Noche oscura en alta mar, noche serena parecía estar
pero sobre el Sunny parecía medio día por las luces y algarabía,
una fiesta sin duda era lo que hacían,
el tema muy fácil, de brujas y espantos, de alimañas y fantasmas.
Todos vestidos hasta el Barco adornaron,
con múltiples cortinas que de fantasmas harían.
De elegante negro Robín presumía, maquillaje oscuro igual lo hacía,
como de llamativo naranja la brujita Nami lo hacía.
Chopper por su parte de calabaza lucía,
con terrorífica sonrisa que de verla daba risa.
Ussop muy dispuesto de momia se paseaba
impresionando a Luffy que de monstruo el hambre delataba.
Un apuesto vampiro que sin duda cocinaba,
una rica cena que a todos agradara,
mientras en la proa un lobo verde perezoso se estiraba.
En un rincón un falso gato andaba
pues sus huesos delataban que de gato no tenía nada
pero sus sonidos armónicos resonaban.
Un extraño monstruo de metal caminaba
y en melodiosa música su andar rechinaba,
un pequeño niño de samurái vestido
igualaba a su padre hasta en gesto y porte atrevido
y en un rincón escondido mudo de impresión,
un médico ojeroso miraba y callaba
impresionado de sus actos mas que nada.
—¡Dulce o travesura!
El monstruo gritaba y era precedido
por la momia y calabaza.
— ¡Dulce o travesura!
El gato cantaba acompañado
del monstruo que de armonía lo llenaba.
Música y gritos, juegos y diversión,
comida en abundancia y golosinas a montón
todos disfrutaban al igual que cantaban
buscando quién deliberara el mejor traje de la velada.
— Los mejores sin duda Robin-chan y Nami-san,
que ante ellas nuestros trapos son mierda sin igual.
— Mejor elijamos a otro que el cocinero idiota está,
sea de buen gusto y que sea muy imparcial.
Así habló el lobo Zoro para tomar la decisión,
así todos miraron al doctor que lejano estaba de la diversión.
Apático les miraba, confundido también,
pues no sabía lo que querían para sorpresa de él.
— Sea lo que sea no me voy a meter,
no sé de lo que trata este absurdo proceder.
Así habló el galeno, así se los hizo saber,
pero él no contaba que de todos modos lo iba a hacer.
Fastidiado y abrumado no fue capaz de soportar,
las palabras de todos que le rogaban sin parar.
— Terminemos ya con esto, dejen de tontear,
no es gran cosa lo que hay que calificar.
Indolente les mira sin afán de proceder
que a él no le interesa lo infantiles que pueden ser.
Sin embargo, algo descubre y sonríe sin querer
ha espantado a más de uno por su mueca extraña de interés.
— Si quieren un ganador éste es y ya me voy,
no me llamen para esto que no estoy de humor.
Se aleja sin reparo, al vampiro dio el galardón,
aunque todos decepcionados, felicitan al ganador.
La fiesta sigue, festejando sin distracción
y ahora todos escuchan con mucha atención,
pues las historias que se cuentean
ya no son de acción,
Robin ha empezado a contar de terror.
— En las oscuras noches, como ésta puede ser,
se escucha un lamento que cruza el viento sin razón.
Ruidos extraños, lamentos sin control,
por tu alma ha venido y terminas muerto sin razón.
Viene de muy lejos más allá de los infiernos,
una promesa aterradora escuchas bajo la cama
y visiones oscuras aparecen por tu ventana,
la helada mano toca tu cara un frío suspiro toca tu espalda.
No puedes moverte, pedir ayuda no puedes,
sólo dejas que pase y que te cercene libremente;
tu piel poco a poco desprenderse de ti la sientes
y luego pasa a tu carne que roja y caliente lentamente te abandona.
Gritar no puedes, pedir ayuda no puedes,
tu garganta suavemente un cuchillo la decora
y la sangre caliente resbala silenciosa
y tu alma atormentada llega a un lugar,
en donde eterna penuria y castigo sufrirá.
— Eso suena interesante, me gustaría saber
si hay en el mundo alguien con ese poder.
Como siempre incrédulo el lobo se mofa de la historia,
no hay en el mundo que de sorpresa le coja.
— No lo digas ni de broma, no tientes la posibilidad,
deja de contar eso que Luffy lo buscará.
La momia y calabaza se abrazan aterradas
invocando mil conjuros que a espantos alejaran.
— Es sólo una historia, mejor dejen de comer,
que los dulces en exceso pesadillas les harán tener.
