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Prometo no dejarte ir por Eira Baker

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Notas del fanfic:

AY, DIOS MIO. Jodeeer, ¿será que nunca aprendo? *alza el puño mientras llora dramáticamente* vamos a aclarar dos cosas, ya saben que mis fics por aquí son solo borradores, así que si ven faltas de ortografía (y créanme que las verán porque me provocó dolor de ojos la simple idea de leerme todo esto ;w; y lo hubiera hecho mañana pero hoy quería subirlo si o si), ya saben porque es jajaja luego mis dos betas se encargarán de pulirlo y darle brillo, a menos que me presenten su renuncia por la cantidad que escribo Dx super entendible :'D oh, y este no es ninguno de los doce fics que les dije que estaba escribiendo, ¿les dije doce o once? Bueno, ahora son doce ewe este fic surgió mientras estaba en el tren, pensando (? Y buenooo, me llegó la re inspiración y quise ponerme a escribir, y por eso voy aún más atrasada con los doce fics ay (inserte corazón roto) 

Oigan, me quiero quitar algo que tengo en el corazón, vieron que les dije que estan pasando Death note por la tele? Bueno, se acerca la parte en dónde L muere y dios mío, creo que será hoy, y eso reavivó el disgusto que siento hacia Light, y lo que voy a decir a continuación seguramente hará que la mitad del fandom de Death note me quiera asesinar (o torturar hasta la muerte), ¿Por qué digo la mitad? Porque... Por lo que ví, el 50% del fandom es team Light, y la otra mitad es team L... Perfectamente equilibrado, que bonito (? En fiiin, y si vienen a asesinarme verbalmente, lo entiendo, porque yo también lo haría si dijeran algo sobre mis personajes más queridos, osea no, las pulverizó ene)9 así que adelante, venid a por mi, pero vengan todas porque soy tan tierna que no tendrán el valor de hacerme nada (? Ahre que la hacían chicharrón :'3 viví bien (? Pero entiendan que necesito quitarmelo del pecho ToT

Se trata sobre las acciones de Light, y porque estoy comenzando a sentir rechazo hacia él, lo cual me duele porque no quiero sentir eso! No quiero odiar a Light y dejar de amar a mi hermoso Lawlight!! A mi me gusta mucho la pareja de L y Light T.T enserio, fue la primera pareja de la cual me enamore, mucho, y mi corazón se ponia muy feliz cuando leía fics de ellos, o cuando simplemente los veía trabajando juntos, ¡se siente la química que tienen por dios! Aaaah, pero es que... No me gustan las acciones de Light en el anime/manga, y muchos van a defender sus acciones porque lo importante para ellos es el fin, pero, ¿realmente consideran que Light hizo todo lo que hizo para hacer un mundo mejor y que realmente le importaba? ¿O en realidad hizo todo eso porque estaba aburrido y que mejor que ponerse una meta difícil para lograr divertirse? Y bueno, esto fue lo que estuve hablando con un amigo (lo edite algo):

Me puse a pensar mucho en eso, además de que el nombre del primer capítulo del manga es interesante, ¿Cuál es su título? ABURRIMIENTO. Ahora, ¿se refiere a Ryuk o a Light? En mi opinión a los dos. Y dirán, no, Light lo hace por intenciones buenas, comienza con todo eso porque él quiso hacer un mundo mejor, libre de criminales.... Gente... ¡Él mismo dice que fue porque estaba aburrido! Light tenía una buena vida, una familia que lo quería, era popular, brillante, amigos no le faltaban, pero a pesar de que lo tenía todo, ¿estaba aburrido? Con eso no puedo simpatizar con él, simplemente no puedo. Es como si solo fuera algo como: "Ah, lo tengo todo, pero quiero más, deseo más". Le dice claramente a Ryuk "yo también estaba aburrido", oh cómprate una play y déjate de joder, maldita sea. Yo hubiera dicho, "Yo estoy cansada", ¿cansada de que? No del mundo, sino de las personas que arruinan el mundo. Lo dije, si yo hubiera encontrado la Death note, si hubiera hecho lo mismo que Light, lo del comienzo, pero JAMAS me hubiera creído Dios, jamás me hubiera sentido superior a NADIE. En mi caso, si digo odiar criminales, ¿a qué tipo de criminales me refiero? A los que matan, a los que dañan de forma imperdonable a las personas, solo a ellos, pero... ¿Decir que las personas que se oponen a mi son "malvados" y que merecen morir? Definitivamente no, jamás hubiera matado a gente que solo hacia su trabajo! A gente que tiene una familia, a gente que lucha por la justicia! Nunca les hubiera tocado un solo pelo, si me atrapan, pues me atrapan, ganaron, lo hicieron bien. Aceptaría mi destino y lo que me toca pagar por lo que hice. Volviendo a Light, ¿cuál fue el otro motivo por el cual uso la Death note? Por CURIOSIDAD. Y él estuvo pensando mucho a quien matar. Como si el pensamiento de cualquier persona "buena" fuera: "oh, mira una Death note que dice que puedo matar a quien quiera. Oh, tengo una brillante idea... ¡Matemos! :D hay una pequeña posibilidad de que alguien muera, pero... ¿Que importa? Siempre y cuando no haya nadie a quien le importe, todo estará very good :D" buenooo, ¿qué demonios? ¿Quien piensa así? Les digo que ese fue el pensamiento de Light. Jamás pensó en "No debo matar a gente buena. No debo usarlo en gente que no ha hecho nada malo. Tal vez a nadie le importe su muerte, pero esa persona jamás le hizo daño a nadie". Su único pensamiento fue "que a nadie le importe". Para mí eso es malvado, pfff se pondrá a matar a todos los introvertidos entonces!! Al inicio, jamás pensó en lo bueno y lo malo, al inicio nunca dijo: "a esta persona no la puedo matar porque no es un criminal, jamás hizo algo como asesinar o torturar despiadadamente a alguien", lo único que le importo a Light fue que no fueran cercanos a él. 

Y cuando mato a la primera persona, en las noticias solo decía "sospechan", pero a Light le valió una berenjena que fuera solo una sospecha y que no estuvieran seguros, el directamente... "Bueno, chan, has sido el elegido :D sorry" ¿Que fue lo que pensó? Él pensó "no importa con quién lo pruebe", ¿ese es el pensamiento de una persona que... se llama bueno así mismo? ¿Eso les parece bueno? No, pero Light al momento se corrigió, porque se dió cuenta que eso estaba mal, pero... Eso fue por la ética y la moral con la cual creció y lo educaron, o porque él realmente, por si mismo, lo sintió como mal? Porque mis padres me pudieron enseñar que asesinar no estaba bien, que es algo malo, pero yo quiero asesinar, pero está bien, sigo lo que me dicen y actuó como tal, pero dentro de mi, quiero hacerlo, pero solo que me freno, porque a mí mente me llega todo lo que me enseñaron y me dijeron, pero aún el sentimiento está. Caso contrario, me dicen que tengo que asesinar y que eso está bien, lo hago, pero mi corazón no se siente bien al realizar algo así. ¿Light por qué pensó en eso?

Light luego dice que debería matar a alguien que lo merezca, ¿como quien? ¿Como sabemos nosotros que esa persona realmente lo merece? Para Light al parecer fueron sus compañeritos molestos. Dios no. Yo tuve compañeros molestos, pero sentía empatía, ¿Por qué? Porque nunca podremos saber porque esa persona es así, no conocemos su vida, no sabemos en qué tipo de ambiente vivió, no sabemos cómo creció, no sabemos nada, pero creo que con apoyo y con ayuda de profesionales, esas personas pueden cambiar. Pero a Light eso le vale, esa opción se lo metio por el hueco del cu**, más bien piensa si debería matarlo a él (uno de sus compañeros). Si, Light, mata a tu compañero de 16 años, quien aún no vivió casi nada, y no le des la oportunidad de pensar, reflexionar y crecer, darse cuenta que lo que hizo estaba mal, no le des la oportunidad de cambiar ¡Mátalo que total no importa! Si, seguro no hay ninguna madre que llore por la muerte de su hijo, que a ellas ni les importa! (Lo digo con sarcasmo). Lo único que le importó a Light es que no sean cercanos a él! *Procede a tomarse un té con expresión seria*, lo único que lo detuvo fue pensar que no deberían ser cercanos a él, de lo contrario, a darle, a matarlo :D *baja su taza* ¿Ese es tu ídolo? El mío no. 

En una parte, Light dice: "observando a esta gente... He comenzado a pensar que el mundo sería mucho mejor sin ellos" oh, perdonalos por no haber crecido en una familia tan bonita como la tuya, con las comodidades que tú tuviste, perdona porque no tuvieron a nadie en sus vidas que los guiarán por un camino mejor, ¿saben lo lindo de Naruto? Fue que él dijo, que si no hubiera tenido a Iruka, él hubiera terminado cómo Gaara. Me gusto y me sigue gustando el pensamiento de Naruto, la empatía que sintió por Gaara, que comprendió que si él fue así, fue porque no tuvo a nadie que lo guiará por un buen camino, que se dejó consumir por lo horrible del mundo. Y que Naruto tuvo suerte, de haber tenido a Iruka, porque un mal paso y hubiera terminado cómo Gaara. Se que en el mundo real, algunas personas jamás cambiarán, pero... Al menos tenemos que darles la oportunidad de poder hacerlo y ofrecerles ayuda. No podemos condenar a una persona sin primero intentar comprenderlos, de conocer porque hacen lo que hacen. Pero a Light no lo comprendo. 

La segunda persona que asesino Light, estaba acosando a una chica, ¿Horrible? si, pero no es como lo muestran en el anime, que ahí parece que quieren abusar de ella (según recuerdo), sigue siendo malo lo que hace, pero siempre hay personas que molestan, ¿esta bien? Para nada, absolutamente no, pero esa persona de la moto, parecía del tipo patán, alguien que hace las cosas más que nada para molestar y divertirse, un completo fanfarrón, tal vez lo sea, tal vez no, tal vez sea un abusador en potencia, ¡Pero no lo sabemos! Light no podía ver si en verdad era un monstruo horrible y perverso, no, pero aún así lo mató por solamente molestar a una chica. Mejor que nadie siga consumiendo alcohol porque en una de esas, en pedo, vamos a molestar a alguna chica o chico, y nos van a matar por eso :D

Light dice: "Nadie volverá a hacer el mal", y elige el camino del miedo, eh... Si, vivir con miedo debe ser buenísimo! Increíble! (Sarcasmo). No, eso no va a llevar a nada. Hacerlo por el miedo, y no por haber comprendido que aquellas acciones malas que nosogros cometemos porque nos parece divertido... ¡No está bien! no pueden ser así... Hacerlo por el miedo, jamás llevará a nada. Seguiremos en el mismo maldito lugar. Me dicen: "no toques el fuego, porque el fuego te quemará y te hará daño. Se te caerá la piel", me asustan para que no lo haga y yo no lo hago, huyó directamente y vivo con miedo al fuego. Pero si me dejarán experimentarlo, entender porque no debería hacerlo, si yo intentará tocar el fuego y me diera cuenta que quema, no lo haría por el miedo que me da quemarme, lo haría porque comprendí lo peligroso y malo que puede ser para uno. 

Uuufff, perdonen por todo eso, seguramente para la mayoría de ustedes fue pura estupidez lo que escribí y seguramente cuando yo lo lea, pensaré lo mismo jsjsjs cuando me emociono dejo que mis emociones me controlen jajajaja pero esto es una de las cosas bonitas del mundo, que podemos decir lo que pensamos y sentimos sin que haya alguien con una Death note que nos quiera matar por no pensar igual (indirecta a Light) y no puse todo lo que llegue a pensar mientras estaba viajando porque me olvidé cosas u.u pero básicamente el tema es el mismo:

Light no es una buena persona (personaje ah). Y me duele verlo porque siempre pensé que la culpa era de Kira. Hasta había escrito un fic Lawlight sobre eso, que L salva a Light de kira (un fic que por cierto también perdí) 

Hay una frase que me deja pensando mucho, que es: "Nadie merece morir. Porque... ¿quién merece matar?". Piensen en eso, por favor. Y díganme si les sigue pareciendo bien lo que hizo Light. 

