Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Renunciar por Are

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Sasu/Naru

Notas del capitulo:

Hola!


Bueno, pues es un corto one-shot. Espero que les guste :D

“Renunciaría al amor de mi hermano y de toda mi familia si fuera necesario con tal de ver a mi amado sonreír”


Esa frase resonaba en su cabeza incansablemente desde que tuvo la desgracia de leerla; no era porque la historia no hubiese sido de su agrado, sino porque aquellas benditas palabras lo habían hecho revolver dentro de sí algo que pensó hace tiempo aclarado: ¿Realmente le amaba? ¿Realmente valía la pena sacrificar tanto por él?


Todos estos años se había convencido a sí mismo que el tan solo estar cerca de Sasuke y que el fuera feliz era suficiente, y parecía que todo iba viento en popa. A pesar del agrio carácter del mayor, que siempre era antipático y arisco con todos a su alrededor, con el mostraba una faceta diferente, llegando incluso a ser romántico y cariñoso; pero ¿Realmente él era feliz? ¿Realmente el hacer feliz a Sasuke le hacía feliz?


Por un tiempo pensó que realmente lo era, pensó que el solo hecho de lograr cambiar la vida de Sasuke y llenar aquel espacio en él era suficiente; pero no más.


De un tiempo a la fecha la relación había dado un giro inesperado. No sabía si era la repentina decisión del azabache de mudarse con él, aun sin consultarlo. Solo recuerda un día oírle decir que se mudaría con él, que debería estar feliz con eso; y asi lo hizo, se sintió feliz. Este había sido el principio de una serie de eventos que trajeron infortunio a su relación. Comenzó por ser más posesivo, le siguió el que quisiera decidir todo lo que tenía que hacer, lo que tenía que decir, la forma en que se tenía que comportar y concluyo negándole la libertar de hacer todo lo que a él le fascinaba. Incluso tenía prohibido siquiera hablar con Gaara, ¿La razón? Para Sasuke, Gaara era solo un pretendiente que aparentaba amistad al rubio para en cualquier momento de debilidad por parte del ojos de cielo para arrebatárselo, y eso era algo que el Uchiha no iba a permitir.


Pero ¿Y él? Donde quedaban dentro de aquella tortuosa relación sus deseos, sus necesidades, sus pasiones, sus gustos, su forma de ser. Todo era siempre lo que Sasuke quería, lo que Sasuke deseaba, lo que Sasuke necesitaba, lo que Sasuke era; incluso se había dejado manipular a tal grado de perder la esencia de lo que él realmente representaba. Dejo de ser aquel chico hiperactivo, alegre, rezongón, bromista y juguetón por ser un poco más serio, comportado, todo porque Sasuke le había dicho que era hora de que comenzara a crecer, que ya no era un niño de 13 años; ahora a sus 21 años debía de comenzar a comportarse como un adulto, y asi lo hizo. Había dejado de ser él mismo, para ser aquella persona que Sasuke quería que fuera.


Exhalo el humo que se alojaba en sus pulmones, proveniente del pedazo de cáncer que sostenía entre sus dedos. Sonrió amargamente pensando en que a Sasuke no le gustaba que fumase, sin embargo él si podía hacerlo.


-¡Kuso!- Apretó la colilla apagándola de la rabia. -Otra vez pensando en lo él-


No era que estuviera mal que lo hiciera, después de todo era su novio. Gaara se burlaba diciendo que no era su novio, sino su esposo, después de todo tantos años de relación y ahora estos meses de convivencia ininterrumpida podían comparase con la que tiene los esposos, si es que él fuera una chica. Eso lo llevaba a pensar si alguna vez aquellas bellas mujeres en las relaciones heterosexuales se sentían de la manera en la que él se sentía o si solo era consecuencia de tener una relación del tipo de la que compartía con el azabache. Eso nunca lo sabría, pues nadie era realmente sincero en cuanto a sus emociones, en algunas ocasiones, ni consigo mismo.


Saco su celular de su bolsillo y observó la hora. Sasuke saldría de trabajar en unos minutos, tenía que ir practicando sus sonrisas para que el azabache no notara lo vacío que se sentía por dentro.


Se dirigió a su habitación y en la mesa de noche depositó, muy detrás de todo lo que había dentro, la cajetilla junto con el encendedor, saco una casa de chicles e introdujo dos en su boca, los suficientes para enmascarar el olor a tabaco que enmarcaba su aliento después de deshacerse de la evidencia.


