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Mi niñera por Lizie CoBlack

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Notas del capitulo:

Éste capítulo no salió como lo tenía planeado pero creo que la esencia de lo que quiero explicar no se ha perdido o eso creo ;). Disfruten de la lectura. No está beteado así que perdonen los posibles errores.

Quiero decirles que no estaba planeada la escena de Harry y Sirius y que este último le robó protagonismo a Remus pero así lo quiso el muso u.u.

Disclaimer: Estos personajes no son míos, si lo fueran Sev estaría por siempre feliz con Harry. El universo Harry Potter es de J.K. Rowling yo solo me divierto creando fics.

Recuerdos: “letra cursiva y comillas”

Presente: letra normal

Pensamientos: letra cursiva.

*Turmalin*: lo derive de Turmalina que es una piedra preciosa que también se encuentra el color verde.

Cap. II

Sentimientos

*

Hacía dos semanas que había comenzado con ese nuevo trabajo, aunque él no lo consideraba como tal, lo veía más bien como una tarde cualquiera cuidando de un hermanito o lo que era: una reunión con su nuevo amigo, oh sí,  porque ya eran amigos, fue el propio Caleb quien días antes se lo propuso. Aun recordaba la alegría infinita con que le sonrió cuando acepto y también el abrazo súper tierno que le dio.

“Harry y Caleb ambos hincados en el jardín, trasplantaban una hermosa begonia tenían la cara, manos y rodillas llenas de tierra, pero aún con todo lo sucio se sentían tan bien. Los dos ahí compartiendo un agradable momento en algo que les apasionaba por igual. Harry termino de colocarle la tierra que Caleb después regó, este le sonrió contento a Harry por ayudarlo, sonrisa que fue correspondida.

—Vamos Caleb, arriba —Harry se levantó y ayudo al niño,  que observó bien, comprobando que los dos estaban hechos un desastre. —Anda sacúdete un poco para entrar a la casa, donde te asearas y después bajaras a tomar una merienda, que yo mismo hare ¿te parece?

Al rato limpios, satisfechos y contentos salieron a jugar con el columpio. Harry impulsaba a Caleb hasta que éste se detuvo y volteando el columpio para estar al afrente del mayor, le observo algo tímido, respirando hondo habló a un Harry que le miraba atento.

—Harry…—respiro hondo, armándose de valor continuo — ¿quisieras ser mi mejor amigo?

El aludido lo miró un poco desconcertado pero también algo sorprendido. Observó sus ojos negros que le seguían recordando a alguien, viendo el nerviosismo del niño le sonrió y en respuesta afirmó con la cabeza. Caleb le sonrió ampliamente y por impulso se aventó a los brazos del mayor.

—Gracias Harry, me has hecho muy feliz —lo abrazó con más fuerza.

—Eso no se agradece Caleb, en mí siempre vas a encontrar al amigo que buscas —le correspondió el abrazo y comenzó a dar vueltas con él en brazos acto seguido se escuchó la risa del niño llenando el jardín esto complació mucho al joven.

Quien observara la escena diría que eran dos hermanos felices compartiendo un agradable momento o en su defecto si lo observabas más de cerca, analizándolo de otra manera podría verse un lazo que sólo tienen un padre y un hijo.”

El joven regresó a la realidad cuando sintió un golpe en su cabeza, sobándose busco con la mirada al culpable, no era otro más que un niño que lo miraba algo mosqueado porque hacía rato que no le prestaba atención. Mirándole malamente exclamó:

—Oye porque lo hiciste pequeño abusador.

—Si me prestaras atención no tendría que recurrir a estos medios —señalo su cabeza —ahora ¿si me prestaras atención?—el mayor asintió —como te decía, el próximo mes va a realizarse un recital en la escuela y quisiera que me acompañaras tú, claro aunque también va a ir papá —Harry sonrió asintiendo en repuesta—también estoy seguro de que irá el abuelo. Podrías de favor invitar a Herms, no quisiera que ella faltara, por favor —el niño le dedicó la mejor de sus sonrisas, una que ilumino toda la habitación, y que le hiso ver angelical.

