Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Times por Ondubu

[Reviews - 4]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Okay, aquí está el fic que tanto pude haber escrito antes.

Espero que lo disfruten, está hecho con mucho amor y determinación. 

Para 5kn_ akatsuki y con su permiso.

Notas del capitulo:

Polainas*: Prenda de abrigo que protege la pierna desde la rodilla hasta el tobillo en el caso de la polaina larga y desde el tobillo hasta el empeine del pie en el caso de la polaina corta.

Ni Ommas*: Ya imaginarán qué~.

En el asdasd*: Taldo. Hace referencia a "me da weskeleske en el asdasd".

Fromalmente informal*: Qué y no esformal(?).

Times.

 

—Papá...—Escuché una pequeña vocecita hablarme. No quería siquiera abrir los ojos por lo cansado que estaba, pero unas manitas frías al tacto y un leve agite más la palabra «Papá» de nuevo me hicieron incorporarme en el colchón, evitando moverme mucho para no despertar a MinHo.

—Papá. —Me tallé los ojos levemente y lo miré, esperando a que me dijese que tenía. —Eh tenido una pesadilla. —Expresó él con suma preocupación. Al verlo así de nervioso me preocupé. Claro, ¿Quién no se preocupa por sus hijos?

— ¿Qué fue lo que soñaste, YooHun? —Vi como jugaba con sus deditos, como si lo que hubiese soñado fuese una completa locura, o en su defecto, crimen.

—Soñé que estaba en la casa de los payasos ninjas zombies mutantes de dos cabezas descerebrados y ellos deseaban comerme, también a Padre y a papá, fue un sueño muy feo papá, ¿Puedo dormir hoy con ustedes? No quiero que los payasos aparezcan. —Miré con suma ternura a mi pequeño, el cual se mostraba nervioso y apenado por su pesadilla, aunque fuese totalmente normal en un niño de cinco años.—Claro que puedes, YooHun. Te prometo que aquí no habrá más de esos... lo que sean.

Él asintió con una sonrisita más animada que la de antes y cuándo estaba por ir y meterse a la cama entre mis brazos, palideció increíblemente.

—... ¡Papá!, ¡Hay uno detrás tuyo! —Expresó él con notable terror y desesperación. Inclusive, le vi hacerse hacia atrás con nervios.

Y cuándo volteé a ver, ¡Había uno detrás!

—¡Y YooHun junto con TaeMin eran devorados por los payasos ninjas zombies mutantes de dos cabezas descerebrados!, ¡Uwah~!, ¡Jamás nadie los volvió a ver! —Un payaso así mis polainas*. No era otro que MinHo, asustando a YooHun.

—¡Papá, papá!, ¡Padre se volvió uno de ellos! —Gritó YooHun con más terror, alzando los brazos aterrado, y con los ojos al borde de las lágrimas. — ¡Papá, cuidado!

Pero había sido demasiado tarde. Me vi envuelto en los brazos de MinHo...

Y me estaba besando... frente a nuestro hijo.

—No... Esp—, no. — Me separé de él en cuanto pude y tuve fuerzas para hacerlo, claro, también cuándo consideré satisfecho mi querer de besitos.

Pero delante de YooHun... Hubiese preferido que me comiese el monstruo payaso, una de esas cosas, ante de que mi pequeño nos viese besándonos.

La ventaja de todo aquello era que Yoo aún era pequeño, y ¿Qué odia más un niñito que ver a sus padres besarse?

Nada, los pequeñitos odiaban eso, y a los payasos. Por algo siempre ponían su carita de asco cuando se daba el afecto entre adultos.

Y Yoo tenía las manitas sobre sus ojitos, cubriéndose para no ver, riéndose un poco de ello.

—Papá. —Expresó él, moviendo una de sus manitas mientras tanteaba el aire, buscando llegar a nosotros. Claro, por los pasitos que había retrocedido antes. —Yo te quiero, pero no seas un Payaso zombie cómo padre o no podre quererte tanto. —Terminó de decir justo cuando llegó al borde del colchón. Abrió sus ojitos con lentitud y nos miró.

— Yo también, Yoonie. Prometo que padre recibirá una gran dotación de medicina anti—payasos y todo estará mejor. —MinHo apretó más mi cintura y su agarre, sonriéndole a YooHun. Abrió un poco el abrazo de mi cintura y miró atento al pequeñito, invitándolo a que se acostara con nosotros. — Ven aquí, Yoonie. Duerme con papá y padre.

