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Nuevos problemas por Darkneko

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Notas del fanfic:

Los personajes, asi como la historia de Sukisyo no me pertenecen, simplemente utiulizo sus nombres para realizar este fic... agradescamos a su autora... ^u^

Notas del capitulo: Solo Nao sabe lo que paso el tiempo que no estuvo con Sora... intenta borrar su pasado, pero... parte del mismo lo ha encontrado....

     Ha pasado un año desde que el gran equipo de trabajo Gakuen Nandemoya inició y casi tres meses desde que regreso al dormitorio que comparte con Sora, parece que Ran y Yoru por fin había desaparecido o eso pensaba, Matsuri se había enterado de lo que había ocurrido tras su mudanza al extranjero, se sentía un poco culpable, pensaba que tal vez si no se hubiese mudado, desde el principio habrían tenido una feliz infancia juntos, en especial el más pequeño de los tres amigos. 

     Matsuri tenía a sus padres, Sora creció con sus tutores, pero Nao… Nao vivió en el laboratorio hasta que este fue cancelado, siendo trasladado a otro y a otro para seguir con sus experimentos, torturando el cuerpo, la mente y el alma del pequeño, quien solo pensaba en Kuu-chan, momentos después y sin saber porque, fue trasladado de nueva cuenta, pero esta vez no a un laboratorio frío, sino a una escuela donde Hashiba se encontraba junto con Matsuri, el plan de Aizawa se ponía en marcha. 

     Los planes de Aizawa fueron frustrados por Nagase y por el mismo Sora, quien enamorado perdidamente de Nao no lo abandonó como cuando eran pequeños, el autocontrol que había forjado al despedirse de Yoru le dio las fuerzas necesarias para acallar las palabras de Aizawa mientras resonaban en su cabeza, causándole gran dolor al peliazul. 

     La vida estaba mejor ahora para Sora, Matsuri y en especial para Nao quien aun con algo de dificultad mostraba los sentimientos que sentía hacia Hashiba, tenía miedo… miedo de contarle lo que había pasado en sus años de ausencia, miedo de que Sora lo dejase, lo abandonará nuevamente al descubrir su secreto y especialmente… miedo a que lo odiase por lo que fue y por lo que lo obligaron a hacer. 

     Esa mañana Matsuri recibió un comunicado urgente… se trataba de un alumno de traslado que aún no tenía cuarto fijo, sin tomarle mucho tiempo, Matsuri encontró una habitación, que se encontraba cerca de la que compartían Sora y Nao. 

     La habitación no tenía habitantes en esos momentos, porque hacía casi un mes, sus inquilinos terminaron sus estudios en el instituto y tuvieron que alejarse, ahora con los traslados y nuevos ingresos, el grupo del Gakuen Nandemoya se encontraba en vacaciones hasta nuevo aviso del manager del grupo (Matsuri) por lo tanto Sora y Nao podían descansar un momento de las tareas que cada vez se hacían demás de extrañas, pesadas. 

     Aún así y como cargo adicional, Sora y Nao debían dar la bienvenida a los nuevos alumnos por encargo de Minato-sensei, ese mismo día era anunciado el registro de un nuevo compañero al instituto, todos los alumnos se reunieron para escuchar el reporte y conocer a su nuevo compañero, Matsuri es el encargado de presentarlo ante el instituto y Nao el encargado de mostrarle las instalaciones, mientras que Sora arreglaba la habitación del nuevo. 

     - Hola a todos…  - decía Matsuri con gran entusiasmo. 

     - Es un honor en esta ocasión, presentarles a nuestro nuevo compañero… denle una calida bienvenida al nuevo miembro de este honorable instituto… ¡¡¡Hiroshi Arakawa!!! Trátenlo bien  ^u^ - aparece en escena un joven un poco mas alto que Hashiba, con el cabello corto de color negro que cubría parte de su rostro con unos ojos penetrantes color miel, un semblante serio pero no agresivo, todo lo contrario, daba a entender que siempre se encontraba tranquilo y sin preocupaciones. 

