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Mi niñera por Lizie CoBlack

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Notas del capitulo:

¡Hola aquí estoy de regreso!

Siento que los musos me abandonaron al termino del mismo, bueno desde la mitad así que creo que está un poco flojo espero no esté tan mal, pero no se cohíban al decirme si estoy en lo correcto, ¿vale? Es un preámbulo de la reacción de Sev así que ya en el próximo se verán las reacciones. Doy a conocer quién es la mamá de Caleb así Ami ya te enteraras.

Gracias a los que comentan y leen mis musos lo agradecen. Sin más disfruten la lectura. No esta beteado otra vez así que perdonen los posible errores.

Disclaimer: Estos personajes no son míos, si lo fueran Sev estaría por siempre feliz con Harry. El universo Harry Potter es de J.K. Rowling yo solo me divierto creando fics.

Recuerdos: “letra cursiva y comillas”

Presente: letra normal

*Turmalin*: lo derive de Turmalina que es una piedra preciosa que también se encuentra el color verde.

Cap. IV

Caleb

*

Hermione observó a Caleb hacer movimientos, como si le llamara, volteó a verlo. Al instante los cambió por unos que señalaban, o eso entendía. Buscó con la mirada el lugar, encontrándose con la mama de los mellizos: Robert y Caroline, al lado de su papá. Sonriendo dulce le volteó a ver, sólo eran nervios, pero el niño le siguió insistiendo. Sin comprender ella volvió a mirar. Después de Severus estaba su abuelo Albus, que en ese momento se encontraba platicando con Harry… ¿Harry? Si en definitiva no alucinaba, era él. Dios, porque entre todos los lugares tenía que sentarse ahí. En ese instante anunciaron otra actuación. Miró otra vez al niño, asintiendo con un cabeceó, le hizo saber que ya se había dado cuenta. Sonriendo tranquila, trató de infundirle ánimo además de paz.

Mientras veía la actuación de una niña recitando un poema, su cerebro trabajaba a marchas forzadas, tratando de buscar una solución.

Tenía que hacer algo y pronto.

**

A unas filas atrás, una mirada azulada no perdía de vista todo intercambio de Caleb con Hermione.

— ¿Qué planea Srta. Granger? ¿Qué planeas mi adorado Caleb? —Sonrió curioso y divertido. Su mirada azulina brilló con emoción de tras de sus gafas de media luna. —Oh, esto va hacer tan entretenido —susurró.

***

Severus observaba la presentación de su hijo muy orgulloso. Tocaba una sencilla pieza de piano, para Elisa de Beethoven, con tanta pasión, como él con la química.

Escuchó un suspiro de felicidad proveniente de la izquierda, volteo a ver a Albus, pero éste no había sido, él por su parte miraba orgulloso y alegre a su nieto. Cuanto lo quería. Así que irguiéndose en su asiento, colocó un poco atrás su cabeza para ver mejor, encontrándose con Harry Potter. Éste pareció sentir su mirada, porque volteó a verlo. Al instante, en el momento que sus miradas se encontraron, él le sonrió. Vaya que quedo deslumbrado. Su sonrisa era brillante, de pronto pareció que todo se ilumino, de fondo podía escuchar el máximo punto en la melodía de Caleb. Sintió calidez. Todo era armonioso. Quizás fue por eso que una diminuta sonrisa le mostró.

El momento se rompió cuando el señor Potter volteo su vista al escenario. Mirando de nuevo a su hijo pudo darse cuenta, que, su presentación casi terminaba. La disfruto hasta el final.

Su mente sólo pensó una cuestión. ¿Qué hacía aquí, Harry Potter?

****

Mientras Caleb recibía ovaciones, Hermione avanzaba discretamente hacia la parte trasera del escenario. Una idea había llegado a ella, pero involucraba a alguien y para eso la ayuda de Caleb necesitaba. Llegó tras los bastidores, encontrándose con el pequeño recibiendo felicitaciones de sus compañeros. Cuando la miro, le llamó con su mano. El niño corrió hacia ella abrazándola al instante, ocultando su carita en su estómago.

— ¿Qué vamos a hacer Hermy? Dime que tienes una idea, por favor —susurró angustiado sin dejar de abrazarla, se encontraba muy nervioso.

