-¡Por fin llegamos! Al, se me había entumecido el trasero de estar sentado tanto tiempo – decía el rubio mientras intentaba en vano despertar su parte trasera.
Al estaba solo asintió con la cabeza, una armadura no puede sentir cansancio, pronto esto terminaría, habían conseguido información muy valiosa, aunque aún no la tenían entre las manos, sabían por la fuente que así era.
-Muy bien Al, en marcha… no puedo esperar para recuperar tu cuerpo Al – decía el ojidorado con una gran y sincera sonrisa.
- Nee nii-san, ¿a dónde es que tenemos que ir por la información? – decía el hermano menor cargando con las maletas, caminando a paso lento, para no ir delante de su hermano mayor, ya que sabía que eso le molestaba.
- Ah cierto, taisa me dio su dirección, dice que tomó un descanso, que esta harto de tanto trabajo y se tomó unas vacaciones… pero sabemos de antemano que no es mas que un perezoso lo más seguro es que eso de mucho trabajo solo sea una excusa barata jajaja… - decía el chico rubio mientras miraba un papel con las instrucciones a seguir.
- Es aquí… - dijo al fin, señalando con un dedo la enorme casa en la cual se suponía vive el Coronel.
Después de tocar la puerta, el coronel Mustang abre la puerta, sorprendiéndose al ver a ambos hermanos Elric en la puerta de su hogar.
- Ed… - dijo con seriedad en su mirada viendo al mayor – te dije que vinieras tú sólo… ¿por qué te gusta desobedecer mis ordenes? – menciona mientras ve a Al con una mirada fría.
- Nii-san, ¿eso es cierto? – pregunta el menor de los Elric con preocupación al desobedecer las ordenes de su superior.
- No tiene nada de malo, lo que tengas que decirme, dilo enfrente de Al – dijo desafiante el rubio, mientras miraba con coraje a su superior.
- Lo siento pero está es información clasificada, únicamente debe caer en manos de militares – dice Roy en forma altanera mientras cierra los ojos y hace un ademán con la mano, restándole importancia a lo que los hermanos objetaban.
- Nii-san, mejor me voy, no quiero causar problemas cuando estamos tan cerca de cumplir nuestros sueños, descuida… te espero en la posada… con su permiso coronel… - Decía Al preocupado por no poder ayudar a su hermano en esto, lo único que podía hacer por el momento era esperar… así que tomo la maleta de su hermano y partió rumbo a la posada donde esperaría el regreso de su hermano con noticias nuevas.
- Cuídate Al, no tardaré… nos vemos después… - decía el ojidorado mientras veía como su hermano menor se marchaba hasta desaparecer de su vista. Entró a la casa de Mustang confiado de que éste le diera una información valiosa para ambos.
- Espero que lo que me dijo por teléfono sea cierto, que encontró la forma de crear la piedra filosofal sin necesidad de sacrificar vidas humanas… de lo contrario esto será una perdida de tiempo, tanto para mi como para Al… - menciona Ed mientras se desabrocha el seguro de su guarda camisa negra.
- Ah, claro… está es una información de lo más confiable, además de valiosa, por lo tanto no puedo soltarte toda la información de golpe… por el momento puedo darte el inicio de la información… mira… esto es lo que busca, ¿cierto? – suelta Roy mientras camina hacia el chico y le muestra una carpeta llena de información, sonríe con cierta ansiedad en su rostro, esperando el momento adecuado para aclarar todo lo que ocurría.
En la cara del chico se dibujo una gran sonrisa llena de felicidad sincera… por fin podría cumplir con la promesa hecha a su hermano menor… aquella promesa que decía que no moriría hasta recuperar el cuerpo que perdió por su culpa. Levanto la mano en busca de aquella información, su sonrisa se apago cuando la mano que tenía el sobre de información fue alzado más allá del alcance del pequeño de 15 años, quien en vano se estiraba para lograr tomarlo. Estaba molesto, sabía que esa era una broma de muy mal gusto, más sabiendo el coronel que es un poco pequeño para su edad.
- Coronel… ya deje de jugar, déme el sobre… - decía algo molesto, sintiendo como una venita brotaba de su frente, este gesto no duro mucho al escuchar las palabras que el coronel le dijo en el oído, lo dejo petrificado.
- Si te voy a dar esta valiosa información, necesito tener algo a cambio, intercambio equivalente, ¿no es verdad?... recuerda somos alquimistas… para nosotros siempre es así… - dijo Roy en un tono casi inaudible, excepto para el rubio quien abrió los ojos asombrado
- A…a… ¿qué te refieres Taisa? – Soltó el rubio con un tono que demostraba miedo y confusión.
- Sabe que usted es el que me da mis pagos, puede descontar el pago de la información de ahí… - decía el joven tratando de quitarse los nervios de encima.
- No me refiero a dinero… - soltó Mustang tomando de la mano al chico y alzándola en el aire.
- Pero que demo… - la replica del chico fue interrumpida por una patada en el tobillo que lo descontrolo, haciendo caer, sintió una mano que rodeaba su cintura y lo empujaba hacia un gran sofá en medio de la sala.
