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Manos grandes... por Darkneko

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Notas del fanfic:

este es uno de los pocos fic que tengo cortitos... ^u^ espero les guste... basado en un doujinshi que no recuerdo su nombre -_-¡... gomen...

Notas del capitulo: Lo tenía escrito desde hace tiempo... pero no lo había terminado hasta ahora... disfrutenlo... esta historia se basa un año después de que Ed fuera nombrado oficialmente como un perro de los militares, quiero decir que tiene 13 añitos unicamente... ^u^

     “No hay tiempo que perder… tengo que encontrar aquello que se me olvido antes de que lo vuelvan a poner en los libreros…” 

     - Nii-san no vayas tan rápido… espérame… - Al trataba de seguir a su hermano mayor que corría con prisa por los pasillos del cuartel rumbo a la biblioteca. 

     - Al… espérame en la posada, tengo que correr hacía la biblioteca… antes de que cierren, no tardo… - termino de decir Ed mientras corría a toda prisa. 

     - Esta bien nos vemos más tarde, cuídate Nii-san… - se despidió Al sacudiendo la mano encima de su cabeza para tornar sus pasos de vuelta al pueblo.   

_________________________________________________________ 

     Mientras tanto en la biblioteca el Coronel Mustang se encontraba haciendo una revisión de rutina por las instalaciones cuando notó que en una parte de la biblioteca que estaba un tanto alejada de las mesas y los estantes de libros, se encontraba una pequeña montaña de libros todos del mismo tema o temas relacionados, transmutación humana, piedra filosofal, antiguas referencias de aquellos alquimistas que decían haber tenido contacto con la piedra y sus poderes, entre otros. 

     “Creo que el pequeño ha estado investigando de más… pero mira que desordenado… mmm…. Creo que tendré que arreglar este desorden… como logras convencer a la gente con solo frases: nosotros formamos nuestro propio destino… ¿eso es cierto? Espero no equivocarme…”  “Pequeño niño… de la mitad de mi edad… y sin embargo con el espíritu y la arrogancia de un adulto…”  un pequeño grito de sorpresa sacó al mayor de sus pensamientos, justo para observar la pequeña complexión de Ed tropezar y caer encima de suyo sin poder evitarlo, cayendo ambos al suelo. 

     “Creo que tropecé con algo… que descuidado soy… eh… de donde rayos salio este chico… bueno eso me impidió pegarme con el suelo” Ed mantenía los ojos cerrados por el impacto al caer sobre otra persona. 

     Roy se encontraba sonriendo, le gustaba sentir el pequeño y suave cuerpo del pequeño, no era muy pesado, lo más doloroso de ese encuentro fue la caída sobre su trasero, poso una mano sobre la pequeña cintura del menor y con la otra tomaba su mano metálica sosteniéndola por un instante en un contacto que el menor no sentía. 

     - Bueno, bueno, bueno… ¿semejante apasionado abrazo en un lugar como este? Hagane… - mencionó Roy con una sonrisa en los labios mientras el pequeño enojado por lo dicho se levantaba. 

     - ¿Eh? No… de ninguna manera… ¿eh? ¿Qué hace aquí Coronel? – preguntaba desconcertado Ed ante la mirada cambiante en el semblante de Roy. 

     - Ah… por claro… quería encontrarte aquí… y hablar contigo antes del trabajo… - recordó lo que le quería preguntar Ed a Roy, inconciente apunto con el dedo de su mano humana que no traía guantes en esa ocasión en semblante de Roy. 

    - Pero… es de mala educación para las personas con implantes de metal menear los dedos a otros… - mencionó Roy casi en susurro mientras tomaba con delicadeza la mano del rubio quien miraba algo nervioso las acciones del mayor, para depuse posar un leve beso en el dedo índice del menor, lo que hizo que este se tensara al instante. 

     - Kyaaa… - grito el pequeño mientras que con gran rapidez alejaba su mano del mayor y se sentaba temblando un poco pero sin dejar de mirar al mayor con desconcierto y un poco de miedo. 

     - Kyaaa? Eso es muy rudo, Hagane… - dijo aun con la mano en la posición de cuando tomo la mano del pequeño. 

     - ¿Qué… qué… esta haciendo? – preguntaba sosteniendo su mano que aun tenia el dedo índice levanta mientras temblaba por lo ocurrido. 