     Sunao al escuchar el nombre del nuevo estudiante, se quedó paralizado, quería que fuera mentira, sudaba frío, quería salir corriendo de ese lugar, no quería estar frente a ese nombre, pero Minato-sensei le encomendó la tarea de dar el recorrido a todos los estudiantes sin excepción, el terror de Nao aumento al ver que el poseedor de aquel nombre, era realmente quien esperaba, Matsuri observó la conducta de Nao, pero no pudo hacer mucho más que simular no saber nada. 

     - Esta persona de aquí se llama Sunao Fujimori y es el encargado de darte la visita guiada por el instituto para que sepas donde ir si necesitas algo ^u*… acabando el recorrido Fujimori te llevará a tu nueva habitación, si tienes algún problema solo llega a mi habitación con gusto te escuchare y tratare de solucionar el problema lo antes posible, ¿ne? ^-^ - y con una gran sonrisa se despide del público quien deja solos a los chicos, uno aterrado y otro complacido de ver quien será su guía.   

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     Mientras en la habitación del nuevo alumno, un joven peliazul esta muy molesto por la tarea que le encomendaron, nada divertida para él, que ni siquiera arreglaba su mitad del cuarto que compartía con Fujimori, quien harto del desorden de Hashiba terminaba ordenando toda la habitación. 

     - Maldito Matsuri… eres un… siempre me toca las labores pesadas… tan siquiera me hubieras dejado asistir a la ceremonia… quiero conocer al nuevo alumno… ah… mejor me doy prisa para descansar hasta que llegue Fujimori… - se quejaba solo en el cuarto un peliazul mas que molesto por su tarea.   

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     - Nunca pensé encontrarte nuevamente Hiroshi… ¿Cómo has estado? – preguntaba un muy nervioso Nao mientras caminaba mostrándole el instituto. 

     - Muy bien ahora que te vuelvo a encontrar… - menciona el nuevo alumnos mientras camina a lado de Fujimori acercándose cada vez más, poniendo mas nervioso a un pobre Nao. 

     Dentro del instituto le muestra los corredores principales, mientras trata de evitar alguna pregunta o acción que desencadene la catástrofe que de un momento a otro vendría. 

     - Te he extrañado mucho… no entiendo porque nos separaron… yo a tu lado era muy feliz… Nao… quiero estar cerca de ti todo el tiempo… más sabiendo que Kuu-chan nunca llego por ti, significa que nunca te busco… que nunca le importaste como a mi… -  Hiroshi no sabía quien era Kuu-chan, cuando pequeños Nao solo repetía el nombre de Kuu-chan o en ocasiones el de Yoru que eran la misma persona, sin embargo, nunca supo su nombre real. 

     - Etto… la verdad… es que lo encontré… - decía nervioso Nao, mientras se detenía y daba unos cuantos pasos lejos de Hiroshi tratando de escapar. 

     - Como… no me digas que están juntos… Nao… tu y Ran nos pertenecen… - la mirada de Hiroshi cambia a una de color verde olivo mientras que sus ademanes y su voz cambiaban de tono, haciéndose un poco bruscos al tacto. 

     Hiroshi caminaba a pasos lentos, acorralando a Nao quien trataba de librarse de aquella situación caminando lentamente hacía atrás… su huida fue interrumpida por la pared del salón conjunto, a esa hora no había nadie por los pasillos del edificio ya que las clases habían acabado. 

     Con un movimiento rápido, Hiroshi coloca las manos a costados de Nao quien se estremeció por el ruido que hicieron sus manos al colocarse violentamente a lado de la cabeza de Nao. 

     - Sabes que no me gustan las bromas Nao… Ran… quiero que me aclares algunas cosas… - decía Hiroshi aun con su mirada verde olivo. -

      Que… que quieres… sabes que yo siempre he pertenecido a Yoru, y no importa lo que hagas, eso no cambiara nada… así que por favor… déjame ir… - los ojos de Nao en ese momento se tornaron de un tono rojo, muy provocativo para Hiroshi quien se acerco más. 