Harry repaso papá, abuelo ¿y su mamá dónde está? No se había puesto a pensar en eso. Es cierto que se sólo sabía que vivía con su padre, puesto que era el único a quien se refería Caleb, lo cual era extraño porque sólo en contadas ocasiones mencionaba a su madre y lo hacía para marcar las similitudes que él había heredado.

—Mi niño ¿y tú mamá? ¿Tú mamá no va ir? —Harry se arrepintió al instante en que vio al niño dedicarle una mirada de tristeza con  los ojos aguados reteniendo a duras penas las lágrimas, morderse el labio inferior y agachar la cabeza. En ese instante lo comprendió. Caleb, como él, no tenía ya a su madre, porque él entendía esa tristeza y sabía que tenía la misma mirada al recordar a sus padres. Un segundo después se escuchó el primer sollozo el primero de muchos y en cada sollozo se sentía la pena y el dolor del alma de un niño que lloraba el vacío de alguien que nunca estaría. Harry lo abrazó, el niño escondió el rostro en su pecho y lloró, lloró con más fuerza, el mayor lo apretó más en su abrazó y besó su coronilla. Porque sabía que ninguna palabra aliviaría ese sentimiento.

En ese abrazo compartieron su dolor.

—Te entiendo mi niño, te entiendo…

**

Harry llego exhausto a su casa, más emocional que físicamente. Le había costado que Caleb comiese después de haber llorado pero con mucho esfuerzo lo había logrado, sólo al prometerle contarle un poco de su vida. Así lo hizo después de la merienda.

Le comentó que era huérfano, el cómo habían muerto sus padres en un accidente de auto y que actualmente vivía con su padrino y Remus. Le explicó que lo comprendía y aunque extrañaba sus padres era muy feliz con su padrino, Remus y sus amigos. Con eso al parecer logró reponerlo un poco, también le conto de sus travesuras y convivencias con su amigos del colegio eso hizo alegrarlo pues había reído con muchas de sus anécdotas, olvidando lo acontecido de un tiempo antes. Después de terminar sus deberes y los del niño, y mandarlo a su limpieza. Lo acostó para dormir.

“El ojiverde termino de arropar bien a Caleb, dándole un beso en la frente le apagó la luz y emprendió la retirada. Pero un susurro lo detuvo y volteó regresando sobre sus pasos.

—Harry…me podrías abrazar y quedarte conmigo hasta dormirme —el niño, aunque hablaba despacito le suplicaba con la mirada.

El ojiverde sonrió con dulzura, se descalzó y el niño recorrió su cuerpecito haciéndole más espacio. Se acostó a su lado y el niño le abrazó, él por su parte le envolvió en sus brazos, le besó la frente, le acarició la cabeza y susurró:

—Buenas noches Caleb… —el niño le susurro en respuesta: Buenas noches Harry. —Duerme mi niño que yo te acompañare en tu sueño.

Acariciándole el cabello espero hasta que se durmiera.”

Se duchó, coloco su pijama, se acostó y apunto de apagar la luz unos tuenes toques es su puerta escucho. Cediendo el paso se acomodó en su cama.

—Perdóname cachorro, si ya te vas a dormir me marcho —dijo Remus haciendo el amago de irse.

—No, pasa, yo creo que tengo tanto en la cabeza que no se si lograre dormir, pero no venias a escucharme a mí o sí, que se te ofrece.

Remus observó al joven que frente a él se encontraba, se veía cansado y al parecer no físicamente. Se veía un tanto melancólico y un aura de tristeza le seguía, era aquella que tenía al recordar a sus padres. Remus se acercó a la cama y lo envolvió en sus brazos. Acto seguido el joven le apretó fuertemente y suspiró cansado. Al separarse el mayor preguntó:

— ¿Qué sucede cachorro? ¿Quieres hablar de ello? —le tomó de las manos y le dio un apretón.