     - ¿Qué quieres decir con qué…? ¿Que acaso no sabes lo que es un beso? – contesto llevando sus manos a la altura de la cara mostrando una mueca de decepción ante la pregunta del pequeño. 

     Ed estaba sonrojado por el comentario y solo atinó a tomar a Roy por el cuello de su chamarra azul. 

     - Se lo que es eso… - respondió aun con el calor del sonrojo en su cara. 

     - Deja de hacer desorden Hagane… - decía Roy calmado riendo por dentro ante la reacción del pequeño. 

      Ed se sentía mareado, pero no dejaría que un simple mal estar acabará con la pelea que tenía con el coronel en esos momentos. 

     - Bueno… entonces… deje… de… decir cosas… estúpidas… - no pudo soportar mas, el mareo era demasiado fuerte para poder reaccionar por mucho tiempo, sin previó aviso cayó en los brazos de Roy inconciente. 

     - Hey… Hagane… ¿qué te pasa? – no entendía lo que ocurría pero sabía que eso no estaba bien, menos en alguien como Ed que siempre se mostraba fuerte ante las situaciones. 

     Sintió que era su responsabilidad cuidar de él hasta que se recuperara, además sentía el deseo de verlo dormir un poco más. 

     Avisó a Hawkeyes que llevaría a su casa a Hagane para que el doctor lo pudiera revisar, quería asegurarse de que nada malo le pasaba al pequeño genio. 

     Cuando llegaron a su casa llamo primero al doctor y seguido de esto a la posada donde se estaban hospedando los hermanos Elric para avisarle al pequeño del estado de su hermano. 

     - Por favor cuida de él coronel… lo dejo en sus manos… también dígale que se recupere pronto, que lo estaré esperando… y disculpe las molestias que esto le ocasione… - respondía la voz angustiada, triste y dulce Alphonse a través del teléfono. 

     - Descuida… soy responsable de mis subordinados… yo le daré tu mensaje… hasta luego Alphonse… - colgó Roy para dirigirse a la habitación donde momentos antes había dejado a Ed. 

     Cambio las ropas del pequeño, desvistiéndolo, dejando únicamente los boxers del pequeño para cubrirlo, se dirigió a su closet y de él saco un pijama blanca lisa de seda, pensó que con esto podía dormir más cómodo el rubio alquimista.  

     “No debiste exigirte demasiado, entiendo que quieras recuperar el cuerpo de tu hermano, pero no creo que llegues a mucho si sigues trabajando sin descanso y sin comer…” 

     Miraba por unos instantes al pequeño que seguía inconciente en su cama, desató con delicadeza la trenza que amarraba sus cabellos, pensando que quizás seria incomodo dormir con ella puesta. 

     El sonido del timbre lo saco de sus pensamientos por unos instantes. 

     El médico llegó con su bata blanca y con una maleta un tanto grande donde guardaba todos sus instrumentos médicos. 

      Tomó rumbo a la habitación donde se encontraba el pequeño seguido en silencio por Roy quien quería estar seguro de que nada malo le ocurriera, el doctor le tomo la temperatura, colocando con cuidado el termómetro dentro de su pequeña boca, después de unos momentos lo saco, verificando que tenia un poco de fiebre ordeno al mayor traer compresas frías y unas cuantas cobijas extras, después de controlar la temperatura del pequeño, comenzó a revisar sus pupilas, los latidos de su corazón, los sonidos de su estomago, en fin, no hubo parte del pequeño que el doctor no revisara con detenimiento. 

     Cuando terminó le dio a Roy algunas indicaciones, como reposo, comida y algunos medicamentes que el pequeño deberá tomar para aliviarse por completo. 

     "Como puedo quedarme estancado en este lugar, solo mirando hacia atrás puedo darme cuenta de que sigo corriendo…"

     Ed había recobrado la conciencia, permanecía dormido cuando… 

     "Manos grandes… diferentes a las de mamá y a las de Al… son grandes y frías… pero tienen un toque delicado…"

     Ed estaba despertando lentamente, mientras intentaba fijar la vista. 

     - Lo que le a ocurrido al pequeño a sido causado por la falta de sueño y la mala alimentación que ha estado llevando, por el momento se encuentra bien, debe descansar y tomar los medicamentos que le recete y pronto estará mejor… me retiro… - decía una voz desconocida para Ed. 

