Escuche como la puerta de mi habitación era tocada insistentemente, abrí un ojos, un somnoliento, e hice pasar a la persona que hacía tal escándalo.
Papá…--susurro un pequeño igual de rubio que yo, y con sus ojos azules a medio abrir--¿P-Puedo dormir contigo?
Asahi, ya estas bastante grande ¿No crees?—sonreí mientras me sentaba en la cama y lo miraba seriamente.
Pe-Pero es que papá, hay muchos truenos y…--No alcanzó a terminar su oración cuando un gran trueno azotó la habitación, provocando en el pequeño un gran susto, seguido de un grito.
Tal parece que no hay otra solución—sonreí mientras corría las sabanas y le indique que viniera a acostarse. Su cara pareció iluminarse notoriamente, y me obedeció enseguida.
Apenas se acostó en la cama, me abrazo y se acurruco en mi pecho.
Gracias…--me dijo mientras se aferraba más a mí.
No te preocupes…--le sonreí mientras le revolví el cabello. Otro trueno hizo acto de presencia, y provoco que el chico cerrara fuertemente los ojos—Tranquilo, no te va a pasar nada, no mientras yo esté aquí.
Lo acurruque mas a mí, y cerré los ojos para conciliar el sueño.
Asahi, tiene seis años, pronto cumplirá los siete. Soy su única familia. Tiene el cabello rubio y los ojos azules al igual que yo. Es una mini copia idéntica a mí, si hasta incluso tiene las mismas marcas que yo tengo en las mejillas.
Su padre es un maldito, que nos abandono apenas se entero que yo estaba embarazado. Nos dejo.
‘’No es mi responsabilidad que tú no te cuides’’
Fueron sus palabras tan hirientes, sobre todo en ese momento que yo necesitaba su apoyo. Mi familia murió a la semana de enterarme que estaba embarazado, en un accidente automovilístico.
Nunca me gusta hablar de él, pero sé que es mi deber contárselo a mi hijo, el tiene derecho a saber toda la verdad.
Luego cuando, él me abandono, pensé en abortar, en suicidarme, pero no podía. No, porque el niño no tendría la culpa de mi irresponsabilidad, y a pesar de todo era mi hijo. No podría haberme suicidado, soy una persona demasiado apegada a la vida.
Ahora me felicito a mi mismo por no haberlo hecho, ninguna de las dos opciones. Asahi se ha convertido en mi luz, el hace que mi vida este llena de felicidad, de emociones de diferentes tipos. Gracias a él, mi vida dejo de ser monótona. Sin mencionar que es idéntico a mí, gracias a dios no saco nada a su otro padre.
Comencé a abrir los ojos lentamente mientras escuchaba como la lluvia chocaba fuertemente con el techo de la casa. Tantee la cama hasta que di con pequeño bulto pegado a mí. Sonreí y me levante para ducharme.
Entre al baño, y deje que el agua se llevara hasta las últimas ganas de sueño que mi cuerpo presentaba. Cuando salí, me seque y vestí. Asahi aún estaba dormido, así que baje a preparar el desayuno.
Deje la leche calentándose, mientras colocaba el pan en la tostadora. Coloque las cosas en la mesa, y me senté a esperar a que estos estuvieran listos. Cuando la leche hirvió, y la tostadora emitió un sonido indicando que estaba listo, los apagué y me dirigí al segundo piso.
Asahi…--hable mientras corría las cortinas para que entrara algo de luz, aunque el día estuviera nublado, y lluvioso, la pieza se había iluminado.
Mmm—murmuro mientras se giraba.
Asahi, despierta—me senté en la cama y le revolví los cabellos. El pequeño, debido al acto, entre abrió sus ojos, mirando con recelo a aquel que interrumpió su sueño.
Papá…--habló mientras se sentaba en la cama y refregaba constantemente sus ojos.
Recuerda que debemos ir a hacerte esos exámenes—le recordé.
¡Pero…papá! –reclamó un poco indignado— ¡Si ya estoy muy bien!
Ya lo hemos hablado, no quiero que vuelvas a recaer—sentencié —Ahora vamos a desayunar, que no quiero que se enfríe.
Dicho esto comencé a descender las escaleras seguido de muy cerca por el pequeño en pijama.
Pero papá…--seguía protestando, intentado librarse de aquella ‘’tortura’’—Sabes que no me gustan los hospitales, además me van a querer sacar sangre…y no me gustan las agujas.
Suspire, y seguí caminando hacia la cocina, tome el jarro de la leche y lo lleve a la mesa. Le serví a Asahi en un vaso, he hice lo mismo conmigo. Luego me senté y me quede mirándolo seriamente.
Sabes que es por tú bien—le dije con una cara de comprensión.
Papá…--susurro bajito, mientras tomaba asiento y tomaba un poco de leche.
Hijo…--hablé con voz seria—Solo quiero saber qué es lo que tienes, y así evitar otra recaída.
Está bien…--dijo entre dientes. Hace unos días Asahi comenzó con unos síntomas muy extraños. Primero le costaba para respirar, de vez en cuando tenía unas puntadas en el pecho, y le comenzó a dar fiebre alta por las noches. Llame a un doctor, y él me receto que le hiciera unos cuantos exámenes para estar más seguros.