Light no es un justiciero, no es un héroe, no es dios, solo es un asesino. Incluso Mikami lo vio, alguien que lo adoraba muchísimo y estaba ciego de admiración por él, como si Light fuera el nuevo mesías, y al final se dió cuenta, abrió los ojos y le recriminó a Light. Me encantó la reacción de Mikami, lo que dice: "¡Tú no eres Dios! ¡¿Qué es esto?! ¡Mira lo que me hiciste! ¡Tú no eres Dios! ¡Solo eres basura!" Grande, me alegra que alguien se lo haya dicho. Una lastima que ese momento tan maravilloso se pierda en el anime y que pongan a Mikami como un loco que se disculpa con Light y luego se mata cuando ve la caída de su Dios :'3 

¡Una última cosa que quiero decir! 

En la parte final de DN, estuve de acuerdo con Ryuk cuando dijo: "Da pena verte". Realmente me dió mucha pena, pero aquel final que obtuvo Light me gustó. Si se sintieron incómodos con el anime, el final del manga... Light da más pena. Light no huye, ni escapa, se queda ahí, rogándole desesperado a Ryuk para que lo ayude y luego le pide aún más desesperado que no lo mate. 

Para mí fue un final satisfactorio. Pero me quedo con el final del anime porque aparece L y como que juntos se van al más allá (? Déjenme pensar eso!! Para mí fue un momento Lawlight super tierno y bonito :'3 

Y quiero decir algo más pero lo dejaré para otra ocasión porque esto definitivamente fue largo ;-;

Notas del capitulo:

Death note no me pertenece, ya saben lo que hubiera pasado si fuera mío... Mello seguiría vivo y se casaría con Near. Y L y Light estarían juntos en el paraíso, comiendo dulces y galletitas saladas mientras hablan y se toman de las manos. Happy end. 

 

Prometo no dejarte ir.

 

Porque no puedo adorar a alguien más que no seas tú.

 

Mello sonrió, satisfecho con los resultados de aquel caso que por un momento pensó que jamás iba a terminar. 

 

Desde las sombras, tuvo la satisfacción de ver la caída de aquel falso Dios, su genuina desesperación y miedo, la forma tan patética pero comprensible en la cual rogó por su miserable vida, y el modo en el cual terminó muriendo a manos de su propio shinigami. Un hecho verdaderamente divertido pero a la vez triste de presenciar. 

 

No existía ni el cielo ni el infierno. Todas las personas van al mismo lugar cuando mueren.

 

Aquellas palabras dichas por el shinigami, lejos de tranquilizar a Light, solo lo desesperaron aún más, y lo único que le quedó por hacer fue chillar como un cerdo agonizante que estaba desesperado por aferrarse a la vida, a no dejarla ir. 

 

Pero era demasiado tarde. Ryuk ya había escrito su nombre. Mello piensa en aquel instante que, en otras circunstancias, probablemente se hubiera llevado bien con Ryuk, quien sabe. 

 

También piensa en su mentor, y espera que… L finalmente pueda descansar en paz. Su asesino no se salió con la suya, no logró salir victorioso luego de los horribles actos que cometió. 

 

Lo pagó y con creces.

 

Durante toda la escena final, Mello tenía que admitir que su corazón se detuvo por unos momentos cuando aquel despreciable sujeto comenzó a escribir el verdadero nombre de Near. Sabía que no se rendiría tan fácil y que lo más evidente era que cometiera un acto completamente desesperado para intentar ganar, pero no esperó que fuera primero por Near. Tampoco supo comprender el sentimiento de angustia que sintió en su corazón ante el pensamiento de ver morir a Near. La simple idea le revolvió el estómago y se sintió descompuesto. Había perdido a Matt, no quería perder también a Near, quien después de todo era la única persona cercana que le quedaba. La única familia que tenía. 

 

No tuvo que pensarlo mucho para sacar el arma que llevaba consigo, y casi delatarse a sí mismo al intentar detener a Light, pero por suerte no hubo necesidad, fue Matsuda el que terminó encargándose de Light. 

 

A sus ojos, Matsuda no era un idiota, solo alguien demasiado bueno e inocente para su propio bien.

 

Mello felicitó a Matsuda para sus adentros, en realidad a todos, por su trabajo, por su esfuerzo, por haberse mantenido firmes ante lo que creían justicia, a pesar de que a veces él mismo se preguntaba qué era la justicia. 

 

Pero se sentía feliz. Finalmente todo llegó a su fin, todos podrían por primera vez en años… descansar.

 

Aquel falso Dios al fin fue derrotado. 

 

Mello dejó que sus ojos viajaran hacia la pequeña figura de Near y sonrió, mirando con atención a aquel niño que conoció cuando tenía cinco años. Casi quiso reír, sin ninguna maldad, simplemente por lo divertido que le resultaba el hecho de que a pesar de los años, Near seguía pareciendo un niño por su complexión física tan pequeña y por sus hábitos tan infantiles. Siempre con la misma ropa blanca y holgada, siempre sentado, como si sus delgadas piernas no pudieran soportar su ligero peso por mucho tiempo. 

 

Near, aquel chico que seguía jugando con juguetes, al que nunca le gustó salir al exterior ni tampoco interactuar con las demás personas si no era algo completamente necesario. Near, la persona que lo cuidó y protegió aunque él no hubiera aceptado trabajar junto a su persona. 

 

Mello suavizó su mirada y le agradeció en voz baja. Dentro de su corazón, esperaba que Near siguiera haciendo un buen trabajo, que fuera feliz. Luego de todo lo que pasaron, Near se merecía ser feliz. Después de todo, aunque Near siempre le pareció un idiota, pero un idiota de buenos sentimientos, llegó a apreciarlo por su forma sincera de ser. Le gustaba y divertía como Near le decía sus verdades a la gente. Pequeño, débil y de apariencia frágil, pero bien que tenía más agallas y más valor que todos los que estaban reunidos ahí.

 

Near, una persona directa y distante, quien siempre pensó de forma lógica y fría, -al contrario de él que se dejaba llevar por sus emociones-, pero que aún así siempre supo hacer lo correcto. Near era increíble. Al igual que lo detestaba de niño, Mello a la vez sintió admiración por su rival. 

 

Echándole una última mirada de aprecio a Near, Mello se apartó del lugar en dónde estaba recargado, caminando por una salida de la cual nadie tenía idea. Una que él mismo se encargó de hacer para no perderse de aquel desenlace y, lo más importante, para cumplir la promesa que le hizo a Near. 

 

Le había dicho a Near que su meta era la misma y que lo esperaría, y él jamás rompía una promesa, por eso estaba ahí. Sonrió por última vez y se alejó, despidiéndose mentalmente de todos y agradeciendo a Near por sus palabras finales. Fue agradable para él sentirse reconocido por Near. Por otro lado, Near estaba mirando todo de forma desinteresada y algo aburrida, decidiendo quitar sus ojos de aquella imagen tan lamentable y en su lugar mirar la pequeña marioneta que hizo de Mello, sujetándola con cuidado. Puso mucho esmero en la elaboración de aquella marioneta, pero estaba lejos de tener la verdadera apariencia de Mello, incluso llegar a comparar la hermosa sonrisa traviesa y arrogante que ponía Mello en múltiples ocasiones. 

 

Near agarró la marioneta que hizo de él mismo y la puso junto al de Mello. Ya todo había acabado y Kira había sido derrotado, lo que siempre quiso ocurrió… pero no estaba ni un poquito feliz. Que aquel asesino viviera o muriera no le importaba, le daba igual, porque eso no le traería de vuelta a su querido Mello. 

 

Ganaron, ¿pero a qué costo? 

 

Near recordaría por siempre aquel día, en dónde obtuvo una victoria en dónde L falló, pero que lejos de ser un día feliz, en realidad la recordaría como la oscura noche que pudrió cualquier rastro de luz de su alma. 

 

[...]

 

Near estaba sentado en el suelo, terminando de hacer una casita de dados con una pequeña sonrisa satisfecha. Agarró el nuevo muñeco que hizo de Mello, porque el primero que hizo lo guardó en un lugar seguro y especial junto al suyo, y lo colocó delante de la casa, agarrando al nuevo mini Near y haciéndolo caminar hacia Mello. 

 

—¿Quieres salir a comer, Mello diminuto? —preguntó con una voz más baja y suave, imaginando otro final, uno en dónde estaba con Mello, como debió haber sido.  

 

—¡Esto no puede ser! 

 

Near bajo su versión pequeña y volteó a ver a Rester, quien estaba con el rostro pálido y mirando sorprendido las cámaras de seguridad. Gevanni y Halle también detuvieron su trabajo y voltearon a verlo. 

 

—¿Qué sucede? —preguntó Near con cierta curiosidad, preguntándose qué pudo haber visto Rester para terminar en ese estado de asombro absoluto pero a la vez reflejando miedo en su rostro, como si estuviera viendo a un fantasma. 

 

—E-es… —Rester trago saliva, volteando a mirar a su jefe con duda, como si estuviera pensando si estaba bien o no decirle lo que había visto—. Es Mello —dijo lentamente, diciendo un nombre que hizo que Near se levantara bruscamente de su lugar y avanzara rápidamente hacia donde estaba él, sorprendiendo a Rester por segunda vez en el día por lo rápido que se movió Near. Si no lo hubiera visto, no lo creería. 

 

Gevanni y Halle también se acercaron, pero Near no les prestó atención, él sólo miró las cámaras y pudo sentir cómo su corazón comenzaba a palpitar con fuerza al ver a través de ellas a un individuo con las mismas características físicas de la única persona a la cual llegó a querer, a amar tanto que cuando lo perdió, todo su mundo se vino cuesta abajo y dejó de tener aquel bello esplendor y brillo que lo hacía feliz. Porque sin Mello no había nada. Solo oscuridad y penumbras. 

 

—Déjalo entrar —ordenó inmediatamente, ansioso de poder tenerlo con él, de verlo no por las cámaras, si no en persona. Quería comprobar con sus propios ojos, sin ninguna interferencia de por medio, de que era el verdadero Mello y no un impostor de lo peor.

 

Rester se mostró dudoso pero lo dejó entrar, preparando su arma en caso de peligro mientras Near observaba cómo aquella persona parecida a Mello avanzaba a pasos lentos pero seguros por el lugar, dirigiéndose hacia ellos. 

 

Fueron unos minutos de completo suspenso para Near, moviéndose nervioso en su lugar y jugando frenéticamente con un mechón de su cabello blanco. Su corazón le latía con demasiada violencia y ansiedad, contando los segundos que pasaban. 

 

Finalmente la puerta se abrió y allí estaba, Mello, tan hermoso y perfecto como lo recordaba. Cabellos rubios como el sol, brillantes piedras azules que tenía por ojos, tez pálida y figura delgada, y una cicatriz que cubría parte de su rostro que solo lo hacía aún más bello ante sus ojos. Y aquella cicatriz que le confirmaba que era… 

 

—Mello… —susurró Near con bastante emoción, temblando, sintiendo un intenso calor concentrándose en su pecho y como sus ojos se llenaban de lágrimas, incluso llegó a pensar que estaba soñando, que esto era demasiado bueno para ser real.

 

—Hola, Near —respondió el rubio con calma, enseñando sus manos para que Rester no lo considerara un peligro. 

 

Los pies de Near se movieron solos, acercándose hacia Mello, sin miedo alguno, sintiendo una emoción inexplicable, una alegría que jamás había sentido desde que Mello se había alejado de su lado. 

 

Ambos se contemplaron en silencio y en calma por un largo rato, como hace mucho no ocurría. Sin gritos, sin peleas, sin conflictos. Ya no había nada que los pusiera en contra. 

 

Near jugó con los rizos de su cabello, sintiendo que estaba por ceder a su humanidad, a dejarla salir por Mello. 

 

—Les pediré que nos dejen solos —pidió Near, deseoso por estar a solas con Mello y poder hablar con él, mostrarle su lado humano, solo a él. 

 

—¡Pero Near! —objetaron tanto Rester cómo Gevanni al momento, inseguros de dejar a Near a solas con una persona tan peligrosa como Mello. 

 

—Estaré bien —aseguró Near con cierto fastidio. No les hubiera pedido que se retiraran si temía por su seguridad.

 

Los dos se mostraron dudosos pero Halle suspiro y los empujó por la espalda, obligándolos a avanzar para que pudieran darles privacidad a Mello y Near.

 

Antes de irse, Halle miró a Mello y le sonrió, moviendo sus labios lentamente y sin hacer ruido, pero Mello comprendió enseguida lo que le dijo: Me alegra que estés vivo. 

 

Una vez que se fueron, Near pudo acercarse a Mello cómo quería, avanzando hasta que estuvo a unos pocos centímetros alejado de él, sintiendo mariposas en el estómago.

