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Deseos... por Fenix de chocolate

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«Sasuke-teme, ¿quién se cree, me encierra aquí en su habitación y se fue a quién sabe dónde», gruñó Naruto procurando una salida. Pero paró de repente, quedándose parado en el medio de la habitación, sintiendo como un intenso y oscuro estremecimiento corría su columna. «Mejor me siento... No quiero que aquel teme me castigue otra vez...», con estos sombríos pensamientos en su cabeza Naruto se acostó en la cama de Sasuke, cruzó sus brazos tras su cabeza, y respiro hondamente mirando al techo, recordando aquel bello rostro que atormentaba su mente.

-Itachi... -Susurro cerrando los ojos, invocando la imagen del hermano mayor, de su "mejor amigo", aquella imagen que fue rápidamente borrada, al oír el sonido de la blanca puerta, cortando el aire despertando al rubio de su ensoñación, haciendo que sus orbes azules se posaron sobre la figura que entro calmadamente en el dormitorio, inundando con su dulce olor a orquídeas el lugar, llenando el aire con su presencia.

-¿Me llamas Naruto-kun? -Inquirió sonriente el mayor de los hermanos, haciendo que el blondo abriera los ojos súper sorprendidos, sentándose de un salto, en la cama.

Aquel salto casi lo hiso caer de la cama, haciendo que las hermosas perlas negras de Itachi brillaran en la habitación, transmitiendo la diversión que azumaba aquella persona y que hiso que Naruto se tranquilizar y se enfadara un poco, ya que el mayor se estaba burlando de su persona. Aunque se contuvo de decir alguna "dobería", aunque no consiguió contener el sonrojo que apareció en sus morenas mejillas.

Naruto siempre había estado enamorado de Sasuke, desde siempre, aunque solo hace unos años se había dado cuenta de eso, y desde entonces empezaron una extraña relación de rivales/amantes, que por un tiempo había sido todo lo que el rubio necesitaba, pero ahora es como si el sintiera que aquello que él tiene con Sasuke fuera poco, y eso hacía que el ojiazul necesitara más. Había hablado con el Uchiha menor, pero este lo había rechazado, diciendo: «Un Uchiha no es gay». Lo cual espantó al Namikaze, ya es que es de conocimiento general que, Namikaze Naruto, es un gran “machoman” y eso nadie lo puede negar.

Así que Naruto “desistió” de tener una relación seria con el azabache, la verdad es que dejo de intentarlo por un tiempo, él podía ser, rubio pero no era tan idiota como para querer enfrentar un Uchiha enfadado. Pero en ese periodo de “renuncia”, Naruto, encontró o más bien se reencontró con Uchiha Itachi. El hermano mayor de su “mejor amigo”, y se podía decir que estaba mejor que nunca.

La verdad es que Naruto, tiene una flaqueza por los Uchihas, ellos le parecían unas criaturas verdaderamente interesantes, con aquellas pieles blancas que contrastaban tan bien con sus ojos negros y pelo oscuro, aquellos caracteres misteriosos y soberbios, tan soberbios que a veces hacían que Naruto quisiera ahorcarlos, bien todos menos Mikoto, su primer y tierno amor, pero eso es otra historia.

Uchiha Itachi, era para Naruto o más bien para todo el mundo, un ser perfecto en toda la extensión de la palabra. Naruto, quien se había reencontrado con él hace tan solo unas horas, se había quedado piedra al verlo entrar por la puerta de la habitación de Sasuke, donde él se encontraba con el mismo haciendo un “trabajo”, haciendo que su mirada azul se posara sobre su figura, delineándola, cosa que hiso que el Uchiha menor se celara ya que según su mismas palabras: «El dobe era suyo.» Y por eso tomo la muñeca de su hermano antes que este se acercara más a su rubio y lo llevó de allí, dejando a Naruto trancado dentro de la habitación.