     - Extraño aquellos momentos juntos… tu no… me encanta tu aroma… aun tienes esa dulce esencia que no puedo dominar… - Hiroshi paso sus manos por la cintura de Nao, acercando su cuerpo al del pelirrosa, haciendo que involuntariamente éste se sonrojara, posando su rostro entre el cuello del pelirrosa, quien no puedo moverse tanto por el miedo que lo invade como por la forma del agarre que impedía cualquier posible huida del menor. 

     En esos momentos los ojos del pelirrosa regresaron a su estado normal mostrando unos orbes rosadas humedecidas por la impotencia que sentía en esos momentos mezclados con miedo. 

     -“Ran… porque me dejas con él… sabes que le tengo mucho miedo por lo que paso…” – pregunta mentalmente Nao a Ran. 

     -“Yo también le temo y mucho… además… no quiero que cuando regrese Yoru, me odie por tener el olor de ese sujeto…” – responde Ran tristemente mientras se resignan ambos a su destino si alguien no viene rápido a ayudarlos. 

     - Suéltame por favor… Ai… no me gustas… ni tu… ni Hiroshi… - puedo articular Nao en el apretado agarre de Hiroshi, quien no puede contenerse y muerde con lujuria su cuello dejando marcas rojizas a su paso. 

     - No pienso hacerlo, he estado esperando mucho para volver a verte, ahora que te tengo no pienso dejarte ir… - mencionó mientras una de sus manos se posa en la nuca de Nao y lo jala, teniendo a su merced aquellos labios que tanto tiempo espero volver a tocar.  

     Sin pensarlo prensó sus labios con los Nao con fuerza brutal, haciendo que los tiernos labios del ojirosado se lastimaran por el contacto, dejando tras el beso forzado un hilito de sangre, mientras las lagrimas de dolor y miedo corrían por sus mejillas, al ver esto, aquellos ojos verdes regresaron al color miel quien al ver el semblante de Nao, se separa unos cuantos pasos, bajando la mirada hacia el suelo, haciendo que parte del flequillo oculte su mirada. 

     - Gomen Nao… yo no quise… pero… es que tenía tantas ganas de tenerte de nuevo a mi lado… que no lo pude evitar… te amo… igual que cuando éramos niños… no… aun mas… estoy dispuesto a hacer cualquier cosa con tal de que estés a mi lado… te lo dije una vez… y ahora te lo vuelvo a repetir… no descansare hasta que tu corazón me pertenezca, no me importa si tengo que hacerlo a la fuerza… Kuu-chan no podrá alejarte de mi lado… - Hiroshi no podía evitar sentir eso por Nao.  

     Cuando Kuu-chan abandonó a Nao, éste fue trasladado a otra habitación donde un niño un año más grande que él, era tratado con un experimento diferente, Aizawa le gustaba jugar con las posibilidades, quería creer a los guerreros perfectos, ese niño sin embargo, tenía algo diferente, parecía como si todo lo que intentase no funcionara, en lo único en que se caracterizaba este niño era en tener una multiface, donde bajo algunas condiciones, el niño cambiaba su forma de expresarse, hasta convertirse en alguien totalmente diferente, pero… no era solo una doble personalidad como las que tenían Sora o Nao, sino que era los sentimientos reprimidos del mismo chico que tendían a explotar con facilidad, comportándose con ira y a veces de manera desquiciada, aunque después de unos instantes no recordaba nada.  

     Nao era atormentado por Hiroshi y su única y doble personalidad Ai, Hiroshi tenía tanto afecto por Nao que para poder comprenderle mejor creo a Ai quien se encariño tanto con Ran que llego a amarlo, sin embargo, de la boca de Nao y de Ran solo se mencionaban unos nombres pertenecientes a la misma persona Kuu-chan y Yoru, haciendo que Hiroshi y Ai explotasen en su contra, lastimándolos la mayoría de las veces, de ahí su temor hacia esas dos personas. 

