SONRISA POR DOLOR
Los pequeños motivos que te devuelven la felicidad cuando el dolor gana lugar en tú corazón.
La partida de un ser amado siempre agobia de dolor nuestro corazón sin importar los años que pasen de su partida, el dolor nunca se va, simplemente se aprende a vivir con él y saberlo sobrellevar con una sonrisa falsa adornado nuestro rostro.
Mi vida ha sido así de farsa en estos últimos seis años, desde la repentina muerte de Yuuri, el dolor invadió mi corazón, no permitiéndome a volver a ser el mismo, un accidente lo alejo de mi de forma permanente, ese día nunca se borrara de mi mente por más que lo intente.
Aquel día habíamos venido a su mundo a una cita solo de dos, aunque Conrad nos había acompañado no iba con nosotros a la cita, tras pasar un lindo día en el cine, caminar tomados de la mano por el parque, comer un helado juntos, la noche había llegado y ahora íbamos de regreso a casa.
─ Gracias Yuuri. —Dije con una sonrisa mientras tomaba su mano con más fuerza.
─ ¿De qué? —Preguntó sin entender mi agradecimiento.
─ Por convertir este día en el mejor de mi vida. —Confesé sonrojado.
─ No es nada Wolf. —Me sonrío parándose un momento en medio de la calle desolada.
─ Yuuri. —Le miro con una gran alegría al tenerlo frente a mí solo para mí.
PICCCCCC
De pronto un sonido nos hizo voltear, pude observar dos luces que venían a gran velocidad frente a nosotros, Yuuri soltó mi mano y luego me empujo lejos de él, alce mi mirada y note como uno esos a los que llaman autos golpeo a Yuuri lanzándolo por los aires, mientras yo quedaba shokeado aun en el piso.
─ ¿Yuuri? —Murmure con lágrimas descendiendo por mis ojos, mientras frente a mi estaba él.
─ Wolf… —Me hablo Yuuri muy débil.
─ ¡No! ¡Yuuri! —Reaccione ante sus palabras y corrí a su lado– Yuuri resiste.
─ No….llores. —Limpiaba mis lágrimas.
─ Yuuri. —Dije nuevamente asustado por la sangre que cubría su cabeza.
─ Yo…también…estuve…muy….feliz…a…tú…lado.. —Decía nuevamente muy débil– Hoy…quería… —Lleva su mano al bolcillo sacando una cajita azul– Toma… —Me la entrega
─ Yo... —Al abrirla mis ojos se volvieron a cubrir de lágrimas al observar un hermoso anillo con un diamante azul incrustado– Yuuri. —Lloraba desesperado al saber su significado.
─ Te…amo. —Me dijo con una sonrisa en sus labios– Te…amo…hoy…quería….decirlo…quería…que…nos…casemos.
─ No, Yuuri. —Me aferre a su pecho a llorar mientras sus manos reposaban en mi cabeza consolándome.
─ Te…amo…nunca lo…olvides…
─ ¡Yuuri! —Alce mi mirada al notar que su corazón no latía– ¡No! ¡Yuuriii!!
Ese día lo perdí, lo perdí por siempre,
Cada vez que mi mente regresa al pasado mi corazón se estrujaba y las lágrimas volvían a recorrer mi rostro.
─ Yuuri. —Murmure mirando su foto– Como te extraño.
Han pasado seis años de su partida, desde ese día Conrad y yo quedamos atrapado en su mundo, ya que sin el Maou era muy difícil volver, además yo no quería regresar.
─ Wolf ya llegue.
Ese era mi hermano, él trabaja para mantenernos, yo estudio en la universidad arte me quería convertir en un gran pintor, mis amigos dicen que parezco un niño ya que no he cambiado mucho al pasar lo años, en lo que iba, Conrad trabaja diariamente para darme una vida tranquila en el mundo de Yuuri.
─ Bienvenido Nii-chan. —Le saludo con una sonrisa al llegar a la sala.
─ ¿Qué tal tu día? —Me pregunta con sus típicas sonrisas.
