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Soothe my soul por Yuka_Gazetto

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Notas del fanfic:

Este fic está basado en un rol, seh, un rol. No, no estoy en un rol (?) 

 

Está dedicado a Ruu-chan, a ella le encanta ésta pareja y además, ella me ha dado la idea con ésta pareja ya que todo, es de ella. 

 

Disfrútalo y espero haber captado un poquititititito de esa sensualidad que leí entre ellos. 

Notas del capitulo:

Este fic, además de estar basado en un Rol, si leen, se darán cuenta de que hay una canción metida allí -la golpean por lista (?)- La canción es Soothe My Soul (De ahí el título del fic) No sé ustedes, per oesta canción, música, letra y la voz misma de Dave me hace sentir escalofríos de lo sexy que es. Se los dejo por si tienen curiosidad -AMA DEPECHE MODE- 

 

http://www.youtube.com/watch?v=fW3mm8tTwe4 AQUÍ :3 <3 

 

Como dije, espero haber captado la sensualidad de éstos dos personajes y espero que les guste, saben que éstas cosas no osn mi uerte, no tengo ningún fic parecido a ésto. A ver cómo me va...

 

¡A leer mis preciosuras! 

I'm coming for you 
When the sun goes down 
I'm coming for you 
When there's no one around 

 

 

Le dio una larga pitada al cigarro entre sus dedos y miró el lugar mientras largaba el humo que se había acumulado en sus pulmones. Frunció levemente el ceño y largó lejos el cigarro, se acercó a pasos seguros a la puerta de entrada. El Guardia le miró y le dejó entrar sin preguntar. Miró a su alrededor mientras miraba todo desde la puerta. La gente iba y venía, con compañía, sin ella. Disfrutaban de la noche, así como él también lo haría, sonrió de lado y se acercó a la barra mientras esquivaba a las personas que, bailaban fuera de la pista, se comían a besos donde querían, otros reían y gritaban divertidos.

 

Se sentó en uno de los taburetes y miró a la gente de la pista. Tan pegados, tan divertidos, tan excitados, tan atrevidos. Le encantaban los lugares así. Donde todo estaba permitido, donde el pudor no existía, ni siquiera para él mismo. Sintió a alguien acercarse por el lado interior de la barra, no se volteó solo habló sin dejar de mirar a la gente en la pista.

 

 

—Un Whisky… con hielo.

 

—Enseguida.

 

 

El pelinegro volteó apenas para mirar a quién le estaba atendiendo. Un hermoso perfil, pensó. Su nariz que parecía chata, sobresalía perfectamente, sus ojos rasgados y pintados en un negro intenso, sus labios de un increíble rojo oscuro, un bordó. Su cabello castaño y ondulado caía por sobre sus hombros suavemente, no tan largo, lo justo. El castaño le miró de reojo al sentir la mirada de esa persona sobre sí. Sonrió, curvando sus gruesos y pintados labios.

 

Le gustaba lo que veía.

 

A pesar de la poca iluminación de la barra, pudo distinguir esos claros y raros ojos, tan raros en un japonés, supo que era japonés por sus rasgos, pero esos ojos, esos ojos que se mostraban tan impertinentes, que mostraban estar escaneándolo con total descaro, sí que le gustó. Y mucho.

 

 

Se acercó y le tendió el vaso suavemente, estuvo a punto de dejarlo sobre la mesa pero la mano del pelinegro le tomó las suya junto al vaso. Sintió su piel erizarse con aquél simple y descarado toque.  Observó la boca de éste, curvándose hacia un lado, haciendo que, con la poca luz, su piercing en el labio destellara en pequeños brillos. El Barman sintió un calor atravesarle el cuerpo, comenzando desde el estómago hasta subir por su rostro, sí que le gustó lo que sentía.

 

 

 

EL pelinegro tomó el vaso, separando su mano de la del castaño y le miró mientras daba un pequeño trago, sin perderlo de vista. El Barman estuvo a punto de voltearse pero una mano en su nuca se lo impidió, sintió esa mano cernirse sobre él y atraerle lenta y suavemente hasta él. El cálido aliento sobre sus labios le hizo erizarse la piel una vez más. El pelinegro sintió el collar del castaño entre sus dedos, un collar de cuero oscuro con una fina cruz dorada e invertida. Sintió deseos de colar sus dedos por entre ese collar apretado.

 

 

—     ¿Bailas conmigo? —susurró, mirándole a los ojos tan fijamente que el castaño pensó que podía ver hasta su interior.

 

 

Sonrió y susurró.

 

 

—Espera tu turno…— Se alejó de él, soltándose levemente y dándole la espalda para ir atender a otros que esperaban por él.

