Mentes Conectadas por GirlyHanajima

Bruce intentó abrir los ojos, pero los párpados le pesaban lo suficiente como para desistir y el dolor de cabeza que sentía era tan grande como una resaca después de una noche bebiendo. Aun cansado, se ríe de esta comparación porque hacía años que no bebía, concretamente desde que él había aparecido en su vida. Intentó relajarse y, cuando vio que ya podía abrir los ojos lo hizo, mirando a su alrededor, dándose cuenta de que estaba apoyado en el hombro de su compañero Clint Barton y en frente suya estaba Tony Stark sin su armadura, con una sonrisa al ver que el otro se había despertado ya.

-Muy buenas, Bello Durmiente. -dice el playboy con su típica sonrisa, colocándose bien sus gafas de sol.

-Uhm...¿qué ha pasado? -susurra débil el doctor con la voz reseca, a lo que el halcón le da una botella de agua. Bruce se lo agradeció con una sonrisa y da un trago.

-¿No te acuerdas? Ya sabes, ese intento de mago que nos engañó para atraerte y controlarte con la mente, pero tu principe... -dice señalando a Barton, pero este estaba también igual de cansado que Bruce aunque intentara no aparentarlo.- ...se metió de lleno y el hechizo os afectó a los dos. Pero parece que falló y huyó.

Oh, ahora lo recordaba todo, sí. Estaban en la Torre de los Vengadores (aunque Tony siga insistiendo que se llama Torre Stark) cuando el director Fury los llamó por una emergencia. Al parecer era un grupo de atracadores comunes que la policía podía perfectamente controlarlos estaban robando en un banco y necesitaba la ayuda de Hulk -cosa que hizo sospechar a Bruce porque, cuanto menos tenga que usar la fuerza del otro tío, mejor para Fury-, y claro, no iban a dejarlo solo, así que fueron los tres: Ojo de halcón, Iron Man y Hulk. Los demás no estaba en ese momento en la torre; el Capitán América tuvo que irse a no-se-dónde con no-sé-quien, Bruce no echó mucha cuenta cuando estaba explicando a donde iba. Natasha estaba en una misión secreta de S.H.I.E.L.D. y Thor en Asgard atendió unos asuntos como príncipe de Asgard. En definitiva, estaban los tres solos y a Bruce le pareció exagerado pero no se quejó: no sabía quien era más cabezota, si Tony o Clint, y como no tenía ganas de aguantarlos pues aceptó a regañadientes. Y no se arrepintió de aquello, si no hubiera sido por esos dos y en especial Barton, ahora sería un tio grande y verde controlado por un mago que se hacía llamar “Gran Malignus”...vale, el nombre es cutre pero sabía lo que hacía pues consiguió mantener tranquilo al otro tío y hacer que fuera imposible para Bruce sacarlo. Tenía que agradecer a Barton el meterse entre el hechizo y él, aunque finalmente los dos fueron afectados por el hechizo y Bruce se desmayó. Pero por lo que veía, el hechizo no había funcionado porque los tres estaban en uno de los coches de S.H.I.E.L.D. siendo transportado nuevamente hacia la torre.

Bruce no se movió apenas de su sitio aún algo débil y de vez en cuando echaba varias cabezadas en el hombro del halcón, sintiendo como el otro echaba su cabeza encima. Los dos se llevaban bien, lo que era de esperarse al ser compañeros de equipo aunque apenas se veían: mientras el doctor estaba en “juguetelandia”, lo que vendría a ser los laboratorios que disponía la torre, Barton estaba en la zona de entrenamiento con su arco o entrenando con Natasha o Steve. Aun así, era divertido estar con él pues es como estar con un Tony Stark mas controlado.

Ya cuando llegaron a la torre, Bruce se levantó con algo de esfuerzo, sus piernas flaqueaban y tuvo que ayudarle Tony a entrar dentro. Cuando llegaron a la planta donde vivían, todos se dejaron caer en el sofá soltando suspiros de alivio al sentarse finalmente en algo cómodo y no en esos asientos de S.H.I.E.L.D. que era bastante incómodos. Tony fue el primero en levantarse, más que nada porque es el único de los tres que no había recibido ningún hechizo y miró a los dos.