El muchacho suspiró y accedió a contarle lo sucedido horas atrás.

—Mi niño, Caleb, me estaba contando sobre un recital en la escuela al cual quiere que vaya, al que voy a ir. Me explico quiénes van a ir, repaso a varios hasta me pidió que le avisara a Hermione, para que fuera, ya sabes menciono a su papá, a su abuelo, a Mione y a mí, pero no a su madre y entonces yo recordé lo poco que la menciona, pase por alto todas las señales de alerta que muestra cada vez que habla de ella —Remus le interrogó con la mirada —su voz se vuelve pagada, sus ojitos dejan de brillar y tiene el tic de morderse el labio inferior, lo había visto realizar todo esto cada vez que habla de ella que no lo asocie hasta este momento; a él le resulta doloroso el recuerdo de su madre, porque está muerta. Entonces yo le pregunte si su madre no iría. Él me mostró una carita tan triste que quise maldecirme en ese instante, pero lo que más me dolió fueron sus sollozos. Ese llanto que yo le provoque, me dolió tanto. Él es un niño dulce y alegre la mayor parte del tiempo y verlo a si me hirió, sobre todo por mi maldita boca. No sabes lo que me costó que volviera a tener su ánimo arriba como siempre. Yo no lo sabía pero aun así yo no tenía por qué preguntar algo que no me incumbía. Siempre mi maldita curiosidad y mi boca no midieron las consecuencias, cuando debería haber notado todas las señales. Y todo por mi culpa… —termino susurrando lo último y sintió los brazos cálidos de Remus reconfortándole.

Sirius que desde un inicio había escuchado todo parado desde el quicio de la puerta, observó a sus dos amores y le removió observar esa escena.

“En esa habitación unos años atrás un niño de 6 años se encontraba en su cama sentado entre las mantas observando una fotografía en la cual se encontraba el con sus padres. Los dos le abrazaban con cariño y su madre mostraba sus lindos ojos verdes llenos de amor, portaba una sonrisa dulce, del otro lado un hombre apuesto y de gafas de montadura redonda sonreía iluminando la foto. Él era un reflejo de ellos, tenía los cabellos azabaches y la forma de nido de pájaro de su padre pero poseía aquellos exóticos y hermosos ojos esmeraldas de su madre pelirroja. Transmitía la presencia y dulzura de carácter de ella, y su sonrisa era tan o más iluminadora que la de su padre. Tenía lo mejor y peor de los dos. La imagen mostraba una familia; una unida y feliz.

—Papas los extraño tanto —una lagrima fortuita caía en su mejilla izquierda. Besó la foto y la abrazó junto a su pecho.

Entonces unos brazos cálidos y protectores le envolvieron y esa lágrima se convirtió en muchas más, aquellos brazos no le abandonaron ni siquiera cuando paro de llorar.

— ¿Qué pasa mi pequeño? ¿Qué puede hacer Padfoot para que esa sonrisa tuya me ilumine? —el pequeño Harry aun con los ojos llorosos le abrazó con más fuerza y negó con su cabeza, Sirius le sostuvo en sus brazos, lo acomodó en su regazo y le dio un beso en su frente —pequeño cuéntale a Padfoot lo que te acongoja.

—Los extraño tanto Paddie— observó la foto que tenia de sus padres. — ¿Por qué se fueron? Ya no me querían verdad. Diles que regresen que me portare bien, que seré un niño bueno. Diles que ya no hare berrinche cuando no quieran comprarme algo, que me conformare con lo que ellos me quieran dar, pero diles que regresen Paddie. Diles. — El niño le observó con lágrimas cayendo de sus esmeraldas que reflejaban una gran tristeza y también una soledad enorme. — Verdad que les dirás ¿Paddie? Dime que les dirás, por favor Paddie… —un gran sollozo apagó su angelical voz llena de tristeza.