Correspondiendo al abrazo trato de infundirle paz. Ella admiró al niño, su temple, era digno hijo de Severus Snape. Porque mientras por dentro bullía en nervios, por la situación en la que se encontraba, por fuera mostraba tranquilidad, normalidad. Con todo lo inquieto e intranquilo, conservó la calma para presentar su mejor exposición de talento sobre el piano. Sonriendo conciliadora, peino sus cabellos.

—Claro que si Caleb, pero necesito tu ayuda y la de tu abuelo.

Separándose, el niño la miró un tanto confundido.

— ¿Mi abuelo? ¿Para qué?

—Veras, quiero que mantengas alejado a tu papá, mientras yo me encargo de Harry. Pero Harry te ha venido a ver a ti, quién lo entretendrá cuando te vaya a felicitar. ¿Cómo explicarle a tu padre que conoces a Harry? ¿Qué haremos cuando Harry se entere quien es tu papá? Para esto necesitamos la ayuda de tu abuelo, yo sé que tú podrás convencerlo. —Caleb asintió.

Como si lo hubiesen convocado, Albus Dumbledore apareció en escena.

—Caleb —le llamó Albus, volteó al niño hacia él, abrazándole. —Estuviste excelente, travieso.

—Gracias abuelo —también le abrazó. Separándose le tomó de las manos, mirándole fijamente dijo: —Necesito que me ayude abuelo, dígame por favor que lo hará. —El niño se veía nervioso.

Albus observó bien  a su nieto, era la hora de conocer que se tramaban. Sabía que seguir a la señorita Granger fue lo correcto. Volteó a verla, ella se encogió de hombros, pero en su mirada se podía ver un asomo de duda entre tanta determinación. A él le gustaba divertirse y con esto lo haría a lo grande lo presentía. Se congratuló en su mente.

—De acuerdo. Dime que has hecho ahora, travieso. —Habló con voz acusadoramente divertida.

—Oiga porque siempre tengo que ser yo, el que haga algo malo. Estaba vez fue idea de Hermione —la señalo. Al instante Albus le miró interrogante, dándose cuenta de lo que dijo, se tapó su boca con ambas manitas, arrepentido. Miró con disculpa a Hermy, ella sólo suspiro.

Qué más da pensó. De todas maneras tendría que decirle al profesor Dumbledore. Si le veía el lado bueno, conseguiría un gran aliado, que estaba en contacto directo con el profesor Snape. Después de todo no sería tan malo. Suspiró. Habría que contarle todo, pero no tenían tiempo, esperaba que la versión corta fuera buena para el director.

—Le necesitamos para que nos ayude a distraer al profesor Snape cuando Harry quiera hablar con Caleb. —El director le miró expectante, pero en su mirada se podía ver un extraño brillo. —Ahora le cuento el porqué.

*****

Albus siempre pensó que la Srta. Hermione era inteligente y acaba de comprobarlo. Debía ser muy astuta o muy buena engañando, ya que a Severus nada se le pasaba. Él sabía que realmente le había creído por la confianza que tenía en ella, sólo esperaba que esta no se viera muy fragmentada. Porque Severus una mentira nunca la perdonaba, en caso de hacerlo, se realizaba mucho esfuerzo para conseguirlo. Quería creer que él no se enfadaría ni se sentiría traicionado, por Dios que lo creía. Ojala no lo tomara como una afrenta hacia él. Por otra parte espera que el plan si funcionara, la relación se comenzaba a tornar muy perjudicada para ambos, pero mucho más para Harry. Ellos tenían tanto que conocerse, que descubrir. Si ya antes se llevaban bien, pero tenía que haber sucedido aquello. Si Severus no lo hubiera tomado muy mal, muy triste en realidad, si Harry no lo hubiese hecho, las cosas serían tan distintas.

Él por su parte pondría toda la ayuda para que esto se arreglara. Todo era por el bien común, por el bien de ambos. Los apreciaba a los dos por igual, porque ya era hora que Severus se diera cuenta que lo que hizo Harry fue sin intención, ya era tiempo de perdonar. Como que se dejaba de llamar Albus Percival Wulfric Brian Dumbledore si Severus no cooperaba y a él le gustaba mucho su nombre.

Sonrió divertido con decisión, en su mirada también se veía reflejada la determinación, más un brillo resplandecía en sus ojos azules.

—Hay mi muchacho la que te espera…

—Me decías algo Albus —cuestionó el profesor mirándole interrogante.

—No mi muchacho, nada en particular —le sonrió jovial.

