agradable cosquilleo recorrió su columna vertebral cuando Mello movió más rápido sus dedos, sintiéndose muy caliente y con una enorme necesidad de sentir algo más grande. 

 

Mello mordió la mandíbula de Near, presionando fuertes besos en esa zona y pasando su lengua por el cuello del niño, deslizándose hacia abajo para lamer uno de sus pequeños botones rosados.  

 

Near comenzó a mover sus caderas, frotando su cuerpo contra el de Mello. 

 

—Hazlo, por favor… Mello, quiero sentirte… —un gemido necesitado escapó de sus labios hinchados por los besos.

 

Mello soltó un gemido ronco. El verlo respirar tan agitadamente debajo suyo, mirándolo con sus tiernos ojos tan desesperadamente y moviéndose para ocasionar más fricción entre sus cuerpos… lo estaba haciendo perder la cordura. 

 

Mello lo atrajo de las mejillas hacia él para robarle un beso, jugando con sus labios y mordiendolos.

 

Fue presionandose dentro.

 

Mello tuvo que apretar los dientes para no embestirlo con fuerza. La sensación era increíble. Near era muy apretado, suave y cálido por dentro.

 

—Ah… —jadeo el menor, sintiendo como el chico mayor iba pasando su apretado anillo de músculos —. Haah —se estremeció y jadeó ruidosamente cuando Mello se metió por completo dentro suyo. 

 

Un dolor agudo azotó su pequeño cuerpo, pero Near se abrazó a Mello y lo soportó de la mejor manera que podía.

 

—Nh... Uh... —se mordió los labios, dejando que unas cuantas lágrimas resbalaran por sus coloradas mejillas.

 

—¿Te duele? 

 

—U-un poco… Solo dame un momento.

 

Mello lo obedeció, simplemente dedicándose a acariciar su cuerpo y besarlo dulcemente en los labios. 

 

Poco a poco Near se fue relajando en los brazos del rubio.

 

El niño de cabellos blancos jadeó cuando Mello comenzó a moverse, con empujones lentos y suaves. Los dos gimieron en la boca del otro, pues no habían dejado de besarse mientras Mello lo ayudaba a relajarse. 

 

—Puedo sentir tu interior… Tan caliente y apretado —susurro lujurioso Mello, moviendo sus caderas en círculos, gozando de cómo el esfínter de Near lo apretaba tan deliciosamente.

 

Golpeó hacia adelante con una fuerte embestida que hizo temblar al pequeño. 

 

Near suspiró suavemente y gimió de placer, extendiendo sus blancas piernas para darle más espacio a Mello. El rubio encima suyo gruñó de placer por esa acción que despertó más aún su libido, y se acercó bruscamente a su pequeño amante, empujando con fuerza sus caderas para meterse más adentro de él, obteniendo un tarareo de aprobación del chico de cabello blanco y que un escalofrío recorriera su columna vertebral porque tocó su punto dulce.

 

Melo aumentó la velocidad de sus embestidas, fue tanta la fuerza con la cual lo follaba que Near se vio obligado a levantar sus brazos por encima de su cabeza para impedir que su cabeza chocará contra la cabecera de la cama, que comenzó a crujir debajo de ellos ante las salvajes y entusiastas embestidas. 

 

Un jadeo entrecortado salió de los labios rosados del menor, quien dobló los dedos de sus pies por el intenso placer que atacaba su cuerpo, temblando de éxtasis. Babeo un poco y contuvo un grito de placer mordiéndose los labios, su rostro se encontraba rojo por el placer y la emoción que sentía. 

 

Ambos hicieron el amor entre sesiones largas e intensas de besos, con Near apartándose brevemente por los empujones frenéticos y profundos dentro suyo que lo hacían soltar jadeos silenciosos y gemidos ahogados.

 

Los músculos de Near se apretaron alrededor del pene húmedo del rubio, que palpitaba dentro de él. 

 

—¡Ah! Y-ya no puedo, Mello… —chillo Near, apretando las sábanas entre sus pequeños dedos.

 

Las contracciones de Near presionaron aún más su pene, lo sabía, Near ya iba a llegar. Dejando la poca gentileza que le quedaba aun lado, y apretando fuerte las caderas de Near, se movió hacia atrás para luego penetrar con fiereza en ese caliente agujero, dando fuertes y duras estocadas, una tras otra.

 

—¡Aaah! —Mello se movía dentro de él con salvajismo y ferocidad —. ¡Anh! Uah… Ah, ah, M-Mello… creo que ya voy a… —Near llegó al límite, eyaculando sobre su vientre rosado con un fuerte grito de placer, temblando por la deliciosa sensación.

 

Mello lo siguió hasta el orgasmo con un grito ahogado, apretándose contra su cuerpo y llenando sus entrañas con su viscoso y caliente semen.