Advierte divertido el cocinero sin tratar de infundir terror,
pero su sonrisa demuestra que era su intención.
— No cuentes eso que ya me dio horror,
eso suena retorcido aun si es ficción.
— Sabemos que no es cierto, Nami no tengas terror,
yo sólo quería animar la reunión.
— ¡Eso no anima a nadie, eso es puro terror!
Al unísono los tres gritan temblando de pavor.
Así todos se retiran después de una gran reunión,
la fiesta ya termina que al fin ya se festejó;
todos a dormir se fueron a igual las luces se van,
dejando al cocinero en su guardia singular
pues ahora es su reto dejar todo como espejo.
El barco en la noche navega y la bruma poco a poco espesa,
un viento frío sopla, pero suave con parsimonia
y la niebla igual lo invade brumosa y juguetona.
Las sombras de la noche reclaman su reinado
esperando que su víctima indeciso sea su paso,
ya ni la luna adorna ya ni las estrella refulgen luminosas,
ahora es todo penumbra la que el Thousand Sunny anuncia;
recordando aquel nefasto Thriller Bark que antaño dejaran atrás.
El apuesto vampiro limpiando la proa,
sobre la mesa hay platos tan sucios que ya no tienen barbacoa
y también vasos que ya no contienen la bebida alcohólica.
Los restos de los dulces los demás se han llevado
y él fue el único que no probó bocado.
Junta un plato, junta otro vaso
desde la cocina siente que alguien le sigue el paso,
que aunque todos duermen hay alguien a quién siente,
de presencia peligrosa él así lo siente.
Mira a su espalda nada hay detrás,
mira hacia adelante que nada sigue su avance,
su presentimiento dicta que algo extraño ronda,
prende su cigarro que ahí no hay nadie que le pueda asustar,
lo mejor será descansar que dentro de poco de día será
y con calma al acuario se dirige sin pensar.
La habitación fría lo recibe, sus sombras rodeándolo están,
aprisa prende las luces que no sabe quién está,
pero son solo los peces y sus sombras nada más.
Ahora las luces se funden dejándolo en oscuridad,
su instinto le dice que en peligro él está,
alguien más le acompaña y no sabe en dónde está.
La adrenalina deshonrosa sube su presión
su instinto de miedo le golpea su pundonor,
pues él ya no es un niño que de miedos deba creer,
que él ya es un hombre dispuesto a proteger.
El escalofrío sacude su cuerpo, hay alguien más ahí,
mira entre las sombras y nadie está ahí.
— Seas quién seas muéstrate ante mí,
que tienes toda la noche esperando algo de mí.
Así lo pide Sanji pero nadie contestó,
su instinto no revela la presencia de alguna de persona,
y nervioso traga saliva y se decide a salir,
pues las cuatro paredes lo asfixiarán si se queda ahí
y no conforme con eso, escucha rumores inciertos,
mira cosas que se mueven y un suspiro le detiene,
pero sólo es la bruma que en la puerta le recibe.
— Esto es una mierda no tiene sentido,
esa historia no es cierta, no creo en ella.
Pero sabe que en la bruma algo le espera,
y quiere que amanezca para alejar la idea.
¿Qué es lo que esconde la bruma?
¿Qué es lo que quiere de él?
¿Por qué presiente que algo viene por él?
El escalofrío nervioso por fin lo molesta,
que esas patrañas él no demuestra,
Está asustado y es vergonzoso,
pues él no cree en espectros y mucho menos les teme,
pero sigue caminando hasta que en el árbol acomoda.
Mira la bruma pero nadie está ahí.
¿Quién demonios lo sigue?
¿Quién demonios está ahí?
Se gira a su derecha tratando de mirar
pero nada ve que le pueda atacar.
El gélido viento sopla a su espalda,
que una mano desde su espalda ha tocado su cara,
la sangre se congela y no se puede mover,
su garganta cerrada se niega a responder,
sin embargo un suave grito muy impropio de él
ha salido sin reparo sin dejar de estremecer.
Inmóvil se mantiene pues la impresión es fuerte,
la helada mano tiene su frente
y el frío suspiro en su espalda lo siente.
— ¿Sorprendido y asustado? ¿Quién lo pudiera creer?
¿Es que tienes miedo o es que así respondes cuando tocan tu cuerpo?
Agitado Sanji trata de patear
a quién tan impertinente le quiso asustar
mas sus intentos no fueron más allá
que un leve forcejeo que lo arrimó aún más.
— ¡Maníaco miserable! ¿Qué haces aquí?
