—Argh, esto es agotador, buscar a Kira es muy estresante—Light se apoyó en el respaldo de la silla con un suspiro—necesito darme un baño.
— ¿Quieres ir a las termas?—preguntó L, mirándolo de reojo.
—No creo que sea bueno salir con esto—el moreno movió la cadena que unía sus muñecas.
—No necesitamos salir. En este edificio he construido unas.
— ¿Por qué no me sorprende?
Los dos jóvenes se dirigieron a las termas y ya desnudos comenzaron a bañarse.
—Deja que te frote la espalda—dijo el pelinegro poniéndose tras él.
—No es necesario, puedo hacerlo yo solo.
—Por favor, permíteme. Para compensar todo lo que te estoy haciendo pasar.
—Lo haces porque crees que soy Kira.
—Sí, pero si resultas no serlo, esto habría sido una gran molestia innecesaria.
—Está bien, haz lo que quieras—“No me queda otra que permitirle sus caprichos”
L cogió una esponja y comenzó a frotar la espalda del moreno.
“—Bueno, no está mal, es como si fuera mi sirviente. Y pensar que L le está frotando la espalda a Kira jeje”
—Ah! ¿Qué haces?—la mano del pelinegro estaba enjabonando ahora su miembro.
—Tranquilo, solo te estoy enjabonando—contestó L evitando que se moviera—Vaya, tienes un buen tamaño.
“—No querrá… ¿No querrá hacer eso? No puedo hacer algo así con él. No solo es un hombre sino que es L y para colmo, un rarito. Pero por otro lado, si acepto puede que disipe las dudas que tiene sobre mí. O puede que piense que solo acepto para que no dude más de mí. Agh, esto siempre acaba igual, solo me da dolor de cabeza. Pero… bueno, tampoco se siente tan mal”
El estremecimiento que le hacían sentir aquellas intensas caricias comenzaba a nublar su mente. L comenzó a besar y lamer su nuca y cuello. El moreno no pudo contener un leve gemido cuando mordisqueó tras su oreja. El pelinegro se puso frente a él y mientras movía su mano lentamente de arriba a bajo sobre su miembro poco a poco más duro, lamió y mordisqueó su cuello bajando hasta sus pezones, entreteniéndose con ellos. Light no podía controlar ya sus gemidos que salían seductores de su boca entreabierta. Los labios de L llegaron a su miembro ya completamente erecto, comenzó a lamer y succionar con sorprendente maestría para alguien que, se suponía, no había tenido relaciones con nadie. Light acarició sus cabellos negros jadeante, con su corazón desbocado en su pecho.
“— ¿Cómo puedo ponerme así por tan solo una mamada? No lo entiendo, nunca pierdo el control de esta forma ¿No será por él? ¿No será porque es L quien lo está haciendo? No, no, no, eso es imposible”
Light se corrió en la boca del pelinegro, quien tragó y relamió lo que quedaba en sus labios y dedos.
—Light sabe muy bien—dijo tumbándole en el suelo—ahora quiero probar otros lugares.
— ¿Otros lugares?—“¿Se refiere a lamer ahí? ¿Quiere llegar hasta el final? No puedo hacer eso.”
Pero no le dio tiempo a resistirse, L ya lo tenía boca abajo en el suelo y había comenzado a besar y acariciar sus nalgas. Lamió la entrada por encima y metió su lengua.
—Ah! ¡No, ahí no!—el moreno estaba muy nervioso, aquella era la primera vez con un hombre y le resultaba extraño, no entendía lo que comenzaba a sentir.
L hizo caso omiso de sus quejas, siguió lamiendo y acariciando, metió un dedo en su interior y comenzó a moverlo. Estaba muy excitado, su respiración era muy rápida y sus ojos estaban muy abiertos. No tardó en meter otro dedo y un tercero sin escuchar las negaciones del moreno. Cuando estuvo lo suficientemente dilatado sacó los dedos y sin decir nada metió su miembro en el interior de moreno.
—Ah! ¡No! ¡Para! No hagas eso—suplicaba Light.
— ¿Por qué quieres que pare si estas disfrutándolo? Mira, ya estas duro de nuevo—el pelinegro acarició la erección y comenzó a masturbarlo al ritmo de sus embestidas.
“—Esta posición es muy humillante pero…Dios ¿Por qué se siente tan bien? No entiendo porqué mi corazón late tan rápido, no es solo por el sexo, hay algo más, pero no entiendo.”
El pelinegro puso a Light boca arriba y siguió con su movimiento cada vez más duro y acelerado. Observaba el rostro sonrojado del moreno con los ojos algo húmedos.
—No solo eres atractivo, también tienes unas expresiones muy sexys cuando te excitas.
“—Madito L ¿No se da cuenta de que él también? Esos ojos tan penetrantes, ese sonrojo, ese- ¿eh? ¿Pero qué estoy pensado? No puedo verle así, no es posible”
Todos los pensamientos se borraron de su mente cuando se vino de nuevo y sintió correrse a L en su interior.
—Si seguimos haciendo esto voy a dejar de pensar que eres Kira, no creo que él pudiera hacer esto—dijo como casualmente con el rostro sobre su pecho.