 

Near jadeó ruidosamente por la sensación del líquido caliente de Mello vertiéndose en su recto.

 

Mello gruñó de placer y miró a Near, agarrándolo de los cabellos para darle un largo y húmedo beso, reclamando sus labios urgentemente, casi rompiéndole la boca por la brusquedad empleada. Near no se quejó, simplemente movió sus labios hasta que sus pulmones le exigieron traer oxígeno nuevamente.

 

Respiraron pesadamente al separarse y se dieron un último beso, profundo, lento y amorosamente intenso.

 

Near estaba sonriendo divertido cuando se apartaron, sus mejillas yacían ruborizadas, e inclinó la cabeza hacia Mello, depositando un suave beso en la mejilla del mayor, haciéndolo sonreír. 

 

Mello se apartó y salió de su interior a regañadientes. Por él se quedaría dormido dentro de su novio, pero no quería sobreexigir a Near, sabía que tenía un cuerpo poco resistente.

 

El niño pálido arrugó ligeramente el rostro al sentir la falta de su calor, haciéndole apretar los labios por la leve incomodidad que le produjo eso. 

 

—Eres tonto, perdiste la oportunidad de tener una segunda ronda —hablo con un leve tono de mal humor, consolandose un poco al sentir sus entrañas calientes por el semen del rubio. 

 

—Near… —beso su pequeña nariz, acariciando los costados de su cuerpo —. Nada me gustaría más que hacerte el amor una y otra vez hasta quedarme sin fuerzas, pero todo a su debido tiempo… —suspiro agotado, dejándose caer en la cama.

 

Near miro el semen salir dentro suyo y tarareó suavemente. 

 

—Me siento pegajoso —dijo Near repentinamente. 

 

Mello abrió un ojo, mirando a Near y luego sus muslos cubiertos de un líquido cremoso y traslúcido. 

 

—Uh, si, supongo que la próxima vez usaré condón. 

 

Near resopló un poco, se sentía algo incómodo estando así y no se creía capaz de dormir plácidamente con ese pegote entre sus piernas. Quería tomar un baño. Ya. 

 

—Ducha —exigió mirando a Mello. 

 

Mello se rió suavemente y se levantó con un suspiro. 

 

—Vamos, mi ternurita —hablo con excesiva dulzura, como si le estuviera hablando a un bebé, mientras cargaba a Near. 

 

El pequeño albino frunció el ceño pero no dijo nada, de todos modos era placentero y agradable ser llevado en brazos por Mello. 

 

[...]

 

Mello dejó a Near sobre la cama, con una toalla envuelta alrededor de su cuerpo. Agarró una más pequeña y comenzó a secar la cabellera blanca de su novio. 

 

Una vez que terminó, presionó dulcemente sus labios contra los de él.

 

Los pómulos de Near adquirieron un tono rosa. Mello sintió una enorme calidez en su corazón al verlo y volvió a besarlo, acariciando el rostro del niño con dulzura. En ese segundo beso Near lamió el labio inferior de Mello, quien rápidamente entreabrió los labios y ambos se fundieron en un beso más apasionado. 

 

Una vez que Near sintió que era demasiado, se apartó, esbozando una pequeña sonrisa sincera y linda, con sus ojos brillando de amor.

 

A Mello le sorprendió como una simple sonrisa de su pareja pudiera hacerlo sentir tan feliz. Le dió un último beso y se apartó para buscar sus ropas. 

 

—Y entonces… ¿Cuál es el plan? —preguntó suavemente Near, retorciendo un mechón de su cabello húmedo. 

 

Mello lo miro y suspiro, deteniéndose en su búsqueda y agachándose para envolver sus brazos alrededor de la pequeña y delicada figura de Near.

 

—Conseguir dinero para irnos lo más lejos que podamos —dijo mientras agarraba su pequeña mano y la besaba gentilmente. 

 

—Me parece bien —Near se acurrucó contra Mello y ocultó su rostro en el pecho de este, cerrando sus ojos y suspirando satisfecho al sentir el calor del cuerpo del mayor. 

 

Mello olfateo el cabello blanco como azúcar que estaba húmedo, sonriendo contra ellos al sentir el olor a manzana de su shampoo.

 

—Mañana es tu cumpleaños… —Mello fue acostando a Near en la cama, acariciando su tersa y blanca piel —, tu regalo serán muchos besos en la boca… y que te haga llegar al orgasmo tantas veces que perderás la cuenta… 

 

Near se escandalizó cuando Mello le arrebató la toalla, miró hacia otro lado, temblando y sonrojado, luego frunció el ceño con decisión y acercó sus labios rosados hacia los de Mello, besándolo tiernamente. 