     - Arigato… me encargaré de cuidarlo… - decía Roy mientras veía desaparecer al doctor por la puerta, tocando con delicadeza la frente de Ed, buscando rastros de que la fiebre haya regresado. 

     Cuando volteo la cara para ver de nuevo al pequeño ya que el doctor había salido notó que éste ya se encontraba despierto pero débil. 

     - ¿Estás despierto Hagane? – preguntaba Roy sin quitar el toque de la frente del menor. 

     - ¿Dónde… estoy? – pregunto aun un tanto dormido Ed. 

     - ¿No lo recuerdas? – pregunto acariciando la mejilla del menor que aun se encontraba sonrojado por la fiebre. 

      - ¿Coronel?... yo… estaba… en la biblioteca… y… - eso era lo único que recordaba. 

     - Has estado dormido por dos días, estaba comenzando a pensar que no despertarías… - articulo Roy. 

     - ¡Dos días! Rayos… Al me ha estado esperando todo ese tiempo en la posada, estará preocupado, tengo que ir con él… - se sentó al parecer completamente despierto por la noticia, algo alterado por dejar solo a su hermano sin avisarle. 

     - Descuida, esta bien… ya le avisado que te encuentras en mi casa, esta enterado de lo que te paso… - dijo Roy mientras ayudaba a acomodarse mejor al pequeño. 

     - Ah… ¿y que dijo? – pregunto Ed un poco más tranquilo. 

     - Dijo… “dile que lo estaré esperando en la posada así que por favor recupérate pronto… - contesto Roy serio. 

     - Permaneceré en la posada, déjelo con usted es insano que este conmigo yo solo puedo esperar a que despierte… además… con este cuerpo… no puedo sentir cuando tiene fiebre o esta helado, todo lo que puedo hacer es esperar”, eso fue lo que dijo… - termino Roy arropando nuevamente las piernas del pequeño que con el sobresalto se habían descubierto. 

     - Sou ka… Al siempre esta preocupándose por mi… Coronel… creo que la búsqueda de la piedra filosofal me esta llevando mucho tiempo para encontrar solo pequeñas cosas… por eso me esmero mucho intentando encontrar todas las pistas posibles los más rápido que pueda… el enfermarme es un pequeño precio para recuperar el cuerpo de Al… estoy seguro que la próxima vez yo… - ed tenía entrelazados los dedos de sus manos mientras su mirada se perdía en el cobertor que lo cubría proporcionándole calor. 

     "Correr… intentar escapar de aquella falta de esperanzas que me acosa todos los días, antes de que me alcancen y piense cambiar de opinión, tengo que hacerlo por Al…"

     Roy miraba con detenimiento los movimientos y expresiones del pequeño, esto le causo una extraña sensación en el estomago y en el pecho. 

     - Entonces… si hay algo que pueda hacer no dudes en pedirme ayuda, tu cuerpo no puedo estar en peor forma para otro sacrificio, ¿cierto? Hagane… - decía con un tono autoritario pero dulce. 

    - Tameri… ¡¡ah… co… coronel!!... – Ed no pudo terminar ya que en un movimiento inesperado para el pequeño, el mayor lo tomo recostándolo suavemente en la cama mientras con sus brazos le rodea la nuca y con el hombro, acercándose a centímetros de la cara del pequeño quien se encuentra muy sonrojado tanto por la fiebre como por la cercanía de su superior. 

     El pequeño nervioso al ver el rostro de Roy acercarse más hacia el suyo solo puede pensar en cerrar los ojos en ese momento, pues su pequeño cuerpo se encontraba suavemente aprisionado por el del mayor, aunado a esto, se sentía aun muy débil. 

     Roy deslizó la mano con la que sujetaba al pequeño por el hombre y la colocó en la barbilla del pequeño, ya que había ladeado la cabeza impidiendo de esta forma que cumpliera con su tarea, acercó más su rostro al del pequeño, coloco su frente en la del rubio verificando que la fiebre había bajado un poco. 

     - Bien, los niños pequeños necesitan comer bien y también dormir bien y es que quieren crecer grandes y saludables… - decía Roy al retirarse del toque y con la mano darle una palmadita en la frente del pequeño. 

