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MÍO por Orseth

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Notas del capitulo:

UN POQUILLO DE VIOLENCIA, YA SABEN COMO ESO ME HACE FELIZ.

CAPITULO 1

 

 

 

 

 

            -No hagas eso… -masculló Harry con el ceño fruncido mientras acomodaba unos pergaminos en una carpeta mientras caminaban por la calle.

 

            -¿Qué no haga qué? –rezongó Draco a su lado.

 

            -Eso…

 

            -¿Eso qué?

 

            -Mirar a otros –respondió Harry ya con la carpeta bajo el brazo y mirando al frente.

 

            -Yo puedo…

 

            -No, no puedes… -interrumpió Harry cortándole de tajo el paso quedando frente a frente.

 

            Los dos hombres se quedaron mirando en un silencioso duelo hasta que Draco torció la boca diciendo:

 

            -El que seas mi custodio no te da ningún derecho a…

 

            -Sí, si me lo da y lo sabes –volvió a interrumpir Harry- prácticamente soy tu dueño, si yo te digo “salta”, tú debes decir “¿Qué tan alto?”

 

            -Púdrete y vete a la mierda, Potter –escupió Draco dándole un empujón con el hombro para continuar su camino.

 

            -No Malfoy, de ahí te saqué yo ¿recuerdas? –respondió Harry pescándolo del brazo para girarlo oprimiéndoselo tan fuerte que lo hizo cerrar los ojos gimiendo de dolor- ahora que si quieres cambiar los términos del trato y regresar tu culo a Azkaban, de acuerdo; solo aléjate de mi cinco metros y el localizador que traes en el tobillo hará que en menos de lo que digas “soy un idiota” una docena de aurores vendrá por ti para jalar con tu humanidad a Azkaban.

 

            -Me estas lastimando… -bufó Draco sujetándole la muñeca que aprisionaba su brazo.

 

            -Y haré algo mas si no te comportas, ahora seguiremos caminando y cuidadito a quien miras ¿entendido?... pregunté si entendiste Malfoy –repitió Harry ante el silencio del chico de cabello platinado que discretamente forcejeaba con él- Malfoy…

 

            -¡Sí, ya entendí, ahora suéltame maldito auror de mierda!

 

            Con una leve sonrisa de satisfacción, Harry lo soltó y reinicio su camino con un chico a su lado, que ceñudo miraba al piso mientras se sobaba el brazo.

 

 

 

_________________________________________________________________________________________.

 

 

 

            -Solo se le está solicitando su ayuda, señora Benson, no se le está acusando de nada.

 

            -Lo sé señor Potter, pero mi negocio no es ningún lugar de reunión de delincuentes –respondió la anciana indignada.

 

            -Pues entonces con mayor razón no tendrá ningún inconveniente en colaborar con nuestra investigación –exclamó Harry cada vez más impaciente.

 

            -Todos piensan que “bar” es sinónimo de delincuencia.

 

            -Pues tal vez no sea así, pero es un lugar propicio para…

 

            -Disculpe… -dijo suavemente un mesero dirigiéndose a Draco, quien estaba sentado a  un par de bancos en la barra del bar en donde Harry discutía con la dueña sobre una investigación de traficantes de pociones prohibidas- aquel caballero le envía esto.

 