Los ojitos de mi pequeño parecieron brillar de la emoción y, con un leve asentimiento se acercó hasta que MinHo lo atrapó entre sus brazos, aún conmigo entre ellos.

— ¡Yah, padre!, ¡Me caigo, me caigo! —Expresó él, riendo un poco ante toda la escena que se estaba formando con ellos.

— ¡Dejen de jugar y vayan a dormir, ya es taaaaaaarde!—Expliqué a esos dos que parecían más niños. — Mañana saldremos con Key y tenemos que madrugar... saben lo mucho que odia esperar.

MinHo asintió, soltando al menor para acomodarse y dormir.

—Papá... entonces, ¿Mañana veré a MinAh y HanAh? —Asentí con levedad, acomodándolo para que pudiese dormir cómodo. —Sí, mañana verás a MinAh y HanAh.

El pequeñín sonrió amplio y empezó a nombrar cosas que haría con MinAh.

Una sonrisa ancha se formó en sus pequeños labios. Fruncí el ceño y le miré con un leve pucherito en los labios. — ¿Por qué tanto interés en la pequeña MinAh? —Lo miré con mucha curiosidad, aunque de antemano sabía que no me iba a decir ni jota de ello.

— MinAh... nada papá, solo me gusta jugar con ella, es divertido, divertido. —Se excusó él, con esa típica indiferencia y tranquilidad con la que me identifico.

Tan desvergonzado como yo cuando comía azúcar o café. Era casi un milagro que no hubiese nacido con ese mismo defecto mío.

—Entonces ella te gusta. —Sonreí con sorna ante mi afirmación, él se congelo en la cama, negándome con efusividad. — No tendrías interés si no te gustara.

—No me gusta. —Dijo él con un gesto molesto y un pucherito en sus labios.

Tan parecido a mí... Apuesto, papá, que estarías completamente orgulloso de mí y la familia que he formado con MinHo. Una sonrisilla nostálgica se me escapo al pensar aquello... Papá, cuida de tu nieto aun estando allá arriba.

— Más te vale, no me gustaría estar más emparentado con ellos dos. —Finalicé mientras me acurrucaba contra su cuerpecito. Tan calentito y esponjoso.  — ¿Qué tiene de malo papá? Igual, MinAh es linda como el señor KiBum. — Mencionó muy convencido de ello. Y es que no tenía absolutamente nada de malo, solo que, considerando el hecho de que hace muchos años que nos llevamos, sería raro unirnos más porqué nuestros hijos se gusten.

—No tiene nada de malo, es sólo que hay muchos pececillos en el estanque para qué solo te fijes en ella... —Un momento, me paralicé al escucharme ¿Por qué hablaba de novias y cosas así con él sí sólo tenía unos cuantos años? Razón: me habían despertado en la madrugada y aún estaba cansado.

—Yoo, mejor duerme ya; Luego discutiremos esta clase de cosas, por el momento dedícate a dormir que mañana habrá que madrugar. —Dije con cierto cansancio, y él, como el niño obediente que era, asintió en tanto se acurrucaba entre MinHo y yo.

Minutos después, estaba completamente dormido, le arropé un poco más y besé su frente con suavidad.

Ah~… MinHo y yo... ¿Cuánto tiempo había pasado ya desde los primeros aviones?, ¿5, 7 años?

No, 16 años ya desde eso.

Cinco desde que teníamos a YooHun, pero eran ya 16... Claro, no éramos como Key y JongHyun, que tuvieron su súper festejo al que llegó Chicos que Lloran, Nana y en el que JongHyun escribió esa canción con la cual quedó en segundo lugar porque hubo una más "bonita y sentimental" que esa. NI OMMAS*, a mí me había parecido más linda la de JongHyun. Pero bueno~ gustos eran gustos.

Al final él lleva un gran estrellato, tiene una buena vida, un gran esposo y unas preciosas hijas. Todo perfecto.

Recuerdo aún ese día en el que me dijeron que esperaban un bebé... Minho y yo nos quedamos petrificados, porqué ellos jamás hablaron sobre usar una madre postiza, siempre dijeron que estaban dispuestos a cualquier cosa, excepto la inseminación artificial puesto que su bebé tenía que parecerse a los dos o no sería su bebé.