Rápidamente preparo todo para cuando el azabache hubiese regresado del trabajo, tenía la cena preparada, la casa arreglada y él se encontraba perfectamente vestido; sin duda muchas hombres quisieran que su mujer fuese al menos una parte de lo buen esposo que era él.


La puerta principal se abrió lentamente y se dejó ver una cabellera azabache traspasar el umbral.


-Bienvenido a casa, Sasuke- Saludo Naruto con la mejor sonrisa que tenía.


-Hola dobe.- Era la acostumbrada respuesta de Sasuke a las palabras del Naruto, quien solo le sonreía ante tan corta y fría frase.


La cena transcurrió como todas las demás, el monologo de Naruto que Sasuke escuchaba calladamente mientras lentamente degustaba la comida que su novio preparaba. Luego, cuando el manto de la noche comenzaba a abrigarlos se dirigían a la alcoba y tenían uno o más encuentros amorosos, cuerpo con cuerpo se entregaban aquello que decían sentir; de lo que el rubio no estaba totalmente seguro en ese momento, por lo que simplemente se dejaba hacer y le seguía el juego al moreno pensando que solo era una etapa provocada por el repentino cambio que significo el vivir con aquel que significaba tanto para él.


A medida que los meses transcurrían las cosas cambiaban cada vez más. Y no era porque el blondo no se diera cuenta, simplemente no quería aceptar que el abismo entre ellos cada vez era más grande. ¿Podía alguien sentirse solo estando en compañía de otra persona? Ahora caía en cuenta de que era posible, eso era lo que actualmente sentía: soledad. Soledad que cada vez consumía más de su ser, simplemente le destrozaba desde adentro.


El azabache comenzó a cambiar, hacía de insignificancias un motivo lo suficientemente grande para comenzar a reñir, llegando incluso a ocasionar llorar al cielo, pues de los ojos de Naruto brotaban gotas saladas imposibles de contener y todo porque… por un inocente mensaje.


-¿Qué es esto Naruto?- interrogaba Sasuke sosteniendo el celular de Naruto en la mano. El blondo se acercó y se dio cuenta de que Sasuke estaba leyendo sus conversaciones con Gaara.


-Mensajes de Gaara- contesto con simpleza restándole importancia.


-Y me puedes explicar ¿porque se llamas con esos adjetivos tan cariñosos? Acaso ¿pasa algo entre ustedes dos que debería saber?-


-¿De que estas hablando, Sasuke? Gaara y yo solo somos amigos-


-Entonces porque le dices mi amor, y que lo amas y no sé qué tantas otras pendejadas que ni siquiera a mí me dices- Sasuke realmente estaba furioso, ¿Por qué Naruto prefería decirle palabras de amor al pelirrojo y no a él?


-Gaara es mi mejor amigo, Sasuke. Y sí, lo amo. Pero de una forma distinta como te amo a tí-


-¿Crees que yo me trago todo ese cuento?- Dijo aventándole en celular. –Decide: Gaara o yo-


A Naruto se le helo la sangre cuando escucho salir de la boca de Sasuke aquella frase de una manera tan gélida y despectiva, ¿era cierto lo que había escuchado?


-… ¿Qué?-


-Elije, si quieres que sigamos juntos tendrás que dejar al idiota del mapache. No quiero que le hables, que estés con él… No quiero que vuelvas a verlo-


El rubio sintió que algo en su pecho se rompía, no quería dejar de hablar con Gaara, era el único ser que lo escuchaba, el único que de verdad lo entendía pero tampoco quería separase del que creía el amor de su vida, el único que de verdad lo amaba. ¿Qué debía hacer?


-Está bien, Sasuke- Se resignó a abandonar la amistad que con tantos esfuerzos había cosechado con Gaara para no tener que alejarse de Sasuke, después de todo, con la compañía y amor de Sasuke le bastaba.


 Desde ese día las cosas no habían vuelto a ser las mismas, las peleas se habían intensificado. Se había convertido en una rutina el pelear después de cenar, y en algunas ocasiones tener una “reconciliación” en la cama. Sin embargo, para Naruto no era más que entregar su cuerpo a aquel que decía amarlo; pues para él eso no era hacer el amor. Simplemente era sentir sobre su piel las frías manos del azabache tocándolo, sentir como sus labios se posesionaban sobre los suyos y luego bajaban recorriendo una parte de su cuerpo para después poseerlo. Esto se repetía varias veces durante la semana, a veces de manera gentil, otras con demasiada brusquedad; incluso podía decir que sentía como si Sasuke lo violara.