 

—Escucha, Near… ouch, ¿por qué? —Mello miró a Near con sorpresa cuando este le picó la mejilla, hundiendo su dedo en la suave piel del mayor. 

 

—Disculpa, aún no me puedo creer que realmente estés aquí —Near sonrió y no pudo contener más sus lágrimas, permitiendo que cayeran libres, mojando sus mejillas que se iban poniendo de un suave color rosa—. ¿Realmente eres real? —preguntó con la voz rota, con su pequeño cuerpo temblando sin que pudiera controlarlo.

 

Mello se rió suavemente y luego agarró las pequeñas manos de Near, colocándolas en sus mejillas. 

 

—Si, soy real. Estoy aquí, Near. 

 

Mello observó cómo la parte blanca de los ojos de Near se iba poniendo de un rosa claro hasta quedar de un color rojizo, al igual que sus mejillas, y como un suave hipido salía de sus temblorosos labios aunque Near intentara callarlos. Las lágrimas ahora corrían sin parar por las mejillas suaves de bebé de Near, deslizándose por su delicado mentón hasta caer al suelo. 

 

Near se lanzó a los brazos de Mello, llorando de alivio, de felicidad, de repente todo le parecía muy bello e increíble, que Mello estuviera ahí, y que se mostrara más abierto con él, le hacía sentir bien, muy bien, que todo estaba bien entre ellos. 

 

El mundo realmente podía ser hermoso. 

 

—Mello, Mello… te he extrañado tanto —lloró Near, escondiendo su rostro en el pecho del rubio, aferrándose desesperado a Mello con el inmenso miedo de que si lo soltaba, desaparecería. 

 

Mello lo dejó llorar en su pecho, entrecerrando los ojos. Dudó, pero al final enterró su rostro entre los suaves mechones blanquecinos de Near y lo rodeó con sus brazos, acercándolo aún más. Necesitaba sentir a Near, su calor, su aroma. Le hizo mucha falta. 

 

—Estás aquí, realmente estás aquí —dijo Near entrecortadamente, llorando sin que pudiera detenerse, disfrutando de estar rodeado por los brazos de Mello, de sentir lo cálido de su cuerpo y lo agradable de su aroma. Tan dulce y embriagador. Luego de mucho tiempo, podía sentir aquel atisbo de hogar, de calidez, de ternura y protección que tanta falta le hizo. 

 

—Near… —Mello lo abrazó más fuerte y se mordió el labio inferior, sintiendo sus ojos escocerle un poco—. Yo… Near, lo siento —Near se apartó un poco para verlo a los ojos, sorprendido, encontrándose con los brillantes ojos azules de Mello que lucían genuinamente arrepentidos—. Lo siento por… ser un idiota. Las cosas hubieran sido diferentes si yo hubiera trabajado contigo desde el inicio —reconocio, abrazándolo más fuerte mientras su corazón daba pequeños saltos—. Los errores de mi pasado, el daño que te hice, las vidas que tomé… todo porque no pude aceptar la idea de volver a estar por debajo de ti… —Mello apoyó su frente contra la de Near, estando muy cerca de él y sintiendo lo cálido de su respiración—. Si hubiera podido ver que todo lo que haría significaría hacerte llorar y sufrir, yo… lo siento tanto. Nunca debí haber hecho nada para empezar. 

 

Near negó con la cabeza suavemente, acariciando la mejilla de Mello con suavidad y cariño. 

 

—No tienes porque disculparte… Jamás te he culpado de algo, Mello —Near se aferró al buzo oscuro que llevaba el rubio con su mano libre. Sorbió un poco la nariz y sonrió mientras unas lágrimas más rodaban por sus mejillas enrojecidas—. Tú me protegiste. Pude haber muerto… que este vivo es gracias a lo que hiciste… En ese momento, yo pude haber muerto de no ser por tí… ¡Tú me protegiste! —Near no permitió que Mello apartara la mirada, sujetó su rostro para que lo viera a los ojos—, escúchame… No te culpo de nada, ni te guardo algún tipo de rencor, ¿cómo podría? Sabes que yo… —Near se detuvo abruptamente, sin saber si estaba bien decir sus sentimientos en ese momento, no quería espantar a Mello o abrumarlo—. Siempre pensé que juntos… podemos superar a L. Juntos… podemos ser mejor que él. Mello, sigo estando dispuesto a trabajar contigo. Sigo estando dispuesto a todo por tí. 

 

Los ojos de Mello vibraron y se quedó con un incómodo nudo en la garganta. Near se quedó en silencio, esperando su respuesta, deseando escuchar esta vez un sí.

 

—No quiero volver a lo mismo. 

 

Near se alejó asustado, con el miedo reflejandose en sus orbes grises por las palabras recién dichas por la persona que amaba.

 

Mello lo miró, sintiéndose mal al ver como el dulce brillo de los ojos grises de Near se apagaba. 

 

—¿A qué te refieres con eso? —preguntó Near en un tono un poco bajo, sin poner ninguna expresión, más no era necesario porque todo se podía ver en su mirada tan rota y destrozada. 

 

Mello se acercó a Near y lo cobijó en un fuerte abrazo, intentando calmarlo. Near apretó fuertemente la ropa de Mello con sus manos, temblando. 

 

—No quiero estar atado a este trabajo. No quiero ser L. Ya no. 

 

—¿Entonces volverás a irte? —preguntó en medio de un sollozo, mordiéndose el labio inferior bruscamente para no largarse a llorar. ¿Volvería a quedarse solo? ¿Mello volvería a abandonarlo? ¡No quería que pasara!

 

—No quiero esto, Near… —Mello acercó su mano al rostro del más joven, llevando su otra mano a los cabellos claros de Near, acariciándolos. Near se lo permitió, disfrutando de aquella caricia pero todavía sintiendo un dolor punzante en el pecho—. Quiero irme lejos, y mi deseo egoísta es que… —Mello oculto la mirada con su flequillo dorado, respirando profundo—, tú vengas conmigo. 

 

Near ensancho los ojos, con finas lágrimas volviendo a caer de sus orbes grises, siendo limpiadas inmediatamente por los pulgares de Mello. 

 

—No llores, por favor… —suplico el rubio.

 

Near pestañeó, abriendo y cerrando su boca, agradablemente sorprendido. 

 

—Dime… dime qué no me estás mintiendo, por fa-favor… —gimió Near, queriendo volver a escuchar a Mello decirle aquellas palabras, necesitaba saber que sus oídos no le estaban jugando una mala pasada. 

 

—Quiero irme lejos de aquí… contigo —Mello movió los cabellos blancos como nieve de Near para besar su frente de una forma muy dulce—. Quiero que tú estés a mi lado. 

 

Near lloró, sintiendo que su corazón le brincaba en el pecho al escucharlo. Dirigió sus orbes grises a los ojos azules de Mello, aquellos ojos tan expresivos, que jamás pudieron mentirle, y ahí solo vio brillar mucho amor.

 

Sintió como los latidos de su corazón se aceleraban y asintió, emocionado. 

 

—Near… no quiero que tomes una decisión precipitada —pidió Mello, frotando suaves círculos en sus sonrojadas mejillas—, en tu corazón… ¿Es lo que verdaderamente deseas?

 

Near lo miró significativamente, colocando su mano sobre la de Mello. 

 

—Quiero estar contigo —dijo Near con seguridad. No iba a rechazar aquella propuesta por nada del mundo, no iba a rechazar la oportunidad de finalmente ser feliz. Estar al lado de Mello, cómo siempre lo quiso. Mello siempre le gustó, desde el momento que lo vio, aquel alegre niño al cual le gustaba escalar árboles y mirar el atardecer, aquel niño que lo miro caer en su primer día en la casa de Wammy y lo ayudó a levantarse, el primer niño que le sonrió de forma sincera y le dió una cálida bienvenida, colocando en su mano una barra de chocolate. Near se enamoro plenamente de él, y siempre pensó que nada cambiaría si le decía lo que sentía, que lo único que haría sería que Mello se alejara aún más, pero ahora podía ver qué sus sentimientos siempre fueron correspondidos—. ¿Sabes cuánto te quiero? ¿Cuánto tiempo me la pasé pensando en ti? Iré a dónde Mello quiera que vaya… siempre que sea con él —le dijo con total determinación, con el pensamiento de que incluso le gustaría que lo llevará hasta el fin del mundo si eso significaba estar juntos.

 

—¿Por qué? —preguntó Mello, con una necesidad de escuchar lo que siempre sospecho que el pequeño genio sentía por él. 

 

Las mejillas de Near enrojecieron, sintiéndose avergonzado por lo que diría a continuación, pero le mantuvo la mirada a Mello y se acercó más hacia él, decidido. 

 

—Porque te amo. 

 

Mello suavizó su expresión y agarró las mejillas sonrojadas de Near con ambas manos, acercándose lentamente hacia él, hasta el punto en el que el más joven sintió su cálido aliento chocar contra sus labios. Ambos se miraron, con sus ojos brillando y sintiendo un fuerte anheló, y al mismo tiempo juntaron sus labios con ferviente necesidad, con deseo de probar los labios del otro, de sentirse. 

 

El contacto entre sus labios envío sacudidas en el cuerpo de ambos; sentirse tan cerca les llenó el pecho de un sentimiento cálido y maravilloso. Sus corazones enamorados lanzaron suspiros de satisfacción y amor. Near se aferró a la ropa de Mello con más desesperación y cerró los ojos, arrojándose por completo a aquella sensación que jamás había sentido. A aquel sentimiento que lo hacía llorar de felicidad, que le hacía sentir que el cielo existía.

 

Compartieron un beso largo, un beso lento y calmado, un beso definitivo que unía sus almas, lleno de sentimientos, disfrutando de aquel momento en dónde finalmente estaban juntos. 

 

Se apartaron un poco para recuperar el aliento y luego volvieron a besarse impacientemente, cada vez con más entusiasmo, con más felicidad, aferrándose el uno al otro sin deseos de separarse, sintiendo como un eterno sol de alegría por fin resurgía de las cenizas de sus almas. 

 

—No te queda llorar así —susurro Mello contra los labios hinchados y rojizos de Near, presionando un tierno y casto beso en ellos. 

 

Near sonrió un poco. 

 

—A ti no te queda ser tan cariñoso conmigo —se rió Near muy suavemente. Mello también se rió. 

 

Se miraron, ansiaron los labios del otro, se besaron otra vez y permanecieron cerca, con sus frentes apoyadas, sintiendo como el dolor en sus corazones se iba esfumando al estar juntos. 

 

Si Mello se fue al final del caso, fue porque no quería volver a hacerle daño a Near, no quería que se repitiera la historia, pero ahora sabía, al tenerlo en sus brazos, que no podría volver a alejarse de Near; la única persona que le encendía el corazón como la llama de un volcán. 

 

Le tomo tres años darse cuenta que lo necesitaba, que lo quería a su lado. Le tomó tiempo verlo, pero finalmente pudo abrir los ojos y darse cuenta que, desde pequeños, ambos habían estado unidos por un hilo rojo inquebrantable que siempre los haría volver a encontrarse, porque estaban destinados a estar juntos.

 

—¿Vendrás conmigo a recorrer el mundo, Nate? —Near jadeo sorprendido. Su nombre. Mello sabía su nombre—. ¿A qué simplemente vivamos como nunca lo hicimos? 

 

El más pequeño lo miro, escuchar su verdadero nombre de los labios de Mello le produjo un agradable escalofrío por el cuerpo. Se sintió tan bien que pudo sentir cómo su corazón se aceleraba aún más, con una sonrisa plena floreciendo en su rostro. Se sentía tan feliz. 

 

Near nunca sintió amor por nadie. Ni siquiera sabía lo que era querer a alguien. No conoció a sus padres para que llegara a sentir eso. No tuvo amigos. Hubieron personas mayores que se le acercaron para regalarle algunos dulces o encargarse de él, cuidarlo, pero por ellas Near solo sintió aprecio y nada más. Fue cuando conoció a Mello, cuando lo vio, que sintió como… la electricidad del amor llegaba a su joven corazón. Y supo en ese momento que su corazón solo le pertenecía a Mello, a aquel bello sol que iluminaba su mirada. Porque Mello era toda su vida. Su respirar, su existir. Todo. 

 

El más joven solo pudo responderle con un pasional abrazo, abrazandose a él para no soltarlo nunca, queriendo sentir por siempre el calor de su cuerpo junto al suyo. 

