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Más importante que el resto del universo por dark kirito

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Tensei shitara slime datta ken pertenece a Fuse-sensei, escrito en el móvil, errores son sin querer. Muchísimas gracias a Yayoi y a todos los que leen por el apoyo.

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Más importante que el resto del universo

¿Es posible elegir la salvación de una persona arriesgando a todas las demás?

Drama/Comedia/Romance

Tensei shitara slime datta ken

Diablo x Rimuru

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Notas

Bueno, para quien haya leído algún otro de mis fics, sabrá que no soy fan de la narrativa en primera persona, sin embargo, en el caso de Tensei estoy muy influenciada por su estilo en la novela tanto web como ligera que me gusta, así que trataré en lo posible usar algo similar a su narrativa con la primera persona para Rimuru y tercera para los demás. Sin más por el momento, gracias por su atención.

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Ya han pasado veinte años desde que reencarné como un slime, el tiempo pasó tan rápido y sin embargo sucedieron tantas cosas. Doy un suspiro involuntario, ahora que lo pienso, ¿dónde estoy? Me siento pesado, ¿confundido? Abro los ojos, es verdad, estaba en mi habitación. Trato de levantarme pero me cuesta, me siento extraño aunque no podría describirlo. Salgo de la cama dando ligeros saltos ya que tengo mi forma azul redonda; no doy ni tres brincos cuando me estaciono por así decirlo, me inclino un poco hacia un lado, como si fuera un globo desinflado.

—¿Qué pasa?

Tal vez he trabajado más de la cuenta últimamente. Mi cuerpo tiembla un poco debido al encogimiento de los hombros que por supuesto no tengo. Si claro, si me la he pasado delegando responsabilidades como siempre. Quizá me estoy haciendo ¿viejo? ¿A todo esto cuál es la esperanza de vida de un slime? Bueno, tengo cosas que hacer, hoy si. Mejor me arreglo rápido. Continuo el recorrido hasta el clóset y tomo mi forma humana para buscar un atuendo apropiado, si bien no es necesario porque puedo guardar lo que quiera en mi estómago o emplear alguna habilidad como Milim, me resulta más divertido de está manera, seguramente sea la nostalgia de mi época como Satoru Mikami. Me visto y salgo de la habitación. Que raro, hace demasiado calor. ¿Será que hemos talado demasiado el bosque? Niego con la cabeza. De ser así habría hecho enojar a Treiny y las demas driades, estoy desvariando, mejor apurarse. Llego a la oficina, Benimaru ya aguarda. Cierro la puerta.

—¿Tienes mucho aquí? Lo siento.

Tomo asiento, este me sonríe amable.

—No es así Rimuru-sama. Es solo que no me gusta que sea usted el que espere.

Ya veo, que chico más atento.

—¿Y bien? — inicio la conversación — Han pasado muchos años desde que algún país fuese abiertamente hostil hacia Tempest pero, aún así quisiera hablar contigo sobre las habilidades de nuestros hombres.

—Le aseguro que todos los escuadrones están más que capacitados.

—Las nuevas generaciones son igual de competitivas, ¿eh? — le sonrío, me devuelve el gesto. Esta gran familia a la que tanto amo me llena de orgullo todos los días, es por eso que no puedo evitar preocuparme por ellos. No importa si son fuertes, no quiero pasar por una tragedia como aquella… otra vez, el solo recordarla me deja un mal sabor de boca. Me pongo de pie para mirar por la ventana y relajar la mente.

—¿Eh?

Algo falla, todo se torna borroso.

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Benimaru nota el semblante descompuesto de su amo, aún si intenta disimularlo, han estado demasiado tiempo juntos.

«—¿Aún se culpa por ello?»

Rimuru se levanta e inmediatamente se tambalea. Se precipita al piso, de espaldas.

—¡Rimuru-sama!

Logra atajarle entre sus brazos. No ha perdido el conocimiento pues tiene los ojos abiertos sin embargo, luce confundido.

