Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Durante el tiempo en que me fui por BlAnWhiDe

[Reviews - 5]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Hola a todo el mundo (?)

 

Si, ya sé. De seguro pensaran ¿y está ya con las explicaciones?

Pues si uwu. Bueno, aclararé que puede que este fic sea en verdad mucho más complicado que el anterior. Entreveraré muchas cosas y esta cosa promete durar un buen rato.

Bien, eso quería decir.

Oh,oh! Se me olvidaba mencionar que no solo serán como especies de extensiones sino también otras cosas. Ya irán viendo, digo leyendo.

Kyou Kara Maou no me pertence.

Notas del capitulo:

 

Y aquí su querida BlAnWhiDe (?) trayéndoles el primer capítulo de Duranté el tiempo en que me fui.

Disfrutenlo.

Kyou Kara Maou no me pertenece.

Malas decisiones

 

-          Papá Yuuri… no llores, por favor, porque… Greta… - y mi pequeña comenzó a llorar una vez más, pero está, acompañando mis sollozos lastimeros.

-          Shibuya, ¿crees que al joven Von Bielefeld le gustaría verte en ese estado? – me preguntó Murata, quien acababa de hacer acto de presencia en el comedor, poco después de que el sonido de mi llanto –y ahora también el de Greta- llenara el lugar.

Paré de llorar, pensando en que me hubiera dicho mi prometido si me viera así…

Probablemente hubiera sido algo como: ¨!Oi! ¡Henachoko, no es correcto en un rey mostrar debilidad! ¡Sería una completa vergüenza si los reinos vecinos, y más si los enemigos se enteraran! ¡Deja ya de llorar, Yuuri!¨

Sonreí ante el pensamiento, Greta se calmó al ver mi gesto y me sonrió, con sus grandes ojos aun vidriosos.

Levanté la vista, limpiando mi rostro con la manga de mi uniforme, viendo así la expresión seria que mi amigo rara vez portaba. A mi mente llegó un hecho importante. Bajé a Greta de mi regazo, me levanté, anunciando que me retiraba, alegando que necesitaba hablar con mi amigo a solas sobre algo importante. Nadie se quejó. Salí del lugar a paso rápido, teniendo a Murata sujeto fuertemente del brazo izquierdo.

 

-          ¿Por qué? – le pregunté secamente, luego de soltarlo.

-          ¿Por qué, qué? – me cuestionó él, con una sonrisilla divertida apareciendo en su rostro.

-          ¡Todo! – casi grité - ¿Por qué me citaste justo aquel día? ¿Por qué en ese preciso lugar? ¿Por qué… la seguridad del castillo, siendo tan eficaz, permitió que aquellas personas ingresaran al palacio? ¿Por qué… por qué Wolfram tuvo que morir antes de que pudiera confesarle qué… qué lo amo…? -  sentí un fuerte dolor en el pecho al preguntar eso último, pero no lloraría de nuevo.

-          Estas muy alterado en estos momentos, Shibuya. Lo mejor es esperar a que te tranquilices. – me dijo calmadamente.

-          ¡Oh, no! – me quejé. – Vas a darme respuestas, y lo harás ahora – demandé.

-          Vaya, vaya… hace mucho que no te veía, Yuuri – se escuchó una voz conocida, con tono divertido. Los ojos de Murata se ocultaron tras el brillo de sus gafas, sonreía; se los acomodó al notar que lo miraba serio.

-          ¡Shinou! – dije. - ¿Dónde estás? – quise saber.

-          Justo aquí – habló él, mi vista se posó en el hombro de mi amigo, ahí estaba el primer rey, en su forma diminuta.

-          ¿Tú puedes darme las respuestas? – pregunté, aunque sonó más a una afirmación.

El rubio le dio un codazo a Murata en el cuello, él extendió el brazo hacia mí, con la mano abierta, mostrando el lado de la palma. Shinou saltó casi al instante a ella, quedando así más cerca de mí.

-          Claro que puedo – afirmó.

-          ¡Entonces hazlo! – exigí.

-          No lo haré – me dijo como si nada. – Mi sabio tiene toda la razón al decir que tu estado actual no es el mejor como para que tu cerebro procese las respuestas como debe ser – explicó, como si nada.

-          ¡No es momento de pensar en como me encuentro emocionalmente! ¡Merezco que me den una explicación! – dije molesto.

-          Shibuya… solo hay una respuesta para todas tus interrogantes y estoy seguro de que no te gustará cuál es. Es por eso que considero que no es nada conveniente decírtela ahora. – Murata sin duda pensaba con la cabeza fría. Suspiré, por alguna razón no dudaba en que tuviera razón.

-          En la tarde me dirás la respuesta – sentencié, sin más, accediendo.

-          Bien – dijeron ambos, satisfechos.

Di la vuelta, encaminándome de regreso al comedor, no me sentía muy animado, nada en realidad. De pronto una necesidad asfixiante de ir a un lugar me embargó.

