Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

La esperanza de una respuesta diferente por dark kirito

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Magi pertenece a Shinobu Ohtaka-sama. Escrito en el móvil, errores son sin querer. Muchísimas gracias a Yayoi, a todos los que leen y especialmente a AOI SALUJA por siempre inspirarme a continuar escribiendo, te adoro >\\<.

.

.

La esperanza de una respuesta diferente

Especial de terror

Cuando se está harto del mundo solo queda invocar un demonio.

[Judal] [Aladdin]

.

.

En un sitio lúgubre al que difícilmente llegan los rayos del sol.

Un chico sonríe maniático al tiempo en que un chorro de sangre le salpica la cara que siquiera se molestan en limpiar.

—Y ese fue el último…

Espera ansioso. Le han pasado decenas de desgracias en los apenas veinte años que lleva en este mundo y algún imbécil le dijo por ahí que la vida era difícil para todos. A la mierda, ¿qué importa si es verdad? ¿Qué tienen que ver esos “todos” con él? Su único interés es el mismo y nada más. Este mundo es un asco, la gente basura y nada vale la pena. El destruirlo pasó vagamente por su mente hace unos meses y la idea se fortaleció. Arrasar con todo de la manera más sádica e inverosímil, que nadie se esperara, que no creyeran o pudieran comprender resultó seductor. Buscando en internet halló métodos para fabricar armas y demás pero todo le era demasiado monótono y repetitivo hasta que por accidente pinchó el link que le llevó a una página cuyo encabezado recitaba: “Invocación de demonios”. No pudo contener una carcajada, ¿quién se tragaría algo así? Esas cosas ni reales eran. Por mera curiosidad se deslizó notando que no era una página sino un foro. Leyó los comentarios, la gran mayoría decía que se necesitaba un sacrificio aunque no especificaba el tipo, eran puros rumores, no había indicios de que lo hubiesen concretado. Vaya pérdida de tiempo, suspiró. Estaba a punto de cerrar el sitio cuando vio un comentario con miles de reacciones negativas.

*Estúpidos humanos, el llamarnos es fácil, el precio difícil de pagar. Un alma por otra alma, un vivo por un no vivo. El demonio depende de la cantidad, entre más poderoso más almas requerirá, un “recién nacido” llegará a ti por un solo humano, los más antiguos…*

La explicación era innecesaria. Judal se llevó la mano al mentón, pensativo. Esto tenía la pinta de ser una broma de muy mal gusto. Ni siquiera estaba confirmado que funcionase o quizá no era el caso y tal vez por ello las reacciones. Leyó las réplicas, todos decían que estaba loco o que invitaba al genocidio pero nada más, realmente no le desmentían. ¿Se habrían acobardado? ¿O no estaba en sus planes el invocar un ente del bajo astral en el mundo terrenal? Ladeó la cabeza, ciertamente no es como que encuentres personas como el en cada esquina. El punto era verificar la información, probar con una o dos personas y subir de nivel pero aún así, ahí estaba, en medio de la penumbra, empapado hasta la médula y luego de cometer el milésimo asesinato. Sonrió burlón, agitando la mano despreocupadamente. Nada aparecerá, el método en si lo hizo todo más divertido, se daba por satisfecho.

—Aparece demonio.

Dijo descuidado, más como burla que otra cosa, dio la media vuelta con intención de retirarse cuando una violenta ráfaga de aire le atravesó casi tirándole. Viró en el acto.

—¿Pero qué…?

A causa de la escasa iluminación no podía ver más, distinguía una especie de silueta. Estaba ahí, frunció el ceño.

—¿Es todo?

—¿Qué quiere decir maestro? — le interrogó una voz demasiado angelical para su gusto.

—¡Eres un enano! — se quejó insatisfecho.

—Que mi apariencia no le engañe — respondió divertido — mi padre es…

—¡Me vale un cuerno mocoso de papá! ¡No quiero a un inútil que…!

Judal abrió exageradamente los ojos. Le habían tumbado al piso sin atinar al momento o método que se utilizó, el susodicho estaba sentado sobre su regazo.

—Espero haberlo convencido de mi desempeño maestro.

—Si lo soy deberías respetarme más — rápidamente recobró la compostura.

—¿Eh? Que extraño, Kouha-kun dijo que serviría.

El pequeño se puso en pie, ayudando al otro, luego se arrodilló mostrando toda la humildad posible.

—¿Qué desea?

—Que te largues.

