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Beatifull por Lunita Shinigami

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Beatifull

[Harry Potter]

 

 

Nota: los personajes de Harry Potter no pertenecen, este fic es sin ánimo de lucro.

 

 

Luchemos contra el plagio entre más seamos, más se escucharan nuestras voces, no dejemos que personas inescrupulosas se lleven nuestro trabajo… propuesta liderada por Katrinna Le Fay y adoptada por Luna Shinigami.

 

Si el fic no es de tu agrado, no te gusto el final, el comienzo o las notas de autor, no te gustan los personajes, ni te agrada la autora, por favor, a riesgo de ser grosera, no comentes, pero si tienes una crítica constructiva decente, soy toda oídos.

 

Atentamente Luna Shinigami

 

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I

 

Había llegado a ese lugar víctima de las circunstancias y las malas decisiones tomadas en su adolescencia.

 

Había llegado a un lugar que le habían enseñado a odiar y a detestar, donde las personas eran supuestamente inferiores y malvadas, que pretendía quitarle su esencia y quemarles vivos.

 

 Había llegado a un lugar donde, en definitiva se iban a quitar todos sus paradigmas sociales.

 

Apenas pudo sostener abiertos sus ojos grises algunos minutos antes de caer en aquel lugar y escuchar el pequeño llanto de su hijo en su regazo.

 

II

 

-¡Scorpius ven aquí! – grito un hombre mayor, de aproximadamente unos cincuenta años, con el azadón en la mano y barrigón – si tu papa te ve, señorito va a darte una zurra de la que no te salvas-

 

-Anda  no seas amargado- dijo bajándose del caballo con apenas ocho cumplidos, acostumbrado a vivir entre ganado y monturas de caballo, yeguas y potrancos- seguro viene el nuevo amo ¿verdad? Arthur-

 

El hombre solo sonrió a las ocurrencias del pequeño rubio de ojazos como la misma noche sin luna- viene el patrón nuevo y debes estar presentable, dicen que también es inglés como tu papi-

 

-bah, llevamos tanto tiempo aquí que mi papi ya no es inglés, es americano- rio corriendo llenándose los pantaloncitos de hierba.- ¿All Right, Arthur?-

 

-All Right, Scorpius- rio de nuevo el hombre caminando detrás del hiperactivo niño, que corría a la casona principal.

 

Los señores habían vendido para irse, para mejorar su vida en el extranjero y un inglés, había comprado la casona de Texas,  con todo y lo que esto llevaba, incluyendo, empleados y claro el mayordomo mayor, el papa de Scorpius.

 

El viejo hombre sonrió recordando cómo habían encontrado a Draco, un muchachito enclenque que no sabía ni lavar una cuchara, con un bebe en los brazos, su hijo. Seguramente era un niño rico cuya novia le dejo el encarguito y termino allí, en la mitad de la nada, lejos de su país, para no ser la deshonra de sus padres.

Arthur también recuerda, como a Draco se le caía todo, lloraba de impotencia al llanto incesante de Scorpius, como al principio los miraba con furia y aquella mirada fue cambiando paulatinamente por una más amigable.

 

Era un muchachito inteligente y diligente y pronto aprendió las labores del campo, sobre todo la administración del ganado y los arriados y a los antiguos patrones les gusto su método eficaz de trabajo, al punto que le habían pagado algunos cursitos virtuales y lo habían puesto de administrador y mayordomo principal de la finca, claro manejando los arrieros.

 

Del chico que llego y del hombre que había ahora, no había nada.

 

El chico era prepotente con ínfulas de principito inglés, el hombre de ahora, era un hombre trabajador que no temía cocinar o lavar la loza, que estaba bien si le tocaba ordeñar las vacas o ir a llevar el almuerzo a los arrieros.

 

El hombre de ahora se había ganado el amor incondicional de los trabajadores de la gran casona, que ahora cambiaria de nombre gracias al cambio de dueño, gracias a la maldita economía.

 

III

 

-¡pero señorito! No es justo que los patrones se hayan ido- dijo una muchachita de no más de quince años.

 

-Merry- le advirtió Draco acomodando su traje – la situación no esta buena,  económicamente estamos en una burbuja que pronto iba a reventar, era obvio que los patrones iban a vender y salir de nuevo a buscar una mejor oportunidad y la ventaja fue que vendieron pero con la condición de que pudiéramos seguir trabajando para el nuevo patrón- se acomodó el largo cabello rubio que llevaba en una cinta negra.