Una noche el azabache había avisado que no llegaría a dormir, tenía mucho trabajo y se quedaría a terminarlo en la oficina. Durante esas horas Naruto no pudo dormir, contemplo hasta el crepúsculo el cielo tratando de no pensar de más, pues no era la primera vez que Sasuke no llegaba a dormir, siempre daba excusas diferentes para ausentarse durante la noche y dejar solo al blondo en aquel inmenso lugar que compartían. El rubio no quería pensar que el otro pudiese estarlo engañando, simplemente era algo que no estaba en las posibilidades de su mente, para él Sasuke le amaba y no le haría jamás una bajeza como esa. Era en esos momentos que extrañaba a Gaara, él pelirrojo siempre sabía decir las palabras correctas para reconfortarlo; pero ahora que no estaba a su lado ¿De quién se sostendría? Aquel que debería ser su sustento simplemente no estaba, como en muchas otras ocasiones cuando lo había necesitado.


Una noche por fin se armó de valor para preguntarle al azabache que era lo que estaba ocurriendo con él, si es que acaso tenía a otra persona en su vida; sin embargo, lo que sucedió jamás se lo espero.


-¿Cómo puedes pensar eso?- Decía Sasuke mientras lagrimas se deslizaba por sus mejillas. Naruto estaba tonito, frente a él estaba Sasuke… ¿Llorando? ¿Era real lo que veía?


-Sabes que para mí solo existes tú, no tengo ojos para nadie más que no seas tú. Que todo mi mundo gira alrededor de ti, eres la razón por la que vivo, mi sol, mi luz, mi cielo… para mí eres todo lo que necesito y más- El rubio estaba perplejo, he ahí una faceta que jamás había visto de Sasuke: debilidad.


El rubio se acercó al azabache estrechándolo en sus brazos. –Gomenasai. No fue mi intención herirte. Te prometo que nunca más pensare algo así de ti- Realmente se sentía mal por creer que aquella persona lo estuviera traicionando, pero era lo único que podía pensar después de toda la manera de comportarse de Sasuke. Demoraron abrazados un par de minutos en los que el moreno dejo de sollozar y después de eso Naruto se entregó a Sasuke como tenía meses no lo hacía, con amor.


El efecto de aquel momento de amor y perfección duro solo unos cuantos días, Sasuke volvió a ser frio y controlados con Naruto, aquella persona cariñosa y gentil con el rubio cuando comenzaron su relación había desaparecido, ahora Sasuke veía a Naruto como una objeto más, algo que le pertenecía por derecho. El rubio de nueva cuenta lo dejo pasar y poniendo todo de su parte siguió siendo aquel que hiciera a Sasuke feliz, aquel que ponía a Sasuke incluso sobre él, siguió entregándose en cuerpo y alma pensado que si hacia esto el azabache volvería a ser como cuando habían comenzado su relación y todo lo  mal vivido quedaría en el pasado y seria solo un doloroso recuerdo en las páginas de su historia.


Sin embargo las cosas no salían como el rubio las planeaba. El azabache siguió ausentándose y abandonando al rubio por largos periodos de tiempo en los cuales hacia quien sabe que cosas. Naruto se entretenía un poco entre los trabajos y exámenes de la universidad, pero no podía dejar de preocuparse por los repentinos cambios que había notado en Sasuke.


Los meses siguientes al rubio dejo de importarle lo que su adorado hiciese, simplemente se dedicaba a lo realmente importante, por alguna razón su lado rebelde había salido a relucir y simplemente ignoraba los desplantes del azabache y le seguía la corriente, algo que irritaba más a Sasuke, pero que al final desistía de seguir con la pelea.


 Ahora ya no dormían abrazados, cada uno volteaba hacia lados contrarios en la cama, era como dormir con un muñeco de felpa, pues para cada uno el otro simplemente ocupaba espacio. Ni siquiera se daban las buenas noches o los buenos días, era como si el otro simplemente no existiera o fuera invisible ante sus ojos.


En otra de sus recurrentes peleas Naruto se cansó de los reclamos de Sasuke por estupideces.