Y claro, al instante pensamos que había sido Key el embarazado —Aunque eso fuese completamente imposible— y Jonghyun lo negó en ese instante.

Entonces, ni idea de que pasaba en ese entonces.

 

——

 

— Idiotas asusta gente. —Susurré con un leve pucherito en los labios, escondido en el regazo de Minho. No creía que todo eso fuese real —Nadie lo creería, con certeza, sonaba bastante futurista—

—Y bien, Minho ¿Tú qué opinas?, ¿No es genial? —Pregunto Key, con una sonrisa ancha mientras tenía a Jonghyun tomado de su mano, con las dos agitándose d la emoción.

Minho los miró perplejo, extraño y... Minho cuándo aún no creía algo. En ese entonces, me imaginé que todo había pasado cómo cuándo ellos le dijeron a él que eran pareja.

Tan gracioso que no podía ser cierto, quería una cámara para tomarle una foto y guardarla para la posteridad pero no tenía… Consideré que con mantener el recuerdo era suficiente.

— ¿C-cómo es eso posible? –Preguntó él, aún sin creérselo por completo, puesto que era casi una locura entera. Key lo miró mal, JongHyun, sólo indiferente.

Pero sí ni yo me lo creía, ¿Cómo pensaban que MinHo podría hacerlo?

— Ya te dije cómo funciona. Utilizaremos una madre artificial, en ella se inyectarán genes de los dos y con ello el feto completará su ciclo de gestación normalmente, pero no tendrá gen alguno de la madre artificial. MinHo, si no estás de acuerdo, no me importa. Sólo te estoy invitando a probar la idea.

MinHo balbuceó algo que no pude entender del todo. ¿Probar “esa” idea le parecía una locura? No sabía… Sería extraño, por dos motivos: Uno, nunca hubiésemos pensado en que eso pudiese desarrollarse de forma tan prematura  a cómo creí que se haría. En ese entonces, aquello era tan futurista que daba miedo e incluso se podía llegar a pensar que sólo era una pasada de ellos dos para hacernos caer. Dos: A pesar de las cosas, tal vez Key sí podía llegar a jugar con ese tema, aunque fuese tan delicado que hablas poco del mismo. Tres: Nunca me eh imaginado con bebés… Claro el sueño había sido de MinHo y él era el único que me había visto con bebés, pero realmente jamás en ese entonces, me había visto imaginándome con hijos o bebés.

— Yo… —Y lo miré con más detenimiento, se denotaba nervioso y rodaba los ojos de un lado a otro, dando batalla en su cabeza a las palabras correctas que pudiese decir— Felicidades, KiBum.

Key soltó una carcajada enorme y eso me extrañó mucho, mucho. JongHyun sólo se reía pero escondía  su risa misma. Y yo no entendía que era tan gracioso, sí el hecho de que MinHo mencionaba eso o que Key había mentido.

Lo de Key sonaba tentador.

— ¿Cuánta atención prestaste a todo lo que te conté, Minho? –Interrogó Key, mientras su risa cesaba de poco a poco. El mencionado se sobre saltó tanto que le miró perplejo, cón un signo de interrogación enorme e imaginario sobre la cabeza.

— ¿Eh? –Preguntó Minho, más distante y perdido que todo mundo ahí presente. — No logro asimilarlo Key… Tú y JongHyun tendrán un… un… ¿Bebé?, ¿Se llaman bebés? –Preguntó MinHo temeroso de todo aquello, con una tremenda confusión rondándole en la cabeza.

Las carcajadas inundaron por completo la habitación, inclusive yo hacía compás con las risas contrarias. Llegué a tomarme el estómago, a causa de tanta gracia. Parecía haber olvidado incluso la denominación del pequeño.

— MinHo… —Susurró Key, limpiándose una lágrima falsa, poniéndole seriedad a las cosas.— No estamos esperando un bebé. Estamos buscando alguien dispuesta a portar al bebé. Si no lo encontramos, el banco que planea hacer el embarazo buscará alguien que quiera y tenga las posibilidades, así como la salud y cosas así. –Explicó Key. JongHyun estaba bastante callado para ser normal que lo esté, y eso que él debía estar más emocionado que los demás o que Key.

