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DEL ODIO AL AMOR SOLO HAY UN TROPIEZO por LIAMSUZUKI

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Extraños y vergonzosos recuerdos afloraron en Usami Akihiko quien había salvado a su enemigo de morir ahogado hace ya varias noches.

Y no es que necesitara que el mangaka se lo agradeciera pero miró innumerable veces su teléfono a lo largo de la semana por si Ijuuin Kyo se comunicaba con él. 

De acuerdo al último informe que le brindó Nowaki, el mangaka salió del hospital en la tarde bastante bien, le mandó unas vitaminas y la instrucción de llevar una dieta saludable además de dormir de forma adecuada.

Eso era imposible porque un autor de la talla de ellos dos siempre tenían mucha presión por entregar sus trabajos impecables y a tiempo, cosa que les imposibilitaba tener un buen descanso.

Lo que sí le tenía fastidiado era la actitud de Aikawa e Isaka que no dejaban de molestarlo por sus acciones.

Tan solo un par de días pasaron para que ambos se enteraran de que salvo a Ijuuin de "la furia del mar". 

Hasta Isaka le propuso escribir una historia donde él mangaka fuera un náufrago y Akihiko un poderoso mercader transportándose en una embarcación de nombre Marukawa y que lo encontraba a orillas de una isla desconocida y salvaje. 

Akihiko por supuesto que se negó una y otra vez a tan mala historia pero ese par de locos no dejaban de insinuarle que por fin el escritor abría su corazón a otra persona que no fuera Misaki o su hermano Takahiro.

Usagi san fue a la lavadora para poner otro ciclo de enjuague a sus camisas, por muy traidor que fuera Misaki le enseñó bien las actividades del hogar y él aprendió con el paso de los años.

Y aunque últimamente no lo hacía por lo mediocre de su situación,eso no le quitaba el mérito de ser un buen aprendiz.

—Una tapita de suavizante y media tapita de la mezcla especial de esencia de menta con manzana verde....que ridículo me veo diciendo los ingredientes como si fuera comercial. ¿Le habrá quedado la muda de ropa a Ijuuin? Estamos de la misma altura así que no creo que tuviera problema con...

 

Usagi san quedó en silencio al darse cuenta que de nuevo estaba pensando en él mangaka y eso le hizo sentir molesto, y mas le molestaba que al pasar de los días su memoria no dejaba de recordarle a Ijuuin todo iluminado y brillante por el plancton que quedó en su ropa al sacarlo del mar.

La primera vez que sus caminos se cruzaron fue en la Editorial cuando Ijuuin tuvo un ataque de ansiedad y Misaki con sus palabras lo animó a seguir adelante. Esa ocasión Akihiko sin duda se puso celoso por la actitud de Takahashi pero no dejó de mirar a Kyo con detenimiento. 

 

Evidentemente era un autor joven y llamativo, pero llamativo de una forma negativa, un hombre como él podría ser alguien decente si tan solo se cortara las horribles greñas que le llegaban hasta el hombro, se afeitara como se debe y se colocara ropa adecuada.

Su compasión por Ijuuin se esfumó ese día al ver que el mangaka reaccionó tras escuchar la confesión de Misaki, se le vió emocionado al comprobar que uno de sus fans lo quería tanto y esperaba su próximo trabajo con devoción.

Pasado un tiempo descubrió que Ijuuin era un hombre asediado por mujeres y hombres por igual y si le sumaba el interés de Misaki provocó que Usagi san desarrollara sentimientos mezquinos, se volvió muy crítico referente a cualquier tema que incluyera al mangaka y por supuesto que todo su veneno interno lo volcaba en el pobre Kyo en cuanto lo veía. 

Sin embargo verlo así de vulnerable el día que lo llevó al hospital le hizo sentir empatía por el mangaka. Al fin y al cabo era un hombre enamorado de la persona equivocada al igual que Usagi san.

—Espero que Ijuuin Sensei al menos tenga la gentileza de devolver mi ropa limpia ó al menos devolverla.

El timbre de su departamento le asustó un poco y en cuestión de segundos Aikawa e Isaka san ya estaban adentro para joderle la existencia como siempre.

—¡Usami Sensei!

—¿Para que tocan si entran cuando quieren? No se como me convencieron de darles la contraseña.

—Hola Akihiko—dijo Ryuchiro y le extendió una revista—Ya sabemos que nos extrañas demasiado y por eso venimos a verte. Hoy salió la entrevista que te hicieron en el evento.

—No me interesa leerla.