─ Muy bien, el maestros nos envió a dibujar un personaje aún no sé a quién dibujar. —Respondo tranquilamente.
─ Cuando quieras posare para ti. —Pasa a mi lado removiendo mis cabellos.
─ Ya quisieras Weller.
Durante estos años Conrad se volvió más expresivo, luego de la muerte de Yuuri la única vez que lo vi llorar, prometió frente a su tumba protegerme y nunca dejarme mientras me abrazaba aun llorando la muerte de su ahijado y mi prometido. Ese día ambos cambiamos, yo soy más libre hago cosas nunca pensé hacer en mi vida.
─ Nii-chan, ¿Estas ocupado hoy noche? —Pregunte mientras se volteaba.
─ No, cuando quieras, para volverte a ganar. —Dice con una sonrisa de superioridad algo rara en él.
─ Ya lo veremos.
Como dije era más libre que cuando era un soldado, ahora era un chico, un simple chico amante a los videos juegos, y animes, que pasaba tiempo con su hermano.
─ Wolf por cierto viste la no que salió en el face. —Dice Conrad mientras vuelve a la sala.
─ ¿Qué cosa? —Pregunto sin entender.
─ La peli de Dragon Ball llega a los cines.
─ ¡Enserio!
Mi emoción para muchos hubiera sido extraña pero esta serie me marco mucho, ya que la empecé a ver junto a Yuuri, él me conto que la había visto de niño, para mi verle era como revivir a Yuuri en mi interior.
─ ¿Cuándo estrena? —Pregunte emocionado.
─ El… —Se queda callado– 20 de septiembre.
─ ¿Qué?
Era increíble, o simplemente el destino quería jugar conmigo el 20 de septiembre se cumplían seis años de su partida.
─ Yo…
Baje mi mirada triste al recordar ese día, hace seis años fue el más importante y hermoso día que viví junto a Yuuri, pero también fue el día que él se fue de mi lado, ahora luego de seis años tal vez llegue a cambiar.
─ Wolf. —Conrad me mira con preocupación, me conoce demasiado bien.
─ Espero que estés libre ese día. —Le regreso la mirada con una sonrisa enmarcada en mis labios.
─ Claro que sí, incluso pedí ese día libre. —Responde mucho tranquilo al verme sonreír.
─ Es increíble como el destino juega conmigo ¿No?
Era irónico y demasiado, me consideraba un otaku veía a diario animes, tenían mangas, video juegos de toda serie en todo tipo de género, el no ver la película era una ofensa para mí.
La noticia me la dio Conrad a inicios del mes de septiembre, las semanas pasaron rápidamente y el gran día había llegado, por la mañana fui tranquilamente a la universidad muchos de mis amigos también iban al estreno incluso ya tenían comprada su entrada y yo también, al llegar la tarde me encontré con Conrad a la entrada del cine.
─ ¿Quieres comer algo? —Me pregunta al ver las chucherías que venden a la entrada de cine.
─Si, unos nachos no vendrían nada mal.
Dicho esto los compro para mí, mientras él llevaba unas palomitas de maíz, la gran hora llego, hoy 20 de septiembre no estaba frente a una tumba llorando como todos los años sino estaba sentado en una sala de cine disfrutando y riendo gracias a una de las mejores series anime de la historia.
Al terminar la película Conrad me miraba con una sonrisa y yo simplemente le regrese una, sabía lo que pasaba por su cabeza, ya que yo también sentía lo mismo, hoy gracias a Goku nos habíamos olvidado del dolor que por seis largos años habíamos sobrellevado, hoy hemos reemplazamos las lágrimas por la alegría, la risa, la felicidad.
Tal vez el dolor de su ausencia nunca se va olvidar, pero tener un motivo para sonreír en un día tan triste como este te llena de paz y tranquilidad.
Gracias Akira Toriyama-sama por permitir que este 20 de septiembre sea un motivo de felicidad y no de tristeza.
Fin….
Descansa en paz Yuuri…