— P-pero… hace unos momentos, tú dijiste…—Decía Minho, pero Key lo interrumpió.— Dije que consideraras la idea, yo la consideré y Jonghyun también, así que por el momento, estamos buscando quién.

Jonghyun pareció abrir la boca para decir algo, pero al momento calló. Y luego, ser armó de valor de nuevo.

— Keybum, yo te sugerí que le dijésemos a… —Más palabras al aire.

— Dije que no, Jonghyun. No quiero que Nana sea la portadora del bebé. –Y el exorcista se apoderó de mí y Minho, puesto que nuestras miradas fueron posadas en JongHyun, quién se removía algo incómodo sobre su lugar, con su mirada de perrito regañado.

 – Pero Key~… —Expresó con una voz más lastimera que la primera.

— Eh dicho que no, punto. –Y la tensión se arrimó en la habitación, siendo toda palpable. Miré a minho e igual estaba serio.

Cuando los Kim peleaban –siendo esto raro— se creaba tensión.

— Jonggie… No quiero que sea Nana porqué… sería cómo haber tenido sexo con ella sin tenerlo realmente, y seria incesto de tú parte. Ya habíamos discutido esto, aparte, tú sabes que Nana tampoco quería. –Expresó Key con pesadez, tomando entre sus manos las de Jonghyun mientras le miraba a los ojos. –Jonggie, te amo, sé que no estás contento con que alguien desconocida sea portadora de nuestro bebé, y que tampoco estás de acuerdo en que ella viva con nosotros durante el tiempo de gestación, pero será un pequeño sacrificio con tal de que nuestro pequeñito esté sano y se mantenga así sin inconvenientes durante su gestación.

Minho y yo los mirábamos atentos, sin expresar nada. Sabíamos que nadie más que Jonghyun se había hecho más maduro con Key, y el hecho de aquello era un signo vital de la madurez que habían obtenido a través de los años.

— Keybum~… me parece todo bien, realmente quiero una hermosa nenita… pero, temo que no resulte. Me sentiré abatido, lo sabes. –Expresó con preocupación mientras miraba a Key a los ojos. Todo se sentía tenso e irritable. Era una pequeña burbuja de dolor formada de forma inconsciente.

— Jonggie… No pasará, eso te lo aseguro. Buscaremos que todo sea lo más seguro posible, porqué incluso yo estoy preocupado, pero sé y tengo la ceryeza de ue todo irá cómo viento en popa. —JongHyun lo miró no muy convencido de ello y asintió.

— De acuerdo, seremos pacientes... Ya quiero a mi nenita.

Los miré con una sonrisa amplia. Me alegraba que se sinceraran, claro, me daba cosita en el asdasdasd* porqué, bueno, era algo íntimo de ellos.

—Y bien, ¿Cuándo es que se casan ustedes? —Preguntó rápidamente Key, tomándonos por sorpresa a Minho y a mí, puesto que después del dolor y las palabras, ya se encontraban contentos de nuevo.

Sonreí, me gustaba cuándo las cosas se solucionaban de esa forma. Que las malas pasadas desaparecieran rápido.

— Dentro de unos meses, Key. —El nombrado sonrió tan amplio que creí su sonrisa me dejaría ciego por la brillantez que tenía.

—Dentro de unos meses, ni Jonggie ni yo tenemos actividades.

Como siempre, toda una diva glamorosa que siempre obtenía lo que quería.

— Key, eh pedido esto antes, pero exijo que seas el padrino junto con Jonghyun. —Key al escucharlo dirigió la mirada haca Minho, quién extendía una sonrisa en los labios.

— Minho, es obvio que sería el padrino, quisieras o no.  —La sonrisa gatuna de Key se extendió aún más mientras sus miradas se debatían. Por un momento me puse celoso, cosa que igual noté en Jonghyun, el cual pasaba su mirada a Minho y a Key de forma consecutiva.

— Entonces está hecho, son los padrinos oficiales de la boda. – Expresó Minho, con una serenidad sublime. Sonreí por ello, puesto que los dos habíamos creído que la diva exigiría que le rogásemos.

Ante esto, festejé internamente.

Y claro, tres meses después, MinHo y yo nos casamos. Ellos nos regalaron un viaje de luna de miel por toda Europa, puesto que ellos “ya habían ido infinidad de veces ahí”.