¿Acaso eras el loco que andaba tras de mí?
Ignorando el comentario, indiferente le contesta,
pasando la fría mano por su anatomía perfecta.
— No soy el único lo sabes bien,
sé lo que escondes, sé que ocultar intentas,
que eres un travieso que con sus compañeros juega.
¿Quién marcó de todos, dime quién fue,
quién marcó tu cuello, quién marcó tu blanca piel?
Sanji muy nervioso, sorprendido a no poder,
el sonrojo ha cubierto esa misma piel,
que el cardenal fue descubierto, el que trató de esconder,
y su raptor artero se lo hizo saber.
— ¿Por qué tan solo? ¿A quién esperas en la bruma?,
¿Por qué tu pálido rostro se tiñe de lujuria?
— ¡Idiota que no es eso! No digas tonterías,
esto no es tu problema, déjame en paz y no me toques más.
Déjate de sandeces y vete a otro lugar.
— No seas quisquilloso, no seas envidioso
que si a ellos les permites, ¿a mí que me lo impide?
Sólo tengo unas dudas y tú me alumbrarás
pues mucha ya es mi curiosidad.
Aspiró su raro aroma mientras dibujaba su vientre,
mientras que a su lengua la paseaba en su piel de nieve.
— Dime y dime a qué atenerme
¿Son todos a la vez o tienes turnos a escoger?
¿Dime quién es tu dueño, quién saborea tu piel?
¿Es el lobo peligroso, o tal vez sea el monstruo desastroso?
¿Dime si la atolondrada momia es quien te vuelve loco?
¿O comunitario eres que hasta del huesudo gato eres?
¿Dime de quién eres, dime de cuantos eres?
Sanji inmóvil se ha quedado
que el miserable lo tiene acorralado.
¿Cómo piensa eso, quién demonios se cree?
¿Por qué piensa que su cuerpo un lupanar puede ser?
— ¿Pero qué mierdas haces, que mierda es lo que piensas?
No me toques y lárgate que en cualquier instante alguien llega.
No digas esa mierda, no lo digas más que alguien te puede escuchar.
— Tu pecho se ha agitado, ¿ya te has excitado?
Sólo quiero seguir el sendero de tu cuerpo,
figura hecha y ofrecida para el placer supremo,
quiero quemar tus labios con mis labios,
despertar en ti los goces que me tienen intrigado;
que ahora eres objeto de mis oscuros deseos,
de mi piel fría que ahora hierve,
de mis pensamientos oscuros mi víctima eres.
Tu suave anatomía de perfección masculina,
tu enervada piel que soberbia brilla,
de esa que se prende cuando deseo tienes,
esa que ofreces por motivos diferentes;
permite que yo tome un poco
que al fin sólo es un poco.
Esta bruma nos esconde, la bruma buena es,
lo que quiero tú lo tienes aunque de otro ya lo es.
Sólo quiero un momento un momento de tu ser,
no pido mucho sólo un poco de tu piel.
¡¿Qué palabras eran esas?! ¿Qué reacción era esa?
Sanji acalorado perdía su recato,
perdiendo ante las mieles de la boca lujuriosa
recordando los momentos con la otra persona.
Su lengua acariciaba y artera destilaba,
no sólo los placeres que la humedad reclamaba,
sino también las notas que a los oídos hechizaban.
Las manos piadosas con suavidad le decoraba,
su boca animosa sin temor lo animaban
a seguir ese juego que sin duda le agradaba.
Su cuerpo sometido extraño esperaba,
que la dulce caricia no terminara
y así la mano viajera su pecho desnudó
no sin antes que sus labios su espalda disfrutó.
La espesa bruma a los dos cobijaba,
mas ya no era frío lo que éste exudaba,
abrazado a su espalda, Law lo deleitaba
perdido en la llanura que caliente se apreciaba,
al igual los turgentes montes de Sanji acariciaba,
sin dejar de lado el obelisco que erguido se anunciaba.
— No lo hagas y vete ya, no quiero hacer alguna barbaridad
alguien me espera, alguien me ama
y por esta travesura saldrá lastimada.
— ¿No es lo mismo esa mano a ésta? No dañaré nada que no quieras
sólo un poco para mis antojos, sólo un poco que es poco.
Infantil juego inocente de eso se trata,
mañana ya no sabrás de mí nada.
La vibración de su cuerpo la caricia seguía
demostrando que el hecho le complacía
no negaba que le atraía, más por la sorpresa, más por desconocida.