 

El pelinegro frunció el ceño para luego sonreír con un tinte de enojo visible. Su turno, claro que sí… Elevó el vaso y lo miró por sobre él, se paseaba por todo el largo de la barra, sirviendo y sonriendo a los que pedían bebida. Sintió una ligera furia al verle sonreír coquetamente al idiota que le hablaba tan confianzudamente. Le vio salir de la barra y siendo tomado de la mano para ser llevado a la pista.

 

 

Oh, eso no le gustaba nada.

 

Ni un pelo.

 

 

 

Dio un trago a su vaso y lo miró desde donde se encontraba. El castaño había tomado a su acompañante hasta posicionarlo justo frente a sus narices. Lo hacía a propósito, pudo comprobarlo cuando el mismo castaño le daba la espalda a su pareja de baile y su vista se posaba en él. Movía las caderas de un lado y al otro. Las manos de su pareja le sujetaban las caderas, ayudándole con la tarea de moverlas. Las movía excelentemente.

 

 

Pudo apreciar su vestimenta, el blanco brillante de su camiseta resaltaba con el juego de luces de la pista, el gran escote que dejaba visible su pecho se abría y mostraba con cada movimiento, incitando, provocando. La cruz dorada y la fina cadena daban pequeños destellos cuando la luz se posaba en él. Bajó la vista y se relamió al ver los ajustados pantalones de cuero sobre esas piernas. Le apretaba mostrando de una manera tan, tan vulgar que le encantó. Simplemente, ese chico era la lujuria misma.

 

 

I come to your house 
Break down the door 
Girl I'm shaking 
I need more 

 

Elevó la vista y sonrió al sentir la mirada grisácea del castaño que bailaba, le miraba a él. A pesar de estar bailando con otro, le bailaba a él, se movía para él, se mostraba solo para él. Su sonrisa de ensanchó cuando lo vio al otro sonreír de lado. El castaño volteó y miró a su acompañante, enredando sus brazos en el cuello de éste.

 

 

No, claro que no.

 

 

El pelinegro dejó su bebida en un golpe sordo sobre la barra de madera, asustando a la gente que estaba alrededor, pero pronto fue ignorado al irse alejando de ellos. Caminó sin dejar de mirar su espalda, bajó la mirada y la posó sobre su trasero. Vaya que era bueno. Se acercó lo suficiente para tomarlo por las caderas y susurrarle en el oído.

 

 

—Déjale…

 

 

El hombre, el cual era acompañante en ese momento del Barman, le miró frunciendo el ceño. Estuvo a punto de preguntar qué quería pero sintió los brazos que se encontraban en su cuello, deslizarse para luego dejar de tocarle. Miró al bajito y frunció el ceño.

 

 

—Lo siento, es su turno. —Se acercó y le susurró en el oído unas palabras que el Pelinegro no pudo escuchar, pero sonrió por el resultado ya que el otro se alejaba con el ceño aún más fruncido, pero se había ido, y sin chistar. No pudo reprimir la risa y la sonrisa que se mostró en sus labios al ver aquello. 

 

 

El cuerpo pequeño del Barman volteó y le miró con superioridad. El pelinegro sonrió y acercó ese cuerpo más hacia él. El castaño negó con una sonrisa en los labios para luego separarse. El pelinegro estuvo a punto de replicar pero la mano del Barman agarró la suya, se adentraban a la pista.

 

 

Cada vez le gustaba más.

 

There's only one way to soothe my soul 
There's only one way to soothe my soul 
There's only one way to soothe my soul 
Only one way to soothe my soul 
Only one way 

 

 

 

El castaño paró y volteó para mirarle, sonrió ladeando el rostro casi de perfil y comenzó a moverse, de un lado y hacia el otro. Provocando de gran manera al pelinegro frente a sí. El Barman se acercó a su cuerpo lentamente, posó sus manos en el pecho de éste. Se acercó a su cuello y escondió su rostro allí, sin dejar de moverse. El pelinegro sonrió y tomó las caderas del bajito y así apegarle un poco más a él mientras movía también sus caderas.

 

 

La música que comenzó a sonar desató todo.

 

Y se dejaron llevar.

 

 

Lo tomó de las caderas, acercando su cuerpo cada vez más al suyo. Su acompañante no paraba de bailar, movía las caderas al ritmo de la música, hacia delante, hacia tras, de un lado a otro, tentándole al mismísimo diablo. “Se quemará” Pensó mientras le devoraba con la mirada. Sus ojos se posaron por sobre sus labios, pintados de un bordó tan oscuro y vivo como la sangre acumulada. Sintió la sangre hervir al verlo sacar su lengua y pasarlo por sobre esos labios rellenos y pintados. Pasándola tan lentamente que parte de esos labios se removieron sobre esa traviesa lengua. Vio como escondía su lengua pasar a morderse con fuerza los labios, incitándole, provocándole.  Su compañero posó las manos sobre su pecho, alejándose un poco, aprovechando el agarre de las caderas, arqueó su cuerpo hacia atrás, mostrándole su cuello. Los azules y rojos de las luces del antro jugaban con él. Encajaba tan bien en ese lugar, era parte de ello. El pelinegro elevó su mano y la posó sobre ese grueso y apetitoso cuello, le acarició suavemente, cerró su mano de manera suave sobre la piel y apretó levemente. Puso sentir, pudo sentir la pequeña risa que su acompañante le regaló, sintiendo el leve temblor de su nuez de Adán, sintiendo temblar ese suave y colorido cuello.

