“Tengo que decirte algo
Si prometes que lo entenderás…”
Solté todo de pronto. Presioné fuertemente mis ojos, esperando una risa o un insulto, yo que sé; Nada. Absoluto silencio de su parte. Alcé levemente la vista, buscando algo que me diera una respuesta.
Nada.
Estaba completamente estático. No mostraba emociones; Furia, asco, risa, algo que me diera a entender aquello. Pero no había emoción alguna.
“No me puedo contener
Cuando estás aquí, soy muy débil…”
- MinHo… ¿Estás bromeando? -Se dignó a decir después de lo que me pareció tiempo eterno. Su momento estático había durado mucho, mucho tiempo, más del que podía pensar. Entonces lo supe. No creía aquello y se sentía asqueado. Me miró con cierta insistencia en mi respuesta y entonces negué de inmediato, ya no podía seguir negándomelo a mí mismo.
- ¿Lo dices enserio, MinHo? -Asentí. Podía ser mucho más pequeño que él, podía ser él amor secreto de quien él amaba, pero había algo que no podía dejar de lado: Lo quería solo para mí.
- Me gustas Hyung… Hablo enserio, Jinki me gustas. –Solté de nuevo. No podía seguir cargando con ello – Mucho - Agregué, cómo queriéndolo recalcar, pero no a él, si no a mí mismo. ¿Qué tanto podía abandonar mis sentimientos? Muy poco, yo era demasiado directo.
- MinHo… -Susurraste, pero no me sentí listo en ese momento, y entonces, te callé.
– Shhh… No digas nada, ¿Sí? Yo entiendo. –sonreí cansado. Así era todo, así tenía que terminar. – Yo solo quería que lo supieras. No podía guardarlo más… -Suspiré, me sentía incómodo y él también, se notaba.
- Está bien MinHo. No lo tomaré mal, yo entiendo lo que es, y tú más que nadie lo sabe. -Me sonrió cómo solo él sabía hacerlo, ¿Podía pedir más con aquella sonrisa? No, me reconfortaba lo suficiente.
– MinHo… -Me llamó, y entonces, más por costumbre que por inercia voltee a verlo – Eres muy valiente en decirme eso. Que te gusto. Eres mucho más valiente de lo que imaginé, ó de lo que yo fui -Dijo orgulloso, por su voz se notaba. Él mismo se declaraba mi hermano mayor, un padre; siempre feliz de mis logros y enfadado con mis fracasos. ¿Estaba yo destinado a ser siempre eso y no más?
“Sólo tócame…”
- ¿Por qué me dices algo cómo eso? –Pregunté, realmente su comentario había sido, más que un halago, una distracción, lo sabía, ó pude notarlo. Volvió a sonreír y entonces mi rostro se tornó una mueca de disgusto. Estaba jugando conmigo y no se retractaba de hacerlo- ¿Jinki Hyung?, ¿Qué es tan divertido?- Interrogué con enfado. No me sentía con ganas de burlarme de mí mismo después de tener valor para confesarme.
- No me burlo de nada. -Se excusó. Lo mire con el ceño fruncido.- Enserio, no me burlo de nada. –Me tomó de los hombros y el enojo desapareció tan rápido cómo había llegado.
“Porque hay algo en ti,
que me hace desear entregarme,
Juro que hay algo en ti…”
No podía molestarme con él y eso me enfurecía más, ¿Qué me estaba pasando? Yo podía negarle a todo el mundo, incluso a aquél chiquillo rubio, adorable, que andaba siempre con el perro, a quién nadie, fuese lo que fuese, le negaba algo. Entonces, ¿Qué efecto tenías él mí, para llegar a tal grado?.
“No escondas nuestro amor.
De hombre a hombre.”
-MinHo… Tú sabes que salgo con KiBum…- Lo recordé, con eso se refería a: “Tú más que nadie lo sabe…”. Había olvidado ese gran detalle. Poco a poco sentí cómo la pequeñísima ilusión que se refugiaba, segura, se borraba. Tenían ya más de 1 año y medio saliendo. Iban en la plenitud de sus 19 meses. Aquél recuerdo me pegó cómo balón a la cara… y cómo bala al corazón.
-Sí, lo sé bien. No es necesario que agrandes las cosas, Hyung. Solo quería que lo supieras. –Suspiré mientras el hablar por hablar comenzaba.
“No escondas nuestro amor…”
- Quería que te enteraras de que ya no lo haré más… De que serás mi Hyung y nada más que mi Hyung… -suspiré viéndolo a los ojos, en ellos se notaba tristeza… y cierta decepción. Pero así tenía que ser, solo así terminaría todo.
-MinHo… no creo que deba ser así… -Susurró, suavemente mientras me miraba con melancolía, pero no podía hacer más. Me sentía estúpidamente enamorado. Enamorado de alguien que ya amaba a alguien.
