A Akihiko se le fue el color del rostro al ver a Ijuuin Sensei inconsciente y lo alzó de la solapa de su saco para confirmar que era él.
—¿P..pero que mierda haces aquí? Esto de seguro es un mal sueño, debo seguir dormido y tirado en mi departamento. ¡Aikawa ven a despertarme!
Usagi san miró a todos lados buscando a la pelirroja a punto de gritarle pero no sucedió.
—tsk....—sacudió a Kyo intentando que reaccionara— ¿Por qué de todos los japoneses viviendo aquí tenía que encontrarme contigo?
Lo dejó caer por la arena una vez más y al ver que no abría los ojos comenzó a hacer presiones por su pecho; una, dos, hasta seis veces antes de poner su boca en la de ese sujeto.
—¡Despierta inútil!
No había ningún cambio y Akihiko ahora si ya estaba preocupado.
—Reacciona animal ó tendré serios problemas. Vamos 1,2,3...ni creas que pondré mi boca en...
Akihiko se perdió por varios segundos viendo la apariencia del mangaka. El cabello y ropa negra de su enemigo brillaba a causa del la bioluminiscencia y su piel pálida relucía bastante con el agua. Ijuuin tenía la boca entreabierta mostrando sus labios rosados, unos perfectos dientes y Usagi san volvió a gritarle.
—¡Con un demonio, reacciona! ¡¿Quieres que te abofetee?! ¡¿Eso quieres?! Porque ganas no me faltan ¡Despierta!
No hubo cambio alguno; Usagi san presionó una vez más en su pecho y en contra de toda su "voluntad" se acercó hasta el rostro del mangaka y...
Kyo le escupió agua en la cara.
—¡Que asco!—
El mangaka tosió mientras intentaba coger todo el aire posible para llenar sus pulmones, sus jadeos eran muy fuertes al igual que el subir y bajar de su pecho.
Ijuuin llevó las manos a su cara tocándose de forma torpe, no podía hilar algún pensamiento coherente y solo veía el cielo lleno de estrellas.
Akihiko lo observaba atónito sin pronunciar palabra y esperó hasta que Kyo se diera cuenta de la situación.
—Mi...saki.
Usagi san hizo un gesto de desagrado al oír el nombre, ni siquiera muriendo ese mangaka inepto dejaba de recordar a su exnovio.
Al pasar de los segundos el dibujante dejó de jadear y volteó al sentirse observado.
Sus ojos casi se salen al ver a un hombre muy parecido a Akihiko Usami.
<Esto es una pesadilla>
—U..Usami Sensei..—dijo Kyo y volvió a desmayarse.
—¡Hey! No no ¡No te mueras! Bueno si quiero pero ¡no! ¡Maldición!
Usagi san echó a correr a su automóvil dejando al mangaka tirado en la arena para buscar su teléfono y llamar a los servicios de emergencia.
—¡¿Qué?!— preguntó Zen—No estoy entendiendo, hábleme más despacio porque creo que tanto champán ya se me subió a la cabeza.
—Le digo que Ijuuin Kyo tuvo un accidente y estamos en el servicio de urgencias del hospital de Tokio.
—Ay no, de seguro ese idiota quizo cortarse las venas con su estilete ó se bebió todas las tintas con las que hace el entramado de sus dibujos.
—No. No es por ese motivo pero si tragó agua y mucho alcohol. Le llamé porque es el primer contacto que se me vino a la mente después de Isaka san.
—Que vergüenza con usted Usami Sensei...iré en este momento a ver a Kyo san. Ya decía yo que no debía dejarlo solo estos días. Gracias por informarme; y ¿usted se encuentra bien? ¿Cómo es que sucedió?
—Sí, estoy bien, me encontraba paseado por la playa cuando un borracho muy adolorido y cantando horrible cayó al mar.
—Ese inútil de Kyo fue al bar de Matthew otra vez. Me disculpo por las idioteces que haya hecho o dicho el imbecil de mi autor.
—No se preocupe Kirishima san, al parecer todo esta bien y esperaré a que llegue para retirarme de aquí—esto último lo dijo Akihiko algo forzado.
—Se lo agradecería mucho, ya voy de salida de mi departamento. Gracias por todo Usami Sensei.
—Si, adiós.
—A..adiós.
Zen terminó la llamada y el osito Takafumi tuvo que quitarle el móvil de la oreja al verlo estático.
—¿Qué le sucedió a Ijuuin Sensei?
—E..ese loco de seguro quizo ahogarse en el mar.
—¿Tan mal quedó por lo de Takahashi?
—Si, debiste verlo como lloró cuando supo lo de su boda con el Usami mayor.