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Buenos días, soy el doctor Uchiha, pueden llamarme Sasuke—habló un hombre un poco mayor que yo, mientras sonreía amablemente, y nos indicaba que entráramos a la consulta médica.
Buenos días, Naruto Uzumaki, el es mi hijo Asahi Uzumaki—salude, mientras sentía como Asahi presionaba un poco mas fuerte mi mano. El médico era un chico un poco más alto que yo, tenía el pelo color azabache, y ojos igual de negros, piel pálida, y rasgos finos.
H-Hola…--saludo tímido, mientras no soltaba el agarre que tenía sobre mí.
Tomen asiento, por favor—dijo mientras él se sentaba en su silla y nos observaba profundamente—Por lo que me he enterado, según los síntomas que tiene Asahi, lo más seguro es que tenga una bronquitis, pero me gustaría hacerle un chequeo más profundo, y unos cuantos exámenes.
Asentí a lo dicho por el médico, y sentí como el cuerpo del pequeño se tensaba enormemente.
Bueno, Asahi, toma asiento en la camilla por favor—indico amablemente. Ambos se dirigieron a la camilla del lugar, y el mayor ayudo a que Asahi tomara asiento en ella. El Uchiha se posiciono bien el estetoscopio y le hizo una seña al pequeño para que se sacara la polera.
Luego de este acto, comenzó a revisar los pulmones del rubio, siguió mirándole los ojos con una linterna, y luego la garganta.
Bueno, al parecer si es una bronquitis—señalo el peli negro mientras volvía al escritorio y comenzaba a sacar unos implementos, en ellos incluía unos guantes especiales, los cuales se puso de inmediato—Te voy a tomar un examen de sangre, no creo que sea necesario nada más.
Asahi se sentó con nerviosismo a mi lado, yo solo coloque mi mano en su rodilla dándole apoyo.
Tranquilo—sonrió Sasuke al notar el nerviosismo del chico—No te dolerá. Pásame tu brazo
Hmm…--gruño Asahi por lo bajo, y obedeció.
Si te doy un consejo, es mejor que no mires—dijo mientras colocaba un elástico por sobre la articulación del codo. El rubio menor obedeció al instante, y giro su cabeza hacia mi donde pude notar como cerraba sus ojos.
Sasuke soltó una pequeña risa, y comenzó a limpiar la zona de la que extraería sangre.
Coloque mi mano en la cabeza de mi hijo, y le comencé a acariciar el cabello, sentí como tirito un poco cuando la aguja se clavo en su piel.
Listo—hablo el médico mientras cerraba las muestras—Fuiste muy valiente Asahi.
Gracias…--dijo el chico mientras pasaba su antebrazo por sus ojos.
Te aconsejo que tomes mucha agua, aparte de unas pastillas que te voy a dar, y en una semana estarás como nuevo—dijo el doctor dirigiéndose al menor, y luego se dirigió a mi—Le daré una guía con las pastillas cada cuanto debe de tomarlas, y reposo.
Asentí mientras nos dábamos la mano y él se levantaba para abrirnos la puerta. Me levante de la silla muy rápido, y eso no evito que tropezara con las patas de la silla, y comenzara a caer hacia adelante. Pero no llegue a caer al piso, puesto que alguien se interpuso en el camino y me atrapó.
¿Estás bien?—pregunto el médico un poco preocupado mientras me separaba un poco y me quedaba mirando a los ojos. Abrí la boca para responder, pero de esta no salió ningún sonido, me había perdido completamente en esos pozos oscuros que me atraparon sin dejarme salir.
Sentía como su aliento chocaba en mi cara, por la cercanía que estábamos. Mi cara comenzó a enrojecer, y fue ahí cuando me separe de un solo tirón, y agache la mirada.
L-Lo siento…no debí de tropezar—me disculpe mirando el piso.
No te disculpes—me sonrió levantándome la cara con una mano por el mentón. Asentí lentamente y sonreí.
Gracias por todo—sonreí y agarre la mano de Asahi para salir del lugar.
No te preocupes, espero que vuelvan dentro de una semana, me gustaría ver cómo ha progresado Asahi—habló mientras revolvía el cabello del pequeño.
Claro, aquí estaremos—sonreí un poco sonrojado—Adiós.
Adiós—se despidió mientras abría la puerta, por la cual nosotros salimos perdiéndonos entre la multitud.
¿Te dolió mucho?—le pregunte al chico cuando salimos del hospital directo al auto.
Casi nada—dijo mientras sonreía ampliamente—Sasuke fue muy bueno conmigo.
Me alegro—dije mientras le abrí la puerta del auto—Ahora nos vamos a la casa y a reposar.
Papá…--hizo un puchero mientras se metía y yo le abrochaba el cinturón.
Nada de ‘’pero’’—le sonreí—vamos a pasar la tarde juntos.
¿De verdad?—sus ojos parecieron iluminarse
Claro que si—sonreí y entre en el asiento del piloto.