            Draco miró la copa que el mesero le ofreciera para luego mirar la dirección que le señalaba; un hombre de aproximadamente treinta y cinco años, de cabello negro y elegante barba de candado levantó su copa en su dirección en cuanto vio que lo miraba; conocedor de los finos sentidos de Harry, Draco le sonrió y elevó discretamente su copa mientras le sonreía coquetamente en un claro agradecimiento; sabia que Harry a pesar de estar enfrascado en su discusión con la mujer del bar, estaba perfectamente consciente de todo lo que pasaba a su alrededor incluyéndolo a él… más bien sobretodo de él; y sin poder evitarlo se pasó la lengua por los labios en una actitud claramente provocativa y sensual disfrutando ya el coraje que le revolvería el estomago al moreno, porque ¿para qué negarlo?... le encantaba provocarlo, le fascinaba sacar de sus casillas al famoso “Niño que vivió”, a aquel que sacó su entumecido culo de Azkaban para ponerlo en arresto domiciliario en  la mismísima casa del “Vencedor de Voldemort”; era un trato inusual, de hecho era algo inaudito tanto en lo jurídico como en el “bueno y decente” Harry Potter, pero no habiendo exigido más que un simple puesto de auror y la oportunidad de ser un joven normal ¿Quién se atrevería a negarle la única cosa que pidió por el gran servicio prestado al mundo mágico?... además solo cambiaron la prisión de un prisionero, porque de hecho, la cadena perpetua a la que había sido sentenciado el mortífago era la misma, Draco Malfoy no había sido, ni seria indultado por su participación en la guerra, simplemente había cambiado de celda.

 

            Nadie hacia nada por nada, ni siquiera el sacrosanto Harry Potter; eso Draco lo sabía muy bien, por eso no le sorprendió el que el “Niño que vivió” le exigiera algo a cambio, lo que si le sorprendió fue aquello que le pidió… aunque siendo sincero consigo mismo, ese pago no era nada si recordaba lo que era pasar las noches con el trasero congelándosele en una oscura, húmeda y lóbrega celda de piedra teniendo por compañía bichos asquerosos, chinches en el sucio y destartalado colchón en donde solo Dios sabia quienes habían dormido o muerto ahí; con un frio de los mil demonios que le helaba hasta los huesos y de ribete los lamentos de otros infelices; ahora comía tres veces al día, veía televisión (un aparato muggle sorprendente), había un pequeño gimnasio en casa el cual usaba cuando tenía ganas, le llevaban al cine una vez al mes y dormía en una cama calientita… aunque claro, esa cama perteneciera a Harry Potter.

 

            Siendo prácticos, era un trato muy ventajoso para él aunque esa convivencia incluyera acompañarlo en esas visitas tan aburridas en las que Harry insistía en llevarlo pudiéndose quedar en casa comiendo helado y viendo películas, y sin contar claro, con ese pequeño detalle de dominación, en donde los dos sabían perfectamente quien tenía la sartén por el mango.

 

            Y precisamente por ese detalle era que a Draco le fascinaba molestarlo y hacerlo pararse de pestañas aunque después su trasero lo lamentase.

 

            -Pues no habiendo mas remedio… -dijo la mujer estampando su firma de autorización en el pergamino.

 

            -Se lo agradezco –respondió Harry guardando el documento y dándole la mano sabiendo que aunque la mujer se negase, él hubiera procedido de todas maneras.

 

            -¿Nos podemos quedar a tomar una copa? –preguntó Draco sonriendo dulce e inocente.

 

            -Claro ¿Qué te apetece tomar? –respondió Harry tranquilo descolocándolo por un instante.

 

            -Quiero otro igual a este –respondió Draco alzando la copa- no sé que es pero esta delicioso.

 

            -Es una Media de Seda –exclamó la señora que había hablado con Harry- es una bebida muggle, recién estoy incorporándolas al negocio y están funcionando muy bien.

 

            -¿Media de Seda?... un nombre muy sugestivo –dijo Harry alzando una ceja mientras miraba a Draco- yo quiero uno igual.

 

            -En seguida.

 

            -Se supone que no debes beber estando en servicio –dijo Draco burlón.

 

            -He descubierto que es divertido romper algunas reglas –respondió Harry despreocupado.

 

            -Señor, el caballero dice que si puede unirse a ustedes –dijo el mesero señalando al hombre discretamente.

 

            Draco quedó estático al ver a Harry sonreír cándidamente mientras volteaba a ver al sujeto en cuestión mientras decía:

 

            -¿Por qué no?... podría ser divertido.

 

            Solo que sabrá Dios que habrá visto el hombre en el rostro de Harry, ya que la seductora sonrisa que les estaba dedicando titubeó por un momento en sus labios terminando finalmente por apurar su copa y salir con mal disimulada prisa.