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—¿Benimaru? ¿Qué pasó?

Porque es él, ¿cierto? No logro enfocar su rostro a pesar de estar a centímetros del mío.

—También quisiera saber.

Oh, espera un segundo, cuando te encuentras ante un apuro siempre está la gran y confiable Ciel-sensei. La llamo pero no responde. Ey, Ciel-sensei, necesito de tu sabiduría. Nada, esto ya es preocupante. Justo cuando comenzaba a sudar frío, alguien irrumpió en el sitio cuál dueño del lugar, no necesito molestarme en adivinar de quién se trata.

—Veldora-sama. — y eso lo confirma. El único que se saltaría todo protocolo para entrar a la oficina de un rey sin anunciarse… bueno Ramiris podría… y Shion, Milim y… la lista es interminable, debería hacer algo pero es demasiado tarde para estos muchachos. Ah, me fui por las ramas — Algo le pasa a Rimuru-sama.

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El Dragón de la tormenta se acerca y mira con inusual seriedad el rostro de su amigo jurado, con todas las resistencias e inmunidades que tiene no debería pero tiene la cara exageradamente sonrojada, ¿no es a lo que los humanos llaman fiebre? Aunque sabe de antemano la razón debido al corredor de las almas que les conecta y porque hace un par de meses discutieron por ello.

—Así que finalmente has colapsado. Te lo dije.

—¿Qué eres mi mamá? — pregunta enojado llevándose el antebrazo a la cara.

—Debes hacerlo.

—Ya te dije que no.

—¿Entonces vas a esperar a morir? Sabes que es incluso más peligroso para ellos o no, ¿a dónde crees que irá toda esa…?

—Siento interrumpirlo Veldora-sama pero no estoy entendiendo.

—Como sabes, los monstruos con una alta densidad espiritual tienen problemas para contener la cantidad de magiculas, no importa lo fuerte que seas, incluso yo siendo uno de los dragones verdaderos tengo dificultades, necesito soltar un poco de vez en cuando, ahora imagina a alguien con la cantidad de Rimuru, lo peor es que este tonto lo ha hecho por tanto tiempo…

—Te estoy escuchando. — el otro le ignora.

—Que ha olvidado como hacerlo correctamente. Un error y podría ser el final para su preciada gente por decir lo menos. Ya le dije que yo me encargaría en el momento pero no parece confiar en mí. — admite dolido con su característica personalidad infantil.

—¿Cómo podría? Eres la causa del apodo que tengo… aunque no es que me queje.

—¿Yo? — pregunta como si desconociera el tema.

—¿Qué podemos hacer? — el pelirrojo angustiado.

Ciel, Ramiris y yo le sugerimos ir a otro mundo desolado pero es un cabezota, dice que no se puede estar seguro de que haya o pueda desarrollarse vida ahí.

Se hizo un silencio pesado. A pesar de todos los dolores de cabeza que le ocasionan a Rimuru, lo cierto es que nadie provocaría su odio y ciertamente es una de esas situaciones.

—Ramiris y yo estamos en medio de una investigación pero no esperaba que avanzara tan rápido. Por ahora no queda más que llevarle a su habitación. — finaliza insatisfecho.

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Me duele la cabeza, estoy acostado en la cama sin poder hacer nada. Qué patético. Sin duda fui un idiota por no notar lo peligroso del asunto pero, mi amada familia ni ningún otro ser merece perder la vida por mis descuidos. Incluso una pequeña bacteria en otro planeta existe. Por si fuera poco yo, siendo un simple y débil slime tuve una oportunidad, no sería justo. Pero, ¿en verdad no hay solución? ¿Ya no podré probar la comida de Shuna? ¿No escucharé las tonterías de Gobta o veré los extraños bailes de Gabiru? ¿No jugaré más en el calabozo con Milim, Ramiris y Veldora? ¿No acariciare la cabeza de Ranga? ¿Tampoco seré aplastado por los pechos de Shion? Si solo fuera yo, bueno… me lo busqué sin embargo llevarlos conmigo… ¿no hay salvación? Al final soy tan débil como siempre temía, tan impotente. Estoy seguro de que alguna lágrima habría escapado de no haber olvidado como hacerlo también, soy todo un fiasco. Uno mis manos en plegaria, tocan mi frente al tiempo que me encojo en posición fetal. Por favor…

—Te lo suplico Ciel-sensei, necesito tu ayuda.