Severus observó a Albus con desconfianza, ese brillo en su mirada no auguraba nada bueno, por lo menos no para él. Un escalofrió le recorrió. Que dios me ampare pensó.

******

Diez minutos habían pasado desde que el recital se dio por terminado, tiempo que Harry llevaba buscando a Caleb. Se encontraba en el salón o antesala del teatro. En donde todos estaban esperando a su hijos, otros como en su caso, invitados que esperaban para felicitar a los niños. Por indicaciones de la directora se encontraban allí, mismas que dio al termino del programa, donde anunciaba que los niños llagarían un poco después, por ese motivo se hallaba en ese lugar.

Cinco minutos más, diviso la cabeza castaña de Hermione, acercándose a ella preguntó.

—Hola Mione, ¿has visto al travieso?

—¡Hola Harry! No lo he visto, yo también lo he estado buscando. Qué te parece si me ayudas a encontrarlo, tu buscas por el lado derecho, mientras yo lo hago por el lado izquierdo ¿Vale? El que lo encuentre primero le aviso al otro. ¿Te parece bien? —Sin darle tiempo a nada Harry vio a su amiga dar la vuelta e irse, él sólo se encogió de hombros. Giró a la derecha empezando a buscar donde le indicaron.

Hermione volteó comprobando que Harry le hiciera caso. Claro que sabía dónde estaba, por obvias razones no le podía llevar sin antes avisarle al director. Acercándose al campo de visión de Albus le miró asintiendo con la cabeza, dando su señal que fue confirmada con una sonrisa.

*******

Caleb sintió el apretón en su hombro, su señal para actuar.

— ¡Oh! Hermy vino —saltó de alegría dando palmaditas como si se sorprendiera de verla. — ¡Hermy! —gritó, pues la aludida se encontraba platicando con los mellizos, esta volteó a saludarlo. —Padre puedo ir con ella, sí —se dirigió a su papa con ojos anhelantes, le miró observar a Mione para luego asentir. —Gracias, ahora regreso —salió casi corriendo.

—Espera Caleb te acompaño —él no se detuvo simuló no escucharle.

—Severus no es esa la maestra de Caleb, parece que les habla a ustedes —escuchó a su abuelito decir. Sonrió satisfecho, estaba cumpliendo con su parte.

Llegó con Mione, la saludó a ella y a los mellizos.

— ¿Me viste Hermy?—La vio asentir, — ¿ya ha llegado Turmalin?

— ¿Invitaste a tu niñero? —preguntó Robert.

—Claro Bobby, él no podía faltar —miró a su pequeño amigo asentir.

—Si ya llego, es más vio tu presentación, te ha estado buscando. Si quieres te llevó con él —siguió Hermione.

—Si por favor —saltó ansioso.

—Qué les parece si los llevó con su mama pequeños —le habló a Robert y Caroline, los dos aceptaron.

Avanzaron hasta donde se encontraba su mama, los dejaron con ella, para después caminar hacia donde debería estar Harry.

—Todo ha salido bien —suspiró feliz el niño. — ¿Verdad que si Hermy?

—Claro travieso, ahora busquemos a Harry, ¿te parece?

El niño asintió feliz y aliviado. ¿Qué más podía salir mal?

********

El joven de ojos verdes cansado de buscar se acercó a una mesa para tomar una bebida. Una vez terminada dejó el vaso en su lugar, no bien lo había hecho cuando sintió unos pequeños brazos rodearlo. Volteándose, también, estrechó a Caleb.

—Mi niño estuviste sensacional —soltándole le revolvió el cabello.

—No me despeines Turmalin —el pequeño alejó sus manos. —No sólo estuve sensacional, fue perfecto, claro como todo lo que hago —presumió.

—Humilde es tu segundo nombre ¿verdad? —Caleb sólo sonrió y el negó con la cabeza pero al instante se soltaron a reír.

*********

—Todo resuelto, Srta. Granger —habló el director al llegar con ella, a unos metros de distancia de donde se encontraban Caleb y Harry.

—Todo resuelto —reafirmó ella mirándolos reír. —Muchas gracias por ayudarnos profesor Dumbledore.

—Por nada Srta. Granger, ya es hora de que las cosas se arreglen.

Hermione sólo asintió.