Nueve meses después de ello, tuvieron a sus pequeñas princesitas: MinAh y HanAh.

Al final, su portadora había sido la amable SoonKyu, una muchachita tan dulce que Key la nombro Sunny.

——

Unas pequeñas manitas daban leves palmaditas en mi cara, se sentía gracioso y suave, era un tacto totalmente delicado y con gracia. Una vocecita me saco de nuevo de mi sueño.

— Papi~, el señor sol a salido hace muuucho~ Llegaremos tarde con los señores Kim y no jugaré con MinAh y HanAh. –Expresó mi pequeñito en cuento pude enfocarle mejor. Estaba acertado en todo, ya había amanecido y faltaba, justamente, una hora para el encuentro con Kibum.

¡Era tan tarde! De un solo salto salí de la cama, disparado hacia el baño, algo aterrorizado. Las salidas en familia siempre llevaban su tiempo. Luego, me percaté de que YooHun me miraba con sorpresa mientras apretaba la tela de su pijama con fuerza.

— YooHunie, ven. Hay que tomar una ducha o se hará realmente tarde. –Dije mientras me dirigía a él y lo tomaba de la muñeca para guiarlo al baño, sólo que se detuvo; al mismo tiempo lo hice, volteando a ver que impedía el seguimiento de sus pasos. El pequeño me miró, para posar después su vista en la dirección de Minho, quien yacía dormido sobre el colchón, desparramado sobre el mismo.

Suspiré de forma pesada y me regresé, picando el estómago de mi esposo. Él sólo se removía y fruncía el ceño cada que lo picaba llamándole para que despertara. Pero por nada del mundo se disponía a despertar.

Plan B.

— ¡MINHO, LEVANTATE QUE HAY UN TERREMOTO!, ¡YOOHUNNIE TE NECESITA, HAY QUE SALIR YA, MINHO, DESPIERTA! –Exclamé con un notable tono desesperado, cómo si realmente todo aquello estuviese sucediendo. Y había sido tan buen actor, que hasta la voz había salido rasposa. No pasó más de 3 segundos y Minho ya estaba jalándome con nuestro pequeño hacía la salida de la casa. Hunnie estaba espantado también.

— Minho… —Él seguía corriendo— Minho… —Y no me escuchaba nada. — ¡CHOI LEE MINHO! –Grité con exasperación, deteniéndome al instante. Minho me miró con un rostro aterrado, ido, y sobre todo perdido.

— Me llamaste “Choi Lee”…—Expresó él aún con su aturdimiento completamente latente.

— Lo hice, ahora, apresúrate. Hay que ir a bañarnos, se hace tarde y Key junto con Jonghyun nos esperan. –Dije con la tranquilidad más serena del mundo. Estupefacto me miró, sin creerlo.

— Pero, Taemin el terremoto... –Expresó cansino. Luego se calló y miró a su alrededor, notando todo en su lugar, inspectivo*.

— Si no lo has notado, no hay terremoto alguno, pero lo habrá si llegamos tarde con Key. –Dije mientras me regresaba con Yoonie en brazos a la habitación.

De mientras, ya se había levantado.

Después de aquello Minho se quedó serio, molesto y espantado. Desde no hacía mucho que él había madurado bastante, volviéndose observador y algo asustadizo cuándo de su familia –YooHunnie y yo— se tratase.

Él lo había dicho muchas veces antes, éramos todo lo que él quería y necesitaba para vivir. Por algo lo amaba tanto, porqué a pesar de que más de una vez casi lo mato, porqué a pesar de mis berrinches, a pesar de todos los problemas que le cause seguíamos juntos.

“En la salud y en la enfermedad, en los buenos y malos momentos, en los aviones y las flores, sobre el cielo, mar y tierra, juntos por siempre MinHo…”

Recordé ese pequeño pedacito de palabras que había dicho en mis votos matrimoniales a MinHo.

“En los aviones blancos y rosas, en los barquitos perfumados, aún, sobre encima de los problemas y las dificultades, te amo y amaré, por siempre y jamás nunca… Taemin, te amo.”

También los votos de MinHo habían sido de lo mejor. Los recuerdos de ese día pegaron en mí como si no hubiese sido hace tanto de ello. Tenue y hermoso, tal como el primer acepto, tal como el primer hola, el primer beso y la primera caricia.

Simplemente, un amor puro.