Respuesta: Diablo ya ha sido informado del asunto. No tiene de qué preocuparse maestro.

—¿Qué?

Balbuceo con torpeza, escucho pasos, llaman a la puerta.

—Rimuru-sama…

Wah, Ciel-sensei lo ha hecho de nuevo. Odio cuando toma decisiones sin consultarme, pareciera que no confía en mí, ¿qué no somos compañeros? Bueno, tampoco es como si hiciera fácil su trabajo. Más tarde me disculpare.

Respuesta: No es necesario.

¿Eh? ¿Es idea mía o sonaba contenta? Bueno, como sea.

—Adelante.

Solo hasta que doy la indicación, Diablo se adentra, lo observo con trabajo pero más facilidad que a Benimaru hace rato. Qué expresión más lamentable tiene, ¿tan mal aspecto tengo? Me dan ganas de preguntar la razón de su visita pero lo sé o de menos supongo por sensei. ¿Qué puedo decir? Es incómodo, no quiero que sienta pena pero no tengo idea de qué hacer.

—Estoy bien — suspiro involuntariamente. No salió como esperaba.

—Rimuru-sama… no es que tenga la insolencia de pretender como funciona su mente pero, usted siempre se preocupa por todos, poniéndose en último lugar.

—Soy bastante egoísta.

—¿Cuándo ha disfrutado de las cosas usted solo?

—Mis caprichos culinarios son un buen ejemplo — digo con bastante cinismo, él me sonríe amable.

—¿Y que no lo ha compartido? No solo con los habitantes de Tempest, sino con el mundo en general.

—Mmm, mi afición al dinero.

—Todos le han dicho que la riqueza es suya pero, usted lo invierte y hace crecer para beneficio de todos.

—El tiempo libre que me otorgo al delegar obligaciones.

—Ku fu fu, vamos Rimuru-sama, esos son solo reconocimiento de su parte a nuestra labor.

Ey, ey, ey chiquillo. Puede que quizá tengas razón en las primeras dos pero ¡estás totalmente equivocado con la última! Y aún así, siento que me atrapó, no interesa lo que diga, seguro tiene una respuesta. Este chico es demasiado agudo para situaciones en qué a veces no quisiera. Me reclino con algo de trabajo, el solo observa.

—Diablo, no soy la maravillosa persona que crees que soy. He cometido demasiados errores, hice cosas de las que me arrepiento, en esta vida, en la pasada, en… tu entiendes. Por una vez quiero hacerlo bien. Y si, lo sé, la forma correcta era el liberar poco a poco mi aura. Y pensar que regañé a Veldora tantas veces por lo mismo. Enserio soy un desastre. Ya ves, este es el maestro que tienes.

—No pude tener uno mejor, toda mi vida estuve esperando por usted.

—¿Estarías mejor si te diera la libertad?

Ugh, pareciera que va a llorar, creo que me pasé.

—Ku fu fu — ríe pero con nerviosismo, incluso le tiemblan los labios con un tic nervioso — No haga ese tipo de bromas por favor, es malo para mí corazón.

—Lo siento — me sentí mal por él. Ciertamente jamás he logrado entender qué ve en mi. No hubiera llegado tan lejos sin mi amada familia y amigos, es decir, hasta Ramiris puso de su parte.

—Sin usted mi vida no tiene sentido, no soportaría perderlo.