 

—Si, quiero… —pudo finalmente decir, sintiéndose muy feliz y afortunado.

 

Mello sonrió con calidez, besando dulcemente los labios del más pequeño, encendiendo su alma. 

 

Ambos se miraron con un intenso y bello amor brillando en sus ojos enamorados. 

 

—Te amo, Nate. 

 

Near intentó responderle, decirle lo mucho que lo amaba y cuanta falta le había hecho, pero Mello lo interrumpió volviendo a presionar sus labios contra los suyos, empujando el cuerpo de Near hacia el suelo, hasta terminar uno sobre el otro, con su hermoso cuerpo amoldándose al suyo. Lentamente Mello fue introduciendo su lengua a través de los labios de Near, de una manera lenta para obtener su permiso. Near solo lo atrajo más cerca y separó sus labios, recibiendolo gustoso. 

 

Ambos gimieron cuando sus lenguas se tocaron, adorando aquella sensación y volviendolo a hacer, devorandose mientras se acariciaban con dulzura y amor. 

 

—Te amo mucho… —jadeo Mello contra sus labios, volviendolo a besar, explorando con calma la cálida cavidad de Near, sintiendo su sabor, sintiendo la suavidad de sus labios y lo dulce de su saliva. 

 

Near sonrió en medio del beso, disfrutando del cálido cuerpo de Mello sobre el suyo, de sus manos tocándolo, de su boca reclamando con entusiasmo la suya; robándole el aliento y la cordura. 

 

—Yo también te amo, mi querido Mello… —gimió entre las pequeñas pausas que hacían para tomar aire, volviéndose a besar inmediatamente después—. Tu eres… mi único tesoro en este mundo. 

 

Mello sonrió cálidamente y miró con delicadeza a Near, abrazando al más bajo para después deslizar una de sus manos por debajo de la camisa blanca de Near, haciendo gemir al más pequeño que lo miró intensamente y asintió a lo que se proponía hacer Mello. 

 

Las ropas que llevaban fueron desapareciendo una a una. Y unos sonidos dulces y pasionales se comenzaron a escuchar en el lugar. 

 

[...]

 

Mello y Near estaban en la habitación del más bajo. Ambos lucían bastante agitados, con el cabello despeinado, sudorosos y desnudos, aún sintiendo ligeros espasmos de placer recorriendo sus cuerpos. Haber hecho el amor unas siete veces, y además de una forma muy intensa y salvaje, los dejó exhaustos pero satisfechos, agradablemente satisfechos.

 

Ahora el rubio estaba apoyado contra la cabecera de la cama, con Near sentado en su regazo, ambos permaneciendo abrazados mientras se besaban en los labios de vez en cuando, sintiéndose cómodos y en paz, como hace mucho no lo estaban. 

 

Near sentía el olor a sexo, sudor y otros fluidos, pero ciertamente no le molestaba, le resultaba hasta agradable aquel olor. 

 

El aroma de sus cuerpos unidos era magnífico.

 

—¿A dónde te gustaría ir primero, Nate? —preguntó Mello con suavidad, repartiendo besos por su sonrojada mejilla para luego bajar lentamente por su cuello, dejando muchos más besos de mariposa en el camino. 

 

El más pequeño tarareó suavemente, acariciando el pecho desnudo del rubio, moviéndose un poco sobre él.

 

—Me gustaría visitar el Palacio Ducal… 

 

Mello sonrió, besando dulcemente los labios de su pareja y envolviendo los brazos alrededor de su pequeña cintura, abrazándolo con mucho cariño. 

 

—Entonces partiremos mañana mismo y nos quedaremos en Venecia una temporada… Solamente tu y yo. 

 

Near sintió mariposas en el estómago al escucharlo y esbozó una bonita sonrisa, abrazando más fuerte a Mello mientras disfrutaba de aquel momento tan íntimo y mágico entre los dos.

 

—Ne… —llamo Near, sintiendo el calor del aliento de Mello chocar contra su rostro cuando este separó suavemente los labios para hablar. 

 

—¿Qué sucede? —preguntó el rubio cerca de sus labios, presionando un tierno beso en ellos, inclinándose para besar el hombro desnudo de Near mientras acariciaba sus piernas y cintura. Mello repentinamente se estremeció cuando sintió los suaves y cálidos dedos de Near deslizarse de su abdomen hasta su entrepierna. 

 

—Mello la tiene dura —comentó Near mirándolo juguetón. 

 

—¿Y cómo no? Si te tengo encima mío, provocándome con tus movimientos… —dijo Mello con una sonrisa de lado, llevando sus manos a las caderas de Near para presionar su pequeño cuerpo aún más para abajo, haciéndole sentir lo caliente, palpitante y duro que estaba por él. Ante eso, Near amplió su sonrisa y se restregó aún más, incitándolo. Mello gruñó excitado—. Near… 

 

El más pequeño lo interrumpe, juntando sus labios con suavidad por unos instantes, mirándolo con sus ojos grises entrecerrados, tan brillantes y bonitos, sin detener el suave movimiento de sus caderas sobre Mello. 

 

—Quiero hacerlo otra vez —susurra Near mientras le daba un beso más en los labios y otro más en la barbilla, moviendo con más entusiasmo su trasero sobre la hombría tensa de Mello, tentándolo a follarlo, a alojarse nuevamente en su cuerpo y hacerle perder la compostura y la razón debido al deleite de hacer el amor con él—. Hagámoslo otra vez, por favor. 

 

Los orbes azules de Mello brillaron de lujuria y Near le sonrió de forma torcida, deseoso porque Mello volviera a tomarlo. Quería con locura volver a ser suyo. Lo necesitaba. 

 

Ese día había dejado de ser virgen y ahora se había vuelto adicto a la sensación de tener a Mello dentro de su cuerpo, al toque de sus manos y a sus besos. Era algo increíble para él.

 

Mello correspondió aquella sonrisa antes de arrojarse precipitadamente sobre los apetitosos labios de Near y besarlo con ganas, de una forma hambrienta y apasionada. Near se quejó un poco por la brusquedad pero luego cedió dócilmente, sintiendo como Mello lo empujaba con su cuerpo para que cayera de espaldas sobre el colchón. Inmediatamente Mello se acostó encima suyo, permitiéndole sentir todo el peso de su cuerpo presionándolo contra la cama, que lejos de ser molesto, solo aumentó el libido en Near y la pasión que sentía recorrer por sus venas.

 

Con un sonrojo profundo en sus mejillas, Near pasó experimentalmente sus pequeñas manos por las extremidades de Mello, subiendo hasta llegar a su espalda, en dónde clavó sus recortadas uñas cuando Mello profundizó el beso y presionó fuertemente sus caderas contra las suyas, arrancándole un gemido ahogado.

 

—¿Cuántas veces…? —Mello rompió el beso con un gruñido excitado, llevando sus manos hacia las piernas suaves y delgadas del más joven, separándolas—, ¿cuántas veces quieres que te haga tocar el cielo? —preguntó con su voz ronca y embriagadora, tan excitante, tan deliciosa de escuchar, repartiendo besos por el delicado mentón y cuello de Near, avivando las marcas rojas que ya tenía. 

 

Near envolvió sus delgadas piernas alrededor de la cintura de Mello, gimiendo por el roce más profundo entre sus partes bajas. Relamiéndose los labios y luciendo mareado de placer, Near colocó sus manos en las mejillas del rubio, atrayéndolo hacia él con la intención de besarlo, de perderse en sus dulces y deliciosos labios. 

 

—Muchas… muchas veces, Mihael —susurró Near, presionando un beso suave contra los cálidos labios del mayor—. Por esta noche… no quiero que te detengas. No deseo que pares —le pidió con su dulce voz, mirándolo fijamente con sus orbes grises inundados de lágrimas de exquisito placer, teniendo un rubor feroz en sus pómulos.  

 

Mello volvió a besarlo más profundamente que antes, enredando su lengua húmeda con la de Near, jugando con ella mientras acariciaba los costados de su cuerpo desnudo, disfrutando de su cálida y suave piel de porcelana. 

 

—No pararé, Near… —jadeo Mello contra sus hinchados labios rojizos, perdiéndose en la brillante mirada de su amado, apreciando su sonrojo y lo bonito que se veía con aquella expresión de placer y lujuria—. Te haré el amor una y otra vez… —mordió su labio inferior con fuerza, haciendo jadear al más pequeño—, hasta que no puedas caminar —Mello llevó ambas manos al diminuto y bonito trasero de Near, amasando la tierna y suave piel, separando sus mejillas. Near solo pudo gemir y estremecerse, sintiendo como el placer lo inundaba por completo—, hasta que te quedes sin voz… Eso te lo prometo —Near lo sintió moverse para presionar bruscamente la cabeza de su caliente polla contra su hinchado agujero cubierto aún con restos de semen tibio. Suspiro profundamente y espero, temblando casi imperceptiblemente. 

 

—¡Mgh! —Near se mordió los labios y cerró fuertemente los ojos cuando sintió a Mello ingresar de golpe a su cuerpo, llenándolo por completo mientras volvía a reclamar su boca en un fogoso y caliente beso, con sus lenguas húmedas recorriendo la boca del otro por completo, bailando salvajemente juntas, devorandose la boca mientras los deliciosos movimientos de cadera de Mello comenzaban sin darle oportunidad a Near de siquiera acostumbrarse. 

 

Near gimió en medio del beso y sus piernas temblaron cuando Mello empujó más profundamente, comenzando un ritmo constante e impecable, hundiéndose cada vez más profundo en su cuerpo con cada nueva embestida, escuchandose un suave sonido de chapoteo por los restos de semen que iba manchando sus pieles. 

 

Mello rompió el beso, presionando fuertes besos por el delicado mentón de Near, bajando hasta morder con fuerza la curvatura de su cuello.

 

—¡Aah, Mihael! —gimió fuerte Near, sintiéndose bastante acalorado, muy lleno y caliente, abrazándose desesperado al cuello del rubio mientras el chico encima suyo se movía más rápido y más fuerte, volviéndolo loco de placer—. ¡Hnn! ¡ah! —Near cerró fuertemente los ojos, teniendo la boca abierta, dejando escapar lindos y fuertes gemidos.

 

Mello jadeo, gozando nuevamente de lo húmedo, apretado y estrecho que estaba Near; tan delicioso y adictivo que quería estar unido a él por toda la vida. 

 

—M-mierda… —un escalofrío le recorrió el cuerpo, dentro del más joven se sentía tan caliente, suave y dulce, con sus paredes envolviendose perfectamente y con fuerza alrededor de su palpitante polla, sumergiéndolo en su apretado calor. 

 

Mello fue repartiendo besos y mordiscos por el cuello y hombro de Near, dejando su frágil piel de porcelana adornada con más chupetones rojizos. Bajo hasta el pecho de Near y se llevó a la boca la pequeña protuberancia rosada, mordiendo y chupando con avidez hasta dejar el pequeño botón endurecido, llevando una de sus manos hasta el pecho de Near para pellizcar el otro pezón.

 

Near gimió y tembló, sintiendo como su diminuto cuerpo se sacudía en una honda de intensa electricidad provocada por la boca de Mello que atacaba sin piedad sus pezones, tirando de ellos con sus afilados dientes, mordiendolos y chupándolos con verdadero hambre, pasando de uno a otro para brindarles atención. 

 

—¡Mmh, Mi-Mihael! —su cuerpo sufrió de incontables espasmos por la forma cada vez más rápida con la cual Mello se movía, empujando profundamente dentro suyo, deslizándose más allá de su próstata. Near solo pudo aferrarse al cuerpo de Mello con toda la fuerza que tenía, manteniéndolo cerca y pegado a él—. Aaah… aaah… ¡Ah! —Near apretó fuertemente los párpados, sintiendo un intenso calor subir a sus mejillas, seguramente poniéndose rojas, con su cuerpo temblando por cada furiosa y fuerte embestida que golpeaba con entusiasmo aquel lugar especial dentro suyo que lo hacía vibrar de incontrolable placer. Era delicioso, muy delicioso, quería más. 

 

Mello movió sus caderas más rápido, embistiendo duramente a Near y dejando escapar un jadeo ruidoso por lo fuerte que estaba apretando su pequeño de cabellos nevados. 

 

—Mierda… —finas gotas de sudor bajaron por su frente, haciéndolo lucir radiante y hermoso. Resplandeciente y precioso para los ojos de Near que no podía dejar de admirarlo a través de sus pestañas húmedas. 

