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La Maldición de las Princesas. por Sami chan

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Notas del fanfic:

Este fic, me lo imagine escuchando a una de mis bandas favoritas LACRIMOSA, uno de mis temas preferidos, que se llama "Mutatio Spiritus o Mutation of Your Spirit o Mutacion de tu Espiritu"  como prefieran llamarla, y al momento de escucharla y leer la transcripcion mi mente inmediatamente dijo...esto mas bien parece un hechizo o una maldicion, yo solo le agrege unas palabras al final, asi que espero y les guste, por el resumen ya saben que soy patetica para hacerlos, asi que espero y le den una oportunidad y lo lean.

Notas del capitulo:

Bueno, aqui de nuevo trayendo otro fic que espero y le den una oportunidad, asi que, pues a leer se a dicho.

LA MALDICION DE LAS PRINCESAS…

 

 

-      Mutación de espíritu…  -  cerró los ojos, dejo escapar un suspiro, y en compañía de su padre, ambos levantaron sus varitas y comenzaron  con el potente hechizo de magia oscura…  -

Mutación de espíritu, conversión victoriosa.

Mutación de mente, conversión animal.

Descompuesto en pruebas psicológicas,

Igual que un libro, que era prohibido leerlo

Algunas páginas robadas, el forro pegado,

El nombre cambiado, el aire para respirar quitado…

Escondido en una caja, con otra vida adherida.

Amarrados como uno, empacado como una…

Encubierto en su propio miedo, olvidarse de revelarse…

Como hombre aún demasiado desnudo,

Como victima no tan desnudo,

De hombre a mujer…  

Mutación no solo carnal…mutación en cuerpo, alma y espíritu…

Mutación de hombre a mujer hasta que…

 

 

**************

 

 

-      ¡Te vas a arrepentir Lucius, te juro que te vas a arrepentir!  - le grito con furia amenazándolo  -  esto no se hace entre caballeros…

 

-      Pues como  un caballero deberías de comportarte Phillipe, estás loco si crees que voy a casar a mi hijo con un hombre  -  le grito también el rubio patriarca de la ancestral y noble familia Malfoy  -  estás completamente loco…

 

El rubio cerró los ojos mientras dejaba escapar un suspiro,  sabía que esa maldición era obra de Phillipe Bradley, un mago muy poderoso pero también muy resentido, volvió a suspirar sintiéndose impotente, frustrado, un completo inútil, pues sabía que esa maldición era muy, muy potente, y como siempre… era su hijo quien pagaba las consecuencias de sus estupideces…y como pocas veces ocurría…no sabia que hacer, pues sabia que esta era una maldición oscura, pero aún exactamente no sabia ni cual era, ni como era que funcionaba…

Volvió a  cerrar los ojos recordando lo acontecido esa mañana…

 

Eran apenas las nueve de la mañana e iban a llamarlo para el desayuno, entro el elfo y abrió las cortinas de la habitación del único hijo del matrimonio Malfoy, el chico era un jovencito muy apuesto, con dieciséis años recién cumplidos y muy parecido a su padre, media uno setenta y cinco, era alto, no era musculoso, pero a pesar de ser delgado tenia un cuerpo muy bien definido gracias a los deportes que practicaba, pero sobre todo al quidditch, donde tenia el puesto de buscador de su equipo de casa, tenia la piel muy blanca, tenia los ojos en color gris, y que cambiaban de tono según su estado de animo, tenia el cabello rubio platinado un poco largo pero solo hasta los hombros y le gustaba llevarlo amarrado con un listón negro, el chiquillo era casi una copia de su padre, al que admiraba sobremanera, era el antepenúltimo día de vacaciones, así que tenia permitido levantarse un poco tarde, pero en ese día, sus padres tenían ganas de pasar con el uno de los últimos días de estar en casa, ya pronto iba a entrar al sexto curso escolar y el chiquillo entraría de nueva cuenta al internado Hogwarts y ya no lo verían sino hasta las vacaciones de navidad.

Así que con toda la pena del mundo, el elfo lo llamo para despertarlo.

 

-      Amito Draco  -  lo llamo el elfo  -  amito Draco, sus padres lo están esperando, quieren  desayunar con usted -  no tenia permitido destaparlo, ni mucho menos tocarlo, así que solo se limito a llamarlo   -  amito Draco…

 

-      Mm…ya escuche Tobías  -  se estiro tan rico dentro de las sabanas  -  dile a mis padres que enseguida estoy con ellos.