- Hyung… -Lo miré, ya no debía seguir con eso. Debía olvidar, tal y cómo debí haber hecho años atrás, cuando en sentimiento no era todavía reconocido cómo amor, sino cómo admiración y respeto.
“Él es solo un amante
Que me hace sentir pleno…”
- MinHo… no te tortures más. Puede ser difícil… pero tendré que pedirte que no me busques por un tiempo. –Lo miré desconcertado, ¿Él hablaba en serio? Había deshecho mi mente por noches, pensando en palabras concretas, correctas, certeras, que me ayudaran a hacer menos pesado en ambiente y él terminaba con un golpe duro. Con eso.- MinHo, no me busques… Amo a KiBum, lo sabes. Jamás le haría algo que pudiera herirlo… Perdón, pero tendré que pedirte eso, que te alejes por un tiempo. –Sentí la garganta seca y que mi corazón dejaba de palpitar, probablemente todo aquello era un sueño, una mala pasada, algo poco creíble. Pero la idea desapareció cuando lo noté serio… No, aquello era real, JinKi no me amaba, ni tenía intenciones de estar conmigo, de darme oportunidades. No había nada más que hacer contra eso.
“No lo puedes romper,
O meterlo al horno,
No lo puedes mojar,
No lo puedes quemar…”
Sentí súbitamente dolor. Ni más, ni menos, solo dolor. ¿Cómo haces para olvidar un amor que se volvió puro e intenso con él paso del tiempo?, ¿Cómo te deshaces de aquello que tanto anhelas? De ninguna manera, solo lo olvidas, pero, cuando regresa duele, peor que antes.
Lastima…
Asentí de la manera más lenta que pude y dejé la mirada baja. Todavía no aceptaba del todo lo que ocurría, aún no podía comprenderlo.- Hyung… gracias por escucharme… -sonreí sin sentimiento alguno, tampoco alcé la vista. Me quedé ahí, sin más. No podía reaccionar por más que lo quería.
-MinHo… deberías irte ya. Es algo tarde y tenemos que dormir… Hay escuela mañana. –Lo escuché hablar, pero mi mente divagaba, no prestaba atención a nada. Una vez que me tomó de los hombros reaccioné, me encontraba en la puerta. Voltee a verlo, y nuestras miradas se cruzaron. Tal vez había sido imaginación, o la estúpida esperanza, pero sus ojos denotaban deseo. Él me deseaba, tal vez. Y tal vez, esa era la razón del distanciamiento.
- Hyung… -articulé, pero las palabras se atoraron en mi garganta. ¿Qué debía decirle? Nada, no había más que discutir, él ya había declarado que no habría nada entre nosotros. Entonces, ¿Por qué tal mirada?
- MinHo, ya, debes irte. –Soltó de pronto. Asentí débilmente y camine conforme a las escaleras, alejándome de aquél apartamento. Me sentía tan roto… de alguna manera, débil.
Tome por decisión propia olvidarlo, darme tiempo y seguir adelante. Ya no tenía caso seguir con algo cómo eso.
Lo olvidaría… Lo haría.
“Atrévete…“
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Pasaron ya 3 semanas, 3 dolorosas semanas en las que encontrarlo sonriendo cómo siempre por los pasillos de la escuela, abrazando a Key, siendo más sensato que yo era un completo fastidio, más por el hecho de que lo sobrellevaba demasiado bien. Demasiado era poco. Todo lo llevaba en extremo bien. Cómo si no hubiera ocurrido nada y eso me inquietaba, ¿Qué tan bien podía pasársela a una persona después de eso? Yo estaba en estado deplorable.
Un pequeño de primer año se me había declarado. Yo le conocía por TaeMin, se llamaba… ¿Kai? Algo así. Le rechacé, no podía, JinKi seguía en mí mente, por más que trataba de olvidarle. Era como si una parte mí siguiera aferrada al dolor y, al mismo tiempo, a una absurda esperanza.
No hablábamos, no nos mirábamos, nos evitábamos en todo. Incluso el estar en la misma clase dejó de ser perfecto. Era como si cada uno olvidara que él otro existía.
“Es solo un sentimiento
Tienes que satisfacerlo
No lo puedes reprimir…”
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Salí de una dura clase, algebra. No hay nada más complicado que el algebra. Me sentía cansado, las semanas de evaluación no son las mejores en la vida de un estudiante.
Habían pasado ya 2 meses y medio y JinKi comenzaba a salir poco a poco de mí mente. Comencé desde cero, salí con el JongTae por un tiempo y luego decidí seguir. No podía seguir mortificándome a mí mismo. Pero lo que sucedería ese día no me lo esperaba…
Al salir del salón me tropecé con él, iba inerte en mis pensamientos. Ese día me aburriría en mi casa, toda la tarde, ChangMin, mi mejor amigo y actual pretendiente, saldría tarde de la universidad.