—Al menos vea la portada Sensei—invitó Aikawa—sus fotografías salieron fantásticas y las chicas del departamento Zafiro lo pusieron en el horóscopo mensual ¿Quiere que le lea su signo zodiacal?

—No gracias. 

—Usted si quiere ¿verdad Isaka san?—cuestionó de nuevo Aikawa.

—El único signo que me importa es el de los yenes (¥) dinero o plata como le quieras decir pero sí, anda, léeme que me depara mi futuro para esta semana.

—Con todo gusto: Acuario, eres amoroso, cariñoso y muy sensible...

—Seguiré lavando mi ropa, pueden estar aquí cuanto gusten porque apagaré mi cerebro para ignorarlos—dijo fastidiado Usagi san y regresó a su mini centro de lavado.

Un calendario por la pared le recordó que Misaki contraería matrimonio la semana entrante y golpeó la mesa derramando las esencias.

—Creo que debemos salir a algún lugar para que liberes esa frustración Akihiko—dijo Isaka san.

Usagi san volteó a mirarlo, tal vez no era mala idea seguir a ese par de lunáticos que siempre lo cuidaban.

 

 

Durante estas semanas Ijuuin Kyo sopesaba la posibilidad de presentarse en el domicilio de Usami Akihiko para agradecerle por salvar su vida y también por la ropa limpia que le proporcionó, pero la idea se le hacía descabellada sabiendo que lo odiaba.

El escritor nunca tuvo reparo en demostrarle su desagrado, cada vez que se cruzaban Akihiko no hacía otra cosa más que mirarlo con disgusto y de seguro aún criticaba su irreverente apariencia del primer día que se conocieron.

Ijuuin sabía que la mayor parte de su enojo era por Misaki, pero tampoco fue su culpa que el chico de ojos verdes le dijera que lo amaba y de ahí quisiera conquistarlo. 

Kyo tenía las mismas ventajas que Akihiko: belleza, talento y dinero; nunca quizo usarlas para atraer a alguien pero pensó que por Takahashi valdría la pena sacarle provecho.

Hoy y después de tres años descubría qué para Misaki él no importaba en lo absoluto.Con Akihiko sería lo mismo y ya no quería sentirse como basura. 

—Siempre me he sentido así desde niño.

Ijuuin suspiró resignado, dejó las prendas con el cubrepolvo por el asiento del copiloto y salió de su auto. 

 

 

Matthew vió al mangaka ingresando al bar bastante recuperado y muy elegante en un traje de color negro.Ijuuin le dedicó una sonrisa de encanto al universitario y se sentó cerca de la barra como siempre. Matt le ofreció un refresco.

—Deja de verme así de feo Matthew, ya sé que estás enojado.

—Enojado no, preocupado porque cuando Kirishima san me dijo que estaba en el hospital pensé lo peor.

—Por suerte Dios todavía no me quiere en sus aposentos celestiales y aquí me tienes.

—Si que es un mangaka mañoso como para escaparse del taxi. Suerte que lo salvaron de morir ahogado.

—Si y a que no te imaginas quien fue mi guardián de la bahía.

 —¿Quién?

 —Usami Akihiko.—Ijuuin desvió la mirada avergonzado 

 —¿En serio?

 —Sí, no sé como pero estaba ahí en la playa de Tokio, cuando abrí los ojos me miraba preocupado y algo extraño. Me perdí por más de 12 horas y cuando desperté ya estaba en el hospital recuperándome con todos los gastos pagados y con un cambio de ropa cortesía de Usami Sensei. Incluso me compró ropa interior desechable.

 —Wow, eso indica que si algún día llegan juntos hasta la vejez Usami Sensei no tendrá ningún inconveniente con cambiarle el pañal sucio. ¡Hey! ¡No me escupa en la cara!

Ijuuin se atragantó con el refresco al oír las sandeces de Matthew y el chico le palmeó la espalda.

—¿Se encuentra bien Sensei?

—¿Qué tonterías estás diciendo?

—Dije lo primero que se me vino a la mente ¿Quiere algo de comer? He estado practicando la elaboración de un nuevo menú—dijo Matthew muy curioso al ver la reacción del mangaka—su rostro esta colorado.

—No es cierto—Kyo se limpió la boca incrédulo por lo que escuchó, Matthew volvió a acercarse y le extendió una galletita de la suerte.—No quiero las galletas con frases groseras que hace Jin.

—A veces escribe cosas muy lindas, puede que le toque una frase de esas. En un momento regreso con su platillo.