 

-      Si amito Draco  -  y desapareció de la habitación.

 

Apenas les estaba diciendo lo que le mando el chiquillo cuando escucharon un grito desgarrador, provocando que el matrimonio se viera entre si preocupados,  y salieran corriendo en dirección de donde se escucho tal lamentación.

Entraron a la habitación de su hijo con varita en mano, por si las dudas y estuvieran atacando a su retoño, cuando lo que vieron adentro provoco que la rubia matriarca al instante cayera desmayada al escuchar a su hijo llamarla, mientras el rubio mayor se quedo con la boca abierta y petrificado de la impresión.

-      Ma…má…   -  dijo muy asustado, estaba parado frente a un espejo de cuerpo entero, y sin saber que hacer completamente desnudo observando su esbelto y sinuoso cuerpo.

 

Delante de él, de pie frente a la cama estaba una jovencita, idéntica a su hijo, las únicas diferencias con este, era que esta tenia lo que… tiene una real mujercita y llevaba el cabello largo hasta taparle las nalgas, pero igual en rubio platino, y su hijo era hombre con el cabello solo hasta los hombros.

Por poco y sigue a su esposa al suelo, y cae el también desmayado de la impresión, pero logro salir de su estupor y pudo pronunciar unas palabras…

 

-      ¿Dra…Draco…hijo, eres tu…?  -   dijo incluso con miedo.

 

-      ¿padre…?  -  dijo con miedo mientras volteaba a verlo y corriendo fue a abrazar al rubio que por un instante sintió ganas de alejarse del contacto de semejante chiquilla, ya que esta, al correr olvido su desnudes  y se abrazo a su padre  -  ¿padre que me paso?  -  dijo asustada.

 

-      Yo no…no lo sé…  -  dijo aterrorizado  -  hijo, no lo se…  -  en ese momento la chiquilla sintió como alguien la abrazaba y la cubría al mismo tiempo con una sabana, volteo a verla y era su madre, soltó a su padre y se aferro a los brazos de su madre que aún seguía en estado de shock.

 

-      Madre…  -  comenzó a llorar muy asustado  -  madre…explícame esto por favor… ¿Por qué estoy así? 

 

-      Hijo mío, no lo se… - suspiro, no podía llorar para no asustar más a su hijo - pero lo averiguaremos, tranquilízate corazón…

 

El rubio mayor permaneció callado y pensativo en la habitación, hasta que su esposa logro calmar a su hijo que más que asustado, estaba aterrado.

Lo peor del caso,  es que ya solo quedaban dos días para entrar al colegio a cursar el sexto curso  y su hijo no podía faltar a clases.

No pudiendo encontrar una solución a tiempo a tal problema, tuvo que presentarse al colegio para hablar con el director del mismo, y con el cual llevaba una estrecha amistad…

 

-      Albus te pido tu ayuda, no se que hacer…  -  suspiro y en medio de todo su miedo logro explicarse.

 

-      Lucius…  - dijo el director muy serio  - Draco no puede faltar a clases, deberás  traerlo ya y juntos averiguaremos que tipo de maldición o hechizo tiene tu hijo…  -  suspiro  -  aun nos queda un día y medio para que todos se presenten a clases, trae a tu hijo, yo llamare a Severus, el quizá nos podría ayudar, quizás con alguna poción vuelva a ser el mismo.

 

-      Si…eso hare…  -  dijo muy pensativo y preocupado   -  ¿crees que sea una maldición? 

 

-      Pues…yo pienso que es lo más seguro, si dices que no estaban haciendo nada, ni probando pociones, ni experimentando nuevos hechizos…  -  levanto los hombros en forma resignada  -  anda ve por tu hijo, mientras tanto yo le informaré a Severus.

 

-      Claro  -  y presuroso desapareció por la chimenea.

 

 

Al cabo de unas dos horas, un trío de rubios ingresaba a la oficina del director del colegio, al llegar vieron que ya los esperaba el viejo director.

 

-      Padre… ¿Qué hacemos aquí?  -  dijo con miedo la chiquilla, viendo el rostro avejentado del director del colegio  -  ¿no…no le habrás dicho…verdad?