Sirius le abrazó más fuerte y lloró con él por la pérdida de sus dos mejores amigos y grandes padres. Lloró de impotencia, de rabia por no poder traer de vuelta a James y a Lily para apagar la tristeza de ese angelito que tenía entre sus brazos. Cuando se calmaron le levantó el mentón a su ahijado y le miró a los ojos con sus expresivos ojos grises llenos de calidez y amor pero si observabas bien también se veía en ellos la tristeza de su perdida.

—Sabes que te quiero ¿verdad?—el niño asintió —y que haría cualquier cosa por ti —el niño volvió a asentir— y que si yo pudiera daría mi vida para que tus padres regresaran, pero no puedo Harry, no puedo traerlos de vuelta, porque ya murieron y ya no van a poder volver —el niño negó frenéticamente con la cabeza rechazando la idea de que sus padres estuvieran muertos y nuevas lagrimas le acompañaron.—Te juro que los traería de regreso si pudiera pero no puedo y ellos desde el cielo te acompañan, nunca te abandonaran, aunque ya no estén contigo. Ellos estarán aquí —le colocó su mano en el corazón —y aquí —tomó una mano de Harry y se la colocó en su propio corazón —ellos desde allá arriba te cuidaran y te acompañaran en tu camino. No llores más pequeño, ellos te cuidaran desde donde estén, a ti y a todos los que les conocimos.

Harry le abrazo con fuerza de nuevo y él le correspondió. Le cobijo mejor entre sus brazos y Harry se acomodó con su cabeza en el lugar donde está el corazón de Sirius y le habló:

—Te quiero Paddie —alzó la cabeza mirando al techo —Los quiero papá y mamá, y siempre los querré.

—Los quiero James y Lily, y les prometo que siempre cuidaré a Harry y que jamás le faltará nada— volteó a ver a Harry que le miraba atento. —Te quiero Harry y te juro que siempre te protegeré, te amaré y velaré por ti. Siempre estaré para ti y mientras tenga vida nunca te dejaré —le dio un beso en su frente sellando su promesa tanto con Harry, como con James y Lily.”

Con paso lento y firme se acercó a la cama y abrazando a sus dos amores se sentó junto a ellos. En ese abrazo les dio su amor, protección y el sentimiento de que siempre estaría para ellos. Harry le regreso el abrazo y Remus le beso la mejilla. Un segundo después se deshizo el abrazo pero él se quedó ahí sentado.

—Harry, pequeño —Harry sonrió por el apodo que hacía años ya no utilizaba con él. —Sí es cierto, tú le provocaste sus lágrimas pero porque tú no lo sabias, no te sientas culpable porque aunque lo hiciste llorar también estuviste ahí para consolarlo y darle un abrazo cuando lo necesito. O me negaras que no estuviste ahí para él —Harry no pudo negarlo y sólo le observó —vez, ya basta de culpas, cometiste un desliz pero supiste arreglarlo y ahora que sabes eso, ayúdalo a conciliarse con el recuerdo de su madre. Enséñale que está bien recordar a los que ya se fueron pero que hay que recordarlos con una sonrisa —Sirius le sonrió y éste también. — Ahora duerme pequeño que Remus y yo siempre estaremos para ti —le dio un beso en su frente y se levantó.

Remus le besó el cabello, espero a que se acostara bien y lo arropó como si fuera un niño pequeño.

—Descansa cachorro.

—Buenas noches Remus; Buenas noches Sirius —les miró somnoliento desde la cama.

Juntos caminaron hacia la salida y cuando iban a cerrar se escuchó la voz de Harry.

—Te quiero Paddie. Te quiero Moony.

—Nosotros también te queremos Harry —le respondió Remus y Sirius le sonrió.

