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Like a Cat por DenisseZepol

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Notas del fanfic:

Esta historia surgió mientras estaba en medio de una tormenta y un pequeño minino entró al trabajo para resguardarse del agua. 


 


 


 


Espero les guste.

– Odio los días lluviosos, – susurró en un lamento WooYoung mientras le entregaba una comanda a JiSung, y se recargaba en la barra del lugar.

– Deja de llorar, son los mejores días que tenemos – respondió en el mismo tono JiSung, comenzando a tomar los postres que habían solicitado y acercando las cosas para preparar las bebidas.

Su mirada fue a parar a la ventana a un costado del lugar, varias gotas de agua estaban resbalando por el cristal mientras el sonido constante de más gotas se percibía levemente, siendo opacado por el sonido de la máquina al extraer el expreso o por el molino, el cual ayudaba a que el fuerte aroma a café inundara el espacio. La tenue música, cortesía de JaeMin, lograba dar un ambiente acogedor aparte de la calidez que ya brindaba el lugar, aunque eso no ayudaba demasiado a que los pedidos no fueran muchos.

– Lo lamento, no se puede usar esta mesa – escuchó JiSung desviando rápidamente la mirada de WooYoung, a quien le entregaba el pedido, para ver a JaeMin disculpándose con una señora mientras trataba de evitar que se sentara en una de las mesas cercanas a la terraza.

– No hay más mesas, ¿dónde espera que me siente? – Indagó enojada la mayor, cruzándose de brazos, – quite a ese animal y limpie la mesa, sino quiere que llame a salubridad. – Agregó mientras sacaba su celular de la bolsa.

– Le ofrezco una disculpa, pero lo más que puedo hacer es dejar que se siente en la barra, – comentó tranquilamente JiSung, colocándose a un lado de JaeMin – puede llamar a quien usted guste, tenemos permiso para que los mininos estén por el lugar ya que limpiamos constantemente y ellos están limpios y vacunados. – Agregó, dándole un leve empujón a JaeMin para que se retirara.

– Olvídelo, quiero hablar con su jefe – demandó nuevamente la mayor, viendo desafiante a JiSung.

– Bueno... – trató de no reír mientras señalaba con ambas manos al gato negro que dormía tranquilamente sobre la mesa. – Ese es nuestro jefe.

 

 

*****

 

 

El aire llegó a ser demasiado para la media tarde, por lo que las ventanas y puertas extras con las que contaba el establecimiento fueron cerradas por completo, así mismo unos cuantos calentadores se colocaron para ayudar a que la temperatura fuera agradable, algunos de los hornos habían entrado en servicio al ver que varios de los postres se estaban agotando y los clientes seguían llegando.

La cantidad de gente fuera había disminuido considerablemente, quizá por la advertencia de tormenta de nieve que se pronosticaba para esa noche o quizá por la lluvia que se había intensificado, cual fuera la razón por la que la gente disminuyera considerablemente, fue suficiente para que se decidiera cerrar ese día antes, aparte de que era mejor retirarse antes de que comenzara al ventisca. Así que en menos de 10 minutos WooYoung y JaeMin ya estaban despidiéndose mientras JiSung comenzaba con la cuenta de las comandas del día y hacía el corte de caja. Sin dejar de hacer las cuentas y registrar los pedidos que se habían saldado por medio de pagos con tarjeta.

El lugar había quedado en completo silencio, dejando que el sonido de la lluvia lo envolviera nuevamente, el olor a humedad y tierra mojada, cortesía de todas las plantas que tenían en el lugar, combinado con el rastro que dejó la última ronda de café al ser molido era lo único que necesitaba JiSung para terminar su día. Para cuando terminó con su tarea el reloj marcaba las 8:30 pm, por lo que simplemente guardó las cosas en "la caja fuerte" para después ponerse de pie y caminar hacia la puerta principal, cerrándola con llave y activando la alarma. Una vez las luces se apagaron caminó a paso lento hacia la única puerta que estaba bloqueada durante la jornada laboral, aquella puerta que los conducía a unas estrechas escaleras para poder acceder a los pisos superiores, lugar dónde se encontraba su casa.