 

-      El nos puede ayudar hijo  -  le sonrió tratando de infundirle ánimos a su pequeño vástago.

 

-      Pase joven Malfoy  -  el director sabía que… por más que se esforzara, nunca le había caído bien al chiquillo rubio y este no dudaba en hacérselo saber.

 

-      Padre…  -  volteo a ver a su padre, implorándole con la mirada  -  no…

 

-      Acércate hijo  - lo empujo un poco hacia el hombre mayor - y deja que te revise.

 

-      No quiero, padre…  -  lloriqueo la jovencita  -   tengo miedo…

 

-      Draco, amor mío  -  comenzó la rubia muy mortificada, dejando escapar un suspiro al ver la desesperación y el miedo reflejados en sus hermosos ojos grises, e acaricio con ternura una mejilla y después el mentón  -  ¿quieres permanecer de por vida como una chica?

 

Es…  -  lloro  -  es que no es justo…  -  justo en ese momento se abrió la puerta de la oficina dejando pasar a un hombre maduro, que pertenecía al personal docente del plantel y que a la vez era casi como un integrante más de la rubia familia, además de ser el profesor de pociones,  Severus Snape era el padrino del jovencito Malfoy, quien al ver a la jovencita casi se cae de nalgas, pues cualquiera que la viera pensaría que era una de esas criaturas mágicas llamadas “veela”, y casi dudaba que no fuera una de ellas, pues al solo verla, daban unos deseos inmensos de abrazarla, mimarla y  protegerla, se veía tan indefensa, suspiro y se quedo quieto.

 

-      ¿Dra…Draco?  -  titubeo un poco aún sin poderlo creer.

 

-      Padrino  -  y llorando se arrojo a los brazos del moreno pocionista  -  padrino, mira en lo que me he convertido…

-      Tranquilo hijo  - intento calmarlo  -  no…no puede ser tan malo… -  lo escucho llorar aún más y se arrepintió de haber dicho eso, sabia que su ahijado en el colegio era todo un adonis, y que  eso lo enorgullecía enormemente, pues el jovencito a sus escasos dieciséis años traía vueltas locas a medio colegio, suspiro y tomándole el mentón al chiquillo le dijo suavemente  mientras hacia que lo viera a los ojos  - debes permanecer tranquilo, para que podamos revisarte  -  volteo a ver al rubio matrimonio y muy serio les dijo  -  con solo abrazarlo pude darme cuenta de que es una maldición muy potente y en la cual se utilizo magia oscura…

-      ¿Qué tan oscura?  -  pregunto el rubio mayor con el miedo reflejado en sus ojos.

-      No lo se…  -  dijo muy mortificado aún con la chiquilla entre sus brazos.

 

El viejo director se acerco a la jovencita y sonriéndole para darle ánimos le dijo…

 

-      Tu padrino y yo te revisaremos en un momento, pero deberás permanecer tranquilo y muy relajado…  -  vio como la pequeña rubia lo miraba con ojos de pistola, sabía que nunca había sido santo de su devoción, pero confiaba que como estaban sus padres, y además como estaba muy asustado obedeciera sin rechistar.

-      Claro, como no es usted a quien le falta uno de sus órganos mas importantes…  -  dijo mordazmente.

-      Draco hijo, debes estar tranquilo y dejar que te revisen  -  dijo la rubia mayor.

-      Madre…  -   imploro volteando a verla.

-      Draco…pórtate bien  -  dijo su padre.

-      Bien  - dijo el pocionista antes de que el rubio más pequeño comenzara a insultar a medio mundo mágico - Draco, pasemos a la habitación contigua para comenzar de una buena vez, no debemos perder tiempo valioso.

 

Y así el chiquillo, el pocionista y padrino del niño y el viejo director, entraron a otra habitación dejando al matrimonio Malfoy comiéndose las uñas de los nervios.

Al cabo de dos exhaustivas horas, la puerta de la habitación se abrió dando paso a que salieran de ella, en primer lugar la pequeña rubia que apenas vio a su madre corrió muy angustiada a refugiarse entre sus brazos, en seguida  el profesor de pociones,  y salió por ultimo el viejo director, todos con cara de preocupación.