El demonio quedó pasmado, completamente petrificado. Durante toda la historia de la humanidad los demonios habían sido llamados, el método siempre se sabía de una u otra manera por ellos mismos pero uno de su nivel pocas veces había pisado la tierra y eso no quiere decir que no hubieran existido crímenes atroces, no, la razón más bien reside en qué esas almas deben ser cegadas por las propias manos del solicitante y nadie había estado tan desquiciado como Judal. ¿Con que cara vería a su abuelo? ¿Cómo afectaría este fracaso a su familia? Sudó frío. ¿Qué debería hacer? Estaba atado a las órdenes de su amo pero retornar simplemente no era opción. Judal giró en dirección a la salida, el otro le siguió, le miró molesto.

—Que te largues. ¿No entiendes?

—Ah — lucía nervioso — también voy para allá.

—Oh, ¿enserio? ¿Y qué hay?

—¿Almas humanas?

—¿Te alimentas de ellos?

Para los demonios de bajo nivel era algo necesario, para alguien con la cantidad de energía de Aladdin no tenía importancia. Además, el pequeño siempre estuvo interesado en las historias que escuchaba de otros, con el tiempo se había enamorado de todas las razas y el mismo mundo, sentimientos que no debería tener. Si su padre… no, el y su madre lo sabían pero su abuelo, era una cuestión distinta. Si, estaba aquí por un solo motivo, dejarse llevar, obedecer y aumentar su ya increíble fuerza mediante los asesinatos y tareas que le daría su amo, si pudiera aprender de él… frunció el ceño contemplando al chico, ¿en verdad era tan malo? Podía ver su alma y en ella había amargura y un gran anhelo de ser amado, ¿entonces porqué? ¿qué le hizo llegar tan lejos? Los cuerpos despedazados en el suelo eran claras pruebas de su crimen, no es que alguien lo hubiese inventado. Fue Judal mismo quien cortó gargantas, sacó vísceras, pisoteó ojos, rompió pómulos y demás. Sin embargo Aladdin se negaba a creer.

—Ah olvídalo, el mayor se dio por vencido — si de todos modos vas quedarte pegado a mi, vamos a matar a unos cuantos más.

—¿Porqué?

—Se me da la gana.

—A menos de un kilómetro hay un grupo de bandidos que…

—¿Bromeas? ¿Qué gano con ello? No soy un maldito héroe. Para eso hay policías o el ejército. No, del otro lado de la ciudad hay un grupo de actores ambulantes, la mayoría son mujeres y niños…

—Ellos no podrán defenderse.

—Es el punto, entre más fácil mejor.

Aladdin no podía ir en contra de las órdenes, cada célula en su cuerpo hervía, le imploraba que se detuviera, que le costaría caro y aún así, se interpuso en el camino de Judal, extendiendo los brazos, le empujaron pero no se movió. Le lanzaron una estocada que hirió ligeramente uno de sus oídos, haciendo sangrar la parte superior.

—La próxima no fallaré.

Posiblemente estaba engañándose pero si enserio quisiera eliminarlo, no hubiera sido un solo rasguño.

—No habrá una próxima — declaró solemne.

—¿Qué?

Hay dos maneras en que un demonio puede ganar poder: la primera es consumiendo las almas de aquellos que asesine bajo las órdenes de su maestro donde estas se transforman en energía demoníaca; y la segunda, es convertir a su invocador en un sirviente, así las almas que este tomó pasan a su propiedad, con crímenes, odio, rencor, penas y demás incluido; eso claro convierte al humano en un demonio de bajo nivel.

—Lo lamento, no puedo dejar que sigas asesinando inocentes.

—¿Pero qué…?

Una enorme masa negra apareció de la nada, envolviendo a Judal, privándole de oxígeno, rompiendo sus huesos, drenando la sangre entre gritos de agonía. Para renacer y cambiar de especie, primero era necesario morir, luego viviría en el alma de Aladdin unos cuantos miles de años, conviviendo con todos esos a los que asesinó, en absoluto silencio puesto que no podría hablar, solo sentir. Aladdin salió del sitio y miró al sol con una gran y deslumbrante sonrisa. Había liberado al mundo de una catástrofe, otra vez. Estaba convencido de que sus amigos lo entenderían tarde o temprano y podrían llegar a llevarse muy bien. Estaba lleno de sueños e ilusiones, así que solamente preguntó con gran inocencia.

—¿Qué haremos ahora Sinbad-ojisan, Arba-san… Judal-kun?

Si, está no era la primera vez aunque, tenía la esperanza de escuchar una respuesta diferente.

.

.

Notas finales

Ciertamente no lo puedo clasificar como un JuAla porque ahí no hubo nada (¿. Gracias por leer!

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).