     - Creo que se hace tarde… te mostrare donde se encuentra tu habitación… sígueme por favor… - cambio de conversación Nao y se encamino a paso apresurado hasta los dormitorios, mientras que con el respaldo de la mano se limpiaba la sangre que corría por la comisura de sus labios. 

     El silencio reinaba mientras dos cuerpos se dirigían hacia los dormitorios, uno nervioso mientras el otro se encontraba triste y cabizbajo, entraron en el dormitorio, buscando la habitación que fue asignada al nuevo, entraron a la habitación que se encontraba al lado de la suya, dejo la puerta abierta y no ingreso por completo Nao, se sentía acorralado en ese lugar, no en la habitación, sino por su habitante y actual dueño. 

     - Esta es tu habitación, si se te ofrece algo, la habitación de Matsuri se encuentra al lado frente a la nuestra… - callo sus palabras con la mano ante la ultima frase, inconcientemente había delatado donde se encontraba un grave error a su parecer. 

     - Si no puedo dormir, ¿podrías acompañarme? Solo hasta que pueda conciliar el sueño como antes… - decía Hiroshi mientras sonreía nostálgicamente. 

     - Lo lamento pero no tengo intenciones de venir a esta habitación a menos de que se me ordene… con permiso dejo que acomodes tus pertenencias… me retiro… - y sin más dejo cerrada la puerta tras de sí.   

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     Mientras en la habitación de al lado un preocupado Sora se pasea de un lado a otro como león enjaulado esperando con ansias el regreso de su compañero de habitación, si bien su punto fuerte no es la puntualidad, nunca se había tardado tanto en un recorrido, además de que en el pecho del peliazul una gran incertidumbre corría, tenía el presentimiento de que algo no andaba bien, pero no sabía exactamente que era. 

     - Tadaima… - dice desganado un pelirosado entrando con pesadez a la habitación y cerrando con cuidado la puerta detrás de él tratando de no hacer ruido. 

     - Me puedes decir ¿donde estabas? – pregunta un ojiazul preocupado y algo molesto. 

     - Ah… Hashiba, me asustaste, pensé que ya estabas dormido… estaba dando el recorrido por el instituto al de nuevo compañero… ¿tiene algo de malo?...–  decía Nao mientras tomaba su pijama y se mudaba de ropa por una mas cómoda, sin percatarse que cierto peliazul lo ve de manera extrañada, algo esta fuera de lugar con él. 

     Hashiba se acerca deliberadamente a un medio desnudo Sunao, tomándolo por los hombros, haciendo que el pelirosado se sorprenda y asuste por ese comportamiento. 

     - Hashiba… ¿que pasa?... – pregunta Sunao con un tono que denota que tiene miedo, su cuerpo tiembla ligeramente sin darse cuenta, la camisa del pijama cae al suelo mientras Sora lo suelta, Nao se agacha rápidamente para recoger su pijama y colocársela para entrar en su cama antes de que Sora comience a gritarle. 

     - ¿Qué significa esto? Fujimori… - pregunto un anonadado Sora mirando la marca en el cuello de su amado, quien se cubrió rápidamente con la mano para disimular lo inevitable. 

     - De que hablas… no… no es nada… - dijo Nao con tristeza en su voz al recordar el encuentro de nueva cuenta con Hiroshi. 

     - ¿Fue el de nuevo ingreso verdad?... ahora mismo me las va a pagar ese tipo… ¿como se atreve si quiera a tocarte?… tiene algo raro en la cabeza ese tipo… - un encolerizado Sora se encaminaba hacia la puerta pero es detenido por los brazos de Nao sobre su cintura. 

     - Hashiba… cálmate… no pasó nada… fue solo un accidente… de verdad… vamos a dormir… por favor… - logro calmar a Hashiba después de unos momentos de forcejeo. 