La lengua jugosa el camino construía
atrapando sus jadeos que no se perdían
sosegando al hilo de suspiros suspendidos.
El apuesto vampiro de vampiro ya no queda
pues sus ropas han quedado fuera,
en un movimiento que no entendía sólo un "Room" distinguía
y en otro susurro "Scan" le decía.
La desnudez los cobijaba como esa espesa bruma
la anatomía en su espalda, tan tierna y desconocida
calidez extrema, sensación cualquiera
que no todos los días tenía entrega,
diferente y parecida pero no cubría
lo que para él era la norma establecida.
Perdió ante un doctor, perdió su razón
y sin embargo encontró de la piel una nueva sensación;
no era la misma, no desconocida porque era la caricia que el amor inducía
del que se place al tocar lo anhelado, el que busca lo soñado.
aferrado a la mano que cuidadosa masturbaba
entregado a la codicia de la boca masculina,
suaves y risueñas caricias masculinas.
Su sangre alborotada, su blanca piel coloreaba
el calor de ambos a los dos mojaba, transpirando la lujuria
una curiosa, la otra deseosa que ya a los dos no les importa.
En el aire ocultó su mirada, en la bruma ya no la escondió
en las apariencias formales ocultaba su deseo
y una vez mostrados ya no pudo parar
porque era deber en su vida probar
de sus labios el sabor de la sensualidad.
Tan cercano y prohibido, tan erótico y deseable
en sus brazos ya tiene la razón de su calor
de su ardiente deseo, de su gran anhelo
que ahora ya sabe el sabor de su deseo
inalcanzable y sereno y a la vez inquieto
sonrosado de placeres, jadeante de placeres.
Caricia ardiente caricia suave,
sus labios la barrera ya sortearon
acariciando sus dedos acariciando su lengua
que ya lo tiene a punto de entrega
enterrando sus dedos en su piel sudorosa,
esa piel ardiente y temblorosa,
piel indecisa piel deseosa
que aún miedo tiene de lo que su espalda baja siente
pero ya atrapado estaba en la codicia de la boca,
indeciso y temeroso susurró su miedo
que no estaba seguro de querer eso.
Pero la enérgica caricia ya sabía la intención
el galeno de la muerte no tenía esa intención
no quería manchar la voluntad primera que le confesó
no quería dañar su pulcra vanidad y honor.
La vibración deliciosa de su cuerpo nervioso,
la humedad ha llegado
al lugar para él prohibido hasta entonces
el vampiro impresionado y cobarde se mostró
inseguro reclamo salió sin decisión
mostrando que no quería llegar a esa situación.
Sabía lo que hacía, sabía lo que pretendía,
desde un principio ya lo sabía, sólo quería de él,
sólo un poco de su piel,
no quería más de lo que le era prohibido obtener,
que de otro era lo que quería de él.
Después de todo, la alianza es la palabra dada
la palabra de un hombre es la vida empeñada
y no quiere que nadie detenga su camino
no quiere problemas por asuntos prohibidos.
— No te preocupes, no lo pienses más, no pienso entrar
que hay otras maneras de tratar. Puedo tomarte,
sin embargo, de otro modo será, y así pulcro te mantendrás
No quiero dañarte, pero tendrás que tocar.
Lleva su mano a su fallo masajear,
pasándola entre sus piernas
para aprovechar.
Su mano pudorosa ya lo toca,
primero con reticencia
luego con curiosa seguridad,
después la retira que asustado ya está.
— Es suficiente, terminemos este juego
ya no puedo más.
Pero Law lo detiene, Law lo quiere
que nunca más oportunidad tendrá
Con presteza única separa las piernas,
Sanji sorprendido abrumado se siente,
pero otra sorpresa lo sorprende
que atrapado el miembro en sus piernas está
duro y caliente húmedo lo siente
mientras el suyo sujeto a la mano está.
— Vamos, que hay muchas maneras
deja mi fantasía, deja un momento la ilusión caminar
que si por mi fuera lo colocaría en otro lugar.
Y el movimiento de su cadera comienza,
unidos están aunque de manera indirecta
aferrado a su espalda, dibuja su pecho
impulsando entre las poderosas piernas
su gran deseo,
que es un buen lugar, muy bueno para reemplazar;
cálidas, ardientes y suaves están.
El rubio por su parte siente la pieza deslizar
entre sus muslos siente la humedad
la suave piel que se recorre al frotar y
lo que hay en su trasero que no puede pasar.
Brumosa la noche, brumosa la vista
que Law ya siente la dicha.