El director se sentó en su sillón detrás de su escritorio mientras aparecía otro par de sillas para que todos permanecieran sentados, suspiro y dirigiéndose al patriarca Malfoy muy preocupado le dijo…

-      Mm…Lucius… ¿de pura casualidad diste tu palabra  para comprometer a tu hijo Draco en alguna alianza mágico matrimonial…?  O ¿hay alguien que definitivamente esta obsesionado con tu hijo? -   al escuchar semejante pregunta el rubio lo miro extrañado, pero unos instantes después  palideció,  mientras todos sin excepción volteaban a verlo…

-      Hay no…  -  se cubrió el rostro con ambas manos mientras sentía que un pánico lo invadía de pies a cabeza…sabiendo ya por donde era la tirada.

-      Lucius…maldita sea,  -  dijo su esposa muy enojada, mientras mantenía a la chica entre sus brazos y sentada en sus piernas  -  ¿hay algo que deba saber?

-      Será mejor que comiences a hablar Lucius  -  dijo el pocionista igual de enojado y preocupado o más que la madre del jovencito  -  porque esto es muy grave…

-      Bueno…  -  suspiro  -  la verdad es que nunca creí que lo fuera a hacer valido, solo éramos un par de jóvenes que…  -  pero fue interrumpido por su mujer.

-      Lucius, no me importa lo que creíste en ese momento, habla de una vez, que es mi hijo quien esta de por medio…  -  la mujer estaba furiosa, histérica.

-      Bueno, fue en mi despedida de soltero, pero estábamos borrachos, tanto que en verdad no creí que se lo tomara así de importante…vaya, aun ni siquiera nos habíamos casado, mucho menos pensaba en tener hijos todavía…bueno…el si ya tenia a su esposa embarazada…

-      ¿Quién es Lucius?  -  pregunto el director, quien en ese momento levanto la vista, ya que una lechuza entro y le entrego una carta, la cual tomo y dejo a un lado para leerla después.

-      Es un mago ingles pero que reside en Italia, se llama Phillipe Bradley… - suspiro -  y…

-      Y es un mago muy poderoso, pero igualmente muy peligroso y que era aliado del Que No Debe Ser Nombrado…   -  término de decir el pocionista ya muy preocupado.

-      Tiene un hijo que es gay y que es, me imagino quien a estado presionando a su padre para que haga valido este pacto matrimonial.

-      Pero yo no le conozco padre…  y además yo no soy gay  -  protestó el pequeño rubio aún entre los brazos de su madre.

-      ¿Cómo es que conoce a mi hijo?  -  dijo la rubia ya menos alterada.

-      Eso es fácil mujer, ¿dime quien no conoce a nuestro hijo? si a salido en cantidad de revistas…pues hemos ido infinidad de veces de vacaciones a ese país, seguramente Phillipe le conto lo del pacto a su hijo, y este al verlo en alguna revista le gusto…

 

En ese momento el viejo director tomo la carta y la abrió para leerla, y después de un largo suspiro, aclaro la voz para decirles muy preocupado a todos los ahí presentes…

-      Su hijo se llama Aidan Bradley, y vendrá a estudiar aquí el mismo año que cursa Draco…al parecer va un año adelante pero quiere repetir el sexto curso, llegara el mismo día que todos los demás alumnos al colegio.

-      No puede hacer eso…  -  dijo la rubia mayor ya muy preocupada  -  Albus por favor haga algo…

-      No puedo negarle el estudio a un jovencito que aparentemente no ha hecho nada…  -  dijo muy mortificado el viejo.

-      Pero seguramente el sabrá de…  -  dijo la rubia ya entrando en pánico  -  de…lo que le hicieron a mi hijo y vendrá a…  -  palideció  -   no…se…

-      Madre…  -  dijo el pequeño rubio  - yo no puedo venir así a clases… mírame…soy… soy una chica, además…yo no voy a casarme tan joven...y menos con…un…un hombre  -  dijo aterrado.

-      Pero no puedes faltar a clases, Draco -  dijo el pocionista y padrino del chiquillo.

-      Padre, puedes ponerme tutores en la mansión   -  imploro el chiquillo a su padre pero no conto con lo que pensaban los adultos.

-      Lo que podemos hacer es vigilarlo y esperar a que él de él primer paso, para ver cuales son sus verdaderas intenciones con mi ahijado, mientras nosotros averiguamos la manera de quitarle a Draco la maldición… -  dijo preocupado el profesor de pociones.

-      Pero porque no hacer lo de los tutores… -  dijo el rubio mayor.