 

Mello se quitó su toalla y ambos gimieron por la exquisita sensación de sentir sus cuerpos desnudos juntos, compartiendo su calor. 

 

—Te amo, Near… 

 

Near se sonrojó aún más, sin poder decir nada porque Mello nuevamente le robó el aliento con un beso apasionado y voraz. 

 

Los dedos de Mello se deslizaron por los muslos lechosos de Near, él no le impidió sus toques, y fue abriendo sus piernas para tomar un lugar entre ellas, guiando su miembro húmedo y palpitante por el estrecho anillo de Near, hundiéndose lentamente dentro. 

 

Los dos soltaron un sonoro gemido de satisfacción por la sensación, Near se abrazó a Mello y este comenzó a moverse con estocadas lentas y suaves, ambos contemplándose con los ojos entrecerrados, acercando los labios contra los contrarios para compartir besos y mordidas dulces. 

 

Al cabo de un rato Mello comenzó a embestir contra el niño de cabellos albinos a un ritmo despiadado, haciéndolo suspirar felizmente y ronronear de genuino placer. 

 

Near disfruto volver a ser uno con él, pero ahora tendría que tomar un segundo baño. 

 

[...]

 

Near se encargó de juntar dinero resolviendo casos sencillos, algunos menores y otros de gran magnitud.

 

Mello fue quien juntó más dinero, metiéndose en juegos de póquer y reuniendo millones de dólares. Se las arreglo muy bien para obtener altas ganancias en el casino. 

 

Les llevó tres años reunir la suficiente cantidad que necesitaban para vivir como reyes, y luego de pensarlo mucho decidieron irse a Hallstatt, Austria. 

 

Al llegar ahí fueron al hotel Heritage, eligiendo una habitación con balcón y con vista al lago.  

 

Near salió al balcón y miro embelesado el paisaje, admirando el bello amanecer en el lago. Se distrajo pensando en que sería lindo sacarse una foto en ese lugar que no sintió en qué momento apareció Mello, envolviendole la cintura con los brazos y apoyando el mentón en su hombro izquierdo. 

 

—¿Te gusta? 

 

—Tu me gustas —hablo Near con mucha ternura, acariciando las manos de Mello que estaban entrelazadas alrededor de su vientre.

 

—¿Te arrepientes? El caso que nos dieron hace tres años...

 

—Confiaré en las habilidades de Matt y Linda para resolverlo, confío en que los dos podrán hacerlo bien. 

 

—¿No te comunicarás con ellos? —pregunto depositando besos en su suave mejilla.

 

—Es peligroso, cualquier mínimo descuido y conocerán nuestra ubicación —Near se giró y quedó frente a frente con Mello; sonrió tiernamente, con sus mejillas levemente sonrojadas y una mirada que decía: ¿Cómo puedo amarte tanto? —. Quiero ser egoísta, Mello... Y solo estar aquí, contigo, simplemente viviendo —rozo traviesamente los labios ajenos con los suyos —. Ahora solo bésame. 

 

—Eres una pequeña mierda muy consentida —rió Mello, agarrando suavemente las mejillas de su novio y plantando un tierno beso en sus labios, marcando un ritmo lento y calmado, disfrutando de la sensación. 

 

—Lo sé —reconoció entre las pequeñas pausas que hacían para coger un poco de aire y volverse a besar. 

 

Near se había vuelto una persona que se expresaba de una forma más libre; no ocultaba ninguno de sus sentimientos, sobretodo con Mello, con quién era absolutamente tierno y abierto. 

 

Se separaron con un pequeño hilillo de saliva que aún los unía, Near lamió sus labios con una sonrisa torcida y Mello le dió un beso de piquito en los labios. Se sonrieron y entraron a la habitación tomados de la mano. 

 

La habitación era amplia y espaciosa, muy bien equipada y espectacularmente decorada. 

 

La mirada de Mello se detuvo en la amplia y cómoda cama en dónde dormiría junto a su Near. 

 

—La cama se ve bien. 

 

Al escuchar las palabras de su novio, Near miro lo cómodas que se veían tanto la cama como sus almohadas.

 

—Si, luce bien —estuvo de acuerdo. 

 

—¿Te gustaría estrenarla? 

 

Near captó el tono seductor que usó Mello y una pequeña sonrisa apareció en su rostro de porcelana, junto a un indicio de un rubor en sus mejillas. 

 

—Si... 

 

Mello no perdió tiempo luego de la afirmación de Near y se acercó a la pequeña figura de su novio para cargarlo en sus brazos. Near envolvió sus piernas alrededor de la cintura de Mello y sus brazos envolvieron el cuello de él, ambos simplemente mirándose a los ojos con mucho amor para luego eliminar la distancia y besarse apasionadamente, con Mello llevándolos hacia la cama, dónde se dejó caer junto a Near en la mullida superficie; sin separar ni por un momento sus bocas mientras iban proporcionandose caricias tiernas y dulces. 