     - Itta… yo no soy ningún niño ya puedo cuidarme solo… ¿lo estas diciendo por mi estatura?... – decía Ed mientras se sobaba con la mano humana su frente. 

     - Entonces, ¿la delgadez que muestras es porque sabes cuidar de ti solo?... – lo miró serio por unos instantes. 

     - Etto… eso no cuenta… en realidad estoy bien… - decía Ed algo molesto por el comentario, si bien estaba algo flaco y a veces se le pasaba la hora de la comida por estar leyendo, no se sentía enfermo. 

     - Entonces por favor recupérate… puedes tener mi hospitalidad hasta que puedas estar tu solo de nueva cuenta… por favor Hagane – Roy acariciaba la cabeza de Ed mostrando un cariño paternal que tanta falta le hacia al pequeño. 

     - Para serle sincero, no creo que Al me quiera de regreso si no me recupero… Coronel acepto su propuesta… hasta que me recupere me quedaré en su casa… - decía Ed un tanto pensativo. 

     - Eso es… buen niño… - decía Roy con una sonrisa en su cara 

     - ¿Buen niño? Que no me trate como un niño… - gritaba bajito Ed ya que no había comido nada desde hace varios días y no tenía fuerza para hacer nada. 

     - Hai, hai… buen hombre… - dijo soltando al pequeño de la caricia. 

     - Bueno deja te traigo algo de comer… mientras descansa… - se levanto de la cama donde había estado acompañando al pequeño desde que despertó, pero su avance fue interrumpido por el tímido agarre del pequeño. 

     No sabía porque lo hacía pero no quería sentirse solo, Al no estaba a su lado y esa casa era demasiado grande, cuando se dio cuenta de lo que había hecho soltó su agarre disculpándose. 

     - ¿Hagane?... – pregunto el mayo mirando al pequeño recostado. 

     - No es nada… gomene… ¿Qué es lo… que estoy haciendo? Coronel… perdón por halarlo así... realmente no es nada… oh… es cierto… perdón por causarle tantos problemas… estas ropas tan… grandes son suyas… - el pequeño no sabía con que excusarse la mirada del mayor era extraña y hacía un momento comenzó a temblar ligeramente cubriendo su rostro con una de sus manos. 

     - Estoy perdido… - dijo el mayor en un susurro, para después acercar de nueva cuenta su rostro al del menor tomándolo por las mejillas para que no pudiera desviar la mirada. 

     - Co…coronel… su rostro esta muy cerca… - decía nervioso el pequeño por la cercanía de Roy. 

     - Tal vez intentes huir… al parecer… en estas circunstancias puedo seducirte… - menciono antes de fundirse en un beso que solo era disfrutado por él, mientras que el pequeño se encontraba demasiado sorprendido y a la vez asustado. 

     -mmm… co… - este intento de habla fue rápidamente aprovechado por el mayor para poder introducir su lengua en aquella pequeña y calidad cavidad, saboreando cada rincón, hasta quedar extasiado de ese sabor. 

     "La lengua del coronel… esta en mi boca… húmeda… y… moviéndose dentro de mi…" 

     Mientras el beso se prolongaba, Roy aprovechaba el tiempo para desabrochar la camisa del pijama que traía puesto y dejarle paso al siguiente movimiento. 

     Se separaron del beso mientras un hilillo de saliva los mantenía unidos, no espero mucho tiempo para pasar su atención al cuello del pequeño, llenándolo de besos, haciendo que el menor se estremeciera ante el contacto, después de unos momentos su atención se poso sobre los pezones del menor quien intentaba con las pocas fuerzas que tenía separar a su agresor sin resultado alguno. 

     - Ah…. Coronel… ¿por qué hacer esto?... deje de tocarme en lugares extraños… - decía intentando que el coronel le dejara y entendiera de una vez que no le gustaba que le tratara de esa manera. 

     - Hagane… lo siento, pero este es mi verdadero yo… si intentas correr no seré el único que te detenga… - menciono Roy mientras se separaba del pequeño, sorprendiéndolo con la respuesta. 

     - Es razonable que quieras correr, pero tu no podrás escapar… - sentenció Roy ante la mirada confundida y llorosa del pequeño alquimista. 