-      Como dijo ya Severus, es importante saber cuales son sus intenciones con su hijo Draco, y ver que movimientos hará…

 

Todos permanecieron en silencio al ver que el venerable anciano que era el director del colegio pensaba en un plan para llevar a cabo.

Pasada una media hora de permanecer en silencio, por fin se acomodo de nueva cuenta en su sillón y comenzó a decir…

 

-      Draco  -  dijo refiriéndose al jovencito que asustado solo asintió esperando escuchar el brillante plan del viejito, pues para haber estado tanto tiempo en silencio, el plan a seguir debía ser brillante… ¿o no? -  definitivamente no puedes dejar el colegio de lado, así que tendrás que venir a clases…

-      Pero…  -  lo interrumpió, pero el director no se molesto porque sabía que si la situación no era nada fácil para nadie, mucho menos lo era para él, así que armándose de paciencia continuo  -  Tranquilo hijo  -  lo calmo y le sonrió  -  como nadie sabe nada de lo ocurrido, vendrás a clases, si… pero como una pariente de tu familia y como una estudiante de intercambio, diremos que el joven Draco se fue a estudiar a Francia ocupando tu lugar y que por lo mismo es que tu estás aquí…aquí Severus  - le indico - te dará una habitación especial solo para ti, ya que por tu condición, no puedes dormir en el lugar de Draco porque el tiene compañeros y tu eres una señorita  - al decir eso lo único que se gano fue un bufido de desagrado de parte de la jovencita, que no perdía ninguna oportunidad de matarlo con la mirada  -  ni tampoco te puedes quedar con tus compañeras porque finalmente eres un hombre.

-      Pues me quedo con mi padrino  -  dijo esperanzado de quedar bien protegido.

-      Eso no se vería nada bien, Draco  -  dijo el director  -  el es un profesor y tu una jovencita, imagínate la de habladurías que se soltarían…

-      ¿Pero…y entonces… y a mis amigos…?  -  pregunto angustiado el jovencito  - ¿a ellos si podemos decirles?

-      Yo creo que solo a los más cercanos a ti, Draco  -  dijo el viejo director  -  ya que ellos se pueden encargar de cuidar de ti, y de mantener alejado a ese muchachito que si viene a estudiar a este colegio, no viene solo por los estudios precisamente…

-      Padrino…  -  imploro el rubio menor.

-      Albus tiene razón ahijado  -  trato de tranquilizarlo  - de todos modos, yo te tendré bien vigilado.

-      Hijo…  -  comenzó la rubia mayor  -  confió en que sabrás comportarte como toda una damita.

-      Madre…  -  casi lloro el chiquillo entre sus brazos, no la quería soltar  -  tengo miedo.

-      Tranquilo hijo  -  dijo el patriarca Malfoy  - mientras tú estudias, todos nos enfocaremos en buscar el contrahechizo…

-      Primero debemos averiguar que tipo de maldición uso ese amigo tuyo  -  lo acuso el profesor de pociones  -  es de magia muy oscura,  así que no va a ser nada fácil.

-      Bueno  -  dijo el director  -  debemos buscarle un nombre a Draco y…  -  volteo a ver a Narcissa  -  se que Draco se ve adorable con esa ropa, pero a leguas se ve que no es de él…aunque la hayan reducido a su talla  -  todos voltearon a ver el jovencito que se ruborizo al instante, traía ropa puesta de Draco, que como hombre si le quedaban y muy bien, pero como una chica le quedaban grandes, pues había encogido como cinco centímetros, sus hombros ya no eran los de un chico, eran un poco angostos,  incluso los zapatos le quedaban grandes, vaya en pocas palabras tenia el cuerpo suave y delicado de una jovencita de esa edad, ah que dulces dieciséis años.

-      Draco, hijo vayamos de compras… ¿te parece?  -  le guiño un ojo a la chiquilla que estaba aún sentada en sus piernas haciendo un puchero… 

-      Bueno Albus, Severus…  -  dijo el patriarca levantándose para dar por finalizada la visita  -  nosotros nos retiramos de momento,  esta jovencita deberá ir a escoger al callejón Diagon todo lo que necesite para este nuevo curso  -  le acaricio con ternura la barbilla a la pequeña rubia  - y como toda una Malfoy Black deberá tener todo lo mejor ya que ella se lo merece… bueno, por falta de tiempo no tendrá exactamente lo mejor…  pero trataremos de encontrarlo   -  dijo muy orgulloso.