-          Quiero visitar la tumba de Wolfram – anuncié, apenas ingresé de nuevo al lugar del que había salido hace muy poco. Todos me miraron asombrados, posiblemente por lo sorpresivo e impulsivo de mi declaración pero simplemente tenía que cerciorarme de que la persona que amaba estaba muerta. Porque aunque tenía plena seguridad de que nadie haría una broma de ese tipo, una parte de mi aún se rehusaba rotundamente a creerlo.

-          Su majestad… me temo que no es posible hacer eso… - dijo Günter, con timidez.

-          ¿Por qué? – pregunté al instante.

-          Porque los restos de mi hermano no están en ninguna tumba. – dijo Conrad, haciendo que lo mirara, mientras en mi cara aparecía una marcada expresión de no-comprendo.

-          Wolfram era un mazoku de fuego y además un soldado. Como tal, la tradición marca que su cuerpo debía ser incinerado, formando así, parte del elemento que le correspondía.- explicó Gwendal, con el ceño fruncido de siempre, como si se tratase de algo completamente normal. Bien, en Shin Makoku lo era.

-          … - no dije nada, posiblemente yo debía saber eso, pero no era el momento de pensar en esas cosas. - ¿Y qué hay de las cenizas? – pregunté, esperanzado.

-          En Bielefeld, en una urna que está en posesión de Waltorana – me dijo Conrad.

-          ¿Qué hacen allá? ¿No deberían estar aquí, acaso? – pregunté, siendo posiblemente demasiado rudo y descuidado con el tono que usaba de voz.

-          Sí, pero no pude soportar el hecho de que mi adorado hijo se encontrara en aquel recipiente y se lo entregué a él en cuanto vino demandándolo. – confesó Cheri-sama, se veía acabada y no creo que fuera para menos, recordar algo como eso de seguro debía ser doloroso, en especial para una madre.

-          Yo… lo siento… no debí preguntar – me disculpé, más apenado.

-          No se preocupe, su majestad. – me dijo ella comprensivamente, sin mirarme.

 

Nadie dijo más, el desayuno había terminado hacía rato por lo que todos se fueron retirando con una reverencia leve.

 

===========================/=======================/===========================

 

-          ¿Qué hora es?- pregunté a mi consejero desde la silla del otro lado del escritorio, mientras continuaba firmando y firmando documentos, la mayoría sin gran importancia pero necesitados de mi firma de aprobación.

Oí un gruñido por parte de Gwendal, el regente estaba ocupado en lo suyo y de seguro ya lo tenía más que harto con mis constantes preguntas por la hora a Günter.

-          Son las 3:55 p.m, su majestad – me contestó el pelilila, feliz por la atención que le daba.

-          Gracias – me limité a decirle. Tan solo faltaban 5 minutos para la hora del almuerzo, y luego abordaría a Murata por las… por la respuesta que quería y a la vez no lo hacía. Algo muy en mi interior temía que se tratara de algo como… no, mejor ni hacer especulaciones, solo me daban más nervios.

Continué leyendo y firmando tratando de calmarme, y justo cuando terminaba de leer un informe bastante confuso acerca del tamaño adecuado de las parcelas para el cultivo de fresas gigantes, tocaron la puerta.

-          Adelante – me apresuré a decir.

-          Disculpe, Maou Heika, el almuerzo ya está listo, sírvanse pasar al comedor cuanto antes. – anunció cortésmente Sangría, cerrando la puerta tras recibir mi afirmación.

 

===========================/========================/==========================   

 

Durante el almuerzo casi nadie habló, el ambiente no era pesado en extremo. Yo me limité a comer, mandándole miradas furtivas a Murata de cuando en vez, procurando que nadie se diera cuenta. Greta se mantuvo cerca de mí durante el transcurso del almuerzo.

Cuando al fin se terminó, yo me apresuré a alcanzar a mi amigo antes de que se perdiera de mi vista.

-          Ah, Shibuya, veo que estas ansioso, pero debo preguntarte. ¿Realmente quieres que te diga la respuesta? – tragué saliva.

-          Siendo sincero…, no, no quiero. Pero… necesito saber – expresé. Mirándolo a los ojos.

-          Hah… - suspiró, para luego sonreír. – Bien…, todo esto sucedió porque… tomaste una mala decisión. – dijo.

-          Malas decisiones, de hecho – corrigió Shinou.

-          ¿Cuándo? – inquirí, no sintiéndome muy bien.

-          Eso debes deducirlo por ti mismo – indicó mi amigo, comenzando a alejarse. – Reflexiona un poco sobre tus acciones, Shibuya. Mañana hablaremos. – y sin más, lo perdí de vista cuando dio vuelta en un pasillo.

 

 

Continuará . . .

 

Notas finales:

Como se habran dado cuenta, no todo sera netamente 'explicaciones'.

Espero les haya gustado el comienzo de este nuevo proyecto.

Y aclaro algo, esta vez subiré los capítulos semanalmente. Para poder escribir sin presión, tengo que salir bien en la escuela xD.

Y como deben haber notado, tambien tratare de hacer los capitulos mas extensos.

Me despido y espero les haya gustado.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).