 

Mello era muy hermoso. 

 

—Ugh… —Near paso a apretar las sábanas con desesperación, convirtiendo su otra mano en un puño que colocó cerca de su pequeña boca por las oleadas de placer que sentía recorrer su cuerpo—, haa… aah… —no podía dejar de gemir, haciendo que una delgada línea de baba se escapara de sus rojizos labios entreabiertos, deslizándose por su mejilla y empapando su cabello blanco. 

 

—T-te sientes muy bien… tan jodidamente bien —Mello beso su colorada mejilla, envolviendo la rosada polla de Near con su mano, moviéndola de arriba hacia abajo, esparciendo el brillante presemen del pequeño por todo el largo de su polla. 

 

Near se sacudió cuando sintió la mano de Mello sosteniendo su erección y gimió con aprobación por aquellas caricias, sintiéndose mareado por el inmenso placer que recorría su cuerpo sin piedad, dejándolo débil y tembloroso ante Mello. 

 

—Mh… aah… tú ta-también… —gimoteo Near entre pausas, disfrutando de la palpitante polla de Mello que se frotaba contra sus entrañas una y otra vez, moviéndose más rápido dentro suyo, sintiendo cada vez que entraba un roce alucinante contra su próstata que lo hacía gemir más alto y retorcerse encima de las sábanas.

 

Los sonidos de placer que hacía Near eran muy lindos y deliciosos para Mello, enamorándose por como su encantadora voz gemía su nombre en sílabas rotas. 

 

Near apretó fuertemente su polla y Mello dejó escapar un gemido gutural, empujando más fuerte, apoyando las manos en la cama para impulsarse más hacia adelante. 

 

El más pequeño puso los ojos en blanco cuando Mello se estrelló contra él, mordiéndose el labio con fuerza mientras los sonidos de la carne chocando contra otra carne se hacía más fuerte. Jadeo con fuerza y entreabrió los ojos para mirar los preciosos ojos azules de Mello, tan brillantes y afectuosos, mirandolo con tanto amor que Near no pudo evitar llorar, sollozando suavemente mientras volvia a apretar los párpados. 

 

—Oye, oye… —Mello detuvo el movimiento frenético de sus caderas, agarrando el bonito y lloroso rostro de Near entre sus manos, besando suavemente sus mejillas húmedas y rojas—, ¿qué sucede? —preguntó angustiado por el repentino llanto de su novio. 

 

Near sollozó, la sensación de ser amado por Mello era tan maravillosa que lo ponía sensible. Había soñado tanto con eso, esperando por mucho tiempo que Mello recapacitara y decidiera trabajar con él, y cuando por fin creía que iba a pasar, que su persona amada iba a estar junto a él, Halle le rompía sus hermosas ilusiones informándole sobre la muerte de Mello, quebrando su corazón en miles de pedazos y oscureciendo su alma por completo, llenandolo de amargura, dejándolo con un profundo e insoportable dolor en el pecho. 

 

Y ahora, finalmente… 

 

—N-nada, yo… —Near sintió lágrimas calientes deslizarse por su rostro, quemando su piel mientras sus labios rojos temblaban, siendo incapaz de articular alguna palabra más.

 

Estuvo tanto tiempo esperando a Mello…

 

Mello quitó el cabello blanco que cubría el angelical rostro de Near y lo puso detrás de su oreja, volviendolo a besar en los labios. Aquellos suaves y cálidos labios que amaba tanto. 

 

—Si quieres nos detenemos —le propuso suavemente, mirándolo preocupado. 

 

Near negó frenéticamente con la cabeza.

 

—Ni… ni se te ocurra salir, Mihael —ordenó Near con dureza, volviendo a llevar sus delicadas manos a la espalda del rubio para tirar de él, pegando su cuerpo al suyo, demostrándole que estaba bien y que lo que más quería en el mundo era tenerlo cerca—, solamente… me siento muy feliz —Near curvo sus labios en una sonrisa tan hermosa y angelical que por un momento Mello se quedó perdido en aquella bonita sonrisa, mirándolo embobado y completamente enamorado. 

 

Mello también lo abrazó, dejándose caer por completo encima del cálido cuerpo de Near, envolviendo su pequeña y delicada figura con sus fuertes brazos. 

 

—Yo también… —susurró el rubio con una sonrisa preciosa, acercándose a los bonitos labios de Near. 

 

—Entonces… por nada del mundo pares, quiero seguir… quiero seguir sintiéndote —pidió Near, levantando la cabeza para volver a juntar su boca con la de su amado, degustando su aroma y sabor a través de las delicadas llanuras de sus labios.

 

Mello correspondió su beso, deslizando su lengua dentro de la boca de Near mientras comenzaba a mover sus caderas, primero lento y suave, arrancandole unos cuantos gemidos a Near, luego se movió con más fuerza, entrando y saliendo cada vez más fuerte y más rápido en medio de jadeos calientes y gruñidos suaves. 

 

—¡Nnn! —Near no pudo seguir más el beso y se apartó, jadeando acalorado contra los perfectos labios rosados del rubio. 

 

Mello empujó las piernas blancas de Near contra su pecho, moviéndose hacia atrás para luego empujar bruscamente hacia adelante, clavando su polla más profundamente en Near, provocando que éste temblara y soltara un fuerte gemido que casi fue un grito de auténtico éxtasis.

 

—No me detendré, Nate —prometió Mello en medio de un gruñido, apartándose para sacar la mitad de su polla y luego estrellar su cuerpo contra el de Near, hundiéndose completamente en el más joven, haciéndole vibrar de placer por el toque violento a su próstata.

 

Near gimió de satisfacción y se retorció entre las sábanas. 

 

—Por favor, por favor —rogó, gimiendo aún más fuerte, aferrándose desesperado al cuerpo del rubio, sintiéndose maravillosamente lleno y caliente por dentro. Era exquisito y le gustaba. Deseaba que Mello estuviera enterrado profundamente en su cuerpo por siempre.

 

Pero Mello se apartó, deslizando cruelmente su polla fuera de aquel apretado y caliente lugar. 

 

La sensación de sentirse vacío fue horrible para Near, haciendo un sonido de reproche mientras abría débilmente los ojos, preguntándole qué sucedía.

 

Mello solo sonrió y acomodó las blancas piernas de Near encima de sus hombros, levantando un poco su espalda baja. Colocó una mano en el hombro de Near y lo obligó a permanecer ahí, acostado en la cama. Mello jugó cruelmente, deslizando su erección de arriba hacia abajo por la abertura mojada de Near, haciéndolo gemir y que lo mirara suplicante, sintiendo como su agujero se abría y se cerraba, en busca de tenerlo otra vez dentro suyo.

 

El chico mayor presionó la cabeza húmeda de su polla contra la hinchada entrada de Near. Ambos se miraron y Near gimió con fuerza cuando Mello apretó bruscamente sus lechosos muslos y empujó sus caderas hacia adelante, volviendo a alojarse dentro con un solo empujón que le hizo sentir a Near satisfecho y maravillosamente lleno. 

 

Near arqueó la espalda, todavía gimiendo, podía sentir la polla de Mello palpitar dentro suyo, llegando más profundo, volviendolo adicto a aquella abrumadora y exquisita sensación. 

 

Se aferró a Mello cómo pudo, negándose a soltarlo y permitiendo que hiciera lo que quisiera con su cuerpo más pequeño, abrazándolo fuertemente mientras sentía la enorme polla de Mello deslizarse dentro y fuera de su agujero a un ritmo constante y rápido.

 

—M-más, por favor, ah, quiero más —pidió con desesperación, queriendo sentir aquella fuerte corriente de electricidad recorrer su columna junto a la enorme explosión jugosa de emociones que lo haría desfallecer.

 

En esos momentos Near sentía como Mello lo quemaba por dentro, haciéndolo delirar de lujuria y que solo pudiera gemir su nombre y suplicarle para que fuera más rápido. 

 

Mello sonrió complacido y clavó sus dedos en la suave carne de las caderas del más joven, acelerando la velocidad de sus estocadas, follando a Near con dureza mientras volvía a apropiarse de sus perfectos labios rojos.

 

En la habitación se comenzó a escuchar un fuerte sonido de aplausos cuando los testículos de Mello chocaban contra las nalgas de Near, junto al sonido de sus respiraciones agitadas y sus besos descuidados. 

 

Near gemía en voz alta, con sus piernas deslizándose hasta quedar sobre los brazos de Mello. El escalofrío que Near sentía se hacía más fuerte, sintiendo perfectamente como Mello sacaba su pene casi por completo e inmediatamente después volvía a meterlo, provocando un sonido húmedo y resbaladizo con cada penetración.

 

El cuerpo de Near se movía junto al cuerpo de Mello, dejando escapar lindos y melodiosos sonidos de placer por sus carnosos labios mientras inhalaba el aroma refrescante y dulce del rubio. 

 

Mello levantó las caderas de Near más alto de la cama, colocándose de rodillas sobre el colchón mientras se impulsaba hacia adelante, embistiendolo con más fuerza. Soltó un pequeño gemido, cerrando los ojos con una expresión complacida, disfrutando de la maravillosa tensión de Near que rodeaba su polla. Mello movió sus pupilas hacia abajo, viendo perfectamente como su polla desaparecía y reaparecía consecutivamente en el apretado y sonrojado agujero del chico más bajo, enloqueciendolo de placer por tan pecaminosa vista. 

 

Sintiendo su cuerpo arder, Mello arrojó las piernas de Near hacia un lado y empujó duramente, haciendo temblar las nalgas rosadas de Near por los golpeteos de su pelvis. 

 

—Mm… ah… aah, ¡Mihael! ¡AH!—gemía Near en medio de embestidas brutales y feroces, apretando con fuerza las sábanas de la cama, babeando mientras no paraba de gemir y chillar, dejando que su saliva goteara por los costados de su pequeña boca. 

 

—M-maldición… —la voz de Mello se convirtió en jadeos ruidosos, entrando y saliendo de su cuerpo con más violencia—. Eres tan malditamente apretado… 

 

En medio de embestidas rápidas y feroces, Near volvió a gemir fuerte, sintiendo una intensa ola de placer cuando Mello volvió a golpear más fuerte aquel manojo de nervios enterrado profundamente en su interior. 

 

Guiándose por su placer, Mello agarró a Near con fuerza y lo follo más duramente, empujando lo más fuerte que podía, una y otra vez, excitandose por la vista de su verga desapareciendo en el apretado agujero de Near. 

 

La cama se comenzó a quejar con fuerza por los movimientos cada vez más frenéticos de Mello, mientras este quitaba el cabello húmedo de la frente de Near para depositar besos en su brillante piel cubierta de sudor. 

 

—Mmm… aahh… ¡ah! 

 

La pequeña boca de Near se abrió de dicha, sintiendo como un intenso hormigueo y enorme placer se iba concentrando en su vientre por la gruesa polla de Mello que entraba y salía con más rapidez. 

 

—¡Uhm, ah! M-Mihael… ah… —Near sentía mucho calor, sintiendo su rostro arder y como su cabeza se volvía liviana mientras corrientes agradables recorrían su menudo cuerpo, llenándolo de dicha y éxtasis.

 

Cuando Mello abrió bruscamente sus blancas piernas y aceleró el ritmo de su salvaje vaivén, Near no pudo aguantar más y llegó al orgasmo con un sonoro grito de placer, manchando su vientre perlado de sudor con gotas cremosas y calientes, con su pequeño cuerpo sacudiéndose al ritmo en el cual se vaciaba, cerrando los ojos y arqueando la espalda. Pero Mello no se detuvo, lo follo con más fuerza, jadeando por como las paredes de Near se contraían con más fuerza alrededor de su palpitante polla, nublandole la razón y sumergiendolo en un mar de placer del cual no quería salir. 

 

Near gemía más fuerte sin poder contenerse, sintiendo un cosquilleo intenso en su parte baja que distorsionaba su voz y la hacía salir demasiado ruidosa y entrecortada, estremeciéndose cada vez que Mello movía sus caderas de atrás hacia adelante, rozando deliciosamente su punto dulce. 

 

Oleadas de electricidad le advirtieron a Mello que ya iba a llegar al clímax, por lo que separó lo más que podía las delgadas piernas de Near y lo embistió profundamente, empujando lo más fuerte que podía.

 

Near apretó las sábanas con fuerza, mordiendose el labio, Mello estaba yendo más rápido que nunca antes. Dios, se sentía tan bien.