-      Pues estas muy orgulloso de que sea una Malfoy Black, Lucius…y créeme, que estoy totalmente de acuerdo contigo, pero…  -  lo miro con un atisbo de sonrisa el profesor aún en medio de toda esa preocupación   -  tendrán que quitarle un apellido y cambiárselo, o si no,  será otra hija de ustedes…y no una pariente lejana…

-      Es verdad…  -   suspiro la rubia mayor  -  bueno, ya nos podremos de acuerdo en la mansión.

-      Es verdad…  -  dijo también muy afligido el patriarca Malfoy, suspiro y dijo  -  pero todavía tenemos un día más  -  les dio las gracias, les sonrió a ambos y junto con sus hermosas rubias, a punto estaban de abandonar  los tres la oficina, cuando una ultima recomendación del viejo director los dejo muy preocupados…

-      Una sola cosa más…  -  los tres voltearon al mismo tiempo a verlo  -  nadie, pero absolutamente nadie debe saber sobre esto, si es la maldición que  estoy imaginando, es muy peligroso que alguien más lo sepa…sobre todo para Draco, así que por favor a nadie le hablen de esto…

Toda la familia Malfoy  asintió muy preocupados, se despidieron y abandonaron los tres la gran oficina del director.

 

Los dos hombres que quedaron en la oficina se miraron entre si muy preocupados…

-      ¿Tu que piensas Albus?  -  dijo el profesor de pociones muy serio.

-      Que es un caso muy delicado y muy grave… - suspiro el director muy preocupado -   no sabemos exactamente que maldición es, y hay que hacerle más pruebas al joven Malfoy y eso definitivamente, no le gustara para nada al chiquillo.

-      Eso se puede arreglar, tu déjame eso a mi, a lo que me refiero, es… ¿cuanto tiempo crees que nos llevara esto…?

-      Pues como ya dije, si es la maldición que me estoy imaginando…  -  dijo el viejo director  -  créeme que no quiero estar en los zapatos  de Lucius…mucho menos en los de su hijo…

-      Dejemos las conjeturas para después, ya se a que maldición te refieres y por Salazar espero que nos equivoquemos,  mejor  preparare todo para recibir a mi ahijado pasado mañana y también para hablar con sus compañeros en cuanto lleguen al colegio.

-      Muy bien dicho Severus,  ya tendremos más tiempo en cuanto lleguen todos al colegio.

-      Bien, terminando de todo, iré a la mansión Malfoy a ver que nombre le encontraron y que parentesco tendrán, no quiero más sorpresas de nada.

 

Esa tarde los tres integrantes de la rubia familia se la pasaron de compras la mayor parte del día,  fueron al callejón Diagon a comprar nuevamente un uniforme para el colegio, a ellos les gustaba tener todo listo de antemano, y lo tenían, claro como si fuera Draco el que fuera a asistir al colegio, así que tuvieron que comprar todo de nuevo, pero ahora para la chica.

Primero fueron a comer, siendo el centro de atención la rubia familia, en primera… porque  era la noble familia Malfoy, en segunda…por la ausencia de uno de los integrantes de tan polémica familia, y en tercer lugar…porque todos estaban asombrados por la presencia de tan hermosa chiquilla que los acompañaba.

Lucius estaba impresionado por la cantidad de chunches que podía querer, necesitar y adquirir una jovencita adolescente, y más si esta era…súper caprichosa  y mimada por sus padres.

Si de hombre, su hijo era caprichoso, mimoso y manipulador…Lucius sonrió, pues apenas llevaba unas horas, y descubrió con enorme satisfacción que Draco de mujercita era lo doble que su pequeño hijo normalmente lo era, a que rápido se adaptaban todos  a su nueva situación…

Terminando de adquirir todo lo que necesitaban y más, y viendo que era un monumento a las compras todo lo que habían adquirido sus dos mujeres, saco su varita y con un simple floreo mando todo a la mansión y repartido ya en las habitaciones.

Olvidándose momentáneamente del enorme problema que eso representaba sobre todo para su hijo, se dedico a disfrutar de lo que quedaba de la tarde para consentir a sus dos bellas damas, de todos modos para que preocuparse en ese momento, si no iban a arreglar nada mortificándose en vano, además ya había dos extraordinarios magos estudiando una posible solución a tan grave problema.