Ijuuin lo siguió con la mirada hasta la cocina y miró la galleta. La abrió de una vez porque ¿para que esperar? Buena suerte no había tenido durante este último año al ser rechazado por Misaki y después de cometer la estupidez yendo a la playa para olvidarlo.

Un diminuto papel en color plateado salió de su golosina y leyó la frase:

"Terminar una relación o amistad no es malo, es solo una nueva oportunidad para disfrutar y conocer nuevas personas. Una nueva oportunidad de probar otros penes o culos; no te acomplejes por lo que no pudo ser y mejor ponte en cuatro para lo que vendrá, que puede ser enorme"*

—¡Matthew!—gritó Ijuuin y a lo lejos se escuchó la carcajada del estudiante de artes.

El mangaka lanzó el papelito a la basura entre molesto y gracioso por las ocurrencias de Jin y escuchó mucho barullo por la entrada. Casi se atraganta con su refresco otra vez cuando vió a Aikawa, Isaka y Akihiko Usami en la puerta.

 

 

—Ya decía yo que vendríamos a este lugar de nuevo.—dijo Isaka.

—El lugar es muy lindo y no iba a desaprovechar la oportunidad de ver al bombón de Matthew—aseguró Aikawa—además estoy segura que usted también quiere ver si el señor Jin se aparece por aquí.

—¿Quienes son esos sujetos de los que hablan?—preguntó Usagi 

—Uno es Jin Cheong Woo, el dueño de la mayoría de los bares de esta zona y Matthew es es bartender de aquí.—contestó Isaka

Usagi san miró todo su entorno hasta que una figura conocida inundó sus pupilas. Por alguna extraña razón se sintió nervioso de ver al mangaka sentado.

Ijuuin estaba de perfil disfrutando una bebida, un traje negro ceñía su cuerpo y la corbata roja combinaba muy bien con su atuendo y calzado.

No sabía si acercarse o dejarlo disfrutar de su trago a solas. Podría hacerle plática referente a su estado de salud después del accidente o simplemente ignorarlo como él mangaka lo había hecho durante semanas.

—¿Y por qué demonios me estoy preocupando por él?—murmuró Usagi san con molestia y fue a sentarse con los demás 

  

<Comeré lo que traiga Matthew lo mas rápido que pueda porque se ofende si rechazo sus platillos y me largo de aquí. Sí, eso haré> 

Ijuuin giró su cuerpo para quedar de espaldas estando seguro que ninguno de los tres lo reconoció.
Matthew regresó como a los 10 minutos y sonrió nervioso al ver que le traía una langosta como para 10 personas.

—Matt...que generoso eres pero no es necesario tanta comida.

—Tal vez quiera compartirla con sus amigos—dijo mirando hacia la mesa 5 y le acarició el cabello a Kyo. 

—¿Q..qué estás haciendo?

—Acariciando por supuesto, su cabello me gusta Sensei.

 

Usagi san abrió mucho los ojos cuando un play boy como de dos metros de altura apareció en la barra frente a Kyo y le hizo un cariño.

—¡Dios! Ese hombre me trae mal—dijo Aikawa haciendo ademán de limpiar su saliva cuando vió a Matthew 

—Es muy guapo pero sigo prefiriendo a Jin—aseguró Isaka— y no te hagas ilusiones porque ya sabes que le encanta el pene. Yo tengo más posibilidades que tú.

—¡Usted es papa casada!—Aikawa le jaló la oreja al director.

—¡Eso no me impide disfrutar de la vista! Al fin y al cabo a Asahina no le importo.

Escuchar las preferencias sexuales del niño con cara bonita y cuerpo de Goku en fase súper saiyajin hizo que Usagi san se parara de inmediato para ir con el mangaka. 

Por la premura de su decisión no se dió cuenta que unas chicas también se acercaron para saludar al espécimen musculoso y tropezó con ellas.

Akihiko trastabilló cayendo por la barra derramando el refresco de Ijuuin.

 

Kyo soltó un grito al ver a Akihiko frente a frente y por primera vez en todos estos años admiró sus ojos. 

Eran violetas igual que los suyos, esos ojos eran hermosos ó al menos eso pensó sin necesidad de estar ebrio.

 

Notas finales:

Muchas gracias por leer 

* texto tomado de la página de Facebook FRASES GAY

Jin Cheong Woo, es el uke de Matthew y es un bizcocho.

Si tienen oportunidad lean el Webcómic que está en 

Ridibooks y Tapas

 


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