     - Pero Fujimori… si ahora te hizo esto… luego puede pasar algo peor… hay que detenerlo de una vez… - decía Sora listo a patear a cualquiera que se acercará a Nao. 

     - De verdad, no paso nada Hashiba… gracias por preocuparte… - termino Fujimori y convenció a Sora de meterse a la cama a descansar.   

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     Pasaron varias horas en las que todo se encontraba tranquilo, todos los habitantes del instituto se encontraban entregados al sueño, cargándose de energías para el día siguiente poder iniciarlo de buen humor. 

     Mientras que en uno de los cuartos cierto pelinegro de ojos mielados se movía con la agilidad de un gato y sin hacer el menor ruido sale de su alcoba para entrar a otra con el mismo sigilo. 

     Al entrar encuentra dos camas, una con un chico desconocido de cabellos azulados que duerme abrazado a un elefante de color rosa, y en la cama contigua se encuentra un joven cabellos rosados con un semblante angelical y sugestivo, sin poder contenerse se acerca con cuidado para no despertar a ninguno de los dueños de cuarto, sigilosamente y con cuidado despoja al pelirrosa de su edredón, dejando a la vista la figura de Nao a la vista extasiada del cabellos azabache, se coloca encima del chico, quien se queja pero sigue dormido. 

     El sonido armonioso de su respiración juntando a los quejiditos por el peso sobre sus caderas hacen que el ojos color miel se excite de sobremanera, toma las muñecas con cuidado de no despertarlo y las coloca por encima de su cabeza, para poder manejar mejor la situación, vigila con el rabillo del ojo la otra cama, mientras que con una mano desabrocha la parte superior del pijama del pelirosado, teniendo el dorso del chico descubierto lo llena de besos mientras presiona con fuerza sus muñecas por si decide despertar, cosa que no tarda en pesar. 

     Nao abre los ojos y logra enfocar que alguien se encuentra encima de él, al darse cuenta de quien es y lo que esta haciendo, un pánico incontenible se apodera de él moviéndose desesperadamente al darse cuenta de que lo tiene inmovilizado por las muñecas. 

     - ¿Qué haces? Hanase… déjame ir… ¿Qué quieres? – pregunta encarando con ojos de rabia a su agresor. 

     - Lo que desde el principio es mío… - decía con lujuria metiendo la mano sin pudor alguno a los pantalones del pijama, haciendo que el pelirrosa dejase escapar un sonoro gemido de sus labios, que más de expresar placer expresaba inconformidad y asco. 

     Los ojos de un chico de cabello azul se abren pesadamente al escuchar algo que a su parecer era un grito, pero no lo suficientemente alto para poder despertarlo por completo, ladea la cabeza para visualizar a su compañero de habitación, ve una sombra que sujeta fuertemente las muñecas de su pareja mientras que besa los labios del chico y con la mano libre que tenia acariciaba cada parte visible en su cuerpo por el desliz de las ropas, ya que había bajado un poco el pantalón de la pijama para tener acceso a mas piel, mira la imagen de reojo, pero el sueño lo vence y vuelve a dormir, momentos después de que su cerebro analizara con cuidado lo que acababa de ver, se despertó y salto de su cama para encarar al intruso.

     Nao, lloraba en silencio mientras era besado por el tipo en los labios, se sacudía de un lado a otro intentando librarse de su amarre y sus caricias que más que placer le causaban escozor en el cuerpo. 

     - Apártate… déjalo… ¿Quién te crees que eres para atacarlo mientras duerme? – preguntaba Sora mientras de un empujón libraba a Nao del agarre del mayor. 

     - La pregunta aquí es… ¿Quién rayos eres tu?... Nao es mío desde hace mucho y no pienso que alguien que no tiene nada que ver lo aparte de mi lado… - dijo secamente dirigiéndose nuevamente cerca de Nao que se encuentra sentado en la esquina de la cama, abrazando sus piernas mientras que en shock repite una y otra vez el nombre de Kuu-chan.


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