-Tú… tú… tú… tú… y solo tú. Alguna vez te has preguntado ¿Cómo me siento yo? -- Por la expresión de tu cara veo que no. ¿Crees que por vivir juntos y porque te he entregado mi cuerpo me tienes seguro?- Dejo escapar una risa amarga –Que equivocado estas. No eres mi dueño, yo no soy tu esclavo, pero parece que tú todavía no te das cuenta de eso- Sasuke estaba impresionado, ese era el Naruto que había mucho tiempo no veía, esa mirada nunca la había en esos zafiros, si las miradas mataran sin duda el estaría tres metros bajo tierra. No podía decir nada, había quedado paralizado por la fuerza de las palabras de Naruto.


-No estoy aquí esperando a que el señorito se le ocurra darse cuenta de que tiene novio, esperando a que el gran Sasuke Uchiha quiera hacerme el favor de regalarme un poco de su tiempo- Decía Naruto en tono de burla –Y no voy a estar esperando por ti eternamente. No siempre voy a estar aquí para tí- Sasuke seguía sin responder a todo lo que estaba Naruto.


-Me querrás cuando me marche…- Y sin decir más salió dando un sonoro portazo. Dentro de la casa es azabache analizó la palabras de Naruto, o eso aparento, pues no le dio importancia al mensaje implícito dentro de todo lo que había mencionado el rubio. Le estaba dando una última oportunidad para remediarlo, sino lo hacía, se iría.


-Jamás me dejarás, me amas- Dijo el azabache mientras sonreía con prepotencia.


Desde ese día Naruto dejó de estar bajo las ordenes de Sasuke, ya no era más el niño sumiso que había forjado el azabache, volvió a ser él mismo, alejándose cada vez más del moreno en un intento de que él mismo se diera cuenta y corriera a su lado pero éste no hacía nada por estar cerca de él; cosa que le dolía al rubio.


Durante las semanas siguientes Naruto le mandaba señales al azabache de cuanto necesitaba de él, de cuando le amaba, de cuando quería permanecer a su lado pero que no quería ser él el único que estuviera ahí, que necesitaba que Sasuke también estuviera para ayudarlo, comprenderlo y cuidarlo; pero el azabache simplemente era ciego ante las calladas suplicas del rubio. En esas semanas Naruto llego a su límite, no podía seguir ni un momento más en esa situación que le provocaba aquel inmenso dolor, simplemente porque ya no podía soportarlo. Tenía que hacer algo por él, tenía que ser su propia prioridad en esos momentos, tenía que pensar primero en su bienestar y no en el de los demás; tenía que dejar al azabache. Por mucho que le doliera era preferible sufrir unos meses a sufrir toda la vida junto a alguien que simplemente no merecía su compañía.


Un día cuando Sasuke llegó a casa la encontró en silencio y oscuridad, nada característico de ese lugar, siempre Naruto tenía todas las lucen encendidas y generalmente mientras realizaba cualquier actividad escuchaba música rock a todo volumen; pero ese día era diferente, ese día las habitaciones tenían un silencio enloquecedor.


-¿Naruto?- Pregunto con miedo. No escucho respuesta. -¿Naruto?... Deja de jugar de una vez­­­- Podía escuchar el resonar de sus pisadas en algunas partes de la casa, se encontraba solo.


Desesperadamente buscó en las pocas habitaciones al atolondrado rubio con que compartía aquel departamento, buscó en todos los lugares donde fuera posible que estuviera escondido para montarle una broma. Incluso reviso aquellos donde de ante mano sabía que el rubio no podría estar, pero en su desesperación todo era posible. Lo único que encontró fue una nota con la letra del blondo.


Esta noche lo entendí, solo estoy muriendo a tu lado, tú estás matándome. Entre nosotros ya no hay nada, el amor murió. Aunque muero por volver atrás y que las cosas fueran como antes… me voy.


En ese momento entendió que aquello que había dicho Naruto no era solo al viento. Realmente lo dejaría si lo consideraba necesario.


Sasuke buscó a Naruto para remediar las cosas recibiendo solo negativas por parte del blondo con frases como “¿Ahora si quieres arreglar las cosas?... Esto no tiene arreglo.” "Te dí muchas oportunidades, Sasuke. No tengo nada más para ´ti", entonces Sasuke entendió que lo había perdido. Que nunca más volvería a verse reflejado en esos pedazos de cielo, que nunca más sería la causa de esa hermosa sonrisa en el rostro del rubio… Que nunca más estaría con Naruto.

Notas finales:

La primera frase es de Creciendo juntos, muy buen fic :D


La verdad al leerla se me vinieron un sin fin de cosas a la cabeza y salio eso, espero que les gustara :D


Espero leernos pronto :D


Adiosin :)


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).