—Una vez que me vaya, aún tendrás a Benimaru y… — me interrumpí, ¿qué clase de expresión desagradable es esa? ¡Ellos también son tu familia! O algo así… si los nombre a todos son como hermanos o ¿No? Debería consultarlo con Ciel-sensei.

Juraría que escuché un suspiro molesto en mi cabeza, fingiré que no pasó. ¡Ey! ¡¿Estás o no Ciel-sensei?! Y a buena hora como siempre, mi confiable compañero se hace el desatendido. Como sea. Después de algunos segundos es mi subordinado quien habla.

—Ambos sabemos que usted es mi todo.

Vaya, agradezco que la fiebre o lo que sea que es, me tenga sonrojado porque me ha dado demasiada vergüenza su honestidad.

—Si el problema es destruir la vida en este u otro mundo, ¿porqué no crea uno desde cero? Estoy seguro de que eso gastaría una gran cantidad de magiculas.

¡Ey, ey, ey! ¡¿Pero qué disparates está diciendo?! ¡¿Crear un mundo?! ¡No es tan sencillo! No es como que un día despierte, me sienta aburrido y oh ya se, vamos a crear un mundo.

—Ah, Diablo-kun — uso ese tono que empleo con Veldora cuando le digo así — Sabes que no cualquiera puede hacerlo, ¿verdad?

—Pero usted no lo es.

Uh, ¿Qué acaso su fe es infinita? Me siento culpable, es como si siempre lo hubiese engañado. Bueno, supongamos que existe la remota posibilidad de hacerlo. No tengo idea del método. No es como que todos mis problemas se arreglaran con: Ciel-sensei, me gustaría crear un mundo desde cero, sin rastro alguno de señales de vida por favor.

Respuesta: Analizando composición de múltiples astros. Formando composición de átomos, uniendo… — dijo cosas tan complicadas que no comprendí la mayoría — Creación de planeta desolado finalizado. ¡ Espero que lo disfrute maestro! Ha sido un placer apoyarlo.

Sin palabras. ¿Es lo único que hacía falta? Yo aquí quebrándome el alma y la cabeza y era tan sencillo de arreglar. Ahora que caigo en cuenta, ¿no la mayor parte de las dificultades en mi vida se han resuelto así? Yo solo digo y sensei, mis amados mounstruos, Myormyles… todos están ahí para apoyarme. Incluso interpretando mis palabras o acciones de forma completamente equivocada pero en el camino correcto, son ellos los que me han dirigido y salvado todo este tiempo. Sonrió con gentileza y ampliamente, como si fuera un niño. Al chico ante mi también le debo mucho.

—Gracias Diablo — sintiéndome mucho mejor y en mis cinco sentidos solo soy testigo de como el susodicho se va de lleno al piso — ¡¿Diablo?!

Respuesta: El sujeto ha recibido la gran bendición del maestro. ¡No es justo!

¿Es idea mía o sonaba celosa? A lo mejor estoy alucinado. De pronto me siento más como yo y me entran unas repentinas ganas de molestarla.

—¿Eh? ¿Puede que esto no haya estado en los cálculos de sensei?

Respuesta: De ninguna manera. No importa lo que pase, yo estaré con el maestro por toda la eternidad.

Eso de alguna manera suena aterrador. Bueno, no comprendo muy bien que pasó pero creo que Diablo está contento, se nota en su expresión, así que lo mejor será dejarlo dormir. Ya tendré la oportunidad de agradecer cómo se debe cuando despierte. Además como que ya me dio un poco de hambre. ¡Nada mejor que un rico postre para festejar la vida!

Y fue así como Rimuru se olvidó completamente de la casi catástrofe que estuvo a nada de provocar y, del demonio que lo ama tanto como para considerarlo más importante que el resto del universo.

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Notas finales

;///////; Pobre Diablo, inshi Rimuru date cuenta XD. Gracias por leer :3.

 


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