——

Nos encontrábamos en una pequeña plazuela, esperando a los tan inesperados Kim… claro que con eso quería decir ¡Totalmente esperados! Había causado un medio infarto y un enojo matutino en Minho para llegar a la hora acordada al lugar y ellos ya tenían diez míseros minutos de retraso.

— MinHonie~. –Susurré a MinHo justo cuándo recargaba mi cabeza en su hombro, de mientras veíamos a Hunnie correr de un lado a otro, jugando a atrapar palomas. – Mhn. –Escuché masculló en un tono frío. Inflé levemente mis mofletes ante ello, desagradaba que él fuese así, aunque lo tenía merecido por haberlo espantado de forma fea en la mañana.

— ¿Te molestaste mucho? –Pregunté de la forma más inocente posible, jugando con mis dedos al mirar a mi pequeñito. Sabía que sí lo hacía así podía fácilmente, hacer que se le pasase.

— No~. –Y su sarcasmo fue palpable. –No lo estoy, ¿Cómo crees que lo estaría? Sólo que casi me da un paro, me asusté mucho y estuve a punto de romper en desesperación. Sonabas muy asustado cuándo gritaste, creí que había sucedido algo muy malo, pero mírate, estás todo bien y tranquilito cómo cuándo me aclaraste las cosas. Así que no, ni pienses que lo estoy. –Y con cada palabra sentía mi corazóncito estrujarse un poco y mis ojos picar un poco a medida que las lágrimas pugnaban por salir. Y el nudo en la garganta lo dijo todo.

Definitivamente había sido la peor broma que se me había ocurrido en todo el mundo.

— MinHo… —Hablé en un tono bajito, tragándome todo el orgullo que no poseía de Key. Yo sin MinHo no vivía, y eso lo aprendí después de muchas pasadas distancias. –Lo siento… yo sólo quería venir a convivir, reunirnos con ellos, con ByungHun y con Daniel y salir con Onew y Luna. Sólo quiero pasar está navidad contigo y que nadie más lo impida, felices, cómo hace tiempo, ¿Recuerdas? –Pregunté al final, sin logar del todo que aquél nudo formado en mi garganta se deshiciera. –Sólo quería una reunión normal. Desde… mucho tiempo invertí planeándola, ¿Sabes? –Y de nuevo, el maldito nudo hacía mi voz entre cortada. –Te amo Minho. Sé que fue una completa tontería hacer algo cómo aquello, pero quería que despertarás y… pudieses convivir, con Hunnie y conmigo.

Su mirada se posó sobre la mía, con cierto dolor y tristeza. –Muñeco… —Susurró casi al aire, sin ganas. Hacía mucho que no me llamaba así, o no lo oía. Sus ojos se veían brillosos a causa de iguales lágrimas que no salían de los mismos. –También quiero convivir, pero, ¡Dios! Me llevé el susto del siglo, estaba tan desesperado por salir y protegerlos que no caí en cuenta de lo que pasaba hasta que me centré y hablaste. Sé lo mucho que planeaste esta salida, siempre me decías que me empeñara en no tener reuniones con actores o hablar del rodaje de alguna película que pudiese empezarse de forma presurosa. Que la navidad me querías contigo y con Hunnie… eso lo sé. Taemin… —Mi nombre salió de sus labios tan pausada y tranquilamente que me sentí indefenso de lo que pudiese pasar a decirme. — Estaba tan molesto que quería no salir y quedarme a propósito en casa. Pero no podía ser tan cruel con algo a lo que le ponías tanto empeño que vine. Taemin… lo siento.

No pude más con ello y lo abracé con fuerza, dejando que esos escasos centímetros de división entre nosotros desapareciesen.

Minho me estrujó y se escondió en el hueco de mi hombro y cuello.

Era un contacto tan cálido y hermoso. Completamente necesitado. Hasta que la dulce vocecita de Hunnie nos sacó de toda burbuja amorosa. Rápidamente limpié mis ojos, para después esbozar la sonrisa más amplia y contenta que podía tener.

Su cabellito se movía de forma graciosa mientras el corría hacia nosotros. Eso me recordaba que debía volver a teñirme de negro.

Al verlo acercarse más y más caí en cuenta de que tenía una paloma entre sus manos, pegada a su pecho con cierta fuerza, a cómo podía notar.