 

—Estoy cerca… —el cuerpo de Mello se tenso y jadeo con fuerza en el oído de Near, provocandole intensos y agradables escalofríos.

 

—Quiero… que te vengas, ah… dentro… Suéltalo todo —suplico Near en medio de un gemido, tirando posesivamente el cuerpo de Mello más cerca suyo, eliminando cualquier distancia entre ellos. 

 

—¿Qué tan… adentro? —preguntó Mello mientras empujaba tan fuerte como podía, frotando su próstata en el proceso. Near solo gimió y abrió aún más las piernas, haciendo sonreír a Mello. 

 

—Muy, aah, muy adentro… —jadeo Near mientras sentía escalofríos recorrer su columna, con el pensamiento insistente de que no quería estar con nadie más que no fuera Mello, que no quería ser tocado por otra persona que no fuera su amado rubio. Solo lo quería a él. A su querido Mello. 

 

Luego de unas poderosas embestidas más, Mello clavó sus dedos en la piel de marfil del más pequeño, tirando de él con más fuerza hacia su polla, entrando aún más profundo que antes.

 

Near gritó y sus piernas temblaron, cerrando fuertemente los ojos mientras se aferraba desesperado al rubio, con sus mejillas deliciosamente sonrojadas y la boca tentadoramente abierta, dejando escapar más audibles gemidos. 

 

Mello se estremeció de placer y se liberó dentro de Near con un gemido ronco y lascivo que hizo latir con fuerza el corazón de Near. 

 

Su blanquecino semen salió a borbotones dentro del más pequeño, quien se sacudió con cada chorro de esperma caliente alojandose profundamente en su cuerpo, gimiendo ruidosamente en medio de unos violentos espasmos, sonrojándose aún más por la sensación de Mello corriendose dentro suyo. 

 

Mello agarró con fuerza los mechones blancos de Near y tiró de él para besarlo con la boca abierta, con sus lenguas jugueteando desesperadamente entre sí, saboreando el sabor agridulce de sus bocas. 

 

—Mhhh… —Near rompió el beso, necesitando urgentemente recuperar el aliento mientras lo miraba, apreciando lo hermoso que se veía Mello después de llegar al orgasmo. 

 

Los dos quedaron nuevamente empapados de sudor, con Near luciendo radiante y hermoso a los ojos de Mello, tan bonito que Mello continuó besándolo, llenándole todo el rostro de besos mientras Near seguía recomponiendose. 

 

Mello acarició con sus manos las piernas de Near, disfrutando de su piel tan suave y cálida, y de su expresión tan exquisita de satisfacción. Near se veía muy bonito estando sonrojado y jadeante, tembloroso y con la mirada perdida, con los cabellos blancos empapados de sudor esparcidos por la almohada.

 

Lentamente deslizó su mano sobre la de Near y el pequeño inmediatamente entrelazó sus dedos. Se miraron y se perdieron en la brillante mirada del otro, con Mello tomando nota de la imagen de su niño; de como algunos mechones nevados caían por la frente y parte de los cachetes de su amado, teniendo un tierno sonrojo en sus suaves mejillas de bebé. Su rostro, tan infantilmente redondeado, tenía una expresión complacida y feliz, con sus carnosos labios luciendo tan rojos e hinchados. Y sus ojos, enormes y grises, irradiando inocencia y amor. Amor por él. 

 

Mello se inclinó y besó la cálida mejilla del más joven, susurrandole palabras de aprecio y devoción. Near soltó una pequeña risita y cerro los ojos en relajación, respirando suavemente mientras dejaba que Mello besara su rostro, aún sin salir de su interior. 

 

—Mmm Mihael… —susurró Near en su oído, besando suavemente ese lugar mientras con su mano libre acaricia el rostro del mayor. 

 

Mello presionó un beso en su pequeña nariz y otro más en sus labios, sonriendo. 

 

—¿Qué ocurre, cariño? —preguntó, apretando su mano y presionando un beso más en los labios de Near que estaban cubiertos de su saliva. 

 

Near tararea suavemente, sonriendo de forma traviesa. Sin pensarlo dos veces, aprieta y oprime la polla del rubio, haciendo que Mello soltara un gemido audible, sintiendo mucho placer por lo sensible que estaba. 

 

—Nate… —Mello comenzó a alejarse, advirtiendo que iba a volver a ponerse duro como Near siguiera haciendo eso. 

 

—No —suplicó Near cuando sintió a Mello intentar retirarse, envolviendo sus temblorosas piernas alrededor de la cintura del rubio. Miró a Mello con sus ojos grises inundados de lágrimas, suplicantes, rogándole con la mirada que no lo hiciera—. No salgas, por favor —Near no quería que Mello saliera, por la forma en la cual lo hacía sentir, no quería que se retirara nunca. Quería seguir permaneciendo así, con Mello encima de su cuerpo, muy dentro suyo, durante mucho tiempo. Por toda la eternidad si fuera posible. 

 

Comprendiendo sus sentimientos, Mello acarició el cabello suave y esponjoso de Near, repartiendo besos por la curvatura de su cuello, meciéndose lentamente hacia adelante y hacia atrás, para demostrarle que por nada del mundo se separaría de él. 

 

Near tembló, sintiendo muchísimo placer al estar aún sensible por su reciente orgasmo, tarareando con aprobación por los movimientos deliciosamente lentos de la pelvis de Mello. 

 

—¿Otra vez? —preguntó Mello contra la mandíbula de Near. 

 

Near asintió desesperado. 

 

—S-si… quiero hacerlo otra vez —pidió dulcemente, con su cuerpo aún temblando pero negándose a soltar a Mello. 

 

Mello movió a Near para que quedara de costado, elevando su pierna sobre su hombro, estableciendo un ritmo constante, hundiéndose cada vez un poco más en el apretado calor de Near. 

 

—Eres tan lindo así… —gimió Mello, empujando con fuerza sus caderas hacia adelante. Near volvió a gemir fuerte cuando lo sintió chocar contra su sensible próstata, provocandole escalofríos de placer—. Ugh, Nate… me aprietas tan bien… 

 

Se quedaron en la cama por lo que pareció una eternidad. Mello se mecía en Near por largos periodos de tiempo, luego cambiaban de posición, con Mello colocándose detrás del más pequeño, presionando su rostro contra el colchón y follandolo por atrás, besando ocasionalmente su deliciosa espalda. Near se sostenía sobre sus rodillas, sacando más de su trasero para que Mello pudiera golpearlo a su voluntad. Luego Mello le indicaba a Near que separara ligeramente sus piernas, manteniendo su pelvis alzada para tener un buen ángulo de penetración. Entonces él se subía encima suyo, con las rodillas dobladas, moviéndose lentamente sobre él. Los sonidos del sexo y escuchar sus propias voces gimiendo era satisfactorio, pero luego ambos deseaban poder tener contacto visual, verse a los ojos, por eso Mello convenció a Near de montarlo a pesar de la vergüenza que sentía el más joven. Near se sentó en el regazo de Mello, guiando la polla del chico hacia su interior, y comenzó a moverse de arriba hacia abajo, haciendo bailar sus rizos blancos en el aire cada vez que movía su cuerpo, en perfecta sincronía con las embestidas de Mello. Aquella posición fue demasiado placentera para Near, podía sentir la polla de Mello meterse más profundamente en su cuerpo y golpear satisfactoriamente su punto dulce. También fue agradable por tener el completo control de la situación, pudiendo aplicar perfectamente la presión que su punto G necesitaba. Entusiasmado, Near comenzó a cabalgar a Mello con muchas más ganas, deteniéndose por momentos para mover sus caderas en círculos mientras apoyaba su frente en el hombro de Mello, gimiendo. Ambos quedaron envueltos en el placer que sentían, con Mello apretando con sus manos el trasero de Near para hacerlo moverse más rápido y deprisa. Unos movimientos más certeros y profundos, y Near terminó viniéndose con fuerza entre ambos torsos, con sus muslos temblando alrededor de las caderas de Mello mientras un delicioso gemido se le escapaba de la boca, doblando los pequeños dedos de sus pies. 

 

Mello volvió a colocar a un tembloroso Near sobre su espalda y lo beso, presionándolo con más fuerza contra la cama, empujando dentro suyo hasta llenarlo por completo, logrando arrancar por parte de ambos sonoros gemidos. Lo siguió besando mientras acariciaba con sus manos el vientre de Near, notandolo ligeramente abultado, seguramente por la dura polla que estaba enterrada profundamente en su interior.

 

El chico mayor sonrió lujurioso, besando la cálida y húmeda mejilla del más joven. 

 

—¿Puedes sentirlo, Nate? Estoy muy dentro tuyo… —le susurro Mello con un tono ronco. 

 

Near lo miro mareado, con sus ojos nublados y brillantes, y le sonrió cálidamente, sintiendo su corazón latir con mayor intensidad. 

 

—Puedo sentirlo… —Near tira de Mello hacia sí, queriendo sentirlo aún más cerca, atrayéndolo con sus brazos para otorgarle el calor que emanaba su cuerpo—, y me gusta mucho —dijo, todavía sonriendo, girando el rostro para besar la mejilla del rubio, teniendo la respiración acelerada por el esfuerzo físico que hizo al montarlo. 

 

—Me alegra que asi sea… —Mello sonrió ladinamente y agarró firmemente las pálidas caderas de Near, comenzando a follarlo con dureza, ardiendo de necesidad por llegar al paraíso.

 

El pequeño se arqueo, permitiéndole al joven de cabellos rubios tocar con más facilidad su punto G.

 

—Mi-Mihael… —gimió dulcemente, con su saliva descendiendo por sus cachetes rojos.

 

Mello lo agarró con más fuerza y estrelló su cuerpo contra el de Near, provocando que al más bajo se le escapara un prolongado grito de placer, temblando y retorciéndose debajo del sudoroso cuerpo del rubio. 

 

—¡Ah, ah! 

 

Mello gimió rígidamente al sentir el calor apretado de Near y salió de improvisto, apartándose para mirar al pequeño con ojos lujuriosos y lascivos, apreciando lo bonito y delicado que se veía Near debajo suyo, tan hermoso y angelical, mirándolo suplicante y jadeante, en espera de que volviera a hacerlo suyo. Mello se tomó su tiempo, apreciando sus curvas suaves y lo brillante de su piel rosada, teniendo sus bonitos pezones rojos y erectos. 

 

Miró más abajo y sonrió de satisfacción al ver su agujero rosado goteando abundante semen que iba manchando las sábanas y sus muslos. 

 

Near respiró entrecortadamente y se quejó mentalmente por la larga inspección de Mello. No podía soportarlo más, necesitaba volver a tenerlo dentro, invadiendo su cuerpo, estirando sus paredes, sintiendo su calor y dureza. 

 

—Te ves… tan excitante así… —Mello besó su colorada mejilla, acariciando su cuerpo desnudo—. Eres perfecto —susurró Mello, presionando un beso en la pequeña nariz del más joven.

 

—Mihael… —Near apretó las sábanas y tímidamente abrió más las piernas, dirigiendole una mirada acalorada y desesperada a Mello, en espera de que entendiera lo que quería.

 

Mello sonrió y se inclinó para tomar posesión de la deliciosa boquita de Near, profundizando el beso a medida que el más joven comenzaba a corresponderle, todavía abrumado por tanto placer. 

 

—Hermoso… —susurró el rubio, haciendo sonrojar aún más a Near. 

 

Mello se acostó encima de él, colocando sus manos en los suaves muslos de Near para abrir aún más sus piernas, guiando con una mano la gorda cabeza de su polla en la entrada del más joven. Se miraron, Near tembló y asintio desesperado. Entonces Mello presionó su palpitante polla contra la abertura de Near, sintiendo este como el músculo de su esfínter se abría para darle paso a la verga del rubio, apretándola luego con fuerza, impidiéndole salir. Near soltó un sonoro y caliente gemido, sintiéndose dichoso al poder gemir tan abiertamente porque se encontraba a solas con Mello, sin nadie que pudiera molestarlos. Imaginar que podían tener más días así, hizo que una sensación cálida y reconfortante se instalará en su corazón. 

 

Near volvió a mover sus manos hasta la espalda del rubio y tiró de él para abajo, manteniéndolo pegado a su cuerpo. 

 

—Mihael —susurró Near, gimiendo en voz alta cuando Mello empujó de lleno contra su próstata. 