—Si algún día vuelvo a ver a Misaki le voy a dar una buena golpiza, una buena tunda que ni su hermano lo va a reconocer, en primera por dejarme con el trabajo botado y segunda por hacer que hombres idiotas quieran quitarse la vida. Ni que estuviera tan guapo ese mocoso inútil. Algo les dio ese pequeño bastardo para dejar a Ijuuin y Usami así de locos.
—¿Agua de calzón? o ¿como le dicen en otros países?
—No lo sé, pero será mejor que nos apuremos para ver a Ijuuin Sensei.
—¿Iras conmigo?
—Si, ya le mandé un mensaje a Onodera y Masamune para que vengan a cuidar a Hiyori y aceptaron con mucho gusto.
Kirishima sonrió al ver a su osito tan atento y cogió su abrigo para salir a toda prisa.
Misaki apagó el televisor muy apresurado al ver a Haruhiko entrando a su departamento y el arquitecto se sorprendió.
—¿Qué haces despierto a estas horas Misaki?
—H..hola cariño, no pensé que regresarías tan pronto de Hokaido. Te esperaba hasta la tarde y decidí ver un poco de televisión porque no podía dormir.
—Adelantaron la comida con los ejecutivos y en cuanto terminó me dispuse a viajar para verte. Te extrañaba demasiado Misaki.
Haruhiko acortó la distancia para abrazarlo sin pasar por alto que Misaki justo estaba viendo el canal donde transmitieron el evento de su hermano Akihiko.
En la última semana no se hablaba de otra cosa que no fuera su próxima boda o el reconocimiento que recibiría su hermanastro por los miles de copias vendidas de su libro.
—Te amo Misaki, estoy impaciente por nuestro matrimonio. Cuento los minutos para que por fin me pertenezcas como mi esposo ¿No te ocurre a ti lo mismo?
—Si, también estoy deseando que llegue ese día con mucha emoción ¿Quieres un poco de té?
Misaki le acarició el rostro y después un beso se situó en sus labios.
Haruhiko se emocionó por la muestra de afecto y cargó a Misaki para girar con él varias veces por la sala.
Takahashi reía por lo divertido de la situación pero también con algo de nostalgia después de ver a Usagi san muy reluciente en la conferencia que brindó para reporteros y sus fans.
Tenía que aceptar que Akihiko Usami se veía bastante recuperado después de su traición o al menos eso le hizo creer y Misaki se sintió extraño al percibirse olvidado por el hombre que le dijo que nunca amaría a otra persona que no fuera él.
"Congestión alcoholica en fase 3"
Leyó Usagi san en el reporte que Nowaki le brindará unos minutos antes sobre la condición del inútil mangaka y una mano se posó por su hombro.
—Bakahiko....—dijo Hiroki recuperando el aliento y le mostró una pequeña maleta—vine en cuanto pude.
—Gracias Hiroki, perdón por molestarte pero no quise decirle a Aikawa que me trajera unas muda de ropa porque haría un escándalo al enterarse de la situación.
—No..te preocupes, ya me hacía falta algo de ejercicio, estoy todo el día sentado en la Universidad.
—Se nota. Antes no tenias esta barriga—dijo pellizcando su estómago—¿Kusama y tú no tienen actividad sexual para que quemes estas calorías?
—¡Callate! Solo estoy mal parado.
—O estreñido.
—Asshh... Creo que debí dejarte así todo mojado y que te dé una pulmonía. Total, viejo ya estás y los cigarros que te fumas a diario harán el trabajo de mandarte al otro mundo mucho más rápido.
—Suerte que he hecho el testamento y aunque me desees la muerte yo si te aprecio demasiado como para hacerte heredero de mi colección de ositos y a Nowaki le dejé las anguilas. Él es el único que puede cuidar de otro ser vivo porque tú y yo somos unos inútiles.
—No hables en plural y ¿cómo está tu amigo?
Akihiko se sintió incómodo por esa pregunta, no le quiso decir a Hiroki quien era él hospitalizado porque varias veces le externó su odio por el hombre que quiso arrebatarle a Misaki en el pasado. Kamijō le quitó el folder al verlo perdido y leyó el informe.
—¿Quien? ¿Esto es de verdad?— preguntó Hiroki muy sorprendido.
—Pues verás...
—Usami Sensei—Nowaki llegó en ese instante—Ya estabilizamos a Ijuuin Sensei con glucosa y deberá permanecer en reposo durante estos días.
—Ayudaste a tu enemigo—dijo Hiroki—No lo puedo creer.
Akihiko desvió la mirada al ser descubierto.
—Ijuuin Sensei no traía un nivel muy alto de alcohol en la sangre porque al parecer le dieron algo para soportarlo, lo que le afectó fue el agua de mar que se tragó. Fue una suerte que usted lo encontrara y le brindó los primeros auxilios antes de que pasara una desgracia.
—Q..que bien—dijo apenado Usagi por la mirada insistente de Hiroki.
