Capítulo 1: Helado corazón
¿Dónde había estado todo este tiempo? La respuesta era muy obvia, había estado sumergido en este lugar llamado planeta y apellidado tierra; mi corazón, podía sentir cada asqueroso latido que provocaba el bombeo de la sangre por mis venas dejándome vivir y ahogarme de vida.
Mi nombre, no es que tenga mucha importancia pero no quiero decirlo, porque no me interesa en lo más mínimo estar contado cosas estúpidas como aquel nombre impronunciable por cierta persona que me estresaba solo podía decirme Eus, un motivo más por que cual odio a los mocosos que apenas pueden pronunciar bien alguna que otra palabra.
Estaba asqueado de los latidos de mi corazón debía ser apuñalado y lo sabía, él lo sabía, pero también se burlaba, el mundo se burlaba de que yo no pudiera hacerlo; no lo hacía por miedo, no porque alguien me lo impidiera, simplemente no podía después de todo era el hombre de hojalata.
Un extraño sonar que solo el viento poseía, evocando la vida de los arboles a mi alrededor; el dia era asquerosamente soleado, ya mas de las 4:15 de la tarde eran. Definitivamente estos lugares tranquilos no eran lo mío, así que fije mi curso hacia las calles, necesitaba ir a la tienda y comprar algo.
Por allí ya me conocían yo era una persona como cualquier otra en cuerpo y alma supongo, lo único que me distinguía era mi nada común rostro junto a mi actitud, una actitud tan frívola y algo bizarra, tal vez era el único sin realmente una verdadera alma.
Algo que comúnmente no hacia era regresar temprano a casa, ir y escuchar al viejo preguntarme cosas que no me interesaban eso me molestaba, sin embargo esta vez llegue temprano a lo que se suponía era mi casa, y allí estaba el nuevamente; sentado como era costumbre en el mismo sofá de hace ya casi dos décadas, en su mano izquierda cargaba su pipa y como era de esperarse supo inmediatamente que yo habia llegado.
-Es extraño que llegues temprano Kid-
-Sí, solo déjame en paz –Estaba ya subiendo las escaleras cuando su voz simplemente la escuche sin hacerle casi alguno.
-Solo quiero que seas feliz – Puras tonterías, yo era feliz ¿o acaso no lo parecía?, quería ver cuando iniciara una nueva era, con aquello me refería a que algo sucediera, algo que cambiara por completo la perspectiva del mundo o la forma en la que vivimos. Ver el apocalipsis o el extinguir del sol sería sumamente hermoso, pero faltaban miles de años para lo segundo y no lo vería, en cabio el apocalipsis estaba algo lejano, decían que ocurrirá en el 2000 o en el 2012 pero no, todo tenía que seguir igual.
Nada más el entrar a mi habitación cerré la puerta con seguro y me arroje a la cama, necesitaba despejarme, estaba algo arto de todo, mire mi guitarra era una Jackson JS32-8Q Dinky TR de ocho cuerdas y un hermoso acabado rojo; sin pensarlo la tome y me senté en un rincón de mi habitación, tocaría un poco, me relajaría bastante, después de todo la vida en si es un asco.
Los sonidos comenzaron a inundar mi habitación desbordándose por las ventanas, colándose por la puerta, música pesada, heavy metal emanaba del rasgar de mis dedos en aquel instrumento; en cuanto mis dedos comenzaron a cansarse había pasado casi una hora, me hubiera gustado seguir pero ya estaba cansado entonces me levante del suelo algo entumecido y al dejar mi guitarra justo en esa esquina donde había estado mire por la ventana, inmediatamente note algo fuera de lo usual, una mudanza estaba allí justo frente a mi casa a solo dos casas terminado la cuadra, alguien se había mudado a aquella construcción que siempre había permanecido en el rincón del olvido.
Más gente en la ciudad, ya le daría la bienvenida a quien sea que hubiera llegado; me recosté en mi cama dejándome caer; en cuanto cerré mis ojos por un mínimo instante todo cobro sentido o tal vez no, me había quedado profundamente dormido.
Verde bosque infinito y justo al frente un enorme prado donde las milpas de maíz se extendían a lo largo creando varios caminos por los cuales uno podría seguir, sin embargo no podía moverme simplemente estaba allí estático con la cabeza ligeramente hacia arriba mirando más el cielo que mi alrededor, sencillamente ese era yo el hombre de hojalata que allí siempre estaba observando como los demás individuos que parecían tomaban caminos, caminos diferentes y no podía comprender porque no podía pararme de aquel lugar y elegir siquiera al azar un camino, tal vez debía saber con seguridad que camino debía tomar; deteniéndome a pensar justo a unos metros más de distancia de donde yo me encontraba uno de mis brazos se estiraba señalando un enorme acantilado uno oscuro, sentía que debía ir hacia él y saber cuándo mi cuerpo tocaría tierra.
Al pensar aquello pude pararme y con mucha dificultad camine hacia ese precipicio, a cada lento paso que daba le veía más cercas, en cuanto estuve solo a unos pasos note cuan oscuro estaba allí que el fondo parecía no existir, tal vez no existía y eso me agradaba, caer en un vacío infinito sin tener que preocuparte absolutamente de nada ni siquiera de chocar contra algo, sintiéndote ligero al caer por siempre, durmiendo todo lo que pudiera recordando el sonar de mi guitarra.
Después de vivir por 23 años y esperar encontrar algo que me dijera él porque estaba aquí aparte de la música algo que realmente quisiera con toda mi bizarra alma; pero no tenía nada porque estar aquí, mas podía ocupar el resto de mi vida para vivir tal y como se me diera la gana sin importarme nada ni nadie; simplemente era Eustass Kid el humano más frio que alguna vez alguien pudiera conocer, de mirada penetrante y una sonrisa peculiar. Solo vivía por mí y para mí, nada más importaba, yo era mejor que todos los demás, a pesar de no saber que camino debía tomar yo sabia que siempre seria mejor que los demás, podría tener una vida corta y aun que no fuera mia pasaría por sobre los todos para demostrar que era el mejor y que posiblemente era tan siquiera un poco humano.
To Be Continued…