-¿Por qué te sonrojas Naruto-kun? –Preguntó Itachi, cerrando lentamente la puerta trocándola con llave, sorprendiendo a Naruto. Para después acercarse a él, a paso lento y sensual, desfilando elegantemente sobre la alfombra carmesí, con la intensa mirada azul de Naruto, presa en su persona, acompañado el movimiento de las caderas del mayor, hipnotizándose con este.

Los pasos lentos e hipnóticos de Itachi se dirigían a un único camino, el regazo del rubio.

-¿QUÉ?, ¿QUÉ? -Preguntó Naruto, desconcertado, sintiendo como el pelinegro se sentaba sobre sus piernas, pasando sus blancos brazos, por sus fuertes hombros.- ¿Qué haces? Mgh...

«Son tan suaves...», pensó el rubio embelesado con la suavidad de los labios del pelinegro, quien le había roba un dulce beso, «... Aunque algo picantes... Pero aun así deliciosos.», concluyó pasando sus manos por la cintura de este, acariciándola y apretándola con sus manos, haciendo que el Uchiha ronronear dentro del beso, cosa que encantó al rubio.

-Ronronea más para mí... –Pidió Naruto, deslumbrado.

E Itachi por su parte sonrió victorioso, restregándose sobre el regazo del rubio, besando el cuello del Namikaze, acostándolo lentamente en la cama, mientras pensaba: «Eres mío Namikaze... Después de tantos años eres mío...»

Las inquietas manos del rubio, deslizaban firmemente por la figura del pelilargo, paseando por la espalda de este, apretando su trasero y vagueando sin destino por las largas pernas que se posaban a un lado de su torso.

Itachi por su parte siempre pensó que Naruto era muy lindo y tierno de chiquito, pero ahora a sus 17 años era todo un hombre sexy, alto, fuerte, con tu piel dorada y pelo rubio, con aquellas siempre inocentes e inquisidores ojos azules que lo atraían como un imán, ojos… Esos que lo miraban velados de deseo y que ahora mismo se habían oscurecido, pareciendo un mar en la noche, tan sensual y misterioso. Lo conoció hace unos 10 años, cuando fue buscar su hermanito al colegio y lo encontró peleando con el Namikaze y desde ese momento entendió que el rubio era sin duda alguien especial, ya que consiguió sacar a su hermanito de su oscuridad, misma que fue para pelear. Pero fue tan solo cuando el blondo cumplió sus 14 años que Itachi se sintió verdaderamente atraído por el menor, encontrando en él la esencia de un hombre y no la de un niño, esa esencia que lo encantó y que ahora se encontraba mucho más desarrollada.

-No sabes lo mucho que espere por esto… -Confesó Itachi, susurrando sobre los labios de Naruto, deshaciéndose de la estorbosa camisa que lo separaba de lo moreno y musculoso torso del rubio. El cual casi hiso babear al pelinegro.

-¿Te gusta? -Preguntó Naruto, pegándose las manos del Uchiha, paseándolas por su desnudo torso, sintiendo como aquellas finas y frías manos toqueteaban tu pecho, presionando los músculos comprobando su dureza, acariciando levemente sus pezones, endureciéndolos, para después bajar y delinear sus abdominales sin dejar de bajar acercándose lenta y tortuosamente a la cinturilla de los pantalones del rubio.

-No me gusta…-afirmó posando sus ojos sobre los del Namikaze-…Me encanta.

El rubio deliró al sentir aquellas manos, aquellos ojos, aquella figura sobre su persona tentándola. Así que sin pensar mucho se tiró sobre el mayor, tirándolo sobre la cama y colocándose entre las largas pernas de este, acariciando los mulsos al mismo tiempo que mordía su fino labio interior.