 

Una ola de placer recorrió su diminuto cuerpo y tuvo que aferrarse más a Mello en un intento de controlarse, de no llegar al clímax sin él. 

 

Mello empujó duramente a Near, continuando follando la próstata del pequeño mientras gemidos y jadeos salían de sus rosados labios. Miró a Near, como ponía los ojos en blanco cuando volvia a mover sus caderas y empujar en ese lugar especial dentro suyo. Lo volvió a hacer para volver loco de placer a Near. 

 

Near gemía cada vez más alto, se sentía tan increíble y tan caliente, podía sentir las bolas de Mello golpeando repetidamente su pequeño trasero, y como sus paredes succionaban su verga para que llegara más al fondo. 

 

Lo que más le encantaba de todo era la imagen de Mello encima suyo, follandolo y aferrandose a él. Le gustaba mucho. Quería permanecer así con él por el resto de su vida. 

 

—Mmh… ah… aah… —Mello acercó su boca al cuello de Near y le dió unas cuantas succiones, mirando divertido como la piel lechosa del más bajo yacía adornada por varios y enormes chupetones rojizos. Le gustaba. 

 

Y a Near le gustaba más que a Mello. Amaba cada marca que Mello dejaba en su cuerpo. 

 

Mello mordió un lado del cuello de Near con dureza, haciéndolo gemir y que levantará su cadera, manchando aún más el fuerte abdomen del rubio con su semilla. 

 

Near gemía de satisfacción y se retorcía entre las sábanas, sintiendo como la enorme verga se deslizaba dentro y fuera de él, cada vez más rápido, más fuerte, y más delicioso. 

 

Envolvió sus delgadas piernas en la cintura de Mello, acercándolo más a su cuerpo, sonriendo como un tonto por la sensación de exquisito placer que solo iba creciendo con cada movimiento de Mello. 

 

—Dios, Nate… —gruño Mello, sintiéndose cerca de acabar, empujando más y más rápido, echándose un poco para atrás para luego empujar fuertemente hacia adelante. 

 

Near soltó un pequeño grito cuando Mello golpeó su próstata con especial fuerza, haciéndole ver estrellas y que temblara violentamente.

 

—¡Ooh, mmm, mhn, si!

 

El sonido de sus pieles chocando, más sus respiraciones entrecortadas y sus sonoros y lascivos gemidos, era lo que se escuchaba en aquella habitación que apestaba a sexo y a sudor, provocando que los dos chicos arriba de la cama sintieran aún más placer y excitación. 

 

Mello lo movió para que las penetraciones se sintieran más profundas, golpeando bruscamente, con su boca sobre la de Near, haciendo que el más pequeño se sintiera muy amado, caliente y querido.

 

Presionaban sus labios juntos cada tanto, con Mello envolviendo sus brazos alrededor de Near, empujando más profundamente. Se sentía cerca de acabar, el placer que lo atacaba en esos momentos era inmenso, y la humedad y el calor de las entrañas de Near solo lo hacían querer ir más rápido. 

 

Near tembló, la boca de Mello seguía sobre la suya, ambos sintiendo la respiración caliente y acelerada del otro mientras las caderas de Mello se movían con más fuerza, manteniendo un ritmo frenético y rápido. Near levantó la cabeza para besar a Mello con desbordada pasión y amor, atrayéndolo más hacia sí. 

 

Otro roce mucho más fuerte contra su próstata y Near tiró más hacia abajo a Mello, con su piel tocando por completo la del rubio, ambos mirándose con sus ojos entrecerrados y vidriosos. 

 

Pronto la caliente semilla de Mello se derramó profundamente en el cuerpo de Near cuando el rubio dió una última fuerte embestida y se empujó lo más profundo que pudo. Near se estremeció y gimió cuando Mello se corrió con fuerza dentro suyo, volviendo a llenar su interior con su abundante y caliente semen. Fue tan ardiente y placentero que hizo que Near abriera aún más las piernas y llegará otra vez al orgasmo, curvando la espalda y apretando fuertemente los párpados.

 

Quiso gemir pero la boca de Mello volvió a apropiarse de la suya, recorriendola por completo y jugando con su lengua. 

 

—¡Uhm, Mihael! Te… amo… te amo tanto —susurró Near entre besos apasionados, jadeante, esbozando una sonrisa tambaleante cuando Mello se alejo de sus labios. 

 

Mello le devolvió la sonrisa y volvió a besarlo, riendo cerca de sus labios, feliz de escuchar a Near decir aquellas palabras. 

 

—También te amo, mi amor —susurró Mello, besando su mejilla sonrojada y retirándose del interior de Near con un suave gemido. 

 

Near quiso impedirlo, pero no importó cuánto apretó y lo agarró, la polla ablandandose finalmente se le escapo. 

 

Mello movió las pupilas hacia abajo y clavó dos de sus dedos en el adolorido agujero de Near, separándolos para dejar que la eyaculación caliente y viscosa dentro del más pequeño saliera a chorros, empapando aún más sus muslos lechosos y las sábanas. 

 

Near soltó un pequeño quejido, mirando el desastre entre sus piernas.

 

Frunció los labios. 

 

—Mmh, tendré que encargarme yo solo de lavar mis sábanas —se quejó Near con cierta molestia. Las lavadoras y él no se llevaban bien, pero tampoco es como si pudiera pedirles a sus empleados que se hicieran cargo. No estaba interesado en compartir su vida íntima, gracias. 

 

Mello sonrió divertido, tirando de Near para sentarlo sobre sus piernas, envolviendo los brazos alrededor de su pequeña cintura. 

 

—¿Alguna vez hiciste algo por ti mismo, pequeño perezoso? —se burlo sin maldad, besandolo con ternura. 

 

Near hizo un adorable puchero. 

 

—Me lavo los dientes yo solo. También… —Near se quedó callado, pensando—. También… —Near desvío la mirada, sonrojandose al caer en cuenta de que no había nada más que hiciera por su cuenta. 

 

Mello soltó una pequeña carcajada.

 

—Ay, me conseguí un novio consentido. 

 

Las mejillas de Near se pusieron más rojas. 

 

—¿Te molesta? —preguntó Near, jugando nerviosamente con un mechón de su cabello, preocupado por la opinión de Mello. 

 

—No —respondió Mello inmediatamente, besando su hombro desnudo—. Lo que más quiero en estos momentos es mimarte y recompensar el tiempo perdido —le sonrió de forma cálida y hermosa, besándolo en los labios. 

 

Near sonrió enamorado, enredando sus dedos en el cabello dorado de Mello para acercarlo hacia él y volver a besarlo de forma lenta y pausada, disfrutando de la agradable sensación de sentir los labios cálidos y dulces del rubio contra los suyos, sintiendo su corazón palpitar con fuerza mientras había todo un caos de fuegos artificiales en su estómago. 

 

—También quiero recuperar el tiempo perdido… —susurró Near contra sus labios, sentándose sobre el miembro de Mello para comenzar a mover sus caderas hacia adelante y hacia atrás, mirándolo ansioso.

 

Mello suspiró, poniendo una sonrisa cansada en el rostro. Uh, al parecer Near planeaba dejarlo seco, pero no iba a negarse a hacer el amor con él cuando eso era lo que más quería. Inclinando el rostro hacia adelante para besar la pequeña boca de Near, Mello fue acomodando la punta de su miembro en la entrada de Near. 

 

Near gimió en la boca del mayor al sentirlo ingresar en su cuerpo. No tenía suficiente de eso, le gustaba mucho la forma en la cual la polla de Mello se deslizaba dentro suyo, encajando perfectamente en su interior. Se sentía muy bien, jodidamente bien, y rápidamente su semi-despierto miembro se irguió. 

 

Melo se enterró hasta el fondo y Near rompió el beso para gemir, poniendo los ojos en blanco al volver a sentirse muy lleno y caliente por dentro, estremeciéndose por el exquisito placer que le nublaba los sentidos. 

 

En esa posición, Mello se enterró hasta la empuñadura, tan profundamente metido dentro de Near que el pequeño sentía que podía llegar al orgasmo con simplemente apretar y aflojar repetidamente la polla de Mello dentro suyo. 

 

Mello apretaba y acariciaba con sus dedos la suave carne del trasero de Near, volviendo a capturar sus bonitos labios, los cuales beso como si se le fuera la vida en ello mientras su cuerpo temblaba, sintiendo aquella abrumadora sensación de calor que le proporcionaba la estrechez de su niño. 

 

Near se estremeció, embriagandose del goce que le proporcionaba las manos y la boca de Mello, sintiendo la polla del chico palpitar dentro suyo. 

 

Se besaron apasionadamente y Mello lo ayudó a mover las caderas, moviendo su cuerpo hacia abajo mientras él empujaba hacia arriba, una y otra vez, marcando un ritmo constante y muy estimulante. 

 

Near gimió cuando Mello volvió a frotar el punto profundo dentro de su cuerpo en dónde estaba su próstata, haciéndole ver luces de colores. Volvió a buscar desesperado los labios de Mello, sintiendo como este introducía bruscamente su lengua dentro de su cavidad y comenzaba a besarlo con más fervor y fuerza, ambos gimiendo en la boca del otro mientras comenzaban a moverse con más rapidez.

 

Mello lo sujetó fuertemente y se enterró hasta el fondo, mordiendo el labio inferior de Near en el proceso. Near se quejó al sentir un ligero dolor en su labio pero no le prestó atención y volvió a besarlo, dejándose embriagar por lo dulce de su boca y por sus movimientos que cada vez crecían más rítmicamente. 

 

Cuando los movimientos se volvieron más fuertes y más urgentes, Near se alejó de los deliciosos labios de Mello para soltar una serie de ruidosos gemidos, cerrando los ojos mientras disfrutaba de aquellas embestidas estimulantes y deliciosas. 

 

Mello comenzó a besar y lamer el cuello de Near, disfrutando de aquella delicada y suave piel mientras seguía empujando. 

 

—Te ves… tan bonito así —jadeo ronco—. Simplemente hermoso —continuó el empuje, rápido y sin pausas, rozando deliciosamente su próstata. Near se sintió cerca de enloquecer por el increíble placer que estaba recibiendo. 

 

Sus bocas volvieron a encontrarse y se besaron con desmedida pasión, comenzando un juego húmedo entre sus lenguas que se acariciaban con ardiente necesidad, ambos sintiéndose en la gloria máxima. 

 

Mello tocaba su próstata con cada embestida, llevando una de sus manos para acariciar con fuerza todo el largo del miembro de Near. 

 

Las piernas de Near temblaban, con el joven cerrando los ojos y arqueando la espalda. La forma en la cual lo estaba tocando Mello lo volvía loco. Agresivo y tierno a la vez, tan magnífico y encantador. Era una sensación bastante deliciosa que deseaba que nunca acabará. 

 

—Dios, Nate… —Mello, embriagado de lujuria, se fue introduciendo cada vez más con cada nuevo movimiento de cadera, devorando los labios de Near como si fuera a morir el día de mañana. 

 

Near no reclamó, correspondiendo el beso con la misma intensidad mientras se aferraba a Mello, enterrando los dedos en el cabello sedoso y rubio de su novio. 

 

Todo era tan maravilloso y satisfactorio. Los besos dulces de Mello, sus caricias rápidas y sus movimientos que iban siendo más fuertes y rápidos.

 

Near no pudo contenerse más y empujó su trasero hacia abajo, apretando con fuerza la polla de Mello mientras su columna percibía una intensa corriente estimulante de placer que lo hizo alejarse de los labios del rubio, dejando un pequeño rastro de saliva entre ellos mientras su vista se nublaba y su mente quedaba en blanco. 

 

—¡MIHAEL! —gritó Near cuando llego al satisfactorio orgasmo, sufriendo de violentos espasmos mientras arqueaba la espalda y manchaba el abdomen marcado del rubio con su semilla caliente y viscosa. 

 

Mello le miraba con intensidad, temblando al sentir las paredes internas calidas y húmedas de Near contrayéndose con fuerza alrededor de su miembro. Se sentia tan caliente y demasiado apretado, podía incluso sentir las palpitaciones alrededor de su hinchado pene, enviando hordas de placer por su cuerpo. 

 

Las mejillas de Near se pusieron rojas de la vergüenza al darse cuenta que gritó bastante fuerte el nombre de Mello, teniendo deseos de cubrir su rostro sonrojado. 

 

Mello besó dulcemente el sudor de la frente de Near y luego besó sus labios intensamente rojos, recostandolo en la cama con suavidad.

 

Near desvió la mirada, aún avergonzado. 