 

El chico cerró sus manos sobre la chaqueta de cuero que llevaba, elevando así su cuerpo para quedar recto nuevamente. Siguió moviendo las caderas, apegado completamente a su persona. Las manos se elevaban lentamente por sobre sus hombros para luego colarse por el hueco de su cuello, se paseaban de un lado a otro en un ligero y sensual tacto, acariciando su caliente piel. Sus manos recorrieron rápidamente su cuello en los costados, colándose luego por su nuca, entrelazando sus dedos con sus negros y largos cabellos. Los ojos grises del chico centellaban por sobre las luces, su mirada iluminaba mucho más que ellas. Éste se acercó lentamente mientras que con un dedo lograba tomar un mechón de cabello y le enredaba en un pequeño bucle alrededor de su dedo. Sintió el calor de su liento por sobre sus labios, los dos suspiraron para inhalar luego la respiración del otro. No se tocaban totalmente, un leve y efímero roce, casi imperceptible. Jugaban con los deseos de cada uno, se acercaban y se separaban apenas sentían un leve contacto. Cambiaban de posición el rostro, acomodándose para seguir jugando.  El castaño abrió un poco la boca y atrapó el piercing que su pelinegro acompañante tenía adornando sus labios. Con la lengua tocó éstos y luego le soltó, provocándole aún más si podía. El alto sonrió de lado sin dejar de mirar los rojos labios y se acercó un poco.

 

I'm coming for you 
I need to feel your skin 
I'm coming for you 
To stop this crawling.

 

—Soy Tora…—susurró muy cerca de sus labios.

 

 

Los labios rojos y oscuros se curvaron en una sonrisa que demostraba de todo menos inocencia.  Se abrieron levemente casi sobre los de Tora y dejó salir un pequeño suspiro. Se mordió los labios suavemente y elevó un poco su cuerpo, rozando con su nariz la mandíbula marcada de su pelinegro. Inhaló el perfume que éste llevaba, se le hacía terriblemente masculino, le gustaba. Sacó su lengua y tomó el piercing que éste tenía en la oreja izquierda, lo atrapó con los dientes y tiró suavemente de él. Sintió el suspiro que Tora le regaló. Sonrió y susurró aún con la pieza entre los dientes.

 

 

—Me doy cuenta por qué del nombre…

 

 

Tora rió suavemente y con una de sus manos elevó la camisa de éste para colarla dentro de ella. Sintió la caliente y suave piel por donde acariciaba, paseó sus dedos por esa pequeña, y de seguro, blanca espalda. La música cambió a una más sexi, sonrió ante ello. Bajó su mano, acariciando todo a su paso, palpó y acarició la curvatura del inicio de su trasero. Se le antojó extremadamente sensual esa curva, además de que parecía ser su debilidad ya que al rozar allí, sintió un leve y casi imperceptible gemido por sobre su oído. Las manos que jugaban sobre sus cabellos se apretaron contra su nuca, el cuerpo de su acompañante se apegó más al de él. El pelinegro, con la mano libre bajó hasta tocar sus tersos muslos, los acarició y apretó con fuerza para luego volver acariciar el mismo lugar.

 

 

El castaño sacó la lengua y lentamente la paseó por debajo de la oreja de su pelinegro, lamió con suma lentitud, subiendo y bajando tan lento, al mismo ritmo de las apretadas y caricias sobre su muslo. Tora despegó un poco su mano de la curvatura de la espalda de su acompañante y con apenas un imperceptible toque, le acarició el comienzo de sus nalgas. Éste, al sentir aquello apretó los cabellos entre sus dedos y mordió el cuello que sus labios y lengua tocaban.  El alto ladeó la cabeza y pasó la lengua por el hombro descubierto de éste y mordió suavemente.

 

 

Devolviéndole la mordida.

 

I'm taking my place 
By your side 
I'm not leaving 
Until I'm satisfied 

 

 

El más bajo le separó de sí y pasó sus labios por la mandíbula del pelinegro, sacó su lengua y le rozó apenas.