—Descansa pequeño, descansa —le arrullo Sirius y cerró la puerta.

Ellos se dirigieron a su cuarto, una vez listos y acostados, Remus abrazo a Sirius, le dio un beso en su pecho donde estaba con la cabeza recostada y susurró:

—Te amo Sirius Black —le dio otro beso en su pecho.

Sirius le estrechó más —Te amo Remus Lupin  —le dio un beso en sus castaños cabellos. —Que tengas dulces sueños…

Y en su cama el joven de ojos esmeraldas dormía con una sonrisa mirando hacia la ventana donde se podían apreciar un par de estrellas que brillaban aún más que las otras que les acompañaban en el cielo.

Que descanses mi príncipe de ojos negros— susurró entre sueños.

***

Severus llegó a su casa algo cansado de la reunión con Albus. Subió hasta el segundo piso, abrió la primera puerta que es la de su hijo y le observó dormir tranquilamente. Se acercó a arroparle bien y besando se su cabeza salió para dirigirse a su cuarto.

Bañado y en pijama se acostó en su cama, cuando iba a apagar la luz vio la foto donde él se encontraba abrazando a una linda mujer que vestía un lindo vestido blanco con el que se podía observaba una barriga de 8 meses de embarazo. Su largo cabello rubio y ondulado enmarcaba su rostro fino y hermoso con una nariz que heredo a su hijo y unos labios carnosos, pero lo que más llamaba la atención eran sus ojos color verde claro. Tocó la foto dejándola en su lugar en la cómoda junto a la lámpara que apago. Se acostó. Pero a su mente le llego el recuerdo de otros ojos esmeraldas muchos más exóticos y brillantes. Suspiró. Y no supo porque sus últimos pensamientos fueron Ese par de esmeraldas, que no tenían nada que ver con los de su antigua esposa.

Mi pequeño Jade sueña conmigo esta noche…

****

La mañana siguiente un resplandecido niño saltaba alegre de su cama parar ir corriendo al tercer piso que es del cuarto de su papá. Con toda la energía que tenía un niño de su edad abrió las cortinas iluminando el cuarto, los rayos del sol entraron directamente a la cama de su padre, el cual gruño tomó las cobijas se tapó la cara y se volteó del otro lado para seguir durmiendo pero no conto con que su hijo saltó encima de él y le arrebató las cobijas.

—Despierta papá que el día es hermoso —Caleb lo agito con su fuerza de los hombros —despierta, recuerda que me prometiste ayudarme a plantar los narcisos en el jardín trasero.

Severus abrió los ojos y observó unos iguales a los suyos. Su hijo le sonrió abiertamente al observarle despierto. Poniendo su peor cara mañanera exclamó:

—Jovencito que le he dicho de saltar en la cama y más si hay una persona durmiendo tranquilamente en ella— le regañó en tono severo pero su mirada exclamaba: TRAVESURA. Una mirada que Caleb reconoció y trató de bajar rápidamente de la cama pero los fuertes brazos de su papá lo apresaron. Trago duro —y por desobedecer se merece su castigo.

— ¡No! papá no te juro que no lo vuelvo hacer…—lo único que después se escuchó fue la risa del niño el cual era atacado cruelmente de cosquillas, se reía tan fuerte que ya no podía más, le dolía el estómago y su padre parecía no querer parar. —Pa…paa…ja…basta…ja…ya no p…ja…puedo…ja…máss— Severus paró de hacerle cosquillas pero no lo soltó.

—Prometes ya no saltar en las camas y menos si yo estoy durmiendo en ellas— el niño cruzando los dedos asintió repetidamente con la cabeza—. De acuerdo —besó la cabeza de su hijo, se levantó y una vez desde arriba le observó —qué no piensa levantarse jovencito porque hasta donde yo recuerdo tenemos que trasplantar unos hermosos narcisos.