-Entonces prepárate Uchiha Itachi…-susurró sensualmente, lamiendo el labio superior al mismo tiempo que sus traviesas manos trepaban por la camisa blanca del Uchiha, abriéndola botón por botón, dejando aquella fina piel mármol desprotegida ante su fiera mirada azul.-...que yo Namikaze Naruto te llevare al cielo.-concluyó lamiendo la fina piel del cuello de Itachi, haciéndolo estremecerse bajo su cuerpo, mientras mordías el labio inferior conteniendo los gemidos de placer que atoraban su garganta.

-No te calles…-dijo Naruto entre dientes, pasando sus grosos labios por la piel del cuello y pecho de Itachi, para después morder el rosado pezón, haciendo que el pelinegro perdiera el control de su cuerpo y terminara gritando de placer, aferrándose al cuello del rubio, enredando sus finos dedos en los mechones dorados de la nuca del blondo pujándolos levemente.-…Quiero escucharte.-afirmó, sin dejar de mordiscar, lamer y saborear el pequeño y rosado pezón.

Itachi sonrió, sabiendo que lo que haría no era un acto impropio de un Uchiha sino un acto más que proprio de aun amante experimentado y deseo de dejar a su compañero loco de excitación.

-Mmm… ¡Da-Dame más!-“rogó” lleno de placer, mordiendo el labio inferior, dándole al rubio la imagen más erótica y sensual que hubiera visto en su vida.

«Ni Sasuke me calienta tanto…», pensó sintiendo como su amigote crecía dentro de sus pantalones, deseando salir y llenar aquella bella creatura de la noche, que lo llamaba a pecar como ninguna otra. Por eso bajo su pantalón negro, rápidamente, dejándolo sobre la grande cama. Para después dejar que sus manos deslizaran por las largas piernas del pelinegro, quien las abría enterrándose en el medio de las almohadas, escondiendo su sonrisa de vitoria bajo una máscara de inocencia fingida de un amante que sabía lo que el otro necesitaba.

-Voy devorarte…-confidencio Naruto, acercando su boca a la cinturilla del bóxer de Itachi, lamiéndola para después pujarla con sus dientes, acariciando en el proceso la erección de Itachi con su barbilla haciéndolo ronronear con un sensual felino.

-Eso espero…-siseó bajo con una voz extremamente sensual, haciendo que Naruto rasgara los boxeares, con su dientes, sorprendiendo a Itachi, para después lamer la erección del pelinegro de la base a la punta mirándolo con su miraba azul ahogando la voluntad del pelinegro haciendo que su máscara de amante necesitado y deseo pasara su verdadera expresión.

El rubio sonrió ladeadamente, antes de devorar el pene del mayor. Haciéndolo arquear la espalda aferrándose a las sabanas con los ojos extremamente abiertos mirando sin ver al techo, sintiendo como el rubio le daba la mejor felación de su vida. Mientras Naruto disfrutaba de la vista, de su piel sonrojada y sudorosa, de sus pezones alzados y rojos, del hilito de saliva que bajaba por su barbilla, deslizando por su blanco cuello, todo un conjunto de imágenes que hiso el amigote Naruto delirar y romper la breguilla de los vaqueros del rubio, quien así como Itachi, miro sorprendido a su amigote.

-Vaya…-susurró Itachi sorprendidísimo con lo que acababa de ver, pasando «accidentalmente» su rodilla por el pene de rubio, comprobando su dureza de diamante, para después pensar «esto va partirme en dos»

-Continuemos.-sugirió Naruto, como bajando sus vaqueros, como si nada de anormal hubiera pasado, cosa que espanto más al pobre moreno, quien solo asintió firmemente nervio, tragando grueso, viendo como el rubio sacaba su ramera echándola despreocupadamente sobre la cama, para después acercase lentamente a su cuerpo, posándose sobre él, recargándose sobre sus codos para por fin volver a besarlo con pasión.