**********

Severus buscó con la mirada a Albus, debía reclamarle la falsa información. La maestra no les llamaba, en lo absoluto. Lo encontró platicando con la Srta. Granger pero no estaba su hijo. Le busco a él también, lo hayo metros adelante con el sr. Potter. Estaban conversando como si fueran buenos amigos o si se conocieran de hace mucho, les observó reírse.

¿Desde cuándo y dónde conocía su hijo a Potter?

Los siguió viendo. Hasta donde se encontraba llego la risa de su hijo. Se parecía tanto a la de su madre e irremediablemente se perdió en sus memorias.

“Había conocido a Ariana de toda la vida pero había dejado de verla al ella mudarse a Francia por su ingreso a la Academia Beauxbatons. Él por su parte había entrado a Hogwarts donde su padre Albus fungía como profesor de derecho. Ella fue su primer amor, después conoció a Lily y por el momento la olvido. Cuando regresó, él era graduado en químico farmacéutico mientras ella lo había hecho en biología marina. Dos carreras bastante distintas como lo eran sus aspirantes.”

Aún recuerda como si fuera ayer, cuando Ariana dio el primer paso.

“Se encontraban en el patio de su casa tomando el té, cuando de repente ella le preguntó muy quitada de la pena.

—Oye Sev, por fin me invitaras a salir o lo tengo que hacer yo—. Le sonrió traviesa.

Severus la miró sorprendido pero sonrió como hacía mucho tiempo no lo realizaba, desde la muerte de sus padres.

—Ari, ¿te gustaría salir esta noche conmigo?—ella dijo que si con la cabeza para soltar después una carcajada al aire.”

A esa cita le siguieron muchas más, que terminaron en una boda, muy esperada por ambos cabe resaltar. Todavía recuerda la ilusión con que le contó que estaba embarazada.

“Se encontraba en plena clase aplicando una prueba cuando escuchó la puerta de su salón abrirse fuertemente. En el lugar se encontraba ella con lágrimas en los ojos, la miró correr. Esperó preocupado su encuentro, recibiéndola con los brazos abiertos. Al llegar le sonrió feliz. Toda su clase les miraba extrañado.

—Estamos embarazados Sev. Embarazados— lo dijo con tanta ilusión que varias de sus alumnas suspiraron.

Una vez pasado el impacto de la noticia dando vueltas con ella en brazos soltó una carcajada de felicitad.

Sus alumnos le vieron sorprendidos por esa muestra de sentimientos, como si les hubiera comunicado que todos aprobarían su materia con diez.

Vivieron su embarazo en plenitud, con alegría sintieron el crecer de su pequeño hijo.”

Todo fue felicidad hasta aquel fatídico día.

“Ariana y él se prepararon aquel día para tomarse la foto del octavo mes, aquella que se encontraba en su mesita de noche. Ella se veía tan radiante llevando pintada, en sus claros ojos verdes, la dicha. Todo iba bien hasta en la tarde que comenzó a sentirse mal. Se desmayó. Severus preocupado la llevó al hospital San Mungo, la atendieron al instante.

Horas después cuando sentía que reventaría de tanto tiempo estar en la sala de espera, sin recibir una sola noticia, le dieron la peor que podía recibir. Tenía que decidir salvar una vida entre los dos seres que más amaba. Su esposa tenía preclamsia. Le permitieron estar con ella y les explicaron a los dos. Después todo sucedió tan rápido. Su presión se elevó por los aires. Avisaron que le harían cesárea. Se aplicó una intravenosa, donde le administraron sulfato de magnesio, Ariana profirió un quejido. Tenía el hígado inflamado. Su cuenta de plaquetas era alarmante, su presión seguía en aumento. La llevaron a quirófano.

Seis horas de angustia después, le comunicaron la peor y mejor noticia a la vez. Su esposa, Ariana, había muerto en quirófano desangrada, no pudieron parar la hemorragia interna, pero su hijo el valiente Caleb, se había salvado.

Lloró, lloró por su perdida, pero fue valiente como su hijo y salió adelante por él, porque la vida de Ariana Dumbledore no sería en vano.”

Cuando regreso a la realidad la Srta. Granger y el Sr. Potter se despedían de su hijo, momentos después se fueron. Él se acercó.

—Nos vamos papi —le dijo su algo cansado hijo.

—Vamos Caleb. ¿Te llevamos Albus? —Este asintió. Minutos después se retiraron.

