por Ciel Phantomhive
Un poco antes…
Un berrinche, eso era exactamente lo que acababa de hacer Vincent, me quede viéndolo devorar el Sándwich a regañadientes recostado de la manta. Me pregunto si yo también era así de niño.
-¿Era así?–una sonrisa burlona salio de los labios de Sebastian, le vi con estos ojos ---> (¬.¬) –jejeje mírese nomás, sigue actuando de la misma manera, es mas que obvio que lo saco de usted –no me quedo de otra que suspirar, tenía toda la razón y yo me había dado cuenta de ello, nuestro hijo era una fusión perfecta de sus padres.
“Nuestro hijo” y pensar que puedo decir eso, cuando tomé la decisión de quedarme con Sebastian no imagine que algún día podría decir HIJO. Debo admitir que he cambiado mucho desde ese entonces, ambos hemos cambiado, supongo que en él es menos evidente, sobretodo en público.
Vincent llevaba horas bañándose en el lago y Sebastian vino a hacernos compañía. El rato que estábamos pasando juntos era realmente agradable, sin darme cuenta me fui recostando de su hombro con nuestros dedos entrelazados, ese lugar me traía muchos recuerdos, fue precisamente allí, según nuestros cálculos, donde concebimos a Vincent, por eso el lugar era un tanto sagrado al concedernos el milagro de dar vida, bueno en especial a mi que debí llevarlo ocho meses en el vientre aún cuando mi cuerpo no debería ser capaz de tal cosa.
-¡ah! Sebastian ya debería irme, ésta tarde es la reunión con los caballeros de la cor… -selló mis palabras con sus labios produciendo en mi una corriente eléctrica-
-No se preocupe, eso ya está arreglado para la semana que viene.
-¡¿Qué?! Pero si… -otro beso, nuestros dedos se entrelazaron con mayor firmeza y con su otra mano me presionó la nuca para profundizar el beso, estaba empezando a hacer calor, mucho calor a medida que se profundizaba el beso, entonces escuchamos el chasquido del agua. Ambos vimos en dirección al sonido pero no había nada, ¡rayos! Nos olvidábamos de que Vincent estaba bañándose justo en nuestras narices, asomo la cabeza fuera del agua unos metros alejado de la orilla con un ligero tono rojizo en sus pómulos, tal vez fuese por la insolación tal vez la vergüenza de ver a sus padres devorándose. Como sea, no pude seguir cavilando al respecto puesto que Sebastian soltó su agarre y una vez levantado se inclino ante mi extendiéndome la mano.
-deberíamos relajarnos también un rato Amo – Su típica sonrisa- En un principio me negué pero…
-¡Papá!–mi hijo me veía desde el agua con una enorme sonrisa, siendo así no podía negarme.
Pasamos también el resto de la tarde en el lago, probamos los aperitivos de Sebastian y antes de que comenzara la puesta del sol nos encontrábamos rumbo a la mansión, de nuevo Vincent se durmió en mi pecho y no despertó ni siquiera para cenar, debía estar muy cansado al haber pasado todo el día nadando.
Observaba a mi hijo dormir como tanto lo hacía cuando era un bebé. –No puedo entender como puede tener una cara tan angelical siendo mitad demonio.
-Porque se parece a ti –me sobresalte un poco por la sorpresa pero eso fue una milésima de segundo ya que seguido de la voz sentí unos brazos rodear mi dorso y luego la respiración en mi cabello, me encune en esos brazos que desde hace tantos años han sido mi apoyo.
Repentinamente Vincent entreabrióabrió los ojos, al vernos parados junto a su cama se dio media vuelta para observarnos mejor, acurrucando su cabeza en la almohada esbozo una sonrisa adormilada –estoy feliz- Sebastian recostó su cabeza de mi hombro y tenso mas su abrazo, debía estar feliz él también por las palabras de nuestro hijo –yo, La voy a cuidar -bostezó de cansancio antes de continuar- papá, la cuidare muy bien- volvió a quedar profundamente dormido, Sebastian se separo de mi para cruzar nuestras miradas curiosas, pero preferimos pensar que era algún sueño que había tenido.
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Luego de darme un baño mientras Sebastian hacía su tarea como mayordomo (si, puedo bañarme sólo, pues si dejo él me bañe terminamos haciendo exactamente eso qu imaginan) la verdad aunque estaba muy cansado decidí darme una última vuelta por mi despacho para revisar unos papeles, no quería retrasarme en el trabajo que últimamente era mucho, la compañía Funtom se expandía y eso conllevaba mas trabajo no se como termine tan atareado, en ocasiones sólo quiero dejarlo y disfrutar con mi familia, MI FAMILIA que nunca imagine volver a tener, en un cálido hogar lleno de amor.
¡Cielos! quice exclamar de cansancio, la vista se me nublaba cada dos por tres, decidí entonces que seria mejor si dormía. Cuando me levanté del sillón mis piernas flaquearon repentinamente y todo mi alrededor se puso oscuro por unos segundos, con una mano en la cien y la otra apoyada en la mesa evitando mi caída, el agotamiento era mayor a las aespectativas, entró Sebastian si tocar (esa costumbre se había perdido hace años) yo apenas superaba el mareo, me erguí nuevamente y camine a la salida de mi despacho.
-Se encuentra bien?–me miro de reojo cuando pase a su lado.
-No he dormido bien y nadar tanto me dejo mas cansado-una idea interesante se cruzó por mimento- Sebastian.
-¿Si?
-¿Podrías darme un masaje?
-!joo! Sabe que no tengo ningún problema, my Lord -Lo último lo dijo lascivamente
-kisama, es en serio, me duele mucho la cadera y no creo que pueda dormir bien así, debió ser por la cabalgata.
El estusiamos cesó de forma abrupta -está bien, como desee- que bueno que lo comprendió.
Sebastian da unos masajes maravillosos–aamm- de verdad que lo necesitaba, aunque el estar en mi cama, boca abajo, sin camisa y con Sebastian encima era una tentación demasiado peligrosa, la verdad es que no podía, el cansancio me venció y no recuerdo en que momento perdí la conciencia y la voluntad de mover mis músculos. Sentí como el padre de mi hijo me arropaba, igual que cuando era un niño y deposito un beso de buenas noches en mi labios, eso no lo hacia cuando era niño.
Continuará...