— ¿Qué traes ahí, YooHun? –Preguntó Minho mientras veía a nuestro pequeñito llegar y extenderle aquella paloma. Los ojos de él se abrieron cómo platos, impresionándose por ello y con un brillo peculiarmente infantil. Tomó con sumo cuidado la paloma entre sus manos y la observó embelesado.

Y por qué no, igual yo lo hacía, ¿Cómo es que nuestro pequeñito había hecho semejante cosa?

— Hunnie, ¿Cómo la atrapaste? –Pregunté con una sonrisa ancha, una que abarcaba mucha parte de mi rostro. Realmente era magnifico aquello. El pequeñín ensanchó una sonrisa— Fui con mucho cuidadito y ¡Bam! –Expresó, triunfal— La atrapé. Creo que en parte es porqué estaba muy concentrada siguiendo a la paloma que tenía frente que no se fijó que yo lo seguía. –Dedujo el pequeñito. Sonreí aún más y lo tomé en brazos para dejarle un besito en la frente.

MinHo seguía con la paloma entre sus manos. Al ver mi gesto, dio otro besito en la mejilla al chiquitito, sonriéndole de forma dulce y paternal, cómo siempre. –Estoy orgulloso de ti, YooHun.

YooHun era su campeón.  Más nostalgia me invadió al recordar a mi papá, ¿Dónde descansas ahora, papá?

De lejos, ví a los Kim llegar, galantes cómo siempre.

— ¿Qué les parece si vamos por un gran, gran helado? –Pregunté con un leve toque nostálgico en la voz. Emocionado, Hunnie asintió, viendo a lo lejos a los Kim junto con Daniel y ByungHun, Onew y Luna.

Juntos los tres, emprendimos una caminata a los mencionados que nos esperaban.

Kibum tenía su típico porte elegante de diva y sus cabellos eran completamente negros, dándole un toque aristocrático que me gustaría poseer. Jonghyun por su parte era castaño, con porte galante y casi tan alto como yo. Sus dos pequeñitas, pelinegras con su cabellito suelto y unos perfectos vestiditos que les daban clase y porte. La familia que siempre soñaron.

ByungHun y Daniel también vestían refinadamente, con su cabello siendo castaño, Daniel lucía un saco largo, con ropa formalmente informal* al igual que ByungHun, que era rubio cenizo.

Luna poseía un vestido blanco bonito, junto con una gabardina de vista cara, tomada felizmente del brazo de Onew. Y el mencionado, con porte galante y ejecutivo, ¿Quién lo diría?

Una reunión pequeña de familias pequeñas.

No todos podían asistir a aquello, pero igual estaba bien. Los disfrutaría cómo cada año desde hacía un tiempo.

A pesar de que siempre, todos llegaban, esta podía considerarse más linda y entrañable, estaban los Kim, por segunda vez en años celebrando con nosotros. ByungHun y Daniel apenas celebrarían con nosotros por primera vez y este sería el año en que Luna y Onew celebraban con nosotros la navidad y desearíamos la salud y felicidad ahora que llegaba su pequeño bebé. Mamá, la mamá de MinHo y el señor Andy también festejaban con nosotros.

Más especial puesto que no todos celebraban un cumpleaños a media noche del día de navidad.

YooHunie, felices 6 añitos de vida.

YooHunie, feliz navidad en compañía de grandiosos seres queridos.

Papá, señor Choi, si me escuchan les pido una cosa, hagan de YooHun un niño tan increíble cómo yo, un muchacho tan decido cómo MinHo y un hombre tan razonable, seguro, decidido y valiente cómo lo somos los dos.

Por favor, Oficial Lee y Capitán Choi.

Sonreí cómo un bobo al terminar de leer la reseña de aquel libro que apenas comenzaba a venderse en las librerías. Aquél que Minho y yo nos habíamos esforzado tanto en escribir para que YooHunie lo leyese de mayor.

Aquéllos recuerdos bellos, los guardaba ese libro. Suspiré y apreté una de las bolsas aguardantes en mis manos. Se lo extendí a MinHo con una sonrisa amplia y triste.

— Este será el mejor regalo que puedas darle a YooHunie. –él asintió y lo vi desaparecer entre la gente, llevándolo a la caja.

 

Feliz cumpleaños, pequeño YooHunie.

Notas finales:

Gracias por leer♥.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).