     Roy quito la prenda del pequeño solo de la parte metálica de éste para poder atarla a la cama y que el pequeño no la utilizara como arma, despojó al rubio de los pantalones y los boxers que este traiga,  sostenía con cuidado las piernas del chico separándolas, dejando a la vista el miembro del pequeño, que sin pensarlo dos veces comenzó a lamer con delicadeza. 

     Ed quería acallar los gritos y gemidos que de su boca intentaban escapar ante las atenciones recibidas, llevo a su boca la manga que no tenía puesta mordiéndola con fuerza reprimiendo los sonoros gemidos que intentaban escapar, convirtiéndolos en susurros ahogados que eran como música para los oídos del mayor. 

     “Por qué no puedo correr, mi mente dice que corra pero… no puedo, mi cuerpo esta demasiado cansado… esto es realmente embarazoso… se siente extraño tener a alguien ahí…”  pensaba Ed mientras temblaba sin poder alejar al mayor con su única mano libre. 

     - Eres adorable cuando te estremeces asustado, Hagane… - decía Roy mientras dejaba de lamer el miembro del pequeño para rozarlo con sus pulgares. 

     - ¿Nunca has hecho algo como esto contigo mismo?... mira aquí también… - decía mientras levantaba las caderas del pequeño a la altura de su rostro haciendo que éste se flexionara y las rodillas le quedaran cerca de la cara. 

     Roy comenzó a lamer la entrada de Ed, haciendo que gritara de forma desaprobatoria la acción del mayor, siendo ignorado nuevamente por el mayor, el coronel tomo con una de sus manos el miembro de Ed comenzando a frotarlo y masajearlo para brindarle placer al pequeño, poso las caderas cerca de sus pecho para poder sostener el cuerpo del rubio sin necesidad de sus manos y así poder usar la que sobraba en jugar con los pezones del ojidorado. 

     - No… ahí no… esta sucio… - gritaba Ed intentando que Roy dejara de hacer aquello que tanto le incomodaba. 

     - Como si alguna parte de tu cuerpo estuviera sucia para mí… - menciono soltando el miembro y el pezón para posarlos sobre la entrada y abrirla un poco dejando que su lengua explorara esta pequeña y calida entrada.

     “No puedo creerlo… no mas por favor… me siento extraño…”  

     - Ya… no más… coronel… - suplicaba dejar de sentirse así. 

     Roy había introducido dos dedos en la entrada del pequeño, los movía con cuidado tratando de no lastimarlo o de lastimarlo lo menos posible, mientras que con la mano libre masajeaba de nueva cuenta el miembro de Ed haciendo que este se corriera en las manos del mayor. 

     - Esta bien… pronto te sentirás mejor… solo una cosa… es Roy no coronel… llámame por mi nombre – demando el mayor aun masajeando el miembro de Ed. 

     - Ahh… R… Roy… para… me siento… extraño… e incomodo… - decía con lágrimas en sus ojos y a punto de perder el conocimiento por la fiebre que había regresado, siendo interpretada por Roy como la temperatura que subía por las atenciones recibidas, algo normal. 

     - Edward… - murmuro Roy antes de unir nuevamente sus labios en un tierno beso, intentando de esta manera calmar al pequeño que seguía llorando en silencio. 

     - Lo siento… esto es lo único que pensé por mi mismo… quiero estar en lo más profundo de ti… - soltó la mano metálica que se encontraba amarrada a la cabecera de la cama, bajo su cremallera, saco su prominente hombría completamente excitada y posicionó a pequeño con cuidado sobre su regazo, haciendo que el pequeño le abrazará con las piernas. 

     - Ahh… Roy… ya… duele… - decía el pequeño mientras se aferraba al mayor tratando de olvidar el dolor o hacerlo menos agonizante, sin lograrlo y perdiendo el conocimiento ante la fiebre, y el dolor. 

     “¿Cómo llegue a este lugar?... ¿Qué fue o que me paso?... que fue lo que paso después de que hable con el coronel en la biblioteca… no lo recuerdo bien… solo… unas manos grandes… diferentes a las de mamá… diferentes a las de Al… unas manos grandes… grandes y frías… pero que mostraban una gran delicadeza al tacto… siempre… siempre recordaré ese toque como uno de los mejores…” 

Notas finales: espero les haya gustado leerlo... ^u^ hasta la proxima ^-^

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