Así como abrió la puerta, la volvió a cerrar, asegurándose de colocar el seguro e impedir que alguien entrara ya que, a pesar de ser el dueño del lugar, SeongHwa solía llegar desde temprano para poder preparar los postres de cada día antes de irse a sus clases de la universidad, algo que agradecía por completo JiSung ya que, sino fuera por él, no venderían postres o, peor aún, hace mucho que el lugar se habría incendiado. Soltó un suspiro mientras dejaba la caja en la mesa de café que estaba justo a un lado de la entrada, colgando en el perchero sobre esta su chamarra, la cual había tomado después de que no pudiera soportar el frío, y agradeció mentalmente que la calefacción del departamento estuviera encendida, ya que incluso al retirar sus zapatos logró sentir el lugar cálido.

Luego de una rápida ducha y, después de tomar una cena ligera, revisó que los comederos de sus mininos estuvieran llenos y que los pequeños se encontraran bien, durmiendo plácidamente en cada una de sus camas, se instaló en el pequeño escritorio que había en la sala de estar y comenzó a revisar los pendientes que tenía de la escuela. Algo que siempre agradecía era el hecho de estudiar de manera semi-presencial, dejando que sus días fueran más productivos y podía estar un mayor tiempo en casa. Con todos los trabajos pendientes entregados y, tras agendar los siguientes exámenes que tendría, apagó la computadora y se dirigió hacia el dormitorio.

La silueta del mayor se lograba apreciar en la oscuridad, sobresaliendo debajo de las cobijas sabía a ciencia cierta que estaba en esa posición por el frío que hacía en ese momento gracias al clima, MinHo siempre había sido más sensible a las bajas temperaturas y en más de una ocasión había enfermado por descuidar la temperatura o la vestimenta que después solía usar, principalmente cuando salían del lugar.

– ¿Todo en orden? – Cuestionó Jisung al aire, mientras se metía en las cobijas, dándole la espalda momentáneamente al mayor mientras retiraba sus lentes de lectura y los colocaba sobre la mesa de noche.

– No, algo falta – escuchó la voz grave detrás suyo, para finalmente sentir como era abrazado, – estás demasiado frío – volvió a hablar en un susurro, pegándose más al cuerpo del menor, tratando de calentarlo.

El suave cabello de MinHo se coló entre su hombro y su cuello cuando su cuerpo estuvo completamente pegado al cuerpo de JiSung y colocó su cabeza en su hombro de tal forma que pudiera dejar que sus labios jugasen con su cuello y pudiera dejar algunas marcas de sus colmillos, como pequeñas marcas territoriales. Durante la estadía de MinHo, en su forma felina, logró ver como más de una chica trataba de coquetear con JiSung, aunque el contrario era lo suficientemente despistado como para captar las indirectas que daban, eso era algo que no solía gustarle a MinHo.

– ¿Tienes frío? – Cuestionó JiSung tranquilamente mientras se daba vuelta lentamente, provocando que MinHo aflojara un poco su agarre y se alejara momentáneamente.

– Ya no, pero tú sigues frío – señaló MinHo, rozando levemente su nariz con la del contrario.

– Es normal, hasta hace un par de minutos estaba fuera de las cobijas, – comentó restando importancia a su temperatura corporal – y lejos de mi principal fuente de calor.

Una genuina sonrisa se extendió en el rostro del mayor, dejando ver sus pequeños colmillos de paso, su cabello desordenado se movió cuando sus orejas se alzaron de felicidad y su cola, la cual había esto serpenteando entre las cobijas, se movió aún más hasta llegar a rozar la mano del menor. Y esa era la principal razón por la cual Jisung decidió dejar todo atrás e ir a vivir con el mayor, un híbrido gato demasiado territorial que odiaba que los extraños se acercaran a él. Amaba dormir entre los brazos del mayor y, la mayor parte del tiempo, despertar abrazando a un pequeño minino de color negro, definitivamente no se arrepentía de sus decisiones, dejando que su vida transcurriera lentamente y tratando de llevar su vida como la de un gato. 

 

Notas finales:

Gracias por leer.


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