ALBATROS  prólogo. 

Post-civil war AU/ no poderes 1990.

La brisa de la mañana en la costanera era fría y muy húmeda. La sal marina impregnaba la piel dejándola levemente pegajosa.
Anthony Stark estaba sentado sobre sus maletas,  en el amplio muelle numero tres. Mirando con la vista pérdida, sus manos que frotaba una contra la otra. para generar el calor suficiente contra la fría mañana.
La verdad es que parecía que su mente estaba pérdida, torturandose desde hace ya tres meses y ahora era el ambiente común que lo rodeaba. Ya que su mirada antaño solía ser llena de vida, sobre todo ingeniosa la que brillaba coqueta al público y cariñosa para sus seres queridos.

Ya no había nada de eso. Al menos no era el hombre que solía ser.

-dies minutos para abordar- grito un marinero desde las escaleras del buque, directamente hacia el y se quedó allí de pie vigilando sus movimientos con aprensión.
Era una forma duda de hacerlo dudar, el era el último pasajero. que aún no había abordado al Albatros. Tony estaba nervioso tal vez quería quedarse allí pensando un poco mas. Había sido una gran decisión, tendría el tiempo para volver a su casa y restaurar lo que se había roto. Pero a veces era mejor dejar las cosas rotas a dañarse mas, intentando repararlas.
Las cosas estaban lo sufientemente jodidas como para volver.
miro al marino con sus castaños ojos indecisos chocando directos con los ojos grises del hombre. Que con una mueca suave para nada desdeñosa. Bajo los peldaños de uno en uno para llegar hasta el. Tendiendole una enorme mano callosa, Para ayudarle a ponerse de pie. Tony dudo, dudo desde antes de tomar una decisión que sabría que dolería ahora y sobre todo después. Pero aceptó la mano con un agarre devil que la otra correspondió con fuerza para levantarle, regalandole una sonrisa suave. Se quedó allí de pie con los dedos de sus manos bailoteando nerviosas sobre su pantalón cuando el marinero tomo sus maletas y se dirigió a las escaleras de abordaje. Donde se detuvo una vez más para comprobar si el castaño lo seguía o no. 
Tony asintió y camino calmado hacia el y a bordo con cuidado. Ya abordó,  el hombre de ojos grises puso las maletas contra la muralla de las cabinas y se volvió otra vez hacia la escalera para cerrarlas.
Ya no había ningún otro pasajero, era ya tarde y tenían que partir.
Se escuchó un grito de otro marino dando aviso que ya era la hora de partir, Tony se asomo a la barandilla justo cuando el motor se entendía. Con un largo boom y la ultima campana de adiós desde el muelle.
Stark quiso golpear a su traicionero corazón que anhelaba que de repente Steve apareciera allí corriendo para detenerle, gritándole y rogándole que se quedara.
Pero en el fondo Tony sabía que nadie vendría por el. Aunque quisieran.  Porque cuando tomo la decisión de marcharse. Había sido lo sufientemente egoísta  como para  despedirse de alguien.
Era lo mejor.  Se iria silencioso como la noche y dejaria un brillante dia. Para quienes dejaba atras. Tal vez con algo de suerte el encontraria su tregua. En otro lugar, en otra tierra, cultura o otras personas. Tenia que romper esas cadenas antes que estas lo hundieron aun mas en la miseria.
Un segundo boom se escuchó y finalmente el buque comenzó a avanzar. Separándose lentamente del muelle y del continente.
Apollando el cuerpo en la barandilla el castaño cerró los ojos cuando las traicioneras lágrimas salieron con apagados sollozos.
Ese era su adiós...