—Dame un respiro pá —el aludido negó divertido y acercó peligrosamente su manos al estómago del niño—. De acuerdo papá ya me levanto, ya me levanto—. El niño saltó de la cama y se dirigió a su cuarto.

Una vez cambiados y listos se dirigieron a la cocina para desayunar. En la cocina se sentaron en una mesa pequeña que se encontraba en ella y vieron preparando unos hot-cakes a Dobby que al verlos entrar les sonrió y les dedico un alegre “buenos días” al que ellos contestaron respetuosamente alegres. Dobby se acercó y le dio un café a Severus junto con un coctel de frutas y lo mismo a Caleb solo que a él le dio un vaso de leche chocolatada, también puso en la mesa una jarra de jugo. Ellos empezaron a comer mientras el terminaba de prepararlos. En eso comenzó a sonar el teléfono, Severus al ver ocupado a Dobby se levantó a contestarlo.

—Buenos días residencia Prince— contesto con su voz grave.

—Buenos días ¿Dobby? Hablo para saber si voy a cuidar a Caleb hoy —se escuchó una voz suave, aterciopelada pero sobre todo joven que extrañamente a Severus se le hizo muy conocida.

— ¿Quién habla?—esa voz le recordaba a alguien que no podía identificarla o quizás sí pero no quería reconocerla.

—Cómo que quién habla, soy yo Dobby que no me reconoces la voz, soy la niñera… oh bueno eso suena extraño, dejémosle en él que cuida a Caleb —su hijo comenzaba a llamar su atención —soy Ha…

—Padre ¿Quién es?— interrumpió Caleb justo en el momento en el que por fin sabría el nombre de quien cuidaba a su hijo. Resopló irritado.

—Permítame un momento —le dijo a la persona al otro lado del teléfono —Caleb no me interrumpas cuando estoy hablando, eso es una falta de educación —le reprendió—. Pero en respecto a tu pregunta es tu niñera —segundos después el teléfono desapareció de sus manos pues su hijo se lo arrebató.

— ¡Hola Turmalin!* sí, estoy bien gracias, y tú ¿cómo estás? Oh, qué bueno —Caleb hizo un puchero por algo que le dijeron —ya está bien, no le quitare el teléfono a las personas cuando estén hablando —arrugo la nariz cómicamente —sí, además papá no se va a enojar —miró a su padre quien frunció el ceño y le miró severo —creo que si se enojó  hablo por lo bajo. —Sí, es mi padre con quien hablabas ¿creías que era Dobby? —Soltó una sonora carcajada —ya, ya no me rio —pero el niño no perdió su sonrisa divertida —sí, él se encuentra conmigo y se va a pasar todo el día conmigo. Te acuerdas que te comente que me que me ayudaría con el jardín, me lo cumplió y se va quedar todo el día —le sonrió a su padre habiendo una muda pregunta, que éste contestó afirmativamente—. Si ya vez estaré todo el día con él, yo creo que no va hacer necesario que vengas hoy, pero te veré el lunes sin falta como siempre ¿verdad? —escuchó la contestación y asintió—. Entonces nos vemos pronto Turmalin, cuídate e intentare portarme bien—colgó el teléfono y dejándolo en la mesa continúo con su desayuno.

Severus le miro algo irritado y divertido a la vez, Caleb sólo le sonrió radiante, negando con la cabeza continuaron con su desayuno.

*****

Llevaban algo de tiempo ya en el jardín. Habían terminado de trasplantar todos los narcisos junto a las hortensias holandesas azules, así que decidieron parar para tomar la limonada que Dobby hacía rato les había llevado. Se sentaron en una banca que se encontraba al costado derecho del jardín junto al durazno, que se encontraba ya floreciendo. Aprovechando el descanso Severus le preguntó a su hijo de la escuela, sus amigos y su ¿niñera? Caleb le contó gustoso como le iba en la escuela, que se le dificultaba la clase de lectura y redacción pero que le había ido excelente en su clase de matemáticas, que le gustó mucho platicar con el jardinero del colegio. Le platicó de la próxima fiesta a la que debía ir, por ser el cumpleaños de los mellizos Robert y Caroline y también le contó sobre el recital que habría próximamente en la escuela. Severus escuchó atento sobre todo lo contado; tomó nota de la fecha de la fiesta de los mellizos, escuchó sobre los consejos adquiridos del jardinero. Pero no se le escapó que no le contó nada sobre el niñero.