 

-pero a  mí me gustaban los otros patrones, no uno nuevo que no tiene ni idea de cómo se manejan las cosas aquí en Texas-  hizo berrinche que a Draco solo le hizo sonreír-

-Te recuerdo que yo era de aquellos que no tenía ni idea como se ordeñaba una vaca, es mas no sabía que la leche de vaca, salía de allí, de las vacas…- le desordeno el cabello con cariño, cuan alto era, ya que media cerca de 1.80 cm.

 

Merry sonrió y salió detrás del señorito, que siempre a pesar de ser solo un administrador, parecía más el dueño, por su pasar elegante y ese cabello como si hubieran bajado los rayos del sol.

 

-Vamos apúrense, hoy llegara el nuevo patrón- ordeno Draco a todo el personal y vio corriendo a ese demonio de cabellos rubios, que muchos llamaban ángel y él llamaba hijo – Scorpius!- le grito viéndole sucio, desordenado y despeinado… maldición ¡sin bañarse!, ya estaba empezando  a  tener una pequeña migraña.

 

-No se preocupe señorito, Yo lo Baño- grito Merry y dos empleadas más agarrando al pequeño que solo reía para que lo bañaran.

 

-Si siguen mimándolo…- les advirtió a todos.

 

-es un niño. Draco, déjalo ser- le sonrió Arthur que fue  a llamar a los arrieros- además eres muy estricto y Scorpius solo tiene ocho años- le advirtió y Draco solo pudo suspirar.

 

Draco solo suspiro y espero que todo saliera  bien con el nuevo patrón y que no sacara a ninguno de patitas a la calle.

 

 

IV

 

 

El avión había aterrizado en el aeropuerto de Houston, se colocó las gafas y bajo con la maleta de mano.

 

Suspiro.

 

Estaba tan lejos de su casa, lejos de la culpa, lejos de la vergüenza.

 

La guerra había terminado y su vida había comenzado, era feliz, hasta que se enamoró de la mujer equivocada. De la esposa del héroe. De su mejor amiga.

 

Había caído bajo las candentes caderas de Ginny y había perdido, había perdido su vida, su dignidad, todo.

 

Así que decidió irse, poner mares y océanos de por medio y olvidar al amor y a la vergüenza de paso. Compro en América,  un rancho gracias a la recesión, no lo hizo por las  vacas y caballos, lo hizo por la posibilidad de poner un herbolario con plantas mágicas y Muggles.

 

No lo estudio mucho, solo tomo algo de su fortuna y lo hizo.

 

Solo quería alejarse.

 

Y solo quería dejar el mundo mágico atrás. Pero las cosas no siempre pasan o suceden como uno lo desea.

 

¿Verdad?

 

V

 

El camino fue polvoroso y largo, del aeropuerto al rancho “la esperanza” vaya nombrecito.

 

La esperanza era lo que necesitaba ahora para iniciar su nueva vida, en un mundo sin magia.

Salió del auto y vio el gran rancho y ¡demonios! Comenzó a arrepentirse, era una gran casona, un rancho inmenso para él solo.

 

Entro con paso poco seguro y apretó la maleta, estaba a punto de enfrentarse a muggles sin magia pero con una vida por delante en aquellos áridos caminos.

 

-¡bienvenido patrón!- sonó la voz de doce empleadas y más de quince hombres con botas y sombrero, látigo en la mano y pinta brusca de la gente criada en el campo, alzo su mirada e hizo un pequeño saludo hasta que algo lo obnubilo.

 

-¡Malfoy!- grito cuando lo vio, le mismo Malfoy de hace ocho años.


Draco abrió sus inmensos y preciosos ojos grises y se acercó a él hombre alto.

 

-Bienvenido a casa Patrón, Soy Draco Prince, el mayordomo de la casona la esperanza- le miro y se levantó.

 

Se sonrojo, no pudo evitarlo, Malfoy había dejado los rasgos infantiles y ahora era todo un hombre, como pudo carraspeo un poco y saludo.


-Soy Neville Longbotton, el nuevo dueño de la esperanza- se presentó quedando prendando un pequeño momento del hermoso rubio con el que alguna vez había estudiado.

 

Continuara….

 

*-* Nueva locura lo se xd

 

 

 

 

 

 

 


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