Sólo una noche sólo una bruma, sólo una fiesta
que en un principio calificó de absurda,
y que desde entonces ya no olvidaría
asistiendo a todas a las que los Mugiwaras
participaran.
Explotó su dicha, disparada salió
manchando al rubio que también explotó
Sólo un momento, un momento bastó
para que de su cuerpo sólo quedara el olor.
Ya pasado el furor el calor se retiró y
nuevamente la fría bruma los cobijó.
Sin decir nada se levantó
contemplando al desnudo vampiro en el césped
continuaba mudo, bañado en sonrojo
destilando la esencia de la travesura hecha.
— Esto fue bueno, ahora te deseo más
si un día tú lo quieres nuevamente podemos probar,
y si así tú lo quieres, podemos ir un poco más allá
Si algún día dispuesto estás,
deja todo y a mi lado ven a estar
que siempre tendrás un lugar muy especial.
Y nuevamente Sanji solo está
en la bruma que esconde el día por despertar
y nuevamente se pone su disfraz
aún recordando la extraña actividad.
— Eso no fue nada, no significó nada
Pero la caricia fantasmal aún recorre el recuerdo
al igual que los besos y el oscuro deseo,
que ese galeno logró torcer todo
y ahora su cuerpo sólo quiere una cosa.
Aprisa se levanta que ya tiene ruta trazada
corre por la cubierta hasta las escaleras llegar,
sube a prisa para pronto llegar
Pero Zoro al paso sale impidiendo su andar.
— ¿Qué es lo que pasa? ¿Qué es lo que Law y tú traman?
Sanji vergonzoso esconde su rostro
cuenta se da, que Zoro enterado ya está;
que tal vez en la bruma los vio y que sin duda
también escuchó.
— No tengo palabras, no me puedo disculpar
pero si algo te pido es que me dejes en paz.
Tengo problemas no quiero empeorar,
si en algo te ofendo sólo déjame pasar.
— Piensa bien pervertido, mira a quién amar
que si de corazones hablamos, alguien lo merece más.
— Esto no es lo que parece, no me vengas a sermonear
que ahora sólo quiero algo comprobar.
Sabes que no quiero dañar a nadie más.
Sin responder siquiera Zoro se hace a un lado,
Sanji cabizbajo pasa a su lado
apenas lo ha sorteado y corre apresurado,
a la puerta de las chicas toca desesperado.
Molesta sale Nami dispuesta a golpearlo
pero el rubio la besa con vehemencia y desesperación
y pronto se la lleva a un lejano lugar.
Zoro los mira y decide deambular
que aún es temprano para el desayuno tomar,
y a pocos pasos descubre que Law
mirando el océano está.
— No me digas nada que ya lo descubrí
no es con ustedes con quién juega él así.
Zoro no dice nada, Zoro mantiene distancia.
— ¿Te ha pasado lo mismo? ¿A mí me pasará igual?,
— Ella lo es todo para él, sólo no empeores lo que
él se esfuerza en proteger.
Ella le ama al igual que él.
— ¿Acaso es que trataste lo mismo con él?
¿Probaste de Kuroashi más de lo que hoy probé?
Es por eso que no quería repetir el pasado a través de mí.
Le muestra su sonrisa, sin afán de ofender.
Es la sonrisa de quién ya sabe lo que tiene que hacer.
— Eso no te importa y sólo déjalo en paz,
que si Nami se entera a todos nos matará.
Lo que tomaste de él será lo único que obtendrás
no permitiré que lo dañes aún más.
— Entonces aún sientes algo por él,
de eso no hay dudas que puedas esconder.
— Es por eso mismo que lo protegeré
de cualquier daño que le puedas hacer.
— Eres afortunado, obtuviste más de él.
En ese caso sólo algo podemos hacer,
miremos nuestras manos que lo tocaron a él,
guardemos nuestros labios que saborearon su piel
y escuchemos los sonidos propios de su placer.
En honor a su recuerdo tomemos un poco de licor
que ahora somos hermanos del mismo dolor.
Dulce o travesura, ella sólo dejó la travesura
ella tiene lo dulce y nosotros la travesura.
— Dulce y travesura, así suena mejor,
mi dulce travesura la más dulce de todas hasta hoy
que el dulce siempre acompaña a la travesura con amor.
Sonrió Zoro calmado, demostrando su alegría
recordando lo dulce que habían sido las caricias ese día,
recordando lo traviesas que habían sido las caricias.
Dulce travesura sin duda le queda mejor,
lo dulce que probaron
y en la travesura sabe mejor.