Una vez refrescados siguieron otro rato en el jardín. Pararon a media tarde para comer, después le ayudo a su hijo con los deberes y como premio por terminarlos todos subieron a su cuarto para jugar un poco con la consola. Su hijo se entretenía jugando recostado en su cama mientras el calificaba algunos trabajos de sus alumnos y preparaba las clases de la nueva semana. Horas más tardes bajaron a cenar con Dobby en la cocina donde les esperaba un rico pollo con ensalada y puré de papa, acompañada de agua de frutas como bebida y tarta de manzana como postre. Terminada la cena se retiraron a sus cuartos.

******

Caleb bañado y con el pijama puesto subió al cuarto de su padre. Tocó suavemente la puerta y paso. Su padre terminaba de colocarse su pijama negro, su cabello todavía se le veía mojado. Se acercó a su cama y se sentó.

— ¿Papá podríamos ver una película? —el aludido le dio permiso y Caleb y puso la de “El Rey León” acodándose bien en la cama junto a su padre disfrutaron de la película.

Cuando la película termino Caleb le preguntó:

— ¿Papá también podría dormirme contigo? por favor —puso su mejor cara de cachorrito apaleado.

Severus por respuesta lo arropó bien junto a él, le dio un beso en sus cabellos y estiró su mano para apagar la luz de la lámpara. Ya a punto de quedarse dormido escuchó:

—Gracias papi, por ayudarme en jardín y pasar todo el día conmigo— susurró.

Volteándose se acomodó y abrazó a su hijo. Besando su frente le respondió:

—Ya te lo había prometido y mi palabra vale. ¿Alguna vez te he fallado? —y una susurrante negativa se escuchó: Jamás papi—. Ves, ahora duérmete campeón. Que sueñes con los angelitos —le arrulló.

*******

En el laboratorio de química, en la última clase del lunes un fenómeno extraño sucedía. Unos profundos ojos negros procedentes del profesor de esa clase y unos brillantes y cálidos ojos esmeralda dueños de un particular alumno, bailaban una suave danza; donde al compás se buscaban, encontraban y se perdían en la inmensidad de la otra mirada. Una y otra vez, el mismo compás repetían. Los dueños de esos pares de ojos no eran conscientes del dulce y atrayente tango que bailaban sus miradas. Esa danza sensual término su hipnótico ritmo con el sonido que anunciaba el término de la clase. Pero con un último compás los danzantes se miraron.

Severus se encontraba recargado sobre su escritorio con los reportes de las prácticas en sus manos. Harry caminaba hacia la salida, pero antes de salir volteo hacia el escritorio del profesor, al mismo tiempo que Severus subía su mirada. Por un instante sus miradas se encontraron, reconociéndose se abrazaron y se despidieron esperando encontrarse pronto otra vez.

 

Notas finales:

Notas finales:

Gracias por leer.

Me encantaría que si lo leyeron me dejaran un comentario, de que estuvo mal o que necesito mejorar o quizá de lo que les gusto, sean respetuosos eso sí.

Espero que no se perdiera la esencia de lo que quería explicar que es un vistazo a cómo va avanzando la relación de Harry con Caleb y mostrar por otra parte la relación padre e hijo de Sev.

Nos vemos la próxima actualización que creo que será dentro de dos semanas.

Gracias por leer.  Gracias por sus lindos comentarios, que con eso me alegran el día.


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