Orgulloso del porte de las integrantes de su familia, las llevo a donde quisieron  ir esa tarde noche.

Las llevo al cine, ya que por falta de tiempo y organización, fue lo que se antojo a la recién salida jovencita a la vida, ya que esta aún no se daba cuenta de su real situación, pero en esa recién adquirida condición, no se daban cuenta que su mirada al mundo era con otros ojos.

En esa salida se encontraron sin querer a la familia Greengrass, el matrimonio iba con sus dos hijas, Dafne y Astoria, quienes al descubrirlos en el cine y viendo a la jovencita que los acompañaba, en lugar del rubio hijo del matrimonio, y picadas por la enorme curiosidad, los abordaron inmediatamente.

-      Narcissa, querida…  -  dijo la señora Greengrass acercándose a la familia Malfoy  sin quitar la vista de la bella chica que venia con ellos - ¿pero dime, donde esta nuestro querido Draco?  -  la mujer siempre le había echado el ojo al muchacho para una de sus hijas, así que al ver a una jovencita con ellos les llamaba poderosamente la atención, no fuera siendo que alguien se les adelantara y les comieran el mandado, y con una falsa y melosa voz pregunto mientras le tomaba del mentón para observarla bien  -   ¿y quien es esta hermosa jovencita?  

-      Es…  -  iba a decir mi hijo, pero se contuvo  - la hija de una prima de Lucius, querida.

-      Si, de una prima que vive en Francia  -  dijo el rubio al matrimonio que no perdía detalle de la jovencita  -  Draco se fue como estudiante de intercambio…  -  le acaricio una mejilla al momento que decía mientras le guiñaba un ojo   -  pero la queremos igual que si fuera nuestra hija, así como a mi pequeño Draco.

-      Aaah, ¡por el buen Merlín! mí querido Lucius, pero mira nada más, que belleza tan extraordinaria  tiene esta chica  -  dijo el señor Greengrass  intentando acariciar  el también el mentón de la chica, pero esta se quito a tiempo retándolo con la mirada, si creían que todo el mundo iba a poder darse ese lujo de estar tocando su rostro cada dos por tres, estaban muy pero muy equivocados.

-      Eres toda una Malfoy…verdad querida?  -  dijo el hombre ocultando su furia por tal desplante.

-      ¿segura que no es alguna hija escondida, Cissy?  -  dijo la Sra. Greengrass  - mira que tiene incluso el color de ojos…es idéntico a Draco…

Definitivamente esa chica si parecía una verdadera “veela”, pues atraía las miradas como si fuera un imán.

Se despidieron del matrimonio Greengrass y de sus hijas, quienes a pesar de no haber mencionado ni una sola palabra ya se habían estudiado a Draco de pies a cabeza, calculando la competencia que tendrían en el colegio, pero como esta, era toda una Malfoy,  pues al parecer más valía no tenerla de enemiga, ya que se veía que era de las que no se dejaban, las dos se dieron cuenta con solo el pequeño gesto de rechazo que tuvo con su padre.

 

El ultimo día que tenían antes de entrar al colegio, en la mansión Malfoy, Narcissa apenas amaneció, inmediatamente se fue a meter a la recamara de su hijo, pareciera feliz de tener por fin una nena en casa, así que desayunaron, y se paso el día completo con su nueva hija, tratando de enseñarle como era que se debía comportar toda una damita de la sociedad y de muy buena familia.

Claro que esto Draco, no lo necesitaba, pues el con todo y que era un chico, siempre fue una persona orgullosa de su origen, de su apellido y de sus excelentes modales,  además en lo referente a la vestimenta, el chico era todo un fashionista de primera, pues si había alguien en el colegio con tan excelente gusto para vestir y comportarse, sin dudarlo ni un segundo…Draco Malfoy era el mejor.

Recibieron la visita del profesor pocionista y charlaron un rato, poniéndose de acuerdo en que la chiquilla ocuparía el lugar de Draco, así que no se le haría una nueva selección de casa como se les hacia a los estudiantes de nuevo ingreso o de intercambio. 

 

 

Notas finales:

Bueno, pues espero y les haya gustado aunque sea un poquito, nos leemos para el proximo capitulo, byeeee


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