Roy rápidamente dejo el sobre con la información en una mesita de café cerca del sofá, para que el chico pudiera ver los documentos y no se negará a las órdenes de su superior. Antes de que el rubio pudiera siquiera levantarse, Roy le aprisionó su mano humana, que daba hacia el respaldo del sofá con la rodilla, posándose de esta manera sobre el ojidorado para inmovilizarlo. El rubio al sentirse inmovilizado y teniendo al Coronel en una posición algo incomoda, hizo lo único que se le vino a la mente, trato de alejarlo pateando sus costillas. Sin embargo, el coronel ni la sintió, simplemente la retiro con una mano y poniendo una sonrisa que demostraba mucho cariño le dijo al chico.
- Puedes irte cuando quieras… pero te advierto que no te daré esa información, pensé que era muy importante para ti… recuerda que aquí eres tú el que tiene que seguir ordenes ó es acaso ¿qué no te importa que los delate Hagane no? Recuerda que si eso pasa, tu hermano menor será llevado a los laboratorios y a ti te encarcelarán… ¿De verdad quieres eso? – citaba Roy mientras acercaba sus labios al cuello del rubio quien solo tenia en mente a su hermano y lo que esa información significaban para él, así que se dejó llevar.
Mustang tenía la cara llena de satisfacción al ver que la resistencia del pequeño había desaparecido, dejándolo a disposición suya. Comenzó a besar su cuello, el pequeño solo pudo ponerse un poco tenso ante aquello ya que era la primera vez que se sentía tan desprotegido.
Poco a poco las manos del coronel se deslizaron hasta el cinturón del chibi haciendo que éste reaccionará de una manera demasiado nerviosa, tratando de quitar la mano del coronel que comenzaba a desabrocharlo.
- ¡Taisa, NO! Eso… - decía el rubio quitando la mano de su superior, pero fue interrumpido por Roy.
- Entonces no obtendrás la información… pensé que querías recuperar el cuerpo de tu hermano… ¿acaso no fuiste tú el que dijo que por recuperar el cuerpo de su hermano estaba dispuesto a cualquier cosa sin importar que fuera? – el coronel tenía razón, hacía mucho tiempo atrás en las misiones que le designaba por más duras que estás fueran él siempre regresaba triunfal y al preguntar porque nunca fallaba, esa era su respuesta.
Ed miro la carpeta sobre la mesa, esa información de verdad que era importante para él y más para su hermano, finalmente soltó su mano dejándola caer a un lado, sin apartar la vista del sobre hasta que sintió como el cinturón así como el botón de su pantalón y la cremallera de éste se hacían hacía los costados de su cintura. Al sentir las manos de Roy en su pecho para después bajar hacia su entrepierna, lo único que atinó a hacer Ed fue cerrar los ojos con dolor.
Roy se sintió complacido de que la resistencia de Hagane no se volviera cero cuando lo tocaba, comenzó de nueva cuenta a besarle el cuello, al parecer al rubio no le gusta, gemía claro esta por lo que sentía, pero esos gemidos no expresaban placer en absoluto, sólo dolor se sentía al escucharlos, al coronel no le importaba en lo más mínimo las reacciones del muchacho, colocando Ed boca abajo en el sillón, se inclinó hasta llegar al lóbulo del oído de Ed y mencionar quedamente.
-Hasta recuperar el cuerpo de tu hermano… serás el más obediente de todos, ¿Cierto? – lamió el lóbulo de Ed para después morderlo.
Le tomaba fuertemente de la cintura, sin medir su fuerza, dejando unas marcas rojas con la forma de sus dedos, levantó un poco las caderas del chico, sus pantalones así como su ropa interior se encontraban a la altura de sus rodillas, al sentir como sus caderas se levantaban recordó el rostro de su hermano menor y cerró los ojos de nueva cuenta, pero esta vez con mas fuerza, haciendo que las lagrimas que se encontraban reprimidas en sus ojos comenzarán a salir sin que Ed pudiera impedirlo, un pensamiento surco su mente al sentir la cercanía de las caderas de su superior: “perdóname Al, pronto recuperaré tu cuerpo lo prometo, sólo espero no te enteres de cómo lo logre…”
- Sabes… la información que te doy ahora solo es una pequeña parte, si quieres más información deberás venir más seguido conmigo y “pagarme” – decía Roy quien ya había terminado con su asunto, mientras veía a su subordinado llorando con dolor y sentimiento reprimido, parecía casi inconsciente, para después añadir
- Arriba la primera puerta a la derecha se encuentra el baño, por si quieres ducharte, dudo que quieras que tu hermano menor te veía así… - en cierto modo tenía razón, no quería preocupar a su hermano, así que se dio una ducha rápida, trenzo su pelo aún mojado, se dirigió a la puerta con la información en la mano, se detuvo al escuchar al dueño de la casa antes de que partiera.
- Si quieres más información sobre la piedra, ven mañana sólo para hacer un intercambio equivalente, ¿te parece bien a las 5 de la tarde? – pregunto Roy como si lo que le hizo a su subordinado no fuera algo del otro mundo, más no recibió respuesta por parte del rubio quien simplemente le dirigió una mirada llena de resentimiento y dolor.
Sin más partió en silencio hasta la posada donde se quedaban por el momento. Estaba cansado, trataba de comprender porque el coronel se había comportado de esa forma con él. Al llegar al cuarto que compartía con Al, lo encontró leyendo y eso de dio tranquilidad, recordó el por qué habían tenido tantos problemas y como pensaba recuperar el cuerpo de Al lo antes posible.