—He hablado con mi superior y puede usar la ducha de la habitación de Sensei para asearse y cambiar su ropa.
—No es necesario, con la muda de ropa esta bien.
—Aséate—ordenó Hiroki—hueles a perro mojado y traes arena en todos lados. Hasta el culo lo has de traer empanizado por andar en la playa.
—Hiro san tiene razón. Puede usar el baño con confianza y retirarse cuando lo crea prudente.
—Gracias, lo haré— Usagi san carraspeó y se paró de la silla siendo seguido por la mirada de ambos hombres.
"¡Su trabajo es excelente Sensei así que no se de por vencido! ¡Yo siempre lo apoyaré! ¡Yo lo amo Sensei!
Gracias Misaki, yo... yo también te amo
El mangaka hablaba entre sueños mientras el agua corría por algún lugar de su habitación. Si de hacer estupideces se trataba, esta era la peor que había cometido durante años.
Por un instante pensó que la única forma de acabar con el desamor que le aturdía fue precisamente al permitir que las olas lo arrastraran.
Usagi san salió de la ducha ya cambiado y secando su cabello. Todo lo hizo muy apresurado por si Ijuuin Sensei se despertaba y aparte porque no quería encontrarse con Zen Kirishima.
Suficiente tuvo con las miradas inquisitivas de Hiroki y Nowaki como para soportar la del jefe editor.
Echó un último vistazo al mangaka y salió de la habitación en completo silencio.
Doce horas transcurrieron sin ningún contratiempo y Kyo evolucionó de forma adecuada.
—Auch....—Ijuuin se quejó cuando Zen le golpeó la frente con los dedos—recién despierto y lo primero qué haces es golpearme.
—Idiota.
—Idiota por 2.
—¿Usted también Yokosawa san?—preguntó Kyo fingiendo tristeza.
—Sí también yo. Me parece increíble que por un par de nalgas y un pene usted quisiera acabar con su vida.
—Si lo dice de ese modo suena muy feo y ridículo.
—De cualquier modo que lo dijera es una tontería y el idiota de Usami Sensei es igual que usted.
"Usami Sensei"
Kyo parpadeó varias veces al escuchar ese nombre y se puso nervioso. A estas alturas no estaba seguro si la imagen de Akihiko Usami que vió por la playa fue real o producto de su estado etílico.
—Da gracias que Usami Sensei te encontró o ahorita los peces estarían asqueados con tu cuerpo putrefacto ensuciando el mar—dijo Zen
—Deja los peces, qué tal si algún japonés tropezaba con su cuerpo. El susto que se llevaría el pobre.—aseguró Yokosawa.
Entonces fue cierto, Akihiko Usami lo sacó del agua y todavía lo trajo al hospital. Ijuuin tenía recuerdos vagos de siendo transportado en un compartimento lleno de cables y aparatos médicos. Las voces de varios hombres pero muy en particular recordaba una voz muy potente que respondió a las preguntas que le hacían.
El mangaka desvió la mirada y Zen le frotó el cabello.
—Suerte que tenemos un mangaka idiota para rato y voy a regañar a Matthew cuando lo vea por dejarte ir tan ebrio.—dijo molesto Kirishima.
—Matt no tiene la culpa, él me solicitó un taxi y yo me escapé cuando vi mucho tráfico por la intersección de la zona 10.
—Vaya, borracho pero bien que sabías lo que hacías.
—Estaba consciente hasta que "caí" al agua.
—Kusama Sensei ha dicho que ya puedes irte a casa, así que dúchate y te llevaremos a tu departamento.
—¿Le trajiste ropa limpia?—preguntó Yokosawa
—No, pero pensé que tú dejaste esa muda de ropa en el sanitario.
—No, yo no fui. Iré a comer algo porque hablar con gente idiota como Ijuuin sensei comprenderá, me abre el apetito. Los espero abajo—Yokosawa miró otra vez al mangaka—Hay más peces en el mar, no se aferre a uno solo, no sea menso—dicho esto el osito abandonó la habitación.
—Yokosawa tiene razón.
—Ya dejen de regañarme—murmuró Kyo.
Ijuuin se quitó la cobija para dirigirse a la ducha y Kirishima quiso sostenerlo.
—¿Quieres que te ayude?
—No gracias. Puedo hacerlo solo.
El mangaka llegó al marco de la puerta viendo un cesto con ropa perfectamente doblada y artículos para su aseo personal.
No se fijó que en la entrada estaba el banquito de la ducha y cuando dió el paso tropezó con este.
Su cara quedó a milímetros del cesto y una fragancia que aspiró días atrás se filtraba por su nariz.
Ijuuin agarró la ropa, era un pantalón, una camisa casual con un saco de buen gusto en tono azul marino y los olió.
Era un olor a perfume caro junto con algún tipo de suavizante.
Era el aroma de Akihiko Usami.