-Muy bien, señoritas. El mago de nombre patético del cual ni me acuerdo os ha hechizado y no sabemos lo que os ha hecho. Tú, pajarraco, ¿quiere meterme una flecha entre ceja y ceja? -el aludido tan solo asiente con la cabeza. Barton se sorprendió a sí mismo sin ganas de pelear con Tony, así que por esta noche pasaría sus bromas.- Bien, y tú, ¿te quieres convertir en un tío grande y verde con ganas de destruir mi preciada torre? -Bruce negó con la cabeza. Estaba igual de cansado que Barton, tanto que ni sentía apenas a Hulk en su interior.- Vale, eso significa que estáis los dos bien. O al menos de momento, eso sí...nada de destruir torres, ¿os queda claro? -con eso último se notaba de lejos que se refería a Bruce y este tan solo asiente con la cabeza.

Cuando Tony finalmente terminó de hablar, cada uno se fueron a su habitación. Bruce se dejó caer en su cama con una pequeña sonrisa de alivio, acurrucándose entre las mantas y con pereza, se quitó la camisa y la dejó tirada por el suelo, ya mañana la recogería cuando no estuviera tan débil. Dejó las gafas en la mesita de noche y se acomodó en la cama, quedándose dormido a los pocos minutos.

Sentía demasiado calor en su cuerpo y una zona de su cuerpo despierta. Bruce, aunque tenía los ojos abiertos, apenas podía ver y saber quién era esa persona que estaba encima suya totalmente desnudo, que besaba su cuello mientras lo tocaba. Se atrevió a subir sus manos y pasarla por el hombro de...¿aquel hombre? Bruce se sorprendió a sí mismo abrazando a un hombre y correspondiendo a sus caricias pues él no era gay, nunca se había interesado en un hombre. Aunque desde lo de Betty y el otro tío, había dejado el tema de tener pareja y sexo a un lado por temor pero ahora mismo, estaba disfrutando de ese momento de intimidad con ese hombre desconocido pero que a la vez le sonaba tanto. Se besaron con fiereza y hambre, como dos amantes que habían estado separado por mucho tiempo y, finalmente, se reencontraron. En ese momento Bruce se pudo fijar en los ojos azules del otro hombre, unos ojos que recordaba haberlos visto en otra parte pero por el placer tenía la visión borrosa y no veía nada mas. Entonces, sintió como algo en su entrada, un dedo, moviéndose lentamente y se tensó. Era su primera vez y no...Bruce no iba a hacerlo con un completo desconocido así que empezó a moverse, a negarse de ser él el pasivo.

De repente, Bruce se despertó en su cama totalmente sudado y con bastante calor, también con la respiración agitada. Miraba a su alrededor, sin encontrarse a nadie dormido a su lado, ¿había sido todo un sueño?. El doctor no se lo creía, había sido tan real e incluso aún sentía los besos en su cuello, y entonces se fijó en el bulto que sobresale de sus mantas y se sonroja levemente, avergonzado de haber tenido esa clase de sueño y más con un hombre. Y encima con un hombre del cual sólo sabía que tenía los ojos azules. Vale que hace bastante tiempo que ha estado con una persona en ese sentido, pero no era un desesperado que necesitaba urgentemente satisfacer esas necesidades y hasta ese momento, había dejado aparcado todo lo referente al sexo en un rincón de su mente. Bruce negó con la cabeza para dejar de pensar y fijarse en su erección, que no había bajado nada así que, suspirando, se levantó y se metió en el baño para darse una ducha de agua fría, a ver si así se le bajaba solo sin tener que hacer uso de sus manos. Lo que más le extrañó a Bruce fue que sentía que conocía a ese hombre de algo, y que esos ojos azules los había visto en alguna parte.