***********

Acaban de dejar a Albus en su casa por lo cual les quedaba treinta minutos de camino para llegar a su hogar. Él vivía al sur, casi a las afueras de la ciudad, y ellos en la zona centro por eso mismo la distancia era un tanto grande.

Una loca idea se maquinaba en su mente desde que vio a todos junto al sr. Potter, ni Albus ni la srta. Granger podían estarle mintiendo, no cuando sabían de su aberración por las mentiras, el engaño. No podían estar disfrazando u ocultando quien era el niñero. No debía ser el sr. Potter. No podía ¿verdad?

Sus pensamientos fueron interrumpidos al escuchar el canto de su hijo.

—Hakuna matata, una forma de ser, hakuna matata, nada que temer sin preocuparse es como hay que vivir a vivir así yo aprendí, hakuna matata…

— ¿El rey León, campeón?

—Sip, es que acabo de verla hace poco con Turmalin y se me ha quedado la canción.

Una luz vislumbro su mente, con su hijo sabría la verdad. Él nunca le mentiría.

— ¿Turmalin? ¿Tu niñero no tiene nombre? Cuéntame, quiero conocerlo un poco. Casi no hablas de él—. Observó a su hijo el cual se sorprendió un poco, al parecer por su interés, pero le sonrió aceptando.

—Mi niñera es James “Turmalin” Evans lo del apodo es por el color de sus ojos, muy bonitos y expresivos, cuando los veas papá quedaras impresionado, son como dos hermosas turmalinas —Severus arqueó la ceja, hasta donde el sabia esa piedra preciosa existía en varios colores. —Es un joven muy maduro, divertido y responsable. Me encanta cuando no le entiendo en algún deber porque él me enseña de una manera tan divertida, que lo disfruto mucho. Cocina delicioso, a veces hace la merienda, es tan sabrosa. Además adora la jardinería, me ha enseñado tanto. A veces me ayuda con el jardín cuando lo veas veras lo lindo que está. Es buenísimo en química pá, si platicaras con el seguro se llevarían muy bien—. Su hijo bostezo un poco.

Reflexionó. El sr. Potter también era muy bueno en química, poseía un talento innato, quizá era una coincidencia puesto que el primo de la srta. Hermione también estudiaba en ello.

— ¿Acaso no lo invitaste al recital? Si hasta con la srta. Granger lo hiciste—. Esperó un poco la respuesta de su hijo.

—Claro que lo invite y si fue, de hecho lo vi cuando estaba con Hermy, si hubieses llegado antes lo habrías visto. Estuvo conmigo y Hermy todo el tiempo hasta que se fueron los dos.

— ¿Ah, sí?—no podía ser verdad, no le podían estar engañando.

—Sip pá, hasta puedes preguntarle al abuelo, como te dije se retiraron un minuto antes de que llegaras —su hijo volvió a bostezar, reclinando el asiento se acomodó mejor para dormirse. Él ya no pregunto nada.

Cuando llegaron a casa su hijo se encontraba completamente dormido, llevándolo en brazos a su habitación lo preparó para dormir acostándole después. Una vez terminado subió a la propia para hacer lo mismo, una vez listo y en la cama repasó lo hablado, con lo que sabía.

El que el sr. Potter tuviese muchas similitudes con el primo de la srta. Granger debía ser una gran casualidad, si hasta el gusto de la jardinería compartían.

Comenzó a dormirse tratando de creer con todas sus fuerzas que el joven Evans era el verdadero niñero de Caleb y no el sr. Potter. Con la mente nublada por el sueño recordó algo importante que quizás por la mañana ya habría olvidado.

—Su nombre completo es Harry James Potter Evans mejor conocido como Harry Potter pero también se le puede llamar James Evans —. Acomodándose mejor quedó completamente dormido.

A la mañana siguiente al despertar Severus tenía la vaga sensación de haber olvidado algo sumamente importante.

************

Caleb y Harry se hallaban cómodamente recostados en el sofá más grande comiendo las palomitas que quedaron después de terminar de ver “Toy Story” además de sostener una plática sobre el recital del día anterior.

—Viste la presentación de Bobby y Carol, estuvo increíble su baile, esos son mis amigos —comentaba el pequeño muy alegre.

—Por supuesto, felicítalos de mi parte…Oye mi niño ¿no fue tu papá? —el niño asintió. —Y por qué no me lo presentaste —al aludido le pareció deja vú puesto que le recordó a la plática sostenida con su padre.