 

—Te amo, Mello... —gimió el menor mientras iba desabotonando su camisa. 

 

—Yo también te amo, Near... Mucho, te amo mucho... —jadeo Mello, besando la piel descubierta de su pareja; su pecho, hombros y cuello, sin seguir un camino, solo dejando millones de besos dulces, húmedos, sutiles y delicados en ese niño de ojos preciosos que adoraba con todo su corazón. 

 

Se desvistieron mutuamente, proporcionandose muchas caricias y toques ardientes, girando en la cama entre besos como dos seres traviesos que quieren jugar. 

 

Mello terminó tendiendo a Near boca arriba en la cama, observando con atención aquellas tiernas y exóticas expresiones de su pequeño amante; tan únicas y hermosas. 

 

El pequeño albino le sonrió seductoramente mientras abría sus piernas, prácticamente invitándolo a poseerlo. 

 

Mello lo miró a los ojos de forma juguetona y agarró la pierna de Near para colocarla en su hombro. Alineó su pene en la entrada del chico debajo suyo. 

 

—Estás muy impaciente —hablo ronco en su oído, besando su mejilla sonrojada —. ¿Tanto me deseas? —Mello mordió su mentón. 

 

—De la misma manera que tú me deseas a mi… 

 

Near contuvo un fuerte gemido al sentirle dentro de él de improviso, llenándolo completamente y chocando duro contra su próstata. Su cuerpo se sacudió y buscó los labios de Mello para besarlo al mismo tiempo que este comenzaba a penetrarlo con entusiasmo; sacando y metiendo su erecto pene en el acogedor cuerpo del albino. 

 

Dentro de esa habitación solo se escucharon gemidos, jadeos, suaves quejidos provenientes de Near, gruñidos y el rechinar de una cama mientras sus respiraciones eran más intensas, entregándose completamente al otro. 

 

No pararon hasta llegar juntos a ese anhelado paraíso una y otra vez, amándose y sintiéndose felices por finalmente estar alejados de todos, de su antigua vida.

 

Al acabar, Mello miró con una sonrisa lasciva el cuerpo desnudo, rosado, sudoroso y brilloso de su pequeño, con el torso manchado de una sustancia blanca y su respiración acelerada. 

 

—Near… —Mello beso la mejilla sonrojada del chico debajo suyo.

 

—Mmh… —Near hizo un pequeño ruidito para que supiera que lo escuchaba.

 

—¿Vamos a explorar? 

 

—No —dijo con firmeza, abrazándose al rubio y tirándolo de espaldas en la cama para poder subirse encima y acurrucarse en su pecho, sin querer nada más que dormir junto a la persona que amaba —. Aún no. 

 

Mello se rio entre dientes, besando su cabecita y envolviendo sus brazos en la pequeña cintura del chico.

 

—Bien, bien —canturreo, cerrando sus ojos para dormir junto a Near.

 

Después de todo, tenían todo el tiempo del mundo para amarse y vivir la vida que querían compartir por siempre… 

 

Ahora mismo solo eran simplemente dos almas que decidieron juntarse, permaneciendo unidas, olvidando aquel pasado en dónde fueron obligados a estar en una competencia que solo les hacía daño… Dejando todo atrás, porque decidieron amarse por encima de todo. 

 

Adiós, Wammy. Adiós, Roger. Adiós, Watari. Adiós, L. Adiós, a todas las personas que conocieron en aquel orfanato.

 

Hola, nueva vida.

 

The end.

 

~Durmamos abrazados, gocemos de esos minutos de silencio antes de dormirnos, cerrando los ojos con besos y caricias, despidiéndonos para volver a encontrarnos con la mirada en el amanecer~

Notas finales:

Cada día que pasa amo más al Meronia u/u me gusta mucho, mucho, muchísimo, fue la cura para mí destrozado corazón :'u y... prometo ya dejar el tema de la casa de Wammy jsjsjsjs es que esa chica no deja de hacerlo y no me parece justo que no haya más fics Meronia de eso! >.< Creo que haré unos dos más y luego se acabó u.u a menos que tenga un sueño loco que me dé una idea ejem ejem (? Pero sinceramente ahora solo quiero escribir fics de comedia y que sean solo dulces :'3 ah! Casi lo olvido! La parte en dónde Mello dice que le daría asco imaginar sus fluidos dentro de Near salió de mi canal favorito de YouTube: Rayo Confuso. Vean el resumen de Candy Candy! Es muy divertido! 

Gracias por leer, son unas diosas y personitas increíbles <3 


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