 

—¿Estás bien? —preguntó Mello, acariciando el cabello blanco de su novio, haciendo temblar a Near por lo agradable que se sentía y por el caliente aliento de Mello que chocó contra su piel sonrojada. 

 

Near lo miró y sonrió cuando vio los ojos azules de Mello brillando de lujuria, completamente eufóricos y deseosos. 

 

—S-si… estoy bien, mngh, puedes seguir —dijo Near entre jadeos intensos, separando dócilmente sus piernas mientras lo miraba expectante, sintiendo repetidas descargas eléctricas comenzando a olear por su columna y vientre. 

 

Mello separó mucho más las piernas de Near y el erguido miembro del joven rubio volvió a abrirse camino hacia el interior del más bajo, entrando y saliendo repetidamente, con suavidad para no abrumar al más joven. 

 

Near gimió más alto y apretó la almohada debajo de su cabeza, disfrutando mucho de hacer el amor con Mello, de su polla que invadia su cuerpo y lo hacía arder por dentro.

 

Era una sensación sumamente exquisita a la cual ya se había vuelto adicto. 

 

Los encantadores gemidos de Near y sus expresiones de absoluto placer, encendieron aún más a Mello, haciendo que sus movimientos se hicieran más rápidos e intensos, provocándoles a ambos fuertes corrientes eléctricas y que soltaran ruidosos gemidos lascivos. 

 

En aquella habitación volvieron a escucharse gemidos, suaves quejidos, el sonido morboso de los testículos de Mello golpeando repetidamente contra el pequeño y redondo trasero de Near mientras sus respiraciones se volvían cada vez más intensas. 

 

La enorme polla de Mello, bombeando dentro y fuera de él, hizo que Near perdiera el control, que se arrojara a los brazos de la locura, que enloqueciera por completo y solo pudiera enfocarse y pensar en Mello. 

 

Mello empujó las piernas de Near aún más para arriba, apretando sus rodillas contra los costados de su cuerpo. Se acomodó y comenzó a moverse, sacando su verga hasta la punta solo para volver a hundirlo con dureza, llenando a Near de una forma que amo. Near volvió a llevar sus manos a la espalda del rubio, atrayéndolo hacia sí, buscando desesperadamente su boca para volver a besarlo. 

 

Mello no se opuso, junto sus labios con fervor, deslizando su lengua dentro de la cálida boca de Near. 

 

Quería terminar dentro de Near, lo ansiaba.

 

Mello movió su cadera hacia atrás y luego empujó más profundamente a Near, haciéndolo estremecer y gemir en medio del beso, sintiendo cómo se frotaba una y otra vez contra su próstata. 

 

Near se alejo de los labios de Mello y hundió su nariz en el cabello rubio, volviendo a sentir las hordas de placer invadiendo su cuerpo. Su miembro tembloroso le pedía correrse otra vez. Y no quería, porque deseaba continuar estando así, con la imagen de Mello sobre él, entrando y saliendo de su cuerpo, enviando electricidad por su columna. Quería seguir sintiendo aquellas maravillosas sensaciones, con las manos de su amado tocandolo y su boca besandolo. 

 

Mello presionó sus labios contra la oreja de Near. 

 

—Te amo, Nate —susurró amorosamente antes de lamer suavemente el caparazón, aún moviéndose pero de forma más lenta y suave, deleitándose con los bonitos sonidos que hacía Near.  

 

—Y-yo también, Mihael… —logro decir Near entre la niebla de placer que sentía, gimiendo mientras enredaba sus delicados dedos en los cabellos rubios del chico. 

 

Mello sintió aquella especial y poderosa corriente eléctrica que le avisaba que llegaría al orgasmo, pero quería llegar a ese anhelado paraíso con Near, por eso coloco las piernas del mas joven sobre sus hombros y aceleró el ritmo del vaivén, con sus embestidas comenzando a tomar más velocidad e intensidad.

 

Near gimio más alto, sintiendo aquel arrastre frenético contra sus entrañas, haciéndolo sentir increíble. 

 

Mello apretó los dientes, embriagandose del calor del cuerpo de Near, embistiendolo con más fuerza, apropiándose nuevamente de los perfectos labios de Near que ya tantas veces había poseido por ese día. 

 

Near sentía como si su conciencia se estuviera desvaneciendo, sintiéndose bastante relajado y con mucho sueño. En medio de su dicha, pudo percibir a Mello bajar sus piernas, sintiéndolo latir dentro suyo y como su cuerpo se tensaba, momentos antes de sentir a Mello disparando una carga caliente y viscosa muy profundo en su cuerpo que lo hizo vibrar de infinito placer. 

 

Mello llegó al orgasmo con un gemido ronco, sintiendo su esencia caliente derramándose con fuerza en el interior de Near, con el más pequeño gimiendo en voz alta, sintiendo como su vientre se humedecia por una nueva capa de semen. 

 

Una vez que terminó de llenar a Near, Mello se derrumbó encima suyo sin fuerzas, jadeando, y ambos se miraron enamorados, sin decirse nada, solo observandose mientras intentaban normalizar sus agitadas respiraciones.

 

—¿Fue suficiente por hoy? —preguntó Mello, acariciando dulcemente las mejillas ruborizadas del más pequeño. 

 

Near le sonrió débilmente, sintiéndose satisfecho y complacido. 

 

—Si… —susurró con cansancio, aún sintiendo como su cuerpo temblaba. 

 

Mello sonrió e intentó retirarse del cálido cuerpo de Near, pero este apretó con fuerza, impidiéndole sacar su polla de lo profundo de su cuerpo, manteniéndolo ahí. 

 

Near disfrutaba sentirlo en su interior y no iba a dejar que Mello le quitará aquella agradable y exquisita sensación. 

 

Mello soltó una pequeña risa, comenzando a besar el cuello de Near, arrancándole unos débiles gemidos.

 

—¿No me dejaras ir? —le preguntó mientras daba pequeñas lamidas por la piel marcada del cuello de Near, recorriendo con sus manos cada parte de su cuerpo. 

 

—Ño —contestó Near infantilmente, mirándolo divertido y jadeante. 

 

Mello acarició con sus dedos la mejilla sonrojada de su pareja mientras aún respiraba con cierta dificultad. 

 

—Tu ganas. 

 

—Ambos ganamos —corrigió Near, colocando su mano sobre la de Mello que estaba en su mejilla. 

 

Se miraron por largo tiempo, hipnotizados, y lentamente sus labios se encontraron en un beso profundo, acariciándose amorosamente mientras sentían como sus corazones palpitaban con la misma fuerza, sintiendo el amor recorrer cada centímetro de sus cuerpos y calentar sus almas.

 

Mello saqueó la suave y cálida boquita de Near, acomodándose encima suyo para poder dormir con tranquilidad, sintiendo su calidez y su aroma relajante envolverlo. 

 

Sus cuerpos estaban sudorosos, pegajosos y calientes, pero aún así se aferraron con desesperación, con el temor de ser separados otra vez si se soltaban.

 

Mello contempló a Near una vez que separaron sus bocas; su niño estaba completamente sonrojado, con sus labios deliciosamente entre abiertos buscando aire mientras su pecho subía y bajaba de forma acelerada, mirándolo con mucho amor e infinito cariño. 

 

—¿Estarás siempre a mi lado? —comenzó a preguntar Near de forma lenta, mirándolo atentamente una vez que se sintió más repuesto—. ¿No volverás a irte? ¿No me dejarás nunca más? 

 

—No me iré… no me gustaría volver a estar sin tí —dijo Mello con voz suave, besando dulcemente su pequeña nariz—. No volveré a irme de tu lado.

 

—¿Lo prometes? —le preguntó mientras pasaba sus dedos por el suave cabello rubio de Mello, besando otra vez sus labios suaves y finos. 

 

—Prometido.

 

Near sonrió de forma cálida, pero luego recordó algo importante, haciéndole borrar su sonrisa y apretar la nariz de Mello con algo de fuerza. 

 

—Tampoco vuelvas a fingir tu muerte —le advirtió, mirándolo amenazante—. Nunca más vuelvas a hacerme eso, Mihael. 

 

—N-no lo haré —dijo Mello con un hilo de voz, cerrando los ojos por el apretón de Near. 

 

—Bien —susurró Near, más calmado, soltándolo y volviendo a rodearle el cuello con los brazos. 

 

—Puedes ser bastante aterrador cuando te lo propones —le dijo Mello soltando una pequeña risa, acomodando su rostro en el pecho del mas pequeño, sintiendo el olor elegante, tierno y dulce de su novio. Su aroma lo dejaba hipnotizado, encantado, era adictivo. Una extraña combinación de frambuesa, arándano y vainilla.

 

Near también se rió suavemente. 

 

—No sabes… cuánta falta me hiciste —murmuró Near, besando la cabeza de Mello con cariño. 

 

Mello sonrió enternecido, sintiendo como su alma se encendía como un sol radiante por las palabras de Near. 

 

Saber cuánto lo amaba el más pequeño lo hacía feliz. Muy feliz. 

 

—Ahora estoy aquí… —Mello se incorporó un poco para poder abrazar bien a Near y besarlo dulcemente en los labios. 

 

Ambos se abrazaron con mucho cariño, prometiendo no soltarse nunca, mientras se besaban de una forma suave y dulce, disfrutando de la sensación de sentirse juntos. 

 

—Buenas noches… —susurró Mello, agotado, mientras le daba un último beso por esa noche, esperando el día de mañana para poder besarlo muchas veces más. 

 

—Buenas noches, Mihael, dulces sueños —Near besa la nariz de Mello antes de caer finalmente dormido, sin dejar de abrazar al rubio mientras una sonrisa preciosa aparecía en su rostro, porque luego de años sentía que por fin podía descansar sin ningún tormento afligiendo su alma y corazón.

 

Ya no tendría más pesadillas, ahora solo podría tener agradables sueños, porque Mello estaba ahí, junto a él, para poder espantar cualquier mal sueño que tuviera.

 

A pesar de todo el dolor que Near pasó, de toda la tristeza que tuvo que soportar, ahora podría volver a sentirse en vida al tener entre sus brazos a la única persona que amaba. 

 

Y no permitiría que nada ni nadie los separara.

 

Porque si Mello estuviera lejos, él dejaría de existir. 

 

No lo soportaría, que volvieran a arrebatarle a Mello, porque sabía que lejos de su preciosa mirada era solo un desierto de tristeza y soledad. 

 

Uno en el cual no quería volver a estar. 

 

Por eso protegería ese calor y amor que sentían el uno por el otro. 

 

Y disfrutaría cada día que pasara junto a Mello, porque mirarle a sus bellos ojos azules era el mayor confort que su alma necesitaba. 

 

The end.

Notas finales:

Una cosa que me molesta un montón es que me cambien el estilo de la letra, yo lo pongo de una forma diferente y luego cuando lo subo por aquí, desaparece y queda todo igual :c y me toca editarlo (corazón roto) y seguramente deje pasar varios... ah, por cierto, sé que técnicamente Light no sería el asesino de L pero... En esencia lo es (? Ah bueno... Hablando de eso, recordé que una chica me pidió el nombre del fic que les hable de Lawlight en uno de mis fics, y me gustaría decírselo pero era en inglés y lo olvide :c no recuerdo cómo era TnT lo buscaré y veré si tengo suerte encontrandolo u.u también hay uno que es similar, pero más perturbador (? Y vieron que les dije que en ese fic L le dispara en las pelotas a Light? Bueno, en ese segundo fic dónde pasa técnicamente lo mismo, L le clava varias veces una navaja en la entrepierna a Light o.o brutaaaal! y luego creo que le corta el cuello para que muera desangrado (? Creo que fue ella la que dijo que lo escribió porque se canso de leer que siempre era L el que secuestraba a Light y decidió cambiar los roles (? Les gustaría leer eso? Que en vez de Mello secuestrando a Near, sea Near secuestrando a Mello?? Ooohh!!! Creo que yo también quiero cambiar las cosas jajaja quieren ver a un Near malvado? Bueno no, malvado no, alguien con problemas mentales (? Creo que lo escribiré *se va a escribir* 

Ooohhh, agradecimientos especiales a Mejor resumen (creo que era así), una persona increíble que resume de forma espectacular!! Es un poeta!! Enserio, todo lo que dice me encanta (corazones), es muy bello, me enamora. 

Y esto fue todo, gracias por leer y perdonen si dañe sus preciosos ojos :c 

Sayonara. 


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