—Bueno no te lo presente porque cuando te encontramos él se hallaba hablando con mi maestra, para cuando regreso tú ya te habías ido, sino con todo gusto lo hubiese hecho. Él también está ansioso por conocerte ¿tú crees?—era casi la verdad pero no podía contarle más. Pensó que esta era su oportunidad para llevar acabo un paso del plan de Hermy. —Si quieres te hablo un poco de él, para que lo conozcas un poco —comentó inocentemente. Extendió su trampa y Harry cayo en ella.

—Si a ti te parece, por mí no hay problema travieso.

—Por donde empiezo, por donde, ah, ya se —habló para sí. —Él es maestro en un colegio, enseña principalmente química pero también materias relacionadas con su profesión que es químico farmacéutico: Análisis clínico químicos y generales, análisis patológicos e inmunológicos, bioquímica etc. Es estricto pero enseña muy bien. Papá jamás me dejo solo, siempre me cuidaba él hasta que comencé el Kínder Garden, de hecho yo pase mucho tiempo con él en el colegio o en sus investigaciones en el laboratorio pero sólo visitaba esta última con precaución. Pá se hizo cargo de mí como te dije, desde siempre, desde que mamá murió. Es estricto solo a veces cuando es necesario pero la mayoría del tiempo es muy cariñoso conmigo. Todas las noches sin falta cuando él llega aun si me encuentro dormido me arropa y me da mi beso de las buenas noches, lo sé porque lo siento aun entre sueños. Me consiente cuando es necesario, la verdad es que lo hace muy seguido. Pero lo que más adoro de pá es que me ayude en el jardín aun cuando no le gusta nada. Me ha ayudado a mantenerlo como está o estaba. Lo quiero mucho, él es tan bueno conmigo, es el mejor papá del mundo —comentó feliz pero sobre todo muy orgulloso.

Harry sonrió feliz por Caleb, el que el sr. Prince fuese un excelente padre ya lo presentía. Porque en gran medida el que su niño era como es, un muy buen niño, se debía a la influencia y cuidados de su padre. El que le contara todo esto sólo confirmaba sus sospechas además de hacerlo más real. Agradeció y admiró la fuerza del sr. Prince para salir adelante con Caleb porque por ello era lo que debía ser.

El niño miró el reloj de la pared, apenas iban a dar las cinco. Ya había terminado todos sus deberes y aprovechando que todavía no se terminaban las palomitas trataría de convencer a Harry de ver otra película. Ya habrá tiempo de seguir con el plan, Harry no ira a ninguna parte pensó. Pero quizá estaba equivocado.

—Turmalin podemos ver otra película, que sea “Shrek”, sí —el aludido asintió parándose a ponerla.

************

Habiendo salido temprano de Hogwarts Severus se estacionó frente a una heladería. Pidiendo uno de chocolate para su hijo, que se lo había ganado por tan buena presentación, salió directo a casa cuando se lo dieron. Llego más rápido de lo pensado. Bajando del auto miro el reloj 5:45 pm, a esta hora todavía se encontraba la niñera. Por fin lo conoceré y me quitare de ideas absurdas pensaba.

Al abrir la puerta escuchó la risa de su hijo proviniendo de la sala, segundos después otra acompañó la de su pequeño, debía ser ése el niñero, por extraño que pareciera esa risa se le hacía muy conocida, su mente asoció el sonido atrayendo con ella el recuerdo de Caleb riendo con Potter, después del recital. Pero eso no podía ser. Intrigado avanzó hacia la sala.

Se cuerpo se detuvo abruptamente en la entrada de la sala por la imagen obtenida. Caleb se encontraba muy entretenido mirando una película en el televisor, de la cual no supo reconocer y efectivamente lo acompañaba Harry Potter.

¿Qué diablos hacia él en la sala de su casa y con su hijo?

ES EL NIÑERO gritó su mente.

Él se reusaba a creerlo. Debía haber una explicación. ¿Verdad?

 

Notas finales:

Gracias por leer.

Me encantaría que si lo leyeron me dejaran un comentario, de que estuvo mal o que necesito mejorar o quizá de lo que les gusto, sean respetuosos eso sí.

Bueno espero que les haya gustado el cap y no esté tan mal, espero nos veamos como en dos semanas para la actualización pues debo terminar el cap de mi otra historia.

Lizie.


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