 

 

—I’m comming for you… —susurró y cantó levemente la letra que se escuchaba en ese momento en el antro. Imposible de no excitar a alguien.  Mordió su mandíbula y movió su cadera para que ambas chocaran. Rió visiblemente y se alejó de él. Caminaba hacia atrás, esquivando increíblemente a todos en la pista, como si supiera dónde estaba cada uno, a pesar de estar de espaldas, a pesar de que casi nada se veía exceptuando las luces del lugar.

 

 

Tora ladeó un poco la cabeza para luego fruncir levemente el ceño pero sonrió, sonrió cuando le vio sonreír y llamarle  con el dedo mientras se alejaba.  Caminó esquivándolos a todos, recorriendo el mismo camino que su acompañante había hecho. La pista parecía interminable o así le parecía, pero estaba seguro que era por el castaño. Giraba hacia la izquierda de vez en cuando, otras hacia la derecha, todas sin dejar de mirarlo, sin dejar de caminar de espaldas hacia la gente.  Tora estiró el brazo y le tomó la cintura para atraerle pero éste se soltó en simple y rápido movimiento mientras negaba lentamente con la cabeza sin borrar su sonrisa.

 

 

La canción terminó y escuchó su risa por sobre todos. En ese momento le perdió de vista, ya no le tenía frente a sí, ya no se encontraba a la vista. Miró a su alrededor, ya estaba fuera de la pista pero su anterior acompañante ya no estaba allí. Una angustia y leve decepción de adueñó de su ser al no tenerlo más. Se acercó a la barra frunciendo el seño, miró allí donde se suponía que podía estar, atendiendo gente quizás. Pero no estaba allí. Tomó un aso que se encontraba allí y le dio un trago largo para luego casi tirarlo sobre la barra. No podía haberse ido.

 

 

There's only one way to soothe my soul 
There's only one way 
Only one way 

 

No podía.

 

No sabía su nombre.

 

No sabía nada de él.

 

Por sobre todo, no le había besado, no había sentido esos labios completamente sobre los suyos.

 

Debía de probarlo, una vez.

 

 

Por alguna extraña razón, la misma canción que habían estado bailando sonó nuevamente ¿Por qué?  Miró hacia la gente de la pista, él no estaba allí, pero sintió la mirada de una persona por sobre su izquierda, miró. Allí estaba, contra la puerta de entrada, sonriéndole, sus ojos brillando de puro gozo. Vio cómo reía y le daba la espalda para luego salir.

 

 

No, no escaparía, no de nuevo.

 

I'm coming for you 
My body's hungry 
I'm coming for you 
Like a junkie 

 

Le siguió, casi empujaba a la gente que se atravesaba frente a él. Nada le impediría perderlo de nuevo. Salió y sintió el frío de la noche golpearle. Miró a sus costados, nada. Gruñó mientras sentía el frío y la música imponente del antro a sus espaldas. Caminó hacia la derecha un poco por si lo podría ver pero no fue así, solo encontró más gente disfrutando la noche con sus parejas, quizás de toda la vida, de días, de semanas o de tan solo, unas horas. Les envidió.

 

 

—I’m comming for you…— susurró una persona a su espalda y sintió cómo jalaban de su brazo para luego ser golpeado contra la pared, sintió ese frío muro golpearle la espalda pero no le importó al ver a la persona que le había hecho aquello. —Soy Ruki…- susurró sobre sus labios.

 

 

 

Sintió esos carnosos y suaves labios sobre los suyos.

 

Ambos se mordieron, ambos se besaron.

 

Ambos sacaron la lengua para seguir jugando, una vez más.

 

 

I can't stop 
The desire in me 
I'm not waiting 
Patiently 

 

—Cuando lleguemos a casa… me las cobraré, todas…—habló con un gruñido sobre sus labios y volvió a morder esos rojos y oscuros labios.

 

 

Su risa rompió el silencio y húmedo momento.

 

 

Se vale jugar… de vez en cuando.

 

 

There's only one way 
Only one way 
There's only one way to soothe my soul 
Only one way to soothe my soul 
Only one way 

Notas finales:

Me disculpo si se me pasó algún error ortográfico -se inclina- 

 

Esper oque les haya gustado ;; </3 Oh, y atí Ruu-chan -miedo- Soy un fracaso con éstos temas :'D -por eso no está en un rol, lel-

 

Por cierto... VI A GAZÉ, déjenme decirles que Aoi es hermoso -estuvo a un metro de él- Ese hijo de su madre destila sensualidad. -se quedó con la valla marcada en el cuerpo- Lamento hablar de ésto si alguna de mis lectoras no los vio, me disculpo sinceramente pero me es imposible no hablar de ello SDJSADHADASD. YA

 

Es todo, algún review :c los recibo aún si quieren tirarme popó de rana (?) Adios, preciosuras y nos vemos por ahí. 

 

Yuka.


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