El pelinegro paso sus manos por la espalda del rubio, rasguñándolo levemente, al sentir como este dejaba su boca, para atacar su cuello sin piedad como una fiera hambrienta, escuchando el rubio de los brazos del rubio moviendo sobre las sabanas, para después sentir como las morenas manos se pegaban a sus nalgas abriéndolas para que un dedo inquisidor, entrara en su cavidad explorándola curioso y satisfecho al sentir tamaña estreches y calor.

-N-Naruto…-susurró Itachi, echando la cabeza atrás, dando más piel para el rubio devorar, mientras colocaba más un dedo en aquel estrecho interior, escachándolo.-…D-Duele.-gruño mordiendo el labio inferior, cerrando los ojos con fuerza, tratando de pensar en otra cosa.

Por su parte el rubio al ver que su acompañante no estaba disfrutando de sus acciones, decide mudar de estrategia, sacando sus dedos y colocándolo boca abajo sobre la cama, alzando sus caderas para colocar una almohada bajo ellas, manteniendo aquel bellos traserito blanco alzado.

-¿Qué haces?-cuestiona Itachi viendo, sobre el hombro, como Naruto acercaba su morenos rostro a su blanco trasero separando sus nalguitas. Para después sentir como algo húmedo y caliente lamia entre ellas, haciéndolo brincar inconscientemente.- ¡P-Para!-pidió avergonzado, haciendo que el rubio sonriera maléficamente enterrando su lengua en la entrada del mayor y con eso consiguiendo que Itachi aullar de placer, abriendo un más las piernas y alzando aun más el traserito, cosa que Naruto aprovecho para masturbarlo, pasando su mano libre entre las blancas piernas de mármol, para apresar en su grande mano la fura erección del mayor, acariciándola arriba y abajo, mientras movía su lengua magistralmente en la deliciosa cavidad del otro.

-Y-Ya b-bastahh…pa-parahh s-sino me-me correhhhh…-avisó Itachi en vano, ya que así que termino de decir la oración se corrió en la mano del rubio, ensuciándola a ella y a la almohada, dejándose caer pesadamente, sintiendo como Naruto sacaba su lengua de su ya más que dilatado agujerito y soltaba su erección.

-Mmm…delicioso…-elogió Naruto, lamiendo la semilla de Itachi que se encontraba en su mano, haciendo que este lo mirar sobre su blanco hombro y terminara rojo al ver como el rubio disgustaba su esencia delicado.

-N-No hagas eso.

-¿Por qué?-preguntó Naruto viendo con diversión, como las mejillas de Itachi se ponían más rojas.-Esto está delicioso ¿quieres probar?

Y antes que Itachi le pudiera reclamar algo más, el rubio se echo sobre su blanco cuerpo, aplastándolo contra la cama, besándolo con fiereza al mismo tiempo que colocaba la punta de su dentro de su entrada, para por fin penetrarlo de una vez, haciendo que un grito fluyera de las cuerdas vocales del mayor y se ahogara en su carnosos labios, los cuales sellaban aquella fina boca del Uchiha.

-Eres…una bestia Naruto…-jadeó Itachi escondiendo su rostro entre sus brazos, apretando las sabanas en sus manos, tratando de relajar su tenso cuerpo.

-Yo dije que te iba devorar…-susurro Naruto en el oído del mayor, con el pecho pegado a la blanca de este, repartiendo caricias por el cuerpo de este relajándolo.- ¿Ya puedo moverme? –preguntó Naruto y antes de escuchar la respuesta embistió el cuerpo del mayor, haciendo que él rasguñara las sabanas mordiendo el labio inferior con los ojos cerrados, sintiendo un placer incomprensible quemando sus entrañas.

Las manos de Naruto deslizaban por la piel de Itachi, al mismo tiempo que su boca devoraba la piel que tenia a su alcance, mientras que por su lado Itachi se moría de placer en los brazos del blondo, quien termino en su interior al mismo tiempo que el volvía a soltar su semilla sobre la almohada de Sasuke, persona que no estará nada feliz al descubrir lo que se pasó.

 

 

 


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