 

            -¡Ups!... tal parece que cambio de opinión –dijo Harry alzándose de hombros mientras tomaba su copa degustándola- mmm… en verdad sabe muy bien, pero aun hay cosas que hacer.

 

            Y sin más pagó la cuenta y salió de ahí seguido de un desconcertado Draco.

 

            -Vaya… -pensó el ex Slytherin viendo de reojo a Harry- tal parece que ya no se enojó tanto… bueno, mejor para mi, así ya no tendré que soportar su posesividad… mientras no le dé por regresarme a Azkaban, todo está bien.

 

            Sintiéndose un poco más libre se dedicó a lanzar miraditas y sonrisitas picaras a todo macho potable que pasara a su lado, los cuales al ver al chico alto, esbelto y de cabello rubio platino rozándole los hombros, vestido con una elegante túnica color azul oscuro que hacia resaltar sus llamativos ojos grises, no dudaban en responder con miradas cargadas de oscuros significados.

 

            Draco no cabía en sí de vanidad, pues sabiéndose atractivo disfrutaba mucho el ser admirado y deseado; era una lástima que no pudiese cogérselos… ¡hacia tanto tiempo que no llevaba el control en una sesión sexual!... pero si Potter seguía portándose así de condescendiente como en la ultima hora, tal vez las cosas pudiesen mejorar.

 

            -Vamos a ir al Londres muggle –dijo Harry encogiendo su carpeta para guardarla en su cartera.

 

            -¿Es necesario? –Preguntó Draco arrugando la respingada naricilla- digo, yo puedo esperarte en El Caldero Chorreante, puedes ampliar el rango de alcance de mi dispositivo como otras veces.

 

            -Te quejas de que no sales y cuando te saco, no haces más que rezongar.

 

            -Si, pero no al mundo muggle Potter, eso es tan… muggle –concluyó el rubio como si hubiese comido una gragea sabor vomito de Berti bott.

 

            -Malfoy hasta el final… -dijo Harry rodando los ojos- pero no amplificare el rango de alcance, iras conmigo y no discutiré mas.

 

            -¿Es necesario hacer estas incursiones al mundo muggle?... eres asistente del jefe de aurores Potter, ¿Por qué tienes  hacer eso?

 

            -Porque es mi trabajo Malfoy, así pago la gran vida que llevas.

 

            -¿Gran vida? –respondió Draco alzando las cejas y cruzándose de brazos- no Potter, gran vida sería si viviera en mi mansión, ya que con mis padres muertos Malfoy Manor me corresponde, pero esas pirañas del ministerio se encargaron de dejarme en la calle, así que no confundas el estilo de vida que yo llevaba con el que llevas tú, o bueno, con el que ambos llevamos.

 

            -Corrección Malfoy, no te dejaron en la calle, te dejaron en una cómoda y elegante suite de lujo de Azkaban con vista al mar, la cual cambiaste sin rechistar por mi hogareña morada en donde veo que comes sin muchos remilgos lo que hay sobre mi mesa.

 

            -¿Y querrías que muriera de hambre? Sino estas acostumbrado al nivel de vida como el que yo llevaba, es obvio que hasta las comidas de la familia Weasley te parecen dignas de un gran gourmet.

 

            -Tal vez, pero imagino que hasta las migajas que come el más pobre de los elfos domésticos deben ser mejores que los manjares que recibías en Azkaban ¿o me equivoco?

 

            -Puede que yo sea un prisionero, pero la clase se lleva en la sangre.

 

            -¿Y eso a que viene?

 

            -A que aunque yo sea tu prisionero, es taaan de mal gusto echar en cara las cosas ¿sabías?

 

            -No, no sabía, soy un plebeyo ¿lo olvidas?, ahora mueve tu culo perezoso que se nos está haciendo tarde –concluyó Harry dirigiéndose al Caldero Chorreante sin hacer mas caso al mal humor de Draco.

 

 

 

________________________________________________________________________________________.

Notas finales:

BESOS A TODOS!!!!


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