Solo. Olvidado toda la tarde.
Tal vez era lo mejor para mí.
“Libérate…“
Después de una larga caminata llegue a mi casa, cansado. Subí las escaleras al pequeño apartamento que habitaba, tranquilamente. Al llegar al último escalón y darme la vuelta, dirigiéndome a mi apartamento lo vi.
Estaba tranquilo, sentado aún lado de la puerta, se volteó a verme. El pánico me invadió, ¿Qué hacia él ahí? ¿No se supone quería distancia?
“Debes entender
Una cosa en la vida
La verdad de la lujuria…”
- MinHo… Necesitamos hablar… -sonrió de manera amable. Me detuve en seco y entonces…
Caí.
Caí cómo solía hacerlo cuando me llamaba con esa sonrisa. Caí, cómo el estúpido enamorado que era.
- Hyung, ¿Sucede algo? –Le miré tranquilo, no dejaría que notara que me sentía inquieto, incómodo y más devastado que antes.- Tengo que hablar contigo –sonrió y asentí- Pero no aquí afuera, allí dentro –Dijo señalando el apartamento. Tragué saliva y comencé a caminar. Cada uno de mis pasos eran inseguros, me sentía nervioso; Terrible y efímera se asomaba aquella ilusión. La ilusión de que Jinki pudiera cambiar de opinión y correr hacia mí, con los brazos abiertos y su dulce sonrisa. Qué estúpido estaba siendo.
“Así que abre la puerta
Y verás que
No hay secretos…”
Llegué, a pasos cortos, a donde él. Me sonrió al verme cerca, solo baje la mirada y abrí la puerta del apartamento. Ya era tarde, bastante tarde. El cielo se veía iluminado por tonos rosáceos y anaranjados. Una perfecta puesta de sol, arruinada por su presencia y mi idiotez.
Tiré mis cosas en el sofá de la entrada y me dirigí inmediatamente a la cocina, él solo me siguió por detrás. Abrí el refrigerador y saque una jarra de agua- ¿Gustas? –lo miré, se veía impaciente. Me extrañé ante esto y lo miré más atento. Asintió- Si no es molestia, tengo algo de sed. –lo miré un momento más y le serví en un vaso. Me serví después y me encaminé a la salita del apartamento.
“Muévete
Libérate. “
Tome asiento y lo miré, atento a lo que pudiera decir. Trato de articular palabras, pero solo consiguió vacilar, después de un momento habló. –MinHo… ¿Aún te gusto?. –Preguntó tranquilo. Me tensé al instante, ¿Quería saber si aún sufría por él acaso?, Si era así, sí. Aún sufría por él.
- Hyung, ¿A qué se debe esta pregunta? –solté pronto. Si se estaba burlando de mí no valdría la pena contestar. - ¿Por qué quiere saber eso?.- Lo miré incrédulo. Solo sonrió.
- MinHo, sí aún te gusto… Podemos intentar algo… -Mi corazón se detuvo, sentí que todo se detuvo y que mi mente analizaba palabra por palabra, ¿Había escuchado bien? Él dijo eso, yo tenía una mínima oportunidad. Y eso era más que perfecto.
- Hyung…-vacilé un poco, me costaba creer aquello.
-Seré tú amante por esta noche… solo por esta noche y si tu así lo quieres. –No supe que decir, por un momento traté de hablar, pero terminé balbuceando. Me miró atento. Tragué saliva. – MinHo… no me eh sentido bien desde que pasó aquello y… esto es lo que necesito hacer. Te quiero… -Miró, vacilante, una de las ventanas- No te puedo sacar de mí cabeza… necesito hacer esto… Quiero hacer esto –soltó recalcando todo lo que me decía. Yo no logré procesar nada y asentí. Asentí, más por impulso que por razonamiento. Lo quería, lo necesitaba y si la oportunidad hacia su presencia no la desaprovecharía.
“Porque hay algo en ti,
que me hace desear entregarme a ti
Juro que hay algo en ti…”
- Hyung… yo quiero…. que seamos uno… solo esta noche, ninguna más… -solté sin vacilar, sin tropiezos, sin una voz quebradiza. Lo solté, quedo. Esa noche la aprovecharía porqué, aunque deseara más noches cómo aquella, no ocurrirían, no. Las verdaderas oportunidades solo se presentan una vez en la vida.
-MinHo... Intentémoslo entonces, si es lo que quieres... Seré tú amante solo esta noche.–Me miró dubitativo. Asentí una vez más. Esa noche sería la primera y la última.